No adulterarás… excepto si hablas en alemán
Polémicas matrimoniales (XXXVIII).
Después de tantas polémicas matrimoniales, tantas inquietudes sobre las posturas de los obispos que participaban en el Sínodo, sólo un círculo sinodal, el germánico, parece estar, de forma mas o menos clara, a favor de las propuestas del cardenal Kasper para introducir el divorcio en la Iglesia. A diferencia de sus hermanos en el episcopado, los obispos de lengua alemana (y asimilados) desean aceptar los segundos “matrimonios” entre católicos, dando la comunión a los que, según la enseñanza de la Iglesia, viven en adulterio público y permanente (cf. Catecismo de la Iglesia Católica 2384).
El cardenal Christoph Schönborn, relator del círculo germánico, ha realizado unas declaraciones a Vatican Insider explicando la propuesta que ha hecho su círculo. A mi entender, estas declaraciones, que intentan justificar las propuestas kasperianas, lo que hacen es desacreditarlas aún más, porque queda todavía más clara la falta de base teológica, magisterial, bíblica y tradicional de las mismas.
Asombrosamente, el cardenal Schönborn empieza afirmando que su grupo tomó “como punto de partida el texto de la encíclica «Familiaris consortio»” de Juan Pablo II y que es una “profundización y continuación” de ese documento. Dejemos a un lado el hecho de que se trata de una exhortación apostólica postsinodal y no de una encíclica, y vayamos al centro de la cuestión. Es sorprendente que el cardenal pretenda que creamos que quiere profundizar en la Familiaris Consortio, cuando lo que propone es exactamente lo contrario que esa exhortación postsinodal de San Juan Pablo II.
En Familiaris Consortio, Juan Pablo II citaba a Pablo VI para decir que la “apología del divorcio” es una “ofensa a los valores fundamentales de la familia” y “al verdadero bien del hombre” (FC 76). Asimismo, señalaba que el divorcio de católicos unido a una nueva unión era una “plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos”, que estaba prohibido celebrar “ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse”, que la práctica de la Iglesia era su forma de profesar “la propia fidelidad a Cristo y a su verdad” y que lo que necesitan los divorciados es “la gracia de la conversión” (FC 84). Por supuesto, rechazaba de plano que los divorciados vueltos a casar pudieran comulgar:
“La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio” (Familiaris Consortio 84).
Es sorprendente que los defensores de la “plaga” que invade los “ambientes católicos”, los que niegan que los divorciados en una nueva unión necesiten la “gracia de la conversión”, los que afirman que pueden comulgar, los que dicen que esa “fidelidad a Cristo” de la Iglesia es falta de misericordia, los que niegan que el estado de vida de esos divorciados sea objetivamente contrario a la voluntad de Dios, es decir, los que rechazan todo lo que enseñaba la Familiaris Consortio sobre este asunto, tengan la desfachatez de apelar a Juan Pablo II. Yo entiendo que decir públicamente que el objetivo es destruir todo lo que el santo Papa polaco enseñó sobre la familia no iba a granjearles muchos amigos a los obispos germanos, pero, como hemos visto, la realidad es que eso es lo que pretende en concreto la propuesta del cardenal Kasper y otros obispos alemanes, con la ayuda, al parecer, del cardenal Schönborn. En ese sentido, la hipocresía de decir públicamente que se está “profundizando” en el magisterio de Juan Pablo II es ridícula, porque es evidente que lo que se intenta es lo contrario.
Recordemos dos puntos bastante conocidos de la enseñanza de la Iglesia:
“La fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio. Es gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana, naturalmente ordenada al bien de los esposos, así como a la generación y educación de los hijos” (Catecismo de la Iglesia Católica 2353).
“El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen” (Catecismo de la Iglesia Católica 2353).
No hace falta ser cardenal para entender las consecuencias de esto. ¿El divorciado en una nueva unión está verdaderamente casado con su nueva pareja? Si la respuesta del cardenal es afirmativa, o bien está negando el dogma de fe de la indisolubilidad del matrimonio o está admitiendo la bigamia (ya que ese hombre estaría casado a la vez con su “primera” esposa y con la “segunda"). Si su respuesta es negativa, entonces lo que hace el cardenal con su propuesta es decir que la fornicación y el adulterio ya no son pecados graves. Así pues, la propuesta del cardenal y sus colegas germanos obliga a legitimar la fornicación, el adulterio, el divorcio o la bigamia (de hecho, parecen elegir las cuatro opciones, según el “argumento” que estén dando en cada momento). Pero, claro, nunca lo dicen con palabras tan llanas, porque resultaría escandaloso.
Tengo ya unos cuantos años a mis espaldas y estoy bastante curado de espantos, pero pocas veces he visto a un cardenal hablar de forma tan mundana:
“Por ejemplo, evaluar cómo se han comportado los divorciados que se han vuelto a casar con los hijos que tuvieron en la primera unión, cómo quedaron con el cónyuge abandonado, cuál es el efecto de su camino en el conjunto de las familias y cuál testimonio, o tal vez cuál escándalo, dan a la comunidad cristiana”.
Parece que estoy oyendo a un pagano. ¿Cómo puede preguntar cuál es el “testimonio” que dan a la comunidad cristiana los adúlteros? Los que adulteran no dan un testimonio, dan un antitestimonio. Por definición, el pecado, especialmente cuando no hay propósito de la enmienda, es lo contrario del testimonio cristiano. Cualquier cosa buena que pueda haber en la nueva situación no es gracias a ese falso matrimonio y la relación adúltera, sino a pesar de los mismos. Esas cosas buenas son, simplemente, las que el pecado que se está intentando legitimar aún no ha conseguido destruir.
¿Cómo pueden estos obispos pretender que, si la separación ha sido “amistosa”, entonces el divorcio es admisible? ¿Alguien se imagina a Cristo diciendo “El que repudia a su esposa y se une con otra comete adulterio, excepto si lo hace amistosamente”? Es inimaginable. El nivel teológico de estas afirmaciones es realmente ínfimo. Parece como si el deseo de agradar al mundo fuese debilitando la razón hasta extremos asombrosos.
A continuación, el cardenal clava un clavo más en la tapa del ataúd de su propuesta, diciendo:
“Pero no se puede afirmar simplemente que toda la situación es de pecado grave, porque honrar la nueva realidad y las nuevas situaciones objetivas es también una exigencia de justicia”.
Es curioso que precisamente el cardenal Schönborn no recuerde el Catecismo en cuya redacción colaboró, que se ocupa expresamente de este asunto:
“El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público y permanente” (Catecismo de la Iglesia Católica 2384)
¿Cómo vamos a “honrar” el adulterio, como nos pide el cardenal Schönborn? El nuevo “matrimonio” no sólo no atenúa la gravedad de ese adulterio, sino que lo hace más grave, porque lo convierte en público y permanente. Es la actitud de quien, en vez de arrepentirse de su pecado, se enorgullece del mismo y lo proclama a los cuatro vientos, escandalizando gravemente y dando un pésimo ejemplo a los que le rodean. Alabar la persistencia impenitente en el pecado es injustificable.
Para dar un barniz de responsabilidad, este cardenal dominico deforma por completo la postura de Santo Tomás:
“hemos vivido en el Sínodo un pequeño conflicto entre un agustinismo radical y el tomismo clásico. Agustín, en la «Civitas Dei» presenta la idea de que cada acto de los paganos es vicioso, que no hay virtud en ellos. Pero santo Tomás rechazó con fuerza esta posición […] Santo Tomás explica: aunque el paganismo sea idolatría, a pesar de ello, los paganos pueden cumplir actos verdaderamente virtuosos”.
Observemos cómo el cardenal juega con las palabras, para intentar plantear su propuesta como una mera cuestión de escuelas teológicas, cuando no lo es en absoluto. Para ello, no le importa deformar por completo la enseñanza de Santo Tomás. Claro que los paganos pueden hacer actos virtuosos, igual que un adúltero, un envidioso o un asesino pueden realizar actos virtuosos, como por ejemplo dar una limosna a un pobre. Pero de eso no se sigue en absoluto que el adulterio, la idolatría, la envidia o el asesinato dejen de ser pecados y pasen a ser una mezcla de bondad y maldad. Ni a San Agustín ni a Santo Tomás se les habría ocurrido decir nunca que había algo virtuoso en el pecado. Lo que haya de bueno en el pecador no está ahí por el pecado, sino a pesar de ese pecado. Esa virtud es, simplemente, lo que el pecado, ya sea de adulterio, de envidia o de lo que sea, todavía no ha conseguido destruir del todo. Pretender que hay que legitimar el pecado porque aún no ha logrado destruir todo el bien que Dios ha puesto en una persona es como alabar al ISIS porque todavía no ha arrasado España. Un despropósito. Y que un dominico apele a Santo Tomás para decir lo contrario de lo que enseñaba el Aquinate es otro despropósito, pero, como vimos con la apelación a la Familiaris Consortio, parece ser una práctica habitual de este tipo de argumentaciones teológicas.
Como se trata de una postura evidentemente contraria a la enseñanza de la Iglesia, se adereza con algunas vaguedades y con la apelación a la conciencia, entendida al modo relativista del mundo:
“Después hablamos sobre el criterio acaso más profundo, el del discernimiento de la conciencia de cada quien. Todo esto teniendo en cuenta la situación objetiva y con la atención al discernimiento de la situación concreta. De esta manera, se puede proceder en un camino de conversión, de penitencia (porque se requiere a menudo un aspecto de penitencia), para llegar finalmente a esta palabra de San Pablo dirigida a todos, no solo a los divorciados que se han vuelto a casar: cada quien se examina antes de acceder a la mesa del Señor”.
En este párrafo, el cardenal niega de nuevo la enseñanza de la Iglesia. Es especialmente sorprendente que pretenda hacerlo en forma de propuesta en un Sínodo, porque esto que sugiere fue condenado por la Iglesia con ocasión de dos sínodos de los obispos. Además de la Familiaris Consortio ya citada, recordemos, por ejemplo, la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tras el primer Sínodo sobre las familias y después de que, precisamente los obispos alemanes encabezados por el card. Kasper, intentaran esto mismo hace dos décadas:
“Por consiguiente, frente a las nuevas propuestas pastorales arriba mencionadas, esta Congregación siente la obligación de volver a recordar la doctrina y la disciplina de la Iglesia al respecto. Fiel a la palabra de Jesucristo, la Iglesia afirma que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el anterior matrimonio. Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística mientras persista esa situación” (Carta del 14 de septiembre de 1994 de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar).
Por si esto fuera poco, Benedicto XVI volvió a dejarlo claro, después del Sínodo sobre la Eucaristía:
“El Sínodo de los Obispos ha confirmado la praxis de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura (cf. Mc 10,2-12), de no admitir a los sacramentos a los divorciados casados de nuevo, porque su estado y su condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia que se significa y se actualiza en la Eucaristía. Sin embargo, los divorciados vueltos a casar, […] cultiven un estilo de vida cristiano mediante la participación en la santa Misa, aunque sin comulgar […]” (Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Charitatis de Benedicto XVI, 2007).
Como enseña la Iglesia, el matrimonio civil tras un divorcio es una situación objetivamente contraria a la ley de Dios. Incluso aunque una persona, por una ignorancia verdaderamente asombrosa de la moral de la Iglesia, creyera que lo que hace está bien, aun así no podría comulgar debido a su situación objetiva, que contradice la esencia misma de lo que es la comunión eucarística. No se trata, pues, de un mero asunto de conciencia, porque el matrimonio es una realidad pública y social por su propia naturaleza. Además, en el caso en que una conciencia errónea implicase que el divorciado en una nueva unión no está cometiendo un pecado, lo que debería hacer el “itinerario penitencial” que defienden los obispos alemanes es educar esa conciencia para que fuera consciente de lo pecaminoso de sus actos. En consecuencia, la apelación a la conciencia trasluce necesariamente una concepción relativista de la misma, opuesta a lo que siempre ha enseñado la Iglesia sobre ella.
Después, aplicando el último truco del manual de la propaganda más descarada, el cardenal Schönborn apela al sentimentalismo y a los niños:
“Pero, ¿si con el paso del tiempo se crea una situación que implica también exigencias objetivas, por ejemplo hacia los hijos nacidos en la nueva unión? ¿Son simplemente hijos ilegítimos, a pesar de que tienen mamá y papá?”
Aparte del hecho de que todos los niños tienen mamá y papá, es triste ver cómo el cardenal utiliza a los niños para legitimar el pecado. ¿Es que si a un niño le apena mucho que su padre sea un ladrón o un asesino la Iglesia deberá legitimar el robo o el asesinato para que ese niño se sienta bien? El chantaje emocional es impropio de un teólogo y su uso implica la desesperación de quien no encuentra argumentos para defender una conclusión que, aun así, desea con todas sus fuerzas. La realidad es que, si queremos defender a los niños, lo último que debemos hacer es legitimar el adulterio y el divorcio en la Iglesia, porque basta mirar a nuestro alrededor para ver la inmensa cantidad de daños que han causado y siguen causando en nuestra sociedad esos pecados.
Recordémoslo una vez más, para que quede claro: las propuestas de estos obispos no “profundizan” nada, sino que son la negación completa y radical de toda la doctrina anterior sobre este asunto, especialmente la de San Juan Pablo II. El truco de decir una cosa y hacer la contraria sólo puede engañar a quien desea ser engañado y prefiere tener una excusa al alcance de la mano para no enfrentarse a la verdad de lo que están haciendo: desnaturalizar la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia.
Como hemos visto, no es que la propuesta de estos obispos de lengua germana tenga algunos puntos débiles, es que no tiene ningún punto fuerte. Se basa, única y exclusivamente, en que el Mundo lo quiere y, por lo tanto, hay que retorcer y destruir la doctrina católica todo lo que sea necesario para darle al Mundo lo que quiere.
Francamente, estoy harto de todos estos jueguecitos verbales para enmascarar lo que se quiere decir realmente, para negar sin que lo parezca, para rechazar el magisterio de San Juan Pablo II a la vez que se le elogia con la boca pequeña. Estoy harto porque ése es el lenguaje del Mundo, que todos hemos escuchado hasta la saciedad como parte de las estrategias para introducir el divorcio, el aborto, la experimentación con embriones, el “matrimonio” entre personas del mismo sexo y la eutanasia en nuestras leyes y en nuestras sociedades. Oírlo ahora de la boca de algunos pastores de la Iglesia me asquea. Que vuestro sí sea sí y vuestro no sea no. Lo que pasa de ahí, viene del diablo.
Quizá el cardenal Kasper, el cardenal Schönborn y sus aliados deberían pensar que si sus propuestas suenan impías cuando se traducen al lenguaje llano es porque, en efecto, son impías y nunca deberían manchar los labios de un sucesor de los Apóstoles. Además, contra todas las intenciones “misericordiosas” de los que las proponen, el efecto de esas propuestas está a la vista en nuestras sociedades, que llevan tiempo poniéndolas en práctica: la disolución cada vez más avanzada del matrimonio y la familia. ¿Cómo se puede querer eso para la Iglesia?
Pidamos la intercesión de San Juan Pablo II, gran apóstol de la familia, para que Dios ilumine al Papa y a los obispos reunidos en Sínodo.
106 comentarios
SERIE PROPUESTA PARA EL SÍNODO
Propuesta para el Sínodo (I): Saco y cenizas
Propuesta para el Sínodo (II): predicar la verdad
Propuesta para el Sínodo (III): el matrimonio para toda la vida
Propuesta para el Sínodo (IV): amor y enamoramiento
Propuesta para el Sínodo (V): cuidado con la desesperanza
Propuesta para el Sínodo (VI): no os engañéis
Propuesta para el Sínodo (VII): hablemos del pudor
SERIE POLÉMICAS MATRIMONIALES
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Polémicas matrimoniales (VI): D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VII): Respuestas de D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Polémicas matrimoniales (IX): Mons. Vesco y la indisolubilidad disoluble
Polémicas matrimoniales (X): la equidistancia entre la verdad y el error
Polémicas matrimoniales (XI): realidad y no ficción
Polémicas matrimoniales (XII): la analogía con la Lumen Gentium
Polémicas matrimoniales (XIII): supresión de la responsabilidad moral
Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Polémicas matrimoniales (XVII): la ley mosaica
Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo
Polémicas matrimoniales (XIX): cardenal Sistach
Polémicas matrimoniales (XX): Mons. Bonny, obispo de Amberes
Polémicas matrimoniales (XXI): Conferencia Episcopal Alemana
Polémicas matrimoniales (XXII): otra vez el Secretario del Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXIII): el cardenal Marx nos da una alegría
Polémicas matrimoniales (XXV): Monseñor De Germay
Polémicas matrimoniales (XXV): el cardenal Kasper no quiere contrariar al mundo
Polémicas matrimoniales (XXVI): Tolkien
Polémicas matrimoniales (XXVII): el Consejo en la sombra
Polémicas matrimoniales (XXVIII): el P. Thomasset SJ contra la moral católica
Polémicas matrimoniales (XXIX): ¿qué fue de D. Joan Carreras?
Polémicas matrimoniales (XXX): no tienen vergüenza
Polémicas matrimoniales (XXXI): Monseñor Agrelo elegido para el Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXXII): el regreso de Monseñor Bonny
Polémicas matrimoniales (XXXIII): para que pueda actuar el Espíritu Santo
Polémicas matrimoniales (XXXIV): el cardenal Maradiaga
Polémicas matrimoniales (XXXV): a dónde llevan las propuestas del card. Kasper
Polémicas matrimoniales (XXXVII): la Misa es más que la comunión
Polémicas matrimoniales (XXXVIII): no adulterarás… excepto si hablas en alemán
Desconocía que fuese dominico, como Royo Marín, Garrigou, Philipon......
O no tienen ni idea qué es exactamente, o lo saben demasiado bien.
No es estar a favor de que los no anulados y vueltos a casar comulguen, eso les importa poco, es ir en contra directamente del Misterio de los misterios, La Eucaristía.
Esperemos acontecimientos.Paciencia.
Denunciar,sí.Excomulgar aún no han aplicado su doctrina rompiendo la Unidad.Y eso sólo corresponde al Papa.
Paz y bien
No importa, la división de la Iglesia ya es evidente.
El hombre posmoderno está basado en lo emocional, no en lo racional como el antiguo hombre moderno surgido de la Ilustración. Ambos están equivocados, pues olvidan lo espiritual.
Por eso se hacen invocaciones a los sentimientos: el amor, los hijos, la misericordia...
Si la Iglesia se ha dividido, mucho o poco, en sólo dos temas, la homosexualidad (Charamsa) y la comunión de los adúlteros, dentro de poco lo hará con más cuestiones: sacerdocio casado, sacerdocio femenino, familias sexodiversas, Iglesia ecuménica interreligiosa...
Y no hace falta recurrir a argumentos de razón, sólo a los de emoción.
!Qué, lejos está todo eso de la Doctrina Católica! ya hemos visto que el concilio Vaticano I, condeno esas fantasías, admitidas, las cuales queda abierto el camino abierto al ateismo.Pascendi 11.Punto 2,
Palabras talisman!!!!!documento de las 100 preguntas de los excelentisimos obispos, DECONSTRUCCIÖN!!!Sofismas!!!!!
Leer sentimentalismo en el blog de Maricruz!!!!!Modernismo!!!como me abrio los ojos la Pascendi!!!!!!!!!La MENTIRA, es Diabolica!!!, que pecado ES, MORTAL!!!Están en Gracia de Dios, creen!!NO, ojalá que lo hagan, murmuración,Juicio temerario,Difamación!!!!!
Su fe es un fideismo, sigo con la Pascendi,Faltos de HUMILDAD, OBSECADOS!!!!!Les pido de Rodillas desde aca a todos los fieles, sacerdotes,Obispos,cardenales de buena voluntad que habran los ojos!!!!Se extienden como virus en el Seno de la Iglesia, el Remedio el Angélico!!!!!y la bibliografia citada por el Dr Forment.
Que Dios te bendiga, y lo haga con la Iglesia, hay que ponerlos en evidencia!!!!
y los sacerdotes formados asi, en la comunidades, promueven a lo mejor sin saberlo, la huida de fieles a otras religiones.
El Estudio, pensar!!!!Orar frente al Sagrario!!!!!!!!
Muchas Gracias seguimos sumisos.,se está muy bien!!!
Mejor tener paciencia, porque esto es lo que nos espera, durante muuuucho tiempo: juegos de palabras, malabarismos calculados. Confusión intencionada.
Muchos pastorean tan, tan mal al rebaño, que no saben qué hacer para mantenerlo reunido. Como si rebajar la doctrina ladinamente fuera a dar fruto. Ni lo ha dado, ni lo dará. No creen en la Gracia.
Pero el Señor permite su dureza de corazón y esta misericordia mundana para separar a las ovejas de las cabras...
Gracias
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia.Hay muchos sacerdotes buenos, estudiosos y santos!!!!Se expreso en Roma, las heridas a la Iglesia del MODERNISMO!!!!!
Hay que orar por la vocaciones, cuantas veces lo he escuchado!!!
Dios, si el Espiritu santoi ,no puede penetrar por el Don de Inteligencia???Padre Philipon!!!
Muchas Gracias.
Las condiciones para que una convivencia de hecho extra- y post-matrimonial pase a ser moralmente aceptable son:
- que tengan intencion de hacerla definitiva,
- que haya transcurrido un tiempo suficientemente largo,
- que hayan realizado un camino penitencial,
- que estén al día con el pago de la Kirchensteuer.
Así, a Mc 10,11 "Cualquiera que repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla." esta gente lo glosa: "Pero si está realmente decidido a permanecer con la nueva mujer, despues de un tiempo prudencial y de un camino penitencial el adulterio deja de existir y está todo bien."
Y a Mc 10,9 "Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre." lo glosan: "Pero si el hombre está realmente decidido a separarlo, entonces Dios acepta esa decisión y está todo bien."
Y algunos también glosan Mc 10,6-8 "Pero en el principio de la creación los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." de esta manera: "Pero si el hombre está realmente decidido a unirse a otro hombre, o la mujer a otra mujer, entonces Dios acepta esa decisión y está todo bien".
"¿O queremos provocar la ira del Señor? ¿Acaso somos más fuertes que Él?"
Lo cual en realidad es el argumento de último recurso para obedecer a Dios, porque uno debería obedecerlo a partir de tener en cuenta su bondad y sabiduría infinitas: por la primera quiere el mayor bien para nosotros, y por la segunda sabe exactamente qué tenemos que hacer y no hacer para alcanzarlo.
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia.Hay muchos sacerdotes buenos, estudiosos y santos!!!!Se expreso en Roma, las heridas a la Iglesia del MODERNISMO!!!!!
Hay que orar por la vocaciones, cuantas veces lo he escuchado!!!
Dios, si el Espiritu santoi ,no puede penetrar por el Don de Inteligencia???Padre Philipon!!!Ver el posto de Bruno.El Modernismo como virus en la Iglesia, infiltrados, faltos de humildad, llenos de sofismas, piensan que hacen el bien.San Pio X Pascendi, m abrió los ojos!!!!!!!Y soberbia!!!Los Seminaristas se vuelven locos, pierden la Fe, y se van, y los que quedan hacen mucho daño.
Piden por las vocaciones, ahi está la causa!!!!!!!
Saludos Cordiales, je!!!Je!!como dice Alonso!!!!
Las de los otros post, también. Suelen ser muy oportunas
Gracias a los que mantienen el sentido del humor!
Aunque lloremos...
Además, la pretendida oposición de Schonborn entre "Agustín" y "Tomás", respecto a los posibles actos buenos de los pecadores, es falsa, ya que el Hiponense enseñó claramente: "Non omnia opera peccatorum sunt peccata" (=No todas las obras de los pecadores son pecados).
Ya les he pillado el juego: no son pastores, son sofistas leguleyos, retorcedores de la Ley, ellos que precisamente echan en cara a los ortodoxos la frialdad de la Ley. Después de haber leído cómo se tergiversaban las palabras del mismo Cristo sobre el repudio mosaico, para justificar la reinplantación por «misericordia» y la «dureza de corazón» actuales, cualquier sofisma es posible.
LF no es mas papista que el Papa, simplemente ve lo evidente que tu pareces no ver, y se ha leido Trento. No es que LF excomulgue a nadie, sino que ellos mismos se sitúan fuera de la Iglesia. Son Cardenales y estan faltando a sus deberes mas sagrados. Y encima lo hacen corruptamente desde una falsa posicíón de pertenencia para ver si logran que los demas se corrompan también como ellos.
El mal no se va a presentar nunca a las claras, sino con la excusa del bien o de un bien. El problema es que siempre engaña a los mismos, a los que estan deseando dejarse engañar.
BRUNO
Desmontas eficazmente a Kasper y Cia, como siempre, pero es que te pasas de bueno. Les concedes el beneficio de la duda. Como tu dices es imposible que pretendan utilizar un texto de Juan Pablo II para lo contrario de lo que fue escrito, pero lo hacen. En esta crisis o tontos o malos, y estos no tienen un pelo de tontos.
El Espíritu Santo ha guiado a TODOS nuestros padres sinodales y todos en unión de una Única Iglesia Santa Católica y Apostólica y ha mediado para que ellos supieran discernir el verdadero camino. Todos los párrafos aprobados por la mayoría cualificada de 3/4 partes. Comunión plena entre nuestros pastores.
Sínodo es camino y la Iglesia anda. Feliz de pertenecer a la Iglesia Católica y de poder seguir el mandamiento del Amor que Jesucristo nos trajo.
¡Viva el Papa!, ¡Viva la Iglesia!, ¡Viva Jesucristo!, ¡Viva el Espíritu Santo! Y ¡Viva Dios Nuestro Señor!
Esta gran iniciativa de los pastores alemanes que ha sabido integrar las voluntades y visiones de todos los que formamos parte de la Única y Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Bendiciones y mucha oración...
Ese truco -junto a la apelación al sentimentalismo- es una de las más mezquinas tácticas de los modernistas.
Lean la Pascendi, analicen las trampas del lenguaje sentimentaloide de este Cardenal y luego saquen una conclusión.
Papa Francisco
Discurso final del sínodo del Santo Padre para enmarcar, para leerlo diariamente y ara Darle gracias a Dios por el papa que tenemos. Como muestra un botón:
"Significa haber dado testimonio a todos de que el Evangelio sigue siendo para la Iglesia una fuente viva de eterna novedad, contra quien quiere «adoctrinarlo» en piedras muertas para lanzarlas contra los demás."
No olvidemos todos rezar por el Papa y sus intenciones.
"también nos ha hecho comprender mejor que los verdaderos defensores de la doctrina no son los que defienden la letra sino el espíritu; no las ideas, sino el hombre; no las fórmulas sino la gratuidad del amor de Dios y de su perdón. Esto no significa en modo alguno disminuir la importancia de las fórmulas, de las leyes y de los mandamientos divinos, sino exaltar la grandeza del verdadero Dios que no nos trata según nuestros méritos, ni tampoco conforme a nuestras obras, sino únicamente según la generosidad sin límites de su misericordia (cf. Rm 3,21-30; Sal 129; Lc 11,37-54). Significa superar las tentaciones constantes del hermano mayor (cf. Lc 15,25-32) y de los obreros celosos (cf. Mt 20,1-16). Más aún, significa valorar más las leyes y los mandamientos, creados para el hombre y no al contrario (cf. Mc 2,27)."
Todo le parece mal!!
Lo demás, parole, parole, parole... palabras que se lleva el viento.
Y si es menester, una pastilla para el ardor de estómago.
Dios siempre saca un gran bien de un gran mal.
Respecto al cisma, que le pregunten hoy a Kasper. Pero no creo que a su edad quiera... Quizá Marx y Bonny... pero ya han visto que tienen enfrente gigantes en la fe. Son de otra cultura, otra raza... pero católicos de verdad, pastores de iglesias pujantes, no de iglesias moribundas de apostasía.
No te quedes tan contento, estamos tratando con MODERNISTAS, especialistas en donde dicen «digo» dice «Diego». Y sus barbaridades las van a hacer y justificar sí o sí —de hecho, ya lo hacen— vía la descentralización de la Iglesia apelando a las «particularidades culturales locales», y ya parece que esta vez con el impulso decidido de Francisco. Aquí apunto un extracto de una reflexión de un artículo:
«Esta bien puede ser nuestra última oportunidad, puesto que una vez que Roma se rinda por completo en cuestiones morales no podremos recurrir a la cláusula de objeción de conciencia, y menos cuando la policía del pensamiento se presente aporreando estra puerta en mitad de la noche. No vamos a poder apelar a nuestras convicciones religiosas cuando nos quieran imponer el homomonio, la cohabitación y todo lo demás. Si enseñamos a nuestros hijos la fe y la moral de siempre en los días por venir, nos tildarán de fundamentalistas y de fanáticos intransigentes y dirán que no estamos en condiciones de criar a nuestros hijos.»
No creo que sea por casualidad que sea precisamente en Alemania donde YA están pasando estas cosas: encarcelamiento de padres objetores de educación sexual y demás, pérdida de patria potestad, etc. ¿Quién de la CE Alemana ha levantado la voz? Ni el gato. De hecho, Alemania parece la prefiguración de la persecución totalitaria y silenciosa en ciernes, y es posible porque los obispos se han convertido en perros mudos, cuando no lobos.
"me parece maravilloso el discurso del papa"
En fin, sobre gustos no hay nada escrito.
"Muy aplaudido por todos los padres si leales"
Antonio, cada vez que haces un comentario como éste, muestras una enorme falta de catolicidad. Ser católico leal es ser leal a la fe de la Iglesia, a la Revelación, a Cristo. No aplaudir todo lo que hace el papa. Nunca había visto un criterio tan sectario como ése, sea con el Papa que sea. No entiendo cómo no te das cuenta de esas cosas.
"Le recomiendo que dé gracias a Dios por el resultado y que se lo agradezca con su oración"
Mala recomendación. Dios saca bien de todo (cf. Rom 8,28), pero eso no quiere decir que todo lo que suceda sea bueno de por sí. Hay que ejercer un discernimiento.
En este sínodo se han evitado las peores cosas que querían introducir en la Iglesia una serie de obispos sin fe. Pero el resultado ha sido un documento confuso y ambiguo. Mejor que nada, pero ciertamente no es como para alegrarse mucho.
En cualquier caso, es significativo que, después de no haber sido capaces de argumentar nada contra todos los artículos escritos en este blog que demostraban con claridad las barbaridades que incluían las tesis de Kasper y compañía, aparezcáis ahora.
"Yo no escondo ningún plumero. Todo el mundo sabe cuál es el mío: comunión plena con el Santa Padre cabeza visible de la Santa Iglesia Apostólica Romana"
Si eso es cierto, entonces estará de acuerdo con todo lo que se ha dicho en este blog en la serie Polémicas Matrimoniales, en la que se ha mostrado que las propuestas del cardenal Kasper y compañía eran diametralmente opuestas a la doctrina enseñada por San Juan Pablo II, Benedicto XVI, San Pío V, Pío XII, Pablo VI y un larguísimo etcétera.
"Relájese Gabriela. Es que va a enmendarle la plana también al Santo Padre?"
Hasta ahora, el único que ha enmendado la plana al Santo Padre es usted, que en este mismo blog ha negado la indisolubilidad del matrimonio, sostenida por todos los Papas.
Veamos. Si con toda la que ha caído, si con el empeño que han puesto, si con el asalto brutal que han lanzado contra la fe, teniendo un poder que JAMÁS van a volver a tener, no han conseguido derribar los tres sacramentos que pretendían derribar... ¿no me voy a alegrar?
Bien sé que queda mucha batalla por delante y que todavía no se puede cantar la victoria final. Pero no hay más que ver la rabia y el lamento de los asaltantes para entender que se saben derrotados.
No podía ser de otra forma. Cristo profetizó que las puertas del Hades no prevalecerían.
Hoy le dije a un pastor sinodal: gracias por defender nuestra fe y ser un pastor conforme al corazón de Dios.
Celebro que estéis tan contentos como yo.
Significa que el resultado del Sínodo ha sido magnífico. Este Papa es un genio.
Bruno: tienes razón. Estoy encantado con S. JP II, con S. Juan XXIII, con Pablo VI, con Benedicto XVI y con Francisco. Y con el resultado de este Sínodo que ha sabido seguir la propuesta del Card. Schonborn. Espero que tú también.
Me temo que has abandonado por completo la razón. No puedes seguir a la vez la enseñanza de San Juan Pablo II, por ejemplo, y a Schönborn, que dicen cosas contradictorias. Como he mostrado en el post de aquí arriba.
No es que lo que dices no sea católico, es que es contrario a las mismas leyes de la lógica. Es, simplemente, absurdo.
Madre de Dios, ampáranos!
Y yo no estoy contento por lo que ha dicho el Sínodo. Estoy contento por lo que no ha dicho, porque se ha conseguido evitar que diga lo peor (a costa de una gran lucha).
La forma en que se ha llevado este Sínodo ha sido manifiestamente deplorable. Un sínodo en el que se dicen todo tipo de herejías y esas herejías no son condenadas es, se mire como se mire, un fracaso desde el punto de vista católico.
Dios tenga misericordia de nosotros, porque nos hemos ganado a pulso lo que se nos viene encima. In te Domine speravi, non confundar in aeternum.
La fe católica es un solo cuerpo, como decían los padres de la Iglesia. Si se dispara contra algo, todo el cuerpo se ve afectado. Y yo diría que algunos de los que disparan, como por ejemplo Mons. Bonny, lo saben perfectamente.
Pueden vendernos ahora la moto de que ha habido comunión, libertad, bla, bla, bla. No somos estúpidos. No somos niños a los que se nos puede llevar de acá para allá. La historia pondrá las cosas en su sitio y estos dos Sínodo se recordarán como el más grande ataque, consentido, del modernismo contra Cristo, su Iglesia y la fe católica.
A Dios gracias, seguimos firmes en la fe. Judas 3 siempre. Guste a quien guste, enfade a quien enfade. No nos callarán. Vivimos en la libertad de los hijos de Dios para defender, por su gracia, su causa.
""Muy aplaudido por todos los padres si leales"
Antonio, cada vez que haces un comentario como éste, muestras una enorme falta de catolicidad"
Bueno lo que nuestro es una falta de... Ortografía ( o mejor dicho una errata de mecanografía acompañada del intervencionismo del corrector). Quería decir "padres sinodales" :)
El caso es que:
- Se mantiene la doctrina sobre la no comunión de los divorciados vueltos a casar.
- Se mantiene, e incluso en cierto punto parece ser que se radicaliza, la doctrina sobre las uniones homosexuales. Eso de que hay que "acompañar" a las familias con algún miembro homosexual ha sentado muy mal al progresismo secular.
- Se mantiene la doctrina de que no cabe gradualidad en la ley.
- Se mantiene la doctrina de que la conciencia debe formarse conforme a la verdad, sin atajos.
Comprendo que ante semejantes hechos, algunos queráis convertir las palabras del Papa en su discurso final al sínodo en piedras contra los que hemos defendido la absoluta necesidad de que esas doctrinas no se tocaran. Pues mira... no se han tocado.
Por nuestra parte, seguiremos, pese a quien le pese y digan lo que digan, obedeciendo a la Escritura:
Queridos míos, al poner todo mi empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación, me he visto en la necesidad de hacerlo animándoos a combatir por la fe transmitida de una vez para siempre a los santos. Pues se han infiltrado ciertos individuos cuya condenación está prescrita desde antiguo, impíos que han convertido en libertinaje la gracia de nuestro Dios y rechazan al único Soberano y Señor Jesucristo.
Jud 3-4
Eso es, LITERALMENTE, lo que está pasando. Se ha ganado una batalla. La guerra sigue. Puedo decir que este portal en general, y más concretamente este blog en particular, ha sido protagonista discreto pero eficaz en este sínodo. Lo seguiremos siendo por la gracia de Dios.
Lo que pretende es reformar la Iglesia y acercarla al Evangelio de Cristo, no romperla ni destruirla.
Pero va a denunciar sin pelos en la lengua todo lo que tiene que denunciar.
¡Qué Dios te bendiga! Muchísimas gracias.
Un par de iniciativas más así y el catolicismo quedará hecho unos zorros.
A mi modesto entender, bastarían unas palabras claras, concisas y en la forma adecuada que marca la reconocida infalibilidad del Papa.
Sentada la base anterior, el confuso y ambiguo texto del sinodoro es a la vez claro: "Obispos del sínodo, si vienen parejas de adúlteros a contaros una desgarradora historia, dadles la Comunión. Si la historia no es tan lastimera, se la negáis. Así simulamos que se está practicando el discernimiento. ¿Entendido? Manos a la obra".
Ah, eso sí: la doctrina, decían, no se va a cambiar. Pero se cambió. La doctrina es de Dios. Quien la cambie no es de Dios, tenga la investidura que tenga. No nos autoengañemos más.
A la Iglesia, incluidos todos nosotros, todavía nos falta un largo trecho por recorrer para vivir en plenitud el Evangelio. Y para acercarnos mínimamente a vivir como Cristo y tener la jerarquía de valores de Cristo.
Perdonad que no os conteste apropiadamente, pero es que me han pedido moderación y estoy haciendo una mortificación de acción de gracias postsinodal. Cuando termine hablamos.
Solo os dire que Dios os cria y vosotros os juntáis. Soys de una pasta especial.
Benedicto XVI.
Estoy de acuerdo, un par de sínodos mas como este y no va a hacer falta ni el antipapa, ni el anticristo ni el apocalipsis, los vamos a montar nosotros solitos.
Pero si queremos hacer un bien a la Iglesia, deberíamos abstenernos de hacer juicios de intenciones y descalificaciones que muestran falta de caridad y dureza de corazón. Se puede ser muy ortodoxo, perfectamente fiel a la doctrina y sin embargo carecer de misericordia.
Me parece entender muy bien tu postura porque me doy cuenta de que a mí me ha sucedido eso mismo en muchas ocasiones. Y no es que dude o cuestione nada en absoluto del Magisterio, o acepte que se rebaje o relativice algo de esas enseñanzas. Lo que sí me doy cuenta que he hecho mal y que debo corregir es la tentación que señala el Papa Francisco de “apedrear a los otros con la verdad”.
Cuando juzgamos las intenciones nos estamos colocando en el puesto de Dios que es el único que ve lo que hay en el corazón de cada uno. Me parece muy bien que des tu parecer, que expongas lo que piensas que es algo contrario a la fe y al Magisterio de la Iglesia. En cambio me parece mal que a la vez juzgues la intención de los otros.
Pienso que, aunque no lo hayas pretendido, de tus palabras se desprenden juicios injustos. Juzgar injustamente es decir que Kasper y Schömborn pretenden destruir todo lo que el santo Papa polaco enseñó sobre la familia. Juzgar injustamente es llamarles hipócritas, es calificar de chantajista emocional, es afirmar que pretenden engañar, que retuercen y destruir la doctrina con tal de darle al Mundo lo que quiere.
Si hay cardenales que parece que no han estudiado teología o que caen en flagrantes errores, supongo que algunos hermanos suyos cardenales les harán darse cuenta de ellos.
No podemos decir que son herejes y que quieren destruir la Iglesia porque eso implicaría que el Papa, garante de la fe de la Iglesia, debería de afirmar públicamente que están en el error y obligarles a retractarse. Y no lo ha hecho. Esto ¿no supone por nuestra parte un esfuerzo para entender qué es lo que ha pasado en el Sínodo? Me parece un juicio simplista presentarlo como una batalla entre progresistas y conservadores.
En la Iglesia hemos de esforzarnos en poner “al descubierto a los corazones cerrados, que a menudo se esconden incluso dentro de las enseñanzas de la Iglesia o detrás de las buenas intenciones para sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y superficialidad, los casos difíciles y las familias heridas” así como “superar toda hermeneútica conspirardora”. Hemos de evitar caer “en el peligro del relativismo o de demonizar a los otros”. ¿No será que a veces caemos en la actitud dura del hermano mayor del “hijo pródigo”? Tenía razón en su juicio, pero carecía de las entrañas de misericordia del padre.
Debemos hacer un esfuerzo, como decía Santo Tomás, de considerar que lo que el otro afirma puede ser razonable y, en cualquier caso, interpretar de la forma más benigna posible lo que dice.
De entrada (también a mí también me lo parece) aunque nos parecezca un disparate lo que dicen algunos, hemos de considerar que no son unos analfabetos, unos ignorantes, unos desaprensivos y malvados. Hemos de presuponer que quieren el bien de los hombres y de la Iglesia. Y si es así, entonces ¿no tendremos que hacer el esfuerzo por tratar de entender qué es lo que intentan decir o lo que proponen? Ese esfuerzo de tratar de entenderlos es, a mi juicio, fundamental. Luego, después de haberlo hecho, podré decir que me parece que su pretensión es contraria al Magisterio de la Iglesia y que no tiene fundamento.
Ciertamente, me parece que el discurso del Papa en la conclusión del Sínodo hemos de leerlo y hacer examen personal de lo que ahí dice.
Me parece muy oportuno también, tener en cuenta el discurso del Papa en la conclusión del Sínodo del año pasado. Especialmente cuando cita algunas de las tentaciones que deberíamos evitar:
—una: la tentación del endurecimiento hostil, es decir, el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos aún aprender y alcanzar. Desde los tiempos de Jesús, es la tentación de los celantes, los escrupulosos, los diligentes y de los así llamados —hoy— «tradicionalistas», y también de los intelectualistas.
—La tentación del buenismo destructivo, que en nombre de una misericordia engañadora venda las heridas sin antes curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas y las raíces. Es la tentación de los «buenistas», de los temerosos y también de los así llamados «progresistas y liberales».
—La tentación de transformar la piedra en pan para romper un ayuno largo, pesado y doloroso (cf. Lc 4, 1-4), y también de transformar el pan en piedra y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (cf. Jn 8, 7), es decir, transformarlo en «cargas insoportables» (Lc 11, 46).
—La tentación de bajar de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer allí, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en lugar de purificarlo y conducirlo al Espíritu de Dios.
—La tentación de descuidar el «depositum fidei», considerándose no custodios sino propietarios y dueños, o, por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje pulido para decir muchas cosas y no decir nada. Los llamaban «bizantinismos», creo, a estas cosas...
Me parece que haríamos muy bien si en vez de acusar a los otros de estar cayendo en una de esas tentaciones, me examinara con sinceridad y considerara la posibilidad de estar cayendo yo en alguna de ellas.
Te agradezco tu largo comentario. Sin embargo, hasta donde puedo ver, no solo no se ajusta a lo que enseña la Iglesia, sino que además es contradictorio consigo mismo.
No tiene ningún sentido que me critiques y juzgues... por juzgar y criticar. Lo siento, pero esa incoherencia ya descalifica tu comentario. Es absurdo que me acuses de caer en la tentación de "acusar a los otros de estar cayendo en una de esas tentaciones", me apedrees con la "verdad" de que yo apedreo a otros con la verdad, etc. El truco verbal de hablar en primera persona del plural, cuando en realidad uno se está refiriendo a la segunda del singular no es más que eso, un truco verbal, pero no modifica en nada la calificación moral del comportamiento.
Lo que tú llamas "juzgar las intenciones" no es lo que la Iglesia entiende por eso. Si la propuesta del cardenal Kasper y sus partidarios destruye, de hecho, todo lo que San Juan Pablo II enseñó sobre moral familiar (como atestiguan los treinta artículos que he escrito sobre el tema), decir que el cardenal Kasper y sus partidarios pretenden destruir todo lo que S. Juan Pablo II enseñó sobre moral familiar no es juzgar sus intenciones en el sentido moral, sino constatar que, como teólogos, saben lo que están diciendo.
Si alguien me apunta con una pistola y me pide el dinero porque quiere robarme, decirlo no es juzgarle (en el mal sentido de la palabra), sino un discernimiento básico.
Dices: "Juzgar injustamente es llamarles hipócritas, es calificar de chantajista emocional, es afirmar que pretenden engañar, que retuercen y destruir la doctrina con tal de darle al Mundo lo que quiere"
Esa vergonzosa (e injusta) deformación de lo que yo he dicho no es de recibo. No les he llamado hipócritas. Lo que he hecho es algo diferente: calificar de hipocresía que digan que están profundizando en el magisterio de San Juan Pablo II cuando en realidad están rechazándolo radicalmente. Eso es algo innegable, ya que el card. Kasper, en particular, conoce perfectamente ese magisterio porque sus tesis contrarias al mismo ya fueron condenadas con ocasión del último sínodo sobre la familia anterior a este y con ocasión del último sínodo sobre la Eucaristía. Y ahora las ha vuelto a presentar. Es inimaginable que el cardenal Kasper no sepa que lo que está diciendo es la negación radical de lo que enseñaron San Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre este tema y el hecho de que diga lo contrario es, por definición, hipocresía.
Dices también falsamente que he llamado al cardenal chantajista emocional, cuando me he limitado a señalar algo obvio: que su comportamiento es reprochable. Su apelación a los pobres niños que se van a sentir muy mal porque su padre no está casado es el clásico chantaje emocional, impropio de un teólogo. Si crees que no es así, puedes discutirlo con argumentos. Pero en lugar de dar argumentos, me acusas de juzgar, algo que no sirve de nada.
No he escrito que deseen engañar (tercera falsedad).
Que retuercen y destruyen la doctrina no es mi opinión, es algo evidente, lo llames como lo llames.
Que desean darle al Mundo lo que quiere se ha hecho también evidente tras más de cuarenta artículos: todos sus errores y negaciones de la doctrina de la Iglesia van en la dirección de lo que pide el Mundo hoy. No son errores aleatorios, sino curiosamente justo los errores que pide hoy la mentalidad mundana. Y, más curiosamente todavía, sus argumentos y los de sus aliados son contradictorios entre sí, pero les da igual, lo que indica que los argumentos no les importan y lo único que quieren es conseguir el objetivo, que siempre es el que desea el mundo.
Todo esto no es juzgar en el sentido que la Iglesia da al término. Si lees a los Padres de la Iglesia y a numerosos santos, encontrarás afirmaciones similares sobre los heterodoxos de sus épocas.
Por supuesto, es perfectamente posible que todos ellos tengan buena intención, que crean que lo que hacen es lo mejor, que consideren que su forma de actuar se justifica por los fines (como defienden, por cierto, en cuanto a los principios morales), que ni siquiera se den cuenta de que hacen mal por una formación defectuosa o por los efectos de la rutina y los vicios... No lo sé y, francamente, no me importa nada. Meterme en eso sí que sería juzgarles. Dios sin duda se lo tendrá en cuenta y yo no soy mejor que ellos en absoluto. En estos artículos he reconocido multitud de veces que es muy posible que tengan buena intención (de hecho, por cortesía he dicho muchas veces que "sin duda tendrán buena intención", aunque lo estrictamente cierto es que no me meto en ello y no lo sé).
Pero que lo que hacen está gravísimamente mal, que lo hacen con medios malísimos y que persiguen fines objetivamente malos es indudable (por supuesto, con matizaciones según los casos). Y que en estas circunstancias se requiere un lenguaje durísimo es también indudable por el ejemplo del mismo Cristo.
Dices: "Si hay cardenales que parece que no han estudiado teología o que caen en flagrantes errores, supongo que algunos hermanos suyos cardenales les harán darse cuenta de ellos."
Eso sería una dejación grave de los deberes de cada bautizado. Según la Iglesia, los laicos tenemos el derecho y a veces el deber de defender públicamente la fe, aunque sea arguyendo contra los pastores (véanse, por ejemplo, el código de derecho canónico, a Santo Tomás y a Pío XII).
Dices: "No podemos decir que son herejes y que quieren destruir la Iglesia porque eso implicaría que el Papa, garante de la fe de la Iglesia, debería de afirmar públicamente que están en el error y obligarles a retractarse. Y no lo ha hecho."
Esta afirmación no tiene sentido. El Papa, como todo mortal, debería hacer muchas cosas que no hace. Por eso se confiesa regularmente. Confundes, además, la declaración formal de hereje, que sólo puede realizar con autoridad la Iglesia, y el hecho de que una afirmación sea una herejía, algo que puede y debe discernir todo cristiano.
Dices: "Me parece un juicio simplista presentarlo como una batalla entre progresistas y conservadores".
Cosa que yo no he hecho nunca. Eso es terminología política. La batalla fundamental se da entre la fe católica y las heterodoxias, como ha sucedido siempre en la historia de la Iglesia.
Dices: "Y si es así, entonces ¿no tendremos que hacer el esfuerzo por tratar de entender qué es lo que intentan decir o lo que proponen? Ese esfuerzo de tratar de entenderlos es, a mi juicio, fundamental. Luego, después de haberlo hecho, podré decir que me parece que su pretensión es contraria al Magisterio de la Iglesia y que no tiene fundamento"
Otra afirmación injusta. Si tú no lo has hecho, allá tú. ¿Por qué supones que no lo he hecho yo? He escrito un libro entero de artículos sobre el tema y he dedicado a esos escritos heterodoxos innumerables horas que habría preferido dedicar a mi familia y a otros menesteres mucho más agradables. Y después de haberlo hecho, puedo decir que sus pretensiones son contrarias al Magisterio y que no tienen fundamento.
Dices: "Debemos hacer un esfuerzo, como decía Santo Tomás, de considerar que lo que el otro afirma puede ser razonable y, en cualquier caso, interpretar de la forma más benigna posible lo que dice"
Eso, si no recuerdo mal, era San Ignacio quien lo decía. Pero no se aplica a la negación radical y reiterada de la doctrina, donde no cabe una interpretación benigna y, sobre todo, cuando sus declaraciones son públicas y dañan la fe de los que las leen. Yo no escribo estos artículos para el cardenal Kasper y sus aliados, sino para defender a los sencillos que extravían sus heterodoxias. La única interpretación benigna que puedo hacer (y la hago) es que puede que tengan buena intención (Dios lo quiera, porque objetivamente lo que hacen es gravísimo).
En cuanto a todo lo demás de acusarme de veinte cosas diferentes, de decirme lo bien que me vendría leer las regañinas del Papa, etc., aunque seguro que lo dices con buenísima intención, si no te importa, como no te conozco de nada, prefiero hacer ese discernimiento yo. En este blog tratamos de los temas discutidos, no de la salud espiritual o falta de ella del autor.
Un saludo.
Deja de insultar o borraré tus comentarios.
Por otra parte, el objetivo de la Iglesia no es "buscar" el Reino de Dios. Eso es misión de cada cristiano. El objetivo de la iglesia es evangelizar al mundo entero. O dicho de otra forma, ser columna y fundamento de la verdad. A no ser que pienses que San Pablo era una persona rígida y psicológicamente insegura.
Esos pastores perversos, no tienen otro nombre, merecen la mayor de las condenaciones. Y quienes les aplauden, quienes encima tienen la poca vergüenza de arremeter contra quienes seguimos el mandato de Judas 3, merecen igual destino. Quiera Dios darles antes de su muerte el arrepentimiento para así poder salvarse, aunque tengan que pasarse en la peor zona del purgatorio todo el tiempo que queda hasta el regreso de Cristo.
La iglesia evangeliza para construir el Reino de Dios , para hacerlo cada vez más extenso, par ir haciéndolo actual hasta que llegue la definitiva plenitud de los tiempos. " busca el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se te dará por añadidura" ese es el núcleo central de la predicación de Cristo. ¿De verdad hay que recordar esto?
No tienen desperdicio ¡y son tan necesarios en la Iglesia!
¡ No sabéis la cantidad de cristianos que agradecen profundamente emocionados estos discursos!
"No he insultado a nadie. Vaya con el empeño de sentirse insultado cada vez que se habla de errores o defectos en general, sin referirse a personas concretas"
Mira Antonio, no somos tontos. Me creo que te engañes a ti mismo con esas cosas y no te des cuenta, pero desde fuera es evidente. Nadie viene a este blog y dice en general, por ejemplo, "Qué málas son las que tienen envidia de los vestidos nuevos de las demás porque ellas no pueden comprarse uno y, si eso las molesta, que no se hubieran casado con un obrero que gana dos perras gordas al mes", porque no tendría sentido hacerlo aquí. Eso lo dice una señora, con muy mala idea, cuando está pensando en alguien en concreto y, generalmente, cuando las que la escuchan saben de quién habla o saben que se refiere a ellas.
Tú haces lo mismo. Vienes aquí e insultas constantemente a otros lectores sin nombrarlos. En alguna ocasión luego lo has reconocido. Y esa forma de hacerlo sin decir en concreto a quién te refieres, lejos de convertir esa práctica en aceptable, la hace más ruín. Si quieres decir algo de alguien, sé un hombre y di a quién te refieres. Quizá pase tu comentario y quizás no, pero al menos mostrarás un mínimo de hombría y no te engañarás a ti mismo.
Y, por favor, no te escondas detrás del Papa, que ya es el colmo.
Has superado todos los límites. Desde ahora, ese tipo de comentarios serán borrados sin explicación. No voy a discutir esto más.
Dices: "La iglesia evangeliza para construir el Reino de Dios , para hacerlo cada vez más extenso, par ir haciéndolo actual hasta que llegue la definitiva plenitud de los tiempos. " busca el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se te dará por añadidura" ese es el núcleo central de la predicación de Cristo. ¿De verdad hay que recordar esto?"
No sé si tienes que recordarlo. Pero quizá mejor que no lo hagas, porque es incorrecto.
La Iglesia no construye propiamente el Reino de Dios y ciertamente esa expresión no describe adecuadamente la misión de la Iglesia, porque no es una expresión evangélica, sino moderna. El ser humano no puede construir el Reino de Dios, que es una gracia y no una construcción humana. Por otro, debería decirse más bien que la Iglesia es el Reino de Dios en cuanto que el Reino de Dios es el Reinado, la presencia, la gracia de Cristo y la Iglesia es el cuerpo de Cristo. Por eso, la Iglesia lo que hace es predicar el Reino de Dios, es decir, predicar a Cristo, no buscarlo como si no supiera dónde está.
Se puede usar la expresión de forma impropia, como tantas otras, pero una expresión de ese tipo, que no es bíblica y sólo es adecuada en sentido muy amplio no puede expresar la misión de la Iglesia.
En cuanto al núcleo central de la predicación de Cristo hay que tener cuidado con las ideas de los exegetas del protestantismo liberal (y que, tristemente, han influido en muchos exegetas católicos) y que generalmente intentan a toda costa presentar la enseñanza de Cristo como si fuera la de un predicador humano, separándola de la obra de la Redención. El núcleo de la predicación de Cristo (si nos atrevemos a resumir algo que es irresumible) sería más bien: El Reino de Dios ha llegado ya. Cristo hizo presente el Reino de Dios, que se identifica con Él, especialmente en los tres grandes acontecimientos salvíficos de su Encarnación, Muerte y Resurrección, por medio de las cuales el Reino de Dios ha llegado a su plenitud (aunque no todos participemos aún plenamente de ella).
Cuando Cristo dice Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura, no está diciendo "buscad" en el sentido de algo que no se sepa dónde está, porque, como hemos dicho, el Reino de Dios ha llegado ya, sino de "procurad", como a menudo se traduce. Es decir: ocupaos del Reino de Dios, venid a mí que soy ese Reino, elegid la mejor parte, tened mis mismos sentimientos, dejaos salvar por mí, amad como yo os amé, etc.
"El Reino de Dios no se busca de manera individual, cada cristiano"
Yo no he dicho lo contrario. Lo que he dicho es que buscar el Reino de Dios, en el sentido propio de buscar, debe hacerlo cada persona. La Iglesia no busca, porque ya ha encontrado. La Iglesia es la esposa, que muestra al esposo al mundo, que conserva lo recibido y profundiza en ello, que ha hallado ya la piedra preciosa, que no busca la Verdad sino que es columna y fundamento de esa verdad para el mundo.
"El cristiano cuya preocupación central es su propia salvación no se ha enterado de nada"
Sí, eso está muy de moda decirlo, pero hay que tener cuidado porque es contrario a lo que dice el Papa. Me refiero al primer Papa, San Pedro, inspirado por el Espíritu Santo: "obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas" (1P 1,9). Y el Apóstol de los Gentiles: "ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor" (Flp 2,12). Conviene tener en cuenta que esta última cita dice expresamente heaoutou, es decir, cada uno de la suya.
La realidad es que es una contraposición falsa. Cada uno debe ocuparse ante todo de su propia salvación, porque es la única que depende verdaderamente de nosotros y por lo tanto es la misión fundamental que nos concede Dios. Antes de quitar la paja del ojo ajeno hay que quitar la viga propia. Por otro lado, esa salvación no ocurre en el vacío, sino, por voluntad de Dios, en la Iglesia, y está indisolublemente unida al amor a los demás y a nuestra participación en la misión salvífica universal del propio Cristo.
Me parece que en ningún momento he juzgado tus intenciones. Simplemente he querido, sincera y fraternalmente, hacer una observación a tus artículos.
No voy a repetir todo lo que ya señalé en mi comentario anterior. Si no he logrado hacerme entender con lo que ahí he expuesto, me parece difícil que lo logre ahora.
De todos modos intentaré expresarme mejor sobre algún punto.
Considero que decir: “Kasper y Schömborm pretenden destruir todo lo que el Papa polaco enseñó”, es un juicio de intenciones. Afirmando eso estoy juzgando algo más que lo que dicen; más de lo que afirman en sus exposiciones.
Yo estoy de acuerdo contigo en que sus afirmaciones son contrarias a lo que Familiaris consortio ha enseñado. Pero una cosa es juzgar lo que dicen y otra lo que pretenden hacer al decirlo. Sólo si ellos mismos afirmaran que es eso lo que pretenden, podríamos entonces decirlo.
Esto es lo que enseña precisamente Juan Pablo II en la Veritatis splendor: el objeto moral de una acción solo puede captarse desde la perspectiva de la persona que actúa.
Por seguir tu ejemplo, si alguien me apunta con una pistola y me pide dinero, puedo afirmar que es eso precisamente lo que hace, pero en rigor, sólo él sabe por qué lo hace y si lo que pretende, lo que quiere, es robarme.
Normalmente si eso me ocurriese, lo más seguro es que esté siendo víctima de un robo. Pero que sea lo más probable no excluye de modo absoluto la posibilidad, aunque fuera remota, de que no sea eso lo que aquella persona hace.
Por seguir con otro ejemplo, todo hereje lo es por decir alguna herejía, pero no toda expresión herética es propiamente de un hereje. No son pocas las que escucho de parte de mis alumnos de Teología dogmática, y no tengo a ninguno de ellos por herejes.
Pero, si bien es posible que haya herejía sin hereje, sin embargo no es posible que exista chantaje sin chantajista. Para que haya hereje, hace falta que quien afirma la herejía sepa que se trata de una herejía. Y por eso no todo el que afirma una herejía es necesariamente un hereje.
Pero el caso de la hipocresía es distinto porque sólo quien sabe que está diciendo lo contrario de lo que piensa es un hipócrita. Es decir, no se puede ser un hipócrita sin saberlo. Y por eso mismo toda hipocresía exige necesariamente un hipócrita.
Decir que no calificas de hipócrita a Shömborm sino que calificas de hipocresía lo que dice no es posible. Del mismo modo que no puede haber mentira sin mentiroso, no puede haber hipocresía sin hipócrita.
Por eso, ante una afirmación que no se ajusta a la verdad no deberíamos calificar a otro de mentiroso si no queremos juzgar sus intenciones. En todo caso deberíamos decir que lo que dice es falso. Diciendo que es falso no entramos a juzgar a la persona y sus intenciones sino lo que afirma.
No pretendo seguir puntualizando todas y cada una de las demás cuestiones tratadas. Solamente me referiré a una más.
Presupongo en el Papa, y creo que toda persona de buena fe también lo hará, la suficiente capacidad intelectual y la prudencia propia de la "gracia de estado" para discernir si estamos o no ante unas circusntacias que requieren o no un lenguaje durísimo como el que empleó Cristo. Juzgar eso no creo que me corresponda a mí. Y en el caso de que alguien pensase que a él sí le puede corresponder tal juicio, no creo que afirmar que estamos ante esas especiales y difíciles circunstacias sea algo “indudable”.
No pretendo polemizar en absoluto. Por eso este será mi último comentario a este post.
Un saludo.
"Me parece que en ningún momento he juzgado tus intenciones. Simplemente he querido, sincera y fraternalmente, hacer una observación a tus artículos. "
Has hecho conmigo exactamente lo mismo que me acusabas de hacer con el cardenal Kasper. Ciertamente, yo no te acuso de juzgar (en el sentido del término que nos está prohibido a los cristianos), lo que digo es que tus comentarios son incoherentes, porque haces precisamente aquello de lo que me acusas. Y no sólo eso, sino que vienes a mi propio blog a acusarme de ello.
Me parece muy bien que seas sincero y fraternal, de hecho lo doy por supuesto, pero eso nada tiene que ver con el tema tratado (porque, de hecho, yo también soy sincero y fraternal y no parece que eso te haya impedido acusarme).
"Si no he logrado hacerme entender con lo que ahí he expuesto, me parece difícil que lo logre ahora"
Me temo que el problema no es que no te hayas hecho entender, sino que te has hecho entender y lo que dices es erróneo.
"Pero una cosa es juzgar lo que dicen y otra lo que pretenden hacer al decirlo. Sólo si ellos mismos afirmaran que es eso lo que pretenden, podríamos entonces decirlo. Esto es lo que enseña precisamente Juan Pablo II en la Veritatis splendor: el objeto moral de una acción solo puede captarse desde la perspectiva de la persona que actúa."
Me temo que no entiendes lo que dice San Juan Pablo II, porque confundes el objeto moral de una acción con la finalidad de la misma y son cosas distintas. Relacionadas, pero no iguales.
Un señor que me asalta y me quita el dinero, quiere robarme, porque robarme es tomar mis bienes sin mi consentimiento y sus acciones indican que ésa es su intención.
Sin embargo, con ello no juzgo el objeto moral de su acción, porque no conozco sus motivaciones, ignorancias, atenuantes, etc. subjetivos, que intervienen, en ocasiones decisivamente, en la calificación moral subjetiva de su acción. Es posible que el señor esté convencido de que el fin justifica los medios o de que yo me lo merezco por alguna razón y crea subjetivamente (y equivocadamente) que está haciendo bien. En ese caso, no habría culpa alguna en su acción. Por lo tanto, yo no puedo juzgar que subjetivamente está pecando. Pero sí puedo (y normalmente debo) hacer un juicio sobre la finalidad o intención material de sus actos, que es robarme.
Si esto no estuviera permitido a un cristiano, sería imposible la relación social con otras personas, porque esta depende siempre de mi capacidad de juzgar esas intenciones (si no somos capaces de distinguir entre alguien que quiere robarnos o asesinarnos y alguien que quiere estrecharnos la mano, no viviremos mucho).
Lo mismo sucede con el cardenal Kasper. Si su postura es, en este asunto (y en muchos otros), la contraria de lo que enseña Juan Pablo II, si rechaza la indisolubilidad (aunque mantiene la palabra), pide la comunión para los divorciados, rechaza que existan actos intrínsecamente inmorales, etc. y pide que la Iglesia acepte esa postura, lo que busca (finalidad material) es destruir la doctrina de Juan Pablo II. Porque su postura y la de Juan Pablo II son excluyentes, luego si quiere una, desea eliminar la otra. Es lógica elemental.
¿Puede que quiera destruirla con buena intención subjetiva, porque algún tipo de ignorancia le impide ver que es un despropósito? Sin duda. Esa buena intención subjetiva puede existir en cualquiera. Y es esa intención moral la que no se debe juzgar.
La finalidad material podemos y debemos discernirla. Y, de hecho, lo hacemos constantemente.
"Sólo si ellos mismos afirmaran que es eso lo que pretenden, podríamos entonces decirlo"
Eso no tiene sentido. Primero, porque el lenguaje verbal no es nuestro único lenguaje. Nuestras obras hablan también. Restringir el lenguaje al puramente verbal en este asunto no está justificado. Segundo, porque ellos mismos se pueden equivocar en lo que dicen. "Absuélveme de lo que se me oculta", dice el Salmista. Finalmente, yo diría que confundes el hecho de no tener certeza absoluta de algo (de hecho, no tenemos certeza absoluta de nada más allá de las tautologías y pocas cosas más) y tener una opinión sobre ese algo con juzgar en el sentido prohibido (que es algo muy diferente).
En cuanto al chantaje y la hipocresía, son exactamente el mismo caso que la herejía. Uno puede decir una herejía con buena intención, pensando que eso es lo que creen todos los cristianos (recuerdo un buen amigo que creía que la "comunión de los santos" significaba que hay que comulgar mucho para ser santo).
Pero también uno puede chantajear emocionalmente a otros sin darse cuenta. Eso, lejos de ser algo inconcebible, es algo que vemos todos los días. Es más frecuente, creo yo, en las mujeres, pero en cualquier caso lo hace muchísima gente sin darse cuenta de ello y, muy probablemente, sin responsabilidad moral o con una responsabilidad moral muy atenuada, de modo que simplemente señalar el hecho de que hay un chantaje emocional no supone un juicio en el sentido en que los cristianos no deben juzgar.
Lo mismo se puede decir de la hipocresía. El hipócrita no necesariamente se da cuenta de que lo es. Apuesto a que los fariseos a los que el Señor llamaba hipócritas a menudo no eran conscientes de su propia hipocresía. De nuevo, decir una cosa y pensar otra diferente es algo que mucha gente hace sin darse cuenta, por mil motivos, hábitos o circunstancias.
En cualquier caso, repito una vez más: la responsabilidad subjetiva del cardenal (que es lo único que se puede juzgar en mal sentido) me resulta desconocida y, francamente, completamente desprovista de interés para cualquiera que no sea su confesor.
"Presupongo en el Papa, y creo que toda persona de buena fe también lo hará, la suficiente capacidad intelectual y la prudencia propia de la "gracia de estado" para discernir si estamos o no ante unas circunstacias que requieren o no un lenguaje durísimo como el que empleó Cristo."
Pues yo no lo presupongo. Porque la historia muestra miles y miles de ocasiones en que los Papas no han hecho bien ese discernimiento.
No hay nada en el catolicismo que me obligue a hacer esa suposición. Y de hecho, hay muchas cosas que me obligan a no hacer esa suposición y realizar un discernimiento sin suspender el juicio. Desde el ejemplo de San Pablo o el de Santa Catalina de Siena hasta el derecho canónico y la enseñanza de Santo Tomás.
Pretender que tu actitud personal es la única propia de una "persona de buena fe" es incalificable.
"Y en el caso de que alguien pensase que a él sí le puede corresponder tal juicio, no creo que afirmar que estamos ante esas especiales y difíciles circunstacias sea algo “indudable”."
Pues si no estamos en esas circunstancias cuando se está tocando la esencia de la moral católica, los sacramentos de la Eucaristía, el Matrimonio y la Penitencia, la fe (y el escándalo) de millones de sencillos y la vida familiar de un sinnúmero de matrimonios, la verdad es que no veo cuándo se pueden dar esas circunstancias.
Esto nos lleva al problema fundamental de tus dos comentarios. Cuando yo estoy hablando en mi blog de temas gravísimos de enorme importancia para la vida de la Iglesia y de millones de católicos, tú vienes y desvías el tema hacia si yo estoy juzgando o no, algo que no sólo no es el tema discutido, sino que en comparación con el tema discutido es totalmente intrascendente para los lectores (y sobre lo cual, según tu propia teoría, no puedes opinar, porque yo no he dicho que estoy juzgando, así que tú no puedes saber que lo hago). Eso hace pensar que tu discernimiento es muy mejorable y que, quizá, deberías reflexionar un poco más sobre estos temas.
Un saludo.
Transcribo:
y que debo corregir es la tentación que señala el Papa Francisco de “apedrear a los otros con la verdad”.
¿Cuánto pesa la verdad? ¿A ti te ha abierto alguien la cabeza con una verdad? ¿O es que en tu pueblo llamais verdad a cualquier cosa?
Que curioso que Cristo no hiciese otra cosa que apedrearnos con la Verdad y ahora en el siglo XXI sale una corte de listos que le emiendan la plana sitemáticamente anteponiendo la practica a la doctrina, cuando Cristo dijo muy claro que si le amamos siguiéramos sus mandamientos, todos, no solo algunos.
¿desde cuando la Verdad, total absoluta y coherente de los mandamientos hace daño a alguien? ¿A ti te ha hecho un chichon? La Verdad solo hace daño a los que desarrollan alergia a la verdad, o mejor dicho a lo que implica asumir la Verdad.
Cuando tu consideras una tentación evitable el llevar la Verdad a otros, estas traicionando a Cristo, que dijo id y proclamad el evangelio, no cuarto y mitad del mismo, según convenga, sino Todo Todito.
Presentar como argumento de autoridad una chorrada como la de apedrear con la verdad, porque lo ha dicho el Papa es tan chorras como la misma chorrada. No por ello te salvas, porque asumes la memez.
Esto es como la equidistancia o el balance entre la misericordia y la norma. Es una falacia solo útil para engañar a bobos o a quien esta deseando que le engañen. La mayor misericordia que hay es la Verdad y la verdad nos lleva a tratar de cumplir la norma completamente, no a conveniencia o voluntad. Cómo decía un cardenal africano, ¿Os creeis mas listos que Dios?
Te diría unas cuantas cosas mas y de otra manera mas animada, pero es que me han pedido moderación.
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