Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Acogidos al corazón de Dios
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Acogidos al corazón de Dios
“La Providencia repara las averías humanas con piezas tan imprevistas que deberíamos estar siempre de rodillas para la gratitud.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)
Ya en el Evangelio de San Mateo, el Hijo de Dios les dice a sus Apóstoles (los enviaba al mundo a predicar) que no debían llevar “ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.” Y esto lo decía porque estaba más que seguro que Dios iba a proveer por las necesidades de sus trabajadores porque ellos laboraban en Su mies.
Lo que decimos es que la Providencia de Dios no iba a abandonar a los que lo habían dejado todo por el Reino del Todopoderoso. Y eso es lo que, exactamente, pasó como ellos mismos narrarían a su regreso de la predicación a la que habían sido enviados.
Pues eso de lo que habla Lolo en este texto de su libro El sillón de ruedas en el que, con pocas palabras, dice todo lo que se puede decir en tan corto espacio de letras acerca de cómo es Dios con sus hijos.
Todo lo que aquí dice Manuel Lozano Garrido es cierto del todo porque,
1º- Existe la Providencia de Dios,
2º- El ser humano, nosotros mismos, muchas veces sufrimos averías y, por fin,
3º - Es voluntad de Dios corregir tales averías de la forma como quiera Quien todo lo ha hecho y mantiene.
No es poco creer en que Dios tiene Providencia o, lo que lo mismo, que su santísima Voluntad, por ella, todo lo hace según conviene a los intereses de sus hijos aunque muchas veces sus hijos no estén de acuerdo con tal forma divina de ver las cosas por egoísmos propios del hombre…
De todas formas, que Dios provee es algo que está más que demostrado. Y no sólo a lo largo de la historia de la salvación o, mejor, no sólo hasta ahora sino ahora mismo y, seguro, mañana y pasado mañana. Dios provee porque para eso todo lo ha creado y nunca dejado atrás en el olvido o en el pasado. Para el Padre Eterno todo es presente y nosotros estamos en tal presente y por eso provee y su Providencia es tan importante para nosotros que siempre estamos averiados de muchas formas.
Sigamos con este comentario porque es más que evidente que solemos estar “averiados” (como dice Lolo) muchas veces y por las más diversas causas. Y entonces es cuando necesitamos que Alguien (así con mayúsculas) intervenga para echarnos una mano… o las dos porque muchas veces necesitamos las dos…
Averiados, pues, estamos.
¿Y ante nuestras averías, qué hace Dios que todo lo puede?
Sabemos que los caminos de Dios son insondables o, mejor, para atenernos a las palabras bíblicas, “¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!” (Rm 11, 33) Y eso quiere decir que nosotros estamos seguros de la existencia de Dios pero de aquello que Dios decide… vamos, que hasta ahí no llegamos. Y a eso se refiere el Beato Lolo (Linares, Jaén, España)
Siendo lo de arriba más que cierto, no es poco saber que Dios tiene remedio para todos nuestros males y que es más que probable (casi seguro del todo) que no sabemos cómo nos va a echar una mano o las dos con esas “piezas ten imprevistas” de las que habla Lolo. Ahora bien, también estamos más que seguros que sean cuales sean tales piezas las mismas estarán puestas para componer nuestras averías y poder seguir adelante como si nada o casi nada hubiera pasado.
Pero hay algo más. Y es algo más que importante.
Tal es nuestra situación y dependencia de la Providencia de Dios que debemos mantener una actitud tal como nos recomienda nuestro amigo Lolo: estar siempre de rodillas para agradecer a Dios tan grandes cables que nos echa a través de su Providencia. Y Lolo, aunque no pudiera ponerse físicamente de rodillas, estamos más que seguros que su corazón sí se arrodillaba para así acogerse al de Dios.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (112)
“Naturaleza: Sociedad anónima, con capital de plantas, minerales y animales, bajo la gerencia del hombre.”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.