Propuesta para el Sínodo (II): predicar la verdad
La Iglesia tiene como misión predicar la verdad: Id pues y enseñad a todas las gentes (cf. Mt 18,29). Si este encargo del mismo Cristo no se cumple, no sirve para nada el Sínodo, ni tiene sentido la Iglesia, ni merece la pena que yo escriba y los lectores lean este artículo. Proclamemos la verdad, enseñemos la verdad, disfrutemos de la verdad, no luchemos contra la verdad. El gran peligro del Sínodo es avergonzarse de la verdad, porque es el gran peligro de los católicos hoy. Nada hay peor que eso, puesto que avergonzarse de la verdad es lo mismo que avergonzarse de Cristo.
Digo esto tan básico porque, cuando iba a celebrarse el Sínodo extraordinario del año pasado, me llamó la atención un pobre obispo, ¡Dios le perdone!, que dijo algo así como “no estamos aquí para volver a repetir lo mismo”. Es una de esas frases escalofriantes que uno lee dos veces, para comprobar que ha leído bien y que realmente provienen de los labios de un obispo católico. Como diría San Pablo, sin embargo, oportet haereses esse (cf. 1Co 11,19), que podríamos traducir libremente así: conviene que haya quien diga barbaridades para que quede claro que son barbaridades y haya ocasión de reafirmar la verdad contraria.
Aquel pobre obispo no parecía recordar que la misión del apóstol cristiano es, precisamente, así de humilde: os transmití lo que a mi vez recibí (cf. 1Co 15,3). El cristiano no está llamado a transmitir sus elucubraciones, descubrimientos, aportaciones y genialidades, sino lo que ha recibido. En ese sentido, todos en la Iglesia estamos aquí únicamente para volver a repetir lo mismo, porque hay un solo Maestro, una sola Verdad y una sola Fe. Cuando un cristiano se empeña en rodearse de maestros por afán de novedades, apartando los oídos de la verdad (cf. 2Tm 4,3-4), se ha convertido en sal sosa, que ya no sirve para nada más que para echarla fuera y que la gente la pisotee (cf. Mt 5,13). Cumplamos el mandato de San Pablo a Timoteo: hazte fuerte en la gracia de Cristo Jesús, y lo que has oído de mí, a través de muchos testigos, esto mismo confíalo a hombres fieles, capaces a su vez de enseñar a otro (2Tim 2,1-2). Esto es perseverar en escuchar la enseñanza de los apóstoles (Hch 2,42).
La absurda idea de que lo importante es cómo decimos las cosas, hallar formas nuevas de expresarlas o, peor aún, cambiarlas para que se ajusten a lo que desea cada época viene de no creerse que llevamos este tesoro en vasos de barro. Lo importante es el tesoro, no el pobre cacharro en que lo llevamos, por mucho que sea nuevo y reluciente o lo pintemos de todos los colores del arco iris. Primero asegurémonos de que el tesoro sigue ahí y luego pidamos a Dios que nuestro barrillo no lo oculte demasiado, porque si el tesoro no está, el barro no sirve para nada.
La frase del obispo me pareció especialmente sangrante por ser él quien era, ya que las Iglesias locales de su país y las naciones cercanas son el mejor ejemplo de que, en buena parte de la Iglesia, la verdad sobre el matrimonio lleva medio siglo sin enseñarse,más allá de loables excepciones. La doctrina matrimonial católica está prácticamente ausente de los púlpitos. En muchos seminarios, se considera normal rechazar esa doctrina y extraño y rígido mantenerla. Multitud de sacerdotes piden sin rubor que se cambie y, en la práctica, enseñan a los fieles a no guiarse por ella. Los cursillos prematrimoniales se limitan a hablar de las mismas vaguedades y lugares comunes que los libros de autoayuda de los paganos. En innumerables confesionarios, me consta, se ha estado diciendo durante décadas a los cristianos que no pasaba nada por tener relaciones prematrimoniales (siempre que hubiese “amor”), o por usar anticonceptivos (siempre que hubiese “amor” y que “en conciencia” se considerase necesario o conveniente) o por “rehacer la vida” con alguien que no es el cónyuge (siempre que el “amor” se hubiese acabado). En ocasiones, incluso algunos obispos han negado la doctrina moral católica en público y han instituido políticas diocesanas en su contra. Cuando se publicó la Humanae Vitae, conferencias episcopales enteras descubrieron con horror que reafirmaba la doctrina anterior de la Iglesia y explicaron a los cristianos “adultos” que ellos no tenían por qué cumplir esos preceptos si de verdad de verdad les molestaban (que es lo que, tristemente, entendían por “en conciencia”).
¿Cuál ha sido la consecuencia de eso? La previsible: los cristianos han abandonado en masa la doctrina matrimonial católica y viven en su mayoría como vive el mundo. Las encuestas muestran una y otra vez que apenas se diferencian en su vida familiar de los que no son cristianos. Ante eso, con una desvergüenza de proporciones cósmicas, los mismos que durante años han socavado la doctrina católica en la mente de los fieles, despeñando a las ovejas que tenían que guiar, pretenden ahora que es imposible vivir la moral católica, que es demasiado dura, un “mero ideal”, algo solamente “para héroes”, “de otra época” y “siempre lo mismo”, y que no debemos entrar en “una guerra ideológica, dado que no podemos ganar”, ya que el mundo tiene a sus disposición “gigantescos medios económicos” y también “cuenta con los medios de comunicación".
¿Alguien imagina lo que sucedería en una empresa en la que las bonificaciones se dieran a los que no venden o llegan tarde todos los días, se felicitara a los departamentos cuyos productos son defectuosos y se publicasen anuncios en los que se asegura que las compañías competidoras lo hacen todo mejor? ¿O en un ejército en el que los oficiales estuvieran animando constantemente a las tropas a tirar el fusil y huir al oír el primer disparo, en el que los generales consideraran que cada derrota es una victoria y en el que los soldados valientes en lugar de ser condecorados son degradados? ¿Y si, además de todo eso, en un consejo de administración o de guerra para determinar futuras estrategias o responsabilidades, lo que se propusiese fuera dejar de fabricar buenos productos, de vender o de luchar, porque eso es sólo “para héroes”, “un mero ideal” o “siempre lo mismo”? No hace falta ser un genio para darse cuenta de que el resultado sólo podría ser el desastre.
Sin embargo, esto que tan claro tenemos todos en cualquier actividad mundana, por alguna razón no está claro para muchos, sobre todo clérigos, cuando se trata de la Iglesia. Aunque parezca mentira, piensan que lo que hay que hacer es continuar con la estrategia autodestructiva o, a ser posible, acelerarla. Salvando su posible buena fe o ignorancia, esta postura tan ajena al sentido común sólo se explica teológicamente: las tinieblas odian la luz, rechazan el “escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz”, como dijo hace tiempo el Papa Francisco. Ancho y espacioso es el camino que lleva a perdición y muchos son los que van por él (cf. Mt 7,13).
Si la Iglesia ha sobrevivido es únicamente por la gracia de Dios y la promesa de Cristo, porque hemos hecho todo lo posible por destruirla. A pesar de los pesares, en todas las naciones antiguamente cristianas, incluso en aquellas en las que la destrucción endógena de todo lo católico está más avanzada, ha permanecido un resto fiel a la fe y a la moral de la Iglesia, unos pocos que no han doblado su rodilla ante Baal (cf. Rm 11,4), que no han recibido la marca [de la bestia] sobre su frente y en su mano (Ap 20,4), es decir, en su pensamiento y en su conducta.
Debemos señalar con toda claridad que no estamos hablando de abstrusas cuestiones teológicas o de nimiedades, sino de una elección fundamental entre la fe católica que hemos recibido e ideologías suicidas y extrañas al Evangelio. Es evidente que no podemos seguir así. El mismo Cristo nos lo advirtió: Un reino dividido contra sí mismo, no puede subsistir. Es esencial que elijamos y que el Sínodo elija: ¿Qué unión puede haber entre la luz y las tinieblas? (2Co 6,14). Si no se predica la verdad en la Iglesia, se hacen imposibles la fe, la esperanza y la propia caridad, que están basadas en ella.
A lo largo de esta serie de artículos, hablaremos sobre diversos asuntos concretos que podría tratar el Sínodo, pero de nada servirá todo eso si no queda clara cuál es la misión fundamental del Sínodo: predicar la verdad sobre la familia con claridad, sin miedo ni complejos. Y esa verdad no ha cambiado, porque Cristo no ha cambiado: Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. No os dejéis llevar por doctrinas diversas y extrañas (Hb 13,8-9). Atenerse fielmente a esa verdad es lo que ha faltado durante décadas y no otra cosa. De esa falta de fe en la verdad que hemos recibido vienen nuestros principales problemas en éste y en todos los ámbitos, porque, como siempre ha entendido la Iglesia, no hay nada más pastoral que la verdad, enseñada con amor y misericordia. No se enciende una luz y se oculta, sino que se pone en el candelero, para que ilumine a cuantos hay en la casa (cf. Mt 5,11). Si ocultamos la verdad, estamos ocultando a Cristo.
38 comentarios
SERIE PROPUESTA PARA EL SÍNODO
Propuesta para el Sínodo (I): Saco y cenizas
SERIE POLÉMICAS MATRIMONIALES
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Polémicas matrimoniales (VI): D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VII): Respuestas de D. Joan Carreras del Rincón
Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Polémicas matrimoniales (IX): Mons. Vesco y la indisolubilidad disoluble
Polémicas matrimoniales (X): la equidistancia entre la verdad y el error
Polémicas matrimoniales (XI): realidad y no ficción
Polémicas matrimoniales (XII): la analogía con la Lumen Gentium
Polémicas matrimoniales (XIII): supresión de la responsabilidad moral
Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Polémicas matrimoniales (XVII): la ley mosaica
Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo
Polémicas matrimoniales (XIX): cardenal Sistach
Polémicas matrimoniales (XX): Mons. Bonny, obispo de Amberes
Polémicas matrimoniales (XXI): Conferencia Episcopal Alemana
Polémicas matrimoniales (XXII): otra vez el Secretario del Sínodo
Polémicas matrimoniales (XXIII): el cardenal Marx nos da una alegría
Polémicas matrimoniales (XXV): Monseñor De Germay
Polémicas matrimoniales (XXV): el cardenal Kasper no quiere contrariar al mundo
El progresismo es el mal, el progresismo es la muerte.
Pues en las germanías igual: te ofrecemos Señor nuestros matrimonios acordes a tu enseñanza.
Ciegos guiados por ciegos.
La nueva alcaldesa de Madrid quiere aprobar que si el 1% de la población pide un referéndum se haga y sea vinculante.
Se abre aquí una gran oportunidad para luchar contra el aborto. Se necesitaría una campaña bien orquestada y la Iglesia aquí si que no tendría inconveniente en implicarse al máximo.
"Los cristianos han abandonado en masa la doctrina matrimonial católica y viven en su mayoría como vive el mundo"
Más del 90 % de los cristianos practica las relaciones prematrimoniales, o la anticoncepción en el matrimonio.
Los,padres transmiten la anticoncepción a los hijos.
El pecado se perpetua. No hay conciencia de pecado, porque no se enseña con valentía la verdad sobre la castidad y el matrimonio en la Misa dominical ni en el sacramento de la confesión.
El VERDADERO ataque a la familia no viene de fuera, sino que actúa desde muy ADENTRO!
Lleva desde 1968 actuando, y desde 1968, la Iglesia advirtiéndolo.(Humane Vitae), pero no le creyeron.
¿Aún no lo ven?
monitores profesionales de métodos naturales en todas las diocesis.
Los mejores métodos naturales, al alcance de todo el mundo.
Mayor coordinación entre monitores y médicos entrenados en el reconocimiento natural de la fertilidad.
Una vez que las mujeres experimenten el beneficio de un buen método natural, serán las mejores transmisoras del mismo.
Por supuesto. Billings y Creighton
Entonces, ¿A qué esperan las diocesis para introducirlos con fuerza?
Es que cuesta entender lo mas sencillo.
Porque esto es francamente sencillo de entender.
Gracias.
Hacia falta este post.
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-Bien dicho sea. ¿Y que es lo que el cristiano ha recibido Y otros no han creído?
.¿Y qué es la Verdad, pues:?
La Verdad es una infinita dimensión de infinita Luz iluminada y de infinita Vida poblada donde la oscuridad y la muerte no tienen cabida.
La Verdad es un infinita dimensión espacial -cielo- donde tanto es Dios quien allí mora como así es Dios su morada.
La Verdad, la infinita Verdad de infinita Luz iluminada e infinita Vida poblada es la que se deja ver y se deja comprender; más no se la puede medir y definir, otro, que la misma Verdad.
La Verdad es la única y sola infinita dimensión espacial que siendo es y será, y otra no puede ser, de infinita Luz iluminad e in finita Vida poblada. Donde tanto mora el infinito Dios Padre, de infinita Luz esférica que es y será principio de todo principio; primero, igual y no mayor que el Dios Hijo, infinita Luz esférica que es y será fin de todo fin. Quienes, -ambos, el Dios Padre y el Dios Hijo- siendo iguales de infinita Luz infinitos, y distintos como Padre e Hijo; Y siendo dos morando en la única e infinita morada espacial, en ésta su obligada función copulativa de amor, generan una tercera personalidad, igual y distinta, el Espíritu Santo, infinita Vida cúbica que es y será.
La Verdad es la infinita dimensión "cubo-esférica" de infinita Luz e infinita Vida iluminada y poblada donde solo caben todas las posibles moradas de limitada luz iluminada y de limitada vida poblada.
La Verdad no tiene cabida en este nuestro Tiempo limitado de oscuridad y de muerte oscurecido y poblado.
De la Verdad, la infinita Verdad, la que fue es y será, se puede estar hablando toda una eternidad.
"Todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra" (Rom 15,4).
"Siempre están aprendiendo y nunca logran llegar al conocimiento de la
verdad" (II Tim 3, 7)
Es una pregunta que en esta realidad que vivimos incomoda ¿Qué es la Verdad? el cristiano no debe salirse de la Verdad es de amplios horizontes y se hace tan pequeñita como el embrión Jesús, El Verbo encarnado y sigue acompañandonos dia y noche." Yo soy el Camino la Verdad y la Vida"
¿Y dónde está escondida ? Esa sería la auténtica pregunta para cada uno . El cristiano está injertado en la Verdad -Jesucristo, siempre el mismo,el resto de opiniones no interesan y no edifican.
Como decía Chesterton, "la Iglesia Católica es lo único que puede salvarte de la degradante esclavitud de ser hijo de tu tiempo". Lo mismo se les podría decir a los novedosos y modernos promotores del "divorcio católico".
Más o menos muchos en la jerarquía, desde el Vaticano II, están envenenados, en distintas dosis, con estas doctrinas. Ahora se llega al paroxismo de algo que estaba in nuce.
El progresismo es el mal, el progresismo es la muerte.
No es casualidad que los mayores promotores de todo esto vengan de Alemania y alrededores, donde el idealismo hegeliano sigue muy presente.
También allí, por ejemplo, se ha llevado al extremo en el ámbito eclesial la idea moderna de que, en el arte, lo único que importa es la originalidad. Con desastrosas consecuencias, por supuesto.
¡Bienvenidos a nuestro programa el Sínodo de las Familias, también conocido como Master Chef Senior!
En el programa de hoy los aspirantes deberán elaborar la " Ensalada Kasper " cuyos ingredientes obligatorios serán:
A) Tradición y Magisterio de la Iglesia troceados y picados en pedacitos MUY pequeños.
B) Frituras ( más bien carbonizadas) de la Sagrada Escritura.
C) Una paletada del estrato más profundo de una fosa séptica.
A partir de aquí, se valorará la "creatividad" de los aspirantes a la hora de confeccionar tanto un aliño Reiki como una salsa Halmor-rhana tibetana.
Voten mandando un SMS con "Memola" al 666.666.666. o bien enviando un comentario complaciente a Religión Gilital.
Entre los concursantes, se rifará una licuadora y una muñeca chochona.
¡Anímense !
Es el ockhamismo, que ha convertido la fe en mera creencia delicuescente, irrelevante, como quiere el espíritu de la época.
El católico queda pasmado, y el mal afirmado.
Hay mal en el progresismo, en el tradicionalismo, en el hacer tabula rasa del pasado, en la nostalgia de un tiempo ideal que nunca existió.
Hay mal en dejarse llevar por la última novedad y en despreciar los nuevos retos.
Hay mal en anquilosar a la eterna verdad de Dios, a querer encerrarlo en nuestras ideologías, de izquierdas o de derechas, de arriba o de abajo.
Hay mal en encerrar la Palabra en tinajas de barro y en mi dejarla convertir en vino que deja atrás el agua estancada y corre por las gargantas de los hombres.
Hay mal en la novelería se las novedades y en la naftalina de las costumbres que secuestran al Espíritu que sopla donde quiere.
Hay mal en la mundanización del que pretende embridar a Dios con las novedades y mal en quien pretende embridar a Dios conmpericlitadas ideologías mundanas.
Ni uno distinto de aquellos a los que se enfrentaron los apóstoles. Salvo quizás, el tema del clima, :D
Esto dice el Señor. «Haced un alto en los caminos y mirad, preguntad por las antiguas rutas cuál es el camino del bien, y seguidlo, y hallaréis descanso para vuestras almas». Pero dijeron. «No lo seguiremos». Yo os había puesto centinelas. «Prestad atención al toque de trompeta». Pero respondieron. «No la prestaremos».
Jer 6,16-17
Y puedo seguir hasta mañana. Menos mal que no hay nuevos retos 😀
Que separes la ideología política del tradicionalismo, mundana como tantos ismos, de la Verdad eterna y siempre nueva de Cristo.
A partir de ahí, cualquier barbaridad es posible. Incluida la destrucción del planeta a manos del hombre. En todo caso, bien sabemos por la Revelación que dicha destrucción será obra de Dios al final de los tiempos, tras los cuales habrá nueva tierra.
Por tanto, o vamos a lo esencial, que consiste en predicar lo mismo que predicó Cristo al principio de su ministerio público, o estaremos dando vueltas a una noria sin avanzar un metro.
A mí no me tienes que hablar de separar ideología política de tradicionalismo, porque yo la única ideología política que acepto es la que se basa precisamente en el magisterio de la Iglesia, con sus principios no negociables al frente y el resto de la doctrina social acompañando, no como mera decoración, sino como parte esencial de cualquier acción política.
Y mi último comentario tiene que ver con todo, porque buena parte -no todo- del catolicismo de las últimas décadas ha practicado un olvido voluntario, por no decir vergonzoso, de gran parte del legado histórico, filosófico, teológico y cultural de los 19 siglos precedentes.
Excelente post. Muchísimas gracias.
Que el Espíritu Santo te siga iluminando y la Santísima Virgen María y San José te protejan siempre.
Esperemos en Dios que los mismos se pongan las pilas para que nuestra iglesia salga del bache en el que se encuentra.
Bendiciones.
Sobraba la confesión, pero gracias por dejar tan claro a qué y a quién atenernos. Gracias a Dios la teocracia ya no es hoy en día opción de gobierno, al menos en el mundo democrático que respeta la libertad como el bien supremo del individuo. Bienaventurados los que disfrutamos el sábado sin vivir para el sábado.
Que es lo mismo, al no "ME CONFESARE DELANTE DE LOS HOMBRES, NO LO CONFESARE DELANTE DE MI PADRE CELESTIAL!!!!!!!! ES EL INFIERNO !!!!!!!!CON el SEÑOR, no se pueden hacer los tontitos.EXISTE!!!!!!!!!
Flor de chasco, se llevarán en el momento de su muerte, que puede pasar en cualquier momento.
- Que no tiene ni idea de lo que es la doctrina social de la Iglesia.
- Que tenía ganas de meterse conmigo y ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para hacerlo.
Es altamente probable que se den las dos opciones a la vez.
Has dicho basada en el magisterio. Enterito. No recortes ahora.
Hay que gobernar también para los de otros credos, incluido ninguno.
Sabe usted perfectamente que no se permite ir cambiando de seudónimo para crear confusión. No habrá más avisos.
Pues entonces estamos de acuerdo.
Igual es culpa de quien continuamente excomulga hermanos (que no es el caso de vd).
Recibido, gracias. Si en este blog no estoy vetado, vuelvo a ser Guillermo (los otros son ya muy antiguos y por idéntica razón, no se regodee, ande).
no se puede buscar al Señor de corazón y no encontrarlo. El no lo permite. Se le reconoce en lo sencillo. El es sencillo.
Confíe en El. El le ayudara en su lucha.
Gracias
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