5 datos para compartir acerca del sínodo de la familia
Desde que el Papa Francisco convocó a un sínodo extraordinario sobre la familia para octubre de 2015, algunos sectores de la Iglesia han ido creando todo tipo de expectativas sobre sus resultados, especialmente en cuanto a que de esta forma se podrían introducir alteraciones sustanciales a ciertas doctrinas católicas, especialmente acerca del matrimonio o la moral sexual.
Por su parte, la prensa, que no entiende la jerga eclesiástica y que sabe no vende decir que “todo sigue igual que hace 2000 años”, ya se prepara para presentar cualquier resultado del sínodo como una noticia bomba, un golpe de timón o un cambio histórico y fundamental para la Iglesia.
Esto no sería un problema para la Iglesia, si no fuera porque la gran mayoría de los laicos católicos no suelen leer los documentos que emite el Vaticano, sino que se forma su opinión a partir de las mismas notas de prensa que se publican en los medios seculares. La experiencia del Concilio Vaticano II ya nos mostró que dejar esa labor en manos de la prensa y los grupos de interés llevará a que esos mismos grupos “secuestren” el resultado del sínodo. A su vez, esto nos exige conocer el sínodo, leer sus conclusiones y difundirlas. Y por “nos” me refiero a los lectores de InfoCatólica.
Para eso hay ciertas cosas que debemos saber:
#1. Antecedentes del sínodo
Sínodo es una palabra de etimología griega que se descompone en “syn”, que significa “con”; y “odos”, camino, y con ello expresa la idea de caminar juntos. Así, sínodo se traduce como reunión y es equivalente a la palabra “concilio” de origen latino.
Existe una larga tradición en la Iglesia de llamar “sínodo” a las reuniones de los obispos, pero la historia moderna de los sínodos se inaugura recién con el Concilio Vaticano II, donde los padres conciliares hicieron un llamado por una mayor participación y consulta de los obispos en el gobierno de la Iglesia. Este llamado fue recogido con entusiasmo por el Papa Pablo VI, quien en 1965 estableció los sínodos ordinarios, reuniones periódicas de obispos, para tratar asuntos pastorales, doctrinales y de gobierno de la Iglesia.
Además de los sínodos ordinarios, se han convocado tres extraordinarios: uno en 1969, acerca de la relación entre la Santa Sede, los obispos y las conferencias episcopales; otro en 1985, sobre la implementación del Concilio Vaticano II y que llevó a la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica; y el actual sínodo sobre la familia que convocó el Papa Francisco.
#2. Quién asiste al sínodo
Las normas acerca de la composición del sínodo se encuentran en el Código de Derecho Canónico y sus normas relacionadas.
Sin entrar en detalles, lo integran los presidentes de las conferencias episcopales, otros obispos elegidos por estos órganos (según el número de obispos en cada conferencia), los patriarcas de las Iglesias de rito oriental, otros obispos designados por el Papa y algunos miembros de órdenes religiosas.
Además, en este sínodo en particular el Papa Francisco ha invitado a 38 observadores y 16 expertos (es decir, sin derecho a voto), incluyendo 14 parejas casadas. Entre ellos, no puedo dejar de mencionar al matrimonio chileno de Pilar Escudero y Luis Jensen.
La composición del sínodo nos muestra con claridad que no se trata de un órgano que represente a la Iglesia en su conjunto, ni siquiera a los obispos en general, y por lo tanto que su labor no es representativa ni decisoria, sino claramente consultiva.
#3. Cómo funciona el sínodo
Nuevamente conforme al Código de Derecho Canónico, corresponde al Papa convocar el sínodo, ratificar a los miembros que no son escogidos directamente por él, determinar los temas, presidirlo y clausurarlo. Cuando es convocado, la Secretaría envía un documento de trabajo a los miembros, que contiene las líneas generales del trabajo a realizar y las consultas que considerarán
El sínodo se desarrolla en sucesivas asambleas, y al concluir sus actas, que contienen las propuestas de los padres sinodales, son remitidas al Papa. Ahora bien, puede que estas asambleas no sean todo lo que uno esperaría. Karl Keating lo refiere así:
Lo que el Vaticano descubrió es que los obispos del mundo –no todos pero la mayoría– simplemente no habían hecho su tarea. En este sínodo anterior, resultó que la mayoría de los obispos no mostraron conocimiento de los escritos de Benedicto XVI o de su predecesor Juan Pablo II. ¡Muchos de ellos ni siquiera habían leído los documentos del Vaticano II! […] Así, los sínodos tranquilamente se han convertido en otra cosa. En vez de ser sesiones donde ilustrados obispos emiten enseñanzas para las masas, ahora son sesiones donde los obispos mismos son enseñados en las doctrinas.
Volviendo a la formalidades, el Papa, una vez recibidas las actas, a su turno responde con una exhortación apostólica post sinodal, que contiene las instrucciones y medidas prácticas que se espera que cada obispo implemente. Por ejemplo, Benedicto XVI publicó la exhortación verbum domini, luego del sínodo de 2008 cuya tema era “La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia”; y el Papa Francisco hizo lo propio, con evangelii gaudium en respuesta al sínodo de 2012 sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.
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16 comentarios
Ni siquiera voy a utilizar el argumento de "darle el dinero a los pobres", pero los pobres obispos, muchos ancianos, ¿qué necesidad tienen de ir a encerrarse lejos de su tierra, si todo está ya dicho?
Como no aparezca la Virgen con el milagro del sol transmitido 24 horas por CNN, el Sínodo no va a ningún lado, según dicen los entendidos.
Es curioso que algunos pocos se quejen de tanta especulación mediática espantosa y a la vez hablen tanto de este este tema en un medio (que es parte de "mediática") y que nada habrá de traer novedoso a la Iglesia atinada y 100% practicante que somos, aportando toda clase de posibles resultados menos, claro, cambio de puntos y comas. Me parece que tanto aquí como "allá" se especula por exactisimamente igual. Tiempo al tiempo. Usen corta uñas. Saludos.
Viva nuestra Iglesia con papa Francisco a la cabeza.
Las homilías son importantes, y en 2008 hubo un sínodo respecto a la palabra de Dios, así que no hay más que implementarlo, pero para los niños más importante es el ejemplo de sus padres.
Al día siguiente, asistimos con estupor a la noticia de Antena 3 sobre el mismo Sínodo... o más bien habría que decir sobre otro Sínodo: en el de la noticia, la búsqueda de las mejores formas de enfocar la cuestión familiar en el marco de la Nueva Evangelización había pasado a ser una especie de pugilismo entre obispos conservadores y progresistas, y la temática había pasado de ser el Evangelio a ser la clásica retahila de "logros" progres: abortismo, divorcismo, homosexualismo, degradantismo, corrompismo...
La pregunta automática fue: "Estos de Antena 3... ¿Qué se han fumado? ¡Deberían cambiar de camello!".
En fin, no hay lente más deformante que "los medios" del mundo a la hora de conocer las cuestiones de la Iglesia.
PD: Hay que reconocer que lo que publican los medios de comunicación se parece cada vez más a un test de Rorschach: apenas dice nada del hecho narrado, pero lo dice todo de quien lo narra.
Un saludo.
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