Cuando hablamos de los milagros que acompañaron el nacimiento de NSJC, sin dudas que el primero que se nos viene a la mente es el de su concepción virginal. Por eso puede resultar sorpresivo para el “cristiano de a pie” el enterarse que en las disciplinas dedicadas al estudio de las religiones y la Biblia existe la opinión mayoritaria de que San Mateo hizo una lectura errada del texto del Antiguo Testamento, para aplicarlo forzadamente al evento milagroso que estaba relatando.
Examinemos entonces los antecedentes de estos textos, y veamos si existen motivos fundados para acusar al autor inspirado de la Sagrada Escritura de inventarse una profecía.
Nuestro punto de partida es el Evangelio según San Mateo, que en su capítulo 1, señala:
20 Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: 23 “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros».
24 Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, 25 y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús.
La referencia “el Profeta” se entiende hecha a Isaías, quien es tenido como el más grande entre los autores de los libros proféticos del Antiguo Testamento. Cuando vamos al libro de Isaías, encontramos en su capítulo 7, con el relato de un ejército que se apresta a invadir Jerusalén, pero Dios dice predice que no la conquistarán, y en prenda de su palabra, ofrece a Ajaz rey de Judá realizar un “signo", con las siguiente palabras:
10 Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: 11 «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
12 Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».
13 Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? 14 Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel. 15 El se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. 16 Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado. 17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no lo hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá».
Aquí tenemos el anuncio de un niño que nacerá y será llamado “Emmanuel", y si bien esta versión habla de que “la joven está embarazada", ese mismos pasaje suele traducirse como “la virgen está embarazada", apuntando a un milagro que anuncia la llegada del Mesías.
Como les decía, la opinión actualmente mayoritaria es que la palabra del idioma hebreo que se solía traducir como “virgen” es “almah", que no tendría ninguna connotación acerca del estado marital de la persona, sino que sólo haría referencia a una mujer joven, de modo que San Mateo habría “forzado el texto” de Isaías, para ganar un anuncio milagroso para su Maestro.
¿Es esta una conclusión razonable?
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