Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -15
Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017
Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio
Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes
Capítulo 3. El origen del Evangelio de Marcos
Capítulo 4. El Evangelio de Marcos y Lucas-Hechos
Capítulo 5. Antijudaísmo en Mateo
Capítulo 6. La evidencia histórica temprana
Capítulo 7. Las liturgias (typicon o ustav) de las Iglesias orientales
Capítulo 8. La fuente Q y las profecías del Templo
Capítulo 11. El mundo judío y la taquigrafía
Capítulo 12. Cronología de 2.000 años
Capítulo 13. Datación de Mateo
Capítulo 15. Lucas y Hechos
La creencia tradicional es que el Evangelio de Lucas fue compuesto por el compañero de Pablo en griego no después del 65 DC. Se basó en su investigación personal y en extractos tomados del Evangelio de Mateo. Los que afirman que este Evangelio fue escrito anónimamente hacia el 85 DC o en el siglo II niegan que el autor fuera un compañero de Pablo. Miremos la evidencia.
El autor declara que su objetivo es exponer una narración ordenada de los eventos de la vida de Cristo y Sus seguidores. Lo hace en la forma de una carta a Teófilo. En un segundo volumen, Hechos de los Apóstoles, el autor continúa la historia desde donde la dejó al final de su Evangelio. Si se puede mostrar que Hechos fue compuesto antes de la destrucción de Jerusalén, se sigue que también el Evangelio de Lucas fue compuesto antes del 70 DC.
El autor de Hechos registra la conversión de Pablo en su noveno capítulo y luego pasa dieciocho capítulos detallando sus viajes con Pablo. Esto incluye el arresto de Pablo, su viaje, su naufragio, su llegada a Italia y dos años esperando el juicio. Pero cuando esperaríamos detalles del juicio y la sentencia o la liberación de Pablo hay un silencio abrupto. La ausencia de esta información es una indicación clara de que Lucas completó Hechos antes del 64 DC.
Hechos termina en un tiempo de paz para la Iglesia en Roma. Sin embargo historiadores seculares nos cuentan que hubo una gran persecución de los cristianos después del 64 DC. Dado que esto no aparece en Hechos, tenemos una indicación de que Hechos fue enviado a Teófilo antes de este evento.
Esta datación es confirmada por la forma en que son tratados Jerusalén y su Templo. Lucas-Hechos constituye un tercio del Nuevo Testamento; no obstante contiene dos tercios de las referencias a Jerusalén. En el Evangelio y Hechos la ciudad es mencionada 31 veces. Podemos ver que el Templo y Jerusalén eran muy prominentes en el pensamiento del autor. Sin embargo él ignora su destrucción, el simbolismo civil y religioso de tal destrucción y su impacto en la vida de la Iglesia y en su predicación misionera. De nuevo, la conclusión obvia es que Jerusalén y el Templo estaban aún en pie en el momento en que él escribió.
Las cartas enviadas por Pablo a varios destinos se volvieron famosas y fueron copiadas para su lectura en otras iglesias. Lucas, como el compañero de Pablo, no habría previsto su importancia futura, y por lo tanto no las mencionó. Pero un escritor de una o más generaciones más tarde, al dar un relato de la vida de Pablo, ciertamente habría aludido al menos a una como ejemplo de la habilidad de Pablo como escritor y de su pensamiento. Sin embargo no se dice nada.
Los críticos trabajan duro para encontrar supuestas discrepancias en el Nuevo Testamento, pero es prudente verificar sus afirmaciones. Algunos afirman que el Evangelio de Lucas nos dice que Cristo ascendió al cielo pronto después de Su Resurrección (Lucas 24:50), mientras que Hechos (también compuesto por Lucas) habla de una demora de cuarenta días (Hechos 1:3). El Evangelio no dice cuánto tiempo pasó entre que Cristo habló a los Apóstoles en la habitación superior y que Él los llevó a Betania. Como sabemos por otras partes de las Escrituras, “luego” no significa “inmediatamente".
En cuatro lugares de Hechos (16:10-17, 20:5-15, 21:1-18, 27:1-28) el autor usa el pronombre “nosotros” cuando registra los viajes de Pablo. El significado obvio es que el autor estuvo con Pablo en los años 60. Los que argumentan contra esto afirman que “nosotros” podría haber sido un recurso estilístico o que el autor estaba copiando un manuscrito viejo sin ajustar la terminología. Estas afirmaciones son puras especulaciones para evitar la aceptación de un significado claro. Hechos contiene toda una gama de pronombres tales como: yo, me, él, nos y ellos. Junto con “nosotros” todos ellos encajan naturalmente en el manuscrito. Pablo, cuando actúa solo, es mencionado como “él". Cuando Pablo está separado del autor pero con otros, se usa “ellos". Cuando Pablo está con el autor se usan “nosotros” o “nos".
Los compañeros de Pablo son mencionados como “ellos” hasta que Pablo llega por primera vez a Troas (Hechos 16:8), cuando se usan “nosotros” y “nos” hasta que Pablo deja Filipo con Silas (Hechos 16:40). Se usa otra vez “ellos” hasta que “ellos” vuelven a Troas (Hechos 20:5). Luego, para el resto de los viajes de Pablo, se usa la palabra “nosotros".
Es común que un escritor dé mayores detalles de los eventos en los cuales ha estado involucrado en comparación con aquellos de los que se ha enterado de segunda mano. Es notorio que el autor trata con gran extensión los eventos de “nosotros” en Filipo, a pesar de que suministra un resumen breve de los pasajes de “ellos” (Hechos 16:4-8, 18:18-23).
Durante el tiempo restante, el autor está en tan estrecho contacto con Pablo que a menudo los eventos son registrados sobre una base diaria. La sugerencia de que Lucas usó el “nosotros” real [plural mayestático] para decir “yo” es contraria a la narración. Cuando se refiere a sí mismo en Hechos 1:1, él usa “yo".
Lucas dedica un capítulo y medio a Esteban (Hechos 6:8-8:1). Él sólo podría haber obtenido esta información de primera mano de Saulo/Pablo. Éste había estado muy involucrado en el juicio de Esteban y en su ejecución (Hechos 7:58). Los cristianos no habrían estado lo suficientemente cerca de estos eventos para oír la conversación en tal detalle.
Un antiguo prólogo griego dice que Lucas era un médico soltero, un sirio de nacimiento que murió a los 84 años en Tebas de Beocia (RO 144). Ireneo en su Contra los herejes dio por sentado que Lucas era el autor de uno de los cuatro Evangelios. Los herejes con los que él estaba discutiendo deben de haber aceptado esto como verdadero; de lo contrario los argumentos usados por Ireneo habrían sido inútiles.
No hay nada en los muchos escritos antiguos ni en los descubrimientos más recientes que insinúe, ni siquiera remotamente, que el autor no fue el compañero de Pablo. La única razón por la que se aduce que fue alguien más es porque la aceptación de la posición de Lucas destruye la teoría de la prioridad de Marcos.
Lucas dice que Cristo vino a predicar (4:18) y que predicó (20:1). Sin embargo, según los partidarios de la prioridad de Marcos, Lucas no sólo no informó sobre esta predicación sino que la sustituyó con las visiones de un teólogo creativo anónimo posterior.
Cristo dijo a sus Apóstoles, “Seréis mis testigos” (Lucas 24:48 y Hechos 1:8). Los evangelistas se llaman a sí mismos “testigos” (Hechos 1:22; 2:32; 3:15; 5:32; etc.). Por lo tanto, los Apóstoles tenían un compromiso profundo con el testimonio de los eventos históricos de la vida y la enseñanza de Cristo y sus seguidores. La única forma de rechazar esta visión es afirmar que los libros del Nuevo Testamento son una estafa masiva de falsedades inventadas por teólogos para embaucar a sus lectores y a las generaciones posteriores.
Se ha sostenido que, como el autor del Evangelio y Hechos no dio su nombre, estos escritos son anónimos. Pero nadie que escriba a una persona por su nombre, tal como Teófilo, escribiría “me pareció también a mí… escribírtelo", sin hacer saber al receptor quién le estaba escribiendo. Si el corresponsal tenía una razón para omitir su nombre del pergamino, habría escrito su nombre y dirección en el envoltorio o en una nota de portada. La razón más probable por la que Lucas omitió su nombre en el texto fue explicada en nuestro capítulo 9.
Los primeros doce capítulos de Hechos se refieren a la Iglesia primitiva en Jerusalén con Pedro como la figura clave. En el capítulo doce leemos sobre Pedro escapando de la prisión, escondiéndose en el hogar de Juan Marcos y partiendo para “otro lugar” (Hechos 12:17). Esto habría ocurrido en 41 o 42 DC (CTJ 44). En el primer capítulo de su Evangelio, Lucas enfatiza que él ha hecho investigaciones cuidadosas y a través de sus escritos encontramos que es muy preciso al dar nombres de lugares. ¿Por qué fue vago aquí?
Teófilo conocería Ezequiel 12:3, donde estaba escrito: “Por eso… prepárate un equipaje de desterrado… y de día… parte al destierro… a otro lugar". En 12:13, el “otro lugar” es identificado como Babilonia. En este momento Roma empezaba a ser conocida como una segunda Babilonia. El mismo Pedro se refiere a ella por este nombre en el capítulo 5 de su primera Epístola. El Apocalipsis (capítulos 14, 17 y 18) también se refiere a Roma de esta manera. Luego se puede asumir que el autor estaba escribiendo en código a Teófilo e informándole que Pedro había ido a Roma. Los historiadores antiguos informan que Pedro predicó en Roma. Ninguno informa que visitó la Babilonia de los caldeos (BC 44).
Después de su escape de la prisión, Pedro fue un fugitivo. Herodes había ejecutado a dos guardias debido al escape. Aquí tenemos a Lucas, que procuraba ser objetivo en sus narraciones, usando un código acerca del paradero de Pedro. Si Hechos había sido escrita después de la muerte de Pedro en 64 DC, el autor habría sido libre de decir que Pedro había huido a Roma.
Todas estas observaciones apuntan a que Hechos, y por lo tanto también el Evangelio de Lucas, fue escrito algún tiempo antes de esta fecha. Jerónimo afirmó que Hechos fue completado en el cuarto año de Nerón, lo que sería en 64 DC (DVI capítulo 7).
Copyright ©; Estate of Dennis Barton & Mark Alder 2017.
Traducido del inglés al español por Daniel Iglesias Grèzes con autorización de Mark Alder.
Te invito a visitar mi sitio web personal.
1 comentario
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DIG: Muchas gracias, Norberto. Llevo varios meses de trabajo discontinuo en esta traducción y aún me queda bastante por delante. A veces parece que es demasiado esfuerzo, así que tus amables palabras son muy oportunas. Dios te bendiga.
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