Los evangelistas: los argumentos en contra
Siguiendo con nuestro examen de los evangelistas, a continuación, correspondería tratar la evidencia que descartaría que Mateo, Marcos, Lucas y Juan hayan escrito sus evangelios. El problema es que no hay ninguna, ningún documento antiguo o manuscrito que diga lo contrario a lo que afirma la tradición. Lo único que los escépticos pueden mostrar contra los evangelistas son suposiciones y deducciones.
Se parte por sostener que originalmente los evangelios habrían circulado anónimamente entre los cristianos, y que el título se lo puso un copista o editor posterior. Sin embargo, los autógrafos originales se han perdido, así que nadie puede examinarlos para decir algo definitivo en uno u otro sentido. Tampoco existe algún libro o documento antiguo que hable de evangelios anónimos. En cambio, la evidencia histórica que sí tenemos, los manuscritos íntegros más antiguos de los evangelios, todos están titulados y con su título correctamente asignado. No existe una copia del evangelio de Marcos, por ejemplo, que esté titulado “según Lucas", u otra combinación incorrecta semejante. Es evidencia indirecta, pero que apunta en favor de la atribución tradicional.
A lo más se podría decir que no sabemos si los autógrafos originales de los evangelios estaban titulados. Tratándose del primer evangelio, esto parece razonable. Tal vez Mateo no consideró necesario poner “según san Mateo” si era el único evangelio que había, pero Lucas y Juan conocían las obras anteriores y seguramente tuvieran la necesidad de ponerles algún título. Si fue el mismo autor quien se lo puso o algún secretario o escriba al comenzar a copiarlo, no hace ninguna diferencia.
También se suele decir que los evangelios son anónimos, porque sus autores no se ubican en la narración, ni relatan en primera persona. Esta es una exigencia absurda. Insistir en ella, resultaría en que el 99% de las obras escritas en la historia de la humanidad se deberían calificar de “anónimas". De hecho, lo habitual es que un autor no se identifique en el cuerpo de sus escritos. En El Quijote, Cervantes no es un personaje, porque es una obra de ficción; muchas veces no viene al cuento, como en el periodismo y la literatura científica; en otros casos el estilo de la obra no lo admite, por ejemplo, al escribir un libro sobre doctrina cristiana.En los evangelios es normal que los hechos no se narren en primera persona (por ejemplo “cuando yo me encontré con Jesús en Nazaret…"), porque no son relatos testimoniales ni destinados a convencer a sus lectores de hacerse cristianos. Son documentos destinados a la catequesis de los ya bautizados, escritos para apoyar la evangelización en la Iglesia primitiva. Además, la humildad de sus autores, la virtud más importante de toda la vida espiritual, les impediría llamar demasiado la atención hacia sí mismos en cada evento que relatan.
La falta de una mención directa al autor en el texto no justifica decir que es anónimo, mucho menos en el caso de los evangelios, donde la tradición sobre los evangelistas es firme y unánime. Ese es un criterio de duda extrema e irracional que algunas personas solo pretenden aplicar a la Biblia, y a ningún otro ámbito, precisamente porque los resultados serían absurdos.
También se esgrimen razones en particular por las que los evangelios no habrían sido escritos por quien indica la tradición. Según la teoría de las dos fuentes, Marcos sería el evangelio más cercano a los hechos, y por lo mismo el único que podría haber sido escrito por un compañero de los apóstoles. Eso no impide que, de todas formas, se intente desconocer que su autor haya sido quien indica la tradición.
En primer lugar, se dice que su evangelio presenta errores enormes al describir las rutas seguidas por Jesús en Palestina. Para esto, se apunta al pasaje donde se dice que Jesús partió desde la región de Tiro y Sidón hacia Galilea, pasando por la Decápolis (Mc 7, 31). Tiro y Sidón se ubican junto al mar mediterráneo, directamente al norte de Galilea, mientras que la Decápolis está al este del río Jordán, de modo que el itinerario descrito parece adolecer de un rodeo innecesario.
¿Se equivocó Marcos al relatar el viaje de Jesús por no conocer Palestina? De ningún modo. El área que en tiempos de Jesús era de Tiro y Sidón, correspondía al antiguo territorio de la tribu israelita de Aser, en tanto que la Decápolis se asentaba en las tierras de Manasés. Dos mil años después puede parecernos absurdo el itinerario desde Tiro a Galilea por la Decápolis, pero Jesús sabía que debía llevar el mensaje de la salvación a todos los territorios del antiguo Israel. Además, al este del río Jordán, donde se ubica la Decápolis, era una zona desértica y en ese trayecto le presentaron a Jesús un sordomudo, a quien él curó diciendo “efattá", es decir, ábrete (Mc 7, 31-34). Se cumplía así la profecía de Isaías 35, 6: “Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad". No se equivocó Marcos al describir el itinerario de Jesús, sino que Jesús, al realizar este viaje, estaba realizando una acción profética.
Para negar que Marcos fuera el autor de su evangelio, también se apunta a que en él Pedro sale mal parado, sobre todo en comparación con la importancia que parece tener en Mateo y Lucas. Eso descartaría que el autor hubiera sido un compañero de san Pedro. Todo esto no es más que una interpretación, basada en lo que algunos esperarían encontrar en un texto escrito por un compañero de un apóstol. La imagen de Pedro que nos entrega Marcos es muy humana, íntima, de un sujeto con muchos defectos, propia de una persona que conoce muy bien sus limitaciones. Él sabe que negó a Cristo tres veces, y que otras tantas veces fue perdonado. Luego de esa experiencia no iba a andar por todas partes presumiendo de la misión especial que le entregó Jesús. Su humildad no le permitiría hacerlo. Así, en el evangelio de Marcos no encontramos ninguna de las referencias al primado petrino que son tan directas en los otros tres evangelios. En definitiva, que Pedro sea más cercano en este evangelio que en los otros no descarta que Marcos haya sido su auto, al contrario, lo comprueba.
Respecto al evangelio según san Mateo, los escépticos se basan en la teoría de las dos fuentes para descartar que haya sido escrito por un apóstol. No es lógico, dicen, que un testigo directo como Mateo, se basara en el trabajo de uno que no era apóstol, Marcos, para escribir su evangelio. Luego, se concluye, este evangelio fue escrito por un cristiano anónimo, tal vez griego o de origen judío y que está escrito para cristianos judíos, pero que no fue el apóstol Mateo.
En primer lugar, debemos recordar que cualquier conclusión que se funda en la teoría de las dos fuentes es tan débil y especulativa como esa teoría, es decir, bastante débil. En segundo término, incluso si dijéramos que Mateo se basó en lo escrito por Marcos, no podemos olvidar que la tradición enseña que tras ese evangelio estaba la autoridad de san Pedro. Ciertamente que Mateo no habría tenido problemas en enraizar su trabajo en la labor de evangelización llevada a cabo por el líder de los apóstoles.
En relación al evangelio de san Lucas, se dice que su temática no se apegaría a la predicación de san Pablo, como para admitir que haya sido escrito por un compañero suyo. Así, se hace notar que este evangelio no insiste en la salvación solo por la fe, como aparece en las epístolas paulinas; que el evangelio y el libro de los Hechos parece ignorar esas epístolas; y que el autor de estos libros no llama “apóstol” a Pablo.
Todo esto no son más que especulaciones, que solo dependen de lo que cada uno interprete como propio de la predicación de san Pablo. Él es conocido por ser el apóstol de los gentiles, y a nadie le podría caber dudas de que esa preocupación por el mensaje universal de Jesús se refleja en el evangelio de Lucas. Tanto o más claro es que san Pablo no enseñó la salvación “solo” por la fe, de modo que sería absurdo buscar indicios por ese lado en este evangelio. Además, por muy compañero de san Pablo que haya sido Lucas, no tenía ninguna obligación de limitarse a lo que escuchara del apóstol. Él mismo nos dice que, antes de escribir, se ocupó de investigar con testigo oculares de los hechos y otras personas, de modo que san Pablo no fue su única fuente de información, puede que ni siquiera haya sido la principal.
Finalmente, sobre el autor del evangelio de san Juan, se tejen las más disparatadas especulaciones. Su teología elevadísima, su narración sofisticada, los múltiples niveles en que se desarrolla, la profundidad de su discurso de logos y la marcada diferencia con los evangelios sinópticos son factores que bastarían para dejar a la imaginación volar, especulando sobre quién pudo haber escrito este libro.
Con gran entusiasmo, algunos quieren atribuir el evangelio al “Presbítero Juan” que menciona Papías, y a quien luego san Jerónimo atribuyó las epístolas de Juan que aparecen en la Biblia. Nada, sin embargo, autoriza para extender esa atribución al evangelio, precisamente porque no existe un documento antiguo que permita dudar que fue escrito por el apóstol.
Otros han buscado adscribir evangelio a una hipotética “comunidad joánica", supuestamente formada en torno a un maestro de nombre Juan (sea el apóstol o el presbítero). Esta especie de sagrada comisión editorial serían los autores del evangelio, las cartas y el Apocalipsis. Como idea, es original, pero cualquiera que haya participado de un comité, y tratado de producir un texto más o menos coordinado en él, verá lo absurdo que resulta. Proponer que una hipotética comunidad podría escribir un evangelio, mucho menos uno tan profundo y complejo como el de san Juan.
Un poco más razonables resultan las críticas que miran a la descripción de Juan y Pedro como personas poco instruidas y sin cultura (Hch 4, 13), y concluyen que este apóstol no podría haber escrito un evangelio tan elevado. Sin embargo, esta descripción corresponde a Juan cuando tenía 20 o 25 años, y no a 50 ó 60 años más tarde, cuando escribió su evangelio.
En conclusión, los argumentos propuestos para negar que Mateo, Marcos, Lucas y Juan son mera evidencia circunstancial, es decir, basada solo en inferencias y suposiciones. La prueba histórica directa, respaldada por las pruebas internas que aparecen en los propios evangelios, siempre prevalecerá por sobre la evidencia circunstancial.
49 comentarios
Ni Tiro ni mucho menos Sidón que estaba aún más lejos fueron territorio de ninguna tribu israelita, pues eran ciudades fenicias. No se explica qué hacía Jesús en esos lugares.
Si se trataba de hacer un milagro en una zona desértica hubiera dado lo mismo hacerlo en cualquier lugar de Palestina, y la Decápolis no es especialmente desértica, pues su propio nombre indica que estaba formada por diez ciudades y para que haya una ciudad (algunas tan importantes como Damasco) hace falta la presencia de una fuente de agua.
No dice que salió de Tiro, sino de la región de Tiro, que por su cercanía con Sidón, no implica necesariamente que debiera partir al norte. Si tuvo que partir al norte, eso no es raro si Sidón tenía mejores rutas hacia la Decápolis. Cualquier conductor sabe eso.
Tiro y Sidón eran ciudades fenicias, sin dudas, pero la región de Tiro se ubicaba en antiguos territorios israelitas. Creí que eso había quedado claro.
Y si Jesús decidió hacer su milagro en un desierto y no en otro, bueno eso es asunto suyo ¿no?
Pequeña idea de Dios tienen los que piensan que nos dio su revelación, incluyendo el sacrificio del Hijo, para permitir luego que manos humanas alterasen esta obra. Las Escrituras son verdaderas, inspiradas, libres de error. Esto está garantizado por la potestad de la Iglesia que lo enseña de manera oficial, y todo esto, por la autoridad de Dios que estableció a la Iglesia como fuente de luz. Hoy día, para tratar de cegar esta luz, muchas veces se cae en una esquizofrenia desde dentro de la Iglesia que consiste en, por una parte, mantener la enseñanza de manera oficial, y por otra, de manera oficiosa, pastoral o como sea, enseñar y hacer a título personal otra cosa distinta a lo que la Iglesia enseña. Lo que es más grave, en muchas ocasiones se hace esto sin dejar clara la distinción entre lo oficial y lo personal, de modo que el que escucha, salvo que la gracia de Dios le haya dado formación o inspiración, confunda lo divino con lo humano.
Me parece que las razones que llevaran a Jesús a no pasar por Séforis, que esta a unos 7 kilómetros de Nazareth, o si lo hizo los evangelistas no lo narran, no podemos saberlas.
Que una población mucho más importante que Nazareth, capital de Galilea, en la que durante la niñez de Jesús se había provocado un levantamiento-el de Judas de Gamala-que hizo que la ciudad fuera destruida por los romanos no aparezca en los Evangelios también es curioso. Muchos de los seguidores de Judas el Galileo fueron crucificados, así que es muy posible que Jesús hubiese visto esas cruces, pero los Evangelios tampoco lo dicen.
La rebelión de Judas el Galileo o de Gamala fue la primera rebelión zelote que, según la Jewish Enciclopedia fue el origen de las rebeliones de los años 68-70. Eso pone a los zelotes muy cerca de Jesús, pero en los Evangelios no se les cita, como tampoco se cita a los esenios.
Pagola dice que Judas de Gamala no era un zelote y el apóstol de Jesús Simón tampoco, Benedicto XVI lo da por hecho.
Los Evangelios no son libros históricos, ni siquiera entran en el género de la biografía, sin embargo relatan hechos históricos y biográficos. También las numerosas cartas-género epistolar-dirigidas a la comunidad por los apóstoles (ayer se leyó en la misa la famosa carta de Santiago que tantos dolores de cabeza le dio a Lutero) son de un estilo diferente. Es normal que el centro sea Jesús y el resto de sus discípulos no tengan protagonismo y aparezcan sólo como testigos.
El Evangelio de San Juan es el más teológico de todos, naturalmente si pensamos en Juan, el pescador de Galilea, resulta difícil entender que el pudiera escribirlo y, además, en griego. Pero, efectivamente, Juan parece ser el último de los apóstoles que murió y no sabemos por qué Jesús seleccionó a aquellos hombres. Para ser personas del común parecían tener una inteligencia más que regular porque con solo tres años junto al maestro-bastante menos que lo que es hoy una carrera universitaria-después de Pentecostés demostraron tener una eficacia y una logística de primera clase. Yo creo en el Espíritu Santo, pero el que no crea tendría que explicar cómo se las arreglaron.
Por mucho que digan que los Evangelios no los escribieron los evangelistas hay algo bastante inexplicable, porque está claro que el mensaje de Jesús fue extendido, no por escribas y fariseos que estaban preparados, sino por gentes sin una formación específica y, si ilustrados anónimos los escribieron-como algunos quieren hacernos creer-estos ilustrados tuvieron que recoger el testimonio de gente muy sencilla y hacer un acto de fe en lo que ellos decían.
En realidad ¿Juan, el discípulo amado, fue un evangelizador al uso? Más bien parece que se dedicó a pensar el mensaje de Jesús como un místico o un prototeólogo: "En el principio era el Verbo (Logos) y el Verbo era Dios". Es posible que tuviera un pequeño número de discípulos y también es posible que no se moviera demasiado. Andrés evangelizó Grecia y los ortodoxos dicen de nosotros que somos los "Cristianos de Pedro" y ellos los "Cristianos de Andrés". Juan también fue a parar a Grecia, se dice que murió en Patmos, pero pudo ser una especie de eremita dedicado a la mística y a la escritura, de dónde puede proceder el Libro del Apocalipsis. Alguien que convivió con Jesús durante tres años, vio cómo moría en la Cruz, paseó con el Resucitado y estuvo en Pentecostés a una edad muy joven probablemente se convirtió en otra persona completamente distinta. Nadie vive una experiencia así impunemente, Juan el que echaba las redes en Galilea y Juan el de Patmos podían tener en común sólo el ADN y las huellas dactilares.
Dios ama la diferencia y no aplasta a la persona, hay más puntos en común entre Hitler y Stalin que entre San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino. Estos últimos no se parecen en nada que no sea común en la fe. Los apóstoles debieron ser de primera clase, todo apunta a ello, pero de una primera clase distinta: según su eficacia logística, según su preparación, según su celo, según su capacidad...Son los doce hombres más especiales de la historia de la fe.
El Apóstol Pedro que aparece en Los Hechos es ya completamente distinto. Allí hubo un cambio radical que sólo puede dar el Espíritu Santo.
@ Alejandro: Es natural que los escépticos intenten arrojar dudas sobre estos libros, para mantener sus opiniones y no enfrentarse al mensaje de Jesús. Lo importante es que nosotros sepamos mostrar cuando sus argumentos no tienen sentido, ni siquiera desde una perspectiva estrictamente secular.
Puede que uno no esté de acuerdo en que Jesús tenía una buena razón para hacer un rodeo. Lo que no tiene sentido es deducir de ahí que Marcos no escribió su evangelio.
@ Joaquín: Una de las grandes críticas a la datación tardía de los evangelios es que en todo el Nuevo Testamento no hay referencia alguna a la destrucción del Templo de Jerusalén como algo efectivamente ocurrido.
Incluso si el evangelio de Juan fue redactado tardíamente, no veo la necesidad de admitir que fuera escrito por un comité. Esa posibilidad no arroja ninguna duda sobre su autenticidad, porque todavía sería un reflejo fiel del evangelio que predicó san Juan, pero simplemente me parece que no hay necesidad de hipotetizar acerca de un ente como la "comunidad joanina" del que no hay ninguna evidencia.
@ Palas: Muy interesantes todos los datos que aportas.
Tengo entendido que la capital de Galilea en tiempos de Jesús era Seforis y no Nazaret ¿Me podrías aclarar?
La crítica acerca de lo iletrado que era Juan podría extenderse a todos el movimiento cristiano ¿Cómo es posible que un conjunto de pescadores judíos hayan logrado fundar por sí solos una religión de alcance mundial? Respuesta: no es posible, tuvieron ayuda. Los cristianos decimos que es ayuda del Espíritu Santo, los escépticos... se inventa cada uno su teoría, cuál más falta de fundamento histórico que la siguiente.
Lo cierto es que el cristianismo se alzó a las alturas de la filosofía y la teología a pesar de sus humildes orígenes, y eso demuestra que nada se puede criticar a que Juan haya hecho lo mismo.
una aclaración "Los Evangelios no son libros históricos, ni siquiera entran en el género de la biografía, sin embargo relatan hechos históricos y biográficos.", pero vale la pena aclarar que no son libros de Historia en el sentido moderno del término, ya que ese concepto de Historia se desarrolló después, pero si son libros que presentan solo datos históricos.
Si hablamos que "relata" hechos históricos abre la puerta a que alguien lo interpreta como "novela histórica", género completamente distinto a los Evangelios..
La condición de pobre la asumió Jesús después de los treinta años y con Él todos sus discípulos.
Por otra parte Simón de Gamala se hizo fuerte en Séforis en el año 6 o 7, junto con el fariseo Zadok, y los romanos arrasaron la ciudad. Hay probabilidades de que San José, como carpintero que era y viviendo muy cerca, tomara parte en su reconstrucción. Pero, naturalmente, esto no es más que una especulación. ¿Por qué Jesús, que necesariamente tenía que haber estado en Séforis alguna vez, no parece haber tenido allí actividad ninguna? No lo sabemos.
Los saduceos del Templo eran cargos políticos surgidos de la casta sacerdotal unos ciento y pico años A.C pero no todo sacerdote era saduceo.
Y hago mutis por el foro porque soy una pesada, mea culpa.
Recuerda que Flavio Josefo nació después de la muerte de Cristo, y que con toda probabilidad no fue conocida su obra por los evangelista. Debido a que anteriormente la historia se consideraba mas una forma dramatizada de los hechos, solo basta recordar que existe Clío es la musa de la historia entre los griegos y que los judíos tenían su versión, el Midrash, donde mezclan datos históricos, con hipérbolas, opiniones, etc..
Para evitar confusiones, dado que te expresas con ambigüedad,
¿Consideras los Evangelios contienen solo eventos históricos? Esto es, ¿Consideras a los Evangelios libros históricos, aunque no de historia?
Flavio Josefo nació dos o tres años después de la muerte de Jesús pero, como es propio de los historiadores, narra sucesos más antiguos.
La línea de historiadores que merecen ese nombre comienza con Herodoto, padre de la Historiografía, sigue con Tucídides. Polibio, Julio César - anteriores a Jesús - y Flavio Josefo, Plutarco y Tácito que son algo posteriores. Por lo tanto la Historiografía es muy anterior al nacimiento de Jesús. Esto sirve para decir que el siglo I está ya bajo luz y taquígrafos y no tiene que ver con los tiempos de Moisés, mucho más oscuros. En los Evangelistas se aprecia una coherencia histórica en la narración pero ellos no pretendieron ser historiadores. Hay muchas cosas que eran patentes en la Palestina donde vivió Jesús que no aparecen en los relatos evangélicos y Flavio Josefo narra: la rebelión de Judas de Gamala contra el censo, 6-7 d.C, los líos dinásticos de Herodes el Grande y sucesores, la presencia de zelotes y sicarios, etc... sin embargo no le debió parecer importante la crucifixión de un profeta nazareno y no la cuenta. Sólo hace referencia a la muerte de Santiago, así como de pasada. En el mundo de Josefo la incipiente Cristiandad no era tan importante como para merecer un hueco.
Flavio Josefo es historiador porque el mismo pretende serlo y hace un esfuerzo de objetividad y de análisis de una sociedad en sus Antigüedades y en la Guerra de los Judíos.
Los Evangelios, desde luego, son libros históricos porque lo que cuentan está enmarcado en la historia de una persona en particular que se movió en ciertos lugares, cuentan lo que tuvo que ver con esa persona y otras cosas que sucedieran al mismo tiempo, por importantes que fueran, las dejan fuera de la narración. Nadie ha metido jamás a los Evangelistas dentro de los historiadores aunque su relato sea cierto porque su intención no era histórica sino apologética. Querían que conociéramos a Jesús y le siguiéramos, no que aprendiéramos la Historia de Israel.
Eso pasa con las biografías también, la vida de una persona está enmarcada en la historia pero sólo en lo que concierne a esta persona. En la inmensa Rusia la biografía de Florensky, por muy cierta que sea, no incluye qué les pasó a los alemanes del Volga que en aquel mismo momento histórico estaban sufriendo persecución. Para un historiador, en cambio, los movimientos de las minorías raciales: tártaros de Crimea, Kalmukos, polacos, etc...son de primera magnitud y a Florensky puede que lo nombre de pasada como hizo Flavio Josefo con Santiago.
El Reino de Jesús no era de este mundo y por esa razón los grandes gobernantes que movían los hilos de la política y la guerra son el objeto de la historia oficial. No sé si seguiré siendo ambigua o no, pero no puedo ser más clara, lo siento.
Por lo que se refiere a los "iletrados" apóstoles; independientemente de que se da por supuesto su analfabetismo sin más, estamos cayendo inadvertidamente en otro prejuicio contemporáneo: que el conocimiento solo se adquiere en instituciones "oficiales" que dejan documentos,cuando han existido sociedades e incluso culturas enteras de tradición oral y más memorísticas que escritas, que no dejan grandes rastros por no dejar casi registros escritos, pero cuya existencia es inegable. De hecho la verdader sabiduría tiene normalmente poco que ver con la acumulación libresca y mucho con la enseñanza "de corazón a corazón" y de maestro a discípulo, que hoy está practicamente olvidada pero que incluso en nuestra edad media tuvo ejemplos importantes.
Por otra parte, Josefo NO es un historiador "objetivo". Su obra es en parte apologética y en parte autojustificativa. En ese sentido, no olvidemos que Josefo se cambió de bando durante la guerra de los judíos, y que sus correligionarios siempre le consideraron un traidor y un renegado. Es decir, que no puede descartarse a la ligera que por un momento de su vida sintiera ciertas simpatías hacia el cristianismo.
Flavio Josefo era un arribista que, efectivamente, se cambió de bando. Era alguien que tenía muy claro la imposibilidad de quitarse de encima a los romanos lo que le hacía pactista. Los judíos, a pesar que en su última obra dice que es fariseo?, no lo tragan pero al otro extremo estaban sus odiados enemigos: los zelotes. Lo cierto es que no fue Flavio Josefo el culpable de que destruyeran el Templo y de la diáspora judía. Y también es cierto que los judíos que quedaron después de la I Guerra Judía, los fariseos de Yabné, pactaron también a troche y moche y siguieron pactando después de la revuelta de Bar Kochba. El problema de Flavio Josefo es que era demasiado romano para ser judío y demasiado judío para ser romano, mientras que los fariseos pactistas no llevaban ese sambenito. Tampoco los cristianos de Jerusalén tomaron parte en la revuelta del 68-70, por lo que, posiblemente, Josefo les tuviera alguna simpatía.
una disculpa, quizás tienes razón, no es que seas ambigua, sin embargo, para quien lee, se abre mas de una posible explicación a lo que escribes, sobre todo cuando mencionas:
"Los Evangelios no son libros históricos, ni siquiera entran en el género de la biografía, sin embargo relatan hechos históricos y biográficos."
Para posteriormente decir que
"Los Evangelios, desde luego, son libros históricos porque lo que cuentan está enmarcado en la historia de una persona en particular que se movió en ciertos lugares..."
Puede no haber contradicción alguna dependiendo de lo que sea para ti libros históricos, recuerda que los católicos clasificamos del Antiguo Testamento en Pentateuco, Sapienciales, Históricos y Proféticos y nadie se incomodaría si se mencionase que los históricos del AT contiene un mensaje real, pero que pudiera estar dramatizada la historia, dado que puede tratarse de un Midrash. En éste caso, el sentido del término "libro histórico" es diferente a la moderna definición del término.
Caso muy distinto a los Evangelios, en los que se considera que la información escrita ahí se apega a la verdad sin dramatización.
Por supuesto que puedes ser mas clara en tu exposición, solo hay que contestar un si o un no a la pregunta: ¿Los Evangelios contienen solo datos históricos?
Así que suscribo la autenticidad parcial que dice Joaquín, que ya es mucho, porque, aún sin interpolaciones, el texto dice que Jesús fue crucificado-testimonio distinto al de los Evangelios-y que la "tribu" de los cristianos estaba en constante ascenso.
Juan: Tienes razón y me has pillado en incoherencia, el segundo párrafo que citas debería decir: "Los Evangelios, desde luego, narran hechos históricos" pero, en cuanto a su clasificación literaria, pertenecen a un género propio porque no están divididos como los del Antiguo Testamento sino que, dentro del mismo texto, aparece de todo con una armonía perfecta, así que se pueden sacar proverbios morales, datos históricos y, sobre todas las cosas, un mensaje distinto que focaliza todo, no en la Ley, sino en la Persona de Cristo que dice cosas que nadie había dicho con anterioridad ni con posterioridad a Él: que es Hijo del Padre (jamás se había llamado así a Dios) y que sólo a través de Él se llega al Padre. Como dirían mis sobrinas: ¡Qué fuerte!
Pagola niega a ultranza la presencia de zelotes durante la vida de Jesús dando a Simón, el apóstol, el significado que le dan los judíos pero, a la vez, negando su zelotismo sectario porque durante la vida de Jesús la única revuelta fue la de Judas de Gamala (6-7 d.C) en Séforis y él se empeña que no fue una revuelta zelote, aunque parientes de este Judas tomaran parte en revueltas posteriores que ya pertenecen a las Guerras Judías(?). Escribí una carta a un periódico sobre esto pero no me contestó.
Por eso me sorprendió que Benedicto XVI en su libro sobre Jesús de Nazareth-"Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección"- no sólo admitía que Simón había sido zelote sino que era posible, aunque no demostrado, que también pudo serlo Judas Iscariote. Dice también que Barrabás lo era y también Dimas y Gestas-nombres tradicionales de los ladrones que fueron crucificados con Jesús-porque el castigo de cruz era entre los romanos castigo por sedición y no por robo, ni siquiera por asesinato si la víctima no era romano. Dice también: "El tercer grupo de los que se mofan lo forman los que mueren crucificados con Él, y que Mateo y Marcos caracterizan con la misma palabra lêstês (bandido) con la que Juan describe a Barrabás. Queda claro así que se les califica como combatientes de la resistencia, a los cuales, para criminalizarlos, los romanos dieron simplemente el apelativo de "bandidos". Son crucificados con Jesús porque se les había declarado culpables del mismo crimen: Resistencia contra el poder romano" (pags. 246-247)
Lo que dice Ratzinger me cuadra con lo que dicen los judíos que en su enciclopedia citan al discípulo de Jesús como antiguo zelote, pero lo que dice Pagola y otros muchos no, porque imaginarse que, sin ningún tipo de antecedentes, los zelotes surgieran como hongos el año 68 d. C. es, digan lo que digan, imposible de explicar.
¿Alguno puede aclararme esta duda?
@ Palas: Pensaba que tal vez estamos leyendo demasiado en las palabras de Josefo.
LLama la atención que Josefo, siendo judío, diga que Jesús hacía milagros y que era el Cristo. Eso solo lo haría un cristiano, y como bien dices, no hay rastro de que Josefo lo fuera. Por eso, se sostiene sin lugar a dudas que estas serían interpolaciones de un copista cristiano posterior.
Sin embargo, tal vez estamos proyectando nuestros prejuicios modernos en las palabras de Josefo. En el siglo I, era común atribuir milagros a ciertos personajes. Pienso en el caso de Simón el Mago. En tal sentido, que Josefo reconozca que Jesús hacía milagros impactantes no implicaría que fuera cristiano.
Lo mismo respecto a decir que Jesús era el Cristo. En una discusión reciente con gringo, él insistía en que lo judíos esperaban a un rey militar, y que "Mesías" (Cristo en griego) no significaba nada más que eso: "rey de los judíos". Josefo era judío, pero estaba escribiendo para los romanos, así que tendría sentido decir que uno de ellos, Pilato, condenó al rey de los judíos.
Respecto a los Zelotes, no me extrañaría para nada que fuera cierto lo que dice el Papa Benedicto. Los evangelios no los mencionan, pero tampoco encontramos en ellos descripciones exhaustiva de los grupos que había en Palestian del siglo I. Solo se menciona a los que interactúan directamente con Jesús.
También está el asunto de que los grupos sectarios pueden cambiar de carácter a lo largo del tiempo. Lo que empieza como una secta rigorista del fariseísmo se puede convertir en un grupo violento que acoge a bandidos.
La afirmación de Palas Atenea de que los Evangelios no son textos históricos, es cierta si entendemos "historia" tal como se entiende en la actualidad. La pretensión de todos los Evangelios es teológica y para esa idea teológica eligen y colocan "hechos históricos" según la pretensión que tengan.
Marcos, por ejemplo, recoge en su Evangelio principalmente la predicación de Pedro a los gentiles, por eso se dedica a traducir las palabras de Jesús en arameo, y escribe el Evangelio más dinámico de todos.
Si leemos 2Reyes, veremos que la invasión Asiria se inicia por el Norte, en las tierras de Neftalí y Zabulón, allá por el año 721 a. C., que es por donde empieza el Señor su predicación para dar cumplimiento de la promesa de Yahvéh que reunirá a todas las tribus de Israel. Luego la razón de la visita al Norte no tiene nada que ver con la conveniencia de economía en la distancia o en el tiempo, y sí con el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento.
Otro ejemplo, los Sinópticos colocan la Pasión y muerte del Señor en un Viernes. S. Juan la coloca en el Jueves, porque quiere presentar a Jesús como el verdadero Cordero de Dios que ofrece su vida al mismo tiempo que los corderos son sacrificados en el Templo para la Pascua.
La promesa del Mesías es la de la liberación, para los católicos es claro que se refiere al pecado, pero para el Judaísmo original (anterior al rabínico actual) muchos lo interpretaron como una liberación del dominio de los extranjeros, en la época de dominación romana muchos consideraban la promesa como sustraerse de ella, y una corriente popular era pensar que sería través del uso de la fuerza de las armas.
Aquellos que llevaban a los hechos la idea de liberación armada eran conocidos como zelotes, no solo incluyen a los combatientes, sino organizadores de ese tipo de insurrecciones, que eran un dolor de cabeza para los romanos.
Por otro lado, y aunque sea salirse del tema, creo necesaria una aclaración a otra de las afirmaciones que hace. Juan no coloca la Pasión en jueves, sino que por dos veces dice que era el día de preparación de la pascua (Parasceve, día en que se sacrificaban las ofrendas) y acto seguido refiere que la Pascua caía ese año en sábado (Jn. 19: 14 y 31), lo que daba mayor solemnidad a la fiesta. Esto indica sin lugar a dudas que el día de la Pasión era viernes. La confusión viene porque los sinópticos colocan la Pasión en la misma Pascua, contradicción que no ha sido explicada convincentemente por nadie pero que probablemente obedezca al deseo de equiparar la muerte de Jesús con el verdadero sentido de la Pascua y dar sentido así a las profecías mesiánicas de Israel. Juan marca, por el contrario, la diferencia entre ambas Pascuas con el objeto de subrayar el carácter novedoso de la Pascua cristiana y para ello se mantiene más fiel a la cronología de los hechos. En efecto, según Juan, Jesús celebró la Pascua con sus discípulos el jueves a la caída de la tarde, es decir, el viernes y no el sábado, como marcaba el calendario judío ese año. Aquí hay una implícita vinculación entre la institución de la Eucaristía y Pasión que concuerda con el sentido de la fórmula de consagración del pan y el vino. Es una diferencia sustancial que desmiente a los que pretenden hacer de la Última Cena y la institución de la Eucaristía una mera conmemoración de la Pascua judía (Ratzinger, Jesús de N. II, 74ss).
Contestando a tus comentarios
¿Por qué creyeron algunos que Jesús era el Mesías? Por los milagros, recuerda la respuesta a Juan el Bautista cuando lo pregunta: 11:4 Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: 11:5 los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres"
¿Tenían clara la idea del Mesías todos en el Pueblo de Israel? Unos querían un líder político o caudillo militar, y no un guía religioso. Ratzinger lo dice en forma impecable esperaban otro David y no otro Moisés.
¿Era Judas un zelote o al menos un simpatizante de los zelotes? No lo sé con seguridad, pero esa es una explicación muy plausible y que ha estado en el imaginario popular desde hace muchos años. Recuerda el "Yo, Judas" de Taylor Caldwell entre otros.
Es sumamente importante hablar con conceptos que se entiendan en la actualidad, los zelotes eran efectivamente una "secta religiosa" (una idea del Mesías específica) pero sus acciones de preparación para la liberación implica que también tenían características de "conspiradores políticos" al buscar la independencia de los romanos.
Rafa: Totalmente de acuerdo con todo lo dicho por ti que concuerda con fuentes judías. Los mismos Macabeos pueden considerarse zelotas aunque fueron víctimas y no terroristas, porque que Simón, el apóstol, fuese un zelota no implica que fuera también un asesino antes de conocer a Jesús. Un zelota es un radical religioso con o sin intervención armada. Cuando había épocas de crisis algunos de ellos pasaban a la acción siendo el grupo más extremista el de los sicarios (de sica, especie de puñal de gran tamaño). Entre los judios jasídicos actuales no es raro el nombre Pinchas o Pinjás, al que tú llamas Finees o Phinehas, pero este nombre es raramente utilizado por judíos más liberales. Hay grupos de judíos actuales en Israel que podrían ser denominados zelotas, si le damos a este nombre el significados de "celosos de Dios" y no el de terrorista.
Es el mismo caso que la llamada ultraderecha que puede incluir a personas afines en sus ideas pero no en sus actos (neonazis).
estoy leyendo que hubo un fuerte temblor en Chile, también estoy leyendo tu respuesta a Franco. Un abrazo desde la tierra de la Virgen de Guadalupe.
@ Palas: Un terremoto grado 8,4 a unos 300 kilómetros al norte de Santiago. 11 muertos y cientos de viviendas destruidas.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.