A los políticos les importan los sueños
Unos días atrás el P. Jorge González se preguntaba ¿A quién le importan los sueños de Arias, Boff y Vidal?, todos ellos teólogos de la más rancia progresía, que pasan sus tardes en el asilo, pensando que el Papa Francisco “podría rehabilitar a los quinientos teólogos condenados por la Iglesia durante los años en que en ella mandaban Ratzinger y Wojtyla".
Y la respuesta es clara, y totalmente cierta: los católicos no están ni de lejos interesados en estas rehabilitaciones, habiendo tantos otros ámbitos de la vida de la Iglesia en urgente necesidad de renovación, como los confesionarios, la vida religiosa y la fe de los jóvenes.
Creo eso sí que el P. Jorge no ha dado toda la respuesta, pues ha dejado afuera a un grupo que sí está muy interesado en la rehabilitación de estos sujetos: los políticos que se dicen católicos.
Verán, el ser humano, por ser hijo de Dios, no puede tolerar la idea de ser malos, pero hay muchos que a pesar de eso ven como deseable el mal, así que buscan por todos lados alguna religión, escuela o doctrina filosófica que justifique sus actos como moralmente aceptables.
Cuando este tipo de personas han crecido en un ambiente católico (como suele ocurrir en nuestros países hispanos), y luego se encuentran en una actividad cada vez más corrupta como la política, las figuras de estos curas, monjas o teólogos progres se vuelven muy valiosas, porque le proporcionan al político católico un paraguas para justifica todo tipo de traiciones a la doctrina católica a la que dice adherir.
No creo que ellos “usen” la etiqueta de católicos para ganar elecciones o engañar a los votantes, pues a estas alturas está visto que al pueblo no le interesa en lo más mínimo la religión de sus gobernantes. El problema es psicológico, porque son ellos mismos los que no tienen el coraje de apostatar, y en cambio prefieren imaginar que algún día la Iglesia se ajustará a sus opiniones.
Y para esta psicología, las figuras de teólogos como Boff y Vidal, que también expresan un disenso dentro de la Iglesia, son un signo de esperanza, de la “otra Iglesia", que les dirá que todo lo que hicieron en su carrera por conservar el poder, contra la vida y la familia, estuvo bien.
Si la cosa se quedara ahí, no pasaría de ser un problema privado, pero resulta que los políticos cuentan con el poder del Estado, para promover y dar visibilidad a sus curas y teólogos favoritos. Son ellos los que obtienen fondos del gobierno para ayudar a los más pobres, o las figuraciones en los canales de TV, o los cargos de capellanes en instituciones estatales, que a su vez les dan a estos clérigos la posibilidad de acceder a otros políticos, en un círculo vicioso.
Un caso plenamente documentado de este fenómeno lo encontramos en la familia Kennedy, que logró poner al primer católico en la Casa Blanca, pero no sin antes haber participado en reuniones con sacerdotes disidentes, que los convencieron que era posible ser católico y no objetar a las leyes que permitían el aborto.
En todo caso, esto no es nuevo. Es el mismo fenómeno que se ha producido en etapas como la reforma protestante, cuando las diatribas de Lutero le vinieron de perillas a los príncipes alemanes para quitar a la Iglesia las extensas tierras que controlaba, o cuando Enrique VIII fundó la Iglesia Anglicana, porque las doctrinas católicas tradicionales no convenían a los intereses de su reino.
La única diferencia es que ahora, con una separación entre Iglesia y Estado más clara, los políticos ya no pueden (o no necesitan) apoyar públicamente a sus clérigos predilectos, sino que lo hacen privadamente.
Habiendo tantos sacerdotes ortodoxos que trabajan incansablemente por los pobres, la paz y la justicia, son siempre los mismos disidentes quienes atraen la atención de los medios de comunicación. Ahora ya saben por qué.
10 comentarios
Esta duda sembrada por teólogos disidentes, es un asidero extraordinario para el comportamiento moral y ético, pudiendo ser defendido por quienes lo aprovechan con una lógica, que resulta dificilísimo rebatir, pues con razón argumentan : si estos teólogos estan equivocados, como es que no los fulmina la Iglesia, como es que que siguen tan campantes en sus puestos, no será que denuncian la falsa doctrina de la Iglesia y el stablishment del clero los persigue por eso. creanme, hasta para justificar las relaciones prematrimoniales, los anticonceptivos, el aborto, etc. sirve este mecanismo que la Iglesia despues del CVII se niega ha combatir de frente.
¿De qué desgracia habla Ud. que les podría haber afectado Arias y Boff? no he mencionado ningún evento que pueda caracterizarse de esa forma, a menos que se refiera a mi mención del asilo. Si ese es el caso,le aclaro que es nada más que una referencia humorística.
Tampoco he instado por su excomunión ni desconocido su calidad de católicos.
2.- ¿a quién le importan los sueños de....?
3.- pasan sus tardes en el asilo.... (Que poco respeto a la ancianos)
4.-los católicos no están interesados... (Es posible que ls legionarios, no y los que no tienen ni idea de lo que pasa). (.¿les interesará a estos teólogos?)
5.- ¿condenados por la iglesia? (Usted hubiera sido un perfecto sustituto de Torquemada)
(Dígame que quiere decir condenar para Ud. ¿Se van a ir al infierno?
6.- el tono de su comentario es absolutamente poco Cortés y poco comprensivo. Usando sus mismos "santinquisitorios" términos ¿no estará usted condenándose?
Que le parecieron los clérigos que apoyaron dictaduras como Pinochet o Mussolini. Que otros apoyen el lado contrario tampoco debería disgustare. Como decimos en mi tierra, el que se lleva, se aguanta.
1. ¿Es un insulto llamar progresista a Boff y Vidal? Creo que ellos mismos admitirían que lo son. Y lo de "rancia" es por su elevada posición y estima entre los progresistas, por analogía a la frase "rancia aristocracia". No sé si en otros lugares tenga una connotación más negativa, pero esa fue toda mi intención.
2. Ese es el título del artículo del P. Jorge González. Allá las críticas.
3. Ya le dije, un leve tono humorístico. Decir que alguien está viejo, no es insulto.
4. ¿Es odio decir que los católicos no están interesados? Puede ser falso y ya debatiremos al respecto, pero ¿odio? Nuevamente, no lo veo.
5. La referencia a teólogos condenados, también está tomada del artículo del P. Jorge. Por eso está entre comillas. Vaya Ud. por allá y verá que no se refiere a Boff y Vidal.
6. ¿Con quién he sido poco cortés?
Los comentarios están cerrados para esta publicación.