Volveremos a lo mismo, pero por el camino largo
En la entrada anterior, les comentaba lo paradójico que resulta que los feministas de hoy, tan enemigos jurados de la Iglesia como los de ayer, sean los primeros en denunciar los desnudos en la TV, tal como lo hacían los cristianos hace algunas décadas.
Hoy me encuentro con una nota de CNN que parece apuntar en la misma dirección. El contexto es la epidemia de asaltos sexuales en los campus universitarios de los Estados Unidos, y las medidas que están adoptando las instituciones para evitarlo. Una de esas medidas es implementar el estándar de consentimiento afirmativo:
Bajo un estándar de consentimiento afirmativo, la actividad sexual es un asalto sexual a menos que el acusado pueda probar que la parte acusadora conscientemente y voluntariamente estuvo de acuerdo con participar en actividad sexual. Más aún, el estudiante acusado debe demostrar que el consentimiento fue continuado.
Si uno piensa cómo podría una persona asegurar que hubo consentimiento claro y explícito, naturalmente surge la idea de firmar un documento, mejor si es ante testigos. Llegado ese punto, uno comienza a pensar ¿dónde he escuchado eso antes? Luego, uno considera que dar respaldo legal a ese estándar llevaría a evitar todo contacto sexual previo a la firma de un documento así. Además, por su carácter público y como la promiscuidad todavía no es bien vista, seguramente se vincularía con un compromiso de exclusividad.
Si la cosa es así de estricta, mejor que se casen ¿no? Para proteger a la mujer, los feministas han vuelto a descubrir el matrimonio.
12 comentarios
ya lo se
En el quinientos seis
y en el dos mil también
Les invito a buscar el resto de la letra y descubrir que Gardel era todo un profeta.
esto es otra muestra de lo contradictorio de los anti-católicos: los derechos humanos establecen que el acusado es inocente a menos que se demuestre lo contrario, lo que es exactamente lo contrario que "acusado pueda probar que la parte acusadora conscientemente y voluntariamente estuvo de acuerdo con participar en actividad sexual".
Totalmente al revés de la presunción de inocencia.
En éste caso, siendo generalmente el hombre el acusado , pues es culpable hasta que se demuestre lo contrario, exactamente lo buscado por el sexismo.
Saludos cordiales
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