Don Antonio Bascuñán, sobre el aborto
El profesor Antonio Bascuñán es un prestigioso penalista chileno, autor de numerosos artículos académicos en Derecho Penal y titular de esa cátedra en dos universidades. Esta semana, se publicó en El Mercurio una columna suya en favor del aborto, que resulta interesante por al menos dos aspectos.
En primer lugar, es interesante contrastar cómo defienden el aborto los “tontos útiles” y cómo lo hacen las personas inteligentes. La mayoría de los defensores del aborto intentan negar que el niño en el vientre de su madre esté vivo, que sea humano o tonterías por el estilo. Sus argumentos suelen girar en torno a qué significa ser humano, si se debe ser capaz de sentir dolor, de pensar, de relacionarse con otros o de resolver ecuaciones cuadráticas. Es decir, fijan arbitrariamente una capacidad que en su opinión “define” la humanidad.
El caso más extremo de esta posición es el filósofo Peter Singer, quien justifica el infanticidio, señalando que no hay diferencia alguna entre un feto y un recién nacido, y habla del “aborto post parto”.