3.02.25

Amigo de Lolo - Frases que bien valen la pena – Cristo está en todo pero no es todo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Cristo está en todo pero no es todo


Ver a Cristo en la voz que levanta dolores de cabeza o en la presencia que crispa los nervios, reclama una valiosa operación de fe, pero también hay que creer muy firme para delinear en unos miembros escarnecidos el resto exacto de un Dios.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Manuel Lozano Garrido hace sabe muy bien  al referirse a dos realidades en un mismo pensamiento. Y es algo que hace muchas y más que veces. Y eso es lo que hace en el texto que hoy hemos traído y que ha salido de su libro El sillón de ruedas título que, por cierto, le venía muy bien al Beato de Linares (Provincia de Jaén, España) porque muchos años vivió literalmente sobre uno de tales sillones…

Nosotros hemos dado el título que hemos dado al artículo de hoy porque quizá hay algo que no se entiende o, a lo mejor, no lo entienden algunos creyentes católicos (los que no lo sean, con franqueza lo decimos, no nos importan tanto) Y es que sí, Dios todo lo creó y Cristo, siendo Dios hecho hombre, también tubo que ver con la Creación y, por decirlo así, Dios está en todo y Cristo está en todo. Sin embargo, eso no quiere decir que ni Dios sea todo ni Cristo sea todo pues resulta mas que evidente (para algunos no lo es tanto) que Jesucristo fue y es Jesucristo y que Dios es y siempre será Dios pero son la Primera y Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Eso son, pero no más (ni menos) 

El caso es que conviene aclarar esto para que nadie se lleve a engaño

Pero, como arriba decimos, aquí Lolo se refiere a dos realidades que no es que sean imposibles de cohonestar (perdón por el palabro) sino que una lleva a la otra si las sabemos entender o, al menos, si tratamos de entenderlas. 

Nos plantea el linarense universal que la fe se las ve tiesas cuando se habla de dos cosas que son, por un lado, expresión de nosotros mismos y, por otro, expresión de la figura de Cristo, Jesucristo, Mesías y Salvador nuestro. 

Pues bien, es fácil entender que para darnos cuenta de que Cristo está en quien pueda darnos cierto malestar o que también está en quien puede llegar a crisparnos los nervios o, por decirlo de otra forma, a sacarnos de nuestras casillas (ambas cosas nos pone en un lugar terrible si bien lo miramos) hay que tener una fe bien arraigada en nuestro corazón. Es decir, que para no mandar a esparragar a quien nos cause dolores de cabeza y nos ponga algo nerviosos hace falta darnos cuenta de que en tales personas también está Cristo…

Sostener eso, que en tales personas está Cristo, ha de querer decir (de inmediato) que no podemos arremeter contra ellas porque, en efecto, nuestro hermano venido a salvarnos, también se encuentra allí mismo. Y no podemos negar que debemos tener una fe muy fuerte y bien arraigada en nuestro corazón como para no proceder como quisiéramos proceder que no es, precisamente, una manera muy santa de proceder con tales personas.

Pero es que lo “otro” es también muy importante. 

¿Y qué es lo otro? 

Lo otro es, nada más y nada menos, no perder la perspectiva de darse cuenta de que Quien está escarnecido en una Cruz no es un hombre cualquiera sino el Único Hijo de Dios engendrado y no creado. Y es que puede no resultar fácil apreciar que sí, que allí mismo, que Aquel que está cubierto de heridas y de sangre no es Otro que Quien bien poco tiempo antes fue recibido en Jerusalén con tintes de gozo y alegría. Sí, es Cristo mismo quien está clavado en dos maderos que los que no sabían lo que hacían habían unido con aviesas razones

En realidad, nuestra fe ha de ser fuerte para no caer en la tentación de escarnecer al prójimo cuando el cuerpo nos pide hacerlo y, luego, para ver en el Crucificado al mismo Dios hecho hombre que, no olvidemos, estaba a punto de vencer a la muerte y, de paso, abrirnos las puertas del Cielo. ¿Verdad, Lolo, que eso es así y que no es poca cosa?

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.



Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (101)

La belleza es tan infinita en Dios que, desbordando su obra visible, se desparrama por lo que, como el campo atómico y el celular, permanecen todavía casi intangibles a la huella del hombre.”

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (Con nuevos artículos sobre Lolo)

 

2.02.25

La Palabra del domingo - 2 de febrero de 2025

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Lc 2, 22-40

“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de ellos, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley:

‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

‘Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel’.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de Él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre:

‘Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos’.

Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años.

No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.’”


COMENTARIO

Una manifestación bien celebrada

En este texto del Evangelio de San Lucas hay mucho a tener en cuenta porque, como dice este Evangelista en el principio de su Evangelio, se había informado para poder escribir bien todo lo que debía escribir. Y aquí también se nota que eso lo hizo bien. Y es que se trata de otra manifestación del Hijo de Dios (sumada a la de su propio nacimiento o a la de la presencia de aquellos Magos venidos de muy lejos o la que vendrá cuando sea bautizado en Jordán en un tiempo muy lejano al de ahora…)

Los padres de Jesucristo no eran, precisamente, de los que no cumplían las leyes (ya empezaron yendo a Belén en su momento oportuno y en aquellas duras circunstancias…). Y una de ellas decía que el primogénito debía ser presentado en el Templo, algo así, como para ofrecérselo a Dios. Luego, pagando lo que debían pagar “rescataban” para su familia a quien habían presentado. Y esto debe ser así pues no hubiera sigo manejable por nadie que todo primogénito nacido en Israel, al ofrecerlo en el Templo tuviese que quedarse allí…

Pues bien, José y María hacen lo que deben hacer en el tiempo que debían hacerlo. Lo que pasa es que se van a encontrar con una sorpresa grande con aquellos dos ancianos, Simeón y Ana, que andaban por aquel lugar desde hacía mucho tiempo sirviendo, a su forma, a Dios en su Templo. 

ALGUNAS CONSIDERACIONES DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO – 2 -  Santiago de Cangas

Lo que dicen aquellos dos ancianos tiene todo que ver con una clara inspiración del Espíritu Santo. Es más, aquí mismo se dice que en Simeón estaba el Espíritu Santo. Y eso no es un dato baladí o de poca importancia porque supone, exactamente es lo que supone, que al ver a aquel Niño casi recién nacido, supo de inmediato que la misión de su vida se había cumplido en aquel momento. Y tal es así que le pide a Dios que ya puede llevárselo pues ha visto al Mesías y al Salvador lo cual, por supuesto, sólo lo ha podido saber por un “soplo” que le ha dado el Defensor. 

Y luego Ana. Aquella mujer, también anciana, dice algo parecido de Jesucristo. Y es que también sabía ante Quien se encontraba. 

De todas formas, Simeón dice algo muy importante que es lo que luego, con el tiempo, va a pasar (Seguramente estaba dotado del don de profecía). Y es que aquel Niño será una persona muy importante en Israel y que hará lo que tenga que hacer cuando llegue el momento. Pero a su Madre, a la joven que tenía ante sus ojos, le espera una espada que le atravesará el corazón que será, como bien sabemos, al ver la muerte de Cristo en la Cruz. 

Algo, de todas formas, también es importante. Y es lo que nos dice Lucas al final de esta parte de su Evangelio. Y es que aquel Niño, quien bien sabemos su origen y su destino, fue creciendo en sabiduría y la gracia de Dios, “estaba sobre él". Y es que no podía ser de otra forma al ser Dios hecho hombre.

PRECES

Pidamos al Señor por todos aquellos que no aceptan al Hijo de  Dios en sus vidas

Roguemos al Señor. 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren la presencia de Cristo en el mundo y en sus vidas

Roguemos al Señor. 

ORACIÓN 

Padre Dios; ayúdanos a escuchar las palabras de tu Hijo.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 
Eleuterio Fernández Guzmán                                                                                                                 

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Aquella fue una Presentación con todas las de la Ley… de Dios.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

1.02.25

Por influencia de Lolo: nuevo Libro

Sólo escribimos esto para dar noticia de la publicación de un librito que se ha dado a publicar por influencia directa de Manuel Lozano Garrido, Lolo.

El libro se titula “Parrafillos con Cristo”. Y está publicado a través, por decirlo así, de la editorial de Amazon, donde se ha puesto en versión papel y en versión descargable.

Alguien se puede preguntar acerca del título de este librillo que tiene apenas 70 páginas. Pero el caso es que la explicación del mismo viene de esto que sigue (parte de “Explicación de todo").

Todo esto se lo debemos a Lolo porque en su libro “Dios habla todos los días” dice, en un momento determinado (p. 32 de la edición original -1962- y 35 de la publicada en el año 2000) dice esto que sigue en su libro a modo de Diario (ese día es el 15 de abril y es Viernes Santo):

Como en el Sagrario han puesto el Monumento y viene tanta gente, abren las puertas de par en par y así es más fácil. Yo, que estoy ya en el balcón, veo desde aquí los reclinatorios, las velas encendidas y hasta el mismo Cristo, que se nos alza, sacramental y glorioso. Así que, desde que me levanto, hago el propósito de pasar mi día y mis cosas de cara a Él. Si leo, si como, si tomo una medicina, subo mis ojos y allí está, diciendo que vive como cosa propia mis palpitaciones. De vez en cuando, dejo lo que tanta entre manos y le digo que vamos a echar un parrafillo”.

A nosotros también nos gusta eso de echar “parrafillos” con Cristo aunque ya podemos imaginar que no va a ser lo mismo que los eche un santo como la copa de un pino como es Manuel Lozano Garrido a que lo hagamos nosotros, pecadores empedernidos. Y, en todo caso, sólo con suma paciencia por parte del Hijo de Dios seremos capaces de mantener el listón lo más elevado que seamos capaces de elevarlo.”

Allí se ha escrito sobre esto (o sea, el Índice):

Explicación de todo

Parrafillos sobre:

La vida

El amor

El sufrimiento

El prójimo

Dios

Lo de cada día

Los anhelos

La suprema esperanza

El perdón

La lucha interior

Y valga este ejemplo. Les ponemos un “parrafillo” (como una plática o charla con Cristo). Corresponde al apartado de título “Dios":

Dios sabe que lo queremos, ¿Verdad?

Sabes, Cristo nuestro, que muchas veces pensamos que Dios, como somos tan y tan pecadores y cumplimos poco su santísima Voluntad, nos debe mirar con no poco desapego. Y es que Él, que ha entregado hasta su único Hijo al mundo para que el mundo se salve, ha de tener muy claro cuál ha de ser el comportamiento de su descendencia aunque su descendencia diera la impresión de que mira para otro lado. 

Nosotros queremos, hermano bien amado nuestro, que sepa Dios que le queremos con todas nuestras fuerzas aunque a veces parezcan más bien flojas las mismas; que le queremos por muchos jarros de agua fría que nos echemos encima y que siempre acaban estropeando nuestra relación con Él. 

Queremos que nos digas, Cristo hermano, si es posible que sepa Dios que nosotros estamos siempre de su lado y que nos apoyamos en la huella que deja en nuestra vida para seguir caminando hacia su definitivo Reino. Y queremos también, Señor nuestro además, que en el corazón del Padre estemos cada uno de nosotros o, mejor, cada buena intención que sepamos ser capaces de mostrar y demostrar que le queremos porque nos sabemos hijos suyos y no queremos nada más que amarlo muy por encima de nuestras cosas mundanas. ¿Será así suficiente, hermano? 

Y eso es todo. Valgan estas pocas palabras para dar esta pequeña noticia que, al que esto escribe, le llena de orgullo y satisfacción, como diría aquel.

Gracias Lolo, también, por esto.

Eleuterio Fernández Guzmán   

Y ya de paso, esto otro también publicado en Amazon.  Se titula “Ansiar el Cielo". Y es anterior al de Parrafilllos… 

NOTA: se me olvidaba decir que quien quiera tener el libro en formato descargable sólo tiene que decírmelo y le enviaré por correo electrónico tal versión gratis et amore.                                                                                                          
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dar las gracias a Lolo es siempre un deber necesario.
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Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (Con nuevos artículos sobre Lolo)

27.01.25

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – El supremo gozo de la Palabra de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – El supremo gozo de la Palabra de Dios


La palabra de Dios es dulce, limpia, eficaz y continua, como una fuente que mana un chorro infinitamente sabroso.” (Beato Lolo, de su libro Mesa redonda con Dios)

Aquellos que nos consideramos cristianos y, por decirlo así, de apellido católicos, tenemos muy claro una serie de realidades espirituales con las cuales caminamos hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo. Y no es la más pequeña, precisamente, la Palabra de Dios. Y por si no lo tuviéramos claro, aquí mismo el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) nos lo pone negro sobre blanco para que no haya duda alguna al respecto como, por cierto, siempre hace con sus amigos.

En realidad, cuando hablamos de la Palabra de Dios nosotros suponemos que Manuel Lozano Garrido se refiere a la que está contenida en las Sagradas Escrituras abarcando, con tal intención, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento porque otra cosa no es entendible…

Sobre la citada Palabra de Dios no nos cabe la menor duda que le damos la importancia que merece por ser lo que Dios mismo ha suscitado entre sus hijos para que nos llegue la misma. Y, es más, no sólo eso sino que en determinados pasajes (bautismo del Señor, por ejemplo u otros más) es el Todopoderoso mismo quien nos habla directamente sin suscitación ni nada por el estilo…

De todas formas, si es que no siempre la damos la importancia que merece que Dios no nos haya dejado solos desde que creó al hombre a su imagen y semejanza aquí está Lolo para ponernos a qué debemos atender según lo que nos dice que es la Palabra de Dios. 

Cada uno de los adjetivos de los que aquí escribe el linarense universal hacen explícito el Amor que Dios tiene con referencia a sus hijos Y es que cada uno de ellos muestran a la perfección la grandeza del corazón del Señor.

Así, por ejemplo, cuando nos dice Lolo que es dulce la Palabra de Dios no es poco cierto que lo es porque sale del corazón de Quien todo lo ha creado y mantiene y es, por decirlo también con lenguaje bíblico, miel sobre hojuelas. 

Así, por ejemplo, cuando nos dice Lolo que es limpia la Palabra de Dios es algo de lo que no podemos dudar de ninguna de las maneras y nos dice que nos torcida, que no tiene doble sentido, que no pretende engañarnos sino que, al contrario, es luz de luz.

Así, por ejemplo, cuando nos dice Lolo que es eficaz la Palabra de Dios es como si fuéramos capaces ahora mismo de comprobar tal eficacia y tenerla aún más en cuenta en nuestra vida.

Así, por ejemplo, cuando nos dice Lolo que es continua la Palabra de Dios certifica este buen hermano nuestro que no ha dejado de estar ahí desde que, quien fuera, pusiera por escrito lo que el Todopoderoso le suscitaba poner y ha llegado hasta nosotros, hasta el ahora mismo por el que caminamos.

Así, por ejemplo, cuando nos dice Lolo que la Palabra de Dios es como una fuente y que, además, no es que mane agua sencilla (que ya es buena cosa y un regalo de Dios mismo para nosotros) sino eternamente sabrosa, nos quiere decir que a ella debemos acudir siempre y no sólo cuando tengamos sed espiritual pues entonces, como pasa con la sed de agua, es manifestación de un síntoma de sequedad que va más allá de lo normal…

¿Quedaría algo más por decir de la Palabra de Dios y de lo que es para sus hijos?

Sí… quedaría por decir que debemos acudir a ella pues, de lo contrario, podemos llegar a morir de ser espiritual que es algo a lo que Lolo, en su continuo acudir a la Palabra de Dios, no se vio sometido. Y es que un gozo, verdaderamente, supremo, por ser lo más y eterno, por no acabar nunca. ¿Verdad, Lolo?


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (101)

La belleza es tan infinita en Dios que, desbordando su obra visible, se desparrama por lo que, como el campo atómico y el celular, permanecen todavía casi intangibles a la huella del hombre.”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

26.01.25

La Palabra del domingo - 26 de enero de 2025

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Lc 1, 1-4; 4, 14-21


1 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 2 tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 3 he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. 15 Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:18 ‘El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva,  me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos  y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos’ 19 y proclamar un año de gracia del Señor’.  20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 21 Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.’”


COMENTARIO

Admirados de la Verdad
 

Aquel hombre, que era médico y al que, por tanto, se le supone una educación y formación elevada (mucho más que la de los apóstoles escogidos por Jesús) sabía que su labor debía cimentarse sobre datos concretos y no sobre elucubraciones. Por eso, cuando empieza a escribir el relativo de la vida de Cristo lo hace advirtiendo acerca de eso. 

Suponemos que aquel Evangelio lo escribía para un tal Teófilo. Sería, como bien dice el propio Lucas, persona importante. Por eso le pone sobre la pista de que el trabajo que va a enviarle está hecho a conciencia porque ha investigado “diligentemente” y no ha dejado nada a la casualidad o a la imaginación. Sabemos, por tanto, que San Lucas escribe este Evangelio y los Hechos de los Apóstoles consciente de lo importante que es hacerlo bien. 

Lo que hace Lucas es confirmar lo que han escrito otros. Lo decimos porque escribe diciendo que hace lo que hace para que conozca Teófilo “La solidez de las enseñanzas que has recibido” y no dice, por ejemplo, para “decirte lo que verdaderamente sucedió”. Y es que aquel hombre, médico, sabe que lo que han escrito otros es cierto y lo que él hace es, por eso mismo, confirmarlo tras una ardua investigación. 

Escribe, por tanto, acerca de aquel hombre que, llamado Jesús, había sido enviado por Dios. Y lo hace poniendo un ejemplo de cómo, en efecto, aquel hombre, aquel Maestro, reconocía que era, en efecto, el Hijo de Dios. 

Vemos a Jesús movido por el Espíritu Santo. No es la primera vez que eso ocurre porque, como sabemos, lo mismo le sucedió cuando fue al desierto tras su bautismo. Pero ahora, ya empezada su vida, llamada, pública, camina enseñando la Buena Noticia: el Reino de Dios ha llegado y es necesaria la conversión del corazón. 

Lectio Divina: 2 de septiembre de 2019 - Iglesia en Aragon Jesús, como es de imaginar, iría a su pueblo algunas veces. Aquí lo vemos haciendo lo que tiene que hacer: enseñar. 

La enseñanza de Jesús, como sabemos, era de las llamadas con “autoridad”. Así mismo lo recogen otros textos evangélicos poniendo en boca de los que le escuchaban aquel “enseña con autoridad” y no como otros que, dándoselas de sabios y entendidos, no sabían explicar ni enseñar. 

Pero Jesús sí sabía. Por eso no dejaba pasar ninguna ocasión para que se supiese que había sido enviado al mundo a cumplir una misión de importancia no pequeña. 

Podemos decir, a tal respecto, que muchos no acababan de entender lo que quería decir. Por eso ahora, cuando acude a la sinagoga de Nazaret, ve en aquello un momento preciso y precioso para comunicarles algo. 

Antes de eso Jesús había caminado mucho y enseñado mucho. Y ahora no iba a dejar de hacerlo. Por eso se levanta a leer el texto que le dan. 

Nada más y nada menos que se trata del profeta Isaías que fue aquel que, en varios momentos de sus escritos, muestra cómo será la vida última del Mesías. Y Él, el Mesías, tenía su texto entre las manos e iba a leerlo. 

El caso es que Jesús no leyó cualquier parte del libro de Isaías. No, tomó aquella en la que se anuncia que el Mesías anunciará la Buena Noticia y que muchos, cautivos de males físicos y espirituales, sanarán cuando venga enviado por Dios. 

Podemos imaginar qué estaban haciendo aquellos que le escuchaban. Jesús no era nada desconocido en su tierra sino que habrían llegado muchas noticias de sus predicaciones y de los hechos extraordinarios que había llevado a cabo. Muchos signos hechos que, para ellos, significaban mucho. Y esperaban, claro, algo de parte de aquel Maestro. 

Se sabía, por tanto, que cuando el Mesías llegase a la Tierra pasaría eso: los cautivos del Mal serían liberados (pensemos en los endemoniados), los ciegos verían y, en general, aquellos que estaban oprimidos (por cualquier causa o circunstancia) alcanzarían la libertad. Y eso era lo que había pasado cuando Él había venido al mundo y otros lo habían presentado, porque lo era, como el Cordero de Dios. 

Podemos imaginar cómo quedarían muchos con aquellas palabras: unos contentos y felices por ver que había llegado el tan esperado Mesías; otros vivamente preocupados por lo que eso podía suponer para sus intereses al conocer que aquel Mesías no era como esperaban. 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no esperan el regreso del Mesías. 

Roguemos al Señor. 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Cristo. 

Roguemos al Señor. 

ORACIÓN 

Padre Dios; ayúdanos a escuchar las palabras de tu Hijo.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 
Eleuterio Fernández Guzmán                                                                                                                  

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Se dieron cuenta de que aquel lector no era un lector cualquiera… al menos algunos. 

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Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

20.01.25

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Nuestra franqueza para con Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Nuestra franqueza para con Dios

A veces valoramos un ejercicio de adoración simplemente por sus añadidos de postura, fervores y palabras, y puede que algún día sorprenda hallar la conformidad de Dios y nuestra fecundidad en un gesto simple, tal vez trivial, pero sincero.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que en este texto de su libro El sillón de ruedas nos echa un pequeño rapapolvo aunque lo haga de forma delicada. Y es que lo que quiere nuestro hermano es que vayamos puliendo todo aquello que nos sobra y, vamos, que lo vayamos podando (como en la parábola de la viña)

Es verdad que nos solemos creer que la práctica que llevamos de nuestra fe es buena y que, por tanto, tampoco es que sea demasiado importante cambiar eso que hacemos, a lo mejor, todos los días o, al menos, de vez en cuando. Y eso, también es verdad, es manifestar demasiado optimismo…

Nosotros nos tomamos nuestra fe, a veces, muy en serio pero en algunas ocasiones no hacemos más que disimular acerca de la misma y, en todo caso, no hacer bien las cosas. y por eso el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) nos dice algo que siempre deberíamos tener en cuenta para no ponernos a nosotros mismos ciertas trampas que es como hacérselas jugando al solitario… que es algo que, hablando con franqueza, es cosa de necios…

Nosotros no queremos ser necios, como ponemos arriba. Y por eso no debemos caer en la actitud a la que se refiere aquí mismo Manuel Lozano Garrido. Y es que, de caer en ella es cierto que sólo mantendremos una fe en apariencia pero en verdad… nada de nada. 

De todas formas no creemos que Lolo quiera decirnos que lo aquí manifiesta como que a veces entendemos la adoración en base a unas posturas, a unos fervores y a unas palabras no tenga importancia. Es decir, que no la tengan ni las posturas ni los fervores ni las palabras porque sí la tiene aunque…

El problema es, precisamente, el “aunque” que, por lo común y según significa tal conjunción, quiere decir que hay algo detrás de lo que hacemos que a lo mejor no está ni bien siquiera…

Nosotros decimos que postura… sí, que fervores, también y que palabras, mucho mejor pero en el fondo lo otro, lo que quiere decirnos Lolo es, seguramente, más importante. 

Aquí juega un papel muy importante la sinceridad o, mejor aún, la franqueza. Es decir que es posible que nos baste y nos sobre con un gesto, como dice Manuel, simple (que es lo contrario que alambicado, por rebuscado, y excesivo) y que el mismo puede ser recibido mejor por Dios Todopoderoso que toda la retahíla de expresiones, fervorosas sí pero demasiado “complicadas"…

Aquí, por tanto (es decir, de que el gesto sea simple pero franco) podemos deducir dos consecuencias que tienen que ver con Dios y con nosotros mismos, sus hijos fieles. Por un lado que a Dios, como hemos dicho arriba, agrade tal gesto que podemos considerar sin importancia; para nosotros puede suponer una fecundidad espiritual a tener en cuenta porque habremos llenado el corazón con esa conformidad que Dios puede expresarnos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (100)

El sol no es sino un rescoldo o sombra de la esplendorosa Luz a Dios.

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

19.01.25

La Palabra del domingo - 19 de enero de 2025

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Jn 2, 1-11

1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. 2  Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. 3 Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: ‘No tienen vino.’ 4 Jesús le responde: ‘¿Qué tengo yo contigo mujer?, Todavía no ha llegado mi hora.’ 5 Dice su madre a los sirvientes: = ‘Haced lo que él os diga.’ =6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. 7 Les dice Jesús: ‘Llenad las tinajas de agua.’ Y las llenaron hasta arriba. 8 ‘Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.’ Ellos lo llevaron.9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían  sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio 10 y le dice: ‘Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.’ 11  Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.”

COMENTARIO     

Una clara manifestación de poder

 
Nos dice este texto del evangelio de San Juan que con esto que contiene Jesús dio comienzo a sus señales porque, al parecer, era necesario que hiciese eso para que, al menos, fuese escuchado…


Bien podemos decir que dio comienzo a sus señales a su pesar. Y es que, como le responde a su Madre, aún no había llegado el momento de manifestarse al mundo. Y es que esto, lo que sucedió en aquella boda, fue una manifestación, una Epifanía, de Jesús. Digamos que es como un decir que el Hijo de Dios ha venido al mundo a cumplir con lo que ha sido establecido por Quien lo engendró y lo hace a plena satisfacción del prójimo.

También hay algo importante. Nos dice San Juan que con aquello que allí sucedió, en Caná de Galilea, los discípulos de Jesús, creyeron.

El caso es que hasta entonces el Emmanuel se había limitado, por decirlo así, a reclutar a los que iban a caminar con Él por los caminos del mundo conocido por ellos para transmitir la Buena Noticia según la cual el Reino de Dios ya había llegado. Seguramente, como bien nos dice aquí San Juan, aun no había manifestado Cristo un poder tan grande como el que aquí muestra. Se habría limitado a instruir a sus discípulos más allegados pero no había demostrado que el poder de Dios estaba en Él y con Él.

No podemos olvidar la intervención de María que aquí muestra un poder nada pequeño sobre su Hijo: un poder de Madre.

Aquella mujer, sabía (porque lo había guardado todo en su corazón) que su Hijo no era un hombre cualquiera: ni por su nacimiento ni por nada de lo que había antecedido podía pensar que era un hombre cualquiera. Sabía, por tanto, María, que era capaz de hacer mucho.

Seguramente por eso hace lo que hace la Madre.

No puede callar. Ante la situación de aquellos amigos que los habían invitado a la boda no puede hacer otra cosa que dirigirse a su Hijo Jesús. Él puede hacer algo por ellos. Sin duda que María no sabe qué va a hacer pero tiene la confianza absoluta en el que algo puede hacer que los saque de aquella mala situación.

Y María casi ordena a los presentes: ¡Haced lo que él os diga! No sabe, decimos, qué va a ser lo que les diga pero espera algo bueno porque sabe que de su hijo sólo puede salir lo bueno y lo mejor.

Jesús se resiste. Y no es que sea mala persona y no quiera hacer uso de sus dones sino que cree que aún no ha llegado el momento de decir al mundo que es Quien es. Pero no puede hacer otra cosa. Su Madre insiste. Y es que no se conforma María con que su Hijo le diga que no ha llegado su momento. No. Ella insiste y pide a los tiene que pedir que hagan lo que Él les va a decir. Y algo dirá.

Y lo dice. Más bien lo hace. Transforma el agua en vino o, lo que es lo mismo (y por equiparar situaciones) convierte lo que sería su sangre en Sangre de vida eterna. Eso es lo que haría con el vino de la Última Cena. Y es, a lo mejor, algo que nos muestra lo que luego pasaría aunque es fácil entender que entonces nadie, salvo Él, conocían nada de lo que iba a suceder años después.

Es más, Jesús saca de donde no hay nada (las tinajas parece que estaban vacías) para entregar a quien lo pide lo mejor que puede entregar: el mejor vino.

Y por cierto, lo mismo que en alguna que otra ocasión dijo a Dios, su Padre del Cielo, acerca de que el Creador escondía las mejores cosas a los sabios y se las daba a entender a los más sencillos, lo mismo hace ahora: son los sirvientes los que conocen lo que ha pasado.  Y el maestresala no se da cuenta de nada. Y es que Dios parece que goza al hacer que los más sencillos accedan a lo mejor porque, con seguridad, tienen el corazón más preparado.
 

PRECES


Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la mediación de María.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la señales del poder de Dios en Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a perseverar en la oración y pedir sin cansarnos y dar gracias sin cansarnos

.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Para Dios nada hay imposible.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

13.01.25

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Apoyados en Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena – Apoyados en Dios

“Nuestro maná de la marcha por la vida se llama bondad de Dios.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, 58)

No podemos negar que no siempre tenemos claro del todo cuál es nuestra forma de caminar hacia el definitivo Reino de Dios. Por eso nos hacemos cábalas con esto y con otro pero, en definitiva, no atinamos exactamente con lo que debe ser la cosa siendo crucial para nuestra vida tal cosa…

En general, podemos decir que sí, que somos conscientes de que nuestra fe nos ha de ayudar mucho (vamos, todo) y que apoyándonos en ella es más que probable que muchas de nuestras dudas espirituales se deshagan y desaparezcan y que, además, nuestros pasos sean firmes hacia el único destino que vale la pena y que siempre debemos tener presente: el Cielo. Y es que ¿Puede haber otra cosa que tener ansia por el Cielo?

Seguramente, muchas personas sentirán que descarrila el tren que los lleva a tan gran y anhelado destino. Y, sin embargo, y como pasa muchas veces con nuestro amigo Lolo, es bien cierto que en muy pocas palabras se nos revelan muchas cosas…

Resulta curioso que el Beato de Linares (Jaén, España) haga uso de la palabra “maná". Y es que nos recuerda el caminar del pueblo elegido por Dios, el judío, por el desierto. Y en aquella tan larga caminata sintieron un hambre tal que Dios mismo les echó una mano enviándoles el “maná” que viene a ser como el pan del Cielo. Y así pudieron sobrevivir aunque, como sabemos, aquello les supo a poco y pidieron más… Y es que era un pueblo, ciertamente, obstinado. 

Pero a nosotros sí nos va a basta el “maná” del que habla Lolo. Y es que no es poca cosa.

Dice Manuel Lozano Garrido que nosotros debemos tener como ese pan que alimentó al pueblo errante por el desierto  la bondad de Dios. Así de sencillo. 

Gracias a Dios y a su Bondad, así escrita con mayúscula porque tiene bien merecido tal cosa, nosotros podemos caminar hacia el puerto que no es otro que Dios mismo y sus moradas (las que Cristo está preparando para nosotros y y preparó para otros…) somos capaces de darnos cuenta de que el Creador, que nos creado y mantiene, ha hecho todo por nosotros y que no le cabe la menor duda de que nosotros le amamos sobre todo…

Gracias a Dios y a su Bondad, a nosotros nos cuesta menos ser bondadosos con el prójimo que necesita tal bondad porque el ejemplo del Todopoderoso para con su pueblo a lo largo de los siglos (y allí mismo en el episodio del desierto citado arriba) nos vale y nos sirve para, al menos, si no ser más que el Creador ser, al menos, igual en bondad aunque a nosotros nos cueste, digamos, algo más manifestara por ser cómo somos…

Gracias a Dios y a su Bondad, somos hasta capaces de vernos en la piel del otro (eso que ahora se llama empatía) y, por tanto, echar una mano cuando es necesario echarla y manifestar así nuestra bondad, con minúscula sí pero, al fin y al cabo bondad. 

Dios es bondadoso, como bien puede mostrarlo la historia de la salvación. Y nosotros, por tanto, podemos imitarlo para que se pueda decir, con refrán, eso que “de tal palo-con perdón, tal astilla“. O, al menos, astil litas… astillitas que se apoyan en Dios, el Bondadoso por excelencia.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (99)

Sinfonía del Universo, tan armónica y bien aprendida que no necesita la presencia del director en el atril para dar el concierto”

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

 

12.01.25

La Palabra del domingo - 12 de enero de 2025

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Lc 3, 15-16. 21-22
 



15 Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: ‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego’.

21 Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, 22  y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo:  ‘Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado’”.


COMENTARIO

Aquel que bautiza con fuego

Muchos judíos esperaban, con franqueza y con fe, la llegada del Mesías. Y es que sabían que Dios, que nunca incumple sus promesas, había prometido que lo enviaría para que el mundo se salvase de la perdición eterna. 

El caso es que muchas señales mostraban, en los textos sagrados del pueblo elegido por Dios para ser el Suyo, que el Enviado del Todopoderoso haría cosas grandes, que muchas otras cambiarían de signo y que, en general, vendría al mundo el perdón de los pecados. No extraña, por tanto, que muchos miraran a Juan el Bautista de una forma muy especial y esperanzadora. 

Juan, aquel hombre que había nacido de la prima de María, la Virgen, llamada Isabel estaba más que seguro de una cosa: él no era el Cristo. Lo sabía, primero, porque no se sentía capaz de serlo (por su indignidad personal según él mismo creía) pero, sobre todo, porque se le había dicho que sería él, precisamente él, quien anunciaría al Enviado de Dios. 

Es bien cierto que Juan sabía eso. Y lo muestra con unas palabras que son muy fuertes porque enseñan que Quien tenía que venir haría algo que él, el Bautista, no podía hacer: bautizaría con Espíritu Santo y fuego. 

¡Espíritu Santo y fuego! Estas dos realidades mostraban, bien a las claras, que quien bautizada en el río Jordán no era el Mesías. Él bautizaba, sí con un bautismo para el perdón de los pecados. Lo hacía, sin embargo, con agua. No lo hacía, tampoco, con Espíritu Santo. Eso era cosa de otro, del Otro. 

Juan, por tanto, presenta al Hijo de Dios mostrando dos características propias, en exclusiva de él: el Espíritu Santo estará con él y el fuego de su bautismo limpiará los pecados con el fuego de la purificación. 

Y entonces acude Jesús a ser bautizado por Juan. 

Jesús recibiendo la bendición del espíritu santo durante su bautismo 12 |  Imagen Premium generada con IA ¿El Hijo de Dios pecador para ser perdonado? No, el Hijo de Dios mostrando qué se debía hacer a sabiendas de no haber cometido, Él, pecado alguno y, además, haber nacido de mujer Inmaculada. 

Jesús muestra qué se ha de hacer: nacer a la vida eterna a través de un bautismo que perdona los pecados, de la infusión del Espíritu Santo que sana el alma y prepara el corazón para ser su templo. Eso es lo que muestra Aquel que había venido a ser bautizado por su primo Juan. 

La cosa, como es de imaginar, no iba a quedar ahí. Dios debía manifestarse porque todos debía conocer, todos debían saber a qué atenerse. 

Dios, diciendo que Aquel era su hijo y que le había engendrado, sienta las bases de una fe, de una creencia, que se asentaba en una Voluntad santa: el Todopoderoso había engendrado, no creado, a Aquel que había salido de las aguas del río Jordán. Además, sobre Él se había posado el Espíritu Santo, que desde entonces regirá su vida de una forma muy especial (llevándolo, por ejemplo, enseguida, al desierto) y, a partir de entonces, iba a bautizar con fuego, con aquel que sana, con aquel que purifica y, en fin, con aquel que prepara para la vida eterna que dura para siempre, siempre, siempre. 

Por otra parte, Juan se sabe indigno. Y es que nos dice que no lo es para desatarle la “correa de sus sandalias”. Y se refiere al Cristo. 

Podríamos preguntarnos nosotros mismos si creemos que somos más que Juan y podemos hacer otra cosa que no sea seguir la santa Providencia de Dios que envió a su Hijo para que el mundo se salvase… y el mundo no lo recibió.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan el bautismo de fuego de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar la voz de Dios.

 Roguemos al Señor.

ORACIÓN
 
Padre Dios; ayúdanos a escuchar tu voz y a seguirla; y a seguirla.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego.

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

6.01.25

Un amigo de Lolo – Los regalos de Lolo

PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Los regalos de Lolo

Es tradición muy antigua recordar la Epifanía del Señor el 6 de enero poniendo en valor (como se dice hoy día) lo que hicieron unos Magos paganos que, siguiendo una estrella, encontraron al Hijo de Dios una vez había nacido. Y ellos, como es bien sabido, le trajeron unos regalos que, como el oro, el incienso y la mirra, tienen profundos significados espirituales en los que ahora no vamos a entrar porque, en realidad, son más que conocidos…

Pues bien, nuestro amigo Lolo, siendo su nombre Manuel Lozano Garrido, nacido en Linares (Jaén, España) y, a más a más, Beato de la Iglesia Católica, también nos trae regalos como si se tratase de un Rey Mago más aunque, claro, él era de fe católica y no necesitaba más que la confesión de fe diaria para que la misma estuviese bien arraigada en su corazón. 

¿Qué regalos nos trae Lolo este día? 

De todas formas, estos regalos pueden ser acaparados en cualquier día del año porque nuestro buen amigo Manuel está dispuesto a dispensarlos a gusto de quien así lo requiera. 

Bien… podemos decir que estos son los regalos que Lolo nos trae hoy mismo:

El regalo de habernos traído a Dios en su libro Reportajes desde la cumbre,

El regalo de una vida de fe profunda y sin respetos humanos,

El regalo de una perseverancia ante la adversidad como fue la suya, 

El regalo del amor a la Iglesia muy a pesar de cómo puede llegar a ser la misma, 

El regalo de ser luz en las tinieblas por las que podamos pasar, 

El regalo de ser capaces de pasar por el sufrimiento con “escafandra",

El regalo de la contemplación agradecida de la naturaleza como hizo en su vida, 

El regalo de trazar un camino en su vida que lo llevó al Cielo, 

El regalo de su amor por la Eucaristía, 

El regalo de su palabra escrita, 

El regalo de sentirse barro ante Dios,

El regalo de haber sabido sobrenaturalizar el dolor, 

El regalo de nunca empequeñecer  su fe ante sus circunstancias, 

El regalo de amar a su prójimo como a sí mismo y saber hacerlo, 

El regalo de haber sabido dirigirse a Dios y ser escuchado, 

El regalo de haber sabido ser sacramento del dolor, 

El regalo de haber sabido llevar su cruz a cuestas, 

El regalo de haber servido de consuelo a muchos sufrientes, 

El regalo de aceptar la Gracia de Dios, 

El regalo de nunca haber perdido la esperanza, 

El regalo de verse en las manos de Dios y sentirse hijo, 

El regalo de saber dignificar una vida como la suya, 

El regalo de la aceptación, 

El regalo de la devoción, 

El regalo de la dignidad persona perfectamente representada, 

El regalo de sí mismo. 

Como podemos ver, Lolo nos trae hoy mismo muchos regalos que pueden ser aprovechados la mar de bien por sus hermanos los hombres y, sobre todo, por todos aquellos que puedan sentirse perdidos en este mundo loco en el que nos ha tocado vivir. 

Y a nosotros sólo nos queda por decir: gracias, Lolo, por estos regalos y, en fin… por ti mismo. 

Beato Lolo, ruega por nosotros. 


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (98)

La belleza y la armonía del mundo son como una declaración de amor Divino”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)