La apelación a la infertildad
Conversando acerca del matrimonio homosexual, nuestro punto fundamental es que existe una diferencia básica e insoslayable entre las relaciones hetero y homosexuales: que las parejas de diferente sexo son naturalmente fértiles, mientras que las conformadas por dos personas del mismo sexo nunca podrían serlo. Esta característica justifica que el Estado regule el matrimonio, pues esta es una relación que vincula jurídicamente a los hijos con sus padres, y de esa forma les asegura acceso a la educación que les permitirá integrarse a la sociedad como ciudadanos.
A este planteamiento se nos replica que, de ser así, deberíamos proponer que no sólo las parejas del mismo sexo estén excluidas del matrimonio civil, sino también aquellas que no pueden tener hijos o las que no quisieran tenerlos. Como nadie ha propuesto tal legislación, se nos indica a modo de reductio ad absurdum, ello demostraría que nuestra premisa (del vínculo entre fertilidad y matrimonio) sería falsa.