Conversos del ateísmo
Why I’m Catholic es un sitio dedicado exclusivamente a compartir historias de conversión al catolicismo, desde los más variados trasfondos. Cuando lo encontré, inmediatamente recordé los comentarios de algunos escépticos, hace un par de entradas, acerca de que las pruebas de la existencia de Dios nunca han convencido a nadie.
Las conversiones son una realidad, ocurren todo el tiempo, a veces por intervención sobrenatural, como en el caso de San Pablo, André Frossard o John C. Wright, la mayoría de las veces por experiencias de vida y de encuentro con los demás, como en el caso de Jennifer Fulwiler.
Cierto, los argumentos por sí solos no provocan que alguien deje de ser ateo, y se haga católico, pero no por defecto de la demostración. La religión no es algo que uno reciba y luego guarde en un cajón para consultar cuando lo necesite, como un libro de ciencias; ella afecta todos los aspectos de la vida, nuestra cosmovisión y la llevamos siempre con nosotros, como un anillo de matrimonio. La religión es un asunto demasiado personal para que algo tan frío como una razón nos haga cambiarla.
Entonces ¿Para qué sirven las pruebas de la existencia de Dios? Nuestra cultura ha puesto la razón en un pedestal y algunos se han servido de ello para sugerir que sería incompatible con la fe, ignorantes de que precisamente el catolicismo ayudó a elevarla hasta ese lugar. Las pruebas de la existencias de Dios sirven para derribar precisamente ese prejuicio, como le ocurrió a Jeff Miller.
6 comentarios
Por otra parte, estoy de acuerdo con Mónica: los dogmas, la infalibilidad, la revelación, los misterios, los milagros, etc. son paradigmas de la renuncia a razonar. Las religiones en general y el catolicismo en particular son enemigos de la razón.
El dogma es un definición sobre una verdad de fe para hacerlo es necesariua la fe para creerlo y la razón para entenderlo y exponerlo.
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