(305) Séptimas morales y políticas, I: cosas que hacen falta
1ª.- Hace falta un cristianismo fuerte y recio, cimentado en la gracia. No sólo para restaurar la vida privada, sino también, y sobre todo, para regenerar la sociedad. Hace falta la realeza de Cristo, en orden a la vida social virtuosa.
2ª.- Hace falta limpiar de ambigüedad personalista la teología católica, para que el manierismo ético desaparezca de la predicación. No queremos “catolizar" el ethos de 1789, sino ser lo que somos.
3ª.- Hace falta abnegarse en estado de gracia y prodigarse en buenas obras. No escalaremos a la Ciudad Celeste sin grandes trabajos.
4ª.- Hace falta prohibir e impedir el mal, fundamentando el bien sobre la ley natural, posible por la gracia. Autoridad y potestad sin desistencia.
5ª.- Hace falta liberar el bien común del cuarto puesto de la lista, y restituirlo en toda su realeza. Porque no es que sea “no negociable", es que es la esencia de la política cristiana.
6ª.- Hace falta abandonar la jerga fenomenólogica de los valores y recuperar la doctrina de la virtud, luminosa y clásica.
y 7ª.- Hace falta política católica, no sólo políticos católicos. Porque existe un Reino que hemos de pedir, y no sólo para el corazón, sino también para nuestros hijos, para las familias, para la sociedad, para las instituciones, para la vida militante en este mundo. Porque no queremos laicidad, ni fuerte ni débil, sino al Rey de reyes.
3 comentarios
"Si un reino está dividido contra sí mismo, no puede durar. Y si una casa está dividida contra sí misma, no podrá subsistir" Mt 3,24_25
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A.G.:
Buen añadimiento. Es importante la unidad en la verdad, contra esa falsa unidad humana, demasiado humana del pensamiento positivo.
Gracias Soledad.
Gracias a Dios yo pertenezco a otros ámbitos con esa posibilidad, y a todos ellos los veo como una especie de "catacumbas" que si bien no son físicas como lo eran los malolientes refugios de los primeros cristianos, son como ellas lugares donde se "respira" una fe común.
Dispuestos a asumir el riesgo de ser señalados, difamados, calumniados, perseguidos, despreciados, incomprendidos. Y que arrostrar esas dificultades sea un acicate para adquirir valor y entusiasmo. Amor a Cristo que lleve a la virtud heroica.
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