Polémicas matrimoniales (XXXIX): no será porque no nos lo hayan advertido
Lo más curioso de todas estas polémicas matrimoniales es que son una repetición, algo más virulenta, de otras que se produjeron hace un cuarto de siglo. Las mismas propuestas se defendieron ya en aquel entonces. Incluso algunos de los protagonistas eran los mismos (como el cardenal Kasper). Por supuesto, la Iglesia ya respondió a esas propuestas con toda claridad y reafirmando la fe católica en multitud de documentos magisteriales: Familiaris Consortio, Donum Vitae, Humanae Vitae, documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Catecismo de la Iglesia Católica y un largo etcétera.
Desgraciadamente, los defensores de adaptar el Evangelio al mundo en lugar de a la inversa, inasequibles al desaliento, han seguido erre que erre con lo mismo, como si fueran las cuestiones fundamentales en un mundo que ha abandonado a Cristo y que se muere a chorros. Con una diferencia: ya no pueden decir (aunque lo digan) que actúan de buena fe, que ellos sólo proponen hipotéticamente esas cosas pero aceptan lo que diga la Iglesia, porque de hecho la Iglesia ya se pronunció sobre todos estos temas y a ellos, aparentemente, les da igual.
Más aún, tampoco pueden decir (aunque lo digan) que sus propuestas son la solución de los problemas de la Iglesia, porque esas propuestas han demostrado ser un fracaso absoluto en todos los lugares en los que se han puesto en práctica. Y sin embargo, siguen asegurándonos: “una rendición más, una rendición más y ya veréis como esta vez el mundo si que nos acepta". Como tantas veces sucede, los supuestamente modernos, progresistas y avanzados (cuyo único argumento es, precisamente, esa modernidad) no son más que defensores de ideologías del pasado, tan apolilladas y mohosas que producen cierta pena, cuando no repugnancia.
Cedo la palabra al entonces cardenal Ratzinger, en el delicioso libro-entrevista a Peter Seewald “La sal de la tierra“, escrito hace veinte años:
“Peter Seewald: “[Cardenal Ratzinger,] en relación con las críticas a la Iglesia, usted dijo una vez que había un “canon de temas": la ordenación de la mujer, los anticonceptivos, el celibato y el matrimonio de los divorciados. La lista es de 1984. […] Esta discusión parece seguir moviéndose fatigosamente en círculos. Quizás algunas clarificaciones nos ayudarían a salir de este punto muerto […].
Cardenal Ratzinger: “Me gustaría señalar de nuevo que se trata de temas genuinos, pero también creo que estamos perdiendo el rumbo cuando los convertimos en cuestiones estándar y en las únicas preocupaciones del cristianismo. Hay una reflexión muy sencilla en contra de esto (mencionada, por cierto, por Johann Baptist Metz en un artículo sobre la Petición del Pueblo de la Iglesia). Estos temas ya se resolvieron en el luteranismo, que, en estos puntos, ha tomado el otro camino. Está muy claro que con ello no ha resuelto el problema de ser cristiano en el mundo de hoy y que el problema del cristianismo, el esfuerzo por ser cristiano, sigue siendo tan dramático como antes.
Metz, si recuerdo bien, pregunta por qué tenemos que convertirnos en un clon del protestantismo. De hecho, dice, es bueno que ya se haya hecho el experimento, porque muestra que ser cristiano hoy no se basa en esas cuestiones, que la solución de esos temas no convierte el Evangelio en más atractivo ni hace que ser cristiano sea más fácil. Ni siquiera logra un acuerdo que favorezca la unidad de la Iglesia. Creo que debemos dejarlo muy claro: no es por estas cuestiones por lo que está sufriendo la Iglesia“.
La sal de la tierra, Joseph Ratzinger y Peter Seewald 1996
Así nos va.
17 comentarios
SERIE PROPUESTA PARA EL SÍNODO
Propuesta para el Sínodo (I): Saco y cenizas
Propuesta para el Sínodo (II): predicar la verdad
Propuesta para el Sínodo (III): el matrimonio para toda la vida
Propuesta para el Sínodo (IV): amor y enamoramiento
Propuesta para el Sínodo (V): cuidado con la desesperanza
Propuesta para el Sínodo (VI): no os engañéis
Propuesta para el Sínodo (VII): hablemos del pudor
SERIE POLÉMICAS MATRIMONIALES
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Polémicas matrimoniales (VI): D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VII): Respuestas de D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Polémicas matrimoniales (IX): Mons. Vesco y la indisolubilidad disoluble
Polémicas matrimoniales (X): la equidistancia entre la verdad y el error
Polémicas matrimoniales (XI): realidad y no ficción
Polémicas matrimoniales (XII): la analogía con la Lumen Gentium
Polémicas matrimoniales (XIII): supresión de la responsabilidad moral
Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Polémicas matrimoniales (XVII): la ley mosaica
Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo
Polémicas matrimoniales (XIX): cardenal Sistach
Polémicas matrimoniales (XX): Mons. Bonny, obispo de Amberes
Polémicas matrimoniales (XXI): Conferencia Episcopal Alemana
Polémicas matrimoniales (XXII): otra vez el Secretario del Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXIII): el cardenal Marx nos da una alegría
Polémicas matrimoniales (XXV): Monseñor De Germay
Polémicas matrimoniales (XXV): el cardenal Kasper no quiere contrariar al mundo
Polémicas matrimoniales (XXVI): Tolkien
Polémicas matrimoniales (XXVII): el Consejo en la sombra
Polémicas matrimoniales (XXVIII): el P. Thomasset SJ contra la moral católica
Polémicas matrimoniales (XXIX): ¿qué fue de D. Joan Carreras?
Polémicas matrimoniales (XXX): no tienen vergüenza
Polémicas matrimoniales (XXXI): Monseñor Agrelo elegido para el Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXXII): el regreso de Monseñor Bonny
Polémicas matrimoniales (XXXIII): para que pueda actuar el Espíritu Santo
Polémicas matrimoniales (XXXIV): el cardenal Maradiaga
Polémicas matrimoniales (XXXV): a dónde llevan las propuestas del card. Kasper
Polémicas matrimoniales (XXXVII): la Misa es más que la comunión
Polémicas matrimoniales (XXXVIII): no adulterarás… excepto si hablas en alemán
Estoy seguro que éste es su último gesto todas las noches antes de entregarse a la oración.
Cuando sea nombrado Doctor de la Iglesia, que se mencionen sus últimos martiriales años.
Gracias.
Laudetur Iesus Cristus.
P.D. No publique el comentario si no lo cree conveniente.
Efectivamente. Alguien saca uno de esos temas, y el resto se tira meses y años hablando del asunto como si no hubiera temas que tratar y solucionar.
La 38 no llevaba en el título "Polémicas matrimoniales", para no hacerlo demasiado largo. De ahí la confusión.
He colocado en el primer comentario la lista de artículos, para que no haya duda. Gracias por la observación.
Saludos.
"Efectivamente. Alguien saca uno de esos temas, y el resto se tira meses y años hablando del asunto como si no hubiera temas que tratar y solucionar."
El problema no es que alguien "saque uno de esos temas" y el resto hable de ello, como erróneamente dice usted, sino que, a pesar de que son temas zanjados por la doctrina de la Iglesia, algunos llevan treinta años planteándolos sin dar su brazo a torcer y pretenden hacérnoslos tragar a los demás.
Eso sí es importante, porque no sólo niegan la doctrina sobre esos temas en particular, sino la misma naturaleza de los sacramentos del matrimonio y la Eucaristía y los principios fundamentales de la moral.
Lo que critica el card. Ratzinger es la ingenua idea de que la postura de la Iglesia en esos temas es lo que hace que el mundo no nos acepte, cuando la realidad es que el mundo nunca nos va aceptar. Por eso, el camino kasperiano no tiene fin, sino que va de rendición en rendición hasta la nada.
La Pascendi. está vigente!!!!
Que la Resantisima Virgén Ruegue por la misma!!!
Estoy de acuerdo. Y añadiría que en los países pobres, cada vez más, el deseo predominante es ser iguales que los ricos.
Es asi!!!!!Ahi Cardenales de Belgica, donde lei, que Benedicto XVI, paseaba, veía que no tenìan vocaciones y estaban felices!!!!!Es de locos descerebrados, por la Falta de FE!!!!
Nunca abrierón el corazón, nunca pensarón estaré equivocado, como pienso yo porque un paciente se muere, y se donde preguntar.
Como dije Buenudo nunca!!!!!
Y esos supuestos consensos con el mundo, o pequeñas rendiciones no son tales, porque si se destruye la coherencia de la Doctrina se destruye todo. Es decir una supuesta pequeña rendición supone una rendición absoluta.
Dios me trajo de vuelta a la Iglesia Católica, no a una copia barata del protestantismo del que me sacó.
Pues eso.
O somos de Cristo o somos del mundo. Y si somos de Cristo no hay vías medias y se acabó el mirar atrás (Lc. 9,62). Lo somos íntegramente por Él, con Él y en Él, como dice la maravillosa doxología de la Misa.
"Adúlteros!!! No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios."
A todos estos "pastores" les recomiendo con caridad fraterna que lean y relean la Epístola de San Judas, y tiemblen.
25. Respecto a un enfoque pastoral dirigido a las personas que han contraído matrimonio civil, que son divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven, compete a la Iglesia revelarles la divina pedagogía de la gracia en sus vidas y ayudarles a alcanzar la plenitud del designio que Dios tiene para ellos. Siguiendo la mirada de Cristo, cuya luz alumbra a todo hombre (cfr. Jn 1,9; Gaudium et Spes, 22) la Iglesia mira con amor a quienes participan en su vida de modo incompleto, reconociendo que la gracia de Dios también obra en sus vidas, dándoles la valentía para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan.
Cuidar de las familias heridas (separados, divorciados no vueltos a casar, divorciados vueltos a casar, familias monoparentales)
47. Un discernimiento particular es indispensable para acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados, los abandonados. Hay que acoger y valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados por los maltratos del cónyuge a romper la convivencia. El perdón por la injusticia sufrida no es fácil, pero es un camino que la gracia hace posible. De aquí la necesidad de una pastoral de la reconciliación y de la mediación, a través de centros de escucha especializados que habría que establecer en las diócesis.
51. Las situaciones de los divorciados vueltos a casar también exigen un atento discernimiento y un acompañamiento con gran respeto, evitando todo lenguaje y actitud que los haga sentir discriminados y promoviendo su participación en la vida de la comunidad. Hacerse cargo de ellos, para la comunidad cristiana no implica un debilitamiento de su fe y de su testimonio acerca de la indisolubilidad matrimonial, es más, en ese cuidado expresa precisamente su caridad.
52. Se reflexionó sobre la posibilidad de que los divorciados y vueltos a casar accediesen a los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. Varios Padres sinodales insistieron en favor de la disciplina actual, en virtud de la relación constitutiva entre la participación en la Eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble. Otros se expresaron a favor de una acogida no generalizada a la mesa eucarística, en algunas situaciones particulares y con condiciones bien precisas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y vinculados a obligaciones morales para con los hijos, quienes terminarían por padecer injustos sufrimientos. El eventual acceso a los sacramentos debería ir precedido de un camino penitencial bajo la responsabilidad del Obispo diocesano. Todavía es necesario profundizar la cuestión, teniendo bien presente la distinción entre situación objetiva de pecado y circunstancias atenuantes, dado que «la imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas» a causa de diversos «factores psíquicos o sociales» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1735).
53. Algunos Padres sostuvieron que las personas divorciadas y vueltas a casar o convivientes pueden recurrir provechosamente a la comunión espiritual. Otros Padres se preguntaron porque entonces no pueden acceder a la comunión sacramental. Se requiere, por tanto, una profundización de la temática que haga emerger la peculiaridad de las dos formas y su conexión con la teología del matrimonio.
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