Más datos demográficos para Chile
Unos días atrás les comentaba acerca de los más recientes datos disponibles sobre demografía en Chile, especialmente aquellos referidos a la pronunciada baja en la natalidad y en general los aciagos indicadores acerca de la familia chilena, con un matrimonio que rápidamente cede terreno a la convivencia informal de las parejas y el divorcio rampante.
Ayer el gobierno ha dado a conocer los resultados de la Casen, encuesta de caracterización social que se utilizará en los próximos 2 años para orientar las políticas públicas, y los resultados han ido en línea con las proyecciones de esa entrada. Entre 2000 y 2010:
- Las mujeres casadas bajaron de 36 a 27,1%, las convivientes se triplican, de 3,5 a 10% y las separadas o anuladas se duplican, de 3,8 a 6,9%
- Las personas que viven solas aumentaron de 8 a 11,3%
- Los hogares sostenidos por una pareja bajaron de 71 a 61%
- Los integrantes por hogar bajaron de 3,9 a 3,4
- Los hogares donde hay al menos 1 menor de 18 años bajaron de 65% a 52,3%
Otros datos entregados:
- Hace 20 años los que convivían eran el 8%, todos los demás eran casados. Hoy día los que conviven son el 28%.
- La tasa de participación laboral pasó de 31,5% a 43,3% en los últimos 20 años.
- 1 de cada 4 mujeres más pobres tiene un hijo antes de los 18 años, mientras que en mujeres de ingresos altos, sólo 1 de cada 12.
El Ministro de Planificación social se manifestó preocupado con el bajo número de hogares donde había un menor de edad, en cambio la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer destacó el cambio en la familia tradicional chilena, asociándolo a una mayor independencia económica e independencia.
Lamentablemente los datos se encuentran dispersos en diversos medios de comunicación que cubrieron la noticia, porque el gobierno no es capaz de ponerlos en sus páginas web. Aquí dejo los enlaces: emol.com, La Tercera, La Segunda, La Nación, Radio Bio Bio, Radio Cooperativa.
Al igual como ocurrió con el Censo de población y la disminución marcada de la fertilidad, es tremendamente preocupante que a nadie le preocupe siquiera que el matrimonio ya no sea importante para los chilenos. Y esto no tiene nada que ver con un interés religioso por el sacramento, ni por un afán conservador de mantener la familia tradicional. El problema es que la familia cumple una función fundamental en la estabilidad y prosperidad de la sociedad, y que tiene que ver con la formación y educación de los niños.
Las encuestas muestra, una y otra vez, que los niños que crecen con su padre y madre biológicos, a pesar de los conflictos entre ellos, son más felices, tienen más recursos para enfrentar las crisis y obtienen mejores calificaciones académicas.
“¡Ah!” dirán nuestros detractores “pero yo me formé en un hogar con X problema, y a pesar de eso hoy un buen ciudadano".
Está bien, mis padres también se divorciaron cuando yo tenía 5 años, jamás se volvieron a hablar hasta el bautizo de mi primera hija, y aquí me tienen escribiendo un blog católico. El punto no son las anécdotas, sino los datos estadísticos.
Tenemos una sociedad con más oportunidades de progreso y participación que nunca, más democrática que cualquier otro momento de nuestra historia nacional, con riqueza para producir y distribuir, con tasas de analfabetismo y mortandad infantil a niveles de países europeos. Y a pesar de eso lo que domina la agenda nacional son los movimientos sociales, la insatisfacción, la inquietud, la desconfianza, la delincuencia, la sensación de que Chile no es una tierra amable y “copia feliz del edén", sino un lugar donde los otros pisotean mis derechos, y debo protestar por eso.
Y eso, creo yo, se debe a la desintegración de la familia, porque ahí es donde aprendemos a respetarnos a nosotros mismos y a los demás, a confiar en el otro, y a comportarme según las reglas que me vienen impuestas.
Uno puede esperar que un gobierno de izquierda sea indiferente a estas tendencias, cegados como están a toda la realidad interna del ser humano, conforme con su materialismo filosófico. Pero mucho más preocupante es que un gobierno de derecha, como el que hay en Chile, perdiendo la batalla con estos mismos movimientos sociales, ni siquiera se plantee la posibilidad de apoyar a las parejas que deciden permanecer juntos y educar a sus hijos para darles las mejores posibilidades de vida, y así entregar a la comunidad ciudadanos valiosos y morales.
Lo que de frentón no entiendo es que simplemente a nadie le preocupe que ya no haya niños, porque las consecuencias son tan evidentes como terribles e inevitables. Entiendo que a los políticos no les interese un problema que no explotará hasta 20 ó 30 años más, pero los intelectuales y técnicos de izquierda y derecha deberían haber alzado la voz, y no lo han hecho. Inexplicable.
3 comentarios
Por ejemplo, una encuesta reciente situó a la Iglesia dentro de las instituciones en que más confían los chilenos, por sobre el movimiento estudiantil, la televisión o las municipalidades.
@ Eva: Ya antes me han mencionado ciertas similitudes entre Chile y España, por su conformación religiosa e historia política. No es coincidencia que en esto también se noten parecidos.
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