La Iglesia Siríaca (y XI)
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La situación de la Iglesia siríaca al comienzo de la Primera guerra mundial
En diciembre de 1914, el sultán otomano entró en la Gran Guerra del lado de las potencias del Eje, esperando recuperar algunos de sus territorios perdidos a manos de dos viejos enemigos (ahora en el bando aliado): Rusia y Grecia. El plan resultó un desastre, y salvo la exitosa defensa de la península de Gallípoli frente a los británicos, los turcos fueron derrotados en el resto de los frentes. Su preeminencia en el Oriente Próximo árabe tocaba a su fin.
La caída otomana, tras cuatro siglos de predominio, sorprendió a la comunidad cristiana más dividida que nunca. En 1915, la Iglesia siríaca era la más fragmentada de toda la Cristiandad.