Aborto ¿Una cuestión de ponderación?
Pocos días atrás en la capital chilena se realizó la marcha anual por aborto libre. Apenas unos pocos meses después de entrada en vigor de la ley de aborto en 3 causales, y ya van por el aborto libre, lo que había sido su objetivo desde siempre. Abrigo la esperanza que esto sirva a mis hermanos que creen que se puede negociar con la cultura de la muerte. No sean tontos útiles.
La Tercera se une a la orden del día, con una columna donde nuevamente parece ofrecernos un acuerdo razonable, una solución de compromiso. Específicamente, la columnista Sylvia Eyzaguirre propone el viejo sistema de plazos.
¿Cómo equilibrar el interés en la vida del feto con el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo? Lo razonable es establecer un espacio de tiempo dentro del cual la mujer puede decidir si desea tener ese hijo, y fuera del cual el feto tiene derecho a nacer. Esta posición pondera ambos aspectos, los intereses de la mujer y del feto, y por lo tanto es la posición más razonable. Quienes defienden el derecho a abortar sin límite de semanas son efectivamente unos “mataguaguas”, y quienes quieren prohibir absolutamente el aborto son cavernarios, pues ambas posiciones ignoran el otro lado de la moneda.
Habrá quien encuentre esta solución razonable y “democrática”, pensando que la justicia suele encontrarse en un término medio entre dos posiciones extremas. Nada peor hay en una sociedad moderna y democrática, que ser motejado de extremista o “cavernario”. Por eso la columna se titula “certezas que matan”. En democracia no hay certezas absolutas, todas las opiniones son válidas, y la única guía que nos queda es la empatía con una u otra posición, o la simpatía de tal o cual rostro.