Un hereje como Dios manda

Hace algún tiempo, advertíamos que la Iglesia es extremadamente cuidadosa cuando se trata de decir que alguien es un hereje, y que, según el Código de Derecho Canónico deben cumplirse estrictos requisitos:

  1. Negación pertinaz de una verdad: No sería hereje quien niega una verdad por ignorancia, por un momento de debilidad, por un condicionamiento cultural o por un ejercicio académico. Antes de acusar de hereje a una persona, debemos asegurarnos que conoce la gravedad de su acción.
  2. Después de recibido el bautismo: Lo que implica que sólo un católico podría ser hereje.
  3. Que ha de creerse con fe divina y católica: La herejía sólo se aplica a quien niega este particular grupo de verdades.

Sobre todo por la exigencia que impone este último punto, parecía que había que ser teólogo antes de ser hereje, y que no era fácil encontrar un espécimen de esos en el mundo de hoy.

¡Ah! pero no se desesperen, porque el P. Juan Masiá, viendo que los fieles podían perder de vista el concepto de herejía y el peligro que ella representa para la Iglesia, ha decidido ponerse a sí mismo como ejemplo, cumpliendo todos y cada uno de los requisitos que impone el artículo 751 del Código de Derecho Canónico, en su artículo No es lo mismo aborto que interrupción de la gestación.

¿Que no se puede creer tanta generosidad? Pues veamos.

Se niega una verdad

Dice el P. Masiá que “no toda interrupción voluntaria del embarazo constituye un aborto en el sentido moralmente negativo de este término.” En contra, el Catecismo de la Iglesia Católica enseña:

2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (cf Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 1, 1).

La negrilla es nuestra, para destacar la total oposición entre la doctrina católica, y la enseñanza del P. Masiá. Luego el catecismo reafirma que la prohibición del aborto ha sido una constante en la historia de la Iglesia, desde el siglo primero, y que la cooperación formal en este delito está sancionada con excomunión latae sententiae.

Que ha de creerse con fe divina y católica

Podría alguno decir que no se cumple con los requisitos del cargo de herejía, porque, si bien es un asunto grave, el acusado no ha negado una verdad declarada como dogma por la Iglesia, sino que ha emitido una opinión en un ámbito donde los fieles pueden libremente expresar su opinión.

Efectivamente esta es la exigencia más difícil de satisfacer para un aspirante a hereje, porque la Iglesia no quiere eliminar toda discusión en cuestiones de teología, y reserva por tanto esta calificación sólo para quienes niegan o dudan de verdades que han sido declaradas como dogmas o bien “propuestas infaliblemente por el magisterio ordinario y universal”, según explica la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei, que emitió la Congregación para la Doctrina de la Fe, que también agrega:

Estas doctrinas requieren el asentimiento de fe teologal de todos los fieles. Por esta razón, quien obstinadamente las pusiera en duda o las negara, caería en herejía, como lo indican los respectivos cánones de los Códigos canónicos

¿Se fijan? Sólo quienes nieguen este tipo de verdades caerían en herejía. Y para que a nadie le quedaran dudas, la propia nota entrega algunos ejemplos:

A las verdades correspondientes al primer apartado pertenecen los artículos de la fe del Credo; los diversos dogmas cristológicos y marianos; la doctrina de la institución de los sacramentos por parte de Cristo y su eficacia en lo que respecta a la gracia; la doctrina de la presencia real y substancial de Cristo en la eucaristía y la naturaleza sacrificial de la celebración eucarística; la fundación de la Iglesia por voluntad de Cristo; la doctrina sobre el primado y la infalibilidad del Romano Pontífice; la doctrina sobre la existencia del pecado original; la doctrina sobre la inmortalidad de alma y sobre la retribución inmediata después de la muerte; la inerrancia de los textos sagrados inspirados; la doctrina acerca de la grave inmoralidad de la muerte directa y voluntaria de un ser humano inocente.

Siendo más claro: ¿Dice Ud. que Cristo no es Dios? Hereje ¿Que Nuestra Señora no fue concebida inmaculadamente? Hereje ¿Que Cristo no instituyó los sacramentos? Hereje ¿Que la misa no es un sacrificio? Hereje.

Y en cuanto a ese último apartado ¿Que no es gravemente inmoral la muerte directa y voluntaria de un ser humano inocente? Pues lo lamento mucho, pero va a ser que Ud. es un hereje. No lo digo yo, lo dice la CDF, siguiendo la declaración de Juan Pablo II en Evangelium Vitae.

Por tanto, con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral.(57)

Después de recibido el bautismo

Pues si el P. Masiá tiene la ordenación sacerdotal, no creo que por acá exista un problema.

De forma pertinaz

Según el diccionario, el adjetivo pertinaz significa “Obstinado, terco o muy tenaz en su dictamen o resolución.” Sobre la persistencia o tenacidad de este sacerdote de Cristo en sus opiniones contrarias al magisterio, basta una breve consulta a Google.

Ahí lo tienen entonces: ya podemos dar un ejemplo claro, no sólo de opiniones heréticas, sino de un hereje, como Dios manda.

12 comentarios

  
Percival
Es inútil: hace tiempo que tampoco funciona la lógica. Los silogismos ya no están vigentes..., ya no molan.
Cualquier idea es buena y verdadera... si es propia.
02/01/14 10:06 PM
  
Ignacio Jonatan Hernández López
¿Hay un condicionamiento cultural?
03/01/14 2:54 PM
  
Gloria
Impecable tu presentación, muy exacta.
Y calificaría para varios más que opinan igual dentro de la Iglesia.

Pero, no parece que sea el tiempo en que los herejes son ¿juzgados? ¿sancionados? al menos silenciados, para evitar o limitar el daño.

Solo vemos lo que ocurre y lo comentamos entre nosotros, pero, ¿y el resto?
Aquellos que asisten a sus clases, que reciben de él dirección espiritual ¡que se confiesan!
¿No quedan en tierra de nadie?

Creo que lo mínimo es entrar a su blog y decirle a él lo que pensamos. Y esperar que otros lo lean.
Yo ya lo hice.
03/01/14 7:55 PM
  
Isabel
De herejes estamos muy bien servidos en estos últimos tiempos.
La diferencia es que antes se los mandaba a la hoguera (a algunos de ellos), y ahora se les da cancha, y así nos luce el pelo.
Y hablando de herejes, hay una magnífica novela que trata sobre el tema, y que se llama "El Hereje" de Miguel Delibes.

Eva. He leído tus comentarios en el anterior post, y estoy en total acuerdo con ellos. ¡Estupendas tus argumentaciones!
Un cordial saludo.
03/01/14 10:10 PM
  
Pato Acevedo
@ Percival: Tienes razón, pero por eso es nuestro deber mostrar cómo funciona la lógica, a ver si le agarran el gusto.

@ Gloria: Lo único que nos falta es un abogado canonista que se anime a hacer la presentación al obispo del P. Masiá, conforme al Canon 212.2 y 221.

@ Isabel: Mi punto es que no es tan fácil calificar de herejes como pareciera. Por eso casos como el del P. Masiá deberían destacarse.
03/01/14 11:48 PM
  
Luis Fernando
Pato:
Por eso casos como el del P. Masiá deberían destacarse.

LF:
Exactamente. Por eso los destacamos. Muchos nos preguntan por qué le damos protagonismo. La razón es que este tipo de personas son instrumentos de iniquidad que sirven a Satanás desde dentro de la propia Iglesia. Y eso no debía de ser tolerado.
04/01/14 1:14 AM
  
perallis
Me gustaría que especificara asimismo, como lo ha hecho con la herejía, si las opiniones de Masiá constituyen pecado mortal y cumplen todos los requisitos que se contemplan en el Catecismo acerca de este pecado.
Y si fuera así,y si muriese en ese estado, ¿ si su destino sería efectivamente el infierno?
Gracias.
04/01/14 1:04 PM
  
Pato Acevedo
@ perallis: El Catecismo de la Iglesia Católica señala:
1857 Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: “Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento”

De estas tres condiciones, el conocimiento y el consentimiento pertenecen al fuero interno de las personas y por lo tanto sólo pueden ser conocidas con certeza por Dios mismo. Por eso únicamente Él puede hacer un juicio certero acerca de si el comportamiento de una persona constituye un pecado mortal, lo único que podemos decir nosotros es si, en abstracto, el objeto de la conducta es materia grave.

Ahora bien, si Dios juzgara que alguien ha muerto en pecado mortal, efectivamente el destino de esa persona sería el infierno, no porque Dios lo envíe allá, sino porque la persona misma, al actuar con deliberado consentimiento, ha elegido su pecado por sobre la unión con Dios, y negarse a la unión con Dios es el infierno.

Como es habitual, el Catecismo de la Iglesia Católica lo explica mejor:
1861 El pecado mortal es una posibilidad radical de la libertad humana como lo es también el amor. Entraña la pérdida de la caridad y la privación de la gracia santificante, es decir, del estado de gracia. Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno; de modo que nuestra libertad tiene poder de hacer elecciones para siempre, sin retorno. Sin embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio sobre las personas debemos confiarlo a la justicia y a la misericordia de Dios.
04/01/14 2:03 PM
  
Ignacio Jonatan Hernández López
Insisto en mi pregunta: ¿Hay un componente cultural?
Si es que sí: ¿Es este invencible?
04/01/14 9:57 PM
  
Pato Acevedo
@ Ignacio: Es que necesitamos más contexto para tu pregunta. Contexto cultural ¿en qué? ¿En la opinión del P. Masiá? ¿En la reacción de los medios? ¿o la nuestra?
04/01/14 10:17 PM
  
Gloria
Pato, de tu respuesta me nacen dos preguntas:

a) Imagino que en España existen (¿y en Chile?) abogados canonistas. Entonces el problema es que ¿no se "animan"?
b) El obispo de este sacerdote, en Tokio o en España, ¿no conoce la gravedad de lo que él está haciendo? ¿De verdad necesita que venga un abogado canonista, alguien externo para contarle lo que un hijo suyo (entiendo que esa es la relación sacerdote-obispo) anda publicando en los medios de comunicación por todo el mundo? ¿O es que tampoco se “anima”?

Ya antes hemos leído las cosas que escribe sobre la concepción de Jesús, y otras barbaridades más, y de verdad, es todo un enigma el por qué, el cómo surge el error en la mente de las personas con tanta formación como la que él tiene.

He visto cosas parecidas aquí en Chile, y también es peligroso, aunque quienes las enseñan lo hagan más bien por ignorancia y no logren la repercusión que tiene este jesuita.
Aunque no. Una sola alma dañada ya es motivo suficiente para que sea peligroso.

En algunos cursos a los que he asistido he escuchado:
• Dios no es Todopoderoso, porque Jesús es Dios, y no pudo hacer en Nazaret ningún milagro.
• Dios no es omnisciente, porque Jesús es Dios, y no supo quien lo había tocado en el caso de la mujer hemorroísa. Tampoco sabe cuándo es el día ni la hora del Juicio final.
• María no estaba a los pies de la cruz con Juan, y la entrega de la madre al discípulo amado nunca ocurrió, porque esta escena solo aparece en el evangelio de Juan, y por lo tanto no es posible contrastarla con ningún otro. Solo es un relato simbólico.
• Dios preguntó a varias jóvenes antes de encontrar a María, quien le dijo que sí. No tenemos para qué conversar sobre la opinión del dogma de la Inmaculada Concepción.
• Obviamente, Juan el apóstol no es, contrariamente a lo afirmado por Benedicto XVI en diversos escritos, el autor del Evangelio, sino que fue iniciado por “la comunidad” y terminado por un Juan griego.
• Un formador de la orden de los Misioneros Columbanos y párroco, aseveró en un taller de formación que no existe el infierno y tampoco el diablo, que al mal todos lo llevamos adentro y que hasta Jesús lo tenía, de allí el relato de la tentación en el desierto. Y quien contradiga, tiene como respuesta la burla y la mofa.
• Otra joya (esto me lo relataron) fue una misa, donde todos de sentaban en círculo alrededor de una mesa, la homilía se hizo entre todos, cada cual decía lo que quería aportar, se cantó cualquier cosa donde se hablara de los pobres y la comunión se hizo pasando el copón de mano en mano, y cada uno sacaba su hostia.

Esto aprenden quienes van a algunas escuelas decanales y de verano.
Esto enseñan quienes están a cargo de la formación. El que tiene problemas con las características de Dios es un formador del INPAS (Instituto Apóstol Santiago), que dirige un sacerdote español. Y ambos forman a todos los que a su vez hacen formación en las parroquias. Complicado.
¿La reacción? Muchos simplemente lo aceptan y lo creen, otros se dan cuenta y se retiran, pero, nadie denuncia, porque está la duda. ¿A quién? ¿Y si ya lo saben y no les importa? O peor, ¿y si están de acuerdo y piensan lo mismo? Complicado.
Como ves, hay bastante que hacer en más de un lugar. Ojalá se pueda sacar algo en limpio con este sacerdote hereje.
Dios nos regale su sabiduría y fortaleza.

05/01/14 3:52 AM
  
Pato Acevedo
@ Gloria: Respondiendo a tus preguntas.

a) Hay varias explicaciones posible a la pregunta de por qué no "se animan". La más probable es que haya alguna razón interna del derecho canónico, propia de esa disciplina y que yo ignoro, que hace imposible prodeceder de la forma que indico aquí. Una segunda posibilidad se encuentra en que no existen antecedentes de una acción así, de modo que el canonista que lo intentara se encontraría con una reacción de sorpresa y rechazo por parte de la autoridad eclesiástica. En tercer término, tampoco es claro (al menos para mí) ante qué obispo debería presentarse tal solicitud. Supongo que debe ser ante el del domicilio del P. Masiá, pero no sé quien sería, y es probable que un abogado canonista que se anime a hacerlo tampoco lo sepa.

b) Ser obispo es un oficio que no envidio, porque es extremadamente difícil equilibrar las exigencias de la ortodoxia y ortopraxis con la pastoral. No sólo se trata de declarar formalmente la herejía, sino además considerar los efectos que tal acción podría tener en el sujeto sospechoso de ese delito, en la comunidad creyente y en la sociedad en general. No es fácil.

De las doctrinas que has escuchado de estos catequistas, hay varias cosas que decir:
- Aunque algunas son claramente erróneas y estúpidas (dudas sobre la omnipotencia o la omnisciencia de Dios) no todas son heréticas (autoría de los evangelios, explicaciones alternativas de los milagros).
- La mayoría de las personas que enseñan esto no hacen más que repetir lo que han escuchado de prestigiosas escuelas de teología, así que el problema no es tanto suyo como a niveles superiores de la Iglesia.
- Para hablar de herejía, habría que ver si, enfrentados a los documentos magisteriales que enseñan la opinión ortodoxa, permanecen pertinazmente en la opinión contraria.
- Confío en que Dios cuida de su pueblo, y para eso me baso en que todas las comunidades que enseñan este tipo de opiniones mueren de vejez y falta de vocaciones. Las congregaciones ortodoxas, en cambio, no dan abasto para las nuevas vocaciones.

Efectivamente hay un problema cultural grave en nuestra Iglesia: Hasta hace poco, los teólogos y clérigos podían decir cualquier cosa, y a los laicos sólo nos quedaba aceptar, porque ellos eran los especialistas. Internet cambió eso, al poner a disposición de los laicos una serie de recursos que nos permiten formarnos nuestra propia opinión acerca de la ortodoxia de lo que recibimos. Un verdadero Vox Populi, pero esta vez producto de una verdadera formación, y no sólo de las opiniones del cura amigo.

Esta nueva situación plantea un problema para la Iglesia, porque no cuenta con medios para responder a las peticiones de los laicos de que la formación sea ortodoxa, y esa es una labor pendiente para la autoridad eclesiástica
05/01/14 1:05 PM

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