Lo que podríamos hacer… tal vez
Nuestro Magnánimo Y Plenipotenciario Director Supremo de InfoCatólica se pregunta ¿Qué podemos hacer los fieles ante un rector de una universidad católica jesuita heterodoxo? Y señala:
Hasta donde yo sé, la Iglesia no ha establecido instituciones para que los fieles puedan ejercer ese derecho. Pero el derecho existe. Por tanto, si no se “organiza” desde la Iglesia, es normal que acabe ejerciéndose de forma desordenada e incontrolada. Y donde no hay orden ni control, todo se desmadra.
No soy experto en derecho canónico, pero su planteamiento inmediatamente me recordó una demanda judicial interpuesta ante los tribunales canónicos en 2004 (¿10 años ya? ¡por favor!) por algunos fieles católicos estadounidenses, contra el candidato demócrata a la presidencia de ese país John Kerry, en razón de haber, en concepto de los demandantes, defendido pública y obstinadamente la idea herética de que era posible permanecer católico y apoyar el derecho de la mujer a matar a sus hijos.
En esa ocasión, el esfuerzo fue ampliamente criticado por expertos y legos en materia de derecho canónico, los primeros por estimar que no estaba bien fundamentado desde un punto de vista legal y doctrinario; y los segundos, por apreciar una evidente intención electoralista de favorecer al candidato opositor en la carrera presidencial de ese año. A casi 10 años, el resultado de la acción judicial es un misterio, incluso para Google, lo que ciertamente habla de que los críticos tenían algo de razón.
Pero más allá de las particularidades del caso, me pregunto –y me encantaría que algún experto en materias iuscanónicas me respondiera– si acaso el mecanismo explorado por este hermano gringo, con las correcciones que correspondan, podría aplicarse extraordinariamente en el caso de algún clérigo o dignatario de una institución católica, que de forma reiterada y pública defiende opiniones totalmente contradictorias al Magisterio infalible de la Iglesia.
Desde luego el mecanismo de una recolección de firmas, como dice Luis Fernando, parece totalmente inadecuado. En cambio, una presentación ante un tribunal canónico cumpliría con el mandato evangélico para resolver conflictos entre cristianos, y daría a los laicos la tranquilidad de conciencia de haber hecho todo lo que estaba de su parte.
11 comentarios
De modo que, allí es medio imposible hacer entrar en razones a ciertos "teólogos", que ya andan demasiado descarriados. Útimamente, en la misma institución, regida por Velasco, otorgaron el doctorado "honoris causa" a G. Guriérrez, patriarca de la Teologìa de la Liberación.
Dicha tamaña barbaridad, sospecho que va a ser bastante difícil que se logren montar instituciones de derecho capaces de solventar de forma expedita estas cuestiones (no digo que no haya que tratarlo, sino que va a ser difícil que funcionen).
Mientras "mi reino" no sea de este mundo y las sanciones sólo sean válidas en el otro, a los infractores les seguirá resbalando lo que digan las instituciones terrenales. Eso creo yo.
A ver si algún experto responde.
Otra cosa es que se le haga algún caso.
Ahora que lo pienso, tal vez tienes un punto.
Pero en serio, los tribunales canónicos no son una concesión al mundo, es simplemente la forma en que la Iglesia, en este tiempo, ha decidido llevar a la práctica el consejo evangélico para resolver las disputas entre cristianos.
@ Luis I. Amorós: Ciertamente que cualquiera puede escribir una carta al obispo, y él puede responderla o no, como esté en su parecer, pero una presentación ante un tribunal eclesiástico, creo yo, al menos tendría la ventaja de que el organismo estaría obligado a dar algún tipo de respuesta, positiva o negativa. Y de ahí se podrían seguir los procesos legales hasta llegar a un pronunciamiento de Roma. La duda es si existe esa posibilidad en el derecho canónico.
Si tal señora lo hizo y obtuvo resultados, aunque no seamos doctores de la Iglesia, creo algo sí podemos hacer. Y no me refiero a documentar casos legalmente, sino a presentar desviaciones doctrinales de diversos sacerdotes u obispos inclusive.
Desconozco las instancias en donde podrían presentarse dichos 'casos', pero ya se mencionaron posibilidades en los comentarios.
Si la 'caritativa reprensión' es loable, esto se vuelve casi obligatorio y está planteado en algún Evangelio.
Saludos.
Saludos cordiales.
No, en principio no la contradice, es lícita.
¿Es o no el ejercicio de un derecho de los fieles?
Sí, es ejercicio de un derecho de los fieles reconocido en el CIC.
Si no lo es ¿los fieles no tienen derecho de expresarse de ese modo?
Tienen derecho de expresarse de este modo. Pero lo mejor sería precisar el pedido: que se investigue si hay delito contra el Magisterio y se aplique una pena justa. La suspensión es sólo para clérigos, no para monjas.
Saludos.
Además, dos cosas: 1) En el caso del "ciclo rosa", hubo eficacia pura y simple 2) Uno de los Obispos reconoció (y valoró implícitamente como positiva) la intervención de los laicos, Internet mediante, en el tema.
Saludos cordiales.
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