La búsqueda del Jesús histórico
Desde el siglo XVIII muchos se han propuesto encontrar al Jesús histórico, aquel personaje de extracción popular que vivió y murió en Judea del siglo I, y que estaría tras el origen del cristianismo. Su gemelo malvado el “Cristo de la fe”, una figura divina, perfecta, milagrosa, eterna y a-histórica, que ilumina directamente la conciencia de cada uno de sus seguidores. Puesto que las menciones de Jesús fuera de los evangelios son escasas, todo vuelve a centrarse en los mismos textos que los cristianos han leído y escudriñados durante siglos.
Luego de varios siglos de esta búsqueda, los resultados han sido decepcionantes. Los ateos suponen que Jesús renegaba de la religión; los socialistas, que fue el primer socialista; los nazis, que fue un precursor de la raza aria; los vegetarianos, que no comía carne; las feministas, que fue el primer feminista y así suma y sigue. Desde un comienzo se notó el Jesús histórico tenía una alarmante tendencia a acabar sosteniendo los mismos ideales y principios que el investigador. Cada uno lee los episodios del evangelio conforme a sus prejuicios, y llega a una respuesta diferente.
A inicios del siglo XX la investigación sobre Jesús histórico parecía agotada, los expertos en intentaron superar esas críticas, usando un acercamiento más objetivo. Para eso, definieron ciertos patrones o criterios que permitirían saber si es más probable que un episodio o enseñanza de Jesús en los evangelios haya ocurrido realmente.
Los criterios más ampliamente aceptados son:-
Criterio de la discontinuidad o disimilitud: Si parece contradecir lo que enseñaban los primeros cristianos.
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Criterio de la vergüenza: Si parece avergonzar a los primeros cristianos.
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Criterio de la corroboración o atestación múltiple: Si aparece en más de una fuente. De acuerdo a la teoría de las dos fuentes, Marcos y Q serían fuentes independientes; Lucas y Mateo, no.
Aplicando estos criterios, se dice que es muy probable que Jesús haya muerto en la cruz, porque un Mesías crucificado contradice la divinidad que los cristianos atribuían a Jesús (criterio de discontinuidad); la muerte en cruz era una pena extremadamente denigrante (criterio de la vergüenza); y está mencionada en los evangelios y las cartas de san Pablo (criterio de atestación múltiple). Los relatos de la navidad, por su parte, no serían históricos porque cada dato en ellos apunta a que Jesús era hijo de Dios, y a su descendencia davídica. Tampoco cumplirían con el criterio de atestación múltiple, pues los relatos son muy diferentes.
¿Qué puede decir un cristiano de todo esto? Que puede ser interesante, pero los resultados de esta investigación están severamente limitados por el instrumento que se ha decidido usar.
Pensemos, por ejemplo, en una persona que planea hacerse rico, recuperando lo que la gente pierde en la playa. Se compra un detector de metales y camina muchos kilómetros durante varios meses, todas las tardes por la arena, moviendo lentamente su máquina. Efectivamente encuentra algunas monedas, pero luego de un tiempo decide cerrar el negocio: al parecer la gente solo pierde monedas en la playa, nunca nada de valor. ¿Es válida la conclusión de nuestro buscador de tesoros? ¡Claro que no! En los meses que recorrió las playas puede que haya pasado junto a miles de billetes, mucho más valiosos que las monedas. El problema es que su detector de metales está diseñado para encontrar monedas, e ignora todo lo demás.
Algo similar ocurre con los criterios de la Búsqueda del Jesús histórico: están diseñados para dar positivo ante los eventos y enseñanzas de la vida de Jesús que son opuestos al cristianismo, y eso es precisamente lo que encuentran. Su “Jesús histórico” nunca afirmará ser Dios, no porque no lo haya dicho, sino porque el criterio de discontinuidad elimina esas enseñanzas de la mesa. Tampoco podrá fundar una Iglesia o enseñar que el bautismo nos hace hijos de Dios, porque eso no avergonzaba a los cristianos. Jamás admitirán que Jesús resucitó, a pesar de que todos los evangelios y las epístolas lo afirman, porque el prejuicio materialista (más fundamental todavía que cualquier criterio) se los impide.
El problema, entonces, no es con la enseñanza de la Iglesia, ni con la confiabilidad de los evangelios. El problema del Jesús histórico radica en el instrumento utilizado para reconstruir esa figura.
Desde luego, hay investigadores muy serios que han participado en esta búsqueda, que están consciente de esto. Por eso, al comenzar un libro serio acerca de este tema, los autores serios suelen advertir que no pretenden confirmar ni atacar la fe de nadie, ni tener la última palabra acerca de Jesús. En esos términos, la investigación puede resultar muy interesante. El problema se produce cuando los periodistas toman estos libros, y los convierten que un titular y una columna. Ahí es cuando todo se convierte en “El Jesús Definitivo: un libro que removerá el cristianismo hasta sus cimientos”, y todo se va al tacho de la basura.
26 comentarios
Rafa: Un historiador no puede sacar una prueba concluyente de la Resurrección por los testimonios de los que vieron al Resucitado. Si Éste se hubiese aparecido a sus enemigos: Poncio Pilato o Caifás tampoco les parecería suficiente porque siempre se podía pensar que el arrepentimiento o la culpa les hacía ver fantasmas. Hay hechos que exceden la historia y la ciencia. Hay quién llega al misterio y quién no y eso divide a la gente, como en los tiempos de Jesús, en creyentes y no creyentes.
Las sucesivas epifanías de Jesús, la Transfiguración, por ejemplo, sólo tuvo tres testigos. El Evangelio está lleno de los que veían y los que no veían, exactamente igual que ahora.
No todo lo que es histórico es demostrable y la irrupción del Hijo de Dios en la historia humana es uno de esos casos.
La historia es una ciencia que llega a dónde llega e, incluso dentro de periodos históricos más cercanos, hay dificultades para demostrar episodios que son meramente humanos porque la historia necesita datos y en la mayoría de los casos no es aséptica. El profesor Robert Conquest, que murió en 2015 con 98 años, fue la irrisión del mundo académico porque su especialidad era la historia soviética y hacia 1970 le decían que no tenía suficientes datos para escribir lo que escribía. En 1986 publicó: "The Harvest of Sorrow: Soviet Collectivisation and the Terror-Famine", sobre el Holodomor, y parecía que se lo estaba inventado. Hoy lo que escribió está rebasado por la realidad y los documentos desclasificados, así que este historiador ha quedado a medio camino entre un historiador y un profeta. Como sus "profecías" se demostraron su nombre se borró del mapa. Así de sencillo.
Si se ha podido ocultar, ridiculizar e incluso bloquear información que no tenía nada de sobrenatural. ¿Qué puede ocurrir cuando Dios mismo entra en la historia? Si no creyeron a un periodista como Gareth Jones, testigo presencial, y a un historiador como James Mace (ambos missing en la historiografía oficial) sobre sucesos que tenían todos los indicios de que habían sucedido y no eran ningún acto de fe . ¿Van a creer a los seguidores de Jesús algo tan increíble como una resurrección?
Para mi el Jesús Histórico no fue necesario para la fe de mis mayores ni tampoco para la mía, tiene un interés académico o informativo pero no más. Menos mal que la corriente va remitiendo por agotamiento como todo lo que es meramente histórico.
me temo que estás equivocada. Un cristiano puede decir mucho de la Resurrección de Jesús, entre otros argumentos, podemos hablar del Santo Sudario.
Como habitual, se ha tratado de desacreditar esa importante prueba de nuestra Fe por no cumplir la prueba del Carbono 14 pero sin ninguna explicación de como es que resiste pruebas de tipos de polen, imagen tipo "negativo fotográfico", tipo de tejido, proceso científico de la aparición de la imagen, etc. que la única conclusión es que lo que falló es la prueba del carbono 14 por haberse contaminado la muestra con bacterias, o bien que hubo anomalía al realizar la prueba.
La imagen del lienzo no es pintura, sino una realizada por una pequeña quemadura sobre la superficie del lienzo, equivalente a un proceso de xerografía. Esa luz radiante intensa desde dentro del cuerpo exánime de Jesús solo pudo haberse dado en el momento de la Resurrección.
Por lo tanto, a mi, que me gusta la historia, me interesa todo lo relacionado con Palestina en el s. I pero mi fe es exactamente la misma que la de mis abuelos que se contentaban con los Evangelios tal cual sin preocuparse de si el Evangelio de Lucas concordaba con el de Juan, ni del criterio de discontinuidad o de testimonio múltiple.
Lo mismo ocurre con la Sábana Santa, lo que no entiendan será porque la ciencia no ha avanzado lo suficiente, pero alguna explicación científica tiene que tener y se cerrarán en banda. Estamos en las mismas.
Lo que era evidente para el centurión no lo era para el ciego Bartimeo hasta que el mismo Jesús le hizo ver (naturalmente el ciego no podía negar un milagro que se había producido en él mismo). El centurión es el único personaje de los Evangelios que consigue sorprender al mismo Jesús: Mateo 8, 5-17, al oír la contestación del centurión Jesús quedó admirado, sorprendido (según traducciones). Y no es extraño que Jesús se sorprendiera porque el centurión-hombre de fe como Abraham-sabía que Jesús podía curar a su criado sin necesidad de entrar en su casa y antes de que el milagro ocurriera: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi morada, mas di una sola palabra y mi criado quedara sano" Tal señal de fe no se había visto en todo Israel. Y ahora que vengan historiadores a decir si ese pasaje fue o no añadido por los primeros cristianos. Los hombres de fe son perseguidos por historiadores, incrédulos y científicos desde Abraham hasta San Pablo. Los hombres de fe son tomados por enemigos por aquellos que les temen, que son casi todos.
Lo que esta gente pide es una Epifanía Colosal, una Manifestación de Dios de tal calibre que el ateísmo se oponga a la evidencia total y sea imposible. Tal cosa excede de lo que en este mundo se puede pedir porque eso es exactamente la Parusía, mientras Jesús no venga en su Segunda Venida no tendremos la evidencia que ellos exigen y habremos de entrever, salirnos de lo material por el espíritu y creer.
"Después de visto, todo el mundo es listo" dice con razón el refrán, pero la visión de Dios es imposible en este mundo porque no estamos preparados y porque coartaría nuestra libertad así que no podemos ser "listos" sino creyentes.
Un Dios como el del Sinaí evidente para todos sería imposible de desobedecer y por lo tanto ¡adiós, libre albedrío! Si Dios hubiese querido algo así se habría conformado con los ángeles entre los cuales, por razones obvias, no hay ateos.
Como verás, dejo aparte la fe. Yo soy arqueólogo y pienso exactamente igual que tú respecto a la lectura de los Evangelios, acercándome a ellos como Verdad revelada. En parte eso es así por la gracia de Dios y la educación recibida por mis padres, pero también por criterios razonables a la hora del estudio de las Escrituras: porque en conjunto me parece una construcción lógica ("Al principio era el Logos..."), incluso si se sigue el método histórico-crítico (siempre que se dejen aparte prejuicios materialistas). Y te lo dice uno que ha estudiado Humanidades en una universidad española, lo cual es sinónimo de adoctrinamiento marxista. Eso, a determinada edad, te hace plantearte ciertas creencias inculcadas en tu niñez.
Juan el Bautista: el tema de la Sábana Santa da para mucho y creo que no es lo que aquí se trata (la búsqueda del Jesús histórico a través de las fuentes literarias), pero estoy de acuerdo contigo. No creo que la ciencia pueda explicar nunca los misterios que envuelve esta reliquia (a día de hoy es imposible hacer una réplica exacta de la Síndone) y, de hecho, pienso que su preservación a través de tantos siglos ha sido permitida por la Providencia precisamente para aquéllos que piden una Teofanía espectacular, tal como los propios judíos pedían a Jesús en su tiempo. Pero también soy consciente de que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Saludos cordiales
Los ateos de hoy en día no están dispuestos a tarea tan colosal y renuncian a la Grandeza y a todo atributo que sea excesivamente pesado, ya se conforman con vivir como si Dios no existiera pero ¿para qué cargar con la magnificencia de Dios?
Feuerbach y Nietzsche son dos dinosaurios de los que ya nadie quiere acordarse. Los ateos modernos no están para Prometeos ni Superhombres. ¿Qué sentido tiene eso con lo corta que es la vida? Ya tenemos bastante con cargar con la evidencia de que tenemos que morir como para asumir cargas adicionales, si el Hombre no es más que un soplagaitas tampoco importa mucho. Cargará a lo sumo con su inteligencia, que ya es bastante pesada, pero ni un gramo más de responsabilidad. Algunos llegan más allá y se fijan en los animales con envidia. Prometeo quería arrancar a los dioses su secreto pero no a los caballos, pues ahora es al revés.
En el campo de la Doctrina de la Fe, no tiene sentido plantearse la pregunta anterior, porque fue a Pedro a quien Dios prometió su asistencia para que nos confirme en la Fe.
El Magisterio del Papa será siempre el medio seguro para conocer lo que debemos creer.
Bendiciones en Cristo, María y José
Es el mismo que vivió como hombre entre nosotros, con la diferencia que su Persona es DIivina pero él también actuó en la tierra con conocimiento humano según su naturaleza humana, aprendió a hablar ,a escribir ,a contar ,a relacionarse, a rezar, a orar con los salmos etc
Cada persona de este mundo ¿Qúe quiere saber sobre Él?
Lo primero ,desde lo hondo de la persona la pregunta ,debe saber que quiere buscar, claro que la historia nos da el contexto, los judios de entonces ,el pueblo romano cómo se vive, la geografía de ese pueblo, las persecuciones etc
Somos personas humanas y Jesucristo nos ha regalado su identidad la de Él como Hijo único, la nuestra es la que debemos encontrar mirando su vida, su cruz ,su amor, lo demas ayuda a la ciencia a la historia y por supuesto es auxiliar y muy interesante ,pero no olvidemos lo nuclear.
Evangelizar es “ante todo dar testimonio, de manera simple y directa, de Dios revelado en Jesucristo, en el Espíritu Santo, dar testimonio de que en Su Hijo, Dios ha amado al mundo, de que en Su Verbo Encarnado Él ha dado el ser a todas las cosas, y nos ha llamado a la vida eterna.” (Papa Pablo VI, Evangelii Nuntiandi).
Por la virtud del bautismo, todo cristiano es llamado a dar testimonio, de palabra y acto, de la verdad y la belleza de la fe en Jesucristo, no es posible separar un Jesús histórico de un Cristo de la fe al menos esencialmente, vale como búsqueda de conceptos.
Probado científicamente.
En base a un dibujo que podría o no ser de un megaterio, podría o no ser auténtico, podría o no ser un prototipo de un comic de los originales Picapiedras.
Mientras tanto, no importa cuántos testimonios, evidencias documentales y hasta una posible fotografía milagrosa del cuerpo crucificado y luego resucitado de Jesús existan, siempre quedará la duda "científica" si en realidad Él vivió alguna vez, no digamos que haya muerto y resucitado.
Si se aplicaran los mismos criterios "científicos" sobre la existencia de los personajes históricos que se aplican a Jesús a todos los reyes del pasado, se dudaría seriamente de la existencia de Atila, de Gengis Khan, de Marco Polo y de San Esteban de Hungría.
Pero para ellos, una sola evidencia basta para decir "existieron y son mis antepasados, por lo tanto, tengo derecho al trono". Para Jesús, ni metiendo los dedos en los agujeros de los clavos habrá suficiente evidencia de Su existencia.
Para el creyente cristiano bautizado y con la gracia de los Sacramentos comprueba que Jesucristo vive, por tanto no es argumento de razón cientifica, es argumento de fe y dar razón de su Esperanza . el hombre es corpóreo-espiritual .
Y la razón natural siendo necesaria para el conocimiento del hombre no llega a dónde llega la Fe revelada ,sin embargo no se opone razón y fe.
En realidad, hubo varios "Jesús". Es que "Jesús" (Yeshua en hebreo, Iesous en griego) era un título que sigfinicaba "salvador", derivado de "Yahvéh salva"). El historiador Josefo menciona al menos una veintena de Jesuses.
Jesús ben Ananías llegó a ser arrestado. Murió por un rocazo de una catapulta. Jesús ben Gamala fue otro. Su cuerpo fue devorado por los perros. Jesús ben Stada fue un agitador de Judea. Los romanos lo crucificaron.
Además, el mesianismo era una moda. Entonces toda anécdota que se encuentre sobre Jesús, puede referirse a muy diversas personas, aunque semejantes entre sí.
Nada más el comienzo ya acaba por afirmar que científicamente debemos atenernos a que María era no solo no siempre virgen sino madre de familia numerosa.
Y hala... ahí siguen los libros en las principales estanterias de las librerías diocesanas.
El Padre Pagola por ejemplo en su "Aproximación histórica" niega que Jesús tuviera conciencia de morir por los hombres para el perdón de los pecados, y para ello dice cosas como que el texto Mc.10,45-"el Hijo del Hombre (...) ha venido para servir y dar su vida en rescate por muchos", no es histórico porque la palabra "rescate" no era "su lenguaje"
Da igual que el mismo texto se reproduzca en Mateo, da igual que en la última cena (y unánime en los sinópticos) Jesús hable del derramamiento de su sangre por "muchos", da igual que los primeros testimonios cristianos -las cartas paulinas- le den tanta importancia a ese hecho esencial de la vida de Jesús, que presten una atención secundaria a otros aspectos de la vida del nazareno.
¿Y todo por qué? Muy sencillo. Admitir la conciencia sacrificial vicaria de Jesús, es reconocer simple y llanamente su divinidad (o su locura, qué hombre puede decir que él va a morir por el perdón de los pecados sin ser Dios o estar loco).
Pero claro,si Jesús estaba loco el personaje interesa lo justo. Pero si era (si es) Dios, los métodos histórico críticos se irían a la basura. Por tanto, condición necesaria para la supervivencia de estos métodos de investigación es negar el meollo o la cuestión de fondo del personaje Jesús. DE ahí surgen los personajes ficticios que nada tienen que ver con el verdadero Jesús que nos da la Escritura y la fe y la tradición de la Iglesia.
Pero aunque en el mejor de los casos la historia nos situara ante el genuíno Jesús, salvando la distancia del tiempo, nunca estaríamos mejor situados que sus propios contemporáneos que, ante aquel humilde carpintero tuvieron que realizar un acto de fe para alcanzar su sanación. " Tu fe te ha sanado...". Por eso la fe es la que nos da la verdadera dimensión, la única que nos vale de algo, de la personalidad de Jesús, el Cristo que la Iglesia nos presenta.
Hoy como antaño es fundamental nuestra respuesta a aquella pregunta trascendental: " ¿y vosotros quien creeis que soy yo?", y saber que la respuesta correcta no viene de la carne ni la sangre (ni del conocimiento humano) sino que es una revelación de Dios.
Meier, despues de escribir su mamotreto, se encuentra a tan solo un paso de las posturas ateas que suponen a Cristo un constructo teológico de sus seguidores, y se le vendrá abajo su trabajo cuando alguien le demuestre que aquel hombre marginal que ni hacía milagros ni tenía nada de extraordinario nunca pudo resucitar; o que la creencia en este hecho carece de fundamento por los mismos criterios aplicados a todo lo demás.
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