18.01.25

11.01.25

Tiempo de regalos

En la época navideña que estamos terminando, tan tradicionales como los polvorones o los villancicos son las advertencias en las homilías contra la obsesión con los regalos y las cosas materiales. Así debe ser, por supuesto, porque nuestro mundo tristemente lo comercializa todo, convirtiéndolo en consumo y reduciéndolo a un intercambio económico. Sin embargo, no puedo evitar pensar que quizá haya algo más profundo en todo esto.

A fin de cuentas, los regalos son algo universal y existen en todas las culturas, naciones y clases sociales. ¿A quién no le gustan los regalos? Esto implica que los regalos tocan muy de cerca la esencia misma del ser humano. De alguna forma, en un regalo hay algo especial, que no se agota en el mero objeto que se regala, porque, como todos sabemos, no es lo mismo comprarse una cosa que recibirla como regalo. Este último suscita una ilusión, causa una sorpresa y tiene una magia que no pueden compararse con una simple compra.

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5.01.25

El parto virginal de nuestra Señora

No nos merecemos la liturgia de la Iglesia. Es un arca del tesoro incomparable, de la que podríamos sacar lo viejo y lo nuevo, como dice el Evangelio. En cambio, lo habitual es que nos entre por un oído y salga por el otro, sin pena ni gloria y sin que nos enteremos de nada. ¡Qué desperdicio! Me atrevo a decir que, si meditásemos un poco los textos litúrgicos, podríamos saber más teología que la mitad de los que se dedican a enseñar esa materia en las universidades.

Veamos un ejemplo de hace un par de días. En estos tiempos recios en que vivimos, he perdido la cuenta de los supuestos expertos en teología a los que he oído criticar o negar el parto virginal de nuestra Señora, e incluso su virginidad en general, a pesar de que forma parte del credo (“nació de María Virgen”) y, por supuesto, de la Palabra de Dios.

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23.12.24

Flores de naranjo

Presentación en el Templo - Colección Thyssen

Como todos los años, tengo el placer de felicitar la Natividad del Señor a los lectores con un villancico compuesto y cantado en familia. Espero que puedan ir más allá del caos musical y nuestra desincronización crónica para alegrarse con nosotros de lo que celebramos y nos está salvando año tras año.

El villancico recuerda la Presentación del Señor. Es un tema que apenas aparece en los villancicos modernos, pero estaba muy presente en los antiguos. Se trata de un momento fundamental, en el que el mismo Señor entra en el antiguo Templo, como un Niño pequeño. Los padres de la Iglesia aplicaban a esa entrada el salmo 23, que dice: “¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria”.

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19.12.24

Dos tipos de personas

Desde el punto de vista natural y también desde el sobrenatural, existen dos tipos de personas, las que esperan y las que no esperan nada. Esa es la verdadera línea divisoria y todas las demás son superficiales o una manifestación de ella. Mirad que yo pongo ante vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.

Nuestra sociedad ha elegido el campo de la desesperanza y por eso se muere a un ritmo cada vez más acelerado, rodeada de abundancia y sin saber por qué. Incluso las esperanzas humanas en que antes confiaba nuestro mundo cada vez están más muertas. Las utopías terrenas han mostrado ser más de lo mismo. A fin de cuentas, si no hay verdad y todo es relativo, si el bien y el mal son pura invención humana, ¿qué más da una cosa que la otra? La idea más común que tiene hoy el mundo sobre el futuro es que todo seguirá igual, pero viviendo más años y con más dinero. Comamos y bebamos, que mañana moriremos.

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