“…de ser necesario usen palabras” No funciona
Volviendo al tema de Dios en la vida pública, nos encontramos con la columna de Marco Velásquez, donde presta apoyo la idea de eliminar el nombre de Dios de los actos públicos, bajo el pretexto de no usar su Santo Nombre en vano. Señala nuestro hermano:
Muchos piensan que por multiplicar el nombre de Dios en sus palabras, en las cruces que ostentan vistosamente o en sus tradiciones, están asumiendo la gran causa del Evangelio. Lamentablemente, se equivocan porque en la vida del cristiano Dios debe hablar, ante todo, con el leguaje del testimonio personal, con el ejemplo y con las obras.
Muchas veces hemos escuchado esta teoría de que “la vida del cristiano debe ser reflejo de Dios”. O de forma más poética “Prediquen el evangelio siempre, de ser necesario usen palabras”, otra de esas frases que san Francisco de Asís nunca dijo. A estas alturas, la pregunta es ¿Cómo nos ha funcionado eso?
A nivel personal, funciona de maravillas. Para mí, que ni siquiera me atrevo a poner mi nombre completo y mi foto en este blog, es más fácil pensar que mi vida es mensaje para mi familia y amigos, y no andar dando la lata con esto de ser católico. Me evito así que me acusen de cartucho, conservador, latero, prejuicioso, machista o simplemente huevón. Creo que muchos de mis hermanos tienen la misma experiencia, y nos quedamos en silencio tratando de que el testimonio de nuestras obras hable por sí solo.
A mí me dieron ese mismo consejo siendo muy joven como cristianos, y déjenme decirles una cosa: No funciona.
Jamás nadie se me ha acercado para decirme “noto algo diferente en ti, algo que me habla de Dios”. Mucho menos que el mensaje del evangelio y la persona de Jesús se trasunte a través de la vida ejemplar que llevo. Es muy probable que sea porque no la llevo, pero si esperamos a ser santos para aportar a la misión de la Iglesia el evangelio habría desaparecido hace siglos.La respuesta de Jesús sobre el tema es muy diferente a la famosa frasesita. Según el evangelio, predicar es esencial a la misión de la Iglesia, y debe ser ejecutado antes de que sus miembros alcancen la perfección espiritual, antes incluso que atender a la caridad.
Dice Jesús:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Este trozo del evangelio de san Mateo fue conocida desde los inicios de la Iglesia como la gran comisión. El último y más importante de los mandatos de Jesús se centra en los sacramentos y la enseñanza, y los primeros cristianos se lo tomaron en serio. El evangelio lo expresa en términos directos: nuestra salvación eterna depende de hablar de Dios ante los hombres, y quien niegue a Jesús ¿recibirá misericordia? ¿otra oportunidad? ¿acompañamiento pastoral? ¡De ningún modo! “Yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt 10,33).
No soy solo yo y el evangelio quien dice que eso de “predicar con el ejemplo” no funciona. Los publicistas modernos dicen lo mismo. Siendo un consumidor moderno de medios, uno se pregunta por qué tal o cual gaseosa o banco le paga millones a You Tube por poner un aviso antes de los videos, sabiendo que el usuario los saltará en cuanto sea posible, en general 5 segundos. La respuesta es que los publicistas y las grandes compañías saben que no es necesario que el consumidor se convenza de comprar un determinado producto. Les basta con posicionar la marca y asociarla con ciertos atributos. En seis o nueve meses más, cuando el sujeto haya visto 100 veces el mismo trozo de comercial y tenga que decidir entre dos gaseosas, los millones de dólares invertidos rendirán su fruto.
Con la religión pasa algo parecido. Si guardamos silencio, si Dios o la Iglesia católica no aparecen por ninguna parte, de modo ostensible, entonces la religión se vuelve algo extraño, un gusto de unos pocos, algo que hacen los raritos que no pueden entretenerse con otra cosa. Es indispensable para cumplir nuestra misión como cristianos que los templos sean grandes y hermosos, mientras más visibles mejor, que los curas usen sotana (¿cómo van a combatir un ejército si sus oficiales son invisibles?), y que los cristianos portemos objetos que expresen nuestra fe.
No lo digo yo, lo dice además el evangelio y una industria multimillonaria.
Por último una curiosidad. Fíjense que, según esta idea de no tomar el nombre de Dios en vano, solo los perfectos e inmaculados podrían hablar de Dios. Para el resto de nosotros, pobres pecadores, estaría vedado mencionarlo, no sea que lo manchemos con nuestros impuros labios. Se da una diabólica inversión especular, donde los que no quieren que hablemos de Dios son los mismo que desearían ver la eucaristía en boca de todos: ateos, protestantes y budistas; adúlteros, ladrones y prostitutas. Cabría preguntarse qué es más sagrado, una palabra o el cuerpo y la sangra de NSJC.
“A Dios queremos en nuestras leyes, en las escuelas y en el hogar”
19 comentarios
Un abrazo
Un saludo
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Sí, mucha razón tienes, Acevedo. Si no hablamos, no hacemos nada. Pero sin embargo....
Cuando estamos los católicos reunidos con los progresistas, ellos pueden decir todas las cosas que quieran: homosexualidad, aborto, transexualidad, etc... Si tú como católico se las intentas rebatir, te arman una bronca que te dejan acobardado y ya no te dan ganas de abrir más la boca.
¿Qué tenemos que hacer? ¿Seguir expresando nuestra opinión para crear mal ambiente? Al final ves que si quieres mantener buen ambiente en el grupo en el que estás reunido, tienes que estar calladito.
De esa manera, atacando sin piedad los puntos de vista diferentes, los progresistas acaban siendo todos iguales, son como clones, todos piensan igual. Eso lo consiguen a base de machacar a cualquiera que no piense como ellos.
Mi experiencia me dice también que no se puede convencer a un progresista de nada, ni siquiera sobre cosas que no estén relacionadas con la religión.
Tienen como una especie de lavado de cerebro, algo parecido a lo que dice Yuri Bezmenov en este vídeo:
youtu.be/d18Hy5UouN8
(minuto 4:20).
Cuando les expones argumentos y razones, no sirven de nada, ni siquiera las consideran, te ven como a un enemigo. Lo único que quieren es dar la impresión de que ganan la discusión, no les interesa la verdad, retuercen las palabras, desvían el tema....
La verdad es que es desmoralizador. Quizás sería interesante que los cristianos aprendiésemos cosas sobre el marxismo cultural (que es lo que creen los progresistas-socialistas de hoy en día), para de alguna manera averiguar cómo podemos "deslavar" el cerebro a los progres. Y después ya podríamos hablarles de religión.
5Y los hermanos que van, (entre sarracenos y otros infieles) pueden conducirse espiritualmente entre ellos de dos modos. 6Un modo consiste en que no entablen litigios ni contiendas, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios (1 Pe 2,13) y confiesen que son cristianos. 7El otro modo consiste en que, cuando vean que agrada al Señor, anuncien la palabra de Dios, para que crean en Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en el Hijo, redentor y salvador, y para que se bauticen y hagan cristianos, porque el que no vuelva a nacer del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios (cf. Jn 3,5).
Saludos cordiales.
Es cierto el dicho que dice que toda nueva idea pasa por cuatro etapas: 1) Es ignorada 2) Es ridiculizada 3) Es atacada violentamente 4) Todo el mundo está de acuerdo con ella.
Saludos cordiales.
PD: desde hace ya un tiempo, la "nueva teología" (es decir el modernismo) acuñó la idea de "credibilidad de la Iglesia", para reforzar esta teoría pelagiana del "testimonio silencioso". Los frutos están a la vista.
La cosa no es polemizar. El asunto es sentar posición desarmando sus funfamentos. Obviamente para ello hay que prepararse. Y debemos esrar plenamente convencidos de nuestra superioridad: No, de ninguna manera, estas equivocado. Eso es falso. Estás fanatizado. Dejame hablar. Las cosas son así, etc. Pero de verdad funfamentos. No decir por favor, la biblia dice tal cosa. Hay que desarmarlos desde.la.lógica. ridiculizarlos. Reirnos, minimizarlos. Tratarlos de fanáticos. Intolerantes. Es decir darles la vuelta. Terminar, mira, estás muy fanatizado ideologicamente. Sino lo traes abajo, alguien del auditorio comenzará a cuestionarse. Al final, mira yo no quiero tu mal ni el de nadie, y decirlo seriamente y con una sonrisa de amabilidad, voy a rezar por ti (y de verdad hacerlo). Todo eso se puede y debe hacerse luego de prepararse.
Hablando de La Rosa Blanca, tan admirable, sabéis lo que dijo Hitler a su amigo Martin Bormann en 1942 ? " Si no fuera por el peligro rojo, hubiera alabado a los anarquistas durante la Guerra civil, porque, gracias a ellos, murieron miles de sacerdotes." Los enemigos de Cristo tienen un eminente amigo, el mayor asesino de la Historia.
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