Mi reflexión acerca del sínodo

Imagino que es un poco tarde para hablar del sínodo de obispos realizado en Octubre de este año en Roma. Casi dos meses atrás, y con tres o cuatro ataques terroristas entre medio, ya no es noticia para nadie. En mi defensa, quienes hayan pasado antes por acá saben que lo mío no son las respuestas inmediatas a las noticias.

Mi reflexión al respecto es más en línea con el suspiro cansado de quién se da cuenta cuánto se ha alejado el mundo de la Iglesia. Debo reconocer que soy un hijo de los años ’80 del siglo pasado. En esa época, el Papa Juan Pablo II hizo su sello el viajar por todo el mundo expandiendo el mensaje de respeto a los derechos humanos por todo el mundo. También llegó a Chile en el año 87. En todas partes donde iba era recibido con alegría y expectación. Su mensaje era uno de dignidad y esperanza. Por supuesto que no todos eran católicos en esa época, pero al menos no era sinónimo de fundamentalismo e intolerancia. Tal vez no era la opción más popular afirmar la doctrina de la Iglesia en todas sus partes, pero al menos era una opción respetable.

Treinta años más tarde, hemos experimentado la crisis de abusos sexuales, el resurgimiento del fundamentalismo musulmán y el terrorismo, y la victoria del movimiento LGBT. Parece que viviéramos en otro mundo. Supongo que algo parecido debió sentir una persona nacida en 1890, que solo conoció carros tirados por caballos en su niñez pero pudo ver la llegada del hombre a la luna, cuando era anciano. Solo que donde ese hombre sentía esperanza y maravilla, uno como católico siente exactamente lo contrario.

Hoy en día, la Iglesia se enfrenta a dos grandes peligros, que son como Escila y Caribdis. Por un lado está la tentación de ceder ante el mundo, y convertir a Jesús en un maestro espiritual más, lleno de palabras consoladoras y misericordiosas para aplacar la inquietud espiritual de algunos hombres modernos. Por otro, la de convertirnos en una secta, fiel a la doctrina pura del evangelio que se conserva desde antiguo, pero sin dialogar con los de afuera por temor a que nos contaminen. Debo admitir que a mí me parece mucho más atractiva la segunda opción. La primera es absurda. Jesús prometió estar con su Iglesia hasta el fin de los tiempos y no dejará que el evangelio se diluya, ni se actualice, por mucho que la nueva versión prometa hacer lo mismo pero más fácil. La segunda alternativa, en cambio, parece que nos llevar a perder a mucha gente para el evangelio, pero el cristianismo no está pensado como una religión de masas, para los mediocres. Además, por mucho tiempo, su época de oro en opinión de algunos, la Iglesia sobrevivió como una minoría perseguida. Es más factible, que eso ocurra.

¿Qué tiene que ver todo esto con el Sínodo?

Creo que en este sínodo se expresaron claramente esas dos tentaciones. Uno esperaría que los padres sinodales se encontraran firmemente asentados en la doctrina de la Iglesia, pero no es así. Hay muchos cardenales y obispos que no ven inconveniente alguno en que el mundo le dicte a la Iglesia lo que debe hacer con sus sacramentos y doctrinas. Esto no es una calamidad de nuestro tiempo, esto ha sido así desde que Jesús escogió a Judas para ser su apóstol, y junto a él a Pedro, Mateo y Andrés. Los doce diferentes, y provenientes de diferentes realidades. Tal como los apóstoles discutían a espaldas de Jesús acerca de quién era el más importante, hoy los padres sinodales no logran ponerse de acuerdo acerca de la dirección que debe tomar la Iglesia. La relatio final del sínodo no logra cristalizar un consenso acerca de cuestiones sobre las que no podría haber dudas. Se mantiene la doctrina, pero no se la proclama con claridad.

Curiosamente, el hecho de que la Iglesia no sea una secta es lo que ha protegido a la doctrina. Si todo dependiera de los obispos de los países ricos, hace tiempo que la Iglesia estaría entregando actas de divorcio y casando por cuarta o quinta vez, con los debidos ritos penitenciales. “Pero solo 5 veces ¿eh?, no más, porque un sexto matrimonio es un pecado intolerable”. Han sido los padres que provienen de países pobres los que han defendido con eficacia la doctrina. Eso me lleva a pensar que la opción de la secta es tan peligrosa como la de venderse al mundo.

Se necesita una mano firme para navegar entre ambos peligros, pero el Papa Benedicto ya le puso un nombre al rumbo que debe seguir la Iglesia: una minoría creativa. Minoría, sin duda, no están los tiempos para pensar en naciones católicas, ni en leyes civiles inspiradas en la justicia. Pero también creativa, alegre, en salida, recordando a quien quiera escuchar, que hay esperanza, que fe y razón no se contradicen, tampoco alegría y verdad, ni ciencia y religión.

Antes de deplorar que el sínodo no haya sido más claro, veamos a su contexto. Es lamentable que todavía se hable de la comunión a los re casados como una posibilidad, pero pensemos que el mundo resolvió que el divorcio era bueno y loable hace muchísimo tiempo. El solo hecho que la progresía eclesial esté reducida a un par de párrafos ambiguos en la relatio final demuestra la solidez de la doctrina de la Iglesia. Lo mismo correspondería decir acerca de cuestiones como la anticoncepción y el celibato sacerdotal.

Hubo un tiempo en que la doctrina de la Iglesia era como una torre de marfil en medio de una ciudad bullente y activa. La ciudad se llamaba “decencia” y en su puerta, la torre decía “camino a la santidad”. Hoy esa ciudad se muestra arrasada hasta sus cimientos, pero la torre de marfil sigue ahí. Está mellada, cierto, porque el ataque del enemigo es fiero y real, y ya nadie pule sus almenas, pero eso no quita un ápice del milagro que es que siga en pie.

 

8 comentarios

  
Catholicus
"Y Pedro le seguía DE LEJOS" Mateo 26,58

La Iglesia debe seguir a Cristo en su Pasión. Y en el mismo Evangelio están las claves de lo que está pasando.

El Santo Padre sí sigue al Señor, y con Él la Iglesia, pero de lejos.

Es una triste historia que debe repetirse. Triste por nosotros. Nuestra alegría y Esperanza es que Dios nos tenga refugiados en su rebaño y nos alcance el manto de su Misericordia.
12/12/15 4:32 PM
  
Pato Acevedo
El que se haya repetido por tanto tiempo a pesar de las dificultades debería ser motivo para nuestra esperanza, creo yo.
14/12/15 3:12 AM
  
Néstor
La Iglesia no es una secta, ni es tampoco una religión minoritaria o de élite. Es católica, y eso quiere decir que es universal, independientemente de si cuenta con un número grande o pequeño de fieles.

En la Iglesia, porque es católica, es decir, universal, hay lugar tanto para las masas como para las minorías selectas. Santo Tomás creía lo mismo exactamente que cree cualquier viejita que reza el Rosario, sólo que lo conocía y lo entendía más, pero eso no hace diferencia en cuanto a la fe y en cuanto a ser miembro de la Iglesia.

En el Sínodo no hubo tentación sectaria alguna. hubo solamente la defensa denodada de la fe católica contra un ataque feroz procedente de dentro de la misma Iglesia.

Los que llevaron adelante este ataque no estaban bajo el asedio de ninguna tentación, sino que hace tiempo que cedieron a la tentación de acomodarse al mundo y renunciar a la verdad de la fe.

El principal problema que tenemos hoy en la Iglesia no es estar bajo la acción de dos tentaciones opuestas, sino que tenemos al enemigo metido adentro de la casa, tratando de destruirla con un falso mensaje de misericordia.

Saludos cordiales.
14/12/15 3:35 AM
  
Eiztarigorri
No hay "dos" tentaciones, sólo hay "una" y es la de dar la espalda a Nuestro Señor Jesucristo y a todo lo que nos enseñó y nos transmitió. La Iglesia se enfrenta al modernismo, la peor de las herejías, sobre cuyas camaleónicas características nos advirtío San Pío X en la Pascendi, es como una serpiente que muda de piel pero siempre es la misma. La estrategia del modernismo es mantener las palabras tradicionales pero alterar su significado para "trasformar" la Iglesia desde dentro, es decir para destruirla. Para tener una idea de hacia donde va el modernismo basta mirar el mundo protestante que del culto a la literalidad bíblica ha llegado por la vía de la "interpretación personal" a aceptar la sodomía y toda clase de vicios. Y si la Iglesia católica a través del ecumenismo sigue los pasos del protestantismo acabarán cumpliéndose las amargas profecías de la Virgen a Melanie en La Salette: "Roma perderá la Fe y se convertirá en la Sede del Anticristo" ¿Ha llegado ese momento o aún no? No podemos tener la certeza, pero el hecho de que en un Sínodo de la Iglesia católica se haya planteado por obispos y príncipes de la Iglesia los "elementos positivos" de la sodomía, son un indicio de que no sólo algo no va bien, sino de que el tiempo se acaba y las tonterías también. El plantear la tempestad de la Iglesia en términos dialécticos, pretendiendo estar más allá del bien y del mal es lo que pretendía el partido de la llanura en la Revolución francesa y esa actitud, cobarde, y perdón por el término, pero no se me ocurre ningún otro, hizo tanto o más que la propia audacia jacobina en la implantación del Terror.
14/12/15 8:31 AM
  
frayescobabcn
Eiztarigorri: no se puede decir mejor..

"...el tiempo se acaba y las tonterías tambien"

Abrazo en Cristo
14/12/15 7:57 PM
  
Luis López
Releyendo el imprescindible "Iota Unum" de Romario Amerio, di con una frase que resume bien el problema que ha causado este sínodo.

"La Iglesia no peligra en caso de no acomodarse a la verdad sino en caso de perder la verdad".

Es cierto, se podrían escribir tomos acerca de la incongruencia y la hipocresía de nosotros los católicos a lo largo de dos mil años de historia, así como de los pésimos comportamientos de nuestros dirigentes y pastores. Pero incluso en los momentos más críticos la verdad no se mancillaba, el depósito se preservaba sólidamente

El Sínodo -afortunadamente- tampoco ha llegado a rasgar el velo del Depósito de la fe. Pero la sensación terrible que nos deja es que se ha intentado. Y que cada vez se está más cerca de conseguirlo.
15/12/15 7:35 PM
  
Roberto Ibarra Videla
Sería bueno ahora que ya se conoce la AL conocer tu opinión al respecto. Estas callado hace tiempo.
07/06/16 6:12 PM
  
Pato Acevedo
@ Roberto: Gracias por tu interés en mi opinión. He pedido al consejo de InfoCatolica que me liberen de mi compromiso de colaborar en este portal y ellos han accedido. Mi opinión sobre amoris laetitia va en la línea que expresa el Obispo Barron aquí http://www.youtube.com/watch?v=-5ruTwxiLqs
07/06/16 9:04 PM

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