¿Fracasó Jesús como profeta del apocalipsis? Parte III
En esta serie de entradas venimos revisando el discurso del Monte de los Olivos, de los capítulos 24 y 25 de San Mateo, bajo la tesis de que se debe dividir en dos partes: la primera, hasta donde dice “Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto", referida exclusivamente a la destrucción del Templo de Jerusalén; y la segunda, sobre el fin del mundo, cuyo día y hora no conocemos, de ahí en adelante.
La objeción más evidente contra esta interpretación aparece al ver que la primera parte del discurso advierte de grandes signos en el cielo, y como ellos no se han cumplido, parece que parte estas profecías se encuentran todavía en nuestro futuro.
En esta parte, NSJC indica:
29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre. Todas las razas de la tierra se golpearán el pecho y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria. 31 Y él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. 32 Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. 33 Así también, cuando vean todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta.
El primero de estos signos es que “el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán", de lo que naturalmente entendemos una especie de disolución cósmica, en un evento de proporciones universales, la realidad misma se colapsará.
Sin embargo, el Dr. Pitre nos propone que estas expresiones eran propias de los profetas del Antiguo Testamento, y que naturalmente no implican que el mundo se hubiera acabado, sino que hacen referencia la destrucción de una gran ciudad o imperio.
En efecto, al revisar el antiguo testamento nos encontramos, por ejemplo con:
- Isaías 13,10: “Porque los astros del cielo y sus constelaciones no irradiarán más su luz; el sol se oscurecerá al salir y la luna dejará de brillar” donde el profeta anuncia el juicio que caerá sobre Babilonia.
- Ezequiel 32,7: “Y cuando te hayas extinguido, yo cubriré los cielos y oscureceré las estrellas, cubriré el sol con una nube y la luna no hará brillar su luz", sobre la condenación al Faraón, rey de Egipto.
En ninguno de estos casos ocurrió el fin del mundo, a pesar de que las palabras que usaban los profetas eran similares a las que pronunció NSJC en el discurso de los olivos. La correlación se encuentra, primero en que en ninguno de los dos casos ocurrió un desastre cósmico, y también en que tanto Babilonia como Egipto eran naciones poderosas que atrajeron sobre sí la condenación, por perseguir al Pueblo de Dios. Pues bien, en el S. I era Jerusalén la que perseguiría a los cristianos, el nuevo Pueblo de Dios, y por eso iba a sufrir un castigo análogo al de Egipto y Babilonia. Y esta profecía se cumplió en el año 70 (es decir, dentro de una generación del discurso), con la conquista de Jerusalén por el ejército romano, y la destrucción del Templo.
El segundo signo de que nos habla Jesús en esta parte del discurso del monte de los olivos, es la venida del Hijo del hombre sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria, pero también nos encontramos que cuando el Antiguo Testamento quiere advertir que el juicio de Dios sobreviene a una nación, también habla de que Dios viene sobre una nube. Así tenemos:
- Isaías 19, 1: “Oráculo sobre Egipto. ¡Miren al Señor que entra en Egipto, montado sobre una nube ligera! Ante él vacilan los ídolos de Egipto, y el corazón de Egipto se disuelve en su interior.”
- Jeremías 4, 13: “¡Ahí sube como las nubes, sus carros son como el huracán, sus caballos, más veloces que las águilas! ¡Ay de nosotros, porque somos devastados!”
Desde luego, no estamos diciendo que la destrucción de Jerusalén no haya sido acompañada de eventos extraordinarios. Sin ir más lejos, el profesor Ratzinger, en el segundo tomo de su Jesús de Nazaret, reproduce un texto de Flavio Josefo, que habla de extrañas voces que se escucharon en el interior del Templo en el año 66:
Flavio Josefo habla de acontecimientos extraños ocurridos en los últimos años antes de que estallara la guerra judía: todos anunciaban de modo diferente y preocupante el fin del templo. El historiador menciona siete de estos signos.
Quisiera citar aquí sólo el que más se acerca a la palabra amenazadora de Jesús antes mencionada. El acontecimiento tiene lugar en Pentecostés del año 66 después de Cristo: «Cuando en la fiesta llamada Pentecostés llegaron los sacerdotes al patio interior del templo para desempeñar su ministerio sagrado, siguiendo la costumbre, habrían notado en un primer momento, según dicen, un movimiento y un estruendo, y a continuación unos gritos: “¡Vamos fuera de aquí!"» (De bello Judaico, VI, 299s)
Nuestro punto es que NSJC y sus oyentes estaban insertos en una cultura que les daba un significado totalmente diferente a lo que nosotros podríamos entender, sobre todo en lo referente a la naturaleza del sol, la luna y los astros, de modo que, al oírle hablar así, era claro para ellos que estaba profetizando una gran destrucción, como antes lo habían hecho Isaías y Ezquiel.
Luego viene el punto de inflexión del discurso, cuando NSJC termina de responder la primera parte de la pregunta de los discípulos, y comienza a hablar acerca del fin del universo, dejando bastante claro que ha terminado un tema y comienza otro:
34 Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
Aquí aparecen dos marcos de referencia bien claros: lo que sucederá dentro de una generación, y lo que no sabemos cuándo ocurrirá. El primero se refiere a “todo esto", es decir, lo que NSJC ha venido hablando hasta ahora, y el segundo a que el cielo y la tierra pasarán. Si antes veníamos hablando del Templo de Jerusalén y lo que debían hacer los que estaban en Judea, ahora comenzamos a responder la pregunta de los discípulos acerca de los signos del fin, al que estará sujeta toda la creación, como lo indica la referencia a que “el cielo y la tierra pasarán", invocando las palabras del Génesis, donde se relata que “En el principio Dios creó el cielo y la tierra".
El cambio de tono también es evidente, porque donde antes había advertencias acerca de hechos concretos que debían ocurrir (guerras, persecución, destrucción), luego de este punto el discurso se enfoca casi exclusivamente en parábolas y comparaciones, que nos advierten acerca de la actitud que debemos mantener siempre, precisamente porque no conocemos el día ni la hora.
Así, tenemos primero la comparación del juicio final con los tiempos de Noé, cuando el diluvio los arrastró a todos, y se nos dice que así será en el fin del mundo: algunos serán llevados y otro dejados.
Curiosamente, al interpretar este pasaje, los evangélicos entienden que serán los verdaderos cristianos los llevados en el evento conocido como “rapto", pero si observamos que Jesús acaba de invocar la imagen de los tiempos de Noé, la conclusión debe ser precisamente la opuesta. En efecto, cuando ocurrió el diluvio que se relata en el Génesis, precisamente fueron los pecadores los “arrebatados” por el agua, a causa de su maldad intolerable, mientras que Noé y su familia fueron dejados para repoblar la tierra. En este sentido, ciertamente que parece preferible estar entre los “dejados atrás".
Luego nos encontramos con una advertencia de que el reino de Dios es como un ladrón que llega en la noche, cuando el dueño de casa menos lo espera. Es llamativo que en este caso el reino se compara con la actividad de un delincuente, y si la casa asaltada es el mundo, entonces el dueño de casa sería el demonio, que intenta impedir que venga el reino, a quitarle lo que ya tiene… tal vez nuestras almas.
El discurso continúa con la Parábola de las 10 Vírgenes, que esperan a su señor, sin saber a qué hora llegará, y que termina con una nueva advertencia en el versículo 13 del capítulo 25, para estar prevenidos, pues no sabemos el día ni la hora.
También aquí tenemos la famosa Parábola de los Talentos, que muchas veces leemos como un llamado para llevar una vida moral y colaborar con la expansión del reino, en la medida de nuestras capacidades, pero que en el contexto de un discurso sobre el fin del mundo, parece mucho más como una advertencia de que tendremos que dar cuenta de cada uno de nuestros actos, y que las consecuencias serán directas y justas.
Finalmente, el discurso concluye con la escena del juicio al final del mundo, cuando NSJC separará a los justos de los pecadores.
En conclusión, nos preguntábamos si Jesús había fallado al emitir una serie de predicciones que ocurrirían dentro de una generación y que quedaron registradas en el evangelio de San Mateo. Hemos visto que, a pesar que la distancia temporal y cultural con el discurso nos inducen a error, una lectura detallada y contextualizada del mismo nos permite asegurar que Jesús no se equivocó, las predicciones que realizó fueron cumpliéndose con total precisión, en todo lo que él dijo que ocurrirían dentro de una generación, y por improbables que parecieran en ese momento.
En el mismo discurso efectivamente se comprenden eventos relativos al fin del mundo y la segunda venida, pero ellos no están mezclados arbitrariamente, sino claramente definidos por la estructura misma de la pregunta inicial y el desarrollo del texto. Desde luego, con esta breve explicación no pretendo ni siquiera comenzar a escarbar en la riqueza de las palabras de NSJC, pero para mí ha sido muy esclarecedor tener como punto de partida esta comprensión del sentido literal del texto, es decir, cómo fue entendido primariamente por los oyentes de Jesús.
Les dejo algunos enlaces que he encontrado escribiendo estos artículos.
La guerra de los Judíos, de Flavio Josefo.
Jesús de Nazaret II, de J. Ratzinger.
Who Says Jesus Couldn’t Predict the Fall of Jerusalem?, de Jimmy Akin
16 comentarios
Supongo que parte del problema de la difusión de la interpretación literal es cuando se lo compara Mateo con el Apocalipsis. Por supuesto que hay mucha literatura que dice que el Apocalipsis está escrito en un lenguaje de metáforas y referencias culturales y no debe ser tomado como una descripción de eventos literales.
En general encuentro un problema, en toda la Biblia, en cuando esta realmente hace referencias a hechos reales y cuando hace alegorías. Por ejemplo usted toma el diluvio como hecho no como alegoría. La evidencia científica marca que no hubo un diluvio universal. Pudo ser una alegoría o un suceso local.
Están los extremos, interpretar un texto como casi todo literal o como casi todo alegoría. El gran problema es cuando algunas partes son alegorías y otras son literales.
Por suerte en muchas partes se especifica que se habla en parábolas, eso facilita enormemente la interpretación, si bien muchas veces la propia parábola puede ser difícil de interpretar.
Todo se complica más cuando un texto se traduce de un idioma a otro, del arameo al hebreo, al griego, al latín. Además como usted dice están los contextos históricos y culturales comunes a la sociedad de la época más los contextos y significados más crípticos o particulares de un grupo determinado
Se que su respuesta será que por eso se cuenta con el Magisterio de la Iglesia, para dar una cabal interpretación a los textos.
Saludos
Kewois
Pero eso también puede ser visto como una fuerza del cristianismo: la diferencia cultural que ves como evidente al acercarte a las Escrituras, demuestra de forma patente que la encarnación de NSJC es un evento histórico, que nos llega con las peculiaridades de la cultura en la que se produjo, y no es, como propusieron algunos en el S. XIX, un relato protópico, de algún salvador genérico que surge del subconciente humano.
El diluvio es un ejemplo claro de esto: el texto dice que las aguas cubrieron toda la tierra, de lo que nosotros entendemos "Ah, me dicen que todo el planeta se inundó ¡eso es imposible!". Lo que nos enseña la historia es que quien escribió ese texto y quienes lo leyeron y conservaron para nosotros ¡ni siquiera sabían que vivían en un planeta!
Entonces aparece claro que la interpretación de un diluvio como un evento que nosotros llamaríamos "local" no es un intento de los modernos por salvar un texto, para ajustarlo a una concepción científica moderna, sino que es precisamente el significado literal y primario del texto.
Pero también cabe interpretarlos en el sentido de un tercer evento intermedio, el final de los tiempos, que se dará posiblemente en nuestra época, que salvo error u omisión, se fundamenta en los siguientes:
- Mateo 24
Enfriamiento de la caridad, exceso de maldad y señales
- Mateo 24, 6-7
Hambres, guerras y terremotos
- Mateo 24, 4-5; 23-27
Aparición de falsos mesías
- Mateo 24, 8-10; 21-22; 29-31
Persecución, oscurecimiento del sol y el estandarte en el cielo
- Mateo 24, 14
Extensión del evangelio por el mundo
- Mateo 24, 15-21
Apostasía y abolición y falsificación de la eucaristía y la misa
- Mateo 24, 40
El rapto de los elegidos
Sin duda, estamos en unos tiempos especiales según la virgen de Akita y Medjugorje, fundamentado por el hecho de la extensión en las legislaciones estatales de las leyes inicuas sobre el matrimonio, la familia, la sexualidad y el derecho a la vida.
En todo caso, hay que tener en cuenta que cosas como "el rapto de los elegidos" apenas se remontan a algunos protestantes del S. XVII, de modo que no tienen gran tradición en la historia de la Iglesia.
A partir de ahí, puede haber un tercer evento que quizás puede ser el inicio del Apocalipsis, sobretodo del capítulo 12. Por ejemplo, esta noticia reciente:
Cardenal Rouco:
«evidente apostasía explícita e implícita de muchos de nuestros hermanos»
(infocatolica.com/?t=noticia&cod=13413)
Aunque también es cierto que en la historia han habido hechos que habrían hecho pensar a las generaciones que los sufrieron en la misma idea, que estaban a las puertas del Apocalipsis 12: las figuras del Anticristo como Napoleón, Hitler o Stalin; o bien situaciones cataclísmicas: guerra fría, II y I Guerra Mundial, revoluciones...
Sea lo que sea, parece que los signos de los tiempos apuntan a que entramos en una especie de tiempo especial, tanto de apostasía en el interior de la Iglesia así como de inmoralidad pública a escala mundial (algo lógico cuando se abandona a Dios), y que ello implica que van juntas, de forma masiva, de un lado, la libertad del hombre, y de otro, la acción demoníaca.
De todos modos, las características de este supuesto tiempo especial se irán definiendo.
¿Podríamos acaso identificar un patrón similar en estos textos bíblicos?
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Pato,
La gran mayoría de padres apostólicos -ojo- eran milenaristas y así enseñaban la fe. Lo de ahora es mera escuela dominante
entre los teólogos, que no gustan en general de manifestaciones divinas que ellos consideran extremas.
Curiosamente el sensus fidei de enormes grupos de fieles están pasándose a un nuevo tipo de milenarismo dadas las apariciones marianas aprobadas y "permitidas".
No digo eso en particular por el rapto, sino porque incluye el milenio que , a pesar de lo que leas, no está condenado por la Iglesia en la mayoría de vertientes. Y en las que lo está la llamada "condena" es irrisoria. Lo único fuerte condenado es el.mesianismo tipo teología de liberaciòn y las tonterias de T. de Chardin.
Por otro lado sorprende en el análisis el salto al fin del mundo tan rapidito que da el doctor. Cuando bien claro se habla de una tribulación que es por casi todos tenida como un periodo específico.
Y es que inisto en la absurda estrechez de este doctor al abordar el tema obviando todas las concordancias bíblicas.
Se aprende más con el Catecismo, alrededor del punto 670.
Por ser positivo, recomiendo a alguien mucho más valorado intelectualmente como Castellani y sus análisis sobre el Apocalipsis.
@ Catholicus: Tengo al milenarismo como una escuela permitida entre los católicos. Mi rechazo es a la idea del rapto previo al tiempo de la gran tribulación, que es característico de los evangélicos.
El Catecismo enseña que habrá una gran tribulación antes del fin (y que la Iglesia lo sufrirá, como lo sufrió Cristo, no que será "raptada"), y lo hace citando este texto de San Mateo (675). Eso en nada se opone a este análisis, porque es habitual que la escritura tenga varias aplicaciones.
Ya leyeron los mensajes al Padre Gobi y Nuestra Señora de las Rosas?
Los cuadros que pintan no tienen nada que ver con las disquisiciones "intelectualizadas" de tanto teólogo.
Yo hubo un tiempo en que las leía y estudiaba, pero acabé viendo pura vanidad de intelectualismo que lo impregnaba todo.
Lo compara uno con lo anterior en conjunto y se queda en "pensamientos humanos" con fuertes dosis de empeño vital naturalista.
Se acepta la Segunda Venida por fe - y lo que precede- pero se tiene que alargar lo más posible necesariamente (mentalmente) para que no moleste el naturalismo vital de muchos.
Esas apariciones están condenadas:
: El 4 de noviembre de 1986, el Obispo John Mugavero de Brooklyn hizo una declaración pública sobre el "Movimiento de Bayside." En parte, esta proclamación consiste en:
1) "No se puede dar credibilidad a las presuntas apariciones reportadas por Verónica Lueken y sus seguidores."
2) "Los mensajes y otra propaganda relacionada, contienen declaraciones las cuales, entre otras cosas, son contrarias a la doctrina y enseñanzas de la Iglesia Católica, socavan la legítima autoridad de los obispos y de los Concilios e infunden dudas en la mente de los fieles ... "
3) "A causa de mi preocupación por el bienestar espiritual de los fieles, a los fieles católicos de Cristo se les ordena que se abstengan de participar en las ´vigilias’ y de la difusión de toda propaganda relacionada con las 'apariciones de Bayside’. También se desalienta la lectura de dicho material. "
4) "Cualquier persona que promueva esta devoción en cualquier forma, ya sea mediante la participación en sus 'vigilias´, organizando peregrinaciones, publicar o difundir la literatura relacionada con las apariciones de Bayside, está contribuyendo a la confusión en la fe del pueblo de Dios, además de animarles a actuar en contra de las determinaciones hechas por el pastor legítimo de esta Iglesia particular (c. 212, párr. 1).
RESEÑA:
PRESUNTAS REVELACIONES:
Entre los muchos engaños y errores doctrinales que se encuentran en los "supuestos" mensajes de Verónica Lueken son los siguientes:
1) Durante años, un ‘Papa impostor’ gobernó la Iglesia Católica en lugar de Pablo VI.
2) El Papa Juan Pablo I fue envenenado.
3) El actual Papa es un prisionero.
4) El Concilio Vaticano II fue un falso Concilio.
5) El Nuevo Orden de la Misa no es válido (sacramentalmente).
6) Aquellos que reciben la comunión en la mano están pecando.
7) La falsa profecía de una "fuente milagrosa".
8) La falsa profecía de "curaciones milagrosas”. La única cosa que, si se le puede llamar inusual es el número de fotos que contienen luces extrañas.
9) El Rapto, el arrebatamiento ‘de los santos elegidos’ al Paraíso, antes del regreso físico de Cristo, para reinar en la Tierra por mil años. (Milenarismo) Etc...
EVALUACIÓN:
Los supuestos mensajes de Verónica Lueken están totalmente ausentes de la manifestación divina. Esta conclusión se basa en los siguientes hallazgos:
1. La falta total de respeto por los Papas como líderes espirituales de la Iglesia. Sus mensajes sostienen que un impostor gobernó la Iglesia, un Papa
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Pato,
Curiosamente ahí el Obispo condena también por "milenarismo", esto es lo que decía. El asunto viene por el Catecismo 676 que en la misma frase hace condenar varias cosas sin especificar el contenido de lo condenado. Tan solo alude a términos genéricos.
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Ahí abajo anda el lío, al mezclar "milenarismo" clásico levísimamente condenado, con el mesianismo marxista o Chardiniano del punto omega .
"El sistema del milenarismo mitigado no puede enseñarse con seguridad" (DS, 3839).
Esa es toda "condena".
Y es que es muy difícil condenar lo que muchos de los Padres Apostólicos enseñaban.
Isaías 13,10: “Porque los astros del cielo y sus constelaciones no irradiarán más su luz; el sol se oscurecerá al salir y la luna dejará de brillar” donde el profeta anuncia el juicio que caerá sobre Babilonia.
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Este es otro ejemplo de análisis estrecho, muy estrecho. El autor parte de un presupuesto imposible de probar: que esa profecía se refiera tan solo a la Babilonia de ese momento.
Muchas profecías, montones, de las usadas por los santos y padres en sus escritos para asignarlas al Mesías y hasta a la Virgen están incrustadas en versos referidos aparentemente a sucesos del pasado. Ocurre eso constantemente, y como nada es por casualidad debe haber razones desconocidas que relacionan esos sucesos con lo profetizado para el futuro lejano.
Añadir que las profecías de doble cumplimiento es algo aceptado desde siempre. Suma más que la plenitud de muchas profecías se cumple con un "tipo" previo.
Todo el Antiguo Testamento es eso, una prefiguración del Nuevo, un anuncio del mismo.
Según el mismo Catecismo el Reino de Dios NO ha llegado en plenitud aún, ni los "nuevos cielos y la nueva tierra" tampoco. Llegarán en su momento y es muy posible que haya un "tipo" previo que lo anuncie o prefigure.
Esa opinión está creciendo ahora, porque hace encajar muy bien una lectura racional de todo, Bibilia y mundo profético dentro de la Iglesia.(Y encima da encaje a muchas revelaciones privadas aceptadas generalmente dentro de la Iglesia)
- Así como la Pasión de Cristo anuncia la Pasión de la Iglesia,
- la resurrección de Cristo anuncia la de nuestros cuerpos y ¿la de la Iglesia?.
¿Y si la resurrección de Lázaro anuncia más cosas de las pensadas?
(- ¿Y si el "rapto" de Elías anuncia también otras cosas?)
- La trasfiguración anuncia nuestros cuerpos gloriosos resucitados.
- Pentecostés anuncia un nuevo Pentecostés en plenitud. (Alguno se sorprendería de varios discursos de Juan Pablo II de corte claramente milenarista espiritual. Muy lógico porque creía con convicción en varias importantes apariciones marianas y otras revelaciones, y en varias se habla de una Nueva Era, (obviamente nada "new age"))
- Obviamente la primera venida anuncia la Segunda.
etc..etc
Podríamos seguir con cosas seguras y con otras meditaciones más amplias, pero el punto es que hasta que llegue en plenitud todo eso anunciado, puede haber tipos previos que "preparen" la conciencia de la Iglesia.
"Pequeñas" previas persecuciones, seguidas de "resurrecciones", muchos anticristos (Nerones, Hitlers, Stalins etc).... y una especie de "segunda venida" intermedia que anuncia un gran castigo y luego un "milenio" de mayor plenitud, donde ya sí, se pueda hablar de "Reino de Cristo", con un previo masivo Pentecostés... etc, etc.
Todo eso está en escritos de santos, profetas, místicos y pensadores.
Al final el catecismo en todo eso - Últimos Tiempos- es meramente expositivo en repetir lo que dice la Biblia pero sin saber con certeza nada. Los mismos documentos de la Iglesia dicen que "no sabemos" nada sobre "los nuevos cielos y la nueva tierra". Y todo con un punto de vista de "escuela" actual, pero pocas cosas hay condenadas y menos son dogmáticas. Hay amplísima libertad para muchas teorías.
Pero volviendo al punto. Es claro que Apocalipsis habla de la destrucción de la gran Babilonia... pero ésta no es la del pasado... ¿a que no?
Entonces, ¿Quien le dice al doctor que Isaías no habla ahí tanto de "esa" Babilonia como de la otra?. Más aún,¿quien le dice al doctor que la destrucción de la babilonia antigua no prefigura la moderna?
Y no hablemos de Sodoma con lo que vemos hoy en día con el poder del lobby gay.
¿No intentaron violar a un angel?-¿Y si es un figura profética?
¿Intentará el "lobby gay" "violar" a un nuevo "angel" de nuestra época o del futuro?.
Por eso quiero remarcar que la cosa es taaaan amplia que no es posible alcanzar un análisis serio con el enfoque empleado por el autor.
Lo que contienen las revelaciones por qué no pueden ser ciertas?,porque no las cree alguien?,debemos leer más , no quedarnos con la introducción.
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