Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Como parte de esta serie de artículos relacionados con los temas planteados ante el próximo Sínodo sobre la Familia, me ha parecido oportuno traducir parte de una carta de San Jerónimo, en la que el Doctor de la Iglesia explicaba la cuestión de los católicos divorciados vueltos a casar a un sacerdote francés que le preguntaba por un caso real:
“Encuentro adjunto a tu carta de preguntas un breve escrito que contiene las siguientes palabras: ‘pregúntale si una mujer que ha dejado a su marido por ser un adúltero y un sodomita y se ha visto obligada a tomar otro marido mientras el primero todavía vive está o no en comunión con la Iglesia sin hacer penitencia por su pecado’. […]
A la hermana […] que pregunta esto sobre su estado no le des mi sentencia, sino la del Apóstol: ‘¿O es que ignoráis, hermanos, - hablo a quienes entienden de leyes - que la ley no domina sobre el hombre sino mientras vive? Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el marido, se ve libre de la ley del marido. Por eso, mientras vive el marido, será llamada adultera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si se casa con otro’ (Rm 7,1-3). Y en otro lugar: ‘La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor’ (1Co 7,39).
Así el Apóstol ha zanjado cualquier alegación y ha declarado que, si una mujer se vuelve a casar mientras su marido está vivo, es una adúltera. No hace falta que me cuentes historias sobre violencia, la insistencia de una madre, la severidad de un padre, la multitud de parientes, los trucos y la insolencia de los criados o las pérdidas de bienes. Mientras su marido esté vivo, aunque sea adúltero y homosexual, esté manchado por todos los crímenes y se haya divorciado de su esposa movido por sus propias maldades, sigue siendo su marido y no puede casarse con otro. No es el Apóstol quien decide esto por su propia autoridad, sino Cristo que habla a través de él. Pablo simplemente recuerda las palabras de Cristo, que nos dice en el Evangelio: ‘Pero yo os digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de fornicación, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio’ (Mt 5,32).
Fíjate en que dice: ‘El que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio’. Ya sea ella la que ha dejado a su marido o su marido el que la ha dejado a ella, quien se case con ella comete adulterio. Eso explica por qué los Apóstoles, al contemplar la dura carga del matrimonio, exclaman: ‘Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse’ (Mt 5,10).Nuestro Señor les responde: ‘El que pueda entender, que entienda’ (cf. Mt 19,10.12) y mediante el ejemplo de los tres eunucos, inmediatamente muestra la bienaventuranza de la virginidad, que no está encerrada en ningún vínculo de la carne […]
Así pues, si esta hermana […] desea recibir el Cuerpo de Cristo y no ser considerada una adúltera, debe hacer penitencia. Al menos desde el momento en que emprenda una nueva vida, todas las relaciones conyugales con su segundo marido deben cesar. Sería más correcto llamarlo adúltero que marido. Si encuentra que esto es difícil y que es incapaz de dejar a un hombre al que ha entregado su amor, si pone los placeres sensuales por encima de nuestro Señor, que tenga en cuenta la afirmación del Apóstol: ‘No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios’ (1 Co 10,21). Y también dice: ‘¿Qué unión hay entre la luz y las tinieblas? ¿Qué armonía entre Cristo y Belial?’ (cf. 2Co 6,14-15).
Por lo tanto, te ruego que la confortes y la animes a buscar la salvación. La carne que está enferma debe ser cortada y cauterizada. No hay que culpar al tratamiento sino a la herida si el cirujano muestra una severidad misericordiosa que resguarda no resguardando de la verdad y sólo es cruel para hacer el bien”.
Carta de San Jerónimo a San Amando de Burdeos (en torno al año 394).
70 comentarios
Además no se habrá leído los ensayos de monseñor Kasper sobre la misericordización de los adúlteros públicos.
En fin, rezemos mucho: por los que han pecado, porque la vida es muy complicada y a veces golpea duro, y no es fácil rechazar las tentaciones del demonio cuando uno está desanimado. Que el Espíritu Santo fortalezca su ánimo para obrar correctamente y en unión con Cristo.
Y recemos también por los pastores de la Iglesia, para que, como san Jerónimo, velen ante todo por la salvación de las almas, y no por contentar al mundo.
"la vida es muy complicada y a veces golpea duro, y no es fácil rechazar las tentaciones del demonio cuando uno está desanimado"
San Jerónimo era un hombre duro, pero que tenía gran experiencia en consolar: "te ruego que la confortes y la animes a buscar la salvación".
Por los pastores de la Iglesia hay que rezar muchísimo. El combate arrecia y todos estamos metidos en él. Si no hacemos nuestra parte, ellos tampoco podrán hacer la suya.
Je, je. ¡Vivan los Jerónimos!
Quizá habría podido dejarlo para el día 30 y traducir hoy una carta de San Cipriano, pero no recuerdo ninguna relacionada con los temas del Sínodo de la Familia.
__________________
Me gusta esta forma de abrir y cerrar la cuestión.
Pues si por una parte mientras dice que el que se divorcia de su mujer, excepto en caso de fornicación, -de ella no de él- la expone -a ella- a cometer adulterio; Por otra parte dice: Y el que se casa con una mujer abandonada por su marido -no la que se casa con un hombre abandonado
por su mujer- comete adulterio.
Dicho e otro modo: Una mujer abandonada por su marido aún que haya sido por cometer adulterio contra él, no puede casarse con otro hombre sin que éste, no ella, cometa adulterio.
_____________________
Fácil de entender si se sigue hasta el final a este tipo de gentes aquí llamados eunucos; -hoy homosexuales- (cf. Mt 19,10.12)
Porque hay eunucos; O los que por natural privilegio de antes de Pecado Original naciendo del vientre de sus madres vírgenes, en ideal de cielo, mueren vírgenes.
Estos son los -hombres- que no se mancharon con mujeres y son vírgenes. Estos son -las mujeres- que siguen al Cordero donde quiera que va. Estos fueron rescatados de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero, y en su boca no se halló mentira, con inmaculados (Ap.14,4)
Y hay eunucos que fueron hechos por los hombres al servicio del mundano vicioso amor carente de paternidad o de maternidad.
Y hay eunucos que renunciado a la compañía de hombre o mujer al final del tiempo en ideal de casto cuerpo y alma serena, se consagran al servicio de las cosas del Cielo.
"Quizás diga alguien: ¿Y te atreverás a hablar mal de las nupcias que fueron bendecidas por el Señor? No es menospreciar las nupcias anteponerles la virgnidad. Nadie compara lo malo con lo bueno. Que las casadas se glorían de ocupar el segundo grado después de las vírgenes. Creced y multiplicaos, dice la Escritura, y llenad la tierra. Crezca y multiplíquese el que ha de llenar la tierra. Tu puesto está en el cielo."
Sin embargo es muy arriesgado decir que Jerónimo desprecie el matrimonio rotundamente, pues defiende este estado frente a Orígenes en la carta 96,18 y en la 100,12 y en algunos fragmentos de otras cartas hace también elogios a casadas. Un ejemplo de estos elogios es la bella honra fúnebre a Paulina, hija de Paula, en la carta 66, a su viudo, Panmaquio:
"¿Qué mayor templanza que la de Paulina, que habiendo leído lo que dice en Apóstol: Honroso es el matrimonio y el lecho sin macha (Heb 13, 4) no se atrevió a apetecer la felicidad de su hermana ni la continencia de su madre, y prefirió caminar segura por lo llano a fluctuar en las alturas con incierto paso?"
Pero aún entre elogios, en esta misma carta 66 quiere dejar claro que hay tres “niveles” de perfección:
"Tres clases de fruto leemos que se dan en el campo de la tierra buena: de ciento, de sesenta, y de treinta por ciento; y en tres mujeres unidas por la sangre y la virtud reconozco yo los tres galadornes de Cristo. Eustoquia corta las flores de la virginidad, Paula trilla en la era laboriosa de la viudez, Paulina conserva casto el lecho matrimonial."
Por tanto, Jerónimo es un acérrimo defensor de la virginidad consagrada como estado de vida privilegiado en el seguimiento de Cristo, poniendo las nupcias en un grado inferior de perfección. Quizás puede reprochársele que toma los textos del Nuevo Testamento que le ayudan a defender esta idea, olvidando otros que alaban el estado matrimonial. Entre los textos paulinos obvia la imagen de Ef 5,22ss de la unión entre el Esposo-Cristo y la Esposa-Iglesia. Él toma, sin embargo, otros textos del mismo Pablo más acordes con lo que quiere defender, como Cor 7,1ss. Así lo podemos ver, por poner un ejemplo, en la curiosísima carta 128, a una niña llamada Pacátula (128,3):
"…Por eso, el mismo Pablo, tratando en ese mismo capítulo [7] de la virginidad y las nupcias, llama siervos o esclavos de la carne a los que viven en matrimonio; y libres, a los que, sin yugo alguno matrimonial, sirven a Dios con entera libertad…"
Muchas gracias por las citas.
Yo diría que no se trata simplemente que San Jerónimo sea "más partidario" de una cosa o de la otra. Que la virginidad consagrada es un estado de mayor perfección que el matrimonio es dogma de fe, definido desde la condena de Joviniano en el siglo IV.
Dice, por ejemplo, el Concilio de Trento:
"CANON 10. Si alguno dijere que el estado conyugal debe anteponerse al estado de virginidad o de celibato, y que no es mejor y más perfecto permanecer en virginidad o celibato que unirse en matrimonio, sea anathema"
Por cierto, es algo que yo aprendí en los comentarios de este blog, hace mucho tiempo.
En cualquier caso y por supuesto, hay que señalar que virginidad y matrimonio no son realidades contrapuestas, sino íntimamente relacionadas, como enseña el Catecismo.
Sobre este tema, recomiendo la lectura de la encíclica Sacra Virginitas, de Pío XII.
es.scribd.com/doc/158907099/SAN-JERONIMO-OBRAS-COMPLETAS-Xa-Epistolario-I-Cartas-1-85-INTRODUCCIONES-TRADUCCION-Y-NOTAS-POR-JUAN-BAUTISTA-VALERO-BIBLIOTECA-DE-AUTORES-CR
¿Tiene número de catálogo la carta?
Pues JESÚS responde a la pregunta de UN APOSTOL.
¿Erraríamos si dijéramos...?:
«Pero yo os digo: El que se divorcia de su marido, excepto en caso de fornicación,...etcétera»
: )
Mejor así:
«Pero yo os digo: LA que se divorcia de su marido, excepto en caso de fornicación,...» (etcétera)
: )
Sólo «Los Hijos de la Sabiduría», los que saben reconocer en las Palabras y en los Hechos (de JESÚS y de JUAN) el mismo fondo divino, a pesar de sus grandes diferencias, pueden llegar a entender la «Universalidad del Plan de Salvación» que tiene preparado DIOS para el hombre.
Buenas Noches.
: )
Habrá que resistir, pero la Iglesia está ante un desafío enorme. El enemigo está adentro.
Si fuera bloguero en InfoCatólica, le acusarían de falta de caridad, de no tener entrañas de misericordia, de no estar en comunión con el Papa, etc.
Es muy fácil. Creas una cuenta gratuita en Scribd. Subes algún PDF o DOC o ODT (puedes imprimir en PDF un post de Infocatolica, o alguna anotación tuya, o un manual de un aparato, lo importante es subirlo); por cada archivo que tu subas, puedes descargar gratuitamente otro.
Por cierto que lo último que pedirán los subversivos será la cabeza de la autoridad, como ocurrió con tantos reyes liberales. Pero la pedirán cuando hayan exprimido todo el jugo de esa naranja, no antes.
La calificación de Kasperistas y sus secuaces me parece un poco fuera de lugar pues la palabra tiene un sentido, de ordinario, despectivo.
Por otra parte afirmas un montón de cosas inaceptables, ciertamente, pero metes en el mismo saco a todos, y eso no me parece justo.
En ese contexto afirmas:
" Por eso, bendicen uniones de homosexuales, están dispuestos a dar la comunión a los divorciados, dicen que no juzgan a los homosexuales, etc.".
Con esto estás metiendo también al Papa Francisco en ese supuesto error de no juzgar a los homosexuales. Digo supuesto error porque en realidad ni el Papa ni nadie tiene que juzgar a nadie. El que juzga es Dios. No juzguéis y no seréis juzgados. Lo que sí hace la Iglesia, y es su obligación es juzgar las acciones, los actos, pero no a la persona que realiza los actos. Del mismo modo que la Iglesia no condena a los adúlteros sino el adulterio. La Iglesia a ejemplo de Jesús lo que hace es invitar a la conversión y el arrepentimiento. Afirma que el adulterio es algo malo y condenable, pero no condena al adúltero sino que lo llama a la conversión y le ofrece el perdón y la misericordia.
Por otra parte, la cuestión que habría que abordar y que no es nada sencilla es la excepción a la que se refiere Jesús. El evangelio emplea la palabra griega "porneia" sobre la que existe una abundante bibliografía que no concluye con seguridad a qué se refiere con ella Jesús. De modo que hay alguna situación que hace que la supuesta relación adúltera no lo sea. Hay adulterio excepto en caso de "porneia".
Sin juicio, por otra parte, no hay sacramento de la penitencia ni absolución.
Y ¿cómo interpretas tú las palabras de Jesús: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados? (Lucas 6, 36-37).
El Espíritu Santo, autor de la Sagrada Escritura no puede contradecirse, me parece. Por tanto, pienso que San Pablo lo que hace es ejercer la autoridad apostólica para un castigo de corrección. En la Iglesia el castigo tiene principalmente una finalidad medicinal.
San Pablo juzga la inmoralidad que suponen ciertas prácticas. Y no puede ser que alguien que está escandalizando con esas acciones no sea apartado de la comunidad. Pero eso se hace en vistas a su propio bien, para que se convierta. Luego no se está condenando. Y el juicio que se hace no es sobre el interior de la persona, es decir, sobre el fuero interno, sino sobre el fuero externo. No se juzga la conciencia de una persona concreta sino la acción que realiza.
Esto es distinguir entre el pecado y el pecador. Pero repito, la Iglesia no juzga sobre el fuero interno de nadie. Eso solo lo puede juzgar Dios.
En que juzga y absuelve, perdona o retiene, no es otro sino Cristo Sumo y eterno sacerdote. Por eso el que juzga es Dios.
Hablo de disciplinar para salvar.
Y quien no disciplina, teniendo el deber de hacerlo, se convierte en piedra de tropiezo y peca gravemente.
Ni te cuento si como excusa para obrar así de mal apela a una falsa misericordia de Dios que consiste en dejar al pecador en sus pecados.
Obviamente será rechazado por los réprobos, que no soportan la verdad.
Y, por cierto, no hay mayor misericordia que corregir al que está errado.
NO he dicho que tú hayas hablado de condenar.
Y añado: Y el juicio que se hace no es sobre el interior de la persona, es decir, sobre el fuero interno, sino sobre el fuero externo. No se juzga la conciencia de una persona concreta sino la acción que realiza.
¿Tienes algún comentario sobre lo que te pregunté acerca de Lc 6, 36-37 ?
Un poco de seriedad por favor.
Precisamente porque ni LF ni tú habéis hablado del fuero interno es preciso hacer esa distinción. No se trata de ninguna argucia sino de distinguir para ser precisos.
El que no tiene juicio aquí eres tú. Buenas tardes.
Supongo que el "Buenas tardes" significa que no vas a seguir haciendo comentarios. Cuando no se tienen argumentos es lo mejor.
Si decimos, por ejemplo, que "es intrínseco al munus sacerdotal juzgar a las personas" y el otro nos responde que hay sacerdotes que no juzgan en muchas religiones, entonces tendremos que reducir, restringir, concretar, precisar el concepto de sacerdote afirmando que nos referimos no a todos los sacerdotes sino al sacerdocio instituido por Cristo para su Iglesia.
Si en el diálogo surge esa objeción entonces hace falta precisar. Cosa que no ha ocurrido porque yo entiendo que te refieres al sacerdocio instituido por Cristo y no hay lugar a confusión.
Pero si el otro con su objeción o falta de comprensión nos lleva a tener que precisar no es que esté cambiando el término de la discusión. Y eso no supone en absoluto violar las convenciones de la lógica.
Si no hacemos esa precisión, la afirmación de que "es intrínseco al munus sacerdotal sería confusa.
Pero bueno, comprendo que te parezca que no tiene sentido seguir discutiendo.
Es que precisamente nosotros no somos quienes para decir que el fuero interno de alguien ante mal.
Tampoco podemos decir que siempre que visiblemente algo es manifiestamente malo sea porque el fuero interno de ese anda mal.
Eso ya sería estar juzgando el fuero interno.
Y estamos hablando y distinguiendo sobre el fuero interno y el externo sin contradecir las leyes de la lógica como reprocha Luis.
Menos mal que tú, al menos, no te cierras a seguir comentando con la acusación de que el otro no tiene juicio o contradice las leyes lógicas.
Relee el hilo y verás tu falacia revelada. Pero bueno, es aburrido discutir sobre hilos.
Por cierto, kasperitas era intencionadamente peyorativo, cómo no.
Y es san Pablo quien dice:
¿No es a los de dentro a quienes os toca juzgar? Dios juzgará a los de fuera.
(1ª Cor 5,12-13)
Se avanza y se prosigue un diálogo cuando se acota y se van precisando los términos del diálogo.
Pero como te he dicho, entiendo que no quieras seguir dialogando.
Sí ya sé que no lo dices tú sino Cristo. Y no niego eso en absoluto.
Lo cual no quiere decir que si la boca dice algo malo, necesariamente lo que hay en el corazón de quien habla es malo.
Y totalmente de acuerdo con la cita de San Pablo.
Pero también dice San Pablo un poco antes:
En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por vosotros, o por cualquier tribunal humano; de hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque no estoy consciente de nada en contra mía; mas no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor. Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, sino esperad hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios. 1Cor 4, 3-5
https://www.facebook.com/pages/Fray-Antonio-de-Lugo-y-los-Monjes-Jer%C3%B3nimos/570596269662555?ref=hl
Algunos empiezan a sentirse incómodos en la Iglesia.
"No se puede corregir a una persona sin amor ni sin caridad. No se puede hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el enfermo moriría de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a recibir la cura y a aceptar la corrección. Llamarlo personalmente, con mansedumbre, con amor y hablarle...
“La corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. ...Si tú no eres capaz de hacerla con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, tú harás una ofensa, una destrucción al corazón de esa persona, tú harás una habladuría más, que hiere, y tú te transformarás en un ciego hipócrita, como dice Jesús. ‘Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo….’. ¡Hipócrita! Reconoce que tú eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano, debes ayudar a corregir al otro”.
“Un signo que tal vez pueda ayudarnos” – observó el Papa – es el hecho de sentir “cierto placer” cuando “uno ve algo que no va” y que considera que debe corregir: es necesario estar “atentos porque eso no es del Señor”:
“En el Señor siempre está la cruz, la dificultad de hacer una cosa buena; del Señor es siempre el amor que nos da, la mansedumbre. No ser juez. Nosotros, los cristianos, tenemos la tentación de hacer como los doctores de la ley: ponernos fuera del juego del pecado y de la gracia como si fuéramos ángeles… ¡No! Es lo que dice Pablo: ‘No suceda que después de haber predicado a los demás, yo mismo sea descalificado’. Y un cristiano que, en la comunidad, no hace las cosas, incluso la corrección fraterna, con caridad, en la verdad y con humildad, ¡es un descalificado! No ha logrado convertirse en un cristiano maduro. Que el Señor nos ayude en este servicio fraterno, tan bello y tanto doloroso, de ayudar a los hermanos y a las hermanas a ser mejores y que nos ayude a hacerlo siempre con caridad, en la verdad y con humildad”.
San Jerónimo no pide a San Amando que trate a esa mujer a patadas. Más bien le dice:
... te ruego que la confortes y la animes a buscar la salvación.
Pues Bergoglio, habida cuenta de sus frecuentes ataques a los católicos con cara de pepinillo, a las monjas solteronas, a los curas con autos de alta gama, a los coprófagos y coprofilos, a los hipócritas, a los católicos restauracionistas, a los pelagianos, a los nostálgicos, a los curas grasosos y sin unción, etcetera etcetera, debe sufrir mucho.
San Ambrosio
Añade el Señor que no debemos juzgar temerariamente, con el fin de que conociendo tu propio delito, no te atrevas a dar tu parecer sobre otro. Por lo que dice: "No juzguéis".
Crisóstomo in Mat. hom. 24
No juzgues a los que te preceden, esto es, el discípulo al maestro, el pecador al inocente, a quienes no se debe reprender, sino aconsejar y corregir con caridad; tampoco debe juzgarse sobre las cosas inciertas y de poca importancia que no tienen ni apariencia de pecados, o que no son graves ni están prohibidas.
San Cirilo
Apacigua aquí la pésima pasión de nuestras conciencias, o de nuestro espíritu, que es el principio y el origen del soberbio desprecio, pues aunque conviene que algunos sean circunspectos y hablen como Dios desea, no lo hacen así, sino que censuran la conducta ajena; y cuando ven que algunos obran mal, olvidándose de sus propios defectos, murmuran de ellos.
Crisóstomo
Y difícilmente se encontrará alguno -ni padre de familia, ni religioso- que no incurra en este error; son también éstas, insidias de tentación diabólica, porque el que se ocupa en juzgar los defectos ajenos con severidad, nunca se hará acreedor al perdón de sus propios pecados; por lo que dice: "Y no seréis juzgados". Así como el piadoso y manso reprime el temor de los pecados, así el severo y cruel lo aumenta con sus propios crímenes.
San Gregorio Niceno
No pronunciéis vuestra sentencia sobre vuestro siervo con acritud, para que no sufráis un castigo semejante; el juicio provoca una condenación más rigurosa. De donde prosigue: "No condenéis y no seréis condenados". No prohibe, por tanto, el juicio en el perdón.
1. El Señor prohibe allí el juicio temerario, que trata sobre la intención del corazón u otras cosas inciertas, como explica Agustín en el libro De Serm. Dom. in monte. O prohibe el juicio sobre las cosas divinas, respecto de las cuales, por ser superiores a nosotros, no debemos juzgar, sino simplemente creerlas, según dice Hilario en Super Matth. O bien prohibe el juicio que no se hace por benevolencia, sino por rencor, como afirma el Crisóstomo.
Otra cosa es que algunos se sienten tan retratados con lo que dice el papa que lo vivencian como alusiones a su persona, y por lo tanto, como insultos.
Deberían hacérselo mirar.
20 años de conocimiento del personaje ayudan.
No entiendo por qué miente usted en su comentario cuando es tan fácil para mí comprobar que lo hace. En el comentario que borré dijo usted un montón de falsedades malintencionadas contra San Jerónimo.
Lo que ahora repite sólo es una tontería, fruto de la ignorancia. Joviniano, entre otras cosas, negaba la utilidad de la penitencia y la abstinencia y recomendaba vivir con todos los lujos posibles. Frente a eso, San Jerónimo defiende la práctica monástica de la austeridad (que incluía la abstinencia de carne, como sucede hoy con muchas órdenes, como los cartujos), la penitencia y la virginidad, como una vida más perfecta.
Cuando uno no sabe nada, conviene que no critique a un doctor de la Iglesia y, si aun así lo hace, que lo haga con un enorme respeto y modestia, en lugar de esa suficiencia ridícula. Por otra parte, tiene usted un largo historial en InfoCatólica de defender, entre otras, las mismas barbaridades de Joviniano, así que como comprenderá no me voy a tragar sus protestas de inocencia. En este blog se pueden expresar las opiniones contrarias, pero no se acepta la mala fe en los comentarios.
Me dice que miento, para a continuación darme la razón: el santo recomienda no comer carne agarrándose a argumentos más bien cándidos (¿es mentira que dice que empezamos a comer carne cuando el diluvio?). En cuanto a la recomendación de virginidad... omitiré lo que pienso, porque la vamos a tener. Suerte para la especia que la gente va a su bola, incluidos usted y yo.
No busco ninguna pelea ni le tengo manía a santo alguno. No se enfade.
No me enfado. SImplemente creo que es bueno que le diga las cosas como son, por su propio bien. Si uno no acepta la doctrina de la Iglesia, da igual que se considere católico, pues lo cierto es que actúa como un protestante. Si uno no acepta la doctrina de la Iglesia sobre la virginidad consagrada, está actuando como un protestante. Si no muestra el respeto debido a los doctores de la Iglesia, está actuando como un protestante. Todo el mundo puede tener dificultades con una doctrina que le resulta más difícil de comprender, pero si no acepta la doctrina de la Iglesia sobre la que se está hablando, uno no puede presentarse como católico.
Por otra parte, si uno no sabe sobre un asunto más que lo que ha leído en Wikipedia, conviene que hable con mucha prudencia. Que empezamos a comer carne cuando el diluvio lo dice la Biblia, no San Jerónimo. Por otra parte, como ya le he dicho, hay que entender toda la cuestión en el marco de la disputa con Joviniano, que negaba la utilidad de la austeridad, las penitencias, la virginidad y en general la vida monacal, mientras que San Jerónimo defiende la postura católica de que la vida consagrada es un estado de vida más perfecto que refleja la vocación al cielo que tenemos los cristianos. Por eso hace referencia al paraíso, para mostrar precisamente esa vida más cerca de Dios. No es una argumentación lineal y silogística al modo griego, sino un estilo hebreo de argumentar, evocativo y mnemotécnico, similar al que utiliza San Pablo.
Finalmente, si uno, después de ser borrado, omite las verdaderas razones por las que ha sido borrado (atribuir gratuitamente diversas maldades a San Jerónimo, además de decir tonterías sobre la Vulgata y la tradición de la Iglesia) está actuando de mala fe. Y eso no es admisible.
Saludos.
La Wikipedia no es la única fuente insegura que tenemos de conocimiento. Hay muchas otras con boca y pies que llevan o no llevan razón desde sus cátedras sin que podamos aportarles nuestra luz, a diferencia de Wikipedia que como es de todos, todos podemos enriquecerla. Yo en mi parcela lo he hecho ya y le animo a vd. también en caso de encontrar biografías o doctrinas inexactas. Es hasta una obra de misericordia, corregir la Wikipedia.
Le pido perdón si mis comentarios le ofendieron, y mucho más al Señor si realmente actué de mala fe. Reconozco que, si como católico tengo mis peculiaridades, en el caso del ejemplo y vidas de algunos santos tengo mis reservas y no les tengo lo que se dice mucha confianza, no digamos devoción, independientemente de que no les falta mi Ruega por nosotros.
¿Conoce vd. el episodio de la "lactación de San Bernardo? Comprenderá vd. que me resulten un poco difíciles caminos que para vd. son tan expeditos. Yo qué quiere que le haga.
Por los pastores de la Iglesia hay que rezar muchísimo. El combate arrecia y todos estamos metidos en él. Si no hacemos nuestra parte, ellos tampoco podrán hacer la suya,
Excelente, intransigente con la Verdad, pero amaba al pecador, como hace Dios Nuestro Señor con Nosotros.
Dejar un comentario