Baja la natalidad, a nadie le importa
Varias veces ya hemos advertido que nuestro planeta no está sobrepoblado, sino que el peligro es precisamente el contrario, que la baja constante en la población termine por acelerar la caída de la civilización occidental. Cada cierto tiempo hay pequeños anuncios del invierno demográfico que nos espera, tales como la despoblación de una ciudad tan importante como Detroit, que actualmente cuenta con 32.000 casas abandonadas y enormes edificios en ruinas, o el dato que, según el más reciente censo de Estados Unidos, en esa nación hay 6 casas desocupadas por cada persona que vive en la calle.
Por nuestra parte, y con la baja constante en la natalidad que ha sufrido Chile desde fines de los años ‘80, ya era tiempo que esta tendencia se reflejara en la realidad, y ayer hemos tenido nuestra primera advertencia concreta, cuando se reportó que, según cifras del Ministerio de Educación, entre 1990 y 2012 hay un 20% menos de alumnos en enseñanza básica.
La nota de prensa señala:
Un millón 914 mil alumnos cursan este año entre primero y octavo básico en las aulas de todo el país, según estadísticas preliminares del Mineduc. Se trata de la cifra más baja desde, por lo menos, 1990, cuando había 1 millón 990 mil niños en enseñanza básica.
¿La razón? La caída en las tasas de natalidad. En total, desde que comenzara el descenso, en 2002, las escuelas primarias han perdido 434 mil estudiantes, el 19,5% de la matrícula.
El dato resulta aún más preocupante si consideramos que en esos mismos 20 años, Chile ha hecho un enorme esfuerzo precisamente por ampliar la cobertura escolar, es decir, la posibilidad de acceder a educación básica ha mejorado, y a pesar de eso el número neto de alumnos disminuye. El ministro agregó que esa misma tendencia debería observar en pocos años más a nivel de educación media.
La población disminuye y estamos comenzando a constatar los efectos de esta tendencia ¿El comentario del Ministro?
“Lo razonable, como ha ocurrido en otros países, es que disminuya el número de establecimientos. No es conveniente mantener tantos colegios, no sólo porque es costoso, sino porque no es fácil asegurar buenos directivos y docentes", dice el ministro.
O sea, ante una situación tan fundamental como nuestra propia continuidad en el tiempo, la respuesta es “el último apaga la luz ¿dónde está el problema?”. A nadie le importa. Claro, como no es un problema que vaya a afectar la relección del actual gobierno, no requiere una respuesta desde la política. La otra cara de la moneda es el envejecimiento de la población, consecuencia inevitable de las mejoras en la medicina, pero ahí si que hay una respuesta, porque los viejos votan. Eso sí, el único problema que se percibe es el aumento de los precios de los planes de salud.
Nos dicen: “Es que Uds. son exagerados, se lo pasan presagiando desastres y no pasa nada, estamos en esto 40 años y todo sigue igual, incluso mejor".
El problema es que nuestras advertencias no son para el próximo gobierno, ni siquiera para 20 años más. Cuando uno asume la perspectiva de la Iglesia, comienza a ver muchos más años en el futuro, y a observar el ir y venir de las culturas y los imperios, y sobre todo cuáles son los factores que anuncian sus procesos. Uno podría decir “a la porra con occidente, que se joda”, pero tampoco es la idea, si hemos conservado las tradiciones filosóficas de los griegos, jurídicas de los romanos y construido universidades y ¿Vale la pena tener que volver a empezar de cero?
Porque eso es lo que está en juego aquí: que nuestra cultura occidental sea destruida y arrasada por otras, menos civilizadas (y no me digan que da lo mismo vivir bajo el islam o bajo el colectivismo chino), pero de mayor vitalidad y fuerza, tal como le ocurrió a Roma durante su decadencia. Vale, la solución no surgirá de un país tan pequeño como Chile, pero ¿no sería un paso en la dirección correcta que al menos nuestras autoridades consideraran que la despoblación es un problema?
16 comentarios
Así que en ese sentido no desespero, lo que no quita que comparta tu preocupación, y que considere que hay que luchar por que se cambie el rumbo que llevamos, que aun se puede.
PD: Cuando digo "de una forma u otra" me refiero a en medio de unas circunstancias históricas u otras... las que toquen. La Iglesia seguirá siendo la misma hoy y siempre.
Fuera de la Iglesia no hay salvación, ni supervivencia posible de una nación, un pueblo o una comunidad.
Si no se da formación de familia, en escuelas, institutos y Universidades como familia y como vocaciones sacerdotales y religiosas, viviremos esta generación y desapareceremos y cada vez serán menos los que queden.
Pero las raices cristianas de Europa habrán desaparecido y no sé si algún día las nuevas generaciones serán capaces de rescatar algo de la tinieblas oscuras en las que fuimos sumergidos o la explotación del maligno seguirá haciendo de las suyas, hasta acabar con los pocos vivientes humanos, ya que muchos están ya muertos espiritualmente.
ORACIÓN Y CONVERSIÓN INTERIOR
¿Quién dice eso y a qué se refiere, Pato? Porque, en los últimos 40 años la población mundial no sólo no ha disminuído, sino que se ha doblado. Somos una plaga para el planeta y las cosas van de mal en peor. Es posible que en Detroit, o en Chile tengan el problema contrario, pero ¿qué tiene eso que ver con el problema global de la superpoblación? Estamos consumiendo recursos naturales, haciendo desaparecer especies animales, aumentando la desertificación. contaminando tierra, mar y aire y provocando calentamiento global a un ritmo que no tiene futuro. Deberíamos volver, como mínimo a los niveles de población de hace 40 ó 50 años: la mitad que ahora.
Y lo que dices de que vienen los chinos y los moros y se nos comen, es de reír por no llorar, Pato. ¿Es que ellos no son personas? ¿Es que tu Dios es sólo el Dios de Occidente? Supongo que, en ese caso, te parecerá beneficiosa la política china de un sólo hijo por familia...
Y, para terminar, ¿ser el mismo número de personas que éramos en 1960 significaría para Occidente volver a "empezar de cero"? ¿Tan mal estábamos en 1960?
Efectivamente el número neto de personas sigue aumentando, a pesar de la baja en la natalidad, debido a que la expectativa de vida ha aumentado considerablemente en el mismo tiempo en que se han reducido los nacimientos. Mi punto es que ese aumento es una situación intrínsecamente transitoria, pues la vida no se puede extender indefinidamente, y cuando empecemos a morir, no habrá otros para reemplazarnos. En ese sentido, los colegios son un microcosmos de lo que ocurrirá a la población en general, y así como hoy la respuesta de los gobernantes es que hay que cerrar los colegios que sobren ¿Cerraremos también nuestros países cuando ya no haya gente que habite en ellos?
No tengo problemas con los chinos ni con los moros, sí lo tengo con los comunistas y musulmanes. No se trata de las personas ni del número de personas, sino de la cultura que prevalecerá.
@ Nato: ¿En serio crees que todo esto redundaría en más clientes para mí? Soy abogado, no sacerdote. ¿Y de dónde sacas que los niños que mueren de hambre son menos importantes? ¿Es lo que tú piensas? vergüenza debería darte.
Cuando empecemos a morir no habrá otros para reemplazarnos. ¿Y CUÁL ES EL PROBLEMA? ¿Acaso aún no eres consciente de que el ser humano será la causa de su propia extinción precisamente por la sobrepoblación?
La caída de la civilización occidental a causa del envejecimiento... ¿Y cuál es el problema?
¿Acaso no hay más civilizaciones que la occidental?
¿Acaso no están creciendo esas otras civilizaciones?
Si los occidentales fuéramos realmente civilizados deberíamos dejar de traer hijos durante 50 años o 100 años y dedicarnos nada más que a adoptar niños del tercer mundo. Que los colegios se llenen de asiáticos y negritos. Así se podría equilibrar un poco el estropicio que estamos llevando a cabo en el planeta y que, de ser por ustedes y sólo por vuestro miedo a la desaparición de vuestra religión que es lo único que os importa, nos llevará a un verdadero colapso.
Según tus expresiones, todo apunta a que lo único que te preocupa es que el islam le gane al cristianismo y que la Iglesia católica desaparezca. Lo demás, como buen católico, te la trae al fresco. Qué moral.
Antes que nada decir que soy madre adoptiva de un niño de origen africano. No he podido concebir hijos porqué soy infértil y como yo muchas parejas y algunas bastante jovenes. Creo que en nuestra sociedad tenemos estrés, contaminación y vacío interior que llenamos materialmente. Nunca he sido más feliz que cuando tuve a mi niño entre los brazos. Siempre pienso que en África yo morí para transformare en la que soy ahora, otra persona más feliz y completa y sobretodo más conectada con el amor y también el dolor que hay en nuestro mundo. Ahora mientras el crece tranquilo y feliz me doy cuenta de la importancia de inculcarle unos valores que le mantengan integro y fuerte como persona y así aportar mi grano de arena al resto de la sociedad. Me preocupa mucho la miseria y el hambre que vienen de la degradación del medio ambiente, creo que una cosa va unida a la otra y que no es tanto el numero de personas que haya en la tierra si no el trato que estas den a la naturaleza. Para mi hijo y para el resto de personas quiero un desarrollo unido a un amor por el planeta que nos ha sido dado. Creo que la tierra es un auténtico jardín pero para que florezca hay que cuidarlo.
Tenemos los medios para que esto ocurra pero aun no existe la bondad de corazón para llevarlo a cabo.
Gracias
El mundo se occidentaliza y los países musulmanes están asistiendo una caída de la natalidad más brutal aún que de Chile o Europa (yo soy español).
Así que no veo yo el fundamento de sus propuestas ni tampoco a qué tiene usted miedo.
¿Lo mejor para el planeta y para los que en él habitamos?
Que la población mundial se reduzca drásticamente vía control de la natalidad. O esto o nos espera un futuro muy negro. El paro no deja de aumentar en todo el mundo, el hambre irá a más, se agotan el agua potable y el petróleo (que mueve el mundo), el efecto invernadero hace estragos y cada vez hay más gente que pasa hambre, ¿qué más tiene que pasar para darnos cuenta de la gravedad de la situación?
Nuestra cultura no es mejor que las demás, si se va al güano, ¿qué más da?
En España se vivió algo que algunos llamaron fatal crisis de nacimientos entre finales de los años 80 del siglo pasado y principios del siglo XXI. Se decía que nacían poquísimos niños y que España envejecía y que poco más que íbamos todos al averno de cabeza.
Pues bien, hoy buena parte de esos niños (los nacidos entre finales de los 80 y mediados de los 90 del siglo XX) están ya en edad de trabajar y MÁS DE LA MITAD no encuentran trabajo. Es decir, de esos poquísimos que decían que eran, SOBRAN MÁS DE LA MITAD para el mercado laboral.
Y ojo porque el desempleo aumenta en todo el planeta. En UK el desempleo afecta ya al 27% de los jóvenes menores de 25 años; en USA al 15% de personas en ese mismo rango de edades y en Francia llega ya a casi el 20% de la población juvenil.
No hace falta recordar que en España la cifra se eleva al 56% de los jóvenes. Y eso contando que varios cientos de miles abandonaron el país en los dos últimos años.
¿Que se acaba la civilización occidental?
Pero si el mundo está todo occidentalizado. Salvando quizá algún país subsahariano, el resto del planeta está occidentalizado. Incluso China se occidentalizó en buena parte de sus usos y costumbres.
Lo único que le preocupa a la Iglesia Católica es perder prosélitos.
Claro, no es lo mismo que hay X millones de católicos que que haya X-Y. Si pasan hambre o no, es lo de menos. Pues nada hombre, procreen ustedes mismos.
¿Por qué será que los padres latinoamericanos dicen siempre de sus hijos que son hermosos?
¿Son toooodos los latinoamericanos hermosos?
¿O es que han idealizado a la paternidad y a sus hijos?
Y sí, mis hijas son hermosas.
Europa tiene paro estructural (unos países más que otros) desde hace más de 50 años. Y es de lo más desarrollado del mundo. Incluso Reino Unido tiene paro estructural, NO coyuntural. Y es un paro que va a más.
Y lo de que sus hijas son hermosas, habría que verlo.
La chulería no es una "virtud" muy cristiana.
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