Propuesta para el Sínodo (V): cuidado con la desesperanza
Vivimos en un mundo desesperanzado. El entusiasmo por la razón separada de la fe en el siglo XVIII dio lugar a una proliferación de “esperanzas secularizadas” o utopías, con resultados desastrosos. Esas utopías, desde la propia Revolución Francesa hasta el nacionalsocialismo o el marxismo, pasando por darwinismos sociales, cientifismos, eugenesias y revoluciones sexuales, han ido dando lugar a una deshumanización y unas matanzas sin precedentes.
Del mismo modo que el fracaso de la razón separada de la fe trajo consigo el relativismo y el pensamiento débil actuales, el fracaso de las utopías terrenas inyectó en el mundo occidental un virus de desesperanza que ha infectado nuestra cultura. Tanto la eutanasia como el aborto son signos inequívocos de esa desesperanza que estrangula a Occidente. Desgraciadamente, la desesperanza omnipresente no se limita al mundo secular, sino que se ha introducido en la Iglesia y, a mi entender, se puede encontrar en varias de las propuestas que se han presentado para el Sínodo de la Familia de octubre.
Ante todo, la desesperanza se manifiesta en la idea de que vivir de acuerdo con la moral cristiana es imposible o sólo está al alcance de unos pocos privilegiados. Esto es algo que, sobre todo en los últimos meses, se ha repetido muchísimo. Por ejemplo, en el llamado “consejo en la sombra” o “sínodo en la sombra", fue algo común a prácticamente todas las intervenciones. Anne-Marie Pelletier habló de “un arquetipo de indisolubilidad ideal, indiferente al estatuto teológico propio del tiempo presente” y de “una teología del matrimonio, que en la actualidad tiende fácilmente a idealizar”. Thomas Söding animaba a ir “más allá de cualquier idealización”. François-Xavier Amherdt, citando a Philippe Bordeyne, señalaba que “la pedagogía divina no se centra en un ideal, sino que permite discernir lo que hay de positivo en cualquier vida, incluidos los casos de las personas que viven en situaciones irregulares”. Como se puede imaginar, esta supuesta idealización era la razón que se daba para introducir de alguna forma en la Iglesia la “realidad” del divorcio, la convivencia extramatrimonial, otros tipos de familia, etc.
En la misma línea, me resultó especialmente escalofriante leer el año pasado una entrevista en la que el cardenal Kasper había dicho que la castidad no era para todos los cristianos, sino sólo para los héroes. El cardenal, hablando de los divorciados vueltos a casar por lo civil y a los que la Iglesia les pide, como mínimo, abstenerse de tener relaciones, afirmó: “¿Vivir juntos como hermano y hermana? Por supuesto, respeto mucho a los que lo están haciendo. Pero es algo heroico y el heroísmo no es para el cristiano común”.
La idea que subyace a la afirmación del cardenal y a los discursos de los participantes en el “consejo en la sombra” no sólo está equivocada, sino que es francamente aborrecible para un católico. En primer lugar, trasluce claramente una concepción pelagiana de la moral. Es decir, no tiene en cuenta el elemento fundamental de la moral evangélica: la gracia de Dios. Es muy posible que el cumplimiento de algunos de los preceptos morales católicos, considerados en un plano meramente humano, pueda resultar heroico, especialmente en una época en la que el entorno social, en vez de ayudar, dificulta aún más ese cumplimiento. Sin embargo, es imposible para los hombres, pero no para Dios (Mc 10,27). Por eso Jesucristo nos mandó: sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5,48). Con su ayuda, es posible, porque su yugo es llevadero y su carga ligera (cf. Mt 11,30).
Además, es una negación frontal de la doctrina constante de la Iglesia sobre los actos intrínsecamente malos (cf. Veritatis Splendor 56 y 67). El adulterio es un acto intrínsecamente malo y eso implica que resulta siempre inmoral, en cualquier circunstancia y cualquiera que sea su fin. Así pues, no es católico sostener que sólo los héroes pueden evitarlo y, por lo tanto, que sólo ellos (porque ad impossibilia nemo tenetur) deben evitarlo en casos más difíciles. No es extraño que, como ya vimos, la negación de la doctrina sobre los actos intrínsecamente malos fuera negada por los participantes en el “consejo en la sombra” y otros “teólogos” semejantes. La realidad es que el mandamiento que prohíbe el adulterio, como enseñó San Juan Pablo II (y el resto del Magisterio y la Tradición desde Cristo), no admite excepciones y, por lo tanto, Dios dará la gracia necesaria para cumplirlo al que no se cierre a esa gracia. Lo mismo podríamos decir del uso de anticonceptivos, las relaciones prematrimoniales, etc.
En tercer lugar, la afirmación del cardenal es un ejemplo paradigmático de ese clericalismo exacerbado que el Papa Francisco ha criticado en varias ocasiones. Aparentemente, para el cardenal Kasper y sus partidarios, la continencia que está al alcance de los clérigos y religiosos (que hacen promesa de celibato o castidad perfecta por el Reino de los cielos) es imposible para el “cristiano común”, que, por lo tanto, pasa a ser un cristiano de segunda categoría, incapaz de controlar sus instintos, poco más que un animalito.
Ante esto, hay que decir que la categoría de “héroe” no es cristiana, sino pagana. Proviene de la antigüedad clásica y tanto la Iliada como la Odisea de Homero están llenas de héroes. Como dice Sócrates en el Cratilo, los héroes eran semidioses, personas totalmente fuera de lo normal, cuyas hazañas eran inalcanzables para el común de los mortales. Los cristianos, sin embargo, no estamos llamados al heroísmo, estamos llamados a la santidad. Todos estamos llamados a ella, no sólo los “héroes”. Esta concepción kasperiana de la moral es, pues, un rechazo de la vocación universal a la santidad que proclamó el Concilio Vaticano II, en línea con la Tradición inmemorial de la Iglesia, y que implica que la gracia puede hacer en cada uno de nosotros el milagro de la santidad. Esa santidad conlleva necesariamente vivir según la ley moral, que es el camino de plenitud del ser humano, sin importar lo “común” que sea.
Todos estos errores, unidos, llevan a una terrible desesperación. Al llegar a este punto en el “razonamiento”, es cuando suele hablarse de “fracasos irreversibles” del “primer” matrimonio o de matrimonios “fallidos” u otras expresiones similares que se han tomado del Mundo y llevan en ellas el veneno de una ideología mundana y la exigencia de un imposible divorcio católico. Ante eso, hay que proclamar con la Iglesia que no hay fracasos irreversibles, que el matrimonio nunca es fallido para un cónyuge que se acoge a Jesucristo, pues la gracia de Dios sigue convirtiendo ese matrimonio en camino de santidad para él. Por supuesto, hay algunos autores que, usando esas expresiones no cristianas en sentido amplio, sólo quieren decir con ellas que la convivencia de dos esposos no es aconsejable y que conviene la separación, manteniendo el matrimonio, algo que es perfectamente compatible con la enseñanza de la Iglesia. Sin embargo, las expresiones en sí sugieren algo completamente distinto y están llenas de desesperanza, porque tienen su origen en una cultura que ha apostatado y que no comprende ya la esperanza cristiana.
Como suele suceder en la historia de las herejías, cuando esta concepción pelagiana del matrimonio, basada únicamente en las fuerzas del hombre, lleva al desastre y a la desesperación, justamente los que promueven ese pelagianismo encuentran una salida al problema que ellos mismos han creado: una “solución” de signo contrario, en este caso de corte luterano. De la desesperación, se pasa a la presunción. Al igual que, para Lutero, Dios no puede cambiarnos internamente, sino que seguimos siendo pecadores pero somos “declarados” justos, la propuesta del cardenal Kasper y sus adláteres incluye la declaración de que, mágicamente, los divorciados en una nueva unión civil ya no pecan cuando adulteran. Como son “cristianos comunes” que no pueden vivir la castidad, bastará que nos pongamos de acuerdo para decir que ya no están pecando. De forma aún más mágica, tenemos que creer que esta nueva unión no elimina la indisolubilidad de la primera, ni tampoco constituye bigamia. Es decir, que la propuesta no sólo exime de las normas básicas de la moral, sino también de la lógica, porque supone que hay dos matrimonios a la vez, pero no bigamia, que es exactamente lo mismo que dos matrimonios a la vez. A fin de cuentas, como en el luteranismo, se trata de cubrir con una bonita capa la realidad, para que no se vea la podredumbre que hay debajo: ojos que no ven, corazón que no siente.
La desesperanza rebosante que resulta evidente en estas propuestas convierte la vida cristiana en una utopía (fallida) más. Es decir, en un mero ideal, muy bonito pero de cumplimiento imposible (recordemos que utopía significa, precisamente, no-lugar, es decir, lo que no existe). El Reino de Dios deja de ser una realidad divina presente en nuestra debilidad, que nos transforma y nos saca del pecado, para convertirse en una mera ficción jurídica. El matrimonio sólo es indisoluble mientras dura. Y entonces sigue siendo indisoluble pero se disuelve. Porque en definitiva lo que importa es ser feliz, aunque sea la “felicidad” escasa, corta de miras, desesperanzada y triste del que hace su propia voluntad. Como dijo C.S. Lewis, al final sólo hay dos tipos de personas: aquellas que dicen a Dios “hágase tu Voluntad” y aquellas a las que Dios les dice “hágase tu voluntad”.
Esta forma de pensar es equivalente a proclamar la victoria del pecado. Según ella, el pecado de uno de los cónyuges o de los dos destruye el matrimonio. El pecado tiene la última palabra. Ya no es verdad que el sacramento matrimonial sea imagen y participación del amor de Cristo por la Iglesia, que no se puede romper, sino que se limita a un mero buen propósito humano y, como todos los buenos propósitos, es efímero. Rindámonos, se nos dice. Dejémoslo. El pecado ha vencido. Ya lucharemos otras batallas (o nuevos “matrimonios”), porque aquí no hay nada que hacer.
Contra esta desesperación, que proviene de habernos habituado poco a poco al pecado, la Iglesia debe proclamar, como siempre lo ha hecho, la virtud teologal de la esperanza en Cristo. Precisamente porque nuestro mundo está desesperanzado, tenemos que recordar con más fuerza que nunca que Cristo ha vencido al pecado y a la muerte. La victoria es de Cristo y no del pecado.
La esperanza es una virtud teologal porque es don de Dios y no construcción humana. El Sínodo sobre la familia no puede caer en la tentación de proclamar soluciones humanas para los problemas del hombre, porque entonces estaremos ofreciendo al mundo más de lo mismo y la consecuencia será más desesperanza. El Reino de Cristo no es de este mundo. La solución a los problemas de los católicos no está en ir reduciendo cada vez más el listón de la exigencia evangélica, sino en acudir a la gracia de Dios que hace milagros y transforma al ser humano en una criatura nueva. La ley, sin gracia de Dios, es una condena, pero con la gracia se convierte en el camino de la felicidad y de la plenitud del hombre, porque los mandatos de Cristo son mandatos de vida eterna. No estamos llamados a ser héroes, pero sí a ser santos.
Debemos mostrar al mundo que no hay “matrimonios fallidos” ni “fracasos irreversibles”, porque Cristo siempre está presente en el matrimonio sacramental y es una fuente infinita de gracia, amor y fidelidad que no puede fallar. Lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios. He esperado en el Señor y él hacia mí se ha inclinado (Sal 40,1). En lugar de buscar soluciones fáciles, que sustituyen la esperanza en Dios por una “solución” humana, nuestra misión es sostener a los que están en lucha con nuestra oración y nuestro cariño y en decirles que Dios no les ha abandonado. No podemos olvidar nunca que la felicidad no está en el marido, en la esposa, en los hijos ni en que se cumplan nuestros planes para un matrimonio como nos gustaría tener, sino que la felicidad sólo viene de Dios. Por eso, un matrimonio herido no es un fracaso, sino una cruz y la cruz es el camino de la resurrección. Cristo no se bajó de la cruz, porque huir de la cruz es lo mismo que renunciar a la resurrección.
A mi juicio, la decisión de Benedicto XVI al dedicar una encíclica a la esperanza, Spe salvi, fue profética, porque no hay nada que nuestro mundo necesite más que la esperanza que sólo se encuentra en Jesucristo. Ojalá el Sínodo sobre la Familia sea capaz de proclamar sin descanso que “la verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando hasta el extremo” (Spe salvi 27).
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SERIE PROPUESTA PARA EL SÍNODO
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SERIE POLÉMICAS MATRIMONIALES
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Polémicas matrimoniales (VI): D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VII): Respuestas de D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Polémicas matrimoniales (IX): Mons. Vesco y la indisolubilidad disoluble
Polémicas matrimoniales (X): la equidistancia entre la verdad y el error
Polémicas matrimoniales (XI): realidad y no ficción
Polémicas matrimoniales (XII): la analogía con la Lumen Gentium
Polémicas matrimoniales (XIII): supresión de la responsabilidad moral
Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Polémicas matrimoniales (XVII): la ley mosaica
Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo
Polémicas matrimoniales (XIX): cardenal Sistach
Polémicas matrimoniales (XX): Mons. Bonny, obispo de Amberes
Polémicas matrimoniales (XXI): Conferencia Episcopal Alemana
Polémicas matrimoniales (XXII): otra vez el Secretario del Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXIII): el cardenal Marx nos da una alegría
Polémicas matrimoniales (XXV): Monseñor De Germay
Polémicas matrimoniales (XXV): el cardenal Kasper no quiere contrariar al mundo
Polémicas matrimoniales (XXVI): Tolkien
Polémicas matrimoniales (XVII): el Consejo en la sombra
Polémicas matrimoniales (XVIII): el P. Thomasset SJ contra la moral católica
"En esta última reunión del “cenáculo", el cardenal alemán realizó una afirmación que me ha parecido fascinante. En su opinión, “no podemos conducir una guerra ideológica, dado que no podemos ganar. Los otros tienen a disposición gigantescos medios económicos y tienen también de su lado los medios de comunicación”. Por lo tanto, debemos “desarmar nuestro lenguaje”, buscando acercarnos al mundo secularizado".
El combate del Evangelio con el mundo ("Yo he vencido al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe"), la gran batalla entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, que dura desde el principio de la humanidad hasta la Parusía (Vat. II, Gaudium et spes 13 y 37), es una guerra perdida de antemano si, al modo kasperiano, los Generales piden a la tropa que se desarmen, que no hay nada que hacer, que el mundo es poderosísimo, que no hay Cristo que lo venza.
Desesperanza absoluta.
Derrota total segura de Cristo y de la Iglesia.
¿Cómo lo vencieron? ¿Formando legiones, con zelotas tipo Bar Kojbá o tomando la cruz hasta ser presa de fieras y multitudes enceguecidas por el "pan y circo"?
Es que tanto ha penetrado el "mundanal ruido" hasta en las aulas universitarias "sic dictas catholicas", que desde hace nefastas décadas más de un "doctorazo", ha pretendido realizar híbridos enlaces con Kant, Hegel, Heidegger (= Rahner) o con Marx, Engels y Stalin (G. Gutièrrez, J.L. Segundo. L. Boff y un largo ETC...).
Así se suceden posturas acomodaticias, pregonando que ha pasado el tiempo de los "anathemata", para entrar en el "diálogo", en el cual tantos "dialogantes" se han dejado engullir o diluir por sus interlocutores de turno.
El "historicismo", el "hodiernismo" ha dejado de lado que, "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas" (Hebr 13,8 - 9).
¿No fue San Pablo el que dijo eso, de cara al Imperio Romano de su tiempo, no? Ah, no, seguro.
Veo que Mons. Barriola ya me había ganado de mano :)
Por otra parte, el pagano lo es hasta que es bautizado. Y lo que hizo el Aquinate fue "bautizar", de un modo genial y en muchos puntos definitivo, la filosofía del pagano Aristóteles.
En cuanto a que los laicos son cristianos de segunda categoría, eso debe ser en alguna Iglesia-ficción, capaz que de Marvel.
Saludos cordiales.
La necesidad pastoral no puede rebajar la verdad, pero lo cierto es que ésta se ha vuelto por completo ajena al hombre contemporáneo. En resolver esta cuestión crucial estriba el enigma de la Nueva Evangelización. No sé cuál es la respuesta, pero desde luego, creo saber dónde no está. La repetición sin más de la predicación de la Palabra, por así decir, "a pelo", no va a dar mayores resultados. Esto que tanto se dice por estos foros de que no se predica sobre el infierno o sobre el pecado de tal o cual tipo, etc. no es la causa de que la Iglesia no tenga influencia o la pierda. Digamos que, en parte erróneamente, la Iglesia no predica aquello que ya es ininteligible.
¿Cómo hacer entender la Palabra, las exigencias de la doctrina? Me parece que sólo puede pasar entendiendo al hombre de hoy. Esto, insisto, no debe suponer una rebaja de los contenidos de la verdad. ¿Y cómo se entiende al hombre de hoy? En primer lugar, no aterrorizándolo ni condenándolo. Tampoco repitiendo sin más lo que dijo no sé qué santo o Padre de la Iglesia en tiempos remotos y en circunstancias por completo distintas a las de hoy. Es verdad que, por ejemplo, el adulterio es el adulterio ya sea en el siglo V o en el XXI, pero no podemos dirigirnos al hombre de hoy como al de hace 1500 años por razones obvias, aunque ambos pequen de lo mismo. Y este conocimiento del hombre de hoy falta en la Iglesia. Es más, es una clamorosa ausencia.
La mundanización es dejarse llevar por aquello de Mundo En el sentido bíblico, joánico, que hay en la cultura y pensamiento de todas las épocas, no solo en la actual (especialmente aquello que tienes e de culto a lo material, al poder y a la vanagloria, las tres tentaciones de Satán a Cristo, que han sido además las tres grandes tentaciones de la Iglesia en su historia)
Tanta mundanidad puede haber en la cultura y pensamiento del siglo IV A.C como en el siglo XXI. E igualmente en ambas podremos encontrar aspectos que conducen q la Verdad, la Belleza y la Bondad.
Lo demás es idolatría, culto al pasado. Tan mundano puede ser el absolutismo real, el legimismo dinástico o el fascismo como el neoliberalismo o el colectivismo.
Lo mismo dígase de Kant, etc.
E. Gilson, que conocía bien tanto al Aquinate como a la modernidad, sabía bien qué se podía adoptar de los aportes actuales y qué no. Pero también preguntaba si "los modernos" estaban interiorizados en Tomás, como él con Desdartes. Siendo la resuesta patente. NOOO. Hubo, con todo, quienes de tal modo enredaron la interpretación del mismo Tomás de Aquino, para hacerlo acodar con Kant u otras posturas imposibles de armonizar, que produjeron la confusión en la que andamos enredados hoy en día. Acerquémonos a Cornelio Fabro, para enterarnos de algo de esto.
También: estamos de acuerdo en que hay que adaptar a los tiempos lo eterno, pero nunca negarlo. La Constitución más dialogante con el mundo actual, la "Gaudium et Spes", advierte:" Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre (cita 4: Hebr 13,8)".
Así, los primeros misioneros, que fueron a Alaska, no pudieron decirles a los esquimales: "Sed prudentes como serpientes", porque en el Polo Norte no se conocen tales reptiles. Tal vez debieron adaptar: "Sed prudentes como las focas". Pero jamás habrían podido predicar: "Sed despreocupados de todo, no cultivéis la inteligencia, la pura ingenuidad todo lo alcanza".
Estos son muy groseros, pero los hay sutiles, que al martirio, lo ven de lejos, y al consumo de cerca, hay que ser hombres de mundo,para llevar la palabra de Dios, para Evangelizar las Culturas,personas ,muy buenas,pero muy erradas,Sólo Dios nos tiene que lavar la cabeza-
Ricos que se han Salvado,Benedicto XVI, menciona a San Luis Rey de Francia,!!!!!!!Santa Isabel de Hungria!!!!!Podría humidemente agregar a Santa Brigida de Suecia!!!!San Fernando primo de San Luis!!!Es dificil!!!!!!El Liberalismo esta cerca de esas personas, le hacen un favor,y al nuevo desorden mundial tambien!!!Liberalismo causa de Descritianización Padre Iraburu!!!!!Católicos y Politica(Padre Iraburu).
Pero ningún católico puede negar sus aportes valederos perennemente.
Por otro lado, claro que Kant admite a Dios, pero como sustento de su "razón práctica", desligada por tanto de la "pura", con argumentos, por lo tanto más que discutibles.
También admite a Dios Lutero....y en muchos puntos es posible coincidir con él. Pero la invasión de "libre examen", que se está introduciendo en ciertos "diálogos" ecuménicos, es más que dudosa.
Sólo Cristo, un DIOS que SE HACE HOMBRE, que vive en la Pobreza, nace en un pesebre,trabajaba de carpintero, se cansaba, como nosotros, no tenia donde apoyar la cabeza, tuvo hambre, sed,miedo, tristeza hasta la agonía!!!Etc, padeció lo que cualquier hombre padece,salvo en el pecado, lleno de otro Dios(Padre Philipo), el Espiritu Santo,paga en la Cruz, la Extrema Malicia del Pecado Original, la extrema bajeza, en la que estamos, y en la CRUZ, Nos DEJA OTRO DIOS!!!!!El Espiritu Santo!!!!!!,Los medios que Extremo e infInito Amor ,de la Santisima Trinidad, misterio que se vive, como todos,!!!!Otra buena noticia, los misterios, se viven!!!!En determinadas etapas, y eso es lo ordinario(Garrigou)es para todos.La Gracia!!!!Todo es un don de Dios, El sólo puede dar esperanza a la Humanidad.Leer en Scholla Veritatis a A.Solzhenitsin.No lo digo por vos, sino para los que leen los comentarios!!!!!Es exacto en mi trabajo que estoy muy cerca del sufrimiento(Es Otra Gracia)observö que anda la desesperación, y está lleva a cultivar el cuerpo, a las psicopatias sexuales etc.a mas sufrimiento, y a la perdición eterna.
Solo Dios puede ,creer en El y en todos los medios, que nos da.Escuelas de Oración en su Iglesia,Primeros capítulos de Teologia de la Perfección Cristiana, es excelente, nos deja muchisimos medios para vivir y ser felices de verdad y hacer bien a la Humanidad!!!!!
Modérate, para que no tenga que hacerlo yo. Lo que he borrado de tu comentario era inadmisible.
En cuanto a lo de los pensadores, creo que hay que tener en cuenta tres puntos esenciales:
- Nadie se equivoca en todo. En ese sentido, cualquier sistema de pensamiento tiene con seguridad cosas buenas. El mismo Santo Tomás lo decía con grandísima fuerza: "Toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo".
- Hay una diferencia fundamental entre pensadores simplemente paganos y pensadores anticristianos de sociedades apóstatas. Los segundos hay que tomarlos con muchísima más prevención. Es la diferencia entre comer en un restaurante que no conoces y comer el plato que te ha preparado alguien que te odia a muerte.
- No basta con decir que Santo Tomás tiene muchas cosas buenas y válidas. La Iglesia ha adoptado como propias las líneas fundamentales de su pensamiento filosófico: "Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y de lo divino. Si se rechazan estos fundamentos o se los pervierte, se seguirá necesariamente que quienes estudian las ciencias sagradas ni siquiera podrán captar el significado de las palabras con las que el magisterio de la Iglesia expone los dogmas revelados por Dios." (Doctoris Angelici, S. Pío X). Es decir, su filosofía no es una más. Ni siquiera meramente importante.
Dicho lo cual, el tema del post no es Santo Tomás. Eso de desviar la atención y el debate a asuntos que no son los tratados en los posts está ya muy visto.
Por ejemplo, ser cristiano implica, a nivel de coherencia intelectual, ser realista, es decir, sostener que la realidad conocida por nosotros no depende de nuestro conocimiento. Que el Dios del Credo, por ejemplo, no depende de mi mente, sino que al contrario, es mi Creador.
Y el realismo es habitualmente rechazado por la mentalidad más habitual, o más característicamente "moderna".
No es entonces, principalmente, un problema de lenguaje.
Y como la filosofía es el marco mental último, resulta que la situación es parecida a la de dos jugadores, uno de los cuales juega al ajedrez y el otro a las damas.
No pueden jugar entre sí.
La única rendija por donde el diálogo es posible, aparte, obviamente, de la gracia divina, es que todos los seres humanos tendremos siempre, por definición, la misma naturaleza humana.
Y como el realismo es la filosofía del sentido común (Bergson dijo que el aristotelismo era "la metafísica natural de la inteligencia humana", si Bergson no fue aristotélico es porque en cierto modo estaba contra la inteligencia) entonces la naturaleza humana, en cuanto tal, es realista.
Por eso, si en el "hombre de hoy" nos fijamos en que, a pesar de ser de hoy, es hombre, por ahí se puede dialogar, en realista.
En la práctica, esto significa lograr la conversión intelectual del hombre de hoy en tanto que es "de hoy".
Toda adaptación del lenguaje que ayude a esto en vez de cambiar la doctrina católica, es bienvenida, pero repito que el problema principal no es de lenguaje, sino de filosofía.
Mientras sigamos, por ejemplo, pensando que los grandes exponentes de la filosofía realista son del siglo XIII o de otro siglo pretérito, estaremos lejos de la solución del problema.
Una filosofía sólo pertenece a una época determinada en tanto que es errónea. El ente contingente, por ejemplo, no se tiene que fijar en el almanaque para saber si tiene que tener causa o no.
Saludos cordiales.
Totalmente de acuerdo, por eso me resulta incomprensible que un Papa cite un documento anticristiano como La Carta de la Tierra -que pretende reemplazar los diez mandamientos- en una encíclica papal.
Pero aparte como grandes dominicos, no hay uno igual a otro, la libertad interior!!!!Menciona a Toda los Santos de la Iglesia, lo mejor de ellos, no cansan con la vida de uno sólo, y aparte uno se enriquece con el tratado de Amor de Dios de San Francisco de Sales, muy mecionado, etc.
Los dones en San Ignasio etc.
[...]
Es cierto que la verdad exige e implica unas tesis filosóficas sin las cuales, o aceptando otras, la verdad deja de serlo. Y que el realismo tomista es la concreción más acabada de las mismas. Y también es cierto que el hombre actual, casi siempre sin ser consciente de ello, se rige por otras tesis que están en franca contradicción con aquellas que conducen a la verdad.
Pero el hombre no es un saco de tesis filosóficas, ni su sufrimiento puede resumirse en una serie de conceptos que, en el mejor de los casos, los describa o aun fundamente. Y también debemos reconocer que desde Santo Tomás o San Agustín hasta hoy no sólo han ocurrido una serie de cosas, sino que se ha generado un cierto conocimiento no del todo falso sobre el hombre mismo, incluso bajo tesis filosóficas erróneas.
Lo que percibo desde la Iglesia, es decir, desde los miembros de la misma, especialmente desde sus ministros, es una formación anclada en un realismo muy poco realista. Es decir, en una realidad que es tratada como si nada hubiera ocurrido en el mundo desde que Santo Tomás o San quién fuera dijera lo que dijo hace no sé cuántos siglos. La formación humana de nuestros sacerdotes es demasiado escolástica, no tanto en el sentido literal del término (orientación tomista), sino en el sentido de teórica, de escuela, de seminario, de libro. Y desde tales abstracciones se estará siempre en la verdad, sí, pero será incomunicable, inalcanzable e inentendible. Una verdad con estas características no es que deje de ser verdad, pero no cumple su función principal: ser conocida y vivida.
Un ejemplo muy cercano y cotidiano lo tenemos aquí mismo en el último post del P. Guillermo Juan Morado, sobre la tristeza. Es el típico estilo clerical de afrontar la realidad. Es correcto en fondo y forma; y es perfectamente inútil por abstracto. Y por ello, alejado de toda realidad, que no de la verdad. Es curioso que desde postulados realistas, la verdad que defendemos se aleje de la realidad de lo vivido. Y esto es un defecto no de la verdad, claro, del contenido del mensaje, sino de la actitud de los que defendiéndola, optamos por seguir un camino trazado por otros hace mucho tiempo y que, también desde hace mucho, ha dejado de servirnos. Debemos encontrar el propio camino para presentar al hombre de hoy, sí (¿a cuál si no?), lo que es perenne y siempre vigente: el mensaje evangélico y el orden moral que implica. Y para ello no es bueno hacer saltos epistemológicos de siglos para adecuar (más bien, forzar) nuestra realidad a la de hace siglos. Esto carece de sentido, y despuebla templos, confesionarios y desnaturaliza en el corazón de cada hombre los mismos sacramentos.
"(Cualquiera que te oiga decir lo de inadmisible diría que es una barbaridad lo que he dicho.)"
Es que es una barbaridad. Has juzgado indebidamente el fuero interno de otro comentarista y le has acusado personalmente sin tener la más mínima justificación para ello. No creo que haga falta explicar por qué es una barbaridad. Y peor aún que te reafirmes en ello.
"Yo de Santo Tomás pienso exactamente lo mismo que el papa Francisco."
A mi entender, no sabes lo que piensa el Papa Francisco. Dos frases dichas de forma indirecta no son lo que piensa el Papa Francisco.
"entrar en diálogo con la mejor filosofía y ciencia de su época"
Je, je. Entre Aristóteles y Santo Tomás hay bastante más distancia de tiempo que entre nosotros y Santo Tomás. En cualquier caso, desvías la cuestión. Lo que la Iglesia ha asumido de Santo Tomás no es su capacidad de entrar en diálogo. Eso es bueno (o malo, según cómo se haga) pero no constituye esos principios filosóficos fundamentales de Santo Tomás que son ya propios del catolicismo y que deben ser reconocidos por todo católico. No entiendo por qué te empeñas en no reconocer eso, que es evidente además para cualquier católico que haya estudiado filosofía. También es desviar la atención hablar de otras escuelas filosóficas, cuyas bondades no quitan nada al tomismo y que, además, son fragmentarias y no han sido capaces de crear una síntesis fundamental, que es de lo que hablamos.
No sé si se entiende lo que quiero decir. Está muy bien dialogar, encontrar lo bueno que hay en diversos pensamientos (creo recordar que Orígenes lo comparaba a las alhajas que los israelitas se llevaron de Egipto), etc. pero lo que hay de especial en las líneas fundamentales del tomismo y que forma el núcleo de la filosofía católica no es eso. Como dice Néstor, una de esas líneas fundamentales, por ejemplo, es un realismo básico, que defiende la capacidad humana de conocer el mundo como es, sin encerrarnos en nuestro propio pensamiento (como hace la mayor parte de la filosofía posterior a Descartes). Negar la importancia de ese tipo de principios es absurdo.
Sé perfectamente lo que piensa el papa porque lo ha dicho muy clarito y muy bien expresado, pese a las continuas reinterpretaciones que algunos queréis hacerle al papa. El papa ni es ambiguo, ni es confuso, ni es hereje. Otra cosa es que no os guste lo que dice, o que os cuestione muchas cosas. Y sé perfectamente lo que piensa de Santo Tomás es exactamente lo que piensan la mayoría de los católicos mejor formados intelectualmente y teológicamente. Que Santo Tomás era un genio pero que vaya telita con según que tomistas, que además no se han enterado de la misa la media, y que se dedican a repetir los razonamientos del Aquinate sin tener ni de lejos su capacidad de análisis y de síntesis y de diálogo con otros pensamientos.
En ningún momento he dicho que el contenido de la filosofía de Santo Tomás no sea fundamental para el pensamiento católico, todo lo contrario. Pero en filosofía no se ha entendido nada del contenido si no se entiende el método, que es lo esencial, y Santo Tomás se llevaría las manos a la cabeza si pudiera comprobar el método de algunos. Si ya lo suyo le parecía paja, no te digo lo de algunos “discípulos”. Como decía Julián Marías desconfía de los pensadores de un solo maestro.
Después de releer lo escrito le quiero pedir disculpas a antonio.
Yo, lo siento, ya no puedo callar, me lo impide la conciencia y la tensión arterial. Todo lo que está pasando con lo de la familia, la ecumanías que rozan, si no caen, en el falso irenismo y hasta en el indiferentismo, es una campaña de agit-prop de libro. Llevo dos años y medio de cabreo casi diario. Le doy a Francisco el beneficio de la duda si está detrás de ellas o no (ya saben, el truco de «poli bueno, poli malo»), pero en el caso favorable no se puede negar ya que sus torpezas son monumentales. Los paralelismos con los papas Zósimo y Honorio empiezan a ser muy fuertes, y éstos acabaron amonestados con toda la razón.
"Él pensamiento de Aristoteles, preservado desde el mundo árabe"
En realidad, el mundo árabe había deformado a Aristóteles: era el averroísmo, que adoptaron algunos filósofos cristianos muy dialogantes (los averroístas latinos) y que albergaba errores gravísimos. Frente a eso, Santo Tomás tomó traducciones hechas directamente del griego (es decir, en lugar de ir a lo moderno de su época fue directamente a un autor de mil quinientos años antes, justo lo que tú nos dices que no hay que hacer).
¿De verdad no te llama la atención que te atrevas a decir "sé perfectamente lo que piensa de Santo Tomás"? Yo no me atrevería a decir eso de Benedicto XVI, que habló mucho más sobre el tema y ni tan siquiera de Pío X, que le dedicó una encíclica entera. No quiero ofender, pero si alguien es reduccionista aquí pareces ser tú.
"las continuas reinterpretaciones que algunos queréis hacerle al papa. El papa ni es ambiguo, ni es confuso, ni es hereje. Otra cosa es que no os guste lo que dice, o que os cuestione muchas cosas. "
Si no te importa, las acusaciones e insinuaciones maliciosas, te las guardas. Y si tienes ganas de desahogarte, lo haces en tu casa. Te estás pasando.
"exactamente lo que piensan la mayoría de los católicos mejor formados intelectualmente y teológicamente"
Esos airecillos de superioridad te quedan bastante ridículos, la verdad. Pero a diferencia de las acusaciones, hacer el ridículo no está prohibido aquí, así que tú mismo.
"vaya telita con según que tomistas, que además no se han enterado de la misa la media, y que se dedican a repetir los razonamientos del Aquinate sin tener ni de lejos su capacidad de análisis y de síntesis y de diálogo con otros pensamientos."
Ese tipo de afirmaciones no tienen respuesta, porque son etéreas y hablas de fallos personales pero sin decir a quién te refieres en concreto. Si vas a criticar a alguien, hazlo abiertamente y déjate ya de insinuaciones, por favor.
"Pero en filosofía no se ha entendido nada del contenido si no se entiende el método, que es lo esencial"
Esto es una barbaridad. La finalidad de la filosofía es conocer (y amar) la verdad. El método es un medio y no el fin. Pensar que lo esencial es el "método" es como pensar que lo esencial de una comida son los cubiertos.
"desconfía de los pensadores de un solo maestro."
Insinuación maliciosa, que ciertamente no se aplica a ninguna de las personas con las que has hablado aquí. Y que, en realidad, nunca puede aplicarse a un católico, porque nuestro Maestro siempre es Cristo y cualquier otro maestro no es más que su discípulo. No entiendo contra quién o qué luchas, la verdad, porque te limitas a las insinuaciones. Por favor, habla con claridad.
Yo al menos no le he oído una sola palabra sobre el Aquinate. Lo cual no quiere decir que no piense algo sobre él. Simplemente no lo dice.
Sin embargo, si el Papa pensara lo mismo que Antonio1 sobre Santo Tomás, y sabemos lo que piensa Antonio1 ya que él mismo se encarga de decirlo de vez en cuando, entonces el Papa tendría un problema, porque no pensaría, ni de lejos, lo que pensaba el CVII y la totalidad de sus predecesores. Y eso, sinceramente, quedaría raro aunque no se pararía el mundo ni la Iglesia se colapsaría.
En todo caso, tampoco vamos a pedirle a Francisco un discurso filosófico y teológico de altos vuelos. Tiene otros carismas y virtudes, pero no ese. No pasa nada. El primer Papa era un simple pescador, no especialmente versado en el arte de la dialéctica.
Esto, o se cree, o no se cree. Yo lo creo. Y en cuanto puedo, lo "predico":
No os ha sobrevenido ninguna tentación que supere lo humano, y fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas; antes bien, con la tentación, os dará también el modo de poder soportarla con éxito.
1Corintios 10,13
Si se conocía a Aristóteles, si había preocupación por leer sus escritos en griego es gracias a que desde el mundo árabe se le siguió considerando ( con interpretaciones más o menos desafortunadas) un referente.
No lo digo por superioridad, es que la inmensa mayoría de los sacerdotes muy preparados y los filósofos católicos que he conocido y con los que he hablado, tienen una magnífica concepción de Santo Tomás y una pésima concepción de los tomistas, especialmente los españoles, especialmente los que adoptaron una cosmovisión filosófica, jurídica y política francamente reaccionaria y apegada al poder, llegando a la delación de los que no eran tomistas. A Julián Marías le metetieron en la cárcel y lo expulsaron por la delación de su mejor amigo, y las cátedras de filosofía las ocuparon mediocres tomistas de los que hoy nadie se acuerda.
Decir que algo es una barbaridad no es "alarmante" ni "grueso" ni tiene en sí nada que ver con meterse con alguien o no. Es un calificativo equivalente a "completamente desacertado".
"Lo otro es dogmatismo, no filosofía"
Eso es un "completo desacierto", si así te gusta más. Esa es la idea de los filósofos relativistas, para los que lo que importa es la búsqueda y no lo que se encuentra. Lo importante es la verdad. La hayas encontrado tú mismo o la hayas aprendido leyendo un libro de hace mil años. Qué duda cabe que es bueno y conveniente buscar bien la verdad, pero como uno de los medios que hay para encontrarla, no como fin en sí mismo. Ojalá haya muchos grandes pensadores, pero no es esa la vocación de la inmensa mayoría de los mortales. Nadie está llamado a reinventar la rueda, por ejemplo. La buena filosofía tiene los ojos puestos en la verdad, no en el filósofo.
"Si se conocía a Aristóteles, si había preocupación por leer sus escritos en griego es gracias a que desde el mundo árabe se le siguió considerando ( con interpretaciones más o menos desafortunadas) un referente."
¿Y qué? Repito lo que he dicho antes y que desmonta por completo la interpretación que has dado aquí (de una supuesta esencia de Santo Tomás consistente en el diálogo con lo más moderno de su tiempo): En realidad, el mundo árabe había deformado a Aristóteles: era el averroísmo, que adoptaron algunos filósofos cristianos muy dialogantes (los averroístas latinos) y que albergaba errores gravísimos. Frente a eso, Santo Tomás tomó traducciones hechas directamente del griego (es decir, en lugar de ir a lo moderno de su época fue directamente a un autor de mil quinientos años antes, justo lo que tú nos dices que no hay que hacer). Lo que hizo Santo Tomás con los averroístas latinos fue refutarlos, porque estaban equivocados. Pensar que hacer lo mismo hoy en día con quien corresponda es lo contrario de lo que hacía Santo Tomás es un despropósito.
"No lo digo por superioridad, es que la inmensa mayoría de los sacerdotes muy preparados y los filósofos católicos que he conocido y con los que he hablado, tienen una magnífica concepción de Santo Tomás y una pésima concepción de los tomistas"
Según lo que dices, conocerás muy pocos o, más probablemente, conocerás a los de un ambiente muy determinado y, aparentememte, todos cortados por el mismo patrón.
"A Julián Marías le metieron en la cárcel..."
No entiendo muy bien qué tienen que ver los padecimientos de Julián Marías en todo esto, la verdad.
"Y como ves, no insinuó nada ni va por ti lo que digo"
Es mejor que hables de temas y no de personas. Pero si vas a hablar de personas, di quienes son, en lugar de meras insinuaciones. Lo contrario es tirar la piedra y esconder la mano.
"Y la experiencia histórica del tomismo en la España del último siglo, con gloriosas excepciones, ha sido lamentable."
Eso se puede decir de cualquier época y cualquier filosofía. Los pensadores "gloriosos" son siempre la excepción. Por otra parte, como ya te he indicado varias veces y contra la pensación moderna, lo importante es acertar con la verdad y no ser un pensador original. El que sea original, San Pedro se la bendiga, pero eso no es lo importante.
Los mismo dígase de los predicadores.
Los habrá mejores y no tan bienvenidos.
Pero lo nocivo en todo ámbito es el prurito de creer que el "actualismo" es el mejor camino para llegar al hombre de hoy.
Teologías de la muerte de Dios, de la política, de la liberación, feministas, ecologistas... De todo un poco ha desfilado ante la desorientada atención de muchísimas personas, grupos, comunidades.
No menos es notoria la obstinación, con que, en ciertos grupos y países, se han reido de las orientaciones del magisterio ante innegables desviaciones (Küng, Schillebeecks, Sobrino, Boff, etc.).
Y, por desgracia, esto es lo que estamos sufriendo en vísperas de la segunda parte de un sínodo episcopal, con tema tan trascendente.
¿Cómo puede "lo actual" (emparejamiento sin más, divorcio express, aborto, Planned Parenthood, matrimonio - gay, ancha Castilla para cualquier antojo) ser "norma", para aplicar el Evangelio, que clarísimamente, sin necesidad de escolástica, personalismo, existencialismo o lo que sea, es fundamentalmente claro? ¿En qué sentido - digo - toda esa marea notoriamente mayoritaria puede ser considerada como normativa para la "adaptación del Evangelio"?
Sin mucho "tomismo" o academia, se puede percibir, que tales actitudes son el día y la noche en cuanto a lo que nos enseña Cristo.
Me pregunto que interpretará que quiso decir Jesucristo con esta respuesta. Será que no considera que son Palabras de Dios; o que Dios es una especie de ser impiadoso que manda imposibles sin auxiliarnos, por lo que hay que pasar de Él y sus Palabras. Cualquiera sea la respuesta, es evidente quien lo está inspirando a este Cardenal.
No digo que Bruno no sea claro, que lo es y mucho, sino que disfruto de tu contundencia en ciertos momentos.
Otro post tremendo como los de la serie. El problema es que da para estar leyendolos horas y releyendolos. En fin, es verano.
Lo que no voy a hacer es engañarme y juntarme con otra por mi conveniencia o debilidad. Solo me queda tratar de estar lo mas cerca posible de Dios, pero soy consciente de que he fracasado de forma irreversible. Es una percepción subjetiva que no contradice sus palabras, pero yo la siento así. Un saludo y gracias por sus escritos. Son una magnifica ayuda a gente en mi situación para no hacer el cabra y ayudarnos a buscar a Dios y no a nosotros.
Ante todo, mucho ánimo y gracias por su comentario (y testimonio). Dios sin duda pagará sobreabundantemente su fidelidad. Me ha alegrado mucho leer sus palabras.
En cuanto a su situación y su impresión subjetiva, yo diría que lo que ha fracasado es el plan para el matrimonio que ustedes tenían, pero los planes de Dios no son nuestros planes. Una pareja puede casarse pensando en envejecer juntos y quizá el plan de Dios es que el marido muera el año siguiente y la mujer sea viuda durante cincuenta años. Dios sabe lo que hace y, aunque no lo parezca, el plan de Dios siempre es incomparablemente mejor que los nuestros; es un maravilloso diseño dirigido a hacer posible nuestra santidad. Y ni siquiera nuestros pecados pueden frustrar el plan de Dios, porque él es el Señor de la historia y con el barro de nuestra debilidad puede construir un edificio aún más fuerte.
Dios no se equivocó cuando se la dio como esposa. Y eso que conocía perfectamente su debilidad y sabía que iban a fallar. Me atrevo a sugerirle que ese sacramento sigue siendo fuente de santificación para usted, si quiere. Porque su misión de dar la vida por la esposa que Dios le dio sólo termina con la muerte. Y si, por las razones que sea, no pueden o incluso no deben convivir, Dios sigue teniendo una misión para usted: rezar por ella, ofrecer sacrificios por ella. Eso siempre está a su alcance. Rece por ella todos los días. Rece a todas horas. Y luego rece un poco más. Rece para que vuelva a la Iglesia, para que sea santa, para que sea feliz, para que Dios la llene de sus bendiciones, para que sean perdonados todos sus pecados, para que sus hijos la quieran muchísimo y para que Dios la pague con bienes cualquier mal que le haya podido hacer a usted. Ofrezca a Dios por ella pequeños sacrificios, como signo de que está llamado a dar la vida por ella. Aunque no le apetezca, aunque no sienta nada, eso da igual: siga dando su vida por ella, desgastándose en la oración. Rece el rosario, la liturgia de las horas, vaya a Misa o, si en su debilidad no es capaz de nada más, dígale una y otra vez a Dios "Tú me la diste, cuida de ella".
Quizá el fracaso humano de su convivencia sea la forma que Dios tiene de que usted se dedique a rezar de verdad por ella, porque eso es precisamente lo que ella necesita para convertirse y a la vez el único camino para que usted pueda ser santo. Hasta de nuestros pecados, Dios saca bien. El que hizo el mundo entero de la nada puede transformar en bendición incluso el sufrimiento que causan nuestros pecados.
No ceda a la desesperanza. El único verdadero fracaso de la vida es no ser santo. Y a usted Dios no le llama a ser simplemente bueno, a no pecar gravemente. Le llama a mucho más: a ser santo, a ser otro Cristo. Ya sé que parece imposible. Y lo parece porque lo es. Pero lo que es imposible para usted (y para mí) es posible para Dios. Aproveche ese instrumento de santificación que Dios le dio el día de su matrimonio, dé su vida por su esposa de la manera especial que hoy le pide Dios y verá que su cruz se transforma en cruz gloriosa, como la de Cristo, haciéndose fuente de salvación para usted, para su familia y para el mundo entero.
Dios no se ha equivocado. Pida ojos de fe para ver su vida como la ve el mismo Dios y le garantizo que el corazón le estallará de tanto gozo. Nuestra Señora le ayudará, enseñándole a meditar todo lo que sucede en su corazón y a verlo a la luz de Dios.
Ánimo. Dios le quiere muchísimo. Cuente con mis oraciones.
"Lo demás es idolatría, culto al pasado. Tan mundano puede ser el absolutismo real, el legimismo dinástico o el fascismo como el neoliberalismo o el colectivismo".
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No se que puede tener que ver esto con el asunto que se trata. Tampoco entiendo a que viene mezclar algo como el legitimismo dinástico con el colectivismo, el neoliberalismo o el fascismo. El asunto de las diferentes concepciones políticas es complejo y para su observación, en sus diferentes niveles, ha de atenderse a razones como el devenir de los hechos históricos o cuestiones filosóficas varias, como el de la legitimidad del ejercicio del poder. Nuestro propio Señor le recordó a Poncio Pilatos que su poder le había sido otorgado desde arriba. De hecho la Iglesia, sabiamente, no se ha decantado nunca por un modelo en concreto, y sabiamente deduce los principios irrenunciables en los que éste debe de basarse.
Puede parecer que son ganas de crear confusión, y puede dar a entender que cuando uno se dedica continuamente a acusar a los demás de usar el catolicismo para hacer propaganda de adscripciones particulares de algún modelo, lo que en realidad está urdiendo es la forma de proponer el suyo como el único bueno.
Además, incluso dentro de la Iglesia se puede ser muy mundano como se ve, no solo en algunos episodios del pasado, sino en el presente actual y en diálogo con el siglo.
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Antonio 1
"Pero ya es entrar en analizarlos a unos y a otros, yo encuentro muchas cosas en el personalismo que no me las aporta Santo Tomás, aunque no discuto su inconmensurable obra tan fructífera en muchísimos aspectos incluso hoy en día. La tesis del luego papa y santo Juan Pablo II versaba sobre el personalismo".
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Esto son generalidades. Aquí, entiendo, que se trata de otra cosa. Se está hablando de lo concreto. La cuestión, ya que pones el ejemplo, es si el personalismo niega la instauración de los sacramentos por el propio Jesucristo y la inexorabilidad de su sustancia. Dicho de otro modo, es un ejemplo, si la persona se somete a la relaeza del sacramento o si el sacramento ha de adaptarse a la persona según la contingencia. O si, para el personalismo, la persona puede ser o no fiel a las realidades mundanas que implican la impartición sacramental. O si, deduciéndose de ésto, la sustancia del pecado hay que entenderla en un diálogo con el suceso sensible contingente de la persona o si es sustancia pura mas allá de la percepción que se tenga de él.
Esas son las cuestiones sobre las que te tienes que pronunciar. Caer en generalidades lo único que hace es crear confusión.
"La diferencia entre la verdad revelada y el "hombre de hoy" es una diferencia en última instancia filosófica. La verdad revelada exige ciertas tesis filosóficas que contradicen la filosofía más habitual en nuestro tiempo . . ."
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A mi me queda perfectamente claro. Si me lo permite, yo solo haría una observación respecto a ésto:
"Toda adaptación del lenguaje que ayude a esto en vez de cambiar la doctrina católica, es bienvenida, pero repito que el problema principal no es de lenguaje, sino de filosofía."
Y es que qué manía ha cojido la gente con lo de cambiar el lenguaje. LA verdad es que el lenguaje ha cambiado y a peor. A base de cambiar el lenguaje es como los totalitarios han querido y quieren cambiar la realidad. A base de cambiar el lenguaje la doctrina se vuelve imprecisa y hasta se destruye la liturgia. De hecho, para mi, la del lenguaje es una de las batallas mas importantes. Además, como si la gente fuera tonta, como si los misioneros no hubiesen modulado el mensaje desde siempre cuando iban a predicar a los paganos de cualquier continente. O como si lo que podían entender perfectamente en la época de mis abuelos, en la que apenas se sabía leer, no se pudiese entender hoy en día, o como si la Iglesia tuviese que adaptar terminológía técnica y ponerse a explicar medicina y astronaútica, o como si cuando se estrena en el cine la trilogía del Señor de los anillos no se hubiesen llenado las salas.
Qué manía con el lenguaje, cuando lo que de verdad sucede es que algunos no quieren oir determinadas cosas.
"Qué manía con el lenguaje, cuando lo que de verdad sucede es que algunos no quieren oir determinadas cosas"
Buen comentario. Si no le importa, lo utilizaré en uno de los próximos posts.
"Una filosofía sólo pertenece a una época determinada en tanto que es errónea. El ente contingente, por ejemplo, no se tiene que fijar en el almanaque para saber si tiene que tener causa o no."
Muy sugerente. Tengo que pensar sobre ello.
"Qué manía con el lenguaje, cuando lo que de verdad sucede es que algunos no quieren oir determinadas cosas"
Yo que ni soy filósofo ni teólogo, después de 30 años alejado de la Iglesia y tras algún tiempo de vuelta a Casa, empecé a leer hace unos días el Catecismo Mayor de San Pío X . Con todos los cambios de lenguaje de los últimos cien años, lo he encontrado muy muy clarito.
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-"Muchos serán los llamados y pocos los escogidos.-
Con respecto a los que esperan y hasta el final esperarán sin desfallecer aquí estás todo dicho.
El dilema está en saber porqué unos sí y otros no esperaron o no esperaron.
La solución: Hay que esperar, de este nuestra muerte, hasta el resucitar.
Mientras esperaremos a ver cuándo y cómo al profeta Elías, el que aparece en el Evangelio sí, (Mc. 9,12-13; Mt. 17, 11-13), con la autoridad que Dios le ha concedido, le permite darse a conocer.
Yo espero en la seguridad de que lo que digo no lo digo por lo que otros me hayan dicho sino por lo que yo he visto, y veo.
Y ciertamente no miro atrás, pues, para mi lo posado pasado está. Y lo que me interesa, día a día, es el presente de cada día.
Y esto no quita para que uno de los sacerdotes más cultos, inteligentes, preparados y geniales que he conocido ( y fiel a más no poder con la doctrina de la Iglesia,) que suscribiría punto por punto lo que acabo de decir señalaba que todavía hay temas esenciales en los que no se ha superado a Santo Tomás.
Traigo aquí las palabras del papa, que son muy caritas y expresan muy bien su pensamiento ( y el mío):"El hombre va a la búsqueda de sí mismo, y es natural que en esta búsqueda pueda cometer errores. La Iglesia ha vivido tiempos de genialidad, como por ejemplo el del tomismo. Pero también vive tiempos de decadencia del pensamiento. Por ejemplo: no debemos confundir la genialidad del tomismo con el tomismo decadente. Yo, desgraciadamente, estudié la filosofía en manuales de tomismo decadente. En su pensamiento sobre el hombre la Iglesia debería tender a la genialidad, no a la decadencia”.
Espero que no le haya molestado mi atrevimiento. No es más que una sugerencia, por si le ayuda en algo.
En cualquier caso, repito que le agradezco mucho su comentario, que personalmente me ha ayudado.
Un saludo.
Como ya sabe perfectamente, no puede abusar de este blog para animar a otros a pecar. Y menos aún envolviéndolo en palabras piadosas. Para eso, cree su propio blog. Sugiero un título como Tentaciones.pf. Seguro que no le faltarían lectores.
¿Cómo hay que decir "perro" para que lo entienda el hombre de hoy? Así: "perro".
Pero eso es separado de la vida, porque el hombre de hoy no quiere perros, quiere gatos. Si decimos "gato", todo el mundo entiende. ¿Así que hay que decir "gato"? No.
Sin duda, la tesis tomista central que dice que la esencia en los entes finitos es realmente distinta del acto de ser y no se distingue de él con una mera distinción de razón, como dicen por ejemplo los suarecianos, parece muy "separada de la vida".
¿Será más cercano a la vida decir que en los entes finitos la esencia se distingue del acto de ser con una distinción solamente de razón? No veo porqué.
Capaz que lo que es más cercano a la vida es no hablar del tema y sí de cómo Julián Marías o algún otro estuvo preso por ir en contra del Mal Subsistente, es decir, Franco.
Pero eso es cambiar la filosofía y la teología por la política, o más precisamente, por la ideología.
O capaz que en vez de ·"esencia" y otros términos semejantes habría que buscar alguno con más "gancho", por ejemplo, "cosa que me hace sentir mariposillas en el estómago" o algo así. (No sé si la esencia le produce a alguien ese efecto, pero bueno).
Los conservadores y reaccionarios creemos que para poder hablar de Santo Tomás es necesario haberlo estudiado, y no solamente repetir los eslóganes cansinos e infinitamente recurrentes que tienen como trasfondo metafísico la guerra civil española.
Pero el hecho es que hay una solución fácil y al alcance de la mano: decir cuál es la tesis de Santo Tomás o de los tomistas que es falsa y que debe ser cambiada, por tanto, por su contradictoria.
Y probar esa contradictoria, obviamente.
Ahí recién ingresamos en el mundo peligroso e incierto del pensamiento.
Lo otro es justamente repetir mantras como papagayos (generalidades, dice con acierto Cos) acerca de una entidad misteriosa llamada "Santo Tomás" que seguramente no ha de ser muy progresista, porque después de todo es del siglo XIII y embroma mucho con eso de la verdad, y además le gustaba mucho a los partidarios del Mal Subsistente.
Ahora, si una tesis es abstracta y separada de la vida, lo más probable es que su contradictoria también lo sea, porque como dice el abstracto y avital Aristóteles, los contrarios son del mismo género: tanto el frío como el calor tienen que ver con la temperatura.
Y si no se contradice ninguna tesis del tomismo, no se posee una filosofía distinta de la tomista, sino solamente ganas de charlar y marear la perdiz.
Pero claro, una tesis. Ya aquí va a haber problemas, porque alguno va a creer que una tesis es decir que hay que actualizar el lenguaje tomista, o que el horizonte de Santo Tomás era distinto del nuestro, o cosas así.
No, eso no es una tesis, eso no es hacer filosofía, eso es hablar de la filosofía como quien habla del clima, así cualquiera, es fácil y no sirve para nada que no sea hacer perder el tiempo.
Aunque se les pida a estas personas que formulen la contradictoria de alguna tesis tomista y la prueben, es de temer que tampoco lo hagan, y sigan hablando de gente que fue a la cárcel.
Siguen repitiendo eso de la "repetición", y llegan al punto de llamar "repetición" al hecho de entender un razonamiento, estar de acuerdo con él, poder formularlo y poder defenderlo. Eso que curiosamente nunca les vemos hacer. ¿Será por eso que creen que es "repetir"?
Todo se resume en aquella frase de Chesterton: "Eso que los que no pueden hacerlo llaman "teorías", y los que pueden hacerlo, "pensamiento"."
Saludos cordiales.
"No soy relativista, Bruno"
Yo no he dicho que lo seas. Pero que toda nuestra época está profundamente influida por el relativismo es evidente, y que tú sufres esa influencia mucho por falta de base filosófica, creo que también está claro para cualquiera que lea tus comentarios. Esto no son ganas de ofender. Como digo, todos estamos influidos por el relativismo. Yo noto en mí esa influencia constantemente y tengo que luchar contra ella. Es sólo que a ti te faltan las herramientas para darte cuenta de ello. Pero no pasa nada, porque es enfermedad que tiene cura.
"La filosofía tiene como objeto la búsqueda de la verdad ... otra que cualquier filósofo se crea en poseseión de la verdad en sus razonamientos o visión."
¿Ves? Esta frase es la típica que muestra la influencia del relativismo. La verdad no se posee (pretensión que la frase atribuye siempre maliciosamente al contrario), pero sí se encuentra. Y cuando se encuentra, no hay que abandonarla para seguir buscando otra, lo que hay que hacer es conservarla y profundizar en la verdad que ya se ha encontrado. Repito: el fin de la filosofía es conocer y amar la verdad, no buscarla. Que el fin de la filosofía se reduce a buscar la verdad es un presupuesto relativista. Por el momento histórico en que nos encontramos, nos suena bien, pero es falso. La verdad se busca, se disfruta, se defiende, se pone en práctica o se profundiza en ella, según los casos. Buscarla sólo es uno de los elementos de la ecuación. Si no podemos encontrar una verdad cierta que haya que conservar, entonces no sirve de nada buscar.
Aconsejo leer el "Contra Académicos" de San Agustín, en el que surge este mismo tema.
"señalaba que todavía hay temas esenciales en los que no se ha superado a Santo Tomás"
Esa frase es tan relativista, presuntuosa y cronolátrica que me cuesta muchísimo creer que la haya dicho alguien culto, inteligente, preparado y genial. Supongo que estará muy simplificada. El "todavía" es especialmente sangrante. Y el "(algunos) temas" implícito también. Bueno, y el "superado". En fin, todo. Espero que no la vea Luis, porque si la ve será ocasión próxima de pecado para él. :)
La verdad no se "supera".
"Traigo aquí las palabras del papa, que son muy caritas y expresan muy bien su pensamiento"
Antonio, decir que el pensamiento del Papa sobre el tomismo se reduce a una frase es francamente ofensivo. Y eso que el Papa no es, ni él pretende ser, un gran teólogo y menos un gran filósofo. Ha habido muy pocos papas que lo fueran. Pero de todos (los posteriores a Santo Tomás, claro) sería un terrible reduccionismo decir que su pensamiento sobre el tomismo se reduce a una frase.
Además, yo diría que esa frase no dice lo que pareces sugerir que dice. No dice que Santo Tomás fue genial y los tomistas sean una decadencia. Quiere decir que, en ocho siglos, ha habido tomismos decadentes y tomismos magníficos. Pues claro. Nada humano se mantiene largo tiempo en niveles de "genialidad", gracias a Dios. Eso es un lugar común y se puede decir de absolutamente todo, de modo que añade poco a cualquier discusión. Desde luego, no dice que lo que hay que conservar de Santo Tomás sea meramente una hipotética "actitud".
Por otra parte, hasta donde puedo ver, incluso el tomismo más decadente (es decir, lo bueno enseñado de forma meramente repetitiva) es preferible a la falta de filosofía o a los fragmentos de pensamiento con los que suele sustituirse. Basta ver la completa falta de lógica que muestran los autores criticados en los artículos de la serie sobre el Sínodo. Si eso no es decadencia, no sé lo que es.
No te tomes todo esto como un ataque. No tengo ninguna animadversión contra ti, ni quiero "ganar" una discusión ni nada por el estilo. Pero como eres inteligente, cuando veo errores en tu pensamiento los señalo, por si te sirve de algo (y, ya que estamos en mi blog, para que otros no caigan en los mismos errores). En otra persona, probablemente los dejaría pasar más a menudo, pero creo que te mereces una crítica que te ayude a "buscar la verdad" donde tu formación tiene carencias y a argumentar de forma más rigurosa. Espero que tú hagas lo mismo por mí.
No soy relativista, Bruno. Entre el relativismo y el dogmatismo científico hay un universo
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¿Y qué eres Antonio?
Porque si no eres relativista es que eres absolutista:
Dicho sea de los que buscan o están en lo absoluto; sea: de los que están en aquello de lo que no pasa; O lo que en la definición de su infinita dimensión de su ser y poblar, como principio, medio y fin solo lo puede medir y definir el que es el absoluto, sea: Dios
Y añades: Entre el relativismo y el dogmatismo científico hay un universo.
Menudo lío: de donde sacas que la ciencia tenga carácter dogmático. Dicho sea de que ésta sea la verdad sin fallo otro de que no se la pueda refutar.
En definitiva que sí Antonio; que tú también como yo eres relativo y relativista sin poder ser otra cosa desde que Adán y Eva pecaron allá en aquel Paraíso Terrenal.
Claro que contra el relativismo y la desesperación de no poder salvarme por mis propios medios, me anima aquello de que: -lo que para el hombre es imposible, no lo es para Dios. Para Dios todo es posible;
-Y para Dios sí que es posible el despellejarme de esa vieja vestidura que llamamos oscuridad y muerte, la que tanto interna y externamente me sofoca y me hace pecar. Para sí sacándome de este mundanal relativismo introducirme en el absolutismo de su morada.
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»
Cuando nos preocupamos en "pasarla bien" en vez de "pasar haciendo el bien", las cosas se van de picada hacia abajo, a los abismos del pecado, la mediocridad, el aburrimiento.
No me ha hecho gracia su chiste, si es que pretendía tenerla. Tampoco sé muy bien, ni me intriga demasiado, si será una falta de caridad, venial espero. Se ha reído de mí (y ha hecho reír), no importa. En cualquier caso, agradezco su sugerencia, no crea que me faltan ganas de montarme mi propia cosa de éstas donde poder despacharme a gusto. Lo que no hay es tiempo ni, gracias a Dios, necesidad profesional.
De momento, despacharme a gusto, ya sé dónde me dejan, Dios se lo premie (y no me escondo, allí estoy con mi nombre e iniciales). Y el que sabe y quiere, pues me contesta como es su deber. A Infocatólica simplemente entro a opinar como todos, a aprender ¡y mucho! (lo digo en serio, se aprende... y se selecciona, que es la manera correcta de aprender a aprender), y en fin, a tener un rato de libre interacción con los que me empeño en tener por hermanos en la fe, sin que sea mutuo ni falta que hace.
Pero hombre, "tentaciones.pf" suena a friki hasta para vd., cómo se le ocurre, hombre de Dios.
Sólo era un comentario para que supiera por qué le había borrado. Aunque creo que lo sabía perfectamente.
"suena a friki hasta para vd"
Cuando enseñé a mi mujer el primer libro que escribí, Carmina Catholica, su comentario fue: con un título tan friki no lo va a leer prácticamente nadie. Y tenía razón.
Por una vez diré que el bloguero ha tenido razón.
A veces me paso y entiendo que las cicatrices propias no deben de ser altura de miras para menospreciar el dolor de las heridas ajenas.
" Pepon peponez de la peponera": Por si leíste mi cometario : Disculpa, no eres un hipócrita. Ni menos has fracasado tu matrimonio. Y comprendo tu tribulación cuando dices:
"Solo me queda tratar de estar lo mas cerca posible de Dios, pero soy consciente de que he fracasado de forma irreversible".
Sin saber porqué ni para qué; ver y comprobar que tanto Dios como el mundo a uno le pueden fallar en asuntos tan comprometidos y arriesgados como es el matrimonio. Es como tragarse su propio veneno de la frustración universal.
Los caminos del Señor son inescrutables. Y no siempre las columnas el templo mejor adornadas y más admiradas son las más solidas y mejor construidas.
Hasta que ves que la mujer, si bien es por Dios requeridas para ciertos asuntos; Otras veces, para otros asuntos, ya no lo es tanto. Y aquí el esperar y no desesperar por el tiempo a venir.
Dicen y yo así lo veo que Cristo, así de injusto y por Dios querido, se tragó hasta la última gota el amargo cáliz de traición universal. Y aquí para que no faltara, Incluso, el de la traición de la mujer.
-¡Cierto Señor! - Sí, pero no. No hubo lugar; no pudo haber lugar. Tú lo sabes. En tu cáliz no pudo ser vertido el amargo dolor de la traición de la mujer.
-¿No? - Ahí tienes a la Magdalena. ¿O acaso amaste tú con una mor más digno que el mío?
-¡Cierto Señor! Que yo nunca pude amar con un amor más digno que el tuyo.
Y me dejó ver cómo María, la hermana de Marta por un amor que ella no podía acaparar, así despechada; fue la mujer pecadora y después la perdonada.
Echo tanto de menos que nuestros pastores, incluso los que se mantienen fieles a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santa Madre Iglesia, den una palabra de aliento a los que procuramos abrazar nuestra cruz del abandono! Parece que sólo hay que acompañar y acoger a los que viven en adulterio (y me parece bien acogerles pero tambien corregirles con amor).
Sus palabras serán un faro para seguir mi camino, incluso para pedir por mi mujer y madre de mis hijos. Que Dios le bendiga Bruno y a todos los responsables de infocatolica.
¡Cuidado con la desesperanza! Su tristón comentario es preocupante. ¿Cómo es usted tan negativo, todo lo ve mal? ¿de verdad cree que el alejamiento de los templos y de los confesionarios se debe a que los ministros utilizan un estilo que A USTED no le gusta?
Como ya saben muchos pir aquí, ese estilo que a usted le parece tan "perfectamente inútil", en mi caso ha sido todo lo contrario. Y como seguramente ni usted ni yo tenemos estadísticas de alejamientos o acercamientos a la verdad causados por distintos estilos de comunicar, haría usted bien en revisar, antes que presuntos errores clericales, los propios. Por ejemplo esa desesperanza.
Me puedes tutear, soy Eduardo, "el arquiatra" de la antigua Puerta de Damasco. Apenas comento ya en InfoCatólica. Firmo aquí con el nick "doiraje", como lo hacía en blogs de temática laica.
No se trata sólo de estilo y sólo de mí, por desgracia. Si así fuera, no habría mayor gravedad en el asunto. Pero lo que llamas estilo se trata de comprensión o, si quieres, de conocimiento; y nos afecta a muchos, no sólo a gente rarita o "triste". Las caricaturas están de más, Yolanda.
Y precisamente porque reviso mis propios errores, distingo bastante bien los ajenos. Es literalmente mi especialidad, como sabes.
Un beso.
Por otra parte, que muchas entradas de D. Guillermo son y siguen siendo excelentes, lo sabemos todos aquí.
No hago el bien que deseo y si el mal que no deseo!!!Estamos Divididos, en nuestro interior, y si mirö a una mujer, en ciertos medios ,aún en la Iglesia(LO PEOR), siempre soy converso!!!Voy a ver al minón!!!!!y caigo con todo, y hasta el pesame, en lo que le digo a Cristo a Travéz, del Sacerdote, evitar las ocasiones próximas de pecado!!!!!!Es una burrada más, como no voy a caer, y en los medios buenistas, de un lado y el otro, se puede hacer de todo ir a una playa!!
Estoy hablando de Católicos que se quirén ir al Cielo!!con FE de la Iglesia,teoricamente!!!!!Como no voy a cosentir con la mirada, hay que ser un hibrido!!Siempre recuerdo la explicación que has dado ,todo un post sobre esa pallabra, es aconsejable que lo leamos todos, como leer las Virtudes Fundamentales en el Libro de Pieper, para esclarecer la Razón, estamos descerebrados, y pienso en creyentes, como, va estar el MUNDO, enemigo de Dios, Es CIERTO!!!!!Dan la Batalla como perdida, hay que ceder a la SECULARIZACION, la peor de las Secularizaciones es la de la Iglesia, estamos en el mundo pero no somos del mundo!!!!!Mireille, tener consciencia de persecución ya de bautizados!!!!!!!!!El Cardenal Sarah, a Occidente hay que evangelizarlo empezando por la Iglesia!!!!!Esto lo afirmó Yo!!El mismo dice que los movimientos populares, que ir a Roma, y no convertirse!!!!no tiene sentido y es totalmente cierto!!!.Conversión según Benedicto XVI, ir cambiando la Forma de pensar, si me convierto veo la realidad que no existe , y empiezo a ver la Realidad que existe según Dios!!!!.Si no hay conversión!!!!Donde estamos?????
Que Dios te bendiga, muchas gracias y seguimos sumisos,Ja!!!Ja!!!y/o Je!!!Je!!!!Según Alonso!!!!!
No defendía al páter. Ciertamente no le hace ninguna falta. Sólo le afeaba dos cosas a "doraije":
1) Señalar con el dedo a una persona, cuando bastaba la generalización que ya había hecho
2) Elevar su percepción particular a la categoría de general
No caricaturizaba.
”Es verdad que, por ejemplo, el adulterio es el adulterio ya sea en el siglo V o en el XXI, pero no podemos dirigirnos al hombre de hoy como al de hace 1500 años por razones obvias, aunque ambos pequen de lo mismo. Y este conocimiento del hombre de hoy falta en la Iglesia. Es más, es una clamorosa ausencia.”
Pues a mí no me resulta tan obvio… es más, quizás sea eso lo que debemos hacer, decir las cosas como son. El hombre es hoy como ha sido siempre, y su conducta siempre refleja el conflicto entre la fuerza de su deseo y la de su miedo, una lucha superada y resuelta en algunos casos por una voluntad que persigue una vocación, un ideal que da sentido a la vida, como puede ser el Cristianismo.
Lo demás son sólo diferencias que nacen de las distintas condiciones de vida, de las distintas necesidades que debemos cubrir para sobrevivir una vida lo más feliz posible.
Y esas condiciones de vida posibilitan más o menos la esperanza que ayuda a consolidar la fe. Y siempre ha sido así, los cristianos de Occidente, hoy, al igual que el rico Epulón, no necesitamos la esperanza de una vida eterna en el Paraíso, porque ya tenemos nuestro Paraíso en la Tierra. Los cristianos perseguidos de Irak, hoy, tan de hoy como nosotros, mantienen su fe en la esperanza de una vida eternamente feliz, donde su sufrimiento, dolor y persecución terminen para siempre, como le ocurrió al pobre Lázaro, que fue al seno de Abraham después de una vida miserable.
De modo que hay que aceptar que, en el areópago de la Atenas de hoy, al igual que la de San Pablo, muchos ignoren o ridiculicen las verdades cristianas, y no porque no lo sean, sino porque no las necesitan.
Ya sabemos de la dificultad que un rico entre en el Reino de los Cielos…
Me dice "doiraje" que te insista que no quería personalizar en nadie, ni que pretendía ser un ataque a D. Guillermo. Dices que no era necesario ejemplificar, y sin embargo, aún así, consideras que lo expuesto no es más que una experiencia personal. ¿Algo un poco contradictorio, no? Sigo creyendo que aquel post estaba muy por debajo de los que suele publicar el páter, cosa (ésta sí) que no tiene mayor importancia. Y además intuyo que lo escribió con la mejor de las intenciones.
# Winston Smith:
Hola, Winston. ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo te va?
Bueno, no seré yo quien ponga en cuestión tus certidumbres. Me parece envidiable que veas las cosas con semejante transparencia. Entiendo que en lo esencial, el hombre es el mismo ayer, hoy y siempre. Por esto nos emocionamos leyendo a Shakespeare o a Homero, o consideramos eternamente vigentes las Palabras de Cristo. Pero más allá de lo esencial, de la naturaleza humana que todos compartimos, todo ha cambiado mucho. Muchísimo. Hasta el punto de que ya no podemos hablarle al hombre de hoy como lo hacíamos antes, en el siglo II, en el V, en el XII, en el XVI, en el XIX e incluso como se hablaba en España hace cincuenta o sesenta años. Ya no podemos dirigirnos así a ellos. Y si los hablamos así, simplemente se alejarán sin entender nada de lo que les proponemos.
Ciertamente, aun siendo joven, no eres un hombre de este siglo. O quizá creas que no lo eres.
Durante tres años, los estudios en las Universidades habían quedado suspendidos. Para recuperar el tiempo perdido, los aprobados estaban siendo generosos. Pero hoy un joven iba a ver muy de cerca que en las guerras pierden todos. ¿Por qué la suya iba a ser diferente?
La mañana en que empieza nuestra historia, en el Salón de Actos de la Complutense, cinco hombres aguardaban para examinar las tesis doctorales.
- ¿Quién es el siguiente?
- Julián Marías.
El estudiante comenzó la defensa de la tesis, mientras los miembros del Tribunal parecían muy interesados en su exposición. A su término, el bedel ordenó dejar libre el salón para la deliberación.
- ¿Cuál es su pasado?
- Un excelente expediente académico.
- No. Su pasado político.
- Pacifista. Es decir, un rojo. Por supuesto, está suspendido.
- Además, no menciona la Escolástica. Es seguidor de Ortega y Gasset.
- En esta Facultad, hay que ser escolástico.
El hombre más pequeño, que estaba sentado en el centro, haciendo las veces de presidente, musitó:
- La Escolástica puso buenos andamios, pero no terminó la casa. El concepto de persona, por ejemplo. Boecio, Ricardo de San Víctor o Duns Escoto... no pudieron solucionar algunas cuestiones ... No alcanzan a responder ¿por qué una persona se sabe diferente a otra? o ¿por qué se relacionan entre sí las personas?
El más joven coincidió:
- Además, los propios comentaristas de Santo Tomás reconocieron no haber alcanzado esas respuestas. Se necesita una visión dinámica.
- Es igual la Escolástica o la que sea. Pero esta nación está necesitada de doctrina única – el secretario concluyó.
El bedel dio permiso para entrar. El secretario tomó la iniciativa, diciendo "NO APTO". Con voz más baja, continuó "por acuerdo unánime" y miró de reojo al presidente. Este examinaba mientras tanto el ciclostil que les habían facilitado, en el que había intercalado documentos propios para adelantar trabajo.
Entre el público, una joven, se secaba la nariz y los ojos, con el puño desabrochado de la camisa, como el niño que reprime ante sus hermanitos el sollozo. Recompuesta, se acercó al estudiante y le dijo:
- Julián, saldremos de España.
olvida la índole profunda de la historia. Por otra parte, la filosofía no puede prescindir del punto de vista de la verdad. Τήν φιλοσοφίαν επιστήμην τής αλήθεια, escribía Aristóteles —. Se trata de saber qué es verdad, saber a qué atenerse respecto a la realidad de las cosas, no de deleitarse en opiniones. La filosofía aspira a saber, en el más pleno sentido del vocablo. Pero esta exigencia no implica lo que Dilthey llamaba el «absolutismo del intelecto» que el pensamiento, que es capaz de conocer efectivamente la realidad, no la agota nunca. Esta rebosa siempre todo saber acerca de ella, precisamente por que es real, y lo de los ingredientes de la realidad es la perspectiva. La visión verdadera ve lo que las cosas son, pero no todo lo que son, sino solo lo que se ve desde cierta perspectiva determinada; y, naturalmente, no cabe visión desde ninguna perspectiva. En rigor, la expresión «visión verdadera» es redundante: toda visión es verdadera; lo que no siempre verdad es la «construcción» intelectual que a veces agrego a mi visión o por la cual suplo la ausencia de esta última; y también se convierte en falsa la auténtica visión cuando la desligo de su perspectiva, cuando la tomo como una visión exhaustiva y única de la realidad y no como lo que es: una visión tan parcial como verdadera. Al absolutizar mi visión, al identificarla sin más con la realidad, la falseo, y la parcial verdad lograda se convierte en falsedad, en la medida en que elimina otras verdades distintas y compatibles: las descubiertas desde las diferentes perspectivas posibles. Todo absolutismo del intelecto pretende, más o menos a sabiendas, usurpar el «punto de vista» de Dios, y esta pretensión no ha sido privativa del hegelianismo.
Julián Marías.
Éste debe de tener también importantes lagunas en subformación filosófica, como es evidente para todo el que lo lea.
Cuando dice "no todo lo que son", da pie, por lo menos, para confundir "verdad absoluta" con "verdad total", que es otra cosa. Ninguna verdad humana es total, toda verdad humana es absoluta.
Ninguna verdad humana agota el objeto que se está conociendo, porque nunca la totalidad de lo que la cosa es, está en nuestro conocimiento. Toda verdad humana es independiente, en su validez como verdad, del sujeto que la conoce, porque en la proposición verdadera todo lo que afirmamos está en la cosa, independientemente de nosotros.
Esa postura ambigua entre el realismo y el relativismo ha sido característica de Ortega, y por lo visto en este texto, no ha dejado de estar de algún modo presente en Marías.
Cuánta razón tenía entonces el R. P. Santiago Ramírez O.P. en polemizar con ambos !!
Claro, es una pena que esta conclusión nos lleve a estar en alguna cercanía al menos remota con los partidarios del Mal Subsistente, que se dedicaban a arruinar los exámenes de los jóvenes católicos idealistas que no habían tenido problemas en asociarse con los asesinos de monjas, curas, laicos y Obispos, que todo hay que decirlo.
Son las cosas de la vida.
Saludos cordiales.
Muy a mi pesar, constato que en el comportamiento humano existe un determinismo cultural: Todo lo que la tecnología permita hacer, se hace cuando a alguien le conviene y se incorpora a la cultura cuando esa conveniencia se generaliza, modificando la moral colectiva: anticoncepción, aborto, ... en procesos cada vez más cortos en el tiempo: Una misma generación. Es a esto a lo que me refería cuando decía que, en general, son los cambios en las condiciones de vida los que marcan los cambios morales en la mayoría de la gente... y no al revés, que la moral sea la que altere, condicione o limite las condiciones de la vida.
Por otro lado, se hace necesaria la calificación moral de las nuevas posibilidades y actos humanos, como los anticonceptivos, la FIV, la clonación...
Lo primero puede resultar en una integración cultural que termine haciendo de la Iglesia una más de las actividades o manifestaciones del folklore, los espectáculos o la restauración…
Lo segundo abre las puertas a las catacumbas y la persecución de un movimiento contracultural…
San Agustín hablaba del conflicto entre dos ciudades que viven entremezcladas: la Ciudad de Dios, peregrina en la Tierra, y la Ciudad terrena, que se ofrece como fin en sí misma.
Sólo la percepción de lo efímero, contingente y provisional de toda obra humana nos obliga a volver los ojos a la Ciudad de Dios, pero eso... ahora no toca.
Saludos.
Saludos.
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Ah, entonces es que se te escapó poner un nombre y dos apellidos.
:)
Venga, no demos vueltas a eso, no hay caso.
un abrazo
Y otro a ti, Winston.
Me alegro de veros, un brindis por los viejos buenos tiempos y porlos nuevos.
Hace ya unos siglos, a Tomás Moro le costó la cabeza declarar inmoral el divorcio y nueva unión de su rey Enrique VIII, aceptado como "irreversible" por la naciente Iglesia anglicana... Hoy, para muchos, esa muerte, más que un testimonio, será considerada un puro ejercicio del fariseísmo que pretende juzgar a los demás...
Y todavía muchos siglos antes le pasó lo mismo a Juan, el Bautista, a quien no se le ocurrió otra cosa que decirle al rey que no era lícita su unión con Herodías, la mujer de su hermano... y la cabeza, a la bandeja...
Siempre ha habido quien ha querido que la Iglesia diga cosas diferentes a las que dice... y supongo que seguirá siendo así...
De todos modos, tengo la idea de que nos ha tocado vivir la época dorada de la tecnología... Hemos dejado por detrás la vida trabajosa, las incomodidades, muchas inseguridades, tremendas limitaciones... y no conoceremos, por delante, la sumisión alienante al Gran Hermano, la pérdida de la libertad, y la despersonalización del ser humano, robotizado, aislado y perdido en la dependencia del Engendro de Bienestar.
Saludos.
Saludos.
Yolanda, bueno, lo que llamas personalizar yo lo llamo poner un ejemplo. Y poner un ejemplo no es "escapárseme" nada. Pero como bien dices, no hay caso. A ver si es verdad que dejamos de darle vueltas a esta banalidad.
Bueno, ya no voy a contestaros más, que no me siento a gusto en este portal ni en este blog.
Saludos a ambos. Os deseo lo mejor.
"Quiero decir que mi inquietud ante los escritos del P. Ramírez no viene de que yo sea discipulo de Ortega, amigo suyo, admirador y continuador de su filosofía, sino de que me parecen peligrosos desde el punto de vista de la religón, aptos para introducir la desorientación en muchas mentes, de dudosa ejemplaridad» (MARÍAS, 1958d, 147).
En efecto, el análisis descriptivo de los atributos fundamentales de la vida en Ortega, inspirado en la ontología fundamental de Heidegger, no es una metafísica general, ni siquiera una ontología fundamental: es decir, no pretende darnos una idea del ente, ni preparar la pregunta por el “ser”, sino clarificar el modo de ser de la vida individual e histórica, que necesita clarificar el misterio del universo, para orientarse vitalmente. Esto no implica reducir el nuevo radicalismo de Ortega a la concepción situacionista y nihilista de la existencia, propia de la literatura existencialista francesa de la nausea y el sinsentido, respecto de la cual, el filósofo madrileño tomo explícita distancia.
Ortega nunca disparató, pretendiendo que el ser es la vida, o que la vida es el ser. Ni siquiera, que la vida ocupe el papel principal otorgado al ser en la ontología tradicional; puesto que su lugar no puede ser el mismo. Lo que afirma Ortega, es que el modo de ser de la vida no se puede pensar con la idea parmenidea del ser, porque el atributo fundamental de la vida es la historicidad. El dominico no entiende el nuevo radicalismo de Ortega: la realidad radical ni es el ser, ni es la evidencia del pensamiento, ni ocupa el lugar de ninguno de estos, sino que es el dato radical del vivir humano, la vida individual e histórica. Probablemente, el resultado de la investigación orteguiana del atributo fundamental de la vida, la historicidad, marcó aún más el giro pragmático de su filosofía.
Por otra parte, la interpretación de la concepción orteguiana de la verdad, por parte del teólogo dominico, pone de manifiesto claramente su intención inquisitorial y condenatoria. Dado que la concepción modernista de la verdad de Eduardo Le Roy, expresada en su obra, Dogme et critique, fue incluida en el Índice de libros prohibidos, Santiago Ramírez intenta identificar con ella la concepción de Ortega, atribuyéndole tesis extrañas, como la identificación de la verdad con la vida, y el relativismo epistemológico. Ortega no aceptó nunca el relativismo, ni ha de presuponerse, que incurriera en él, porque defendió el perspectivismo, y rechazó la pretensión de la filosofía perenne y sus verdades eternas.
En fin, Ramírez acusa a Ortega de intentar sustituir los principios de la lógica aristotélico-escolástica (identidad, no contradicción y tercero excluido), que, a su juicio, son verdades eternas, no necesitadas de demostración, por una lógica vital de carácter retórico y ocasional, que es una lógica utilitaria, falaz e inmoral. En realidad, en la actitud de Ortega hay un reconocimiento de los logros de la lógica formal, pero también un exageración de sus insuficiencias, con la consiguiente pretensión de una lógica informal, de tradición dialéctica, que cubra las insuficiencias de aquella para la vida en todas sus formas, incluida la vida científica. En realidad, la erronea interpretación de Ramírez se debe, como de sólito, a su desconocimiento de los desarrollos de la lógica formal contemporánea, y a su desconocimiento de la obra de Ortega.
En efecto, el dominico desconoce el cambio en la concepción de los principios, que se experimenta en la lógica y la matemática contemporánea. Los principios ya no son verdades, sino postulados, asunciones, que se hacen, para obtener determinadas conclusiones. Su apreciación de los principios lógicos, que tienen que ver con la negación, denota una insuficiente comprensión de la naturaleza de los principios lógicos, que no estaba a la altura de los desarrollos de la lógica contemporánea.
Por otra parte, Ramírez desconoce fuentes elementales para hablar de la concepción orteguiana de los principios y de la lógica. En efecto, el dominico desconoce La idea de principio en Leibniz, los Apuntes sobre el pensamiento. Su teurgia y demiurgia. Tampoco conoce la obra más ambiciosa para desarrollar la lógica de la razón vital, que es la Lógica del discípulo de Ortega, Manuel Granell. El desconocimiento del dominico se pone de manifiesto, si comparamos su defensa de los principios de la lógica artistótelico-escolástica, con el epígrafe Ensayo sobre lo que pasó a Aristóteles con los principios, dentro de la obra de Ortega La idea de principio en Leibniz, en el que el filósofo madrileño discute a fondo el problema de los principios en Aristóteles.
La extraordinaria acogida del libro sobre Ortega de Santiago Ramírez en los medios oficiales y académicos, sólo se puede explicar en una atmósfera cultural como la nacional-católica, propia de la dictadura militar franquista. Muchos consideraron la crítica del padre Ramírez como irrecusable y definitiva.
En él se da la razón, básicamente, al R. P. Santiago Ramírez, sólo que se dice que no se lo hace.
Poner la vida en lugar del ser como fundamento último de la filosofía, relativizar los primeros principios, es precisamente de lo que Ramírez acusaba a Ortega, y aquí se reconoce paladinamente, aunque, repito, se trata de dar la impresión de que se rechaza la acusación.
Así, se dice que se rechaza el relativismo pero también se rechazan las verdades eternas.
Es claro que si la realidad radical es la "vida" con su "historicidad", no hay verdades eternas, y sí hay relativismo, por más que se lo quiera disfrazar con el "perspectivismo".
No es que Ramírez no lo entienda, es que no está de acuerdo, porque es católico, y también, porque no se ha desprendido del sano realismo del sentido común.
En fin, pensar que hay gente que se dedica a aburrirse de ese modo.
Saludos cordiales.
Pues eso, que estupendo. Está bien que cada uno se exprese. Muy bien.
No se entiende esa beligerancia a cuento de Julián Marías. Yo solo he leído escritos sueltos suyos, y no creo que el fuese ateo sino católico. Pero no tiene ningún sentido contraponer ninguna filosofía al Tomismo, porque saldrá perdiendo la otra filosofía.
El problema del Tomismo es que llega al final y nos responde a las grande preguntas, y a partir de ahí, ya es todo dar vueltas a cuestiones menores.
Yo no entiendo que si has estudiado filosofía como parece, no veas esto claro.
Antes de decía que la filosofía occidental ¿es que hay otra? eran acotaciones al margen de las obras de Platón. Yo creo que eso es un error, me parece mucho mas importante Aristóteles y por supuesto Sto Tomas. Yo creo que en realidad la filosofía occidental no es mas que acotaciones menores a las obras de Sto Tomas.
Con lo preciso que eres en los razonamientos has tenido una errata muy divertida:
Aparentemente, esto es un CORTA Y PEQUE de un texto de ....
De casualidad has dado con la clave del Sinodo, es un CORTA PEQUE, es lo que ya hacen muchos con su vida un CORTA PEQUE, lo que ocurre es que ahora unos cuantos genios quieren legalizarlo o blanquearlo.
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