El buen comer y el buen sexo
En la entrada anterior, un visitante comparó el mantener relaciones sexuales sólo por placer, al comer sin control, lo que degenera en el pecado de la gula, a lo que otro visitante, al parecer católico, comentó:
La comparación sexsualidad-alimentación es francamente lamentable y bastante hipócrita. De otro modo, debe de ser usted la única persona que conozco que cuando celebra un ágape con familiares o amigos lo hace exclusivamente en orden a satisfacer una necesidad vital de alimentación.
Y un tercero, de convicción atea o agnóstica, le contestó:
Yo creo que establecer un paralelismo entre sexualidad y alimentación es muy acertado. Ambas son funciones fisiológicas, también desempeñadas por los animales, pero que el hombre ha elevado a un plano más alto y las ha imbuido de un significado más profundo. Excepto los cristianos fundamentalistas, claro. Ellos pueden ver la fraternización en una comida pero no el amor en el sexo. En el sexo sólo ven reproducción.
Me pareció un intercambio interesante, porque efectivamente hay una comparación que es válida entre la función sexual y la nutrición, y que toma en cuenta cada uno de los aspectos que mencionan nuestros lectores.
Partamos por constatar que ambas son funciones principalmente biológicas, por lo tanto forman parte de nuestros instintos, y se encuentran asociadas a respuestas de placer y repulsión en un nivel muy básico de nuestro comportamiento.
Pero tan cierto como lo anterior es que en el ser humano, estas funciones han sido “elevadas a un plano más alto y se las ha imbuido de un significado más profundo”, como dice nuestro postrer comentaristas, y los cristianos no tenemos ningún inconveniente en reconocerlo. Así, en el hombre la nutrición se ha convertido en una ocasión de fraternizar con nuestros semejantes, a través del placer común y la comunión que proviene de la compartir los alimentos; y de igual modo el sexo en el ser humano ha trascendido su original función reproductiva e instintiva para llegar a convertirse en una forma de unión única y especial.
Tenemos entonces que tanto en la sexualidad como en la alimentación convive una base biológica sobre la cual se construye (milagrosamente) una significación verdaderamente humana. Algunos de nuestros comentaristas, sin embargo, distorsionan la posición católica al sostener que, cuando la Iglesia rechaza los anticonceptivos, en el fondo pide que nos enfoquemos en el aspecto fisiológico, e ignoremos el vínculo de unión que provoca la actividad sexual. Esta falsa percepción de la enseñanza cristiana se ve reflejado cuando se nos reprocha lo absurdo que resulta celebrar un ágape exclusivamente para satisfacer las necesidades de nutrición, apuntando a que sería igualmente absurdo e in-humano procurar del sexo sólo la reproducción.
Por el contrario, la Iglesia Católica enseña que debemos reconocer y ampara ambos aspectos de la sexualidad, procreativo y unitivo, sin detrimento de ninguno de ellos, porque ambos son queridos por el creados. Así, cuando el magisterio se opone a la anticoncepción lo hace precisamente para evitar que la parte biológica llegue a separarse del aspecto espiritual y propiamente humano del acto conyugal. En este sentido, usar métodos anticonceptivos sería como invitar a un gran banquete a los amigos, disfrutarlo, y luego, cuando ya no podemos comer más, inducir el vómito para evitar la sensación de saciedad y los malestares que provienen de abusar de las funciones fisiológicas, como la sensación de saciedad y el sobrepeso. De hecho, esto es precisamente lo que hacen las personas que sufren de bulimia, condición que correctamente se encuentra catalogada como una enfermedad.
Cuando sólo procuramos el placer que proviene de la actividad sexual, como ocurre en las conductas promiscuas, o establecer el vínculo emocional, en el caso de una pareja estable, pero al mismo tiempo evitamos artificialmente las consecuencias naturales de esa conducta, estamos actuando con el mismo referente mental que una persona que sufre de bulimia. En el fondo abusamos de algo que es bueno y necesario, separándolo de su fundamento, para convertirlo en otra cosa, una herramienta que egoístamente nos sirva sólo de la forma que nosotros queremos.
Esta analogía entre el buen comer y el buen sexo también nos sirve para apreciar la diferencia entre los métodos anticonceptivos y recurrir a los ciclos naturales del cuerpo para espaciar el nacimiento de los hijos. En efecto, cuando preguntan “¿qué diferencia hace usar uno u otro, si el resultado es el mismo?", a lo que respondemos que no siempre es bueno enfocarse sólo en el resultado para saber si ambos métodos son equivalentes. Por ejemplo a veces es necesario adelgazar, y para eso debemos hacer dieta, dejar de comer ciertas cosas que nos gustan, y precisamente por eso nos exige mucho esfuerzo. Es cierto que también podríamos adelgazar comiendo normalmente y luego induciéndonos el vómito, pero a nadie se le ocurriría pensar que ese tipo de comportamiento puede ser sano y recomendable.
En breve, Usar el método natural equivale a hacer dieta, porque implica privarnos temporalmente de algo que normalmente es bueno, en pos de un bien mayor; en cambio, impedir la procreación por métodos artificiales, es igual que comer hasta hartarnos, y luego vomitar para evitar engordar.
35 comentarios
El apetido o atracción que se siente por ambos, la posibilidad de herrar en su objetivo (trastornos), los vicios por exceso, la bondad de ambos...
El problema suele estar cuando el interlocutor se niega a aceptar el paralelismo, entonces no hay absolutamente nada que hacer.
Me alegra comprobar que no soy el único que opina esto.
¿Por qué discrepo?. Muy sencillo, porque la equivalencia que usted hace de "comer hasta hartarse y luego vomitar" con "empleo anticonceptivos porque quiero tener sexo sin control",olvíndandome del significado procreativo del acto sexsual es muy simplista. No dudo que sea cierto en muchos casos, pero en otros muchos no es así. Y, aunque usted no lo crea, esa postura que mantiene, al igual que otros muchos católicos, es muy dañina, pues hay otros muchos católicos que se sienten rechazados, que tienen miedo a decir en ciertos ambitos que no encuentran malo el uso que ellos hacen de los anticonceptivos, puesto que piensan que en seguida va a venir a alquien a llamarles, lujoriosos, salidos, o simplemente que no son capaces de controlar su sexsualidad, de luchar por ser castos. ¿Cree de verdad que alguién, por el mero hecho de usar anticonceptivos porque no confía en los métodos naturales no se autocontrola, no lucha contra la lujuria, no se esfuerza por hacer de su vida sexsual algo bueno y agradable a Dios?.
Dese cuente, una persona bulímica está gravemente enferma, tiene un trastorno ciertamente grave.¿Cree entonces que quien emplea anticonceptivos es un desviado, pervertido, lujurioso, un enfermo en definitiva?.
El placer no es malo, Pato. Precisamente, lo que el hombre ha elevado a un nivel más alto, tanto en la alimentación como en la reproducción es precisamente eso: el placer. A diferencia de los animales, nosotros comemos por placer y tenemos relaciones sexuales por placer. Y es precisamente el placer compartido lo que hace humana a una comida fraternal y lo que hace humano al acto sexual. El placer dado, recibido y compartido es el lenguaje en el que nos comunicamos en esos momentos.
Por otra parte, cuando dices:
"Así, cuando el magisterio se opone a la anticoncepción lo hace precisamente para evitar que la parte biológica llegue a separarse del aspecto espiritual y propiamente humano del acto conyugal"
caes en un absoluto non sequitur.
Más bien, toda la normativa de la Iglesia en cuestión sexual está dirigida a preservar la parte biológica (la reproducción) sin concederle ninguna importancia a lo que para mí, como ser humano, es lo más importante.
Efectivamente, en realidad, si se le quisiera dar importancia a la parte espiritual del acto sexual, debería ser pecado que una mujer no experimente nunca el orgasmo o que las relaciones sexuales en el matrimonio sean infrecuentes o inexistentes, o que el acto sexual se lleve a cabo siempre de la misma manera... Pero no. Lo único que es pecado son los anticonceptivos.
Si lo natural es tan bueno, no se para que vamos a los medicos, puesto que podemos curarnos por medios naturales.
Si buscar el placer comiendo es tan malo, no se que hacen los catolicos complando tabletas de chocolate.
Vincular el acto sexual unicamente a la reproduccion es simplificarlo demasiado. Tampoco es tan raro puesto quienes legislan en este tema nunca han estado casados ni saben lo que es la convivencia en pareja.
Puestos a rizar el rizo.
Cuando mi mujer alcance la menopausia ¿Puedo tener relaciones con ella siempre que quiera puesto que es algo natural?
Si mi mujer es esteril, ¿No puedo tener relaciones con ella puesto que jamas se alcanzara la concepcion? ¿No seria victima de la lujuria en todo caso?
Si tengo relaciones con mi mujer, pero sin penetracion para evitar la concepcion... ¿Estoy obrando acertadamente, puesto que utilizo metodos naturales?
En fin, las contradicciones y situaciones absurdas son muchas.
Por otra parte ¿qué ley se está incumpliendo o que grave ofensa se está haciendo cuando se separa la facultad de generar del placer sexual? El ejemplo del blogger es una exageración. El pecado de gula no tiene los límites descritos y la bulimia, como muy bien ha dicho, es una enfermedad. La comparación entre el sexo sin reproducción con los romanos que vomitaban para seguir comiendo no es la adecuada, eso es un exceso. Tendríamos que comparar el sexo sin reproducción con la comida gurmet. La que no es necesaria para la alimentación, o la ingesta de vino que no es necesaria para la supervivencia, o el fumar que no sólo no es necesario sino que perjudica nuestro cuerpo. ¿Porqué en estos casos no es pecado la separación entra la función fisiológica y el placer y sólo se considera así en el caso del sexo?
Elevar a categoría superior el tema del sexo para luego demostrar que si no se hace como Dios manda es un pecado me parece una arbitrariedad en términos filosóficos y una lógica consecuencia del haber considerado el sexo como algo sucio o "bajo" durante tantos siglos de historia en la Iglesia.
No digamos cuando está en peligro la vida de la madre (nuestro caso particular). Pero creo que ya he escrito suficiente.
Si esa frase la escribo yo, pero en sentido contrario al que tu buscas, no me la publicas como antes hiciste. Y yo que te tenia por uno de los blogers menos ultras de esta web.
Si un católico no acepta la enseñanza infalible de la Iglesia sobre la inmoralidad de los métodos anticonceptivos, no es verdaderamente católico. Así de sencillo. Ser católico "a mi manera" es dejar de ser católico.
La moral de la Iglesia no depende de modas e ideologías, no se decide por mayorías, ni se adapta a los tiempos. Claro que hoy en día la anticoncepción es un pecado muy bien visto, hasta en círculos supuestamente católicos. Cada época tiene su pecado "favorito". El pecado de Onán es el pecado favorito de la nuestra.
Cuando una señora le protestó a San Francisco de Sales porque era riguroso en su enseñanza moral, le replicó:
"Dice que todo el mundo lo hace así, pero no se puede excusar el pecado de uno con el pecado de otros. Si hay costumbre de pecar, yo digo que también hay costumbre de ir al Infierno. Más vale salvarse con los pocos que condenarse con los muchos."
Si bien yo soy uno de los que introdujo en la discusión anterior la analogía “alimentación-sexualidad” quiero aclarar ciertas cosas.
Desde ya que son actos completamente diferentes sobre todo porque una de las consecuencias de la sexualidad es la generación de otra vida, mientras que en la alimentación está implicada la sustentación de la propia vida.
Hay cosas en común que son:
- en ambas hay involucrado placer o repulsión.
- Ambas pueden desvirtuarse más allá de creencias religiosas o culturales.
- Pueden implicar riesgos para la salud (quizás como toda actividad humana)
- Puede haber cierto descontrol en las personas normales que los lleven a ciertos riesgos no demasiado graves a corto plazo.
Diferencio en las tres últimas entre un serio desorden de Bulimia o anorexia o un trastorno compulsivo de alimentación, con prácticas sexuales donde se daña a si mismo o a otro como ser una promiscuidad desenfrenada, prácticas sadomasoquistas, asfixia etc. Otra cosa es estar gordito, comer seguido comida “chatarra” y en la sexualidad sería tener una actividad levemente promiscua o descuidada.
Ahora bien, cuando usé la analogía fue solamente para contestar al argumento de que la sexualidad solo debe ser realizada para su fin natural y no simplemente por placer, como sería el caso de usar anticoncepción. (Desde ya siendo este un blog católico me refiero a relaciones sexuales entre esposos, que supuestamente ya tienen o piensan tener hijos).
En ese marco si tomamos el acto de comer solo para alimentarnos bastaría con ingerir los grupos de alimentos básicos sin demasiados refinamientos (no voy a volver a repetir ejemplo ya dados) y desde ya la bebida solo consistiría en agua.
Desde ya que no solo aumentamos el placer de comer con todas las recetas que nos da la gastronomía sino que muchas veces comemos cosas que no son necesarias (como mencionó un comentarista el chocolate o el vino). De hecho cuantas veces hemos estado satisfechos pero hemos terminado el plato o hemos pedido otra porción más solo para disfrutarla. Quien no disfruta con la enorme variedad de postres que existen?
Pero no por ello todos hemos caído en la gula o en desordenes alimentarios serios.
Si somos demasiado indulgentes tendremos kilos de más y cierto riesgo de tener elevado colesterol, alta presión etc lo que puede llevar a tener algún problema serio de salud.
Entonces para mí la analogía que hace Pato no es del todo correcta. No es que uno no quiera nutrirse y por eso acuda al vómito, sino que hace una actividad solo por placer, come porque le place y además lo alimenta.
En el caso de la sexualidad lo hace por placer y de momento evita concebir (ya sea por el método natural o por un anticonceptivo) ahí es donde la analogía es más débil.
Alguna persona si puede recurrir al vómito para que lo que comió no se traduzca en gordura pero la inmensa mayoría lo que hace es comer menos los días siguientes o aumentar su actividad física. Si la persona acude al vómito regularmente padece de un problema psicológico grave.
En el caso de la sexualidad sin anticoncepción la consecuencia ya no se puede eliminar de una manera moralmente aceptable. Yo creo que la mayoría de los matrimonios aceptaría a su nuevo hijo y no abortaría. Pero para no tener que pasar por ese “dilema” el uso de anticoncepción permite tener relaciones por placer, sin que esto implique no tener nunca hijos, simplemente que en vez de recurrir a la abstinencia se tienen relaciones por placer y eso NO es equivalente a una conducta bulímica.
Como siempre habrá personas que por sus creencias y sentimientos preferirán la abstinencia a la anticoncepción.
Saludos
Kewois
Estoy de acuerdo parcialmente con clavel: ni la lujuria ni la gula son buenas.
Ahora tener relaciones con mi mujer por placer y comer comida gourmet no son actos de lujuria ni de gula.
Una gran falacia que se esgrime en muchas ocasiones es optar entre que cierta conducta sea prohibida o se cae en el desenfreno. No hay términos medios en ese tipo de discurso.
Si hay ley de divorcio pues TODOS aparentemente viviremos casándonos y divorciándonos, si a alguien le gusta la comida entonces o es bulímico o terminara siendo obeso. Dieta estricta o gula desenfrenada parecen ser las opciones.
Castidad u orgias sin términos medios.
Nunca un disfrute de la sexualidad de la comida o del vino.
Si, es verdad, hay personas que son compulsivas y caen facilmente en adicciones o conductas de riesgo. Que van desde drogarse a ser lujuriosos o jugadores o compradores compulsivos.
Muchas veces la sociedad pertende controlar esos casos de compulsión intentando prohibir a TODOS los demás esa actividad. Por ejemplo prohiben las casaside juegos de azar porque hay adictos al juego.
Desde ya que si hay conductas que son muy riesgosas, sustancias que son altemente adictivas y presentan un peligro. Y estas si deben regularse estrictamente o prohibirse.
Pero hay mucho fanático por ejemplo vegetariano que no es que a uno le recomiende aumentar el consumo de verduras porque es más sano o más rico, sino que nos amenaza con la certeza que si uno ingiere carne prácticamente caerá muerto de un infarto a los pocos minutos.
Como eso no es así el discurso se desvirtúa.
Yo creo que más que poner calificativos denigrantes a las personas que si usan anticonceptivos, sería más útil recomendar el punto de vista del uso de métodos naturales o de la abstinencia, pero sin decir que el otro o es casto o es la peor escoria de lujuria y desenfreno.
Kewois
PD:
Por otro lado desde ya que los puntos de vista de santodomingo y Javiergo son interesantes y creo que válidos desde el punto de vista de que si uno dice pertenecer a un cierto grupo debe cumplir con las normas de ese grupo. Como no pertenezco no opino pero sería interesante leer las respuestas de otros que si se consideren miembros.
Resulta chocante que encuanto se habla de sexo a todo el mundo se le ponen los pelos como escarpias y nadie acepta que aquello que está haciendo está mal.
Hablando con claridad, SOMOS PECADORES.
Por cierto, las personas que sufren de bulimia o de anorexia, no las adquieren la primera vez que vomitan o pasan de comer, pero se empieza por una de la cual se acaba haciendo costumbre (vicio o pecado en nuestro tema favorito).
ASD, la Iglesia nunca ha considerado el sexo algo sucio ni un mal necesario (hay una heregía con este tema), es algo bueno, pero como todo en su justa medida.
Por cierto, espero que entiendas que no me quiero meter en tu vida, pero si tienes problemas como los que has insinuado, quizá hablar con un sacerdote bien formado te pueda facilitar soluciones moralmente aceptables y que satisfagan vuestros apetitos.
Galerio, no, no puedes tener relaciones con tu mujer cuando quieras, porque lo primero que tienes que entender es que ella también tiene que quererlas, y si te acepta de buen grado... cual es el problema?
Y natural no quiere decir cavernario, sino que no violenta la naturaleza del hecho en si mismo (conocer la edad de la vaca no altera la calidad de su leche). Si quieres puedes tomar la temperatura con el dedo (con los pequeños se les suele dar un beso en la frente), pero la exactitud es "ligeramente" menor.
Puf parrafada! Mil perdones.
Saludos católicos :-)
No es lo mismo utilizar un termometro para conocer un síntoma que usar anticonceptivos. Pero si no te convence Lo que digo, no pasa nada. Puedes conocer la fertilidad sólo con analizar ocularmente el moco cervical, la salvación del cuello del útero, .... En todo caso, tus comentarios denotan algo muy frecuente hoy en día: Ignorancia sobre los métodos naturales para conocer la fertilidad. Merece la pena dedicar dos tardes a estudiarlos, sin prejuicios. Te maravillará descubrir cuánto ha avanzado su estudio y qué incomprensible es el silencio sobre ellos.
La fertilidad no es una enfermedad, aunque la sociedad actual así lo ve, tal como tu lo expresas. Las mujeres no estamos "malas" todos los meses, muy al contrario, es muestra de salud excelente y de plenitud.
La relación amorosa sexual no tiene únicamente como fin la procreación. Eso no lo dice la Iglesia, lo dices tú. Tiene una función unitiva entre los esposos y ha de estar abierta a la procreación. Abierta no es igual que obligada. Una y otra, no una o la otra.
Y para terminar, Lo que digo siempre a los que critican a ls Iglesia en estos temas: Probadlo una temporada, estoy segura de qué más de uno y dos sé suben al carro, porque realmente une a la pareja, y tiene un encanto especial, nada se da por supuesto.
Un cordial saludo.
Nunca he dicho que la fertilidad sea una enfermedad. Jamas diria algo asi.
Respecto a lo del termometro. Cierto que hay otros metodos que no lo necesitan, pero es lo mismo. La Iglesia acepta que se utilice un termometro para que se pueda realizar el acto sexual sin tener la finalidad de la procreacion.
Sin embargo, resulta asombrosa la cantidad de gente que, identificándose como católica, se autojustifica en sus prácticas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia. Nadie pone en duda de que en materia del Sexto Mandamiento, como en otras cuestiones, resulte difícil vivir de acuerdo a la verdad que predica y encarna la Iglesia. Lo llamativo es que, lejos de reconocer esa dificultad y manifestar propósito de conversión en la obediencia, muchos se autoprescriben una teología a medida que además hacen pública y pretenden canonizar.
Ciertamente, en materia del Sexto Mandamiento, el mundo parece más fuerte que la virtud, la fe, la obediencia, el pudor, las enseñanzas de nuestros mayores y el temor al infierno. ¡Oremos!
1. Nada más lejano a mi intención que el convertirme en juez de mis hermanos, en un obstáculo para que otros católicos se acerquen más a la Iglesia, o en causa de que se sientan rechazados. Si a alguno he ofendido, les aseguro que no fue mi intención.
2. Estamos hablando de una analogía, y como tal, es una simplificación y tiene límites. Tampoco es el argumento definitivo para a un problema que es evidentemente complejo.
3. Es natural que uno como católico no cumpla con lo altos estándares de perfección moral que enseñó NSJC; lo absurdo es culpar a la Iglesia, cuando uno no cumple esos estándares.
Respecto el magisterio de la Iglesia en estos temas. Por respeto,a ello no voy a comulgar, ni lo hare hasta que deje de "pecar" segun estas enseñanzas. Supongo que sera cuando mi mujer ya no pueda quedarse embarazada.
La Iglesia ha modificado su punto de vista en ciertos aspectos con anterioridad. No dudo que pueda hacerlo en el futuro.
Es facil dictar morales sobre el tema cuando tienes la fuerza moral suficiente para haber hecho voto de castidad y no vives en pareja.
Los argumentos que da a todas luces son incoherentes en muchos aspectos. Lo unico que lo podria salvar es que aunque tu no lo entiendas, como esta asistida por el Espiritu Santo, es asi. Vale, de acuerdo. Pero entonces que no de argumentos que no convencen.
La anticoncepcion es algo tan viejo como el ser humano. Si antes no se utilizaba era porque no existian, en su lugar se utilizaban metodos anticonceptivos naturales. No era raro que las mujeres prolongaran la lactancia lo maximo posible. Eso era la norma.
Sigo sin comprender como una conducta que es la norma puede ser pecaminosa. No digo que no haya catolicos que no lo practiquen. Pero creeme si te digo que son cuatro, muchos de los cuales han abandonado la practica cristiana por estas cosas.
A mi, y a otros muchos si se me plantea un dilema. No puedo permitirme tener mas hijos. Estamos sufriendo estrecheces economicas y no daria para mas. Los metodos anticonceptivos naturales fallan bastante. La alternativa que se me ofrece es la continencia. No existe otra salida. Un salida que en mi caso, no es practica.
Un saludo
Yo le pido un respeto auténtico a la Iglesia de Dios y su Magisterio dado a través de la palabra de los Papas, maestros de los cristianos, sobre todo, cuando ésta es firme y constante a lo largo tiempo. Nadie puede ni debe sentar a la Esposa en el banquillo. Si no se entiende lo que ella dice, debido a nuestras inteligencias pobres, pida luz al Señor para comprender y aceptar, porque cuando ella habla, es el Señor que habla.
Lo que va a ocurrir con la anti-concepción y su mentalidad antinatalista es lo mismo que ocurrió con el arrianismo: una mayoría de eclesiásticos y laicos estaba equivocada, y el Magisterio se mantuvo intransigente.
El arrianismo hoy es el pasado de una equivocación grave y muy difundida. La Iglesia tenía razón.
Claro que la mía era mucho más rudimentaria y que le faltaban algunos aspectos o facetas que veo que tú has logrado sacar a la luz para explicar mejor la posición del católico.
Creo que no hay mucho más que decir. Sin embargo me sigue impresionando ver tanto católico que, declarándose creyente, tiene el mismo punto de vista positivista que el de un agnóstico o ateo. No es que no respete la opinión de éstos, sino que me impresiona la poca fe que hay en ellos, no solamente para con Dios, sino para con la Iglesia.
Saludos.
Las discrepancias que se manifiestan en esta tira de comentarios no tiene nada que ver con creyentes vs ateos, si prestas atención verás que la mayoría de los que no están de acuerdo con la prohibición tajante del uso de anticonceptivos son también católicos.
Pone un ejemplo en su libro Mero cristianismo. Un número considerable de gente acude a un local para presenciar un espectáculo de streap-tease. Puede pensarse que es algo normal, sin mayor importancia. Supongamos que en un país la gente -seres suficientemente alimentados- suele acudir a los teatros para contemplar el siguiente espectáculo: en el escenario hay una fuente (no de agua, claro, sino de las que contienen alimentos). Se levanta lentamente la tapa y el público logra contemplar una chuleta de cordero o una loncha de tocino, babean, alborotan. Seguramente pensaríamos que el público babeante que se extasía ante la chuleta de cordero no "funciona" del todo bien, que algo le falla.
Se podría entender si escasease mucho la comida, pero la verdad es que en Occidente moderno no escasea la oferta de sexo, está por doquier, y la gente está babeando enganchada a chutes de dopamina (creo que es la hormona implicada en el porno), y tiene que subirse la dosis -como saben todos los sexólogos- porque terminan insensibilizándose.
Otro que comparó el sexo y la comida es Chuck Colson, un protestante bastante procatólico y razonable, de Prison Fellowship (trabaja mucho con presos). Dice que el antiguo puritanismo sexual hoy se ha desviado hacia la comida, con todos sus integristas y militantes, y más en EEUU, donde junto a una plaga de obesos hay una plaga de rigoristas anti-comida: que si veganos, que si vida-sana, que en qué condiciones se cultivó, que cuánto comes, etc... lo que, junto con el culto a la imagen, lleva a la explosiva epidemia de anorexia-bulimia y demás trastornos.
"En todas las épocas y pueblos el control normal y real de la natalidad se llama control de uno mismo. Sólo nuestra sociedad capitalista occidental entiende pro control lo contrario: que la gente no tenga control alguno, siempre que pueda esquivar las consecuencias de su conducta sexual"
"El paralelo más cercano y respetable sería el epicúreo romano, que tomaba vomitivos para poder tragar a diario cinco o seis comilonas".
¿Llamaríamos a eso control de la dieta?
G.K.Chesterton
Abortar sería analogo a vomitar.
El uso de anticonceptivos seria análogo a comer o beber algo carente de propiedades nutritivas solo por el placer de comer o beber. Por ejemplo un caramelo de esos "diet" que son solo colorantes, saborizantes y edulcorantes.
Kewois
PD:
No queda bien decir que luego del partido uno salió del estadio por el vomitorio.... :)
En cambio, en la anticoncepción, el proceso es interrumpido voluntariamente, luego de que ha producido su efecto deseable, pero antes que alcance su fin natural.
En la nutrición, cuando se vomita, se ha producido el efecto agradable en la boca, pero se interrumpe la digestión para que el alimento no llegue a absorberse en el cuerpo. En este caso, el aborto sería el equivalente a una liposucción. Insisto en los límites de toda analogía.
http://www.churchforum.org/catecismo-iglesia-catolica-sexto-mandamiento.htm
Lo mismo dejo un pequeño resumen sobre la postura de la Iglesia respecto a los anticonceptivos y el aborto tomado todo del Magisterio de la Misma:
http://www.foromoral.com.ar/respuesta.asp?id=108
En síntesis, la cuestión para los católicos debería ser fácil..todo comienza por un "sí"..por un acto de la voluntad que quiere hacer, a su vez, la voluntad de Dios acatando las enseñanzas de la Iglesia, por medio de la cuál el Señor manifiesta su Santa Voluntad..
Los ateos y personas de otras denominaciones que quieran entender la posición de la Iglesia, debe orientarse y adentrarse en los textos eclesiales para tener una mejor visión de la misma y no solamente dejarse guiar por "lo que se dice, que dice la Iglesia"
Saludos en Cristo y Maria Santísima!
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