Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo
En los últimos artículos de esta serie, hemos analizado varias propuestas recientes contrarias a la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, su indisolubilidad, etc. Algunas eran ingeniosas, otras muy sencillas; unas eran conclusiones que procedían de premisas ocultas, otras pretendían prescindir de la lógica.
Hoy vamos a tratar una propuesta completamente nueva, no sólo como argumentación, sino como enfoque. En este caso, en lugar de intentar introducir el divorcio y el adulterio de manera más o menos forzada en el conjunto de la doctrina de la Iglesia, obviando o disimulando los puntos de contradicción, lo que se hace es diluir completamente la doctrina de la Iglesia en general, hasta que ya no pueda haber contradicción, porque no hay nada sólido que pueda crear esa contradicción.
El autor de la propuesta es Mons. Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, en una entrevista concedida hace unos días en Huesca:
“- Usted don Santiago tiene palabras u opiniones que no parece que comulguen con la doctrina de la Iglesia, con lo que los ciudadanos de a pie entendemos por esa doctrina, sobre homosexuales, divorcios…
[…] ¿Y cuál era el otro problema? El de los divorciados. Imagínate, ¡cuántos conozco yo! Personas que en el matrimonio han vivido un infierno y que divorciados, como se suele decir, han rehecho una vida, y lo han hecho seriamente, lo han hecho en profundidad, humanamente; es decir, esa segunda oportunidad que se presenta en la vida de las personas; un crecimiento, un desarrollo… ¡un acercamiento personal a Dios! ¡Estoy seguro de ello! ¡Un acercamiento personal a Dios! ¿Cómo no lo voy a comprender yo como obispo, cómo no lo voy a acompañar? No en nombre de principios, ¡qué va! Yo con los principios, en ese sentido, no sé qué hacer. Lo importante son las personas que tengo delante. El Señor no me dijo que tenía que hacerme defensor de principios, en ningún sitio. Sí que me ha pedido acompañar a las personas, acompañarlas en su camino, en su vida”.
En cierto modo, es difícil comentar estas declaraciones. Ante todo, porque cualquier católico que las lea se siente inevitablemente embargado por una enorme pena, al escucharlas en boca de un pastor, aunque sea con la mejor de las intenciones. Vivimos en tiempos recios, como decía Santa Teresa. Tenemos que rezar mucho por nuestros pastores.
También es difícil comentar lo dicho por Mons. Agrelo porque, como señalábamos antes, no se trata de heterodoxia, sino de algo mucho más extremo. Más que ante una herejía, estamos en el lugar donde las herejías van a morir, el desierto en el que ya no hay heterodoxia ni ortodoxia, sino pura subjetividad, el buenismo elevado a dogma fundamental, superador de todos los dogmas, mandamientos y verdades.
Esta subjetividad exacerbada es estupenda, porque permite “deducir” absolutamente cualquier cosa (siempre que esté de moda, claro). De esa forma, sin necesidad de justificaciones ni argumentos, un pecado mortal se convierte, por arte de magia, en crecimiento y acercamiento a Dios. El adulterio es “desarrollo” y “rehacer la vida”, simplemente en virtud de que el interesado esté “seguro de ello”, al menos esta semana, hasta que ese pecado deje de estar de moda. Después de todo, introducir el divorcio en la Iglesia era sencillo: bastaba acabar con todas las doctrinas católicas y sustituirlas por una vaga atmósfera de buen rollito, cercanía, inclusividad y otros principios light semejantes.
Es terrible pensar en lo que dijo Isaías sobre esto: “¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” (Is 5,20). Eso sí, según D. Santiago, si los implicados cometen el pecado “seriamente”, “en profundidad” y “humanamente”, de alguna forma eso hace que el pecado sea mejor (contra toda la Tradición de la Iglesia, que enseña que el pecado con plena intención y persistente es mucho más grave que el realizado por debilidad y ocasionalmente).
Según parece, no importa que en este caso se trate, además, de un pecado condenado expresamente por el mismo Cristo, ya que la máxima autoridad es el “yo”, que toma el lugar de Cristo, porque, habiendo comido el fruto del árbol del bien y del mal, se hace como Dios y decide por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo. Da igual que San Pablo enseñe que, si uno de los cónyuges se separa del otro, no se puede volver a casar (cf. 1Co 7, 10) y que la mujer que se casa con otro en vida de su marido está adulterando (Rm 7, 3), porque la nueva Palabra de Dios son los sentimientos de cada uno. No importa tampoco, por supuesto, que la doctrina moral implicada sea un dogma de la Iglesia, proclamado solemnemente por el Concilio de Trento, porque la verdadera autoridad es la del progreso y la modernidad:
“CAN. V. Si alguno dijere, que se puede disolver el vínculo del Matrimonio por la herejía, o cohabitación molesta, o ausencia afectada del consorte; sea excomulgado.
CAN. VII. Si alguno dijere, que la Iglesia yerra cuando ha enseñado y enseña, según la doctrina del Evangelio y de los Apóstoles, que no se puede disolver el vínculo del Matrimonio por el adulterio de uno de los dos consortes; y cuando enseña que ninguno de los dos, ni aun el inocente que no dio motivo al adulterio, puede contraer otro Matrimonio viviendo el otro consorte; y que cae en fornicación el que se casare con otra dejada la primera por adúltera, o la que, dejando al adúltero, se casare con otro; sea excomulgado”.
A uno se le ponen los pelos de punta al oír que, con respecto al adulterio, Mons. Agrelo dice: “¿Cómo no lo voy a comprender yo como obispo, cómo no lo voy a acompañar?” Un obispo no puede acompañar el pecado, porque “el salario del pecado es la muerte” (Rm 6,23) y un obispo que “acompaña” a las ovejas por el camino que las lleva a la muerte es un mal pastor. Un obispo no puede acompañar el adulterio porque, como explica San Pablo, los que lo cometen “no heredarán el Reino de los Cielos” (1Co 6,9) y precisamente la misión del obispo es guiar a su rebaño hacia el cielo.
Nos explica Mons. Agrelo que el Señor no le dijo que tenía que hacerse “defensor de principios”. A lo mejor estaba muy nervioso aquel día, pero en su consagración episcopal le preguntaron: “¿Quieres conservar íntegro y puro el depósito de la fe, tal como fue recibido de los apóstoles y conservado en la Iglesia siempre y en todo lugar?” O quizá faltó a clase el día que Cristo dijo: “El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos” (Mt 5,19). Por no hablar de lo que advirtió el Señor por boca del profeta:
“Y a ti, hijo de hombre, te he puesto como centinela de la casa de Israel; oirás, pues, la palabra de mi boca y les advertirás de mi parte. Cuando yo diga al malvado: ‘Malvado, ciertamente morirás’, si tú no hablas para advertir al malvado que se aparte de su camino, el malvado morirá por su maldad, pero yo te demandaré su sangre. Pero si tú adviertes al malvado para que se aparte de su camino y él no se aparta de su camino, morirá por su maldad, pero tú habrás salvado tu alma” (Ez 33,7-9).
O lo que dice el Catecismo de la Iglesia sobre la misión de enseñar de los obispos:
“La misión del Magisterio está ligada al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que libera” (cf. Catecismo de la Iglesia Católica 890).
“La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar […] maestros de la fe, pontífices y pastores” (cf. Catecismo de la Iglesia Católica 1558).
O lo que enseña el Concilio Vaticano II:
“Deben, pues, todos los Obispos promover y defender la unidad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia […] los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, o sea los que están dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de ser creída y ha de ser aplicada a la vida” (cf. Lumen Gentium 23-25)
Todo eso da igual, porque la nueva norma de nuestra época es el subjetivismo, lo que yo siento que el Señor “me ha dicho” a mí, al margen de su Palabra objetiva, de la Tradición y de la Enseñanza de la Iglesia. Para ello, por supuesto, hay que inventar un Jesucristo a medida, tirando por la borda todas esas cosas molestas que decía el auténtico Cristo y que nos transmiten la Escritura y la Tradición de la Iglesia, como “quien no toma su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío” (Mt 10,38), “el que deja a su mujer y se casa con otro, comete adulterio” (Mt 5,32), “el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mt 5,28), “si quieres salvarte, cumple los mandamientos” (Mt 19,17), “allí será el llanto y el rechinar de dientes” (Mt 13,42), “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt 25,41). Ese Jesús no resulta agradable, porque hablando así cualquiera diría que es como un obispo de los de antes, así que es mejor crear otro Jesús distinto, que sea inclusivo, tolerante, acompañante, simpático y, sobre todo, muy moderno y a la moda.
En fin, cuando D. Santiago habla de que su misión es simplemente “acompañar” a las personas, es difícil no recordar las palabras de Cristo: “si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo” (Mt 5,14). Uno se pregunta qué sentido tiene acompañar a las personas por el camino grande y ancho que lleva a la perdición. Nunca faltan compañeros que vayan con nosotros por el camino del pecado, lo que hace falta es que alguien enviado por Dios que nos aparte de ese camino y nos ponga de cara al cielo. Pero claro, si faltan los “principios”, que son como las señales que apuntan hacia el cielo, cualquier dirección será buena y lo mismo dará pecar que obrar bien, el error que la verdad y el vicio que la virtud. A fin de cuentas, de noche todos los gatos son pardos.
Algo similar podría decirse de otros párrafos de la entrevista. Por ejemplo, a la misma pregunta indicada al principio, D. Santiago respondía:
“- Usted don Santiago tiene palabras u opiniones que no parece que comulguen con la doctrina de la Iglesia, con lo que los ciudadanos de a pie entendemos por esa doctrina, sobre homosexuales, divorcios…
Eso casa muy bien con la doctrina de la Iglesia. Caso muy bien. El respeto al homosexual, ¿cómo no? Eso siempre. Otra cosa es que yo nunca he entrado, por ejemplo, en la cuestión de los matrimonios homosexuales. Yo en eso no entro. En las materias en las que no debo entrar, no entro. Respetar me toca respetar siempre. Y el homosexual por el hecho de serlo es para mí una persona tan cercana como lo pueda ser otra persona”.
Este párrafo muestra claramente las consecuencias del subjetivismo, que dejan al hombre al albur de todo viento de doctrina. ¿Hay un tema en el que la enseñanza de la Iglesia va a causar roces y a estropear el ambiente de buenismo? Se abandona la enseñanza sin problemas, porque lo que importa es quedar bien ante el espíritu del mundo, olvidando que es la verdad lo que hace libres y que la Iglesia no puede permitirse el lujo de “no entrar” en las grandes cuestiones morales de nuestra época, en las que nuestros hermanos se juegan la vida eterna. Cuando se abandona y se disuelve la enseñanza de la Iglesia en afirmaciones vagas y políticamente correctas, se crea un vacío que, de inmediato, es llenado por la catequesis del mundo (y digo mundo en el sentido teológico de todo lo que se opone a Dios). Y eso puede ocurrir incluso con la mejor de las intenciones, como es el caso de Mons. Agrelo, movido sin duda por una compasión sincera, pero que avanza a ciegas por haber prescindido de la luz que da la enseñanza moral de la Iglesia.
En cualquier caso, es interesante señalar que esta disolución de la doctrina es el fin del camino, la consecuencia necesaria, de todas esas otras propuestas que hemos visto en los artículos anteriores. La enseñanza de la Iglesia es una unidad y, si se rompe aunque sólo sea una pequeña parte de ella, el edificio entero acaba desmoronándose, desaparece la fe, la sal se vuelve sosa, el sarmiento no da fruto y los cristianos se vuelven mundanos. Por puro don y sin que lo merezcamos, Cristo ha encendido en nosotros la luz de la fe para que seamos “hijos de la luz”, que iluminan con su palabra y su vida a los “hijos de las tinieblas”. Si esa luz se apaga, qué grande será la oscuridad en el mundo. No lo permitirá Dios.
147 comentarios
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Polémicas matrimoniales (VI): D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VII): Respuestas de D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Polémicas matrimoniales (IX): Mons. Vesco y la indisolubilidad disoluble
Polémicas matrimoniales (X): la equidistancia entre la verdad y el error
Polémicas matrimoniales (XI): realidad y no ficción
Polémicas matrimoniales (XII): la analogía con la Lumen Gentium
Polémicas matrimoniales (XIII): supresión de la responsabilidad moral
Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Polémicas matrimoniales (XVII): la ley mosaica
"- Don Santiago Agrelo es una persona que habla claro, como podemos ver, muy cercano. ¿Cree que la Iglesia debería cambiar un poco ese discurso, y actualizarse un poco con la sociedad, acercarse un poco más al día a día de los ciudadanos, a sus problemas, sus inquietudes?
La Iglesia tiene la responsabilidad grande, como Iglesia, de acercarse al hombre. El destino de la Iglesia es el hombre, todos los hombres, todas las personas. No podemos poner barreras, ni ideológicas ni de ningún otro tipo entre la comunidad eclesial y el hombre. Cuando digo el hombre, pues digo la persona concreta con la que te encuentras. Si nosotros nos decimos cristianos, en realidad lo que estamos confesando es que el hombre, en su realidad concreta, es el destino de Dios. Dios se hizo hombre, vamos diciendo los cristianos. Con lo cual el hombre se ha hecho destino de Dios. Y no es que se hizo hombre para unos especiales; para todos. Y ese es el camino de la Iglesia. Yo creo que ella lo sabe y lo está recorriendo, con más o menos o tropiezos pero lo está recorriendo".
Aprovecho para pedir perdón a los lectores por haber escrito dos artículos seguidos de crítica. Ya supongo que estarán hartos, pero a veces es necesario insistir, aunque sea pesado. La semana que viene, si Dios quiere, podré escribir algunos artículos "en positivo".
Ya sabes que Mons. Agrelo tiene predilección por polemizar con quienes le lleven la contraria y por escribir allá donde no le digan sí a todo. Así que no será de extrañar que aparezca por aquí. Ya lo ha hecho otras veces.
No veas cómo me gustaría verle defender lo mismo que dice en esa entrevista, pero en vez de hacerlo ante una persona que no tiene ni idea y a la que se complace fácilmente con los cuatro tópicos mundanos que constituyen el elenco argumental de Mons. Agrelo (como en la entrevista), hacerlo ante quien sí sabe responderle.
Bien pensado, igual esta vez no se pasa por aquí...
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Es que es para caerse redondo al suelo. El señor le pide lo que le parezca menos comprometedor en cada momento, lugar e interlocutor.
Efectivamente, es el fin del camino, el punto en que la sal termina por identificarse con el mundo. El grado cero del antropocentrismo, donde es el hombre el que le dice a Dios cómo comportarse, porque se ha hecho como Dios. El hombre es el destino de Dios, dice este hombre que detenta el nombre de obispo. No lo podría decir mejor la serpiente.
He añadido al post una de las preguntas que se hacen en la consagración episcopal y que puede iluminar un poco el tema.
¿Dónde ha leído en el Evangelio que el amor y misericordia para con los pecadores, equivalga a condescender con sus malicias?
Aceptando estos horizontes, no se ve la necesidad de pastores, que guíen a los buenos pastos, ya que cada quien sería dueño de seguir sus caprichos e inclinaciones y sean cuáles fueren, serían "respetados", "comprendidos", "amados".
¿Qué médico, que se tenga por tal, permitiría al diabético que siga nomás con su inclinación a los dulces o al hipertenso, que use la sal a discreción, porque la comida le resulta sosa?
Tales actitudes son camaleónticas, de veleta, mudables de acuerdo a lo que proclamen los "mass media", como "actual".
Me temo que Monseñor Agrelo me está plagiando.
Ya no podemos hablar de perros mudos sino de perros charlatanes... Con perdón.
¿Y las promesas sacerdotales y episcopales? ¿Y la comunión magisterial? ¿Y el Evangelio de la conversión? La nueva Ley de Jesús: "Todo es bueno..."
Dan la exacta medida del caos doctrinal y disciplinar que campa en la Iglesia.
"Yo con los principios, en ese sentido, no sé qué hacer. Lo importante son las personas que tengo delante. El Señor no me dijo que tenía que hacerme defensor de principios, en ningún sitio. Sí que me ha pedido acompañar a las personas, acompañarlas en su camino, en su vida"
es autocontradictoria, porque formula un principio supuestamente superior a los "principios": acompañar a las personas.
Es una nueva modalidad de sofística relativista que se mueve la cola. Gorgias de Leontinos y Protágoras de Abdera, agradecidos.
Agrelo: "Yo con los principios, en ese sentido, no sé qué hacer. Lo importante son las personas que tengo delante."
Cristo: "Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»" (Mc 8, 33)
Un saludo.
Buena parte de la jerarquía y el clero se han convertido en una sopa viscosa en la que cabe todo tipo de argucias verbales para justificar este continuo escándalo. Pero, claro, ellos son los primeros en saber que más les vale comer de esta sopa viscosa que verse en la calle y buscar trabajo como un currito más. Qué bien se vive contra la Iglesia dentro de la Iglesia.
- "quien toma su cruz y me sigue, más tonto es".
- "el que deja a su mujer y se casa con otro, es que está rehaciendo su vida seriamente y hay que comprenderle y acompañarle".
- "el que mira a una mujer deseándola, es un chico sano, que ya se sabe que los jóvenes son todo hormonas".
- "si quieres salvarte, no lleves la contraria a la mayoría, no sea que ofendas algunas sensibilidades (las católicas no cuentan)".
- "allí será la juerga y la fiesta de colegas".
- "No os apartéis de mí, que todo da igual y no pasa nada, que eso del infierno y el demonio con cosas de curas para comernos el coco".
Lo que no consigo es encontrar las citas en la Biblia. Será porque la edición que tengo es de las de toda la vida, nada "progre"... :-)
Percival:
"El círculo romboideo."
Tiene vd toda la razón. Pero no con un rombo: con dos. :-)
Damián:
"Los divorciados tendrán permiso para volverse a casar. Más tarde, más temprano. Le guste a LF o no."
En la Iglesia de Cristo, no: para ello habría que reescribir Sus palabras textuales.
Aunque claro, en la caricatura de Iglesia que algunos quieren imponer (que no es de Cristo sino demoníaca), claro que sí.
Un saludo.
Saludos.
Sí. Hasta los niños de primera comunión saben que Cristo dijo: Yo soy la Verdad.
Y en cuanto a que el hombre es el destino de Dios, yo pensé que era al revés, que Dios es el destino del hombre. Si no, no se porque perdemos el tiempo en la Iglesia.
Si no hay un texto fiable, tampoco puede haber una doctrina absoluta, y lo que dice el obispo de Tánger es perfectamente admisible. Y más humano, diría yo, que lo que alguno de ustedes proponen.
Saludos cordiales.
Entiendo que usted tenga esa opinión como no católico, pero también comprenderá usted que los católicos pensemos de otra forma. Nuestra confianza en la Escritura no proviene de estudios de crítica textual, sino de la autoridad de la Iglesia que la ha reconocido como Palabra de Dios y como relato verídico de la vida de Cristo.
Por otra parte, si uno no tiene fe, en realidad da igual lo que digan tanto el Nuevo Testamento como Jesús.
Saludos.
Saludos cordiales
A Mons. Miguel Antonio Barriola, muchas bendiciones por guardar y trasmitir el depósito de la fe a través del que Dios a TODOS nos ´convierta.
¿Eso lo dice en serio, o es usted un personaje como Higinio?
Ya te digo, Giordano, lógico. Si no sabemos nada de lo que realmente dijo Jesús, nos hacemos todos obispos católicos y así podemos decir que Jesús dijo lo que a cada uno le guste más que hubiera dicho. por ejemplo, lo que dice Álvaro, que aunque lo diga en broma, es más o menos lo que dice Agrelo. Pero Agrelo lo dice en serio y Agrelo es obispo de una Iglesia que tiene una fe ( en la que nadie le obliga a creer, pero si aceptavser obispo... pues lea lo que les preguntan en elmrito de la ordenación episcopal).
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O sea que viene un obispo y nos dice que el adulterio habitual y público es "un acercamiento personal a Dios"
Si esto no es herejía formal, que me cuelguen.
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He aquí un nuevo formato: el del "Obispo Escort".
Te acompaña hasta el Infierno si se cuadra.
En fin, este señor y los suyos -y aquellos que tienen la responsabilidad de tomar mediadas contra esos tipejos- con sus actitud los unos y con su permisividad los otros, nos están diciendo que Santo Tomás Moro era "tonto del bote" por dejarse cortar la cabeza por un divorcio.
¿Y privarse de todos los privilegios que le trae su condición de obispo y copríncipe de Andorra???? ¡Tiene que ser una broma!!!
Hay un trasfondo muy grave en estos descalabros: "Sólo de pan vive el hombre y no de la Palabra que sale de la boca de Dios". Aplíquese a los placeres con todos los etcéteras del caso. ¿Y después nos quejamos de los abusos sexuales en el clero y en el no clero??? Si la gente normal "no puede contenerse", ¿cómo podrían hacerlo los anormales pedófilos , violadores y cuanto hay? Con ese criterio se da luz verde hasta a la solicitación y el incesto consentido y no consentido. Y entiendo que pocos o ninguno quieran postular al sacerdocio, por temor a terminar como los "no contenidos clericales" en cuestión.
Disculpen si regreso tan brusca y chocante como en otros tiempos. Pero esto ya es intolerable. Cuando Cristo dijo "todo el que repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio. Y el que se casa con la repudiada comete adulterio", evidentemente no fue por fastidiarnos la paciencia, sino por hacernos ver los alcances catastróficos de las "segundas náuseas matrimoniales":La ruina moral de la Sociedad Civil y la Iglesia, ya que son luz verde para que todo el mundo haga lo que le dé la gana.
[...]
"Si no hay un texto fiable, tampoco puede haber una doctrina absoluta, y lo que dice el obispo de Tánger es perfectamente admisible. Y más humano, diría yo, que lo que alguno de ustedes proponen."
Obviamente esto también aplicaría a la reconsideración de la venganza personal como derecho ante las ofensas. No tendríamos por qué tomar el "persona a tus enemigos" como doctrina absoluta.
Giordano, ¿entiende Ud. el alcance de sus palabras?
¡Hala, cómo se enciende mi sangre sicilianaaa!!!!!!!.
Giordano, ¿entiende Ud. el alcance de sus palabras?
¡Hala, cómo se enciende mi sangre sicilianaaa!!!!!!!.
En que consisten "los errores de transmisión, modificaciones e interpolaciones que ha tenido el texto durante veinte siglos" respecto la enseñanza de Jesús en el Evangelio sobre:
- Que el repudio mosaico se concedió por la dureza de corazón.
- Que al principio (Génesis) no fue así.
- Que Jesús ordena volver al plan inicial de Dios respecto el matrimonio.
- Que en consecuencia el que se une con varón o mujer, luego del repudio, adultera, tanto por ser el que repudia, como con unirse con el repudiado.
Creo que el obispo se ha inspirado en él...je,je,je
Pero, además, esta actitud tiene una doble desgracia, y es que también está extendida en la parte el clero que no dice herejías, pero no hacen nada. ¿Cuántos curas hay que no dirán una sola palabra contra la Doctrina, pero no abren el templo salvo para lo mínimo y necesario? O confiesan de pascuas a ramos y en la administración de los Sacramentos se muestran indolentes, casi fastidiados.
Y eso por no hablar del embrollo que hay de bajas pasiones entre sacerdotes y Obispos. No me refiero a las concernientes al sexto mandamiento, sino a otras que son aún peores: envidias, venganzas personales, orgullo, apego y alianzas con los poderes terrenales que hacen bajar la voz contra injusticias flagrantes, etc, etc.
Hay un carajal montado de dimensiones que desconocemos. De hecho, doy gracias a Dios por enterarme más bien poco de lo que hay bajo la alfombra, porque cada vez que me entero de algo alucino.
La verdad, me parece que más que Papas con carisma, teología y misericordina nos vendría muy bien un Sucesor de Pedro que coja el toro por los cuernos, se arremangue y limpie la Iglesia a fondo de heterodoxia y caraduras.
No, si al final los cristianos acabaremos siendo budistas...
Porque el buenismo es la personificacion del enviado disfrazado de Luz. Aquel que viene a traer division entre la Verdad y el Amor.Es decir,aquel que viene con la intencion de dividir a Cristo,para que no le podamos reconocer y seguir. Porque el que siga al "Amor" sin la Verdad,misericordiara,y el que siga a la "Verdad" sin Amor,se ensoberbecera; pues ninguno de los dos,son caminos de Santidad.
Y ser bueno es ir mas alla de lo justo,con el fin de ajustar a las personas a Dios ,por la gracia del arrepentimiento que nos trae el Amor gratuito y Redentor de Cristo en la Cruz. "Vete y no peques mas".
La Paz de Cristo.
pd;Magnifico articulo.Gloria a Dios.
Poco a poco, mi estimado. Misericordina, teología y carisma no contradicen en nada a la Doctrina. Y aunque este Sínodo haya parecido una apología del "sólo de pan vive el hombre" -y la prensa se empeñe en presentarnos a este Papa como el alcahuete mayor y no como el Sucesor de Pedro-, no me negará que sirven para que él y toda la Cristiandad sean conscientes de quién es quién entre los honorables obispos que conforman la jerarquía. De esta manera, nadie se extrañará ni se escandalizará cuando expectore a más de uno por heterodoxia manifiesta. Tiempo al tiempo.
son sombras de muerte que acompañan a otros, al mismo abismo donde esta el.
Jesucristo dice que la iglesia es LUZ DEL MUNDO-sal de la tierra-
pero si claro, lo único que hacemos es acompañar al hombre en el propio mal donde ha caido, ,,,,,,,
si la sal que debería salar y curar SE DESVIRTUA ¿quien la salara?
NO SIRVE PARA NADA ---LA TIRAN FUERA--
Si uno tiene el corazón duro como una piedra, no creo que se le reblandezca por el hecho de contraer nuevo matrimonio... Si el matrimonio no es "nulo", lo demás es ya tomar el pelo al personal.
He quitado una frase de su primer comentario, porque en este blog no se aceptan las insinuaciones sobre la vida moral de otras personas y menos sobre un Obispo. Mantengamos más alto el nivel, como corresponde a un blog católico.
Por otra parte, Mons. Agrelo no es Copríncipe de Andorra. Ése es Mons. Joan Enric Vives, Arzobispo de Urgel.
Saludos.
Dicen que el Card. Siri pidió perdón a Dios por rechazar ser Papa (no conozco los detalles de esa posibilidad perdida y el grado de voluntad de SIri). Y es que, en contra de lo que se cree habitualmente, el Espíritu Santo garantiza su asistencia al Sucesor de Pedro, pero no lo elige Él, sino los cardenales electores. Las últimas décadas hablan por sí mismas.
Gracias por la corrección sobre el copríncipe.
Además de perseguir a un sacerdote por ser tradicional, no le importo que estuviera enfermo, cerrar el templo y todo para quedarse con el dinero de unas rentas. Un pájaro de cuenta, y eso que es Franciscano.
San Francisco debe revolverse en la tumba o mejor desde el Cielo,
La crítica textual no vale contra la doctrina de la Iglesia, pues la Sagrada Escritura se lee de acuerdo con la Tradición de la Iglesia. ¿Acaso Jesucristo le dio a los expertos en crítica textual autoridad para definir la doctrina de la Iglesia? Lea la Dei Verbum por favor e ojalá llegue a comprender algo acerca de la verdadera interpretación de la Sagrada Escritura.
Lo mismo, y para su bien, aprende fidelidad de las ovejas que allí se encuentran. O visitar a Asia Bibi.
¿Qué os parece? ¿Serviría para algo? Deberíamos probar.
Por otra parte, los curas y obispos que digan que hay que alejarse de pretéritas radicalidades, además de estar objetivamente fuera de la Iglesia, se cargan cualquier posibilidad de hablar en serio. Según ellos, la Iglesia habría estado dos mil años enseñando mal. ¿Y qué hacen entonces ellos en una Iglesia que falla tanto? ¿Qué sentido tendría así la Iglesia, si puede cambiar de doctrina y moral cada x siglos?
Sentido común, por favor.
Digamos que en ambos casos el " tipo penal" es objetivamente el mismo: adulterio.
Y luego, como en todo en esta vida, hay circunstancias y grados.
Por lo tanto, los dos casos que expones son adulterio pero es evidente que son diferentes.
Muchas circunstancias atenúan o agravan la responsabilidad y, en consecuencia, la culpa. En este pecado y en todos los pecados.
Y no sólo es agravar o atenuar. Todo lo humano tiene sus complejidades. Pero ése es el tabajo pastoral. Lo que nunca puede hacer el trabajo pastoral es cambiar el "tipo penal (la doctrina de la indisolubilidad). Es adulterio. Lo es.
Pero valorar las circunstancias, el concurso de otros pecados, el grado de malicia, etc. es justamente lo que hace una Iglesia madre y maestra.
Lo que sin embargo pretenden Kasper, Agrelo etc ez que para los vasos que A ELLOS les parecen menos graves, les cambiamos la tipificación. Ya ves: ¡Agrelo hasta lo convierte en virtud! La
Y le respondió, entre otros mandamientos: "no cometerás adulterio".
En relación con la polémica sobre el divorcio, no se llegaría a esos extremos si se reconociera de una vez que Jesucristo no abolió la Ley mosaica y, por lo tanto, tampoco el divorcio (cf. Mt 5,17-19). La Iglesia debe seguir los mandatos de Jesús, que perfeccionan esa Ley, pero que no la anulan. Así pues, aunque divorciarse y volverse a casar haya que considerarlo un pecado para un cristiano, se debería reconocer la legalidad de ese nuevo matrimonio. De lo contrario se está violando la Ley, y se esta actuando con la misma dureza con que lo hacían los fariseos a quienes criticó Jesús.
Que será aparentemente "serio" según qué casos. Porque hablar de un adulterio "serio" es como hablar de un asesinato "serio", no tiene mucho sentido. Lo serio de veras es que te condenas incumpliendo los Mandamientos de Dios.
Si me das a elegir (que no se debe elegir entre dos males, pero bueno), me quedo con el primer adúltero, que por lo menos tiene vergüenza y lo hace a escondidas. Y que aún no ha hecho estallar a lo que le queda de familia.
Esto describe cabalmente la posicion de un gran sector de los que se identifican como católicos. Sería un catolicismo "light" o "posmoderno" pero no un protestantismo, porque esta gente no cree en sola fide, sino que cree que es necesario practicar lo realmente importante para salvarse. La diferencia es que lo que es realmente importante ya no se toma de un "reglamento" sino que es el amor, punto. Ama y haz lo que quieras.
En esta mentalidad, preceptos específicos como las prohibiciones del divorcio o de la homosexualidad, la obligacion de asistir al culto, etc. etc., fueron válidos e incluso necesarios en un cierto contexto historico y cultural, pero ya no lo son. Hemos pasado al tiempo del amor universal, de la plena libertad, en que por fin se ha entendido la esencia de la enseñanza de Jesús.
El tema es que no los podés correr con la Biblia, Catecismo, concilios, enciclicas, etc., porque ellos directamente están más allá del "reglamento" escrito. No es que discuten o niegan tales o cuales puntos, directamente no entran a ese nivel. Si para vos es importante el reglamento y querés seguirlo, ellos no tienen problema de que vos hagas tu vida, pero para ellos ya no se aplica. Vivir y dejar vivir.
Si esta descripcion es acertada, una conclusión es que la recuperacion doctrinal de esta gente requiere partir de un nivel mas basico. No basta citar mandamientos de Jesús, sino que previamente hay que hacerles entender que todos y cada uno de ellos siguen estando vigentes. Concepto que los participantes de este sitio dan por sobreentendido, pero esta gente no.
Lo novedoso, por lo menos para mí, de la noticia que motivó este artículo es que por primera vez leo que un obispo haya adoptado explícitamente esta posicion.
Desde mi punto de vista, el precedente historico mas cercano a esta posicion no es el protestantismo, como dije antes, sino el joaquinismo, la doctrina de los seguidores de Joaquín de Fiore. El tema es bien conocido por Benedicto XVI porque sobre él fue su disertación de habilitación docente, y lo mencionó en la catequesis del 10 de marzo de 2010:
www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2010/documents/hf_ben-xvi_aud_20100310_sp.html
"Todo eso da igual, porque la nueva norma de nuestra época es el subjetivismo, lo que yo siento que el Señor “me ha dicho” a mí, al margen de su Palabra objetiva, de la Tradición y de la Enseñanza de la Iglesia."
Yo lo refinaria como: "... lo que yo siento que es "el núcleo", lo mas importante, del mensaje de Jesús, al margen de..."
"Quien bien te quiere te hara llorar".
Que verdad tan indecible;pues no hay nadie que nos quiera mas que Dios,ni remotamente,ni nadie nos hara brotar mas rios de lagrimas,que los que el Señor hace brotar de nuestros ojos en una conversion.
Dios no permite que enmudezcamos cuando estemos llamados a confrontar el pecado.
La Paz de Cristo.
Con decir que los menos malos son los liberal-conservadores (una tendencia condenada por Pío IX), serviles con el anticristiano partido en el poder actualmente, está todo dicho...
Como serían los otros dos de las ternas de San Feliu o Tánger (igual a Tánger vas castigado, vaya usted a saber) para que hayan salido elegidos estos.
Hay días que dan ganas de hacerse yanqui, o kazajo, o de la soberana orden.
Porque es que obispos como estos te convierten en luterano sin que te des cuenta.
Dios mío, protege a tu rebaño.
Está claro que ha empezado una caza contra todo pastor que crea íntegramente en la Fe católica. Una caza dirigida por altas instancias eclesiales. Roguemos para que el Señor les tuerza el pulso.
Sancho: el versículo de Mateo 5,32 al que te refieres incluye "excepto en caso de impureza" (Misal Romano), no solo en caso de fornicación.
En cuanto a que "no sabemos si Dios puede hacerlo (desatarlo) o no a través de su Iglesia", los católicos sabemos perfectamente que Dios NO facultó a la Iglesia para desatar lo que El ha atado en el matrimonio. Lo explicó S. Juan Pablo II en las secciones 6, 7 y 8 del discurso a la Rota Romana de 2000:
www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2000/jan-mar/documents/hf_jp-ii_spe_20000121_rota-romana_sp.html
Las nulidades son otra cosa. Una nulidad significa que el matrimonio NO ha existido nunca, no que se haya roto.
[...]
Esa tesis de los Ortodoxos (que es erronea como explicó Juan Pablo II en el enlace de mi comentario anterior) está necesariamente unida al concepto de separabilidad entre matrimonio natural y sacramento. Para ellos, el caracter sacramental es algo "añadido" al matrimonio natural, y en base a eso sostienen que sólo el primer matrimonio es sacramento, mientras que el segundo y eventual tercero no son sacramento, sino solamente matrimonio natural.
En contraste, la doctrina católica sostiene que es la misma realidad del matrimonio natural la que ha sido elevada, entre los bautizados, a la dignidad del sacramento, de modo tal que existe una inseparabilidad, más aún, una identidad, entre matrimonio natural y sacramento. Esto lo explicó Juan Pablo II en la seccion 13 de Familiaris Consortio y lo reiteró en la seccion 8 de su discurso a la Rota Romana del 1º de febrero de 2001:
www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2001/documents/hf_jp-ii_spe_20010201_rota-romana_sp.html
Notablemente, esa concepción erronea de la relacion entre sacramento y matrimonio natural de los Ortodoxos habia sido reflejada en la descripcion de la celebracion del matrimonio en las liturgias orientales catolicas en el punto 1623 del Catecismo en su primera edicion, la de 1992. En la revision de 1997 ese punto fue corregido.
Y si la mujer trató de asesinarlo, separarse no es tan solo un derecho, sino un deber, hacia él mismo y hacia los hijos. Por otro lado, incluso en una separacion sin esas connotaciones, no hay ningun pecado mientras no se una con otra mujer. Por lo que insisto, ¿cuál sería el pecado de ese pobre hombre?
Hace un tiempo estuve en Tánger. Me llegué al arzobispado y conocí a un sacerdote con un alto cargo en el arzobispado, me hablaba con tanta unción del islam, de lo maravilloso que era y de lo buenas que eran sus gentes que me quedé asombrado. Le pregunté si predicaban el Evangelio para convertir a los musulmanes, me miró como si hubiera blasfemado. ¿Convertirlos? si son mejores que nosotros. ¡Pues buena está Europa! ¡Además eso no es el ecumenismo! ¡Hay que dejar a la gente dónde está! pensé en la pateras y se lo dije si se refería a eso. ¡No hay que dejarlos en su religión! Pensé que a que vino Cristo. Pues para este viaje, se podría haber evitado su crucifixión. Si todo el mundo es "güeno" como dicen los sevillanos y la labor de la Iglesia es imitar a la ONGS laicas, que me expliquen. No me extraña que el arzobispo de Tánger diga lo de las segundas nupcias. No tiene en el pensamiento a la iglesia ortodoxa, sino al islam con su poligamia y sus incesantes divorcios. ¡"To er mundo eh güeno"! Bueno todos no parece ser que los franciscanos de la Inmaculada y algún que otro obispo no.
"¿Es que lo que nos enseñaba la Iglesia era radical?"
Claro que sí: la Verdad está separada radicalmente de la mentira. La Salvación lo está de la Condenación. El Bien lo está del Mal.
O, en la propia Biblia: "El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama" (Mt 12, 30), "Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca." (Ap 3, 16).
Si, lo que dice la Biblia es bastante radical, y lo que la Iglesia lleva veinte siglos transmitiendo también es "radical" (=arraigado, enraizado). Radicalmente bueno, verdadero y salvífico, naturalmente.
¿Lo demás? Componendas, medias tintas, contaminaciones, relativismos... nada "radicales" sino "desarraigados".
Juan:
¿De qué pecado mortal habla? Si el marido fue víctima de la infidelidad de su esposa, sin ser él infiel; si ha sido víctima de intentos de asesinato, sin responder con la misma violencia; si se ha separado de su esposa pero se mantiene en castidad, sin tratar de sustituirla por otra mujer en espera de la disolución de su matrimonio eclesiático.,
¿Qué pecado se supone que está cometiendo? ¿Junto a qué otra mujer se supone que está cometiendo adulterio? ¿Qué problema se supone que debe tener para comulgar?
No diga tonterías, hombre: en el caso que expone, en esos términos, los únicos que han pecado son el tal cura Omar y la tal esposa Marlene.
Un saludo.
Se aferra a la Ley, la Ley, y luego al Templo al Templo.
¿Y el resto? ¿Se olvida de la Samaritana?. Nuestra Iglesia es pecadora por ese motivo la hace atractiva, por ese motivo Jesús se inmoló. ¿Y usted?..será que en su vida lo tiene todo fácil y le va bien en su familia. Ojalá le dure muchos años o toda la vida. Pero piense un momento...y si un día le dejan o simplemente le dicen ya no soy feliz contigo y me voy?
Cuidado amigo, hay frases que duelen mucho.
"Así pues, aunque divorciarse y volverse a casar haya que considerarlo un pecado para un cristiano, se debería reconocer la legalidad de ese nuevo matrimonio."
Sancho, para un teista, ni siquiera digo cristiano, sólo una Ley es relevante, en última instancia, existencialmente: la Ley de Dios. En sus dos niveles: natural y revelada.
Si Jesús dice que un segundo matrimonio post-divorcio es adulterio, está diciendo que contraviene el 6º mandamiento de la Ley de Dios: "No cometerás adulterio." Por lo tanto, en el plano de la Ley de Dios, que es el único que importa existencialmente, ese nuevo matrimonio NO es legal para los cristianos. Punto.
Que sea legal en el plano de la ley civil es irrelevante para la vida espiritual.
Ya no queda en pie ni siquiera el principio de no contradicción. Lo que va contra un mandato de Cristo es contrario a su Ley....
Saludos.
Está usted en el post equivocado. La conversación a la que se refiere corresponde al post anterior.
No hay ningún problema con el tuteo.
Citar parte de un versículo no es mutilarlo, es citar sólo una parte, igual que citar dos versículos no es mutilar un capítulo, sino citar sólo dos versículos. La numeración en versículos y capítulos no es parte de la Escritura. Además, ya habíamos hablado en esa misma conversación de la otra parte del versículo.
Le he mostrado de forma evidente que la Iglesia enseña que el divorcio mosaico fue derogado. La Ley antigua ya no vale, la plenitud a la que se refirió Jesús es su sustitución por la Nueva Ley:
"Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo" Ef 2,15
Usted, por supuesto, puede decir todo lo que quiera que el divorcio sigue en vigor, pero debería ser consciente que, al decirlo, está negando la fe católica, el Nuevo Testamento, lo que mandó Cristo y la misma lógica. Como la cosa es clara y evidente, no vamos a seguir discutiendo sobre el tema.
Saludos.
Te doy una pista a partir de un texto de la carta apostólica de tónica más afín con el Sermón de la Montaña, la de Santiago:
"En cambio el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella - no como oyente olvidadizo sino como quien la pone en práctica - ése será bienaventurado al practicarla." (Sant 1, 25)
"La Ley perfecta de la libertad", o sea la Ley de Cristo, la Ley evangélica, que "da cumplimiento" a la Ley Mosaica, lo cual incluye abolir sus elementos imperfectos, como el divorcio, o temporales, como las prescripciones alimentarias.
No es sarcasmo lo que digo o segundas intenciones Es mi honestidad a la altura de tantos colaboradores en este espacio gentil y felizmente cedido por infocatólica.
Ya pensábamos en esto con mi esposa muchos años atrás cuando dábamos charlas prematrimoniales y dejamos justamente de darlas porque pensábamos: ¿ no es participar de una injusticia rayana en el Pecado contra el IV Mandamiento ocultar estos temas para que, luego de casados, en sus dificultades y decisiones les vengamos con Trento,El Derecho Canónico y la mar en coche?, porque convengamos que si somos "alegres animadores de futuros matrimonios" no preveamos la hipocresía, de que quedás en la vereda de enfrente de la Iglesia para pasar al infierno.........todo en nombre de Jesucristo........Algo más a mi nota del 20/11/2014,9,25 hs. Estamos históricamente en una excelente oportunidad de rezar más a Jesucristo y, especialmente:preguntarle qué le gusta a EL y si todo este tema tiene, para É,también,L algo que ver con: San Mateo:5,21-24 y bien presente:5, 27-30 quizás el tema se encarrile más por el lado de " si tan rápida , y por Laicos, son las charlas prematrimoniales, así de rápidas y por Laicos deben ser las posibilidades de anulación matrimonial, desde sus Juzgados así de rápido como lo fueron aquellas charlas".Sugerencia para sumar..ser más Hermanos.....Aceptar la historia de hoy.....No:más.
Todo es muy ridículo, lo que está claro que quiere que esté cercana.
Yo a este y aun monton no le doy la espalda, ni loco.
Con otros hay que estudiar, si yo que pertenezco al Carmén , no es bajeza, es caida libre, este es un aerolito, en caida, ten ciudado con la cabeza Ja!!! Ja!!!
Incluso las prescripciones del Concilio de Jerusalén de abstenerse de lo sacrificado a los ídolos y de la sangre ya no siguen vigentes. Fueron disposiciones temporales para hacer viable la convivencia fraterna entre cristianos de origen gentil y de origen judio, por la tremenda repugnancia que a éstos les causaba lo sacrificado a los dioses falsos y la sangre.
Increible. Por este lado, deberíamos comprender a los que siguen lapidando mujeres por adúlteras.
Obviamente, quien da el argumento del principio, protestará de tal consecuencia. La protesta al argumento.
Cristo no perfecciona ni el repudio mosaico ni la lapidación, los suprime.
Para el adúltero ni la licencia del repudio ni la condena de la lapidación,
abrirse al perdón de Jesús que exige : "no peques más".
Creo que no hace correcta exégesis del texto de Mt que machaconamente cita (de modo excesivamente literal) y lo desliga del resto del Evangelio, y, por lo tanto, de la posición real de Jesucristo cuando habla de llevar la ley a su plenitud. Y eso que ya le han dado todos los elementos para una respuesta completa...
En este caso, para Jesucristo NO EXISTE divorcio. Tal cual. Y no existe ni para judío, ni para cristiano (¿ni para nadie?): porque la voluntad original de Dios, que Cristo refuerza e incluso eleva al terreno sacramental, es que no haya fuerza humana que separe lo que Dios ha unido (y eso "desde el principio", lo que pone el acento sobre la cuestión "natural", objetiva, universal y definitiva).
Otra cosa diversa es repartir responsabilidades subjetivas respecto al divorcio. Pero el Señor es claro, bastante claro también en este punto: la permisión del divorcio era una concesión temporal a la dureza de corazón, y una concesión DE MOISÉS, no de Dios (si vamos a la literalidad)... Que no, que no: ni divorcio, ni poligamia, ni nada de eso.
Esto ya es demasiado. Puede usted seguir defendiendo esas cosas si quiere, pero sólo si deja de presentarse engañosamente como católico. Ya le he mostrado lo que enseña la Iglesia sobre todo eso, como dogmas de fe. Ya le he mostrado lo que enseña la propia Escritura. Ya le he mostrado que su postura es contraria a la lógica más básica. ¿A usted le da igual? Muy bien, pero deje de intentar engañar a los lectores pretendiendo ser católico para sembrar confusión. Si sigue usted haciéndolo, borraré sus comentarios.
Saludos.
No entiendo nada. ¿Dice tantas herejías y sigue siendo obispo? ¿Adónde iremos a parar? ¡¡¡Qué dolor tan profundo me produce todo esto que estamos viviendo!!!
Por favor: No nos cansemos de rezar por el Papa, por todos los obispos y sacerdotes.
Las palabras de Jesucristo sobre no abolir la ley mosaica se refieren sólo a los preceptos morales.
El divorcio veterotestamentario era una permisión divina, un régimen de tolerancia, posible para preceptos de derecho natural secundario por parte de Dios. Se concedió la dispensa propter duritiam cordis (Mt. 19, 8), por la dureza y malicia del corazón. Pero el Antiguo Testamento dejó bien claro por boca de Malaquías que «ha dicho el Señor Dios que detesta el repudio» (Mal. 2, 16). Tolerancia: permisión negativa de un mal.
Pero Jesucristo, que es Dios, revocó ese régimen de tolerancia:
"Dios quitó a los cristianos la dispensa porque les ha dado algo mejor: la gracia, que -recibida por el sacramento vence la dureza y la malicia del corazón. Cristo derogó la dispensa, porque repristinó al matrimonio a su primera dignidad y lo enriqueció sobreabundantemente por la sacramentalidad." (Hervada).
Saludos.
La dispensa de referencia fue una manifestación de tolerancia (se toleraba un mal, el repudio) en el contexto del estado de naturaleza caída no redimida, en un cierto estado de degradación de la persona respecto a su condición primigenia. Una vez redimido el hombre y repristinado el matrimonio, la tal dispensa carece de sentido. Si me permiten la imagen, diría que esa dispensa sería un deshonor, como el adulto se siente injuriado si le tratan como un niño, como se sentía deshonrado el noble si le trataban como un villano. Al hombre redimido por Cristo no le van dispensas de la ley natural. Si fuese necesaria o conveniente la dispensa, sería signo de que la gracia era insuficiente.
El punto que estamos tratando es un capítulo más de la ley mosaica, porque ha sido libertado de la «maldición de la ley» (Gal. 3, 13). La Biblia pone en boca de Dios, al contemplar la humanidad caída, estas palabras: «No permanecerá mi espíritu en el hombre para siempre, porque es carnal». Por la redención, el hombre se ha hecho vencedor de la carne y ha recibido el espíritu de Dios; a quienes todavía sienten nostalgia de las dispensas mosaicas, bien les viene el reproche de San Pablo a los gálatas: «¿Tan insensatos sois, que habiendo comenzado en espíritu, ahora acabáis en carne?» (Gal. 3, 3).
No, la dispensa de la indisolubilidad no sería ningún favor, sino un flaco servicio a la dignidad del cristiano y un desprecio a la fuerza, de la gracia. ¿Iba Dios a querer para sus hijos algo que El detesta? ¿Es lógico que un cristiano, hijo de Dios, desee lo que Dios aborrece?
Los que dicen que la Iglesia podría dar tales dispensas se merecen la respuesta que un Papa medieval dio a cierto personaje cuando le pidió que disolviese un matrimonio, fundado en razones parecidas: «Maledictus qui te docuit». Maldito quien te enseñó esta patraña." (Hervada)
Parece que lo que para un cristiano es pecado en algunos casos, como es el adulterio, para un no creyente le pueda hacer creer que es divino, o para un musulmán que le acercase a Alá, pero sinceramente creo que nunca le acercaría a Dios.
Ya no se admiten más comentarios suyos sobre este tema. Decir "reconozco la autoridad de la Iglesia" y a la vez defender explícita y conscientemente lo contrario de lo que dicen varios dogmas de fe y la totalidad de la doctrina de la Iglesia es hacernos perder el tiempo a los demás.
¡Con cuántos "sanchos" nos topamos en la vida diaria!
Tu proceder deja enseñanza: ejercitar al máximo la paciente caridad, pero agotadas las instancias, cortar de una vez por todas.
Correspondencia en el marco conceptual de base porque comparte una "superacion" de la letra del Nuevo Testamento.
Oposicion en el contenido porque el joaquinismo del siglo XIII tendia a una vida de acuerdo a la regla original de San Francisco, o sea una vida de total pureza y pobreza evangélicas.
Por lo que la descripcion cabal de la posicion contemporanea reflejada en los dichos de Mons. Agrelo seria un joaquinismo secularizado, mundanizado y laxo.
Para quien le interese leer mas sobre el joaquinismo, tres fuentes:
Isaac J. Pardo 1990 "Fuegos bajo el agua: la invención de utopía", p. 566.
books.google.com/books?id=pUBo5m7_1lsC
Massimo Borghesi 1997 "Posmodernidad y cristianismo: ¿Una radical mutación antropológica?", pp. 166-168.
books.google.com/books?id=RVLXAAAAQBAJ
Juan Cruz Cruz 2013 "La plenitud milenarista del progreso. El caso Fiore"
www.leynatural.es/2013/09/17/la-plenitud-milenarista-del-progreso-el-caso-fiore/
Muy interesante la semejanza con Joaquín de Fiore. Yo añadiría otro punto de semejanza: la cronolatría de ambos. El joaquinismo en su modalidad de milenarismo y las tendencias actuales por el neomilenarismo también conocido como mito del progreso continuo.
Y quizá también podría señalarse cierta afinidad con el montanismo, profetisas incluidas (de nuevo, con la diferencia del rigorismo montanista).
hjg.com.ar/sumat/b/c106.html#a4
Me dice vd: "Alvaro, tenga respeto y educación y no se vomite en la boca de nadie, ni en la de su madre"
Le agradeceré que me diga en boca de qué madre he vomitado, porque no creo que en mi comentario haya nada que signifique tal cosa.
Tal vez su extraña respuesta se deba a que haya interpretado el término "radical" en el sentido progre, contaminado de corrección política (y por tanto equivalente a algo así como "antisitema violento", la cual es una acepción válida para unos cuantos movimientos políticos, pero no para la Iglesia).
Pero le recuerdo que radical significa, entre otras cosas:
"2. adj. Fundamental, de raíz.
4. adj. Extremoso, tajante, intransigente."
Creí que era evidente que en mi comentario empleaba el término "radical" en el sentido de su segunda acepción, es decir, arraigado (en Cristo, se entiende). Por eso puse "(=arraigado, enraizado)", y además aclaré: "Radicalmente bueno, verdadero y salvífico, naturalmente.".
Como es lógico, si se cumple esta "radicalidad" según la segunda acepción, también debe cumplirse según la cuarta, ya que no se aceptarán componendas en aquellas cuestiones que no sean negociables (la unión tras un divorcio como adulterio, la inmoralidad de la práctica homosexual, la criminosidad del aborto, etc).
Así pues, el afirmar que la doctrina de la Iglesia es "radical" conforme estas acepciones no es vomitar en la boca de nadie, sino alabar y echar flores, ya que refleja la fidelidad a la doctrina verdadera contra viento y marea.
Confío en que ahora entienda el sentido de mi anterior comentario.
Un saludo.
"Así pues, tampoco el divorcio ha sido abolido"
Veamos la Biblia:
"Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?». Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio.»"
(Mt 19, 7-9)
¿Le parece poca derogación?
Recuerde que la Ley que Cristo no deroga sino que viene a dar cumplimiento es la de Dios, no la de los hombres (que llega a extremos como el de los fariseos, claramente condenados por Cristo).
De hecho, Cristo dice que "pero al principio no fue así.". Entiendo que con eso señala que la Ley eterna de Dios no contemplaba ese divorcio que Moisés sí admitió por la dureza de los corazones, de modo que al dar cumplimiento a la Ley de Dios, deroga el precepto mosáico, que no divino.
Así pues, la Ley Mosáica no sigue vigente para los cristianos más que parcialmente (sólo la parte que en ella había de Ley Divina, que es la que Cristo vino a no derogar y a dar cumplimiento).
Eso no significa que creamos que la ley mosáica es válida con tal de que no se sea cristiano, ya que creemos en Cristo como Dios Universal. Sólo significa que es lógico que quienes profesan otras creencias abracen los principios de éstas, aunque sean falsos o hayan sido derogados por Cristo.
PD: Veo que no le admiten más comentarios en el sentido de querer presentarse como católico a predicar herejías. Lógico.
PD: Reconozco que ese "no por fornicación" del texto bíblico siembra algunas dudas en el sentido de que sea una abolición absoluta o admisible en caso de fornicación.
La cosa se aclara al interpretar esta cita a la luz de otras muchas que hay en la Biblia, de los textos apostólicos, de los doctores de la Iglesia y del Magisterio y la Tradición. Con todo ello queda claro, tras dos mil años de perfeccionamiento asistido por el Espíritu, que también ese caso está excluido.
De ahí que las promesas matrimoniales no digan "hasta que la muerte o la fornicación nos separe". Si no fuese así, ¡Qué fácil tendríamos la trampa para romper lo que se ha definido como indisoluble!
Un saludo.
"Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias." (Mt 15, 19)
Teniendo ahora en cuenta que si una persona unida en matrimonio tiene relaciones con una tercera persona es un caso de adulterio, no de fornicacion simple, se entiende que la clausula de fornicacion de Mt 5, 32 y 19, 9 se refiere al caso en que la union en cuestion no es un matrimonio legítimo.
Lo que tengo claro es que ni yo que pasaba por aquí, ni el jardinero del Vaticano tenemos responsabilidad alguna en la deriva luterana de este prelado.
Demasiada paciencia tienes.
Me acordaba de que años atrás un obispo prohibió la edición de uno de los libros de un sacerdote vasco sin haberlo leído...¿alguien de vosotros ha hablado con Santiago Agrelo? ¿Le conoce? ¿Ha leído sus comentarios del evangelio de cada domingo?
¿Qué le dijo Jesús a la samaritana en el pozo de Sicar?
¿Y a los que querían apedrear a la mujer adúltera?
Solo un mandamiento: "Amarás...". ¿Por qué no nos convencemos de ello y lo practicamos?
¿Que nos dijo Gandhi a los cristianos? Supongo que más de uno de vosotros lo habréis leído...
No comulgo con la Jerarquía de la Iglesia por muchos motivos, como muchos seguidores de Jesús, pero me desagrada las opiniones categóricas y generalizadas que corren por ahí.
Y si hiciéramos caso a Jesús de Nazaret, antisistema total y cada uno fuéramos más misericordiosos...
Bueno, solamente es mi opinión.
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