12.01.25

Materia sacramental de la Unción de enfermos: el óleo

Unción enfermos

Desde el principio, y a tenor de lo prescrito por la epístola de Santiago, el óleo era la materia central del sacramento de la Unción de enfermos.

Una vez bendecido, durante el primer milenio era habitual que los fieles mismos, a modo de sacramental probablemente, se lo llevasen en caso de necesidad y se lo aplicasen o lo degustasen y, en los casos más graves, fueran los sacerdotes hasta el enfermo a rezar sobre él y ungirlo.

El rito sacramental se va centrando, cada vez más, en la presencia del sacerdote que reza, impone las manos al enfermo y lo unge con una fórmula sacramental.

En el rito romano, al vincularse la Unción con el perdón de los pecados y la penitencia, se retrasa el momento de su realización hasta después del viático, convirtiéndose en “Extremaunción”, ungiendo los miembros y sentidos del enfermo-agonizante con sentido penitencial.

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22.09.24

Liturgia extraña sin espiritualidad (Notas de espiritualidad litúrgica - XXXV)

La liturgia fue por un camino, y la espiritualidad y la vida espiritual fueron por otro.

¿Qué ocurrió?

Desapareció el catecumenado y la mistagogia, cuando la sociedad, ya cristiana, bautizaba sólo a los niños y éstos crecían en un hogar cristiano que los iba educando en la fe. Durante siglos se fue omitiendo una introducción mistagógica a la liturgia y tampoco era ya frecuente la predicación en las iglesias: sólo el obispo predicaba y en ocasiones especiales.

La liturgia se volvió incomprensible al paso de los siglos cuando se mantuvo el latín pero ya nadie entendía lo que se leía o se rezaba en la liturgia. Sólo unos pocos lo entendían –clero y monjes-.

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5.08.24

Etapa patrística, liturgia y espiritualidad (Notas de espiritualidad litúrgica - XXXIV)

Durante la etapa patrística, los Padres de la Iglesia continuaron y desarrollaron la vida espiritual cristiana tal como aparece en el Nuevo Testamento. Los Padres viven la liturgia, viven de la liturgia, y por ello educan en la liturgia. Son una buena muestra las catequesis mistagógicas (de S. Ambrosio, de S. Cirilo), los sermones especialmente pascuales de S. Agustín, las catequesis bautismales de S. Juan Crisóstomo y Teodoro de Mopsuestia, etc… Parten de los sacramentos realizados, explican paso a paso su liturgia y significado y luego la consecuencia vital, el cómo vivir cristianamente.

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20.07.24

Los sacramentos que nos configuran (Notas de espiritualidad litúrgica - XXXII)

Bautismo, Confirmación y Eucaristía son los sacramentos de la Iniciación cristiana que nos dan la forma cristiana, nos van haciendo cristianos y estos sacramentos van desplegando y desarrollando toda su gracia en nosotros.

Estos tres sacramentos van a dar un sello definitivo a lo que es la vida cristiana –y por tanto fundamental en la espiritualidad litúrgica-. Nacemos por el bautismo, somos sellados por el Espíritu Santo y nutridos por la Eucaristía, éste se convierte en el sacramento permanente, que día a día, ¡y cuánto más el domingo!, nos sostiene y santifica.

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6.07.24

La vida cristiana es experiencia sacramental (Notas de espiritualidad litúrgica - XXXI)

La liturgia, como sabemos, es la vida en Cristo, es la incorporación y asimilación en Jesucristo, hasta ser imagen de Cristo, uno con Él, y que Él viva en nosotros. Al mismo tiempo se nos introduce en la mistagogia de una conciencia agradecida del don de Dios que actúa ahora por la liturgia. Lo que hay que ver y conocer bien es cómo realiza esto la liturgia, cómo funciona, cómo actúa.

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