Philip Trower, La Iglesia Católica y la Contra-fe -19
La Iglesia Católica y la Contra-fe: Un estudio de las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización
Por Philip Trower
Contenidos
Parte 1. La civilización occidental en los siglos XX y XXI: creencias centrales
Capítulo 1. Por favor use la puerta principal
Capítulo 2. ¿Qué fue la Ilustración?
Capítulo 3. Las denominaciones
Capítulo 4. El progreso perpetuo
Capítulo 5. Los principios de 1789
Capítulo 6. La salvación por la política
Capítulo 7. Los derechos humanos y los males humanos
Parte 2. Influencias secundarias
Capítulo 8. El cambio al sujeto humano en filosofía
Capítulo 9. El existencialismo: Heidegger y Sartre
Capítulo 10. El personalismo: Buber, Marcel y Scheler
Capítulo 11. El personalismo: Maritain y Mounier
Capítulo 12. La idea evolutiva
Capítulo 14. Mayormente sobre Freud
Capítulo 15. Principalmente acerca de Jung
Capítulo 16. El hombre en plural
Capítulo 17. Las palabras y su significado
Capítulo 18. El encuentro con el protestantismo
CAPÍTULO 19. BARTH Y LA NEO-ORTODOXIA
Después de su ruptura con Bultmann, Brunner y Gogarten, Karl Barth (1886-1968) desarrolló una alternativa a la teología liberal a medio camino, o aparentemente a medio camino, entre el protestantismo histórico y el modernismo protestante.
[Su libro] La Epístola a los Romanos no sólo lo había hecho famoso. Lo transformó de un pastor en un profesor de teología, eventualmente de renombre mundial. Entre la aparición de la primera y la segunda ediciones de La Epístola, le ofrecieron una cátedra en Göttingen, y se mudó a Münster en 1925 y a Bonn en 1930. Con el ascenso de los nazis, se unió a la minoría opositora protestante alemana y tomó la iniciativa en la redacción de la Declaración de Barmen contra las pretensiones pseudorreligiosas de los nazis (1934). Cuando se vio obligado a abandonar Alemania al año siguiente, se le ofreció un puesto en la universidad de Basilea, y permaneció en Basilea durante el resto de su vida.
A lo largo de la Segunda Guerra Mundial utilizó su reputación para endurecer la resistencia suiza al régimen nazi, e incluso se unió al ejército suizo como un gesto de solidaridad con la oposición anti-nazi. Pero después, como Buber, sin excusar en ningún sentido los crímenes de guerra nazis, trabajó para reconciliar a Alemania y sus conquistadores. Durante la Guerra Fría, por otro lado, adoptó lo que entonces era la línea “políticamente correcta” para la mayor parte de la intelectualidad occidental. Hizo hincapié en desvincularse de las campañas anticomunistas177. En 1962 se retiró de la enseñanza, pero continuó escribiendo y, en general, siendo un oráculo sobre asuntos religiosos, políticos y sociales hasta su muerte seis años más tarde.
Mientras tanto, desde fines de la década de 1920, había estado trabajando en su formidable Dogmática Eclesial, un estudio y una reinterpretación de la mayor parte de la teología anterior a la Reforma y de la Reforma a la luz de sus nuevos principios y enfoques. Para el momento de su muerte era más larga que la Summa de Santo Tomás. Hay 13 volúmenes en 4 partes, dedicadas respectivamente a La Palabra de Dios, Dios, La Creación y La Reconciliación178. A medida que los volúmenes aparecieron uno a uno, su reputación se expandió hasta ser mayor que la de cualquier otro erudito protestante de la época. El primer volumen reescrito, publicado en 1932, marcó su ruptura definitiva con Bultmann. La quinta y última parte (sobre la Redención) quedó sin escribir.