¿Gay y católico? y otros temas
No me canso de expresar mi gratitud a los comentaristas que se toman el tiempo de abordar las ideas que propongo en este blog, de un modo constructivo y respetuoso. La contingencia local no ha estado muy poblada de asuntos religiosos o éticos en los que me sienta autorizado a expresar mi opinión, así que los aportes de los visitantes se convierten en indispensables para dar algo de continuidad a este espacio.
Uno de esos comentarios apareció hace un par de semanas en la entrada más polémica que hemos tenido, y llegó precisamente cuando el polvo de la intensa disputa ya se había disipado, y yo no esperaba obtener nada más positivo de los comentarios disidentes. Ya ven como los visitantes nuevamente nos sorprenden.
Decía nuestro lector:
Hola a todos, la verdad es que me gusto el blog prque no se queda en el hacho o argumento clasicco de que la Homosexualidad “es un pecado” sino que analizan cada una de las razones y las perspectivas.
Muchas gracias, y me alegra mucho que este espacio te haya provocado esa impresión, porque es precisamente la idea que me gustaría que se llevara alguien que no esté de acuerdo con la Iglesia.
Ahora bien, dices que no nos quedamos en el argumento clásico de que la homosexualidad es pecado, y me siento obligado a expresar alguna precisión. La homosexualidad, entendida como la condición de aquellas personas que sienten atracción sexual hacia sujetos de su mismo sexo, efectivamente no es pecado. Pero por otro lado, tampoco lo es ninguna condición o predisposición en particular hacia el pecado que tengamos cada uno de nosotros. El pecado nunca es una inclinación o condición que suframos, siempre es un acto, y sobre todo es un acto voluntario.
Hecha esa aclaración debemos señalar que los actos homosexuales, entonces, son intrínsecamente desordenados (como indica el Catecismo de la Iglesia Católica en 2357). Para decir eso no es necesario apelar a motivos religiosos o éticos, basta recordar que los mecanismos biológicos que provocan en los mamíferos la atracción sexual tienen por finalidad que los individuos se apareen y reproduzcan, y si en algunos sujetos dicha atracción tiene por objeto una conducta donde la reproducción es imposible, es evidente que algo ha fallado en el proceso y ese instinto no puede cumplir su función.
Es cierto que en los humanos la atracción sexual aparece revestida de implicaciones que van mucho más allá de las que encontramos en el mundo natural –otra prueba más de que somos seres espirituales–, pero la función básica, esto es, el aspecto reproductivo, debe subsistir. Si me permites explicarlo con una comparación, diría que es como comer: los seres humanos sentimos hambre y nos alimentamos por las mismas razones que todos los animales, pero a esa función le agregamos algo que es propio de nuestra naturaleza, y por eso empleamos la ocasión de una cena o un banquete para expresar cercanía y afecto; pero si uno sufre de una condición donde sólo le apeteciera comer, por ejemplo, chocolate, claramente diríamos que el instinto de alimentarse sufre de una condición que le impide servir a la mantención de un cuerpo saludable.
Ahora voy a hablar de mi opinion y mis experiencias personales: Yo soy gay y estoy seguro de lo que soy y soy feliz con eso, tambien tengo mi fe catolica aunque mi fe se deposite en Dios y no en la Iglesia, ya que la Iglesia esta hecha por hombres y los hombres se equivocan,
Mira, no seré yo el que ande repartiendo decretos de excomunión por la calle, diciendo quién es católico y quién no. Esa es una facultad que sólo tienen los obispos, y una responsabilidad que yo no deseo ni envidio. Pero estarás de acuerdo conmigo en que es un poco raro eso de decir “soy gay y católico".
Digo, porque si el adjetivo “católico” significa algo, al menos será “que intenta seguir con sinceridad las doctrinas de la Iglesia liderada por el Papa de Roma", y ella ha sido bastante categórica respecto al tema de ser gay.
Si sigues sinceramente a NSJC pero opinas que la Iglesia católica se ha desviado de Sus enseñanzas, podrías con justicia reclamar el apelativo de cristiano, pero en tal caso deberías mostrar de qué modo Jesús el Cristo condona el estilo de vida gay. Yo creo que no la tendrás fácil, considerando sobre todo que la moral sexual que predicó Jesús era más estricta que la de los judíos de su tiempo, y ellos ya tenían una opinión muy negativa respecto de las prácticas homosexuales.
Al parecer, cuando dices “mi fe se deposita en Dios y no en la Iglesia", lo que propones es una contradicción entre Dios y la Iglesia, donde él admitiría el estilo de vida gay como una forma legítima de ejercer la sexualidad, y que la Iglesia, al rechazarlas estaría siendo infiel a su pretensión de seguir a Dios. Esto es una posibilidad, pero en tal caso parece que el adjetivo más adecuado para tu situación sería el de deísta, y no cristiano ni católico.
la homosexualidad no es mala, si observamos con cuidado los Evangelios podremos notar que en ningun momento Jesucristo dijo que la homosexualidad era mala, por el contrario dijo “amen a su projimo como yo los he amado” siendo este un nuevo mandamiento, es decir amen a sus projimos sin importar las diferencias que estos tengan, si Jesus no nos critica ni nos desaprueba, porque los hombres que dicen imitar a Cristo en todo si lo hacen???
Hay muchas cosas que NJSC no dijo que fueran malas, seguro puedes pensar en algunas cuantas; pero eso no significa que sean buenas. Me parece una falta de respeto apelar a la Biblia para justificar nuestros vicios, sólo porque no aparecen mencionados ahí, y si eres católico, sabes que en nuestra tradición, a diferencia de los protestantes, lo que cada uno lea en su copia de la Biblia no es la última palabra. Recuerda que la Biblia es una carta de amor de Dios a su Pueblo, no un código de leyes donde encontrar resquicios.
Y es cierto que todos los cristianos debemos amar más a nuestros hermanos que sufren de atracción por personas del mismo sexo, porque esa es una cruz pesada que una mejor actitud de parte de los cristianos puede ayudar a sobrellevar. Pero eso no significa que no lo amemos, piensa en cómo el padre de un drogadicto ama con profundo y sufrido amor a su hijo, pero odia con similar encono a los narcotraficantes que lo mantienen atrapado en el vicio.
Si nos remontamos a otros argumentos dentro de la biblia podemos encontar un paseje en el genesis en el que la ciudad de Sodoma y Gomorra fueron destruidas, muchos han argumentado que uno de los pecados que fue la causa dde su desstruccion fue la homosexualidad, sin embargo en el nunca dice nada de ello, por el contrario dice que no recibiern a los angees enviados dignamente y por rl contrario quisieron ultrajarlos siendo este el pecado de la soberbia y de la falta de hospitalidad, nunca de la homosexualidad.
Sodoma y Gomorra fueron destruidas por la multitud de sus pecados, como dice claramente el relato del Génesis, no sólo por las prácticas homosexuales que ocurrían en ese lugar. Es igualmente evidente que los hombres de Sodoma querían violar a los visitantes de Lot, en lo que habría sido una violación homosexual. Si quieres decir “es muy poco hospitalario violar (hetero u homosexualmente) a los que llegan a tu puerta", creo que nadie podría negarlo, pero al mismo tiempo estarías perdiendo el punto que quiere dar la historia.
Tendrías un mejor argumento si dijeras “lo que pretendían los sodomitas no tiene nada que ver con una relación consentida", pero lo concreto es que, sea de forma forzada o consentida, la doctrina cristiana es clara en rechazar las prácticas homosexuales.
La Iglesia necesta cambios donde se siga verdaderamente a Cristo siendo una sola Iglesia conformada por todos los bautizados sin importar sus diferencias, una sola Iglesia caaminando con Cristo que es nuestro prncipio y nuestro fin.
Hay cosas que la Iglesia necesita cambiar y otras que no, y la primera de las cosas que hay que mejorar soy yo, yo necesito cambiar para ser más fiel a lo que ella, en nombre de NSJC, nos pide. Dicho de otro modo, antes que andar mirando cómo podría cambiar la Iglesia para ajustarse a mis preferencias, debemos escucharla y preguntarnos cómo puedo cambiar yo para que la Iglesia aparezca más santa a los ojos del mundo.
En cuanto a lo dle matrimonio gay en absoluto atenta contra los principos de la sociedad y por el contrarrio significa una puerta a una sociedad plural y tolerante donde se pudiese progresar en ese contorno en lugar de quedarse retrasados en el pasado,
El matrimonio gay sí atenta contra los principios de la sociedad, porque uno de ellos es que los niños necesitan y tienen derecho a un padre y una madre para ser felices, y la sociedad debe reconocer que ese padre y esa madre se encuentran en una situación especial para transmitir a sus hijos los que significa vivir en comunidad.
Además, es hipócrita de parte del lobby gay usar el matrimonio civil como una mera herramienta en su meta de que todos aprobemos su conducta sexual, porque el matrimonio es más que una pieza en un juego político.
finlmente el matrimonio gay no signifca una perversion y mucho mens una falta de moral, porque si el amor entre estas dos personas que se unen en matrimonio es puro no es malo porque todo el amor puro proviene de Dios.
Lo mismo podría decir un hombre cuya esposa se encuentra en coma y se enamora de la enfermera que la atiende. Él podrá hablar acerca de la pureza de su amor, pero mientras la muerte no los separe de su esposa, es un adúltero y un inmoral. Luego, apelar a la pureza del amor no implica que una conducta no signifique perversión ni falta de moral.
De cualquier manera es un buen blog que trarta estos temas en lugar de esconderlos y los trata como lo que son. Espero podamos encontrar en este blog un espacio donde seguir tratando estos temas de distintas perspectivas pero teniendo como unica finalidad llegar a una conclusion dentro de la Iglesia y encaminada por tanto hacia Dios. Suerte y que Dios los bendiga!
Muchas gracias por tus bendiciones, de verdad significan mucho para mí.
24 comentarios
Yo personalmente creo que un hombre puede amar a otro hombre, como Juan amó y se sintió amado por Jesús, sin que eso jamás implique homosexualidad.
No son pocos los eclesiásticos que consideran errónea la concepción de la Iglesia sobre la homosexualidad. Si hace años se consideraba enfermedad que requería tratamiento médico y hoy no es así, sino que la Iglesia admite que la conducta o la tendencia homosexual requiere de una vida laical destinada al celibato (como por otra parte considera que debe ser la conducta de cualquier otra persona que, por la razón que sea, no se casa, aunque no sea gay), ¿no estamos hablando de un paso al que pueden seguir otros?
El llamado "lobby gay" seguramente exista. Pero al albur de la historia, la Iglesia no se puede mantener al margen de sus cambios. La cultura occidental ha terminado por aceptar mayoritariamente la homosexualidad como una expresión natural de la propia sexualidad humana. Si hay animales que, como reconocen todos los etólogos y estudiosos de la conducta animal, tienen relaciones homosexuales, ¿por qué esa tendencia, digamos, "animal" no va a existir, aun soterrada, en el hombre? Más aún: si el león tan sólo desea cazar un ñu para alimentarse, sin hacer de tal festín nada más que un acto de pura supervivencia, el reunirse con los amigos, preparar una elaborada cena, sentarse alrededor de una mesa para charlar y divertirse, o llorar por cualquier razón, ¿no es un añadido "cultural" o humano al "animal" acto de comer? Entonces, ¿por qué la tendencia homosexual manifestada en multitud de especies animales no se puede trasladar al hombre con un añadido de "culturalidad", del mismo modo que la sexualidad entre un hombre y una mujer no es el simple acto de reproducirse, sino de transmitirse el afecto de los esposos?
Como digo, no son pocos los cristianos y católicos gays e incluso prelados que los asisten. Conozco casos de gays que no son excomulgados por sus obispos. ¿Irán esos obispos al infierno? Libros como Vaticano 2035, escrito sin duda por un católico discrepante con el rechazo a la homosexualidad, son muestra de esta idea. Poco importa, por otro lado, que la Iglesia se divida en una facción más conservadora contraria a la homosexualidad, y otra facción más liberal. Del mismo modo que la Iglesia tuvo que adaptarse a los tiempos, como cuando condenó a Galileo, lo hará en este caso. Y esa facción más conservadora terminará por pasar, porque como dice la Biblia, "tus palabras no pasarán" Y hay cosas que son, además de justas, inevitables.
Lo que no creo que se puede ser es gay y católico a la vez. Ese orgullo no casa nada bien con la humildad y el deseo de perdón que debe tener todo cristiano, homosexiual o no.
Tampoco puede ser católico quien quien teniendo a Dios como padre no tiene a la Iglesia como madre. Ni tampoco puede serlo quien dice "Señor", "Señor" y transgrede voluntariamente sus preceptos, sin pedir ser perdonado.
Además si es pecado, porque así lo considera las Sagradas Escrituras. Hay que aprender a leer y meditar las Sagradas Escrituras, buscando ante todo la voluntad de Dios.
Si un católico cae en esa iniquidad de la homosexualidad, debe recurrir a la oración, a la penitencia, perseverar en la castidad.
Hay citas abundantes en el Antiguo y Nuevo Testamento que condena la homosexualidad
La sodomía proviene de una vida totalmente alejada de Dios, el homosexualismo es abominación.
La Santa Iglesia Católica tiene documentos de interés sobre este tema, cómo salir de esta conducta antinatural. Satanás conseguirá convencer a los incorregibles viciosos, que eso es normal, que es natural, y muchos creen más las mentiras de Satanás para justificar la homosexualidad. Cosa que no tiene a los ojos de Dios, de la moral, de la sana inteligencia; no tiene, -decía- ningún tipo de justificación.
Algunos valientes han dejado escrito sus testimonios, de cómo era "homosexual", pero luego, poniendo en práctica las enseñanzas de la Iglesia Católica, reconocen sinceramente, que nadie nace homosexual.
Aparte de esto, otro punto interesante. Satanás confunde algunos corazones, algunas mentes, para decir que la Iglesia es un "ente terrenal", el pensar así, no proviene de una inteligencia sana y recta, sino por la seducción que Satanás hace en esa clase de personas, que aman y aprueban los propios vicios y pecados, y la verdad no está en ellos.
Cristo, siendo Dios, vino a la tierra, nos enseñó el camino de la salvación, de la conducta moral, de una pureza de corazón y mente que los cristianos hemos de tener.
La corrupción de algunos de sus hijos e hijas, no proviene de la Iglesia Católica, sino que siempre obra al margen de la Iglesia Católica, muchos pecan de forma oculta, pero que finalmente son descubiertos por voluntad de Dios.
La locura extrema dice, "católico gay", leyendo como ya he dicho, las Sagradas Escrituras, la santidad y el pecado son totalmente incompatible, la conducta "gay", siempre proviene del consentimiento a la tentación que Satanás propone para hacer caer.
Ser católico es algo grande, siempre que se ajuste a la Voluntad de Dios. Y la voluntad de Dios, no existe que quien ama a Dios, debe permanecer en el pecado. Ser "gay", y justificarse así mismo para permanecer en este camino, es lo mismo que voluntariamente desea precipitarse a los tormentos eternos.
Los que mueren en pecado mortal, incluso, poco antes de morir, descubren, por ejemplo, Dios existe, que ser "gay" está fuera dde la voluntad de Dios, es haber dicho sí a Satanás.
Por tanto, no os engañeis, dice San Pablo, lo que uno siembre eso recoge, el que siembra para la carne cosecha corrupción, el que siembra para el espíritu, recoge vida eterna.
Había dicho antes, que el ser católico es algo grande, y grande, por la voluntad de Dios, y sembrar para la vida del espíritu.
Lean, lean la Palabra de DIos, que los homosexuales no pueden heredar el Reino de los cielos, es imposible que sea santo, viviendo contradiciendo con su "homosexualidad" a la voluntad de Dios
Cuando se culpa a la Iglesia, de los pecados que no tiene relación, con ninguno, ya que la misma Iglesia como obra de Dios, nos enseña el camino de la pureza. Que halla caído algunos en pecados, no hay que olvidar, que lo hicieron ocultamente.
Porque si estos miserables pecadores incorregibles, dice a la Iglesia que están dispuestos a cometer pecados, la Iglesia diría que no debe hacerlo, y así sucede siempre. La Iglesia constantemente nos enseña el camino de la santidad, nunca el camino del pecado. Nunca el camino del vicio y de la corrupción.
La Iglesia siempre es fiel a Jesucristo, que haya algunos consagrados que no se han esforzados en dar buen ejemplo, ¡cúlpale a ellos, no a la Iglesia!
¿Tiene culpa un padre o una madre que le dice a su hijo que no robe, que no insulte, que no diga malas palabras, y este hijo desobediente y malvado, no sigue los consejos de sus padres?
Los padres no tienen culpa cuando saben educar cristianamente y en santidad a sus hijos. Pero si sus hijos prefiere la maldad al bien, es problema de los hijos.
Es bien conocido en el mundo entero, que la Iglesia siempre nos educa y nos encamina hacia la vida de santidad.
Todos los que justifican la perversidad de la homosexialidad, deja claro que no va a obedecer ni a Dios ni a la Iglesia Católica, antes prefiere el camino de la condenación eterna. Una vez condenado, sabrá muy bien que la Iglesia nunca justifica la homosexualidad, pero ayuda a los que quieren convertirtse a la vida de Santidad y pureza de corazón.
@ Iñigo: La Iglesia comparte con su fundador esa doble realidad de terrenal y celestial, santa y pecadora, pero ¿Que "nunca ha dejado de hacer lo que conviniera a su interés"? Sólo me acuerdo de lo diferente que sería el mundo si el Papa hubiera cedido a los ruegos, primero y exigencias luego, de Enrique VIII.
Si algo es natural o no es objeto de especulación y definición (por ejemplo, una enfermedad congénita ¿es natural en quien la sufre?), que algo sea pecado no lo es.
La Iglesia no sólo puede mantenerse al margen de los cambios, sino que debe hacerlo, como ocurre con la poligamia, la pornografía, la explotación de los obreros y el racismo. Algunas de estas lacras permanecen con nosotros, otras han sido populares en determinadas épocas y hoy han desaparecido. La Iglesia no cambia su doctrina.
Una pregunta:
Dicen:
>El pecado nunca es una inclinación o condición que suframos, siempre es un >acto, y sobre todo es un acto voluntario.
Estoy de acuerdo que lo que deberían contar son los actos no los pensamientos. Pero no se dice en la Biblia:
Mateo 5 - 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Que sería la homosexualidad sino minimamente "desear" a una persona del mismo sexo?
>Es igualmente evidente que los hombres de Sodoma querían violar a los >visitantes de Lot, en lo que habría sido una violación homosexual.
De todas maneras no veo que ofrecer a la multitud a las dos hijas para que las violen sea algo honorable. Por más que en aquella época el compromiso relacionado con ser "anfitrion" era mucho mayor qwue el de ahora.
Los "santos varones" podrían haberse defendido de la multitud o soportar lo que tuviesen que soportar no entregar mujeres indefensas.
Sodomo y gomorra fueron destruías niños incluidos.
No es algo ni misericordioso ni justo.
Con extender una plaga de impotencia sexual se solucionaban muchos problemas....
>sexual es la pérdida del concepto de amor alejado >de la sexualidad, y con ello del amor fraternal, >amor filial
çQue por otra parte también es un concepto nuevo ya que durante casi toda la historia de la humanidad los matrimonios eran por conveniencia, económica, política o de alianzas. No por amor. El amor podía venir después en algunos casos.
Kewois
@ Kewois: Cuando, por un acto voluntario, el sujeto presta su asentimiento al pensamiento, ese asentimiento es un acto voluntario (aunque interno) del que es responsable. Por ejemplo, la tendencia heterosexual nos hace notar a una mujer hermosa de entre los cientos de personas con que nos cruzamos en la calle, y la miramos, pero eso todavía no es pecado. Cuando tomamos esa imagen y la traemos una y otra vez a nuestra imaginación y agregamos el deseo, estamos actuando voluntariamente y caemos en la forma de adulterio contra la que nos advierte NSJC. Lo mismo vale para quien sufre de atracción por personas del mismo sexo.
no veo que ofrecer a la multitud a las dos hijas para que las violen sea algo honorable
Nadie dice que sea honorable. Evidentemente que hay un tema de destacar la importancia de la hospitalidad de Lot, que está dispuesto a hacer eso a sus hijas antes que acceder a lo que le pedían. Pero también es llamativo que los sodomitas no las aceptaron, con lo que es igualmente claro que sus conductas malvadas comprendían una especial preferencia por las relaciones homosexuales.
Fíjate que en el mundo antiguo el sexo estaba tan vinculado al matrimonio y la fertilidad, que una mujer violada se entendía que era la esposa de su violador y perdía la posibilidad de casarse con otro hombre, pues el nuevo "esposo" no tenía certeza de quién sería el hijo.
Por eso los padres cuidaban a sus hijas encerrándolas, no fuera que las violaran y perdieran ellos la posibilidad de un buen matrimonio por conveniencia, y algunos jóvenes preferían las relaciones homosexuales porque no producían el efecto matrimonio-fertilidad inherente al sexo con mujeres. Incluso en muchas legislaciones penales modernas el matrimonio entre el violador y su víctima anula los cargos por la violación, lo que es un atavismo de épocas no tan antiguas.
Con esto, podríamos especular que los sodomitas rechazaron a las hijas de Lot porque no querían casarse con ellas, sino que lo que querían en el fondo era sexo sin matrimonio... claro que si eso fuera cierto no quedarían ciudades en este planeta.
Que por otra parte también es un concepto nuevo...
El amor fraternal y de camaradería no es nuevo, surge naturalmente en medio de las unidades militares y bajo las inclemencias de la guerra. El amor filial también es bastante antiguo. El amor romántico, en cambio es un concepto que efectivamente tiene un par de siglos desde que se formó, y un par de generaciones desde que se popularizó.
Su tuviéramos más amor a Cristo, nunca la acusaríamos de los pecados que otras personas cometen, esos pecados, siempre están fuera de la Iglesia Católica. El pecador puede entrar en la Iglesia para santificarse, nunca jamás encontrará huellas de pecados. Los pecados los cometemos nosotros.
Podríamos decir esta realidad, que la Iglesia Católica es santa por naturaleza. La naturaleza de la Iglesia Católica brotó de la herida del pecho de Jesús, que santificó a su Iglesia,
Todo el que tiene amor verdadero, o desea tenerlo, no podemos acusar a nuestra madre de los males que no cometen, sin embargo, quienes acusan a la Iglesia, son dos clases de personas;
1º. Todo aquel que no vive la vida de Cristo tal como lo enseña la Santa Madre Iglesia Católica, está viviendo como el mundo le pide, prefiere la vida terrenal antes de comprometerse seriamente con el Evangelio de Cristo, si va a Misa y comulga, no puede santificarse, ya que una parte de su corazón lo tiene entregado para sí mismo, negando a Dios, busca las falsas alegrías terrenales, y en el pecado,sacrilegios; en las confesiones y comuniones, no adelanta porque no quiere. Pues Cristo le tiende una mano, pero si no quiere agarrarse a su salvador, se hunde sin que quiera darse cuenta.
2º. Todo aquel que la ataca desde fuera, los que no conocen a la Iglesia Católica, su belleza y santidad, y están obsesionados con acusarla de cualquier tipo de pecados que ellos mismos, los propios acusadores cometen, pero, se desahogan culpando a la Iglesia que es inocente.
Pero los peores enemigos son los que haciéndose pasar por justos, acusan a la Iglesdia católica; en esto vemos como su hipocresía habla por ellos mismos. Son como serpientes que quieren envenenar con sus mentiras. Y no son pocos los que creen tales embustes..
Las opiniones contra la Iglesia católica viene de una vida totalmente desordenada y llena de vicios. No son capaces de ver la luz que resplandece de la Iglesia Católica, esa luz es el propio Cristo.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA:
• 757 "La Iglesia que es llamada también "la Jerusalén de arriba" y "madre nuestra" (Ga 4, 26; cf. Ap 12, 17), y se la describe como la esposa inmaculada del Cordero inmaculado (Ap 19, 7; 21, 2. 9; 22, 17). Cristo `la amó y se entregó por ella para santificarla' (Ef 5, 25–26); se unió a ella en alianza indisoluble, `la alimenta y la cuida' (Ef 5, 29) sin cesar" (LG 6).
LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO
• 796 La unidad de Cristo y de la Iglesia, Cabeza y miembros del Cuerpo, implica también la distinción de ambos en una relación personal. Este aspecto es expresado con frecuencia mediante la imagen del Esposo y de la Esposa. El tema de Cristo esposo de la Iglesia fue preparado por los profetas y anunciado por Juan Bautista (cf. Jn 3, 29). El Señor se designó a sí mismo como "el Esposo" (Mc 2, 19; cf. Mt 22, 1–14; 25, 1–13). El apóstol presenta a la Iglesia y a cada fiel, miembro de su Cuerpo, como una Esposa "desposada" con Cristo Señor para "no ser con él más que un solo Espíritu" (cf. 1 Co 6,15–17; 2 Co 11,2). Ella es la Esposa inmaculada del Cordero inmaculado (cf. Ap 22,17; Ef 1,4; 5,27), a la que Cristo "amó y por la que se entregó a fin de santificarla" (Ef 5,26), la que Él se asoció mediante una Alianza eterna y de la que no cesa de cuidar como de su propio Cuerpo (cf. Ef 5,29):
• 867 La Iglesia es santa: Dios santísimo es su autor; Cristo, su Esposo, se entregó por ella para santificarla; el Espíritu de santidad la vivifica. Aunque comprenda pecadores, ella es “ex maculatis immaculata” (“inmaculada aunque compuesta por pecadores”). En los santos brilla su santidad; en María es ya enteramente santa.
• 1426 … como la Iglesia misma, esposa de Cristo, es "santa e inmaculada ante Él" (Ef 5,27)….
Si ante Dios, la Iglesia Católica es santa e inmaculada, no podemos pensar lo que es contrario. Si nuestra oración agrada al Señor, el tentador no puede convencernos a todos de sus mentiras.
De hecho, hay pecadores que deciden apostatar de la Iglesia Católica, porque Ella, aunque atraen a pecadores a la conversión, y algunos que no quieren renunciar a sus pecados, tienen necesidad de seguir dentro de sus tinieblas, y la Iglesia Católica nos enseña el camino de la Luz, del perdón, de la conversión de corazón, la saludable penitencia, salvación eterna. Esto se sabe por personas que aman a la Iglesia Católica. Pero los malos hábitos del pecado, oscurecen y corrompe la inteligencia, quieren vivir y morir en pecado. Como si Dios no existiera.
Las tentaciones del demonio, son bastantes incómodas, pero triunfar sobre cualquier tentación, sabemos que hemos de recurrir a Cristo, constantemente.
ENSEÑA EL CONCILIO VATICANO II
• «La Iglesia, cuyo misterio está exponiendo el sagrado Concilio, creemos que es indefectiblemente santa. Pues Cristo, el Hijo de Dios, quien con el Padre y el Espíritu Santo es proclamado «el único Santo», amó a su Iglesia como a su esposa, sacrificándose a sí mismo para santificarla [Ef 5,25-26], la unió a Sí como su propio cuerpo y la enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios, por ello, todos, lo mismo que pertenecen a la Jerarquía que los apacentados por ella, están llamados a la santidad, según aquello del Apóstol Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación [1Tes 4,3; Efesios 1,4]. Esta santidad de la Iglesia se manifiesta y sin cesar debe manifestarse en los frutos de la gracia que el Espíritu produce en sus fieles. Se expresa multiformemente en cada uno de los que, con edificación de los demás, se acercan a la perfección de la caridad en su propio género de vida; de manera singular aparece en la práctica de los comúnmente llamados consejos evangélicos, ésta práctica de los consejos, que, por impulso del Espíritu Santo, muchos cristianos han abrazado tanto en privado como en una condición o estado aceptado por la Iglesia, proporciona al mundo y debe proporcionarle un espléndido testimonio y ejemplo de esa santidad.
[Vaticano II, L. G., cap. 5, núm. 39. Pág 80-81. BAC Minor].
¿Qué la Iglesia es pecadora? Únicamente están en el corazón y en la mente de quienes no quieren contar con Cristo ni su Iglesia Católica, esta es la realidad: el amor nos enseña que la Iglesia sí, es verdaderamente santa e inmaculada, Estas enseñazanzas de la Iglesia, que leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica, en documentos del Concilio Vaticano II, no son ideas ni opiniones personales, es el fruto de vidas entregadas a Dios, en servicio de la verdad, y para enseñar, y enseña todo lo que Dios quiere, y no el mundo que está en guerra con Dios.
Hay un refrán que dice, “se cree el ladrón que todos son de su misma condición”. Por eso, insistiendo una vez más, que todos los que acusan a la Iglesia de pecados, significan que no están dispuestos a la propia conversión.
Pero, lean y mediten más extensamente el Catecismo de la Iglesia Católica, de los documentos del Sagrado Concilio Vaticano II, abran sus corazones a Cristo, entonces os convenceréis que la Iglesia Católica es santa, pecadores somos nosotros que buscamos la santidad de Dios por medio de su Iglesia Inmaculada.
Ahora vamos a ver, que es lo que dice la Palabra de Dios.
Cuando un alma comete pecado, no haciendo caso a los remordimientos de su conciencia, que Dios le habla, que se arrepienta, que vuelva a la Iglesia y será perdonado.
La costumbre de pecar aleja el alma de Dios, aleja de la Iglesia. La Iglesia está abierta para los pecadores que quieren arrepentirse y convertirse y vivir en santidad.
No se queden con mis palabras sino con la Palabra de Dios y enseñanzas de la Iglesia Católica.
Empeñémonos en leer y meditar serenamente las Sagradas Escrituras. Son alimentos como la Eucaristía, que nos ayuda a vivir conforme al Corazón de Cristo.
En esta ocasión he buscado entre los trabajos insignificantes que tengo guardados, insignificantes, por lo que me toca a mí, no a la doctrina de la Iglesia Católica.
Ha sido algo extenso por lo que lo he modificado algunos puntos para este momento.
Repito, tendré encuenta lo de los enlaces.
Sí, si se arrepiente, confiesa y tiene el firme propósito de no volver a robar.
Lo mismo un homosexual que haya cometido actos homosexuales. No hay ninguna diferencia, a menos que se agregue al pecado el escándalo. Un ladrón no puede andar presumiendo sus robos y así ir a pedir la Eucaristía. Tampoco un homosexual.
No me agrada el argumento "naturalista" en defensa del instinto heterosexual. Los humanos somos muy diferentes del resto de la Creación, justamente porque podemos dominar a esa Creación. Así como dominamos el instinto de matar al primer fulano que nos mira feo, también dominamos el instinto reproductivo. No va por allí el asunto, porque luego viene el contraargumento de la homosexualidad animal y no llegamos a ningún lado.
Como seres humanos, hijos de Dios, nuestra misión es muy diferente de la del resto de la Creación. Para un homosexual su reto es mayor, pues tiene que dominar su instinto "desviado" (dicho esto sin que sea peyorativo) y conducir esa energía hacia su propia santidad, cosa que al resto de las personas no les pasa. De allí que este grupo social requiera más caridad y comprensión de los demás. Es como si le exigiéramos ponerse de pie para oír el Evangelio a quien vive postrado en una cama: Le será muy difícil, y si lo logra, merece más aplauso que quien lo hace naturalmente. Claro que escuchar el Evangelio acostado no es pecado, pero ustedes me entienden la analogía: Un gay (homosexual, no veo la diferencia) que consiga ser católico merece un aplauso mayor que quien no nació (obtuvo, no veo la diferencia) con esa tendencia.
Y es que, cuánto más se habitúe el pecador en el pecado, pierde el remordimiento de conciencia, y ha perdido de vista el camino de la luz que lleva a la salvación.
Para terminar, léase el capítulo 8 de San Pablo a los Romanos.
Doy por terminado este capítulo.
Con perdón, no me parece adecuado dar este final al capítulo, porque el final que ofrece la Iglesia es otro, y mucho más caritativo.
No es cierto que a un homosexual:sodomita (terrible comparación, no es lo mismo, ni de lejos) le dé lo mismo la moral. Si eso fuera cierto, no sufriría, y sufre.
Lo peor que podemos hacer los católicos es mostrarle ese rechazo y falta de esperanza. No. No es así. Hay esperanza y mucha. Hay amor y mucho. La Iglesia nos acoge a todos los pecadores con amor, ninguna categoría de pecado, ni las peores, es ajena al amor de Cristo. No, no es la última palabra. Ni de lejos: Esa desesperanza se acabó el día que Cristo resucitó.
Y yo me pregunto: ¿qué tiene que ver todo eso con la homosexualidad? La Iglesia acepta la homosexualidad como tendencia "natural" intrínseca de ciertas personas. ¿Acepta la tendencia a odiar a otras razas, a empatizar con los maltratadores que golpean a sus esposas, a los hombres que ven en las mujeres sólo un trozo de carne...? No, yo creo que no. Se puede ser una persona moral y ser homosexual, vivir en comunión con la Iglesia y en Gracia. Pero esa tendencia que conduce a la homosexualidad, si se practica, mancilla la Gracia. Y me pregunto: ¿se puede ser machista o racista, se puede aplaudir la violencia, pero ser santo si no se practica? Yo creo que no...
Entonces, si Iván se mantiene en el celibato, cosa que es muy loable cuando surge de un movimiento interior de pureza, ¿tiene más mérito moral que si vive en unión con otro hombre donde primen el amor (sí, sí, el amor), el respeto, el orden y la justicia? Pues yo creo que no, lo siento mucho si se ve mal.
Y en cuanto a lo que dice José Luis, no puedo estar más en desacuerdo. En la homosexualidad no se "cae", como dice. El que es homosexual no puede evitar sentirse atraído por otras personas de su sexo. Es "su" tendencia, como el león tiene tendencia "natural" a cubrir a la leona, por ejemplo.
Si el modelo "ideal" de homosexual es Franco Zefirelli, cineasta de cabecera del Vaticano durante décadas, pero Zefirelli no se ha arrepentido como corresponde de sus aventuras juveniles homosexuales, como las ha definido él mismo... ¿No estará fuera de la Gracia, por mucho que él afirme aceptar la doctrina del Catecismo? Sinceramente, sin pretender erigirme en juez, no creo que se arrepienta. Como tampoco se arrepentiría si sus aventuras hubieran sido con mujeres.
Yo no soy una persona culta que pueda citar a tal o cual filósofo o pensador de la historia de la religión, pero sí creo que lo sensato prevalece. Y precisamente porque la Iglesia depende del magisterio del Papa y de sus gobernantes, la civilización occidental ha avanzado, al contrario por ejemplo del radicalismo mahometano, que vuelve siempre a la ortodoxia de un Corán aceptado sólo en sus postulados y versos más extremos. Ojalá la civilización islámica avance del mismo modo algún día.
Por cierto, en Irán, donde se ahorca a los homosexuales en cumplimiento de la Sharia, las operaciones de cambio de sexo son libres y gratuitas. El Profeta no dijo nada sobre el asunto. ¡Cómo son las cosas!
Si el pecado es siempre un acto (aunque se puede pecar de pensamiento, palabra, obra y omisión, ¿no es cierto?), la Iglesia ha sufrido mucho precisamente porque se han resuelto muchos delitos simplemente por la acción purificadora del sacramento de la penitencia, y no de la justicia humana. Y ya sabemos qué consecuencias tiene esa idea, que ha prevalecido durante siglos. La Iglesia ha cambiado, además de manera abrupta (al contrario de lo que suele ser su ritmo, que es muuuy lento), pero ha cambiado. Luego, ¿por qué no cambiar en el futuro? Aceptar la homosexualidad -o mejor dicho, el acto homosexual- no cambia en asaz la idea del Catecismo, creo yo. Siempre que ese acto homosexual se equipare al heterosexual que la Iglesia considere aceptable.
Por último, creo que José Luis rechaza la homosexualidad como justificación de su propia virilidad, que es la principal razón de algunos hombres para tener tal pensamiento. Especialmente entre los más jóvenes, porque ya se sabe que el becerro joven es más impulsivo que su par anciano...
Insistes mucho en lo natural que sería la tendencia homosexual, pero en verdad que algo sea natural no implica que sea bueno o tolerable.
La respuesta de la Iglesia a la homosexualidad no cambiará, como dices, porque no basta con equipararlas al acto heterosexual (que es naturalmente fértil, como sabes), sino que además habría que tener presente que no todo acto heterosexual es aceptado por la Iglesia, sino sólo aquel dentro del matrimonio y abierto a la vida, aspectos que un acto homosexual no puede satisfacer.
Si es por equiparar, un acto homosexual lo sería a la masturbación, y a pesar de que la modernidad también ha intentado que se "acepte", la Iglesia seguirá afirmando lo intrínsecamente desordenado de la conducta.
El matrimonio heterosexual es naturalmente fértil. Pero eso no obsta para que la Iglesia bendiga la unión de dos personas, hombre y mujer, que sean infértiles. Y que el Sacramento los adopte, aunque no puedan tener hijos naturalmente. La condena a la homosexualidad es una excepción con base en prejuicios culturales que no tienen fundamento en la teología. Pienso yo.
El tema de la masturbación se puede responder con el ejemplo de la pareja infértil.
Aunque me salgo mucho del tema: la Comunidad de Madrid acaba de aprobar una liberalización total de los horarios. Con lo cual se podrá abrir todos los domingos que se quiera. ¿Es que la ICAR no va a decir nada al respecto de este tipo de cosas?¿Se va a quedar impasible y centrarse solo en las cuestiones de índole sexual? Para una medida en la que podía estar totalmente de acuerdo...
Desde luego, lo mismo que me fiaría de un médico diabético. Lo que no haría sería decirle "tu diabetes no es una enfermedad".
Para el tema de los matrimonios estériles, les copio el artículo 1084 del Código de Derecho Canónico:
1084 § 1. La impotencia antecedente y perpetua para realizar el acto conyugal, tanto por parte del hombre como de la mujer, ya absoluta ya relativa, hace nulo el matrimonio por su misma naturaleza.
§ 2. Si el impedimento de impotencia es dudoso, con duda de derecho o de hecho, no se debe impedir el matrimonio ni, mientras persista la duda, declararlo nulo.
§ 3. La esterilidad no prohibe ni dirime el matrimonio, sin perjuicio de lo que se prescribe en el c. 1098.
@ Roi: ¿tendría prohibido mantener relaciones sexuales según la ICAR?
Ese sería el caso si la ICAR dijera "sólo se puede tener relaciones sexuales para procrear". No es así.
¿Se va a quedar impasible y centrarse solo en las cuestiones de índole sexual?
La posición de la ICAR frente a un tema local la fija el obispo del lugar. Tendrías que preguntar al obispo de Madrid, entonces.
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