30.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Así se camina hacia el Cielo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Así se camina hacia el Cielo

Caminar es, así, verdaderamente, ahondar en la claridad, iluminarse. El sol, metido dentro de nosotros, un milagro; el amor, ensanchándonos por todos los confines, un prodigio; el corazón nuestro, que se hace pedacitos y se siembra en ellos, un portento: Dios, en todo, alma de las cosas, espíritu y vida y resurrección de los hombres, ¡qué gran suceso!” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)


No podemos negar que, en algunas ocasiones, podemos preguntarnos (como hizo aquel joven rico haciendo lo propio al Hijo de Dios para ganar la salvación - cf. Mc 10,17) qué debemos hacer (es decir, poner en la balanza de nuestro Juicio particular nuestras obras) para alcanzar el Cielo. Es cierto que tal es una ansia de cualquier discípulo de Cristo porque bien sabemos que nos está preparando allí un lugar, como bien se dice en Jn 14, 2.

Es verdad que nosotros mismos nos ponemos muchos obstáculos para arribar, cuando eso sea voluntad de Dios, a las puertas del Reino Eterno pero también es cierto que aquí mismo nuestro buen amigo Manuel Lozano Garrido nos da algunas pistas (como tantas veces hace) al respecto de eso. Y es seguro que nos ha de venir la mar de bien. 

Caminar hacia el definitivo Reino de Dios es algo propio de quien cree, primero, que existe un tal lugar y, luego, que puede ir hacia él. Y se camina, se ha de caminar, sabiendo dónde se pisa para no salirse del camino llevados por las muchas atracciones que el mundo y la carne nos ponen, algo así, como palos en las ruedas de una bicicleta…

Nosotros queremos pisar con firmeza. Es decir que, con Lolo, queremos dar paso a paso, sí (aquí no vale correr ni querer pasar por la puerta ancha, como bien dice Nuestro Señor y recoge Mateo en su Evangelio en 7, 13) para que se nos abran las puertas del Cielo. Y, para eso debemos tener en cuenta todo eso que nos dice el Beato de Linares (Jaén, España)

Nos dice, por ejemplo, eso, lo del mismo camino del que hemos hablado arriba; nos dice, también, que el amor es algo tan esencial que sin él, decimos nosotros y seguro apoyaría Lolo, de nada nos sirve lo demás como el Apóstol de los gentiles explica más que bien en su más que conocido capítulo 13 de su Primera Epístola a los Corintios; también que el corazón, nuestro corazón, es aquí muy importante porque, como bien sabemos, del corazón salen las obras que es algo que ya se escribió en Proverbios 4, 23 y que el Hijo de Dios concretó en Mt 15, 19 cuando dijo “Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias“. Y, claro, también lo bueno inspirado por Dios. 

Por tanto, no podemos negar que algo más que bueno nos dice Lolo y que, siguiéndolo, es más que seguro que vamos caminando por buen camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

Pero, claro, no podemos dejar de prestar atención a lo último de lo que habla Lolo o, mejor, a Quien refiere en último lugar que, como bien sabemos, es el lugar exacto para ser los primeros. Y nos referimos a Dios mismo. 

Es, ciertamente, un gran suceso que Dios esté en todo. Aunque, a este respecto debemos olvidar que todo sea Dios pues eso es puro panteísmo y los discípulos de Cristo no pueden estar de acuerdo eso y, claro, no lo estamos. Que Dios está en todo es algo sencillo de entender y estar de acuerdo porque todo lo Creó y, por tanto, todo lo mantiene. 

¿Dónde, pues, está Dios en todo esto? 

Es sencillo, y lo bien lo dice el bueno y santo de Manuel:en todo, alma de las cosas, espíritu y vida y resurrección de los hombres“.  Ahí es nada donde está nuestro Creador pues es en todo, sencillamente en todo…

Sólo debemos comprender lo que significa que Dios esté en el alma, en nuestra alma; que esté en el espíritu y en la vida y, como no puede ser menos, en el exacto y maravilloso prodigio de la resurrección que ha de ser como una nueva creación por un nuevo venir a ser como éramos…

¿Tenemos, o no, formas de ir al Cielo o, mejor, pistas para eso? Y aquí mismo es gracias a Lolo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (97)

En el relato de la Creación no hay ni una sola palabra que venga con espinas. Se habla del sol y las estrellas, del agua y los pájaros, del hombre y las plantas, pero nunca de un Dios que hubiera modelado el sufrimiento con el afán de sus manos.

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

29.12.24

La Palabra del domingo – Domingo, 29 de diciembre de 2024

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Lc 2, 41-52

 

41 Los Padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. 42 Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta 43 y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. 44 Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; 45 pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.46  Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; 47 todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. 48       Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.’ 49 El les dijo: ‘Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?’ 50 Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. 51 Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.52 Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.”

 

COMENTARIO

Siendo Hijo

Cumpliendo con sus tradiciones, los judíos, y con el comportamiento ordinario de todo miembro del pueblo elegido, Jesús, María y José, acudían, regularmente, a Jerusalén, desde Nazaret, a celebrar la fiesta de la Pascua. El respeto a la Ley era, pues, elocuente. De hecho Jesús, en su vida, nunca se alejó del verdadero sentido que de Dios partió para que su semejanza, la que había creado, se condujera por el camino correcto. 

Ante este hecho, el que Jesús se “pierda”, por así decirlo, de su familia, y se quede en Jerusalén, donde le encuentran, bien podemos ver tres formas distintas de encarar la situación que son la de María, la de José y, por último, la del mismo Jesús.

María, Madre

María, además de Madre de Jesús era, eso, Madre y, como tal, es por lo que muestra ese enfado que ella y José tienen por lo que ha hecho Jesús. Es la que, digamos, lleva la batuta y, en cuanto encuentran a Jesús, en el Templo, a pesar de saber Quien era el que había dado a luz 12 años antes y por medio de Quién lo había engendrado, no deja de llamarle la atención; de regañarle, vamos. 

Cuál sería la situación de nerviosismo del matrimonio de Nazaret nos la podemos imaginar: el único hijo que tienen se les pierde (¡Hasta podían pensar que era por culpa de ellos mismos!) y cuando lo encuentran está, allí, tan tranquilo, hablando con los maestros y sacerdotes como si no hubiera pasado nada. Por eso, es comprensible la actitud de María. “¿Por qué nos has hecho esto?, “angustiados”. Estas son expresiones de una madre enfadada que le manifiesta al hijo no sólo su preocupación sino que le lanza ese por qué tan clarificador: sabía que lo había hecho por su voluntad, por eso se lo pregunta, claro. 

José, padre

Sin embargo, José, como siempre en la vida que le conocemos, no emite ni una sola palabra. Al igual que hiciera cuando el ángel le comunicó lo que iba a suceder a María, asiente, reconociendo, en Jesús, a Alguien más que a un niño de 12 años que se extravía. Bien sabía José que no se había perdido sino, al contrario, que se había encontrando, en la casa de Dios, con su Padre y por eso se había visto obligado a “no aparecer” con su padre durante tres días no por casualidad, los mismos que se “perdió” del mundo, tres su muerte de hombre. Es la actitud de José, el carpintero, una actitud calmada, conocedor de lo que la incomprensión ante lo que pasa es debido a la naturaleza de Quien la lleva a cabo. Aunque no lo diga el texto, yo creo que podemos pensar que José también guardaría aquellas cosas en su corazón, al igual que María, que tantas veces lo hace.

Jesús, el Emmanuel  

Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre ?"

Jesús, como tantas otras veces, nos sorprende con su actuación. No se limita a quedarse en Jerusalén (recordemos aquello de “porque me devora el celo por tu templo”, del Salmo 69,10 que les vino a la memoria a los apóstoles cuando zahirió  a las personas que negociaban con cosas religiosas, o más bien, utilizadas en el Templo) sino que, sabedor de su misión, debió de dirigirse directamente al Templo, donde tenía que demostrar su sabiduría preguntando a los más entendidos de entre ellos sobre las cosas de Dios pues estaba en su casa. Pensemos que dijera algo como esto:

 

Aquí custodiamos la Ley de nuestros padres, debatimos sobre las formas correctas
y las incorrectas, pero…yo pregunto: ¿hasta dónde cumplimos?,
¿no utilizamos la Palabra para no llegar a comprenderla?.
Yo pregunto: ¿es lo que quiere el Dios único y verdadero?.

 

Y así transcurrirían muchas horas…

La respuesta dada a María es, sobre todo, definitiva. Ese “estar en la casa de mi Padre” no debió de entenderse en ese momento, pero dejó claro quién era Él y Quien era su Padre.

Sin embargo, Jesús, que tenía muy claro cuál debería de ser su comportamiento, queda bajo la mano de sus padres, se somete a sus voluntades y regresa, con ellos, a Nazaret donde se sabe que vivía. Esto es un gran ejemplo, una vez más, de cómo debe de comportarse un discípulo suyo, de cómo ha de ser el proceder de quien se dice su seguidor: una cosa es el gusto de cada uno, aunque este sea razonable y hasta noble y otro, el comportamiento adecuado a la naturaleza espiritual de cada cual. 

Además, y como bien sabemos por lo sucedido luego, ese crecer en estatura, en sabiduría y en gracia ante Dios ante los hombres, era lo único que debía suceder. El crecer en estatura era la medida humana, el crecer en sabiduría y en gracia, la medida divina. Por eso Jesús es, también aquí, ejemplo a seguir porque con su crecer en ambos sentidos nos indica cual es nuestro camino: oración y vida común, mirar a Dios y al hombre, la verticalidad y la horizontalidad.

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no esperan nada de la sabiduría de Dios.

 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren cumplirla misión que tienen encomendada.

 

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a cumplir con lo que nos corresponde cumplir como hijos tuyos que somos.

  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

El caso es que Cristo no se perdió sino que se encontró.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

23.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Desde Belén hasta ahora mismo: exaltación de la cuna

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena – Desde Belén hasta ahora mismo: exaltación de la cuna

“Lo bueno de Belén es que la exaltación de tener al Niño con nosotros, con todo lo que supone de salvación y de promesa, nos abre el corazón como una primavera, hasta arrinconar tantas espinas como hay en el tronco del mayor suceso de la historia” (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de la Cruz)

No es nada de extrañar que Manuel Lozano Garrido, a la sazón Lolo para sus muchos amigos, dedicara en sus libros o artículos de prensa una atención muy especial a lo que llama aquí mismo como “el mayor suceso de la historia". Y no se equivocaba para nada ni tampoco exageraba. 

El caso es que el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) se refería, como podemos estar imaginando, al nacimiento del Hijo de Dios en un pueblo de Israel llamado Belén como, por cierto, había sido profetizado desde hacía muchos siglos (como bien dice Miqueas-5- “Más tú, Belén Efrata… de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño“) y por eso  los más entendidos en las letras sagradas judías sabían que así sería aunque, claro, entonces ya había sido…

Pues bien, las palabras aquí traídas son de verdadero consuelo porque están contenidas en su  libro Cartas con la señal de la Cruz que es, como bien sabemos, uno dedicado a la correspondencia que mantuvo nuestro amigo de Linares con otros enfermos. Y por estas palabras vinieron tan bien a los que entonces las leyeron o escucharon y ahora mismo a nosotros también nos vienen igual de bien. Por eso, a nosotros nos nace esta

Exaltación de la cuna

Meditación sobre el nacimiento de Jesús: "El Pesebre envuelve la gloria de  Dios"

Viniste, Niño, para salvar

lo que perdido estaba, 

viniste para perdonar 

los pecados de este perdido

mundo, 

viniste porque tu Padre 

nos amó hasta el extremo

y nos quiso sobre todo

y sobre todo nos quiso. 

Viniste, Niño, 

porque Dios lo había 

prometido, 

allende los siglos, 

y los profetas contaron

qué pasaría ese día, 

que de una Virgen vendría

a llenar tantos vacíos

y a colmar

los corazones.

Viniste, Niño, 

porque necesario eras,

pequeño como cualquiera

y como nadie limpio,

luz de luz

para desocupar la tiniebla

de la negrura humana. 

Viniste, Niño, 

y con tu entonces

y tu ahora

y tu para siempre

quisiste ser ternura

y lo fuiste,

esperanza

y la repartiste,

Amor sobre los mimbres

de una vida 

que se hace, 

canción con letra nueva

para las cosas renovadas,

mano que acompaña,

soledad ya olvidada.

Viniste, Niño, 

y con eso nos basta,

porque así colmarías

lo por venir, 

aquello que también

fue escrito 

sobre Ti

y sobre 

ese Gethsemaní.

Viniste, Niño,

y desde entonces, 

desde tu pueblo do naciste, 

es cierto que hubo estrella

y que trajo nuestro destino, 

es cierto que los pastores

corrieron y más

que corrieron

y postrándose ante tu cuna

estamos más que seguros 

que descubrieron el Cielo. 

Viniste, Niño, viniste,

y te quedaste muy dentro. 

Beato Lolo, pídele al Niño, que ya es grande, que siempre nazca para que siempre seamos salvos. 

Amén y un beso al Cielo.


Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:



Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (96)


De la Creación no se conoce la fecha, porque ya siempre existió en el pensamiento divino y aún sigue modelando cada día nuestro espíritu, con el poder de la Gracia

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

22.12.24

La Palabra del Domingo - Domingo, 22 de diciembre de 2024

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Lc 1, 39-45
                   

39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.
 

COMENTARIO

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

Bendita la Madre de Dios


Cuando el Ángel Gabriel, en la Anunciación, le comunica a María que su prima Isabel, ya de bastante edad, está embarazada de 6 meses no tiene duda alguna de qué es lo que debe hacer: ayudar. Por eso nos dice el texto del evangelio que “se levantó María y se fue con prontitud”. 

Podemos imaginarnos a aquella joven judía, que llevaba al Hijo de Dios en su seno recién cubierto por la sombra del Espíritu Santo, aparejando los arreos para montar, así debería ser, en algún jumento que la llevara por las montañas hasta Ain Karem, donde vivían Isabel y su esposo Zacarías (ya mudo por entonces por su falta de confianza en el Ángel del Señor) y donde iba a nacer quien sería llamado Juan, por misión Bautista. 

No sabemos si Isabel esperaba a su prima María. Y es que ni ella ni Zacarías le habían dicho nada de su embarazo. Lo que desconocía la anciana mujer es que el Espíritu Santo había cumplido con su misión a la perfección y le comunicó a ella algo muy importante. 

Algo aquí nos muestra lo que pasa entre María e Isabel y entre el niño que ambas llevan en su seno. Quien sería llamado Juan reconoce, de alguna manera lo reconoce, a Quien ha venido a visitarlo. Y salta de gozo en el vientre de Isabel que, raudo, le comunica a María algo que la esposa de Zacarías no sabía hasta tan exacto momento: sabe Quién lleva María dentro de sí. 

Evangelio del día: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es  el fruto de tu vientre!” - Mi vida en Xto

El caso es que el texto evangélico nos dice que Isabel se llenó del Espíritu Santo. Querría decir el autor de estas palabras que la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, que ha habitaba en el corazón de Isabel por ser su templo, se le manifestó en lo importante de la verdad. 

Isabel lo reconoce todo de una sola vez: María es una mujer elegida por Dios; el niño que lleva en su vientre (de apenas unos días) es el Enviado de Dios, el Mesías ansiado y esperado por el pueblo que el Creador tomó como especialmente suyo. 

Aquellas palabras de Isabel tienen todo que ver con una clara revelación divina. Por eso la anciana mujer sabe que es bendita María y que es bendito el niño que ella lleva dentro de sí; que si el niño es el Señor, ella, María, es su Madre y, por tanto, alguien que es tenida por muy superior a sí misma por parte de Isabel. 

Pero Isabel sabe, de alguna manera lo sabe, que María ha dicho sí a Dios. Ella, su prima, ha creído en lo que el Ángel le ha dicho y no ha hecho como su marido Zacarías que quiso dudar el poder de Dios y quedó mudo hasta que naciera el hijo que llevaba su esposa en sus entrañas. No. María dijo sí e Isabel lo sabía. Por eso sabe que las promesas de Dios hechas a María a través del Ángel (eso parece que también lo sabe Isabel) se van a cumplir porque Dios no es falso ni mentiroso sino veraz y cumplidor de su palabra, la Palabra. 

Sabemos, por otros textos evangélicos, que Isabel estaba embarazada de seis meses cuando el Ángel Gabriel le comunicó a María tan buena noticia para su prima y su esposo Zacarías. También que se quedaría ayudándola, al menos, hasta que naciera quien sería llamado Juan y a su padre Zacarías se le soltara la lengua como le había dicho el enviado de Dios. 

María, pues, ya estaba embarazada de tres meses cuando volvió a Nazaret a enfrentar una difícil situación con relación a su desposado José. Pero antes, antes de eso, ya había ejercido de buena samaritana con quien la necesitaba mucho.

  
PRECES


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar los gemidos inefables del Espíritu Santo.


Roguemos al Señor.

 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en Dios y no creen en el Creador.

 
Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

 
Padre Dios; ayúdanos a creer y confiar en Ti.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Isabel sabía Quién venía con María.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

16.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Dios ha grabado esto en nuestro corazón

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena – Dios ha grabado esto en nuestro corazón


Adiós, hijo. Las últimas palabras no las escribo sobre el papel, sino que las ha de grabar en tu alma con el ardor de un mensaje: “Tu Padre te espera y, cuando llegues, tuyo será su corazón”. (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

Como hemos dicho otras muchas veces (tantas como hemos traído aquí este libro de Lolo de título Reportajes desde la cumbre) es Dios mismo quien, puesto así por el Beato de Linares (Jaén, España) habla a su descendencia. Y lo hace desde la “cumbre” que es lo mismo que decir que desde el Cielo. 

Bueno, pues el caso es que en las palabras que hoy, las traída aquí hoy, nos dice Dios hay mucho de esperanza y, sobre todo, de creencia en que el Padre Eterno nunca ha olvidado ni olvidará a sus hijos. Y Manuel Lozano Garrido, como suele ser habitual, nos lo escribe de maravilla y para que se entienda a la perfección. 

Nos dice Dios que esto que nos dice último, por así decirlo, no tiene intención de que quede en el papel que, al fin y al cabo es fácilmente perdible por su deterioro o destrucción. No que quiere es que quede bien dentro en nuestro corazón donde, por decirlo en palabras de la Sagrada Escritura, la polilla no lo corroe todo…

Pero, en todo caso… ¿Qué es lo que nos quiere decir Dios a nosotros?

En primer lugar, aquí hay una despedida pero, como puede suponerse tratándose de Dios quien se despide, no es un “hasta nunca” sino, justamente, lo contrario porque es un “hasta ahora mismo, hasta ya” porque nuestro Creador ni nunca no has abandonado ni nunca nos va a abandonar. 

Y, claro, si hay un primer lugar es porque, por lo menos, debe haber un segundo lugar. Y es el que deducimos de todo eso: debemos tener esperanza en que lo mejor está puesto ahí para nosotros. Y así debemos creerlo.

Esto lo decimos porque en nuestra alma ha escrito Dios algo que es muy importante y que nunca deberíamos olvidar porque tiene todo que ver con su Amor por nosotros y, claro, también por el mismísimo Lolo que escribió esto que es, desde ya, tan edificante y edificador si de nuestra fe hablamos. 

Dios nos ha dicho dos cosas, es decir, ahora mismo, entendemos que nos ha querido decir, nos dice, primero, que nos espera y, luego que su corazón será nuestro. 

No podemos decir que eso sea poca cosa sino que es mucho y muy mucho que es. 

Como Dios nos espera podemos sostenernos en la vida y por cada tribulación por la que pasemos ahí tenemos al Padre tendiéndonos una mano. 

Como Dios nos espera podemos saber, a ciencia y corazón ciertos, que su Luz siempre está para mostrarnos el camino que nos lleva a su buen puerto que es Su definitivo Reino llamado Cielo.

Como Dios nos espera es así como debemos caminar: sabiendo eso y teniéndolo más que claro.  

Y ¿Qué decir de eso que tiene que ver con que Su corazón sea nuestro?

Decir, por ejemplo, que con eso nos quiere decir Dios que es nuestro su todo, su ser y que, por tanto, jamás debemos desesperar nos pase lo que nos pase que para eso está ahí Él, quien nos ha creado y mantiene este valle, sí, de lágrimas, pero de paso hacia lo eterno. 

Decir, por ejemplo, que con eso nos quiere decir Dios, y así lo debió entender muy bien Lolo, que siempre está para vernos como quiere vernos y que no puede ser de otra forma que amándolo y haciendo lo propio con nuestro prójimo.

En realidad, lo que debemos tener muy claro es que el Todopoderoso ha hecho por nosotros lo mejor que podía hacer: decirnos que nos ama y que Su corazón es nuestro. ¿Acaso se puede pedir algo mejor o algo más? Y eso lo comprendió Lolo más que bien. 



Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:



Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (95)


Las estrellas tiemblan porque todavía guardan la profunda emoción de Dios cuando las iba creando”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

15.12.24

La Palabra del domingo - 15 de diciembre de 2024

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Lc 3, 10-18

Tercer domingo de Adviento 


En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —‘¿Entonces, qué hacemos?’ Él contestó: —‘El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo’.

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: 

—‘
Maestro, ¿Qué hacemos nosotros?’ Él les contestó: —‘No exijáis más de lo establecido.’ Unos militares le preguntaron: —‘¿Qué hacemos nosotros?’ 

Él les contestó: —‘No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.’ El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.’ 

Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.”



El anuncio que hace el Bautista


Como el Mal nunca descansa y como culminación de las maldades de Herodes, tetrarca de Galilea, éste, ante la acusación de Juan, hijo de Zacarías y de Isabel, sobre su ilícito matrimonio con Herodías, manda que lo prendan y sea encarcelado. Y lo hace porque, seguramente, no quería que u “honestidad” se viera comprometida por aquel hombre pobre y vestido con piel de camello que predicaba en el desierto. 

Juan, antes de este terrible momento, como decimos, predica. Su predicación, continuación de su presentación al mundo, a su siglo, con ese “enderezad sus sendas” (se refiere a las del Señor) y la dura acusación a los hipócritas, a los que llama raza de víboras (Lc 3,7) tiene un sentido, que en este texto del evangelista médico de Pablo, doble, porque dos cosas nos quiere decir.
 
El profeta de lo ordinario

Juan, el Bautista, en la primera parte de este discurso, justo antes de clarificar quién es él y, sobre todo, quién vendrá, da una explicación, ante las preguntas que le hacían, de cómo se debe actuar, de cuál ha de ser el comportamiento de sus discípulos porque no todo valía y, sobre todo, lo bueno debía ser conocido por aquellos que quisieran seguirlo. 

Juan el Bautista: la historia del precursor de Jesús - Biblia

Era una pregunta muy genérica eso de “¿qué debemos hacer?”. Sin embargo, a esto Juan contesta de una forma muy específica. No se limita a dar un gran discurso moral que pudiera valer para todos, no hace que su predicación sea algo vacío sino que, al contrario, da a cada uno una respuesta porque cada hijo de Dios merece ser escuchado y, personalmente, atendido. 

Juan, el Bautista, tenía, por así decirlo, respuestas para todos. Pero ¿Qué quiere decir el primo de Jesús, por qué contesta así y no de otra forma? 

Sabemos que, en nuestra vida, convivimos con personas diversas, distintas, con dignidad propia, que cada cual tiene unas relaciones particulares, un medio en el cual desarrolla su existencia. En esa vida, en ese convivir, en esos momentos en los que podemos manifestar un comportamiento que sea más o menos adecuado con lo que es un comportarse, después, y ahora, cristiano es cuando debemos hacerlo. 

Para cada uno de los que le preguntan Juan tiene algo que decirle: para el que tiene dos túnicas, que reparta una, para el que tiene de comer, que reparta; también para quien sobre impuestos, que no abuse, etc. Esto lo dice como resultado, eso que ha de devenir, de esa conversión, decimos, de ese bautizo que él ofrece. Cabía, por lo tanto, un cambio de actitud donde, sobre todo, debía tenerse muy en cuenta la misericordia y el amor. 

Pero lo que resulta más importante, a nuestro entender, es que viene a decir que en cada circunstancia, en la de cada cual (porque cada uno le pregunta según lo suyo), en la vida ordinaria de cada quien, debemos llevar una conducta acorde con esa voluntad de Dios. Así, por ejemplo, nos preguntaremos antes de cada acción qué querría Dios que hiciéramos. Ese profeta, Juan, es, por eso, profeta de lo ordinario, pues en su boca, a través de ella, nos comunica el qué para cada cual, sin formulismos de carácter absoluto, pues es evidente que cada uno estamos en el siglo y somos, por eso, seculares, de una forma distinta. 

Pero Juan, viendo que podrían, quizá, por sus palabras y sus hechos, confundirlo con quien tenía que venir, con el Cristo esperado por el pueblo de Israel, no tiene más remedio que pronunciarse al respecto. Era, además de profeta de lo ordinario, profeta de la Verdad que llegaba. 

A este respecto, por muy importante que fuera decir a cada uno lo que tenía que hacer, aún tenía reservado un mensaje trascendente para el pueblo que lo escuchaba. Venía el Cristo, a quién él no era digno, en frase muy conocida, de desatarle la correa de sus sandalias. Para nosotros esta expresión, además de referirse a ese trabajo propio de sirvientes en aquella época, quiere decir lo que sigue: alguien se desata la correa de las sandalias cuando va a descansar de un camino hecho, para que descansen los pies que le han llevado por esa senda. Pues bien, ni siquiera Juan, con el camino que había recorrido, espiritualmente hablando, en su vida, podía ponerse a la altura de aquel que, sin haber, aún, recorrido su camino, y el nuestro, entre la gente, ya había caminado bastante, mucho, pues venía de Dios, quien todo lo ve y quien, en su Reino, todo lo tiene ya andado. 

Además, su bautizo, el de Juan, el de agua, el que perdona los pecados, no es nada comparado con el que trae Jesús porque es un bautismo de fuego, de Espíritu (recordemos Pentecostés y las lenguas de fuego en cuanto a la utilización de este símbolo) y con el que no sólo venía a perdonar los pecados sino que, además, cambiaría el corazón de piedra por otro de carne, más dado a la misericordia que al sacrificio (como dijo el propio Jesús). 

Este mensaje era claro, diáfano, pues si él mismo había criticado a sus contemporáneos (como, por otra parte, habían hecho siempre los profetas) mucho más haría Jesús en su predicación. 

Para nosotros Juan refiere, al decir eso de “fuego que no se apaga” algo trágico. Lo trágico, para quien sea esa paja que se aparta de Dios, voluntariamente, es que ese resquemor que pueda sentir en su corazón no se apaga nunca, que siempre tenga, aunque no quiera, esa desazón, ese sentimiento de no haber hecho bien, lo correcto. Los demás, aquellos que, tras su conversión, tan necesaria entonces como ahora, ingresará, por así decirlo, en el “granero” de Dios porque habrá sido fruto bueno (unos el 30, otros el 40 y otros el 100%, como dice la parábola del sembrador). 

Todo esto era, como dice el texto de Lucas, un anuncio de la “Buena Nueva”, de que Jesús estaba al llegar. 

A nosotros, ahora que tantos siglos después escuchamos estas palabras se nos pide, también, el acogernos a María, Madre de Jesús y Madre nuestra que, mientras Jesús acudía a Juan, como estaba escrito, guardaba todo aquello en su corazón.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren cambiar su corazón. 

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no esperan la venida de Cristo. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a escuchar las palabras del Bautista y ponerlas por obra. 
 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Juan, desde el vientre de su madre, ya sabía todo lo que debía saber. Y bien que lo demostró. 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

 

9.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Perdonar muestra un corazón, el corazón

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Perdonar muestra un corazón, el corazón


No le toques los músculos, para ver su hombría. Entérate de lo que ha perdonado y tendrás o no delante un héroe.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, Amor, nº 604)

No es poco común que nos equivoquemos  a la hora de pensar cómo es una persona. Y es que o solemos poner atención en lo que importa, en lo que verdaderamente importa. Y Lolo nos dice, bien a las claras, el punto exacto sobre el que debe recaer nuestra voluntad, digamos, conocedora del prójimo. 

Nos equivocamos, sí, porque somos unos simples e ilusos mortales. Y así, nuestra especial condición de una cosa y de la otra nos lleva a mirar más por las cosas del cuerpo que por las del alma. Y luego pasa lo que pasa…

De todas formas, y gracias a Dios que suscita de entre sus hijos a los que son mejores, aquí tenemos a Manuel Lozano Garrido para poner blanco sobre negro y para que nos caigamos del burro acerca de que conocemos de primera mano lo que queremos conocer. 

El Beato Lolo (Linares, Jaén, España) apunta exactamente al centro de la diana de cómo somos. Y lo hace para que nos quede claro hacia dónde debemos mirar y no es, precisamente, a lo más mundano del prójimo si lo que queremos saber es ante quién nos encontramos.

En realidad, debemos ir más allá de lo que aparentan las personas o, en todo caso, debemos mirar un poco más profundamente.

Esto de arriba lo decimos porque resulta muy sencillo caracterizar a un ser humano tan sólo atendiendo a lo que parece que es que es como si Cristo hiciera todo el caso a quien le dice “Señor, Señor"  (cf Mt 5,21) pero luego no pone en práctica la Palabra de Dios ni por asomo…

No. No es ahí donde debemos mirar en primer lugar aunque es casi seguro que se ahí donde miremos en primer lugar… No. Las cosas van por otro camino que tiene que ver con lo que, en realidad, es una persona. 

Hay que saber. Es decir, no nos vale con la capaexterna de la persona. Y hay que saber qué y cuánto ha perdonado…

Debemos saber, por tanto, “lo que ha perdona” porque eso resulta esencial para conocer de verdad cómo es una persona.

Así, por ejemplo, si una persona ha perdonado poco es que tiene un corazón duro, de piedra.

Así, por ejemplo, y al contrario, cuando una persona ha perdonado mucho es que tiene un corazón tierno… de carne que es como quiere Dios que sus hijos tengan el corazón porque es así como Él lo tiene y así se explica que nos perdone todas nuestras tropelías.

Saber que una persona ha perdonado mucho nos dice, en primer lugar, que ha tenido mucho que perdonar pero nos dice, sobre todo, que ha sido capaz de sobreponerse al ordinario comportamiento nuestro de no perdonar y dar el paso necesario para hacer lo contrario. Y no nos extraña nada que nos diga Manuel Lozano Garrido que la persona que ha perdonado (entendemos que mucho) tiene adherido en su corazón el título de “héroe". Y cuanto más perdone más héroe pues, de lo contrario, no seguirá el camino que Dios quiere para sus hijos. 

Y es que aquí todo está dicho: “setenta veces siete” (cf Mt 18, 22) ) dice Cristo que hay perdonar. Y es que, de hacerlo, el título del que habla Lolo lo tendríamos bien ganado… pues por para algo es Palabra de Dios.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.




Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (94)

¡Hermanos!: la alegría y la confianza tienen razón, desde que el Señor nos ha hecho con tanta fe y esperanza.”

……………………………


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

8.12.24

La Palabra del Domingo - Domingo, 8 de diciembre de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaLc 1, 26-38

Segundo Domingo de Adviento 

 

“26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.28 Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.’ 29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.30 El ángel le dijo: ’No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32  El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.’ 34 María respondió al ángel: ‘¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?’ 35 El ángel le respondió: ‘El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por  eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36  Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37 = porque ninguna cosa es imposible para Dios.’ = 38    Dijo María: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.’ Y el ángel dejándola se fue.

 

COMENTARIO

 

¡Hágase, Padre, hágase!

 

Lo que escribe aquel médico llamado Lucas en su evangelio nos muestra hasta dónde puede llegar la confianza, la fe, de alguien que cree en Dios Todopoderoso y sabe que, como es bien cierto, es poco frente a Quien todo lo es y todo lo puede y se sabe, pues, humilde.

Él Ángel Gabriel tuvo mucho trabajo que llevar a cabo, muchas misiones que cumplir en poco tiempo. Ya se había aparecido a Zacarías, esposo de Isabel y padre de Juan el Bautista, para decirle lo que iba a pasar con aquella que llamaban estéril y para demostrar que, para Dios, nada hay imposible. Primero, pues, se debía sembrar para que naciera el Precursor y, luego, tendría que acudir a la casa de una joven virgen para anunciarle, entre otras cosas, que era la “llena de gracia”.

No podemos negar, a nadie se le ocurriría pensar otra cosa, que María, aquella joven a la que se dirigió el Ángel del Señor, estaba turbada. No es fácil saber qué es lo que le estaba pasando cuando le dice aquel enviado de Dios lo que le dice y que pensara, por ejemplo, que aquello no lo comprendía. 

María, sin embargo, no hizo como hiciera meses antes (por lo menos seis) su pariente Zacarías. Él dudó de lo que le decía el Ángel y por eso, por su falta de confianza en Dios, quedó mudo hasta que nació quien llamaría Juan. No. María no duda ante lo que le dice Gabriel. María se extraña, eso sí, de que ella vaya a quedar embarazada sin haber conocido varón pues aún desposada con José no se había ido a vivir con quien se había prometido para ser su marido. Y aquella joven, entregada a Dios, en su virginidad, desde bien pequeña, sabía que no había conocido varón.

Bartolomé_Esteban_Murillo_-_La_Anunciación_(Rijksmuseum)

Pero María, pues, no duda. Decimos que ante lo que le dice Gabriel, ante aquel “llena de gracia” (liberada, por tanto, del pecado original por Dios Creador) podía haberse dicho, por ejemplo, “bien, creo en lo que dice el Ángel pero no me siento digna de cumplir con tal misión. Le diré que no puedo aceptar tal honor”.

Sin embargo, María, la joven María, no dice eso sino que se somete enteramente a la santa voluntad que, de Dios, le había expresado, su Ángel porque, en realidad, ni quería ni podía hacer otra cosa.

Pero en esto también María es especial. Tampoco se limita a decir sólo, por ejemplo, “bien, acepto” sino que, además añade algo que la define a la perfección y define, también perfectamente, lo que ha de ser un creyente en Dios: “he aquí la esclava del Señor”. Ella se sabe esclava de su Creador y, por eso mismo, no puede, ¡qué menos!, que aceptar lo que le está proponiendo Gabriel. Sabe María que, incluso que vaya a quedar embarazar sin seguir, digamos, el método ordinario y común del ser humano, es algo que no comprende pero que es posible para Dios. Es más, que nada hay imposible para Aquel que todo lo creó y mantiene.

Y el Ángel se fue, la dejó.

Podemos imaginar, al menos imaginarlo, cómo quedaría María, Virgen e Inmaculada, cuando Gabriel la dejó. En aquella soledad tan sonora como era estar con Dios y, es más, saber que lo iba a tener en sus mismas entrañas.

En realidad, sólo podemos imaginarlo y, luego, agradecer una merced tan grande hecha, por el Todopoderoso, a favor de la humanidad entera y completa.

PRECES

Por todos aquellos que no creen en la venida de Dios mismo hecho hombre.

Roguemos al Señor.

Por todos  aquellos que no se dejan inundar por la fe profunda de María.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibir a tu Hijo Jesús ahora que recordamos que vino para salvarnos.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

María quiso ser Madre de Dios… y lo fue.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

 

2.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena –  Resucitaremos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Resucitaremos

“El Cristianismo no arranca de una culpabilidad, sino de una esperanza” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, 978)

“Creer y convertirse”. Son dos expresiones que manifiestan la voluntad de una persona acerca de qué es lo que quiere no para esta vida (que también) sino, sobre todo, para la que ha de venir cuando se cierre el telón de su existencia y tenga que acudir donde haya merecido acudir. Y eso es lo que le pasó al Beato Lolo (Linares, Jaén, España)

Existe la creencia errónea según la cual basta con no creer en Dios para librarse, automáticamente, de lo que supone la existencia del Creador. Sin embargo, para desgracia de muchos incrédulos, las cosas son como son y por la mañana amanece cuando sale el sol. Y ante la Verdad poco pueden hacer los que prefieren esconder la cabeza bajo tierra pensando que, así, pasa el “peligro” de sentirse hijos de Dios.

Pues bien, quien se sabe hijo del Creador sabe perfectamente que en esta vida está de paso o, como poco, a decir de Santa Teresa, que es una mala noche en una mala posada o dicho hoy día, en una mala pensión de las llamada de “mala muerte”.
Es decir, que poco pasamos aquí con relación a lo que ha de venir tras nuestro final corporal. Y estamos seguros que tal pensamiento dio a Lolo una nutriente esperanza para su alma. 

Tenemos una esperanza clara, como la tuvo Manuel Lozano Garrido, que nos sostiene en el mundo y por la cual vivimos y existimos: la resurrección.

En efecto,
resucitar, cuando llegue el momento en el que Cristo vuelva a la tierra para juzgar a vivos y muertos, ha de ser el anhelo de todos los que estamos más que seguros que todo esto, nuestra fe y Dios mismo, no son una ilusión que necesitamos para vivir sino que ambas realidades son más que ciertas, que lo vemos todos los días y que, no obstante, lo que nos espera es infinitamente mejor y dura para siempre, siempre, siempre como diría Santa Teresa de Jesús.

Resucitar para toda la eternidad y que sea para una eternidad de vida y no de muerte, es lo que nos sostiene, lo que sostuvo a Lolo en su sufriente vida terrena. Es una esperanza fundada en la resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios, enviado por el Padre y Mesías de la humanidad toda. Por ella murió pero, no sin embargo, dejando de avisar acerca de los requisitos (¡sí, hay que cumplir algunas condiciones sine qua non!) citados arriba: creer y convertirse.

No basta estar más que seguros de que seremos salvados y vivir dormidos en los laureles. Si Cristo murió para que toda la humanidad se salve, no lo hizo porque estuviese seguro de que toda la humanidad se iba a salvar sino que, en todo caso, se salvarían aquellos que creyesen en Su persona y se convirtiesen. Así, sí; de otra forma, no. Y Lolo creyó y más que creyó en su hermano Jesucristo y por eso completó, con su dolor, el del Enviado de Dios.

El Amor de Dios, llegado directamente a nosotros (a falta de mayor fe en su pueblo elegido) es una garantía de verdad de la que no dudamos porque el Todopoderoso tiene, en efecto, todo el poder y nada para Él es imposible. Ni siquiera hacer posible que nosotros dejemos de pecar y nuestra esperanza se haga carne y sangre en nuestra vida. Ni siquiera eso.

¿Hay mayor esperanza?, verdad, ¿Lolo?

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor"  (93) 

Da escalofríos pensar que Dios, tan infinito, necesite del amor de los hombres y que aun hasta lo añore

…………………………


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna (¡Con nuevos artículos! sobre Lolo)

1.12.24

La Palabra del domingo - Domingo, 1 de diciembre de 2024

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Lc 21, 25-28. 34-36

Primer Domingo de Adviento

 
25 ‘Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, 26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrar ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.”

34 Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, 35 como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. 36 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.”

COMENTARIO

Un claro aviso de Cristo y un consejo

Dar comienzo un nuevo tiempo de Adviento ha de suponer, para los hijos de Dios, algo así como un saber dónde nos encontramos en el camino que nos lleva al definitivo Reino de Dios. Y, para eso, ya tenemos a nuestro hermano Jesús que nos dice, exactamente, qué va a pasar. 

Sin embargo, no nos deja así, digamos, con el corazón en un puño o con un miedo inconmensurable sino que pone sobre la mesa lo que debemos hacer. Y es que el Hijo de Dios sólo quiere, para nosotros, lo mejor. 

En primer lugar, podemos decir que el panorama que nos muestra Jesucristo no es nada alentador, así en principio. 

Nosotros sabemos, adelantándonos al final del grupo de versículos del Evangelio se San Lucas, que el Calendario Litúrgico nos pone como los propios del día, que está hablando Cristo de su segunda venida al mundo, en su Parusía. 

Lo que aquí pasa es que nos advierte, clara pero misteriosamente, de lo que va a pasar entonces. 

Todo lo que anuncia Jesucristo está dicho. Por tanto, como la Palabra de Dios nunca va a pasar y siempre es cierta y verdadera, no podemos hacer con esto como si no tuviera importancia o, peor aún, no nos concerniese a nosotros. Al contrario de la verdad: tiene mucha importancia y estamos totalmente dentro de la eficacia de tales palabras, de la Palabra de Dios. 

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | Habrá  señales en el sol, en la luna y en las estrellas

Decimos que el panorama no es nada bueno. ¿Y es que puede ser que vaya a pasar, porque pasará, todo lo que dice Cristo que va a pasar y no nos sintamos terriblemente afectados?

Pueda haber quien crea eso de que “bueno, aún queda mucho para eso”. Y, a lo mejor, es verdad. Pero, a lo mejor, no lo es y mañana mismo todo eso sucede. Y es que sólo Dios sabe el día y la hora en la que regresará su Hijo al mundo. Por eso lo que viene después es tan importante. 

Pero, antes de seguir con lo que viene después y que es un gran consejo de parte de Cristo, digamos que en efecto, que sí, que cuando se produzcan los acontecimientos que se han de producir, previos a la vuelta del Hijo de Dios al mundo, no debemos desalentarnos sino todo lo contrario. Y tal es así la cosa porque sólo entonces sabremos que todo se va a cumplir y nuestra definitiva salvación se hará efectiva. 

Pues bien. Decimos arriba que Jesucristo nos aconseja. Y no es poco lo que nos dice. Y nos lo dice para nuestro bien aunque a nosotros, a lo mejor, no nos parezca que sea bueno eso que nos dice… 

Veamos. 

Digamos, antes que nada, que todo lo aquí dicho, en segundo lugar después del texto puramente apocalíptico, está dicho porque Jesucristo quiere que nos salvemos. Y por eso nos habla de todo lo que no debemos hacer para, claro, hacer lo contrario. 

Nos dice, por ejemplo, que no nos dejemos dominar por los gozos puramente mundanos. No llevan a nada que no sea al Infierno. Por eso nos recomienda Jesucristo que los sigamos como si fueran nuestros diosecillos particulares. No. Debemos darles la espalda aunque eso suponga un hacer de menos nuestra voluntad carnal… 

En realidad, todo esto se centra en algo que no siempre tenemos en cuenta: debemos estar, permanecer en vela. 

La “vela” es un, digamos, estar siempre preparados. Y lo debemos estar porque, como decimos arriba, no sabemos cuándo ha de volver, de nuevo, el Hijo del hombre, Cristo. 

¿Cómo, de todas formas, debemos velar? 

Sencilla es la respuesta: con la oración, orando y, suponemos, pidiendo a Dios, como suele decirse, que “nos coja confesados” en el momento en el que crea oportuno volver a enviar al mundo a su Hijo para que juzgue a vivos y a muertos. Y es que entonces, cuando eso suceda, no vendrá como la primera vez a decir que el Reino de Dios es posible, que se puede alcanzar sino que será para hacer efectivo el mismo con toda su crudeza y realidad espiritual y real. 

Dice Jesucristo que quiere que podamos estar “en pie delante del Hijo del hombre”. Y es que quiere que podamos estar así, en pie, porque no hayamos caído en el abismo del que tanto habla el salmista y, sobre todo, porque podamos mirarlo a los ojos diciéndole que hemos cumplido con Su Voluntad y que tenemos el alma limpia. Y sólo así podremos permanecer en pie porque sólo así merecemos permanecer en pie. Y no de otra manera.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

El caso es que lo que de venir… vendrá.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.