Serenidad II

En una entrada anterior, un visitante comenta:

Parece que este tema no suscita comentarios por parte de los comentaristas,Pato. Suele pasar cuando no se toma parte por posturas extremas,sino que se establecen razonamientos serenos en base al análisis tranquilo de las situaciones que se pretenden analizar.

El título de un post suele ser determinante para el número de lectores y de eso dependen los comentarios, y el de aquel puede no ser muy atractivo para la polémica, incluso puede que haya inducido a pensar que se trataba de una reflexión espiritual. En todo caso no me arrepiento, porque lo más importante de esa entrada era destacar la intervención del obispo. En nuestra cultura abrumada de información y esperando a cada minuto que el haya un “breaking news", es extraordinario que alguien hable siquiera de la serenidad.

Por eso me decido a escribir,para que este artículo no se quede solo.

Muchas gracias.

Me parecen bien muchas de las cosas que usted escribe. En particular,la idea de la no discriminación,en la que ha tenido mucho que ver la Iglesia,y que hoy,afortunadamente,toma otro cariz. Está claro que existió discriminación hacia los homosexuales,y que parte de esta discriminación estaba alentada por sectores pertenecientes a la Iglesia. Pero eso es pasado,y si nos atamos a él,nunca saldremos de los problemas.

“Alentada por sectores de la Iglesia” es una expresión bastante amplia, por lo que me gustaría precisarla.

La Iglesia es una casa enorme, donde viven millones de personas, y cada una trae consigo sus pecados. Sin embargo, no por ello resulta justo decir que la Iglesia ampare o aliente todos y cada uno de esos pecados. Al contrario, la Iglesia los denuncia y rechaza, y en ese proceso ha producido una abundante literatura magisterial, donde es posible encontrar exactamente qué alienta.

En este caso hablamos del pecado de discriminar injustamente a las persona con atracción por el mismo sexo (AMS) y si se va a acusar a la Iglesia (o sectores dentro de ella) de alentarlo sería bueno ir más allá de la mera impresión general, que habitualmente es bastante injusta con ella, y mencionar algún documento en concreto. En contra, debo destacar que, como explicábamos anteriormente, cuando el Catecismo de la Iglesia Católica desarrolla su posición ante la homosexualidad, lo hace citando la declaración Persona Humana de 1975, cuando nadie todavía pensaba en una política de respeto a los homosexuales, y en muchos países había estrictas leyes penales contra la sodomía.

Con esto no quiero decir que personas pertenecientes a la Iglesia no hayan discriminado, sino que no es necesario atribuir ese pecado a su catolicismo.

Otra idea con la que estoy muy de acuerdo es la de la aplicación de las normas católicas a los católicos. No al conjunto de la población,como muchas veces se ha hecho.

Habría que ver qué se entiende por “aplicar normas católicas a los no católicos". La ley de la Iglesia, el derecho canónico, siempre se ha aplicado sólo a los católicos, y si te refieres a una ley civil fundada en una antropología cristiana, sería necesario recordar que la justicia es una misma para todos los hombres, sean católicos o no.

Y por otro lado,me alegra ver que usted no se cierra al hecho de que los homosexuales puedan tener bien legislada su convivencia.

Aclaro: legislada no, regulada sí.

La diferencia estriba en que la ley siempre debe tener en vista el bien común, mientras que lo que concierne sólo al bien de los particulares debe ser regulado mediante contratos entre ellos. Una cosa es respetar los acuerdos para regular su convivencia a que llegue una pareja homosexual, otra muy diferente es dictar una ley que legisle tales situaciones. Para bien o para mal, las leyes no sólo tienen fuerza coercitiva (obligar o prohibir algo) sino también tienen un efecto pedagógico en la comunidad, es decir, le indican a los ciudadanos qué comportamientos se espera de ellos y son aceptables. Ante esto, una ley que regule las uniones homosexuales, además de ser innecesaria, por ese solo hecho, pondría a un comportamiento inmoral en la misma categoría que otro virtuoso. Esto es inaceptable, pues si bien el Estado puede tolerar conductas inmorales (como la prostitución, la mentira, etc.), nunca puede promoverlas.

Y ese es precisamente el punto del post original: La contienda aquí no es por derechos, sino por la promoción y la aceptación de los actos homosexuales.

En este caso,yo no me opondría a que tales uniones no se llamaran matrimonio,siempre que gozasen de los mismos derechos o fueran similares.

Para que existiera otra relación que gozase de derechos análogos al matrimonio, debería justificarse que es similar a éste.

Claro, cuando la mayoría cree que “matrimonio” significa una gran fiesta (acto público) y una cama en común (amor sexual), parece que las parejas gay se le acercaran bastante, pero estamos convencidos que esta antigua institución implica mucho más que sólo la celebración del sexo. Por ejemplo, creemos que además significa “hijos”, lo que inmediatamente descarta a las uniones entre personas del mismo sexo, y desde ese punto de vista los polígamos tienen más derecho a pedir los privilegios del matrimonio para sus relaciones. Pero a ellos respondemos que otro aspecto esencial es la igualdad en la diferencia entre hombres y mujeres.

Ahora, si la sociedad no está de acuerdo con los cristianos, supongo que nos quedamos con nuestro concepto y nos acostumbramos a vivir como minoría, como le ocurre a tantos hermanos en diferentes partes del mundo. Nuestra confianza en Cristo no se debería ver afectada por las transitorias mayorías de la democracia.

No creo que exista por parte de la mayoría de gays y lesbianas ninguna intención de alterar la estructura “clásica” de las uniones legales de pareja. ¿Que existen homosexuales,y asociaciones de ellos que se enfrentan abiertamente contra la Iglesia? Parece evidente,pero no creo que sean mayoría. Y éstos hacen también daño a esa serenidad que pretende usted alcanzar.

Podemos estar de acuerdo en que la opinión de la mayoría de los homosexuales no está adecuadamente representada por lo que llamamos el lobby gay. Por eso siempre intentamos distinguir entre ambos.

Si legislamos para que todo el mundo tenga los mismos derechos,la tensión irá desapareciendo. Las marchas del orgullo gay serán cada vez más innecesarias. Y cada cual se adaptará a su sitio, viviendo y dejando vivir. La escalada de tensión no es buena para ninguna de las partes(si es que se puede hablar de partes en estas problemáticas),y originan episodios como los que usted comenta.

Insisto, las marchas del orgullo gay no se hacen para obtener derechos, sino para que aceptemos como normales las conductas que en ellas se exhiben.

No necesitas una ley para vivir y dejar vivir, sí la necesitas para prohibir que vayan a acosarte en el lugar donde vives con tu pareja, lo que es justo, o para que las Iglesias dejen de enseñar que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados, lo que es injusto. Esas son las leyes que se discuten ahora.

En resumen,si usted está en contra de las uniones homosexuales,pero entiende que se debe evitar la discriminación,y para ello vería con buenos ojos que se legislara alguna fórmula de convivencia,pues tiene usted toda mi simpatía. No nos pondremos de acuerdo en este u otros temas,pero no de debe estar de acuerdo siempre.

Agradezco que se haya tomado el tiempo de hacer un comentario tan largo y respetuoso, y espero haber aclarado mi posición.

PD: Lo siento. Fue difícil publicar una entrada titulada “Serenidad” sin poner una imagen relativa a la serie Firefly, pero al hacer la segunda no pude evitarlo.

4 comentarios

  
Yo2
La serenidad llama a la reflexión.
La reflexión recuerda al invierno, donde las plantas que viven más de un año, aprovechan para hacer crecer sus raices, y hacen acopio de recursos para resurgir en primavera.
La meditación ante el sagrario, en actitud de oración... eso llena de serenidad, nos hace más grandes y mejores.
Un saludo en la Fe.
01/06/12 11:10 PM
  
Jonathan
Mañana domingo a las 4 de la tarde (hora peninsular).

Programa "Lágrimas en al Lluvia" en Intereconomía tv.

Tema que abordarán: La persecusión religiosa española

Por la profundidad y rigor de este programa, por la calidad de los contertulios que lleva y por el tema a tratar, no deje de verlo.

Saludos y perdón por salirme del post.
02/06/12 7:04 PM
  
Roi
Ya me parecía a mi raro que no hubiera ninguna respuesta en el artículo anterior,pero no me esperaba esto. Vaya por delante que es grato hablar con quien razona y no insulta,con quien argumenta y no generaliza,con quien admite argumentos sin despreciar y rebate educadamente. Si a eso añadimos que además es seguidor de "Firefly",pues será aún más grato,jaja.
Ya tenemos algo en común.

El tema del incentivo por parte de la Iglesia en la materia de la anti-homosexualidad es complicado.Está claro que antes,en Occidente,la homosexualidad estaba desde muy mal vista a penada. ¿Que todo ello derivara de la Iglesia? No,más bien toda la sociedad era homófoba. Al menos en su generalidad. Y a los homosexuales se le hacía la vida imposible,también desde la Iglesia,pero no solo desde ésta.

Es muy difícil establecer hasta qué punto una cosa depende de la otra. Que los países más religiosos sean lugares donde los homosexuales viven peor es un hecho. Que tal cosa se deba solo a la Iglesia es falso,pero una parte existe.

Lo que a mi me agrada es que hoy la Iglesia haya cambiado de mentalidad respecto a esto. Decir hace 100 años que los homosexuales deberían ser respetados y no discriminados, y que se hacía necesario regular sus situaciones sería de un acérrimo defensor pro-gay. Hoy lo es de una parte de la Iglesia (entendiéndola como sus fieles) e incluso existen muchos que se consideran católicos que van más allá. Esto es un avance en cuanto a la mejor calidad de vida de ese colectivo,y se agradece. Y es un avance que va llegando a otros países. En las antípodas ideológicas,en la comunista Cuba existía una gran homofobia que hoy ha cambiado totalmente.

Evidentemente,usted considerará que tales actitudes son inmorales,incluso objetivamente inmorales. Es su punto de vista,y yo no entro ni salgo. No trato de convencer si entro en este blog. Solo intento aprender. Protestaré si esas consideraciones degeneran en actos violentos y/o discriminatorios. Si no,todos tenemos nuestros puntos de vista y son todos respetables.

Eso sí,a nivel práctico existen dificultades a la hora de regular estas relaciones si no es con leyes. Me limitaré a describir algunos ejemplos,ya que el que entiende de legislación es usted. Por ejemplo, ¿cómo regular las pensiones de viudedad?¿cómo atender a una pareja hospitalizada si no te dejan faltar del trabajo?¿cómo dejarle tu herencia,si antes van obligatoriamente los familiares,y lo que le llegue será solo una parte? Y un largo etcétera... Todas estas cuestiones se arreglan automáticamente legislando un contrato de pareja que sea similar al matrimonio civil.

Y lo del efecto pedagógico,pues estoy de acuerdo con usted.Pero el cambio de mentalidad está ahí,es precisamente porque cada vez más gente no considera inmorales estas relaciones.

Lo de la fiesta y el amor sexual es algo que sucede en muchas parejas,no solo homosexuales.Pero existen muchos homosexuales que tienen un afecto que va más allá del amor sexual,y que se parece a todos efectos a una pareja heterosexual.

Y con respecto a los hijos,pues es evidente que dos hombres no pueden tener hijos,salvo los nacidos en relaciones anteriores. Pero una pareja de lesbianas puede tener todos los hijos que quiera,de un modo "moderno" (inseminación artificial) o de un modo "clásico" (teniendo relaciones con un hombre). No serán hijos de las dos,pero los tendrán. En ese caso la relación también está abierta a la procreación. De otro modo,eso sí,pero abierta al fin y al cabo.

Muchas gracias por su respuesta.
03/06/12 8:09 PM
  
Pato Acevedo
@ Roi: Desde que empecé en esto del blog, se me hizo evidente que las mejores entradas eran aquellas donde había una conversación respetuosa y constructiva. Por eso, cuando un comentario revela preocupación por conversar y debatir, y tiempo dedicado a ello, me gusta dedicarle una entrada aparte.

En cuanto a sus consultas
¿Es necesario el matrimonio para las pensiones de viudez? No, el fundamento de una pensión de viudez es el sacrificio que hizo la mujer en cuidar a los hijos, normalmente en desmedro de su propio desarrollo. Si ambos han trabajado sólo para sí mismos en su vida, no tiene sentido que reciban algo del Estado, más que un soltero.
¿Atender a un hospitalizado? Ese beneficio no existe al menos en Chile, donde las madres recién están pidiendo licencia para atender al hijo enfermo. Si se concediera, debería ser el beneficiario quien designara a la persona que tenga derecho al permiso. Claro, normalmente será el cónyuge, pero no es difícil imaginar que esa labor pudiera cumplirla mejor otra persona, como una hija o un hermano. En ese caso una pareja de homosexuales también podría designarse mutuamente.
¿Herencia? Si un homosexual tuvo una familia e hijos antes, y no se ha divorciado, me parece justo que ellos le hereden. Al menos en Chile, siempre hay una cuarta parte de los bienes de los que podrá disponer libremente, y si quiere para su amante (hetero u homosexual). Si nunca tuvo pareja, todos sus bienes podrá pasarlos a un tercero a través de un testamento.
04/06/12 3:06 AM

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