Carmelo Callejas, presidente de los Heraldos del Evangelio en España, defiende la fama del grupo

Entrevistamos al Hno. Carmelo Jesús Callejas Escobar, Presidente de los Heraldos del Evangelio en España. Natural de Sevilla, España, donde realizó sus estudios. Muy joven, conoció a los Heraldos del Evangelio y con ellos terminó su formación académica. Dedicado principalmente a la catequización, ha impartido cursos tanto dentro de la Asociación como en diversas parroquias, por los lugares donde ha sido destinado: Zaragoza, Madrid, Granada, Palencia, Guadix, México.
También se ha especializado en actividades como Socorrismo y Primeros Auxilios. Ha dirigido cursos de formación para la Consagración a la Santísima Virgen, según el método de San Luis María Grignion de Monfort y ha coordinado Misiones Marianas en varias Diócesis de España. En la realización y confección de Belenes, ha visto un importante foco de atracción, como medio muy significativo de evangelización para jóvenes y adultos. Ha colaborado también en medios de comunicación, como Radio María España y Radio Santa María de Toledo.
En esta entrevista nos habla de la difícil e injusta situación que atraviesa el grupo a nivel mundial tras ser intervenido hace años por un Comisario sin poderse demostrar que hay un motivo grave.
¿Por qué considera que los Heraldos llevan años intervenidos con la figura de un Comisario?
Es la pregunta del millón. Según el Derecho Canónico, un comisariado debe estar motivado por una causa grave. Y, desde luego, ésta debería ser conocida. Pero, hasta ahora, las “situaciones problemáticas y de grave carencia”, de que habla el decreto de comisariado no han sido especificadas de forma objetiva en ningún momento. Eso acarrea que vale todo. Lo que es seguro es que existe una animadversión personal o incluso grupal de algunas autoridades a las que, no gustándoles nuestro carisma por muchos motivos, nos han puesto en el punto de mira con una serie de acusaciones sin ningún tipo de fundamento.
A esto le sumamos que hay algunas personas que, habiendo abandonado la institución, o incluso no habiendo pertenecido a ella, por motivos personales de aversión hacia nosotros y queriendo justificarse por la vida apartada de los mandamientos que llevan actualmente, han creado un grupo de detractores que, con mucha inquina y apoyados, como decía antes, por ciertas autoridades, han decidido atacarnos de cualquier forma y manera, intentando destruir la reputación y menoscabando la integridad de los Heraldos. De modo que la consideración del porqué llevamos tanto tiempo intervenidos y con un comisariado aún no tiene una comprensión profunda y veraz, máxime cuando hemos ido obedeciendo y aceptando todo aquello que se nos ha pedido de una manera bienhechora. Sinceramente, creo que la consideración de esta intervención y este comisariado es un rechazo y aversión al tipo humano y el carisma de los Heraldos del Evangelio.
Lo más lamentable del caso es que no se ha podido acusarles de nada irregular y siguen bajo sospecha, con las ordenaciones paralizadas y el consiguiente perjuicio a muchos niveles…
Exactamente. Y no solo eso, sino que, de todo lo que nos han acusado, se ha demostrado por activa y por pasiva que es falso, calumnia o medias verdades sacadas fuera de contexto. Es muy triste que la presunción de inocencia, que forma parte del derecho más básico y fundamental, muchas veces no se tenga en cuenta y que por causa de rechazo y aversión personal se perjudique una institución cuyo único deseo es hacer bien a las almas y que siempre ha estado al servicio de nuestra Santa Madre Iglesia.




