La proclamación de Laurence Golborne

Este sábado por la tarde, la UDI, partido que forma parte del gobierno de derecha de Sebastián Piñera, ha nombrado como su candidato para suceder al actual presidente a Laurence Golborne, político que alcanzó notoriedad pública por su cercanía con la gente, como Ministro de Minería, durante el rescate de los 33 mineros de Atacama.

En el acto de proclamación, el Golborne ha dicho que cree:

En la defensa de la vida, incluyendo la del que está por nacer, en el respeto irrestricto a la dignidad de todas las personas y en la familia como base de la sociedad.

A lo que el presidente del partido respondió afirmando que no había diferencias en temas valóricos y morales, y que “respetarán la independencia del abanderado". Este intercambio de declaraciones se produce apenas a un día que el mismo candidato indicó:

Las parejas del mismo sexo que tengan la intención de constituir una familia, deben tener un mecanismo que les permita tenerla y deben ser respetados, […] el Acuerdo de Vida en Pareja es un paso importante

Así tenemos que el abanderado presidencial de un partido político de inspiración cristiana –el único en Chile–, no ve inconveniente en apoyar una legislación que ampare las uniones homosexuales, como “un paso importante” ¿Paso hacia donde? Desde luego, al matrimonio homosexual y a la completa asimilación entre las relaciones heterosexuales y homosexuales.

Sostengo que adoptar esta posición es inaceptable para un político cristiano, y traiciona las alegadas bases cristianas de la UDI.

Para los cristianos puede parecer una posición viable, porque no se equipara las uniones homosexuales al matrimonio, pero no hay que ser desconfiado para darse cuenta que quienes favorecen esta legislación la entienden como una etapa intermedia hacia la plena aceptación de las relaciones homosexuales, meta respecto a la cual modificar la definición del matrimonio no es más que un paso más, pues ellos mismos lo plantean así.

En todo caso, se debe aclarar que estamos en contra de toda discriminación contra ninguna persona homosexual. Si dos o más personas quieren establecer una relación afectiva y luego formalizarla mediante un acuerdo, deben poder hacerlo y en caso que ese contrato deba ser invocado ante los tribunales, producirá plenos efectos legales. Dicho de otro modo, no es necesaria ninguna legislación especial para que los derechos de una pareja homosexual sean respetados.

Pero la cosa cambia cuando lo que se nos propone es que el Estado reconozca la relación mediante una legislación especial en ese sentido, porque, desde una perspectiva cristiana (que es relevante aquí, porque hablamos del candidato de un supuesto partido cristiano), el Estado nunca debe estimular los comportamientos inmorales de los ciudadanos, o llamar a equívocos sobre el mismo. Partimos de la base que un gobernante cristiano es responsable de lo que enseñan sus leyes a los gobernados, acerca de lo que es bueno o malo para la persona humana, y si yo, como cristiano, le digo a un homosexual que está bien incurrir en esas conductas, y le presto los medios legales para hacerlo, me hago co responsable de su comportamiento inmoral.

Esto no se contrapone con las situaciones donde el Estado puede tolerar ciertas situaciones de pecado, como cuando se regula la prostitución para evitar la propagación de enfermedades venéreas, porque en ese caso está en juego un bien público superior. Caso análogo sería, por ejemplo, la tolerancia hacia el adulterio o el uso de anticonceptivos. Sin embargo, en casos como ese, debe tenerse siempre en cuenta que no se dé el mensaje de que la conducta es buena en sí misma o equivalente a otras buenas, y que lo que justifica la tolerancia es el bien común y público, y no el beneficio particular, sea del que incurre en la conducta inmoral, sea del candidato.

En el caso de las uniones homosexuales, el resultado final es que se emplea los medios con que cuenta el Estado, al servicio de una ideología: que las relaciones homosexuales son aceptables y moralmente equivalentes a las heterosexuales, y un cristiano no debe tomar parte en las leyes que se dictan para propagar ese mensaje.

A este planteamiento se suele responder que uno puede ser cristiano y participar en política, pero también debe tener en cuenta las opiniones y realidades de los que no lo son. Nuestra respuesta es que la visión cristiana acerca de la moral no es una cuestión exclusivamente religiosa, sino que es universal y objetiva, es decir, que estamos convencidos que mantener relaciones homosexuales es perjudicial para la persona en su conjunto (tanto su salud física como espiritual) sin importar qué ideas filosóficas tenga. Por el contrario, quien tenga la percepción que la ética es una cuestión subjetiva, difícilmente podría llamarse cristiano.

Visto así, tal vez ese sea el problema: que muchos se dicen cristianos, sin saber lo que implica realmente.

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4 comentarios

  
Pato Acevedo
La Iglesia distingue claramente entre las obligaciones religiosas y morales.

La moral sexual no forma parte de una normativa exclusiva para los católicos (como si sólo nostros tuviéramos que ser monógamos o fieles) sino que surge de la naturaleza misma del ser humano, y por lo mismo obliga a todos, independiente de su religión.
18/11/12 7:32 PM
  
Pato Acevedo
@ Gonzalo: Sí y no. Efectivamente, en este momento no hay ninguna duda que Bachelet ganará la próxima elección presidencial en Chile, y desde ese punto de vista, da lo mismo lo que diga la UDI y Golborne.

Pero por otro lado, también se debe notar cómo un partido político supuestamente cristiano va renunciando a partes de esa identidad cuando no es políticamente viable. En este sentido no da lo mismo.
19/11/12 1:50 PM
  
Légolas
Para qué queremos izquierda con la falsa derecha que tenemos..
19/11/12 6:30 PM
  
Leopoldo Quezada
Veamos un par de cosas: Tanto Golborne como Allamand se han planteado en contra del aborto. Eso es muy positivo. Su posición ambigua frente a otros temas inquieta. El AVP propuesto por el gobierno de Piñera es un engendro que no satisface a ninguna de las partes: Parece matrimonio, tiene los mismos efectos, pero no se llama matrimonio. En realidad, es más sensato un acuerdo de vida formalizado ante Notario sin reconocimiento público. Pero el lobby gay quiere el reconocimiento del estado para avanzar en la adopción de menores.
El punto es que tanto Golborne como Allamand compiten por ser el mejor segundo y que el futuro gobierno sea encabezado por Michelle Bachelet y que estas iniciativas sean parte de su programa. Creo que en ese punto es básico que los católicos hagamos sentir que estos temas no son deseables, ni contribuyen al bien común.
20/11/12 1:50 PM

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