Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio -3
Dennis Barton, La tradición clementina del Evangelio, edición de 2017
Capítulo 1. Redescubrimiento de la tradición clementina del Evangelio
Capítulo 2. El zigzag sinóptico y los dobletes
Capítulo 3. El origen del Evangelio de Marcos
No deberíamos esperar descubrir los motivos y métodos exactos de los involucrados en el nacimiento del Evangelio según [San] Marcos, pero no es irracional suponer que ellos habrían actuado como la gente lo haría hoy en la misma situación.
Mateo había escrito para los judíos –para proclamar el cumplimiento de las profecías hebreas. El Evangelio de Lucas era para los gentiles. La llegada de Lucas a Roma, con su Evangelio, debe de haber electrificado a los cristianos de Roma. La información extra en el Evangelio de Lucas y algunas contradicciones o discrepancias aparentes con la narración de Mateo habrían planteado preguntas. Además, habría surgido la cuestión acerca de la conveniencia de leer el Evangelio de Lucas en las iglesias.
Había una necesidad de un comentario de Pedro sobre los dos documentos. Orchard ha sugerido que Pablo habría querido especialmente que la obra de Lucas fuera aceptada por Pedro, para que pudiera ser usada en sus iglesias gentiles.
Otra consideración podría haber sido que, cuando un evangelista entraba en una ciudad, era costumbre visitar primero la sinagoga. Usando el Evangelio de Mateo, se formaría un núcleo de creyentes judíos y luego se lo utilizaría para predicar a los gentiles. Sin embargo, Pablo planeaba ir a España, donde existían pocas sinagogas. Un aval al Evangelio de Lucas permitiría a Pablo usarlo para comenzar su predicación.
Esta situación habría conducido a la decisión de celebrar una conferencia de un día donde Pedro podría dirigirse a la comunidad. La tarea que Pedro tenía ante sí no habría sido fácil. Los dos documentos necesitarían ser examinados de cerca, línea por línea, por Pedro, Lucas, Pablo, Marcos y probablemente otros.
Orchard sugirió que el comentario de Pedro consistió de cinco charlas de media hora. Si aceptamos esta sugerencia, podemos asumir que hubo descansos de 15 ó 30 minutos entre las charlas. Un descanso más largo al mediodía permitiría tiempo para el almuerzo, el descanso, la oración y la discusión informal. Después del final de la quinta charla, se habría dado un tiempo para que la audiencia hiciera preguntas. Comenzando, digamos, a las 10 AM, la conferencia habría concluido aproximadamente a las 6 PM.
No sólo Pedro, sino también los secretarios, habrían necesitado estar bien preparados. Estos secretarios, con los rollos abiertos y marcados en lugares clave, dirigirían los ojos de Pedro a los pasajes relevantes con la ayuda de un yad (puntero), según la costumbre hebrea.
Como hubo cinco charlas, hay diez lugares donde Pedro comienza a citar a Mateo o Lucas. Habría sido fácil abrir los rollos en esos lugares y tenerlos prontos al comienzo de cada charla. En otros ocho lugares, donde Pedro habría tenido que cambiar de un Evangelio a otro, las palabras están muy juntas y por lo tanto los rollos podrían permanecer abiertos sin necesidad de ningún movimiento.
Hay seis lugares que implican saltos un poco más largos. Esto no sería difícil con una planificación previa y con secretarios para ayudar. Hay un salto (el más largo) de 31 versículos, que habría requerido la ayuda competente de un secretario. Es interesante que Pedro interponga una línea propia en este punto, quizás para dar más tiempo al secretario para ubicar el lugar.
El día entero podría haber sido tan bien organizado como cuando un orador actual coopera con asistentes que trabajan con un proyector de diapositivas. Marcos se habría sentado cerca para poner por escrito las charlas de Pedro en taquigrafía. Sólo una parte de un rollo sería usada, las palabras registradas estarían en el griego gramaticalmente pobre (es decir koiné) de Pedro y sus deslices no serían editados.
No planeadas para ser un Evangelio nuevo, Pedro no consideraría a sus charlas como de interés duradero. A Pedro le habría sido indiferente que Marcos hiciera copias para los presentes en ese día. Clemente de Alejandría registró este detalle: “Y cuando Pedro se enteró de ello [el Evangelio de Marcos] no ejerció presión para prohibirlo ni para promoverlo". (Para un extracto más largo véase el Capítulo 9). Fue más tarde que la actitud de Pedro cambió y una segunda edición fue autorizada.
Esto plantea un punto interesante. Si el Evangelio de Marcos hubiera sido el primer Evangelio en ser escrito, y por consiguiente el “buque insignia” de los cristianos, ¿por qué Pedro fue tan indiferente acerca de su promoción? Por otra parte, si aceptamos que ya existían dos Evangelios bien construidos, y que Pedro meramente había predicado una serie de comentarios basados en ellos, la actitud de Pedro es comprensible.
ESCRITURA Y PUBLICACIÓN
Fue [San] Jerónimo quien estableció los Evangelios en el orden Mateo-Marcos-Lucas-Juan, para Europa Occidental. Antes de su tiempo, se había usado otros órdenes en esta región. Ireneo, al debatir, cita la secuencia clementina. Tertuliano se refiere a “Lucas y Marcos", Jerónimo coloca a Lucas antes de Marcos en su libro de historia y Ambrosiaster también usa el orden Mateo-Lucas-Marcos.
San Agustín de Hipona en su primer libro dice que el orden recibido era Mateo-Marcos-Lucas-Juan. Pero en su cuarto libro, discutiendo el desarrollo teológico, coloca a Lucas entre Mateo y Marcos.
La declaración de Clemente de Alejandría fue la más clara: “los primeros Evangelios escritos fueron los que tienen las genealogías [Mateo y Lucas]” (para un extracto más largo, véase el Capítulo 9).
Clemente no sólo provee la descripción más detallada de las circunstancias de la composición del Evangelio de Marcos, sino que también provee una pista fuerte que apunta a la probabilidad de que ambos órdenes sean correctos. Esto pueden sonar sorprendente hasta que veamos la pista.
Sabemos por Clemente que una gran audiencia rogó a Marcos que publicara sus notas de las charlas de Pedro y que Marcos cumplió con sus solicitudes. Era un manuscrito solicitado con urgencia y mucho más corto que el de Lucas. Como Marcos también habría tenido un equipo establecido de copistas, es muy probable que su publicación haya aparecido antes que la de Lucas.
Esto habría llevado al pergamino de Marcos a ser encasillado en las bibliotecas de la Iglesia junto al de Mateo y esperando la llegada del de Lucas. En las palabras de San Agustín, sería “el orden recibido” de las iglesias. Esto sugiere cómo emergió la secuencia familiar de Mateo-Marcos-Lucas. Cuando se pronunciaran sermones o se escribieran tratados, sería natural para muchos, como Orígenes, utilizar el orden encontrado en sus bibliotecas.
Algunas personas habrían tenido conocimiento de la tradición acerca de la secuencia en que los Evangelios habían sido escritos. Esto habría dado lugar a debates y podría explicar por qué Clemente intervino específicamente para aclarar el tema.
Entonces, si aceptamos que Lucas escribió antes que Marcos pero publicó después de él, el problema del orden está resuelto. Ambos órdenes, Mateo-Marcos-Lucas-Juan y Mateo-Lucas-Marcos-Juan, son correctos.
TODA LA ESCRITURA ESTÁ LIBRE DE ERROR
Los cristianos están de acuerdo en que los Evangelios fueron inspirados por el Espíritu Santo, por lo que están libres de error. Empero, como los capítulos 1 y 2 de Marcos contienen citas erróneas serias de información del Antiguo Testamento, los exegetas se han enfrentado a un problema.
Los académicos a menudo imaginan a Marcos sentado en un escritorio en su habitación haciendo uso de documentos y de su memoria. En este escenario, es difícil defender la verdad de que su Evangelio está inspirado por el Espíritu Santo. Pero cuando aceptamos el escenario propuesto por Orchard, podemos sugerir una forma de resolver este problema.
No fue Marcos quien tuvo los lapsos de memoria, sino Pedro. Nadie afirma que las charlas de Pedro estuvieron libres de error. Marcos registró exactamente lo que Pedro había dicho en sus charlas. Marcos no cometió un error al hacer esto. Pedro había tenido deslices y Marcos los registró con precisión.
Es interesante que Papías (el primer historiador cristiano) escribiera: “Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribió ciertas cosas tal como él [Pedro] las había recordado. Porque él no tenía sino una intención: no omitir nada de lo que había oído ni falsificar nada en ellas.”
Obviamente, Papías está defendiendo al Evangelio de Marcos contra las críticas de que Marcos había cometido errores. Papías dice que Marcos tenía una sola intención, registrar exactamente a Pedro. No era responsabilidad de Marcos cambiar nada acerca de Malaquías, ni corregir la palabra “Abiatar".
Copyright © ; Estate of Dennis Barton & Mark Alder 2017.
Traducido del inglés al español por Daniel Iglesias Grèzes con autorización de Mark Alder.
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3 comentarios
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DIG: Barton, siguiendo a Orchard, ofrece argumentos muy fuertes contra la teoría de la prioridad de Marcos, cuyo principal punto débil fue siempre el contradecir todos los testimonios históricos antiguos sobre el asunto de cuál fue el primer Evangelio escrito. La tradición eclesial antigua es unánime al respecto: Mateo escribió primero.
En cuanto a la fecha de composición de Juan, el anglicano John A. T. Robinson ha ofrecido argumentos muy fuertes a favor de que fue anterior al año 70. También Claude Tresmontant da un argumento muy bueno. En cierto lugar Juan dice que en Jerusalén "hay" (en presente) una piscina con tales y cuales características. Es algo que no habría podido escribir después de la destrucción de la ciudad por los romanos en el año 70.
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DIG: La crítica textual no puede probar que Mateo no escribió primero. El testimonio de los historiadores y teólogos antiguos puede probar que Mateo escribió primero.
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DIG: No es así. Hay al menos dos cosas muy importantes en juego: 1) la credibilidad de las fuentes cristianas antiguas, que por unanimidad atestiguan que Mateo escribió primero; 2) la datación de los Evangelios, que tiende a ser mucho más tardía según los partidarios de la prioridad de Marcos; naturalmente el debate sobre la datación de los Evangelios está muy vinculado al debate sobre su historicidad.
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