Padres ¡Los necesitamos!
Habitualmente paso por el sitio web iglesia.cl, a pesar que rara vez encuentro algo de interés (excepción hecha del canal de videos), porque, después de todo, es la presencia oficial de la Iglesia chilena en Internet. Por eso me llevé una sorpresa al leer en el titular de uno de los enlaces destacados “Iglesia en Concepción ofrece Subsidio por Elecciones 2013“.
“¡Por fin!” pensé “alguien en la Iglesia se ha puesto las pilas y se ha sentado a pensar algunas ideas acerca de la situación de los votantes católicos en esta próxima elección.”
Mis expectativas no eran altas, pero eso en nada suavizó la enorme decepción que me produjo el “documento“ al que se refería la nota: un díptico, es decir, una hoja carta doblada por la mitad, con la cuartilla frontal ocupada por una imagen, las interiores con una lista de las funciones de diputados, senadores y consejeros regionales, y la posterior usada para diagramas de la forma en que hay que marcar el voto.
No sé. Tal vez soy yo el del problema. Tal vez en las poblaciones de mi país todavía hay gente que, a pesar que hay elecciones cada dos años por los últimos 20 años, todavía no sabe cómo marcar el voto, o qué hace un diputado o un senador. Si es así, les ruego me disculpen por esta monserga, pero si no…
¿Alguien podría explicarme en qué estaban pensando? ¿Acaso en indispensable la voz de la Iglesia para dar educación cívica? ¿No había temas más relevantes en discusión en esta elección? ¿O es que los católicos no tenemos nada más que decir en política que “infórmense y vayan a votar"? ¿Qué tal algo simple y evidente como “Toda propuesta de considerar al aborto como un derecho descalifica a ese candidato para ser votado por un católico“? Luego nos quejamos de la falta de relevancia de la Iglesia en la discusión nacional ¡Pero es que no tenemos nada relevante que decir, a juzgar por este “subsidio"!
Y no me vengan con que “El Papa Francisco dijo que había que dejar de lado denunciar el aborto y la homosexualidad". Primero, el Papa Francisco no dijo eso; segundo, lo que dijo fue que no había que plantear esos temas aislados del resto doctrina cristiana; y tercero, solo tienen derecho a invocar ese discurso del Papa los que estén al día con las labores de catequesis ¡Y la Iglesia chilena no está al día!
Ahora, tomándome yo de las palabras del Papa Francisco, para imprimir y difundir ese díptico, cambiémonos a una ONG, como Amnistía Internacional, y estaríamos mejor porque ahí no hay que confesarse, dar el diezmo, ni ir a misa los domingos.
Y luego se mandan este párrafo:
Les animamos a discernir el voto, informándose, participando de instancias de diálogo y debate, escuchando su conciencia y actuando en libertad, la que me invita a mayor compromiso con los demás, en este caso, con la nación y dentro de ella con las comunidades de personas más excluidas, de la Mesa, que es de todos.
¿"Escuchando a su conciencia y actuado en libertad"? Tengo claro que soy un bicho raro, porque que yo habría puesto “Escuchando a la Iglesia y a su doctrina, y actuando en consecuencia", pero ¿no podrían al menos mencionar a Cristo? “Escuchando a Cristo". No es difícil, ni polémico, ni puede ser malinterpretado. Después de todo, eso lo que somos, “cristianos” ¿o me equivoco de ONG?
Padres míos, señores obispos y presbíteros. Con filial devoción les digo: nosotros, sus hijos en la fe, necesitamos de su guía, en este momento, cuando vemos que la política se apresta a arrollar los derechos de los más desvalidos y de las familias. Y este tipo de documentos nos hacen más conscientes de nuestra necesidad, porque parecía que íbamos a recibir esa ayuda, que nuestros padres nos iban a dar el alimento que esperamos, pero en el fondo del paquete no había nada.
Y no me digan que esa es función de los laicos. Primero, porque al parecer a la Iglesia no le molesta cumplir dar clases de educación cívica y ley electoral, función que sí es propia de los ciudadanos, así que suena extraño que se diga “no debemos intervenir en lo que no nos corresponde". Pero sobre todo, porque son los obispos los únicos que pueden hablar a nombre de la Iglesia y, puesto que amamos a la Iglesia, nada estaría más lejos de nuestra intención que apropiarnos de una representación que no nos corresponde.
Ante el silencio actual, la única conclusión posible es que la Iglesia no tiene opinión alguna sobre aborto, matrimonio igualitario y educación, que son los temas en discusión de esta elección. Nada. Un católico puede votar libremente por cualquiera de los candidatos, y lo importante es saber marcar bien el voto, asistir a las urnas, y tener claro que los Consejeros Regionales tienen entre sus funciones “aprobar el reglamento que regule su funcionamiento y reglamentos regionales".
¿Es esto cierto? Pero más importante ¿Es esto Verdad?
16 comentarios
Si esto es todo lo que puede hacer el arzobispo de la Santísima Concepción a la hora de aconsejar sobre opciones políticas a sus feligreses, y dado que ese díptico es obligación de un funcionario, me parece que el arzobispado, en el área de orientación moral sobre asuntos públicos, sobra.
El triunfo del modernismo jacobino: la religión católica está para sacristías y el baúl de la conciencia. Fuera de ahí, que no salga.
Viernes 1 de noviembre de 2013|Autor: Cooperativa.cl
El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, se refirió este viernes a las propuestas en materia "valórica" del programa de Gobierno Michelle Bachelet. Entre las propuestas de la candidata del pacto Nueva Mayoría se incluye el despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo en caso de que peligre la vida de la madre, violación e inviablidad del feto. Además, se propone un "debate abierto y participativo" en torno al matrimonio igualitario.
"Para la Iglesia los temas valóricos no son solamente, naturalmente, el tema del matrimonio igualitario o del aborto, que son temas –sin duda alguna- muy valóricos", dijo Ezzati."Hay también otros temas valóricos: el tema de la justicia, de un trabajo digno, de los salarios justos, que no solamente sirvan para alcanzar a armar la olla", señaló el prelado.
"Toda persona que aspira a servir el bien común tiene que tenerlos en cuenta todos. Naturalmente que a mí no me corresponde dar un juicio sobre los programas. No soy político", indicó el presidente de la Conferencia Episcopal, que hizo un llamado a los candidatos presidenciales a seguir trabajando por el futuro de Chile después de las elecciones.
En el documento enlazado en la entrada puedes ver cómo se marca el voto... al menos para eso sirve.
¿De verdad el arzobispo de Santiago y probablemente futuro cardenal piensa que el no tener un trabajo digno (lo que es injusto) se equipara en importancia al horrendo crimen del aborto?
¿De verdad piensa que una persona con un salario bajo sufre la misma injusticia y el mismo daño que un niño que muere desmembrado por un instrumento quirúrgico? ¿o un pequeño criado por dos padres, o dos madres y que nunca sabrá lo que es crecer en una familia?
Pato, esto se ve desde hace rato, esa especie de liviandad y ligereza del discurso aprendido y repetido hasta el cansancio, porque es de lo que siempre habla la Iglesia, de lo que se le espera escuchar hablar, y de lo que no va a provocar una respuesta contraria agresiva ni violenta en los sectores agresivos y violentos de nuestro país, porque todos estamos de acuerdo en decir algo a favor de los pobres.
Eso que acabo de decir es terrible, pero, lo pienso.
Es como si nuestros pastores tuvieran miedo de hablar, miedo de oponerse, miedo de ser atacados, miedo de ser dañados: Miedo.
Han olvidado que "Aquel que quiera salvar su vida, la perderá, pero, el que pierda su vida por mi causa la salvara".
¿Por qué crees que la Misión continental no ha hecho mella en nuestras parroquias?
No tengo el sentimiento que tú tienes, de afectuosa devoción, más bien me llena la desilusión, la rabia, la pena.
Veo lo que se avecina, y este montón de ¿cómo dice Isaías? ¿Perros mudos? no dan el ancho de lo que la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo requiere hoy en nuestra patria.
Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a tí.
@ Gloria: No es tan terrible lo que dices, no te preocupes. Si menciono el amor filial, es porque conozco a pocos sacerdotes, pero todos ellos profundamente enamorados de la Iglesia, así que no podría pensar menos de los obispos (que no conozco a ninguno). Mientras nuestros padres amen a nuestra madre Iglesia, nada podría estar tan mal.
Ellos no dan el ancho, cierto, pero ¿y nosotros? Yo ciertamente que no. Todo esto depende de NSJC, y cada uno debe hacer lo mejor que pueda.
Ahora bien, en un análisis más concreto, pero no por ello más real, mi impresión es que la Iglesia chilena calla, porque todavía se siente escuchada por la Concertación (la misma coalición política que gestó el triunfo del No a Pinochet hace 25 años), y cada vez que habla más duro, siente que no la escuchan.
El problema ha sido esta última elección, donde Matthei es abiertamente hostil a la Iglesia, y Bachelet, si alguna vez tuvo razones para mantener las apariencias, ve cada vez más que esas razones ya no existen. Resultado: La Iglesia no habla, y si lo hiciera, nadie oiría.
Es esta nueva situación que necesita una nueva voz. Y la Iglesia tiene que encontrarla.
¿Qué clase de razonamiento es ese? Nosotros oiríamos. Los católicos oiríamos. Los que tenemos que oír, oiríamos. ¿La Iglesia no habla, porque solo será escuchada por los fieles creyentes y no por los que no creen? ¿Eso es nuevo? ¿A Jesús le pasó otra cosa?
Lo nuevo es que no hable, incumpliendo, por algún tipo de táctica sin brújula, el mandato de Nuestro Señor, de hablar a tiempo y a destiempo, de ser luz del mundo.
Espero y deseo que tu análisis esté equivocado, porque de no ser así, la voz de la Iglesia Católica chilena está en manos de sectores que ni siquiera son cristianos: la gran mayoría de ellos se define como agnóstico o ateos, y los que se declaran “cristianos” (Pizarro, Alvear, Walker) piensan, hablan y deciden como paganos.
Dices “Ellos no dan el ancho, cierto, pero ¿y nosotros? Yo ciertamente que no”.
No te compares, ni tú ni yo somos sacerdotes. Somos laicos. Su labor y nuestra labor son diferentes.
En primerísimo lugar “A aquel al que se le ha dado más, se le pedirá más”, y no se me ocurre un don más grande que el poder invocar al Espíritu Santo y hacer presente el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo sobre el altar, para alimentar a los fieles hambrientos de esa Gracia. Ese milagro, y saber que por su intermedio, Dios mismo perdona, reconcilia y da paz a las almas, es saberse portador de una maravilla sin par entre las maravillas.
Otra cosa es que algunos de ellos no pesen el don inmenso del que son portadores y se comporten como el cerdo con las perlas.
Has leído, estoy segura, la Lumen Gentium :
“25. Entre los principales oficios de los Obispos se destaca la predicación del Evangelio [75]. Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, o sea los que están dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de ser creída y ha de ser aplicada a la vida, y la ilustran bajo la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación cosas nuevas y viejas (cf. Mt 13, 52), la hacen fructificar y con vigilancia apartan de su grey los errores que la amenazan (cf. 2 Tm 4,1-4).”
“Por ello, este sagrado Sínodo enseña que los Obispos han sucedido [51], por institución divina, a los Apóstoles como pastores de la Iglesia, de modo que quien los escucha, escucha a Cristo, y quien los desprecia, desprecia a Cristo y a quien le envió (cf. Lc 10,16) [52].”
¿Pueden, de verdad, callar?
Lo correcto, incluso para los ateos, debería ser creer que la Ley está por encima de todo.
Pero los que aún conservamos en la memoria el recuerdo de las dictaduras, hemos sido aleccionados para creer que hay que defender el voto sobre todas las cosas, aún por encima de la Ley, no digamos de la moral.
El resultado es que hemos creado una nueva dictadura. Ojalá fuera la dictadura de la mayoría, que ya es bastante mala. Es la dictadura de los políticos que sólo piensan en su propio interés. En ningún lugar del mundo existe ya la opción moral, ni siquiera la del respeto a la Ley. Sólo queda la opción mala y la peor: el que se aprovechará del poder para sus intereses personales y el que lo hará más rápido, todos disfrazados de lo que nos han hecho creer que es "lo bueno": el voto.
Todo el escándalo que se ha formado en torno a la supuesta encuesta del Papa a los fieles es producto de la misma alienación "democrática". La gente cree que, si la mayoría de católicos se pusiera de acuerdo, podrían cambiar la ley de Dios. Exactamente la misma ridícula esperanza tienen los que acuden a las urnas. Creen que si votan van a cambiar algo, cuando en realidad sólo están eligiendo el color de la corbata de su verdugo.
Me parece que, una vez más, se hace patente la poca valentía (y créame que me duele decirlo) de nuestros Obispos ante la amenaza que se erige frente a nuestro país.
Por lo demás, el artículo de Andrés Beltramo al respecto del episcopado chileno me parece muy certero.
¿Qué nos deparará el futuro episcopal chileno?
Me atrevería a decir que, en muchos casos, estos miedos y vergüenzas son los que hacen de la Iglesia cada vez menos relevante, no como institución, sino que como Católicos en medio del mundo, en medio de un país de profundas raíces cristianas que, hoy por hoy, se ha vendido a un populismo barato.
Saludos don Patricio!
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