(343) El impacto del subjetivismo en el pensamiento católico actual
1ª.- El pensamiento católico contemporáneo se caracteriza por su apertura al pensamiento moderno. Apertura significa, literalmente, como dice la RAE, «actitud favorable a la innovación». Por pensamiento moderno entendemos ese inmenso y polimorfo conjunto de conceptos y principios que constituyen la modernidad como cosmovisión, idiosincrasia y mentalidad.
2ª.- La posmodernidad no es otra cosmovisión, ni otra idiosincrasia, ni otra mentalidad. Es la misma modernidad, aunque estirada hasta su límite, tan estirada, que se deforma y parece otra, pero sólo lo parece. Sigue siendo la misma cosmovisión, la misma idiosincrasia, la misma mentalidad, bajo la perspectiva de su desconyuntamiento. O, como dicen los posmodernos, de su deconstrucción. La posmodernidad, por eso, es en realidad la modernidad tardía. En la que aún permanecemos, como en un duro e inhóspito invierno. Lo que vendrá después, no lo sabemos.
3ª.- Tal vez, y digo sólo tal vez, tras la modernidad sucederá una nueva edad planetaria, de nihilismo globalizado, al amparo de un gigantesco Estado Mundial. Quien puede saberlo. Tal vez otra cosa, un nuevo tiempo de barbarie, de anti-romanidad. O algún tipo de resurgimiento de comunidades políticas naturales, de antiguas patrias suprahistóricas que, atravesando el Mundo del Dolor, se reconstituyan como sujetos de tradición, fuertes y expansivas.
Tal vez, y digo sólo tal vez, será el tiempo de un nuevo Gedeón. Podemos conjeturar, y lanzar hipótesis, pero sólo Dios sabe qué nueva etapa está por venir. No será la nueva Aurora del superhombre nietzscheniano ni de su infame sinónimo católico, el ultrahombre chardiniano. No será, decimos, porque no tiene el hombre adámico capacidades para autorredimirse y redefinirse como dios y como ídolo, por más que quiera convertir su afán de autodeterminación en un derecho humano. No sabemos, por tanto, si lo que va a venir va a ser peor o mejor.
4ª.- Pero volvamos al tema de esta reflexión. Modernidad y posmodernidad son la misma cosa en diferente estado. Mas, ¿qué cosa es la modernidad —y por tanto también la posmodernidad? Danilo Castellano, en «¿Es divisible la modernidad?», la define con enorme precisión: «La modernidad, entendida axiológicamente, es sinónimo de subjetivismo».
Axiológicamente, es decir, no cronológicamente, sino en cuanto valor supremo. Y así tenemos que, cuando el pensamiento católico, para “actualizarse”, pretende introducir mutaciones y alteraciones —que eso significar innovar— tomadas del pensamiento moderno; cuando el pensamiento católico, decimos, quiere temerariamente una apertura a la modernidad como valor supremo; entonces, consiguientemente, el pensamiento católico se vuelve, también, sinónimo de subjetivismo.
5ª.- El efecto del impacto del subjetivismo moderno sobre el catolicismo se define, entonces, con la máxima que lo resume. Y que expresamos, una vez más, con las palabras del Conde del Volney: «el hombre, ser supremo para el hombre».
6ª.- En conclusión, ese neopensamiento católico que es sinónimo piadoso de pensamiento moderno se sintetiza con el mismo lema antropocéntrico. Y de esta manera, inevitablemente, la fe en Cristo deviene fe en el hombre. Y no en el hombre redimido, sino en el hombre caído que reclama y contrarreclama (Turgot) autodeterminarse, el ultrahombre chardiniano, sinónimo del superhombre nietzscheniano. Sí, ese mismo que iba gritando por las plazas ¡Dios ha muerto!, ese mismo que pretende ser causa primera de su propio ser.
y 7ª.- En este momento preciso de la Historia de la Iglesia, el católico se encuentra en una encrucijada. Debe hacerse una pregunta fundamental, que exige una respuesta en consecuencia: ¿quiere comprender qué pasa, por qué las iglesias están vacías, por qué los católicos no pintan nada en política, por qué los adúlteros ya pueden comulgar, por qué ya no se teme al infierno, por qué se prefiere Heidegger a Santo Tomás, por qué se opone el ser a la vida, por qué, en definitiva, tantos males nos aquejan? ¿Por qué parece haber menguado el poder de Dios?
Nos queda, a los católicos, una grave decisión que tomar: ¿quiero darme cuenta de la situación en que se encuentra la Iglesia? Si, en efecto, se desea adquirir una inteligencia objetiva, realista y proporcionada del estado presente de cosas, habrá que hacer algo al respecto.
Ese algo pasa por cerrar la puerta al subjetivismo y no permitir que imperen sus principios y conceptos. La casa del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad (1 Tim 3, 15) necesita un buen portón.
David Glez. Alonso Gracián
(305) Séptimas morales y políticas, I: cosas que hacen falta
(306) Séptimas morales y políticas, II: Asaltar la Bastilla
(308) Séptimas morales y políticas, III: Principios y contraprincipios de sana política católica
(310) Séptimas morales y políticas, IV: Personalismo jurídico y libertad religiosa
(330) Séptimas morales y políticas, V: La Causa Política (la católica)
(331) Séptimas morales y políticas, VI: Los Principios de nuestra Causa y el Estado Mundial
(333) Séptimas morales y políticas, VI: El Estado Nominalista, o la insoportable levedad del derecho
(335) Séptimas morales y políticas, VIII: Reinstaurar la Romanitas
(343) Séptimas morales y políticas, X: El impacto del subjetivismo en el pensamiento católico actual
12 comentarios
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A.G..
Gracias Pedro. Laus Deo Virginique Matri.
A ello se une el homosexualismo y transexualismo como destrucción del concepto de hombre y mujer, familia y matrimonio.
Añadir el relativismo moral del divorcio, pornografía, prostitución, parejas de hecho, promiscuidad.
También la cultura de la muerte: aborto, eugenesia, reproducción asistida, infanticidio, gerontocidio y suicidio asistido.
Y en el Vaticano y las diócesis y órdenes y movimientos, dormidos...
Hace años, en un Convento de Carmelitas Des calzas, cercano a mi domicilio organizaron unos Ejercicios Espirituales para las hermanas. Lo iba a dirigir un sacerdote que nunca había atendido a las mismas. Digo 'iba" porque duraron cinco minutos, lo que tardó la madre superiora en detectar' innovaciones" contrarias a la fe.
Estamos donde estamos por no ser expeditivos con el error, por buscar fuera lo que tenemos en casa :la verdad.
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A.G.:
"Estamos donde estamos por no ser expeditivos con el error". Tal cual. Y con la falsa ilusión de que el error, en lugar de propagarse, se autodestruye.
No obstante, en este momento, el enemigo no es tanto el error explícito, (que siempre es enemigo, pero se le ve venir), como el virus escondido ambiguamente dentro de una aparente ortodoxia. No es la heterodoxia, actualmente, el enemigo más peligroso, sino el pensamiento extraño que se ha colado dentro de la enseñanza institucional. Pensamiento que incluso, ahora mismo, invade hasta una exhortación apostólica postsinodal.
¡Que ocultas Catalinas de Siena, Teresa y Juan de la Cruz, oren e intercedan, para sanar estado tan decadente por el que está pasando la Iglesia de Cristo!
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A.G.:
Que así sea, Don Miguel Antonio, porque hace mucha falta corregir el rumbo, sanar infecciones conceptuales, levantar el faro de la Iglesia, para que vuelva a proteger las naves con su aviso.
Como bien dice Ud., lo que está pasando hoy es "un índice evidente de la deriva en que anda la cúspide misma de la actual Iglesia."
Siempre me enerva cuando oigo a la gente decir: esto hay que creerlo por fe... en temas fácilmente explicables con la doctrina de la Iglesia. Es como decir que hay que creer por pura voluntad y ya está.
También aquello de que Dios nos necesita para... Dios no nos necesita para hacer nada, somos nosotros los necesitados, en estado de absoluta mendicidad. Pero ahora tenemos la "fe de quien hace favores a Dios".
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A.G.:
En efecto, del subjetivismo, que es un voluntarismo, viene el rechazo de toda defensa racional de la fe, y la preferencia por un testimonialismo de marcada tendencia nominalista. El testimonio único e irrepetible de Rahner.
Al final de todo, como significa la carta de 45 profesores y teólogos sobre Amoris, el "pensamiento extraño que se ha colado dentro de la enseñanza institucional" acaba teniendo casi 20 herejías y censuras, como destaca dicha carta.
Las cosas, siempre al final, son sí sí no no... y la más mínima mancha en un documento de fe y moral, lo invalida del todo. El agua de la vida no tolera venenos, visibles, ocultos o ambiguos.
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A.G.:
El agua de la vida no tolera venenos. Tal cual. Gracias por una frase tan luminosa.
Los obispos debieran releerlo en las reuniones con sus sacerdotes. O se necesitará que los laicos se lo pidamos de manera especial?
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A.G.:
Gracias por el comentario. No tanto este post, sino la doctrina tradicional católica en su integridad, es la verdadera defensa contra el virus intelectual invasor.
Para mi es fundamental una buena doctrina. Eso lo primero y más necesario. Sin este pilar es imposible ver la distorsión. Por lo menos te permite que las luces rojas se enciendan. La parte filosófica, teológica, aunque raíz y causa de dicha distorsión no está al alcance de todos, o tan sólo percibimos, dada las limitaciones intelectuales y de formación, un resplandor tan solo.
El embite es fuerte. Todo el Magisterio y la Tradición es un bloque, aceptar un error es derribar todo el edificio.
Solo queda poner los medios humanos y sobrenaturales y que Dios disponga, aquí estamos para lo que El considere oportuno
Cuando todo se descoyunte (la postmodernidad) como bien dice, deberemos estar preparados y tal vez esta crisis de la Iglesia, sea el medio que Dios dispone para fortalecernos en la fe y purificar su Cuerpo Místico. Una oportunidad de cambiar y ver la realidad de las cosas, con el pensamiento católico de siempre : el nuestro.
Hay en Galicia un dicho :! Que chova!. Si estamos preparados, pues eso! Que chova! Y lo aplico en el sentido que si somos conscientes de lo que hay, tenemos medio camino andado.
Gracias por su blog.
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A.G.:
Como bien dice, una sólida doctrina es fundamental. A partir de ella se afina y desbroza el sensus fidei para que los errores teológicos no calen y corrompan la mente católica.
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A.G.:
Al sufrimiento, a castigos medicinales, y al martirio.
Reichstag, Berlín, en septiembre de 2011 . Lo leí una vez que hiciste un comentario sobre él, pero no llegué a entender si te parecía bien. Leo tus escritos y son muy claros y sencillos, pero ese discurso es como querer llegar a la meta sin contar , ni nombrar la gracia, como tú la nombras en todos tus post. Gracias.
Tocó el cuarto Angel... Entonces fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas; quedó en sombra la tercera parte de ellos; el día perdió una tercera parte de su claridad y lo mismo la noche."
Apocalipsis, 8
Aquella estrella bien puede ser Martín Lutero.
Las aguas, la sana doctrina.
El ajenjo, la mala doctrina.
Los astros oscurecidos, los clérigos que ya no iluminan con la verdad.
La oscuridad sobrevenida a la humanidad (Comenzando en el ''siglo de las luces'', causa en muchísimos la incapacidad casi total de ver la realidad, la verdad, llevando como consecuencia al subjetivismo.
Por causa del evento de la tercera trompeta, deviene el evento de la cuarta trompeta.
Si no te he entendido mal Alonso -desde hace muchos artículos-, me parece que es muy posible que sea real esta interpretación del Apocalipsis.
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A.G.:
Aquí está la clave:
La oscuridad sobrevenida a la humanidad (Comenzando en el ''siglo de las luces'', causa en muchísimos la incapacidad casi total de ver la realidad, la verdad, llevando como consecuencia al subjetivismo.
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