Declaración de Dublín: el aborto directo no es médicamente necesario para salvar la vida de una mujer
Hace mucho tiempo que el derecho a la vida se ha convertido en un tema ideológico, todas las disciplinas científicas siguen aportando datos y conclusiones apodícticas que muestran la gravedad del crimen del aborto. El foco ha cambiado, ahora da igual que haya vida, o que esa vida no vale.
En el pasado los romanos no dudaban que el recién nacido era un bebé pero eso no impedía tener el derecho a dejarlo morir –la expositio– e incluso lo aplaudían según las circunstancias, hoy no se duda de que el bebé en el seno materno lo sea, pero su dignidad se considera inferior a la de un cerdo (sic).
Pero la ciencia sigue ‘erre que erre’. Leo en el blog de Orlando Braga las conclusiones de la Declaración de Dublín, colofón del Simposio Internacional sobre Salud Materna (International Symposium on Maternal Health), celebrado el 8 de septiembre en Irlanda:
- Como profesionales e investigadores con experiencia en Obstetricia y Ginecología, afirmamos que el aborto directo no es médicamente necesario para salvar la vida de una mujer.
- Nosotros sostenemos que hay una diferencia fundamental entre el aborto y tratamientos médicos necesarios que se llevan a cabo para salvar la vida de la madre, incluso si los resultados de estos tratamientos terminan en la pérdida de la vida de su hijo por nacer.
- Nosotros confirmamos que la prohibición del aborto no afecta, en modo alguno, la disponibilidad de una atención óptima a las mujeres embarazadas
Más claro no puede decirse.
Sin ningún tapujo, pero creo que con ingenuidad, el profesor Eamon O’Dwyer, en nombre del Comité del Simposio, señaló que el resultado de la conferencia «brindará claridad y la confirmación a los médicos y los legisladores» sobre este tema.
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