Polémicas matrimoniales (XXXI): Mons. Agrelo elegido para el Sínodo
No suelo leer a Monseñor Santiago Agrelo, arzobispo (español) de Tánger, porque en ocasiones me entristece lo que dice, pero creo que conviene hacerlo, porque es uno de los dos obispos elegidos por la Conferencia Episcopal del Norte de África para participar en el Sínodo sobre la Familia. La primera opción de los obispos norteafricanos es Mons. Vesco, de quien ya hablamos en otra ocasión. D. Santiago fue elegido en segundo lugar, de manera que acudirá al Sínodo si el primero no puede hacerlo.
En relación con esa elección, D. Santiago ha publicado en gallego (y en castellano por entregas en su Facebook) una larga disertación titulada “Iglesia, lugar de la compasión de Dios”, como “reflexión personal” en preparación de la celebración del Sínodo. La publicación en gallego fue, significativamente, en la revista Encrucillada, un conocido medio heterodoxo en el que colaboran frecuentemente teólogos con opiniones opuestas a la enseñanza de la Iglesia, como Xavier Pikaza, Andrés Torres Queiruga, Sor Teresa Forcades, José Antonio Pagola, Victorino Pérez Prieto, etc.
Como preveía, el texto ha empezado entristeciéndome, al leer la definición que D. Santiago da de la verdad:
“si en otro tiempo la verdad se presentaba como definición de una realidad acabada, hoy se la reconoce como proceso de aproximación al conocimiento de una realidad en continua transformación”.
Afirmar que “la realidad está en continua transformación” o no significa nada, porque se refiere a cambios accidentales, o significa demasiado, y es un grave error. Es, me temo, un relativismo de baja estofa, inmediatamente contradictorio consigo mismo: si no hay verdades inmutables, no tiene sentido hablar de “aproximación al conocimiento” (porque en ausencia de puntos fijos, es imposible distinguir aproximarse de alejarse).
No faltan las afirmaciones esotéricas para intentar fundamentar lo que carece de fundamento: “La ciencia ha situado en el corazón de la verdad el devenir del universo, su enigma, su misterio”. ¿Qué significa eso? Dudo que ni su mismo autor lo sepa, porque no es más que un conjunto de palabras mezcladas sin orden ni concierto.
A continuación, Mons. Agrelo utiliza la falacia que los ingleses llaman del “hombre de paja”, es decir, la táctica de deformar lo que dicen sus oponentes para atacarlo más fácilmente. De esa forma, copiando los argumentos de los ateos más anticlericales, ataca “la pretensión de poseer la verdad”, a pesar de que ningún católico en su sano juicio pretende poseer la verdad, pero sí, como es lógico, conocer a la Verdad, que es Cristo, y también las verdades que esa Verdad nos ha revelado. Sin embargo, como se puede ver a lo largo del escrito, Mons. Agrelo identifica ambas cosas, “poseer” la verdad y el mero hecho de afirmar que uno conoce verdades absolutas e inmutables, ocultando que el conocimiento que tiene la Iglesia (y todo católico) de la verdad es el propio de quien adora la verdad, no de quien se cree su amo, porque servir a la verdad implica conocerla.
Que D. Santiago ignore esto ya es bastante grave, pero se permite añadir algo aún más grave, hablando de “la pretensión de poseer la verdad –vieja pretensión paradisíaca de ser como Dios-“. Increíble. Contra toda la Tradición de la Iglesia, Monseñor Agrelo identifica el primer pecado del hombre con el hecho de afirmar que realmente se conoce la verdad, algo que es común a todos los apóstoles, santos, Papas y católicos dignos de tal nombre de los últimos dos milenios. ¿No sabe que, según Dios mismo, la Iglesia es columna y fundamento de la verdad (1Tim 3,15)? La tentación paradisíaca de “conocer el bien y el mal” y “ser como dioses” no se refiere al conocimiento de la verdad de que algunas cosas son buenas y otras malas, sino a pretender decidir por uno mismo lo que es bueno y lo que es malo al margen de Dios. Aplicar ese pecado fundamental justamente a lo contrario, es decir, a la pretensión de conocer verdades objetivas, absolutas e independientes de la propia voluntad, enseñadas dogmáticamente por la Iglesia como reveladas ciertamente por Dios (lo que Mons. Agrelo llama “poseer la verdad”) va contra la fe católica.
Por si fuera poco, continúa diciendo que “quienes habían sido ungidos por el Espíritu del Señor para llevar el evangelio a los pobres, se dieron a sí mismos la misión de llevar verdades a la humanidad” y a eso lo llama “adulterar la palabra de salvación con sucedáneos de adoctrinamiento”. ¿Puede quedar alguna duda de que estas afirmaciones no tienen nada que ver con el catolicismo? Nuestro señor Jesucristo envía a los apóstoles a enseñar a todas las naciones… Enseñándoles a observar todo lo que yo os he mandado (Mt 28,19-20). Y les dice: el que os escucha, me escucha a mí (Lc 10,16). Hablan, pues, en el nombre de Cristo y predican verdades evangélicas absolutas, palabras de Cristo, que aunque pasen el cielo y la tierra, ellas nunca pasarán (cf. Mt 24,35). Esto no es una “pretensión de poseer la verdad” de la que se apropia abusivamente la Iglesia para adueñarse de la conciencia de los hombres, sino una obediencia exacta de la misión que Cristo le ha encomendado y mandado cumplir.
Al identificar con el pecado fundamental la certidumbre que la Iglesia tiene de lo revelado por Dios, Monseñor Agrelo condena a toda la Iglesia anterior a él: papas, concilios, obispos, doctores de la Iglesia, santos y teólogos. Todos condenados, porque todos pretendieron llevar a la humanidad las verdades reveladas por Cristo, algo que, según D. Santiago, Cristo no quería que hicieran. Se ve que San Pablo no sabía lo que decía cuando explicó que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tm 2,4). De hecho, al mismo D. Santiago le preguntaron en su consagración episcopal: “¿Quieres conservar íntegro y puro el depósito de la fe, tal como fue recibido de los apóstoles y conservado en la Iglesia siempre y en todo lugar?” Yo no estaba allí, pero es de suponer que respondió afirmativamente.
Que la Iglesia no conoce ni debe pretender enseñar la verdad parece la idea fundamental del pensamiento de D. Santiago, porque la repite constantemente, tanto en otros escritos (“Si te han enseñado a reducir el Evangelio a lo doctrinal, a la verdad, mirarás todas las cosas desde esa perspectiva de la verdad. Sin embargo, cuando la vida está regulada no por una supuesta verdad, sino por el amor, todo es posible”) como en éste, en el que titula un apartado entero “La seducción de la verdad”, previniéndonos contra ella con palabras durísimas: “Si no apartamos de nuestra vida la seducción de la verdad poseída, transformamos en instrumento de muerte el evangelio de la salvación y manchamos de pecado el rostro de la Iglesia”. Y continúa en el mismo sentido:
“La autoridad con la que Jesús ha venido, es la que él da a sus discípulos, que son enviados, no a disputar con nadie sino a expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia”.
Hablando así, el Señor Arzobispo parece olvidar que Pedro (que algo sabía de la autoridad que Cristo dio a sus discípulos) nos mandó: Estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza (cf. 1 P 3,15). Tampoco debe de recordar a San Pablo discutiendo con los griegos en el areópago de Atenas o disputando con los judaizantes. También prescinde del testimonio común de los Padres de la Iglesia, que discutieron de forma infatigable contra los herejes que pretendían deformar las verdades reveladas por Cristo y transmitidas en la Tradición de la Iglesia. Por otro lado, si Jesús sólo vino a curar, ¿por qué diría Él mismo que había venido al mundo para dar testimonio de la verdad (cf. Jn 18,37)?
Es sorprendente que D. Santiago apele al Concilio Vaticano II (sin citar sus textos, claro) en apoyo de sus tesis sobre la provisionalidad de cualquier verdad. ¿Qué pensaría sobre eso San Juan XXIII? No hace falta imaginarlo, porque en la misma apertura del Concilio dijo:
“ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres […] Al iniciarse el Concilio Ecuménico Vaticano II, es evidente como nunca que la verdad del Señor permanece para siempre […] la Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad religiosa […] La solicitud de la Iglesia en promover y defender la verdad […]” (Discurso de S.S. Juan XXIII en la sesión de apertura del Concilio Vaticano II, jueves 11 de octubre de 1962.)
Desgraciadamente, cuando ya parece que es imposible que Mons. Agrelo se aleje más de lo que enseña la Iglesia sobre la verdad, nos sorprende con afirmaciones como esta:
“Esa sencilla constatación permite liberar a la doctrina, también a la llamada “doctrina auténtica” del Magisterio, no sólo de una supuesta prerrogativa de abarcar la verdad, sino también y sobre todo de una abusiva pretensión de coaccionar las conciencias en nombre de la verdad”.
D. Santiago deforma así de nuevo la postura de la Iglesia, que no pretende “abarcar” la verdad, pero sí afirma, con la autoridad del mismo Cristo, que conoceverdades infalibles e inmutables. También cabe señalar que negar esas verdades infalibles e inmutables (y a fortiori negar la posibilidad misma de conocer o enseñar verdades infalibles e inmutables) es una herejía evidente, inconciliable con la fe de la Iglesia.
“Creemos todas aquellas cosas que se contienen en la Palabra de Dios escrita o transmitida y son propuestas por la Iglesia […] para ser creídas como divinamente reveladas” (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 20).
Por otro lado, describir la enseñanza infalible de la Iglesia en materia de fe y de moral como una “abusiva pretensión de coaccionar las conciencias en nombre de la verdad” es algo que me faltan palabras para calificar. Desde luego, nada tiene que ver con el Concilio Vaticano II, que expresa claramente que todos los hombres “están obligados también a adherirse a la verdad una vez que la han conocido y a ordenar toda su vida según sus exigencias” (Dignitatis Humanae 2) y que se trata de una “verdad inmutable” (Dignitatis Humanae 3). “Afirma, además, la Iglesia que en todos los cambios subsisten muchas cosas que no cambian y que tienen su fundamento último en Cristo, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Gaudium et Spes 10).
El texto de D. Santiago sigue y sigue, interminablemente, en la misma línea:
“Pretendimos ser conocedores del bien y del mal, y, en virtud de ese conocimiento, nos hicimos enemigos de la libertad, dueños de las conciencias y de las vidas, dueños incluso del destino eterno de los hombres… ”
¿Cómo puede ser que no sepa que la verdad no sólo no es enemiga de la libertad, sino su fundamento necesario? ¿No ha escuchado nunca que Cristo prometió que conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Jn 8,32)? ¿No sabe que predicar la verdad no es ser “dueño de las conciencias y de las vidas”, sino regalar la vida eterna y permitir que las conciencias salgan del error que las nubla y esclaviza? ¿No ha leído a San Pedro hablar de la obediencia a la verdad (cf. 1P 1,22)? ¿No sabe que San Pablo define el pecado del hombre como cambiar la verdad de Dios por la mentira (cf. Rm 1,25). Acudamos una vez más al Concilio Vaticano II, a cuyo espíritu apela Mons. Agrelo pero cuyo texto parece olvidar:
“Los cristianos, al formar su conciencia, deben atender con diligencia a la doctrina cierta y sagrada de la Iglesia. Pues, por voluntad de Cristo, la Iglesia católica es maestra de la verdad y su misión es anunciar y enseñar auténticamente la Verdad, que es Cristo, y, al mismo tiempo, declarar y confirmar con su autoridad los principios de orden moral que fluyen de la misma naturaleza humana”.
Veamos lo que dice la Veritatis Splendor de San Juan Pablo II:
“Por tanto, la autoridad de la Iglesia, que se pronuncia sobre las cuestiones morales, no menoscaba de ningún modo la libertad de conciencia de los cristianos; no sólo porque la libertad de la conciencia no es nunca libertad con respecto a la verdad, sino siempre y sólo en la verdad, sino también porque el Magisterio no presenta verdades ajenas a la conciencia cristiana, sino que manifiesta las verdades que ya debería poseer, desarrollándolas a partir del acto originario de la fe. La Iglesia se pone sólo y siempre al servicio de la conciencia, ayudándola a no ser zarandeada aquí y allá por cualquier viento de doctrina según el engaño de los hombres (cf. Ef 4, 14), a no desviarse de la verdad sobre el bien del hombre, sino a alcanzar con seguridad, especialmente en las cuestiones más difíciles, la verdad y a mantenerse en ella” (Veritatis Splendor 64)
Por apelar a algo aún más básico e inmediato, recordemos lo que enseña el Catecismo: “No se ha de oponer la conciencia personal y la razón a la ley moral o al Magisterio de la Iglesia” (Catecismo de la Iglesia Católica 2039). Es difícil ser más claro, pero aun así D. Santiago explica que el hecho de que la Iglesia pretenda conocer objetivamente el bien y el mal morales es equivalente a hacerse ilegítimamente “dueña de las conciencias”. Por supuesto, para Monseñor Agrelo, esa formar de actuar de la Iglesia es malísima, pero por alguna razón ese conocimiento que él tiene de lo buenísimo y de lo malísimo no equivale, en su privilegiado caso personal, a pretender ser “dueño de las conciencias”. Eso, al parecer, sólo afecta a la Iglesia.
En su escrito abundan, además, los sofismas:
“la revelación no es evidencia que se impone sino confianza que se aprende, no es certeza de un saber sino certeza de un amor, no es información sino encuentro […] Si la palabra de la verdad fuese un credo de ideas sobre Dios, lo normal sería que propusiéramos esas ideas a los poderosos, a los sabios, a los entendidos, a los expertos. Pero al ser esa palabra un evangelio, al tratarse del mensaje de la cruz […]”
Ese falso dilema está mal planteado: en esos casos, lo católico no es aut.. aut, sino et … et. Es decir, la revelación es confianza que se aprende y también evidencia, es certeza de un amor y también certeza de un saber, es encuentro y también información (que los católicos llamamos verdad), es un evangelio, el mensaje de la cruz y también un credo. Lejos de tratarse de conceptos excluyentes, son aspectos de la revelación que deben estar indisolublemente unidos. Constantemente plantea Mons. Agreloesos falsos dilemas, pretendiendo que elijamos entre cosas que no pueden separarse:
“La palabra de la verdad no se ocupa de ideas que el hombre pueda tener sobre Dios, sino de la salvación que Dios ofrece a quien la necesita”.
De esto que dice D. Santiago, se deduce que la mayoría de los Concilios, desde Nicea, no han dicho más que tonterías, porque la “palabra de la verdad” no se ocupa de “ideas que el hombre pueda tener sobre Dios”.Hasta que él llegó, nos obstinábamos en defender la fe sobre la Trinidad, la humanidad y la divinidad de Cristo o el Espíritu Santo, como si fueran parte de la revelación y verdades objetivas e inmutables. Es decir, que veinte siglos la Iglesia ha vividosin saber que la “palabra de la verdad” no se ocupa de esas ideas sobre Dios, las cuales, por lo tanto, no son más que elucubraciones sin interés. Gracias a él, ahora sabemos que la crisis arriana no tuvo ninguna importancia, sino que se trataba de meras discusiones bizantinas (antes de que existiera Bizancio) sobre cuestiones irrelevantes. Éfeso, Constantinopla y Calcedonia fueron paja que se lleva el viento. El gran Atanasio, los Gregorios, Basilio, el Crisóstomo, Máximo el confesor, Osio, el Damasceno y Ambrosio, como fanáticos doctrinarios, no hicieron más que perder miserablemente el tiempo al proclamar la fe de la Iglesia sobre el ser de Dios. San Ireneo desvariaba al decir: “El Verbo de Dios […] ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre” (Adversus haereses, 3,20,2). Ahora sabemos que el Catecismo de la Iglesia Católica nos engaña cuando enseña que “Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras” (CIC 69) o que “la verdad revelada de la Santísima Trinidad ha estado desde los orígenes en la raíz de la fe viva de la Iglesia, principalmente en el acto del Bautismo” (CIC 249). ¡Buf!
Como el error es lo más aburrido y repetitivo que existe, no resulta extraño que, entre las palabras de Mons. Agrelo, resurjan los viejos y cansados errores luteranos.
“los pecadores, a quienes se perdonan los pecados sin que haya de por medio para ellos más recomendación que la de la fe […] Todo indica que, al decir: «convertíos», Jesús pretende que se vuelva la propia vida, no hacia una práctica moral más coherente, sino hacia el reino de Dios que llega, o si se prefiere, hacia el mismo Jesús en quien el Reino se hace presente como evangelio de la salvación”.
D. Santiago recicla la doctrina luterana de la justificación por la fe. Los pecados se perdonan por la pura fe, sin necesidad de cambio de vida. Para él, el cristiano es simul iustus et peccator, a la vez justo y pecador. Para ser cristiano, no es necesario dejar de pecar, dejar que la gracia cambie nuestra vida, colaborando nosotros con ella, sino solamente volverse “hacia el reino de Dios” o “hacia Jesús”, algo que, por supuesto, no queda claro en qué consiste. ¡Qué abusiva y prepotenteesentonces la Iglesia, que ha exigido siempre el propósito firme decambiar de vida para recibir el perdón de los pecados! ¡Malvados igualmente losconfesores de dos milenios de historia de la Iglesia, que han pedido el dolor de los pecados y el propósito de la enmienda para dar la absolución, cuando en realidad bastaba la fe! ¡Fanático y judaizanteSantiago, que dijo aquello de muéstrame tu fe sin obras y yo, por mis obras, te probaré mi fe (cf. St 2,18) o aquello otro de la fe sin obras es una fe muerta (St 2,17)!
De nuevo, dice el arzobispo de Tánger, según las enseñanzas de Lutero (y de Pagola):
“la única condición de acceso al lugar de la compasión que es Jesús, es volverse a él, ir a él, convertirse a él; la única condición de la compasión es pedirla. No se exige volver a ninguna situación humana anterior, ya sea social, ya sea moral, sino que se entra en una situación nueva”
Parece increíble que el Señor Arzobispo ignore o no recuerde exhortaciones apostólicas como ésta:¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: los adúlteros no heredarán el reino de Dios (1Co 6,9). Al parecer,el pobre San Pablo no sabía que convertirse, como nos explica D. Santiago, no exige ningún cambio moral. Claro que parece ser que tampoco lo sabía Jesucristo: No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mt 7,21).
En fin, con todas estas premisas, no es extraño que D. Santiago diga los disparates más absurdos sobre el matrimonio y los divorciados en una nueva unión. Por ejemplo:
“Me pregunto con qué autoridad excluimos de los pobres al divorciado, con qué discernimiento lo excluimos de los que lloran, con qué criterio lo apartamos de los que tienen hambre y sed de justicia, con qué luz nos atrevemos a apartarlo de los que son bienaventurados”
No he conocido a nadie que excluya a los divorciados en una nueva unión de los que lloran o de los pobres, pero parece evidente qué luz y qué autoridad señalan que su forma de actuar excluye la bienaventuranza: Cualquiera que repudia a su esposa, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio (Lc 16,18). Que a D. Santiago no le parezca que esta luz y esta autoridad sean suficientes es muy revelador. Como era de esperar, D. Santiago niega la indisolubilidad, ya que para él lo que es indisoluble es el amor de Cristo por la Iglesia, pero no el matrimonio sacramental:
“El amor imitado genera entre Cristo y la Iglesia un vínculo de unión que nada ni nadie podrá jamás romper. El amor que lo imita, por ese carácter último y definitivo del amor imitado, está llamado a reflejarlo en el vínculo que une entre sí a los esposos cristianos, vínculo que reclama ser último y definitivo […]. Pero ese amor, horizonte de su vida, es al mismo tiempo la luz que deja al descubierto su pobreza radical, no sólo porque ninguno de ellos podrá amar como Cristo ama a la Iglesia, sino también porque en el camino que recorren, todos ellos pueden fracasar en la realización de su proyecto de amor”.
Como es lógico, no importa que la indisolubilidad del matrimonio sacramental sea dogma de fe, porque Mons. Agrelo ha dejado muy claro que los dogmas, las verdades y los credos son excesos abusivos de una Iglesia que pretende “poseer” verdades inmutables al paso de los siglos, haciéndose “dueña de las conciencias”. También es curioso que, en este punto, pase del luteranismo al pelagianismo, pues nos dice que el amor de Cristo es simplemente “luz”, ejemplo y “horizonte” del amor de los esposos, al estilo de lo que creía Pelagio. Olvida la gracia del sacramento, por medio de la cual el amor de los esposos se hace participación del mismo amor de Cristo por la Iglesia y el vínculo matrimonial se convierte en indisoluble hasta la muerte.
A este respecto, señalemos que, a diferencia de otros teólogos, que buscan casos excepcionales para introducir el divorcio en la Iglesia, Mons. Agrelo quiere introducirlo por la puerta grande, para todo el que lo quiera, pues, según él, “Jesús no desautoriza a Moisés que había permitido a los israelitas repudiar a sus mujeres”, “ni quedan desautorizadas las prácticas que, en materia de familia, la humanidad ha tenido a lo largo de los siglos y tiene todavía hoy” en materia de divorcio. Para él, entre la “voluntad de Dios” y la “situación concreta del hombre”, existe una distancia insalvable, que es la distancia entre el ideal y la realidad, de manera que la Iglesia no puede empeñarse en la indisolubilidad, que no es una realidad, sino un simple ideal. Es más, como ya señaló en otra ocasión, D. Santiago piensa que el divorcio puede ser un “acercamiento personal a Dios” (¿en qué estaría pensando Jesús cuando lo llamó “adulterio”?).
No creo que sorprenda a nadie al señalar que, después de emplear miles y miles de palabras en decir que no hay que juzgar, Mons. Agrelo juzga de forma durísima a los que se atreven a no pensar como él (y osancreer lo que enseña la Iglesia), que son culpables de un “rigor escandaloso”. Y lo que es casi peor, intenta encubrir ese juicio bajo el transparente artificio literario de hablar en primera persona, a pesar de que está claro que no se refiere a sí mismo, porque se ha cuidado muy bien de señalar que él no hace ninguna de esas cosas:
“Me pregunto si puedo presentar mi ofrenda sobre el altar, sabiendo y recordando que mi hermano divorciado tiene quejas contra mí. Me pregunto si mi pecado no es mayor que el que pueda haber cometido mi hermano. […] Me pregunto si mis intransigencias doctrinales no son un velo tras el que se disimula mi idolatría del dinero en detrimento del servicio que debo al único Dios, mi preocupación por las cosas en detrimento de la búsqueda del reino de Dios y de su justicia. Me pregunto con qué autoridad me permito transgredir el mandato del Señor: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros”. Me pregunto si no estaré excluyéndome a mí mismo de la comunión cuando, con juicio temerario, excluyo de ella a mi hermano divorciado”.
Hace falta un grado de autoengaño muy notable para proclamar severamente que no hay que juzgar y aprovechar el párrafo siguiente para juzgar sin piedad a aquellos cuyo único delito es creer en lo que enseña la Iglesia. Es sorprendente que no encuentre contradicción entre apelar al mandato de Cristo sobre el juicio y “olvidar” el referente al adulterio. Hay que tener una enorme capacidad de autocontradicción para sostener sin ruborizarse que adulterar no excluye de la comunión, pero creer la fe de la Iglesia sí que te excluye de ella.
La lógica no parece ser el punto fuerte de Monseñor Agrelo. También dice, por ejemplo, que “el teólogo ha de hacer luz sobre la índole más o menos evangélica de las opciones eclesiales en relación a unos creyentes que, precisamente por serlo, están inmersos en un drama espiritual”. Es sorprendente que no se dé cuenta de la contradicción. Después de afirmar que no se puede juzgar el comportamiento de los divorciados (un comportamiento condenado por el mismo Cristo en los Evangelios) tiene el atrevimiento (y la falta de lógica) de indicar que el teólogo debe juzgar si la forma de actuar de la Iglesia es evangélica o no. ¿Qué sentido tiene que el comportamiento de los divorciados esté más allá de todo juicio pero la forma de actuar de la propia Iglesia deba por el contrario ser juzgada?
Continúan los errores:según el Sr. Arzobispo, en la Iglesia “hemos confinado [a los divorciados] en una soledad sin Dios” en virtud del terrible “rigorismo” por el que “se les exhorta a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios”. El lector, inevitablemente, preguntará: ¿en qué sentido la Iglesia, exhortando a los divorciados a la Misa, la oración, las obras de caridad, la justicia, la fe cristiana, las obras de penitencia y la petición de la gracia de Dios los condena a “una soledad sin Dios”? Deberá dirigir esa pregunta a D. Santiago, porque yo reconozco que soy incapaz de responderla.
La teología parece que tampoco se le da muy bien. Es llamativo que afirme que “el pastor ha de buscar caminos para discernir lo que hay en el corazón de un divorciado que ha vuelto a casarse”. El Pastor no debe discernir lo que hay en el corazón del divorciado. De internis nec Ecclesia. Las cuestiones internas son asunto del interesado y de Dios. Lo que sídebe discernir el pastor es la cuestión objetiva de los actos de las personas. D. Santiago mezcla continuamente el foro interno y el externo, así que resulta inevitable que vaya de despropósito en despropósito.
Asimismo, el texto contiene afirmaciones que es difícil no considerar como maliciosas, al hablar de los divorciados en una nueva unión como de “hermanos que yacen heridos al borde del camino de la Iglesia; porque podemos estar negándoles el evangelio que Dios nos ha confiado para los pobres”. ¿Quién ha hablado de negar el Evangelio a los divorciados? Decirles que no están en condiciones de recibir la comunión no es en absoluto negarles el Evangelio. Es precisamente darles el Evangelio,recordarles lo que enseña la Palabra de Dios. Es más, si hay algo que es exactamente igual que negarles el Evangelio es pretender ignorar esa parte del Evangelio que dice que el divorciado que se vuelve a casar comete adulterio. Ocultarles eso, como casualmente hace D. Santiago, es literalmente negarles el Evangelio.
Podría seguir, ya que el texto es largo y está lleno de este tipo de afirmaciones, pero confieso que me veo incapaz de discutir con D. Santiago Agrelo, porque me da la impresión de que no compartimos nada en común que pueda servir de base para esa discusión. Hasta donde yo puedo ver, no compartimos el Magisterio, que para Mons. Agrelo es una malvada pretensión de la Iglesia de hacerse “dueña de las conciencias”. Ni siquiera compartimos el Concilio Vaticano II, porque él apela sólo a su supuesto espíritu, mientras que yo me empeño en recordar lo que realmente dijo el Concilio. No compartimos el amor por la verdad, que para D. Santiago es una peligrosa “seducción”,ya que esa verdad es incognoscible y constantemente cambiante. No compartimos la moral católica, que él considera que coarta la libertad humana. No compartimos la Tradición de la Iglesia, a los santos, los doctores y los mártires, que para el arzobispo de Tánger mancharon “de pecado el rostro de la Iglesia” al pretender que conocían la verdad. No compartimos ni siquiera la misma (y única) lógica. Temo que, en estas condiciones, la comunicación es imposible.
No puedo evitar preguntarme cómo es posible que D. Santiago Agrelo haya sido elegido para participar en el Sínodo sobre la Familia. Para él, la única verdad que no cambia es que la verdad siempre es cambiante; la única herejía es decir que existen las herejías y el verdadero pecado es afirmar que hay pecados objetivos (en particular los que a él le parecen un “acercamiento personal a Dios”). Si niega todo lo que dice la Iglesia sobre la verdad, la doctrina, Dios, el magisterio, la moral, la conversión, la indisolubilidad del matrimonio, el adulterio, etc., ¿qué puede aportar en un sínodo? Hasta donde puedo ver, cualquier parecido entre las afirmaciones de su escrito y la fe católica es mera coincidencia. ¿Cómo es posible que un arzobispo católico diga estas cosas? ¿Cómo puede ser que nadie le corrija? Mysterium iniquitatis.
121 comentarios
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Sin embargo, es innegable que Agrelo sigue la "línea del partido": basta leer el artículo de Sandri Magister sobre los actuales contenidos de la Civiltá Cattolica y sus mentores.
me cuesta creer que desconozca la posición del arzobispo de Tánger.
LF:
Da por hecho que la desconoce. Y da por hecho que la va a conocer.
Hemos dado la espalda a la trascendencia y nada tiene ya sentido entonces.
Si no hay cielo, si no hay infierno... si Cristo no ha resucitado no existe la verdad.
Estos señores no creen en la Resurrección, no creen en el cielo ni el infierno... y por esto se afanan en buscar una vida cómoda para todos aquí.
Es humano, no dan mas de si porque no creen en la Gracia.
La involución es terrible, enorme y crece exponencialmente.
Yo estoy verdaderamente asustado.
Se que no prevalecerán pero eso no evita que empiezo a tener miedo.
O sea, que es lógico que te des por aludido y te defiendas de las palabras de Mons. Agrelo porque van dirigidas directamente contra ti.
Esa puerta de atrás para el divorcio, que ya existe pero que va a dejar de ser una rendija para abrirse de par en par, es la solución perfecta. Si alguien quiere separarse de su cónyuge es prueba de que desde el principio no pretendía que el matrimonio fuera definitivo, lo cual lo convierte en nulo. Cualquiera podrá conseguir la nulidad.
Recordarás, Bruno, que, aunque yo no dí con la fórmula exacta, vaticiné algo así y me acusaste de insultar.
Sigue a ZP, cuyas palabras son: "la libertad os hará verdaderos".
Vaya elección...
.
Es evidente que tenemos que rezar mucho más.
.
Por mi parte tengo que dar una noticia: yo voy a "estar" en el Sínodo. No físicamente, pero espiritualmente podemos estar todos, con nuestra oración y con obras de misericordia. El "humo de Satanás" no podrá aprovecharse de la debilidad y flaquezas de tantos prelados, si en la otra balanza ponemos nuestra oración al pie del Sacrificio de la Misa y de la intercesión de la Madre de Dios.
Tú desde luego no lo eres, pero tus palabras nos dan la razón.
Ramontxu, respecto a tu comentario sobre la nulidad, quizá a ti no te parezca importante, pero a mi me parece una diferencia crucial. La Iglesia continuaría enseñando la Verdad sobre la indisolubilidad del matrimonio, y solo da más libertad al bautizado para actuar según su conciencia. Si alguien acude a un tribunal y pretende engañar al juez humano para conseguir la nulidad, podrá hacerlo seguramente. Del mismo modo, es posible comulgar aun en pecado si alguien se lo propone, o recibir la absolución de manera ilegítima. Sin embargo, a Dios no se le engaña, y bien nos ha sido advertido que quien comulgue en pecado mortal come su propia condenación.
Por otra parte, pienso que es muy probable que haya muchos matrimonios nulos hoy día, y habría que estudiar las causas de esto, de por qué la gente se reune ante Dios y promete algo que luego no cumplirá, por ejemplo en bautizos o en bodas. ¿Quizá porque se piensa que Dios no castiga, que todo lo acepta, que los mandamientos son papel mojado?
Por un lado, cuando este obispo afirma que los esposos "no pueden amarse como Cristo amó a la Iglesia", ¿quiere decir que San Pablo pedía un imposible? Porque eso es lo que pidió explicitamente a los maridos.
Y, por otro lado, supongo que Monseñor Agrelo pensará que los miles de cristianos que están muriendo en Siria, Irak y demás sitios son tontos por morir por no renunciar a la Verdad, ¿no? ¿A quién se le ocurre entregar su vida por una verdad siempre cambiante? Y me pregunto, ¿qué hará si el Estado Islámico llega a Tánger y pone a este obispo en la misma situación que a los cristianos quemados, decapitados, fusilados, ahogados, degollados... por no renunciar a Cristo?
En fin, solo espero que no haga falta que acuda al Sínodo...
de tanto discutir de cosas que no existen al final pierdes hasta la lógica y como dicen en el Sur, hasta el "sentío".
Por definición el PAPA no puede facilitar el reconocimiento de nulidad, en concepto. Otra cosa es que facilite los trámites para que se estudie, que es lo que ha hecho y que es muy diferente.
Es posible que haya muchos matrimonios nulos, como dice LF por ejemplo de cristianos no practicantes que se han casado por la Iglesia porque mola mas que en un juzgado. Pero porque será que me da que a la mayoría de esos les importa una higa si les "anulan" el matrimonio y ni se lo plantean. Y porque será que me parece que la mayoría de los que plantean una nulidad, si que son católicos y en realidad su matrimonio es válido.
Por último TRANSCRIBO:
"Si alguien quiere separarse de su cónyuge es prueba de que desde el principio no pretendía que el matrimonio fuera definitivo, lo cual lo convierte en nulo. Cualquiera podrá conseguir la nulidad."
Sin acritud, pero es difícil lograr en menos espacio mas patadas a la lógica y a la realidad de los hechos.
Que alguien quiera separarse no implica, ni mucho menos, es decir no es condición sine qua non, que desde el principio no pretendía que el matrimonio fuese definitivo. Podría haber algún caso que si, pero no porque pasado un tiempo decida separarse, sino porque en el momento de casarse quisiese un matrimonio temporal. No tiene ninguna relación la premisa con la conclusión.
Es mucho mas acertado desde un punto de vista lógico afirmar que los niños nacen de un repollo que lo que tu afirmas aunque ambas sentencias seas falsas.
Cualquiera puede conseguir la nulidad YA Y ANTES, si engaña al tribunal. Pero como dice LF en un artículo reciente a Dios no se le engaña. Y es la cosa mas estúpida del mundo tratar de engañar a Dios con eso y luego pensar que uno no esta haciendo nada malo al amancebarse y comulgar aunque formalmente todo parezca correcto.
Las nulidades no se "consiguen" como si fuesen una opción. La nulidad es una posibilidad que si se busca ha de ser en recta conciencia y responsabilidad.
Y la separación es una cosa para un católico y la nulidad es otra.
Además como desconoces tantas cosas no eres consciente de que muchos católicos que incluso pudieron haberse casado en circunstancias que hacían su matrimonio no válido, posteriormente pueden haberlo sanado por su actitud voluntad y compromiso, lo que reduciría mucho mas el número de matrimonios nulos entre los católicos practicantes.
Hay que ver para ser ateo como te ponen estas cosas.
Tu sabes que hay que ser mas creyente para ser ateo que para ser católico. Una persona con un mínimo de conocimiento científico lo único que puede ser es agnóstico si es coherente pero ateo nunca.
Lo que me maravilla es que leyendo a los blogers de aquí no te toque lo mas mínimo la chispa divina. Esta claro que hace falta la gracia, aunque claro pudiera ser que tu la rechaces. Ojala no sea ese el caso y algún día te caigas del Windows.
A mi no me lo parece.
Es como si organizamos un simposium de cirugía torácica e invitamos a Rappel. Es mas igual Rappel haría menos daño, porque todo el mundo se lo tomaría a broma.
Yo creo que si la Iglesia es seria tendría que obligar a todos los herejes conocidos que asisten al Sinodo a vestirse de Rappel, o de King Africa, o de Lady Gaga, así habría una correspondencia entre el mensaje y la forma.
Ramontxu, discrepo en eso. Me parece que muchos tienen un sentimiento mágico de los sacramentos, de tal modo que piensan que no importa el propio estado de la persona, lo que piense y haga, el estar en gracia, sino que el mero hecho de recibir el sacramento provoca un efecto beneficioso. Como tantos que llevan imágenes de santos, escapularios, objetos benditos, etc, como amuletos. Si se piensa de este modo es lógico querer que la Iglesia administre los sacramentos a todos, y condenarla por dureza y falta de misericordia si los niega, como si se negaran medicinas a los enfermos. Es decir, sería razonable pensar incluso en engañar al juez (o autoconvencerse de algún modo para hacerlo de manera más o menos consciente, acallando las propias dudas) de modo que anule un matrimonio pasado para poder de nuevo recibir el sacramento de matrimonio y así regularizar el propio estado, pensando que este sacramento por sí mismo justifica al que lo recibe, que no existe tal cosa como recibir el sacramento indebidamente. Este mismo principio lo vemos en muchas otras cosas del mundo moderno, por ejemplo en la equiparación entre legalidad y legitimidad. Lo importante es conseguir que un juez exculpe por el medio que sea, no determinar la verdad. Lo importante es conseguir el efecto externo, de modo que la realidad se adecue a la persona, y no al revés.
Aprovecho para sumarme también a la opinión de que, con la inteligentísima decisión del Santo Padre, JUGADA MAESTRA anticipándose a un Sínodo cuya ambigüedad ya es predecible, (aunque tampoco había que ser ningún Aristóteles para darse cuenta de que el emperador estaba desnudo), no sólo se va a reparar un lastre no exento en muchos casos de injusticia, sino que SOBRE TODO se va a poner de manifiesto lo que UNOS Y OTROS estáis reconociendo: que el problema está sencillamente en el origen, en la raíz, en el "sí quiero" que tanto no practicantes como (reconozcamos) también muchos practicantes se dan CONSCIENTES de no ser un cheque en blanco, de que se guardan condiciones bajo la manga.
Que la reacción que algunos se están imaginando sea endurecer, o casi elevar a tesis doctoral, las exigencias previas, LA CRIBA para merecer el contrato matrimonial en su faceta de sacramento, eso ya lo veremos. No va a ser tan sencilla, nunca lo ha sido, esa pretensión de quedarse "pocos pero buenos".
Qué poca misericordia, oiga.
(modo irónico off)
Me parece bien el magisterio de monseñor Agrelo: ya que no hay verdades absolutas, y todo es una aproximación a una realidad cambiante, me puedo liberar de las pretensiones de poseer la verdad que tiene la Iglesia y que a mí no me parecen correctas.
Por ejemplo, eso de la obediencia y respeto de los fieles a los pastores. Acabo de decidir que es una verdad impuesta para dominar mi conciencia, y he decidido selectivamente que el arzobispo de Tanger no tiene ninguna autoridad sobre mí ni merece ningún respeto.
Es un patético personaje, sin autoridad moral, adorador rendido de la más absoluta irracionalidad y su teología es una hez de bóvido.
Gracias, monseñor, por fin me ha dado los argumentos para poder mandarlo a paseo sin cargo de conciencia.
Recemos y mucho para no caer en sus redes.
Nos facilitas argumentos para cuando oímos estas cosas a sacerdotes despistados, confundidos, mal enseñados, o infiltrados.
Magnifico artículo.
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"...la salvación que Dios ofrece a quien la necesita"
(He debido leerla varias veces)
Y elegido para el Sínodo. Como una espolvoreada de pimienta. Para que la discusión se haga más entretenida...
Menuda batalla se avecina. Yo creo que el mejor escenario posible es la reafirmación de la sana doctrina de la Iglesia Católica y una consiguiente gran persecución. No me extrañaría que Francisco fuese mártir, una vez que pulverice las falsas expectativas creadas respecto a él por parte de los enemigos de Jesucristo. Recemos para que Dios le dé la fortaleza y longanimidad que necesita.
Si sólo prevalece "cierto amor", ¿será o no ' humano ' ? Porque este "pastor" (¿ - ?) olvida que "nihil volitum quin praecognitum" (=nada se puede querer, que antes no sea conocido).
Está promoviendo nada menos que la (preciosa en cuanto música, pero horrrenda en su contenido) "Habanera" de la "Carmen" de Merimèe - Bizet: "L'amour est enfant de Bohème, qui n'a jamais, jamais connu des lois" (= El amor es hijo de gitanos que nunca, nunca ha conocido leyes).
Más coherentes son los atinados versos de Antonio Machado:
"TU verdad" , ¡No!
"LA verdad".
Y ven conmigo a buscarla;
"la tuya" guárdatela".
Si Jesús mandó predicar "lo que yo les he mandado" (Mt 28,20), es evidente que no aconsejó "agradar", "adular", "estar a la moda", sino palabras de vida eterna, permanentes, que no pasarán, por más que cielo y tierra se vengan abajo.
Y...que ha habido "cambios" en la Iglesia, nadie lo puede negar. Pero no tales, que hayan corrompido su ser esencial. Así cambia el bebé, en adolescente, joven, edad madura. Pero será siempre "Eduardo González" y no "Shakira" o el "Dalai Lama".
En fin, el diluvio de desatinos en pluma de este "posible padre sinodal" es tal, que se percibe hasta qué punto la era postconciliar y su fantasmagórico "espíritu", han deturpado la teología, la fe de mucha gente, hasta la "logica" y la necesaria energía pastoral, de quienes tienen su báculo arrinconado, ya que no se preocupan por ahuyentar a estos lobos rapaces.
Muy oportuno el apotegma escolástico. Separar la verdad y el amor es un disparate.
Quizá esta Europa mezquina, cobarde, neopagana y apóstata deba perder peso dentro de la Iglesia. Dios no permanece impasible ante la sangre de tantos mártires.
"La cosa pinta fea, pero yo creo que de todo esto el Señor va a sacar un gran bien para la Iglesia"
Todo sucede para bien de los que aman a Dios (Rm 8,28). Dios puede sacar bienes de todo, incluso de nuestros pecados.
Bruno: No digo que tu articulo no se pueda mejorar, "doctores tiene la Santa Madre Iglesia" como afirma un dicho, pero a mí, a día de hoy, me ha impresionado mucho.
Pido perdón de antemano por alguna palabra un poco fuerte y/o vulgar que voy a utilizar, pero es que aún estas expresiones tienen su razón y su utilidad en ciertos casos, y, además, ¡quizás! sean las más apropiadas.
Digo que el dinero, la pomposa comodidad, los halagos del mundo ( sobre todo hoy en día, lo "progre" que es lo "guay", principalmente en la mayoría de los grandes medios de comunicación social, los llamados "generalistas" ), la bragueta y el orgullo tiran mucho, son como un imán...¿quien puede dudarlo?.
Que duda cabe que todos somos pecadores y todos cargamos con el peso de nuestras faltas y pecados, que sólo Gracia de Dios puede limpiar..., pero los pecados de estos pastores claman al cielo, si, por un lado, los pastores pueden hacer un bien inmenso, por otro, el daño que igualmente pueden causar es tremendo, estos pastores de baja estofa, seudoseguidores del Vaticano II, amicisimos o, de otro modo, "superamigos" de la misericordia del braguetazo libre o casi libre, ( por lo tanto, no la autentica y sanadora misericordia) estafadores del "o...o",el viejo y siempre retornado camino de cualquier herejía, están muy calentitos dentro de la Iglesia. nos tocará soportarlos durante tiempo...
Recomendaría el articulo: " La desistencia de la autoridad en la Iglesia" de Bruno en la revista "Apologeticum".
A ver si el soplo del Espiritu Santo impulsa a quien o quienes deberían ( ¿deberiamos?) hacer algo o mucho de limpieza...eso sí, en y con amor, misericordia ( verdadera misercordia, no un mentira o la pantomima de ella...que nos quieren " vender") y humildad...
D.o.b.
El asunto es si lo que la Iglesia enseña y el fiel cree es verdad o no lo es, y si podemos y debemos decir que es verdad, o no. La respuesta católica, obviamente, es "sí" a ambas preguntas.
Saludos cordiales.
Me uno con mi oración y penitencias que pueda ofrecer...
A la Verdad se la busca y se la persigue con ánimo de poseerla y ser poseído.
La Verdad, que nadie puede medir y nadie puede definir sino aquel es la Verdad; como todo lo que imaginativamente puede ser aceptado en posibilidad de existir es: "La infinita dimensión espacial cubo-esférica de infinita Vida poblada y de infinita Luz iluminada."
La Verdad existe sí, la Verdad que es Dios; mora en el infinito Espacio, o Cielo. Y por ende no puede morar en este nuestro limitado espacio llamado tiempo o Universo que pasa.
La Verdad, sea Dios, como dimensión espacial se puede demostrar en proceso de "fotogoniotomía". Baste para este cálculo elevarlo a un coeficiente de infinito
"Es humano, no dan mas de si porque no creen en la Gracia".
Coincido con ese diagnóstico fundamental de todo este lío en torno al sínodo. Es un problema de (falta de) fe.
Ánimo. No fue casualidad que Dios nos mandara a un Papa santo, como Juan Pablo II, que lo primero que dijo como Papa fue "no tengáis miedo", repitiendo las palabras del Resucitado. Ánimo. Cristo ha vencido al mundo.
"Bruno, te gusta jugar con las palabras pero, en lenguaje llano, "pretender poseer la verdad" significa pretender tener siempre razón y eso te describe a ti perfectamente, ya que pretendes, según tus propias palabras, " conocer a la Verdad, que es Cristo, y también las verdades que esa Verdad nos ha revelado" y cuando alguien, sea cristiano de a pie, obispo o papa, dice algo ligeramente distinto de esa verdad que tu conoces y posees lo acusas de hereje, cismático, ignorante, mentiroso, etc. O sea, que es lógico que te des por aludido y te defiendas de las palabras de Mons. Agrelo porque van dirigidas directamente contra ti."
Yo no pretendo tener siempre razón. De hecho, nunca he conocido a nadie que pretenda eso. Habría que estar mal de la cabeza.
Dicho eso, por supuesto que las palabras de Mons. Agrelo van dirigidas contra mí y contra todos los católicos, santos, mártires, doctores, Padres de la Iglesia y Papas de la historia. Lo que dice Mons. Agrelo es contrario a la fe de la Iglesia y, por definición, los católicos (no simplemente yo), creemos y defendemos esa fe. Por eso critico lo que ha dicho Mons. Agrelo. Lo he dicho en lenguaje llano en el post y otras innumerables veces. No entiendo porqué pretendes haber traducido mis palabras a lenguaje llano, cuando ya eran claras y llanas de por sí. Y además son una postura evidente para un católico.
Por otra parte, tú también conoces verdades y criticas a quien las niega. Si llegara al poder un nuevo partido político que decretara que los gitanos, por ejemplo, son seres subhumanos y deben estar en el zoológico, pondrías el grito en el cielo (y yo contigo). Actuar así no es "poseer la verdad", es simplemente conocerla y ser coherente con ella.
Ánimo. Acércate a la fe y te encontrarás con la monumental y maravillosa sorpresa de que esa verdad que conoces y de acuerdo con la cual intentas vivir no es simplemente algo, sino Alguien. Y Alguien a quien le importas.
Saludos.
"Una vez más el criterio en este sitio es el mismo: "los obispos -y los papas- buenos son los que piensan como nosotros, los malos los que no". Y no me vengan con el cuento de "la doctrina"; en verdad les importa muy poco la doctrina, y mucho menos el Evangelio. Les importa sentirse dueños de la verdad, y les da rabia que antes ustedes eran los que tenían el poder real, ahora no (gracias a Dios). No les preocupa la doctrina sino el control, no les importa la fe de los fieles (no tienen ni idea de eso) les importa el poder. La obediencia la papa y a los obispos es cuando les conviene a ustedes, cuando piensan como ustedes. Son unos hipócritas."
Mire, yo pienso que la tortilla de patatas es muy superior a la francesa, pero no exijo que nadie piense como yo. Algo totalmente distinto es hablar de la doctrina católica. Los obispos católicos tienen que creer y defender esa doctrina y, si no lo hacen, los fieles tenemos el derecho y la obligación de quejarnos.
Me hace gracia que diga que nos importa el poder, cuando el que analiza todo en términos de poder ("antes ustedes eran los que tenían el poder real") es usted. Si nos "importa muy poco la doctrina", ¿por qué la defendemos contra los que la niegan? Su postura no tiene sentido. Como todo católico sabe, nadie, ni los obispos ni el mismo papa tienen poder para cambiar la fe de la Iglesia.
No somos hipócritas. Somos católicos. Pruébelo, a lo mejor le gusta.
El día que dos novios se casen con la intención de separarse en unos años cuando encuentren "otra cosa" más placentera, sería signo inequívoco de que "todo está podrido".
No sé donde he leído que "algunos se empeñan en lograr que se pueda pecar sin cargo de conciencia, con el permiso de Dios".
En mi caso particular tengo un matrimonio feliz. Amo a mi esposa (no significa que esté libre de defectos ¡mucho menos yo!), amo mi familia (que me produce cada dolor de cabeza... pero aparejada con tantas alegrías).
Si tuviese que apartame de mi esposa y mi familia por motivos que escapan de mi control, si quiero ser fiel a Jesucristo, solo me queda vivir en castidad. Cosa más alejada de la amargura, si es con Cristo la castidad es aliada del gozo.
Mucha culpa tiene la idolatría del sexo... muy promocionada en nuestra sociedad, hasta la saciedad.
Doble rasero escandaloso y ciego.
Ojo: conozco personalmente la iglesia de Tánger, la labor que hacen allí los religiosos y religiosas y la acogida a los subsaharianos, es magnífica. Además creo que dejar morir a nuestros hermanos africanos sin inmutarnos es pecado. Igual que creo que lo es el adulterio. Los mandamientos son 10 (no podemos eliminar 9) y se resumen en dos (tampoco podemos quedarnos únicamente en el amarás al prójimo y olvidar el amarás a Dios).
Hace tiempo escribí un post sobre ese tema (o más bien, traduje lo que decía un sacerdote inglés):
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Aparentemente, hay pecados graves que están de moda y otros que no. Para los segundos, la apropiada severidad, pero para los primeros manga ancha, no juzgar, guiños y, en el caso extremo de Mons. Agrelo, considerarlos un "acercamiento personal a Dios".
Ciertamente, es escandaloso.
Si poseo esa adecuación, entonces, porque mi afirmación o negación es adecuada a la realidad, poseo la verdad, y hay un sentido en que simplemente se puede decir que sí, que la poseo, es decir, que tengo esa adecuación, porque de hecho, en una proposición particular, como por ejemplo, "dos más dos son cuatro", mi inteligencia está adecuada a la realidad.
Eso no quiere decir que yo posea la verdad en el sentido de tener siempre razón, porque cada vez que hago un juicio, que emito oral o mentalmente una proposición, esa proposición puede ser verdadera o falsa según que se adecue o no a la realidad.
Sin duda, dado que la Revelación divina es por definición verdadera, y dado que de hecho ha habido una Revelación divina que culmina en Cristo y es trasmitida por su Iglesia, siempre que yo afirme o niegue en consonancia con la Revelación, y por tanto, con la doctrina católica, voy a poseer, en ese sentido, la verdad.
Tampoco se sigue de ahí que yo tenga que tener siempre razón, porque puedo afirmar o negar fuera del campo de lo revelado por Dios, y ahí me puedo equivocar.
Ahora claro, una forma práctica de tener siempre razón es discutir solamente cuando se la tiene. Eso es en buena medida lo que hace alguien que en un "blog" se dedica a analizar las proposiciones erróneas de los que contradicen la doctrina católica. En eso no hay nada contradictorio ni objetable.
Claro, nada impide que de hecho nos pongamos a discutir, alguna vez, cuando no tenemos razón. Ésa es la falibilidad humana.
Saludos cordiales.
Y como no soporto tanta insignificancia, me dedico a meterme con arzobispos.
Saludos.
No desvíes el tema del post, que es un tema de fe, hacia un tema distinto, que además es prudencial.
"La Iglesia avanza en un océano de cambios y de hecho viene cambiando con los siglos. Pretender que de repente no cambie más... +por qué? si viene cambiando todo el tiempo? saludos"
La Iglesia cambia en lo accidental, pero no puede cambiar en lo esencial. Nadie, ni siquiera los obispos o el Papa, puede cambiar la fe católica.
Si me permites, quien decide cuál es el tema en mi propio blog soy yo.
En InfoCatólica no jugamos al pernicioso juego, tan del gusto de los periodistas actuales, de la primicia, la inmediatez y el juicio superficial y rápido. Preferimos tomarnos el tiempo necesario para digerir las cosas y reflexionar bien sobre ellas.
No es una discusión sobre el tal Agrelo en abstracto.
No fui al punto, es verdad, pero es que francamente no es el mayor problema que tenemos hoy y tú lo sabes. Y discúlpame, pero en este portal tienen gente muy preparada para opinar sobre el tema de ayer con precisión, los motu proprios no son tan largos ni tan dificiles de entender, y menos por un experto. No se trata de una enciclica de 200 paginas. Justamente lo que hace falta es la opinion de expertos en medio de lectores legos en la materia, y no la censura del tema a falta de mejores opciones. Hagan lo que les venga en gana, quien se los niega? Pero lamentablemente se ve claro por donde va la cosa.
Dicho lo cual dejo mi participación por el día de hoy, aunque tu blog siempre me resulta interesante y lo seguiré leyendo y comentado. Gracias por tus apreciciones. Saludos.
Hay una definición de Dios dada por el mismo Dios: "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi"(Juan 14,6)
La VERDAD EXISTE y es el propio DIOS.
Algunos dicen que la verdad no existe, o que es inalcanzable, o que es relativa, y que no existe ninguna verdad absoluta, ninguna verdad objetiva;
con esto no solo se esta negando 2000 años de pensamiento cristiano basados en una definición de Dios dada por el propio Dios sino que es retroceder culturalmente a una época anterior a Socrates.
Socrates (470-399 a.C.) dice:
1) Solo Dios es el verdadero sabio.
2) La filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta.
¡que atrevida es la ignorancia!
¡que atrevida es la ignorancia!
Estamos mal, muy mal, muy mal, algunos pastores están retrasándose mas de 2500 del pensamiento. Increíble, increíble, increíble pero cierto.
Con la luz de la razón (como Socrates) se puede acceder a elementos esenciales de la Verdad, pero con la luz de la REVELACION de Dios hemos conocido toda la VERDAD.
Una misericordia aplicada en contra de la Verdad o al margen de la Verdad, es ir directamente CONTRA las enseñanzas del propio Cristo, porque El es la Verdad.
El orgullo de Satanás con sus decenas de legiones , nos esta introduciendo en la MAYOR batalla de la historia de la humanidad entre los hijos de la Luz y los hijos de las tinieblas, estamos metiéndonos cada vez mas en la batalla final y por la Fe conocemos el final. A pesar de su poderosa inteligencia de Querubín, Satanás cree tener la Victoria cegado por las tinieblas de su orgullo.
Señor ten Piedad. Cristo ten Piedad. Señor ten Piedad. Concédenos no perder la Fe en este momento de PRUEBA y la Gracia de la perseverancia final.
Tal vez en su texto ya no tuvo espacio para colocar una última línea, como hizo LF en un comentario aquí, para decir "ironía off".
Gracias a Dios, se puso en marcha, ya con Benedicto XVI, una silenciosa reforma episcopal, y que la está continuando Francisco, que confirmó al Cardenal Marc Ouellet en ese dicasterio. Igualmente tengo entendido que se está poniendo en marcha una reforma silenciosa en los seminarios.
Siempre vamos a tener cizaña en medio del trigo, y donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia.
Actuar por la declaración de nulidad.
No porque a mi me guste o no .Es lo de menos, pero se ve venir.
Agilizar las nulidades ----que sinceramente la mayoría de los matrimonios ,por una causa u otra, serian anulables si lo piden. Salvo...salvo....los que pertenecen a movimientos donde se enseña de verdad la doctrina catolica y se intenta llevar a la practica con la ayuda de Dios.-----opus dei, comunion y liberación, camino neocatecumenal ---y poco más.
El problema es que es nuestro tiempo hablas de "modernismo" y para empezar te dicen que eso está superado o que el actual Catecismo de la Iglesia no dice ni una palabra de ese "espíritu de herejía", que tan grave parecía a los papas hasta los años sesenta..
Me gustaría que algún obispo me respondiese a dos sencillas preguntas. ¿la Iglesia Católica del siglo XXI condena el modernismo, si o no? Segunda;: Si las condenas de San Pío X siguen vigentes ¿por qué no sólo no se llama a capítulo a este arzobispo sino que -para mayor inri- se le nombra miembro de un sínodo sobre un tema decisivo de la moral católica?
Primero quiero felicitarle por sus artículos tan bién logrados sobre el
próximo Sinodo de La Familía a celebrarse en La Nueva Babilonia
(U.S.A:).
"Hay de aquellos que llaman al bien mal y al mal bien" Isaias, 5:20.
Todos es tos señores; Agrelo,Pikaza,Pagola,Perez,etc...................
y la iliminada monja Forcades, ya tienen su premio garantizado.
Cuando Pilatos le preguntó al Verbo Encarnado ¿ y qué es la Verdad?,
el Verbo no le contestó, pues los insensatos no entienden ni quieren entender.
Dios en esencia es un ser "MORAL" y su "MORAL" que es lo único bueno, justo y misericorde es reflejada a travéz de la Historia por su Palabra, por su Vervo. Entonces la respuesta que Jesús el Cristo no le
dió a Pilatos no era otra que "La verdad soy Yo".
La MORAl de Dios es inmutabe, pues Dios es absolutamente perfecto
y una vez establece un Mandamiento, un Precepto o una Ordenanza,
"NO" la va a cambiar jamás, otra cosa es el castigo por violentarlos, pues su MISERICORDIA es infinita.
La Iglesia Católica está llena de TRAIDORES,atrevidos e insolentes, por eso para finalizar quiero ¡Felicitar a Infocatólica por ser un Bastión de la Doctrina de La Verdad!
Si esta situación de desgobierno y de cachondeo episcopal y moral continuan la frase acabará cambiando a: Herejes tiene la Iglesia. Tiempo al tiempo.
La verdad en el mundo es cuando y cómo, Jesús en el Huerto de los Olivos, por una y dos veces preguntando a los guardias del Sumo Sacerdote - ¿A quién buscáis?- Él responde: "Yo soy; Soy Yo"
A mi tampoco me convence que se pretenda convencernos de que no se favorece la anulación del matrimonio dentro de la Iglesia. Y que por detrás se habrá una puerta para camuflar el coladero del divorcio... Con posibilidad legal dentro de la Iglesia de volverse a casar.
Donde solo los contrayentes en su singular tribulación matrimonial contaran. Y porque Dios resiste a toda blasfemia y falta de consideración, Dios no cuenta.
Hasta donde yo puedo ver, que se mencione o no el modernismo por su nombre en el Catecismo es irrelevante. Tampoco se nombran, si no recuerdo mal, el jansenismo o el coliridianismo. Lo que importa es que en el Catecismo se rechazan sus errores.
En cuanto a por qué no se corrige a este arzobispo, no te puedo responder.
En cuanto a por qué se le ha nombrado por el sínodo, creo que sí puedo responder: porque los demás obispos de la Conferencia Episcopal del Norte de África, o al menos la mayoría, tienen las mismas opiniones.
Y luego nos sorprede que los musulmanes no se conviertan.
Sí, en estos casos no encuentro difícil suponer la buena fe, porque me da la impresión de que el interesado es inimputable. Claro que si una Conferencia Episcopal le vota como su representante...
Cuando Cristo envía a sus discípulos, les envía a una misión muy particular: «Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jesuralén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.» (Hch 1,8)
O sea, la misión que encomienda, es la de ser testigos de Cristo, o sea, testigos de la verdad (Jn 14,6). Se entiende que si no se cumple ese mandato, no se verán conversiones.
Los testigos de la verdad son los santos. Sin santos no hay conversiones, si no se anuncia la verdad, no hay conversiones.
«Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad.» (Jn 17,19)
No hay nada más diabólico, más contrario a la obra salvífica de Dios, que rechazar la verdad.
m.ultimahora.com/unos-120-jovenes-prometen-conservarse-virgenes-y-castos-el-matrimonio-n928257.html
Es español, pero no es obispo en España, así que no forma parte de la Conferencia Episcopal Española.
La Conferencia Episcopal del Norte de África agrupa a varias diócesis de los países musulmanes del norte de África. Son las diócesis de Túnez, Rabat, Tánger, las cuatro diócesis de Argelia (una de las cuales es Orán, la de Mons. Vesco) y Libia. Son diócesis muy pequeñas y, en algunos casos, minúsculas (no creo que Mons. Agrelo tenga más de tres mil fieles y eso que es un arzobispo). Tradicionalmente, estas diócesis están ligadas a las antiguas potencias coloniales y a algunas órdenes religiosas. El arzobispo de Tánger suele ser un franciscano español.
"Y podríamos extenderlo, por ejemplo a: "Y luego nos sorprende que los templos se queden vacíos en Europa", o también a "Y luego nos sorprende la proliferación de las sectas (pseudo)cristianas en América Latina"."
En efecto, lo peor de todo esto es que no es sorprendente en absoluto.
Yo no digo que esto sea de ahora, ni todo culpa del Papa, pero es que esta situación esquizofrénica no puede ni debe durar. Es un escándalo premanente.
El Papa y otros cardenales tienen la responsabilidad de gobernar la barca de Pedro de acuerdo a la moral y al código de derecho canónico, y no pueden ni deben permitir la continuidad de este escandalo, sin grave daño para las almas y para la Iglesia.
Esa frase del Blog de Nestor: No sin grave daño, es profética.
¿Es que nadie va a hacer nada?. Ya no vale decir que otros antes no lo han hecho, hay que actuar mas pronto que tarde, con seriedad, y conforme a derecho, dando la oportunidad de rectificar, pero al que no lo haga, se destituye y se le suspende o se le inhabilita de la manera en que este establecido. Si ya esta todo inventado, no hace falta innovar.
En especial lo de la hez de bóvido.
¿A quién se le ha ocurrido enviar al sínodo a un personaje como Agrelo?
Santo Tomás Moro. Decapitado por denunciar a Enrique VIII su adulterio.
Estoy convencido de que alguna cabeza rodará por defender la verdad del matrimonio tras el Sínodo.
Preparémonos.
Es evidente, que el esplendor de la mentira está revoloteando Roma, cuando ,debe ser La Veritatis Splendor, es sobre la Fe y la Moral de la Iglesia, es decir está sobre el código de derecho canónico, hay un orden en la Infabilidad Papal, que ni el mismo Papa puede alterar.
Es de no creer como muchos, de los ejemplos, el evolucionismo en la Iglesia Católica, la Verdad que es inmutable, se tiene que adecuar a nuestra extrema bajeza., no nuetra extrema bajeza a Dios,Modernistas!!!Niegan lo sobrenatural., si se pierde esté no existe el orden natural.
Si la Verdad es dañada corre pilogro la Fe;Benedicto VI, y diría la Caridad, todo es un cuento, voy a servir, ,una persona, sonrie Dios te AMA, la Sensibleria, la demagogia de la misericordia, como está el Diablo!!!!!!!!El rechazo, a la Fe de la Iglesia, corazones durísmos, que están ya condenados, si siguen pensando así ,el daño que le han hecho a la Iglesia, omitiendo las ocasiones proximas de pecado, mencionarlas, en este mundo.Hoy justamente vi a dos personas sufrimientos extremos por esto.Que quierén arreglar el dolor, el sufrimiento, no saben que lo incrementan logaritmicamente, que no estoy en la palmera,Durante años a una persona creyente le pregunte, lo escucho lo de las ocasiones próximas de pecado, predicar, de la Gracia,,NO!!!!!!!!!!Y lo que producen dolor y más dolor, lo puedo aseverar.Son de terror, y viven en la palmera, condenación perdición de almas, y sufrimientos tremendos en las personas!!!!!!!!
Hay que orar por el Sinodo, tienen que saber que están, enfermando desde hace años a la Iglesia, a sus miembros!!!!
Que Dios te bendiga y bendiga a la Iglesia, y que la reSANTISIMA VIRGEN MARIA, NO maria!!!!!!!!La corredentora, Ampare a la Iglesia!!
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Sin embargo, Jesucristo dice; "el que es de la Verdad,escucha Mi voz" . Y Cristo nos dice claramente que el mensaje de salvacion hay que compartirlo,y nos pone el deseo en el corazon de dar testimonio de nuestra Fe. Y nos hace saber indubitablemente que EL es la Verdad y que la Verdad tiene que iluminar el mundo.
El demonio es muy astuto,maestro del disfraz espiritual y ,lastimosamente,creo que Moseñor ha sido "poseido" por el padre de la mentira. Pero atencion ,que todos,somos engañados por el,muchas veces y de mil maneras y apenas nos damos cuenta. Por eso nos tenemos que ayudar unos a otros , ser comprensivos e intentar iluminarnos con la gracia que Dios nos haya dado para mantenernos en la Verdad ,en la cual no cabe la soberbia.
En Cristo,que es el SER ,no cabe el orgullo, que es el ego, cuando califica con firmeza. Por tanto, cuando a alguien le dice sepulcro blanqueado, le esta iluminando la conciencia con la Verdad y buscando su conversion. Pero nosotros tenemos que estar atentos a nuestra intencion ,porque solemos calificar a los demas desde el orgullo, no desde nuestro ser que participa del Suyo y por tanto deformamos la Verdad porque no buscamos la conversion del otro. Pero ese y no otro debe ser nuestro fin; llevar a los hombres a Dios y no dejar que nuestro orgullo nos separe de los hombres y de Dios, que nos manda amarlos.
Tenemos que perseguir la humildad, que nunca se equivoca y anda siempre en la Verdad,porque solo sabe Amar.
La Paz de Cristo.
"Yo no pretendo tener siempre razón. De hecho, nunca he conocido a nadie que pretenda eso. Habría que estar mal de la cabeza"
No te me salgas por la tangente, que no estamos hablando de la tortilla de patatas, sino de la doctrina católica. No he visto en ninguno de tus artículos el mínimo indicio de que reconocieras estar equivocado en algún punto ni de que no estuvieras absolutamente seguro de todo lo que dices. Siempre te situas por encima de todo el mundo a la hora de decidir cuál es la doctrina correcta y con capacidad para juzgar las palabras de cualquiera. No reconoces la autoridad de nadie dentro de la Iglesia por el hecho de su posición, sino sólo cuando sus palabras concuerdan con la doctrina que tu, por encima de todos, "sabes" que es la correcta.
"Por otra parte, tú también conoces verdades y criticas a quien las niega. Si llegara al poder un nuevo partido político que decretara que los gitanos, por ejemplo, son seres subhumanos y deben estar en el zoológico, pondrías el grito en el cielo (y yo contigo). Actuar así no es "poseer la verdad", es simplemente conocerla y ser coherente con ella."
Aquí te estas saliendo de tu terreno. Es cierto que en el caso que citas estaríamos de acuerdo, pero no porque yo "conozca" ninguna verdad, ya que, en cuestión de ética, no hay ninguna verdad que conocer, sino porque se trata de una opción razonable.
"Ánimo. Acércate a la fe y te encontrarás con la monumental y maravillosa sorpresa de que esa verdad que conoces y de acuerdo con la cual intentas vivir no es simplemente algo, sino Alguien. Y Alguien a quien le importas."
Nice try. Y te agradezco la intención, pero lo que pides es imposible.
De mis palabras, cuanto sea ofensivo para la persna del señor arzobispo de Tánger, dese por no dicho y pido disculpas (particularmente por llamarle patético personaje).
Mantengo, obviamente, mis obejciones doctrinales que Bruno, con más conocimiento y sentido común que yo, ya ha desarrollado en el artículo y los comentarios.
A modo de explicación de la irritación y escándalo que muchos fieles sienten ante este tipo de declaraciones, valga para los menos formados y los no cristianos explicar que el afirmar que no existe modo objetivo de acceder al conocimiento de la Verdad, en sí mismo, no sólo es no-católico. Es no-cristiano y, de hecho, es totalmente irracional, como bien ha apuntado luis.
Monseñor Agrelo es relativista. Como Ramontxu. Por eso a este le cae bien. La diferencia (a favor de Ramontxu) es que él es coherente con sus pensamientos, y monseñor Agrelo, desde el momento que así piensa y así enseña, traiciona la enseñanza de la Iglesia. Eso es un escándalo. Y que siga siendo arzobispo hoy a las 11:30 horas, también.
Luis Fernando afirma que muchos obispos españoles leen el blog de Bruno. Pues estoy esperando a que hagan algo.
Pequeña guía para desmontar las falacias del subjetivismo y el relativismo:
el relativista automáticamente equipara VERDAD con OPINIÓN, y a partir de ahí te lleva su terreno ("es que tú tienes tu verdad, pero hay otras"). FALSO.
Primero: La verdad objetiva existe, y es perfectamente cognoscible por el hombre. Eso es doctrina católica desde Jesucristo ("Yo soy el camino, la Verdad y la Vida", "la Verdad os hará libres"), por tanto, es el centro de toda la teología católica.
Segundo: La verdad objetiva es accesible por la RAZÓN. El catolicismo es religión racional, no irracional.
Lo peor no es el irracionalismo filosófico de don Santiago, sino el hecho de que este no viene de la ignorancia, sino es perfectamente voluntarista. Y lo que es todavía peor, por sus opiniones, todo apunta a que emplea el relativismo como cómodo insturmento para poder seguir los dictados del pensamiento dominante en occidente, que es totalmente ANTICRISTIANO.
Si eso no es para escandalizar y turbar a los creyentes...
Que existe una Verdad obejtiva, y que esa la enseña Cristo en sus fundamentos, es doctrina de la Iglesia desde el minuto uno.
El que no cree en la Verdad real y objetiva de las enseñanzas de Cristo, NO ES CATÓLICO, NO ES CRISTIANO.
No le "echo" yo ni le echa nadie de la Iglesia. Se echa él solito. Así que menos victimismos y lacrimonegeo.
Lo que para algunos es excusa de sus propias imperfecciones, y para otros regocijo por ser enemigos de la Iglesia, para los cristianos es turbación y dolor.
Es muy serio para bromas.
Pues no se moleste, blogger, pero yo a quien no he conocido todavía es a quien se ponga a hablar sin querer llevar razón. O ése es el que verdaderamente está mal de la cabeza, o simplemente es que nos la quiere meter doblada. No le veo yo otra lógica.
En cuanto a lo de que este O.F.M. haya llegado a Arzobispo... ¿yo qué es lo que modestamente pienso? Pues que Su Santidad Infalible de quien lo nombró sabría lo que hizo. Sí él es arzobispo y no lo somos los demás, incluidos eminentísimos expertos en Doctrina y Magisterio... ¿pues qué le podemos hacer?
Yo siempre pienso que, descendiendo ya a la falta de vocaciones de base (curas, vamos), cómo es posible que gente tan preparadísima haya sido "relegada" por el Señor a la corriente y pedestre vida seglar. ¡Pudiendo hasta perdonar (o retener) pecados! No lo entiendo. Aunque quizás mejor así. Que luego el poder es muy serio...
La fe y la moral católicas no son "accesibles por la RAZÓN"., sino que están basadas totalmente en el argumento de autoridad. Como Néstor nos enseñó hace unos días:
"La fe se basa en la autoridad de Dios que revela, es decir, el misterio revelado se cree porque Dios lo ha dicho, no porque se vea que es verdadero."
A la "Verdad" de la que hablas no has llegado tu por la razón, sino aceptando la autoridad de la Biblia interpretada y completada por la autoridad de la Iglesia.
Por eso es contradictorio juzgar a los pastores en base a la Verdad cuando esa verdad proviene de la autoridad de los pastores. Eso es pretender poseer la verdad, pretender que tu "sabes" cuál es la verdad a pesar de que lo único que realmente sabes es que en el evangelio pone ésto o lo otro y que tal concilio dijo ésto o lo otro.
Yo comprendo que para muchos la doctrina católica parezca un disparate, por eso no son católicos y me parece honesto. Pero querer pescado grande y que pese poco no puede ser, ¿Qué hace, por ejemplo, en la Iglesia gente que dice que Cristo no fundó ninguna iglesia?.
La VERDAD!!!!!le hace muchísimo bien a la HUMANIDAD!!!!Leer a Al.Solzhenitsin en Scholla Veritatis!!!!!.Esto se refleja, no sólo en este tema sino en todas las orbitas del Saber humano.Sin la VERDAD, lo que llaman relativismo, trae no solamente la perdición de las almas, clarisimamente para los que somos creyentes, sino aún enferma, y de que manera, a los que no lo son.
Se sonrié para no llorar, no se soporta la Soledad, el Silencio, es necesario vivir en el ruido, para acallar las consciencias.
La influencia de erotismo desenfrenado,tantas ocasiones, tienen las personas, para caer, para vivir en GRACIA, sino se predica la Castidad, y como Santa Teresa Benedicta de la Cruz, la llama limpieza del corazón en un sentido más positivo, para el oido del honmbre contemporaneo, como aumenta el verdadero amor con el correr de los años(Edith Stein), no sólo el amor conyugal, sino el amor al prójimo,al bién común, sino todo es una gran mentira.Hay que generar espacios de silencio, para intimar con Dios.La Gracia, lleva a un DIOS la SANTISIMA TRINIDAD, a habitar en un alma(Padre Philipon), que maravilla, a la que excluyen estos personajes.Ya lo que llaman todo el mundo, la CULTURA Cambió!!!!!!!Los nuevos medios de descerebración ,la electrónica, espacios de ruido por todos lados.
Para estar informado hay que alejarse de la realidad, lo que llaman realidad(Como dice Pieper, a la mirada de un hombre que ha recuperado su inocencia), es como un barrio chino al amanecer.Todos vomitando).Buscar la Felicidad que perdura!!!!, que le hace bién a los demás!!!!!!y que no enferma!!!!
Que Dios te bendiga y bendiga a la IGLESIA.
Que la RE SANTISIMA VIRGËN MARIA!!!!la proteja, y nos proteja.
"No te me salgas por la tangente, que no estamos hablando de la tortilla de patatas, sino de la doctrina católica".
Pues entonces no hagas afirmaciones universales. Di que lo que piensas es que yo creo que... en cuanto a la doctrina católica. No me estaba saliendo por la tangente, tú habías hecho una afirmación incorrecta.
"No he visto en ninguno de tus artículos el mínimo indicio de que reconocieras estar equivocado en algún punto ni de que no estuvieras absolutamente seguro de todo lo que dices"
Esto es evidentemente falso. Podemos buscar miles de veces en las que digo "probablemente", "a mi juicio", "hasta donde puedo ver", etc. De nuevo, haces afirmaciones universales que son claramente erróneas.
Por supuesto, estoy muy seguro de muchas cosas. Como todo el mundo. Y, como este es mi blog, hablo preferentemente de cosas de las que estoy seguro cuando alguien las niega. Como todo el mundo. Lo único que pasa es que tú no estás de acuerdo con ellas. Muy bien. Pero eso no dice nada sobre mí.
"Siempre te situas por encima de todo el mundo a la hora de decidir cuál es la doctrina correcta y con capacidad para juzgar las palabras de cualquiera"
No sé qué quieres decir con esto. Claro que juzgo las palabras. Eso es lo que todo ser humano hace con las palabras que escucha: aplicarles la razón. De otro modo, las palabras son meros ruidos sin sentido.
"No reconoces la autoridad de nadie dentro de la Iglesia por el hecho de su posición, sino sólo cuando sus palabras concuerdan con la doctrina que tu, por encima de todos, "sabes" que es la correcta".
Lo entiendes al revés. Pero es normal, porque no eres católico. Los católicos no creemos que los obispos o el Papa sean infalibles, ni por el hecho de su posición ni por ninguna otra cosa. Creemos que el Papa y los Concilios Ecuménicos presididos por él, cuando definen una verdad de fe, no pueden errar. Pero, fuera de esas condiciones, se equivocan frecuentemente, como todo el mundo. Y, por supuesto, una vez que una verdad de fe ha sido definida, negarla es erróneo. Si un obispo se aparta de la fe, no hay que hacerle ni caso. Ya ha sucedido un montón de veces en la historia. Incluso si el Papa se aparta de la fe, no hay que hacerle ni caso. Ya ha pasado un par de veces (por ejemplo, Juan XXII). Dios impide que eso suceda al definir algo ex cathedra, pero en otras circunstancias puede suceder (el término técnico es "cuando habla como doctor privado"). Es un poco más complicado, pero vale como resumen.
En ese sentido, no sólo yo, sino todo católico está seguro de la fe de la Iglesia, que es la fe de cada católico, y tiene el derecho y deber de defenderla, incluso contra un obispo. No es que el criterio sea lo que nosotros sabemos, sino que lo sabemos porque es la fe de la Iglesia revelada por Dios. Por supuesto, puede haber casos dudosos, pero si hay casos que se pueden calificar de dudosos es porque hay otros muchos que no lo son.
"Aquí te estas saliendo de tu terreno. Es cierto que en el caso que citas estaríamos de acuerdo, pero no porque yo "conozca" ninguna verdad, ya que, en cuestión de ética, no hay ninguna verdad que conocer, sino porque se trata de una opción razonable"
Esta afirmación no tiene sentido. Si no conoces la verdad de que los gitanos son seres humanos y, por lo tanto, deben ser tratados como tales, no existe ni puede existir ninguna opción más razonable que otra. La razón actúa con la verdad como fundamento. Sin verdad, no hay nada razonable. Es como si me dijeras que comes sin alimento o que ves sin luz.
Lo cierto es que sabes con total seguridad que los gitanos son personas y deben ser tratados como tales. Sé que el relativismo ambiente, por razones ideológicas, presiona para que desconfiemos de estar totalmente seguros de algo, pero lo cierto es que es necesario para el ser humano. Sin cimientos, no se puede construir nada. Y por eso, el relativista también los tiene, solo que ocultos.
"Nice try. Y te agradezco la intención, pero lo que pides es imposible"
Nueva afirmación claramente errónea. No es imposible. Torres muchísimo más altas han caído. Ya me lo dirás cuando nos arrodillemos uno al lado del otro a rezar ante el sagrario. :D
Saludos.
Los artículos de Bruno suelen estar en conformidad con la Fe Católica y la Razón.
Jesús nos dijo: El que no está conmigo, esta contra mí.
Sirviendo a Satanás, se sirve a la mentira y se va por el camino fácil al infierno Eterno.
Sirviendo a Dios, se sirve a la Verdad y se transita por el camino difícil al CIELO eterno.
Todavía están a tiempo de convertirse al único Camino, a la única Verdad y a la única Vida.
Mañana, puede ser tarde.
"Pues no se moleste, blogger, pero yo a quien no he conocido todavía es a quien se ponga a hablar sin querer llevar razón."
Es que una cosa es pensar que se tiene siempre la razón (una locura) y otra muy diferente pensar siempre que se tiene razón al decir algo (una actitud común a cualquier persona que piense lo que dice).
Esta afirmación incluye al obipso de Roma?
Y por eso hay personas que ponen ¨zancadillas¨ a la Verdad. Osea, obrando según se han dejado llevar por Satanás.
En esta batalla espiritual hay 2 bandos, 2 caminos, 2 destinos. No hay 27 bandos.
Luis Fernando afirma que muchos obispos españoles leen el blog de Bruno. Pues estoy esperando a que hagan algo.
LF:
Algo hacen. Otra cosa es que lo hagan públicamente. Pero como hacer algo... lo hacen.
¿Debieran hacerlo públicamente? En mi opinión, sí.
dices: "La fe y la moral católicas no son "accesibles por la RAZÓN"., sino que están basadas totalmente en el argumento de autoridad."
Pero lo haces en respuesta a mí, que he dicho: "La verdad objetiva existe, y es perfectamente cognoscible por el hombre. [...] La verdad objetiva es accesible por la RAZÓN. El catolicismo es religión racional, no irracional."
Como puedes ver, has substituido el término "Verdad" por los términos "fe y moral", con lo cual cambias el objeto de discusión e invalidas el argumento.
La demostración de que la Verdad es accesible por la razón incluso sin fe nos la dan los señores Sócrates y Aristóteles, que creían en la Verdad objetiva y, obviamente, no tenían fe en Cristo.
Del hecho de que la Verdad objetiva sea doctrina católica desde Cristo no se sigue el hecho de que la Verdad objetiva sea únicamente materia de fe. Como he explicado, el catolicismo es religión racional, y acepta los postulados filosóficos previos a ella que responden a la razón humana y el derecho natural.
Luis Fernando:
"Algo hacen. Otra cosa es que lo hagan públicamente. Pero como hacer algo... lo hacen. ¿Debieran hacerlo públicamente? En mi opinión, sí."
Creo que si la proposición herética es pública, la corrección debe ser pública. Es un tema de justicia.
Con todo, discúlpame por meterte en el berenjenal. No volveré a comentar ese extremo.
Muy interesante tu argumento de que la doctrina es la que es y ni el papa ni los obispos la pueden cambiar. Lo mismo le decían a Jesús los fariseos. ¿No probó leer el Evangelio? No le vendría mal
Jesús era DIOS. Por tanto, podía dar nueva doctrina, nueva ley, nuevo pacto, nuevo todo.
Sin embargo, la Iglesia NO puede cambiar nada. La Revelación acabó con Cristo y los apóstoles.
A ver si aprendemos nociones elementales de la fe cristiana antes de escribir típicos tópicos contrarios a la misma.
En ocasiones tan evidentes no basta con hacer "algo" -que no puedo decir qué-. Hay que salir al paso públicamente. Sobre todo porque aunque Mons. Agrelo es arzobispo en Tánger y en teoría no tiene nada que ver con el episcopado español, no deja de ser un prelado español cuyos textos se leen sobre todo en España, y más concretamente en Galicia.
Yo no he cambiado los términos. Lo que ocurre es que te escapas por la misma tangente que Bruno. Ahora dices que cuando decías que "La verdad objetiva es accesible por la RAZÓN" no te referías a la fe y moral católicas, a pesar de que, a renglón seguido añades que "El catolicismo es religión racional, no irracional." Supongo que te referías a la tortila de patata, entonces. La Verdad sobre la Tortilla de Patata. Hacéis cualquier cosa con tal de no enfrentaros a la multitud de contradicciones en las que vivís. Como, por ejemplo, la contradicción que hay entre decir que el catolicismo es una religión revelada y decir que es racional y accesible por la razón.
Luis I.: estoy contigo, es cierto que el Catolicismo es religión racional, claro que antes , debido al "cacao mental" , confusión que pululan por doquier, habría que aclarar que significa eso de racional, que se atiene a la razón o , al menos, que no va en contra de ella, porque una cosa es algo que está más allá de la razón, y entraríamos, en el misterio, el cual, a su vez, puede ser para siempre o de momento, en el presente ( pues tenemos el derecho de indagar, investigar...) y otra cosa sería ir contra la razón, en contra de las leyes de la Lógica, por ejemplo y a nivel fundamental, ir contra el principio de no contradicción.
Y, por tanto, hay que distinguir entre contradicción, misterio y paradoja.
En el Catolicismo hay misterios, si no los hubiera, entonces, sí que sería irracional, pués, nadie en su sano juicio puede pretender un Dios Infinito que sea abarcable, aprehendido en su totalidad por el ser humano, eso no sería Dios, sino una caricatura, un invento humano..., no podemos entender, ni mucho menos, todo su obrar y hacer, ni nunca lo lograremos..., ahora bien, eso no quiere decir que no podamos acercarnos en entender más y más su naturaleza y obrar...la busqueda y la indagación están abiertos y lo estarán siempre.
Desde luego, lo que ahora sabemos de El nos basta y nos sobra para nuestro bien supremo, nuestra felicidad sin fin, pero, repito una vez más, el camino del acercamiento a Dios es y está abierto...
El Catolicismo, como tiene cosas reveladas y cosas de naturaleza y lógica..., es racional y supraracional, si se me permite la expresión...
Nada de contradicción. Misterio sí ( y lo que ésto implica, muchas cosas, realidades que no controlamos hoy por hoy, otras nunca...) contradicción no.
Y puestos a hablar de contradicción, de absurdos...,( y no queriendo entrar en el juego de " y tú más..."), por ejemplo, la de ateos ( no sé si muchos o pocos..., probablemente muchos) que dicen que el universo se ha creado a sí mismo de la nada , eso sí que es el absurdo elevado a la enésima potencia, o el vivir según una ética que no tiene apoyatura ninguna, y se podrían decir muchos más absurdos y contradicciones, asi que dejen de darnos lecciones de racionalismo ( del bueno, no del otro, se me entiende ¿no' ) y cosas por el estilo.
El espíritu crítico pero positivo, constructivo y con humildad. Deseos de buscar ( y vivir) la Verdad.
Pero como este tema no es el del post o del blog...lo dejamos ahí...
"Horacio
Está claro (al menos para mí) que no se discute lo que es la Verdad sino que, existiendo una Verdad, es muy difícil si no imposible que nosotros seres humanos la abracemos completamente y quien pretenda decir que SU forma de entender la Verdad es más importante es quien menos le hace bien a la Iglesia. La Verdad es Cristo. A partir de allí es perfectamente entendible que en una época se quiera aplicar esa premisa imponiendo determinados usos y costumbres y en otras épocas dejando más libre los usos y costumbres"
Digo esto porque aunque no defiendo ni ataco a Monseñor Agrelo, porque no conozco todo su pensamiento, lo que sí creo es que algunas frases se han malinterpretado, pues no está defendiendo la relatividad de la Verdad. No dice propiamente que la Verdad cambie cuando habla del proceso de conocimiento de la realidad que siempre es cambiante (la realidad es cambiante, no la Verdad) La Verdad, como adecuación a la realidad, en su totalidad, sí es inmutable (por muy cambiante que sea la realidad); lo que no es inmutable es la formulación definitiva de una verdad parcial que se puede ir perfeccionando en su formulación con el tiempo, a medida que descubrimos nuevas facetas de la realidad. No se niegan las verdades parciales, se perfecciona su formulación a medida que aumenta el conocimiento de la realidad y se profundiza en esa Verdad total que sigue siendo la misma.
Pero no estoy de acuerdo con algunas otras de las cosas que se citan de Agrelo, pues una cosa es recurrir a la conciencia de los divorciados, pues realmente sólo Dios sabe si su matrimonio anterior fue válido o no, y ellos pueden juzgarlo según su conciencia (en ese sentido me parece bien que se acorte y abarate el proceso de nulidad), y otra cosa distinta es negar que el matrimonio sea indisoluble cuando realmente hubo matrimonio.
En definitiva, lo que quería expresar es que no me parece que Agrelo defienda la relatividad de la Verdad, aunque no esté de acuerdo con todo lo que dice.
Saludos
Por cierto a usted tampoco le vendría mal leer el Evangelio y dejar de lado los típicos tópicos de los fariseos que se escudan en tautologías que no logran ocultar su ignorancia.
"Yo no he cambiado los términos. Lo que ocurre es que te escapas por la misma tangente que Bruno. Ahora dices que cuando decías que "La verdad objetiva es accesible por la RAZÓN" no te referías a la fe y moral católicas, a pesar de que, a renglón seguido añades que "El catolicismo es religión racional, no irracional." Supongo que te referías a la tortila de patata, entonces. La Verdad sobre la Tortilla de Patata. Hacéis cualquier cosa con tal de no enfrentaros a la multitud de contradicciones en las que vivís. Como, por ejemplo, la contradicción que hay entre decir que el catolicismo es una religión revelada y decir que es racional y accesible por la razón."
En este párrafo, Ramontxu, no hay una sola proposición lógica, únicamente acusaciones.
Sé que distingues entre Verdad metafísica, fe en Dios y moral, que son tres términos distintos que definen tres realidades diferentes. Eres una persona inteligente.
El mundo natural es perfectamente accesible por la razón natural. La ciencia nos acerca el mundo físico y la filosofía el metafísico.
Muchos filósofos han deducido la existencia de un ser Creador inteligente de ese mundo natural a través de su contemplación. Otros creen que no existe ese ser Creador o que al menos no tenemos datos suficientes para firmarlo.
Por otra parte, la predicación y el testimonio nos traen la fe (de fides, latin "confianza") de que ese ser Creador se ha manifestado directamente a los hombres de algún modo, tanto por medios naturales como sobrenaturales.
Fe y razón son distintas, pero no incompatibles.
La religión católica enseña que la fe y la razón nos hablan de la misma creación, y del mismo Creador.
Todo eso está relacionado, pero no es equivalente, al concepto de Verdad (Verdad objetiva, Verdad absoluta, Verdad relativa, etc), que es discusión diferente.
Mezclar las cosas no refuerza tu posición ni coopera al debate,
Esto cada vez es más irracional... Por lo visto, Agrelo (o luis inhabitual) es lo mismo que Jesucristo.
Creo que es signo de los tiempos, la pérdida de la lógica, el sentido común y el contacto con la realidad.
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