Propuesta para el Sínodo (VII): hablemos del pudor
Chesterton afirmó en cierta ocasión que un niño de diez años se asombrará si le decimos que se abrió una puerta y apareció un dragón. En cambio, un niño de dos años se asombrará si simplemente le decimos que se abrió una puerta. Al pensar en esas palabras de Chesterton, siempre me ha parecido que el más listo era, indudablemente, el niño menor, porque una puerta es algo mucho más asombroso que un dragón.
La construcción de paredes y límites es una tarea profundamente humana. Como si fuera un prodigioso mago con poderes semidivinos (¡hecho a imagen del mismo Dios!), el hombre es capaz de transformar el universo a su arbitrio, tomando arbitrariamente un espacio, rodeándolo con paredes y dividiendo con ello el mundo entero en “dentro” y “fuera”. Y no sólo eso, sino que, de forma aún más asombrosa, en el seno de esas paredes crea unos objetos legendarios llamados puertas, que son cuasiimposibilidades metafísicas, pues constituyen un vínculo de unión entre dos conceptos absolutamente opuestos, como el de exterior y el de interior, y permiten así que algo que está dentro pase a estar fuera, como un conejo que sale de la chistera, y viceversa. Los lectores y yo hemos cumplido los diez años y, por ello, todo esto nos parece normal, pero si preguntamos a un niño de dos años, con ojos limpios que no han sido velados aún por la rutina y el pecado, nos dirá que caminamos entre misterios y prodigios.

Magnífica la homilía del Papa ayer, en la celebración de vísperas en la Catedral de La Habana, con obispos, sacerdotes y religiosos de Cuba. Aconsejo vivamente a los lectores que la lean (se puede encontrar
En la sesión extraordinaria del Sínodo de la Familia el año pasado, el representante de la Conferencia Episcopal Belga fue Mons. André Joseph Leonard, arzobispo de Bruselas y considerado un defensor acérrimo de la doctrina y la moral católicas.
Hoy, por ser el Día Internacional de los Blogeros de InfoCatólica… ¿Cómo? ¿Que eso no existe? Si el Patrimonio Audiovisual y el Uso Prudente de Antibióticos tienen sus días (el 30 de octubre y el 18 de noviembre, respectivamente), no veo por qué no han de tenerlo los blogueros de InfoCatólica. Sería una vergonzosa discriminación. Los blogueros infocatólicos también tenemos nuestro corazoncito y, aunque no seamos tan importantes como la Tuberculosis (24 de marzo) o las Marionetas (21 del mismo mes), digo yo que también podrían concedernos un Día Internacional o al menos un Minuto Internacional.
No suelo leer a Monseñor Santiago Agrelo, arzobispo (español) de Tánger, porque en ocasiones me entristece lo que dice, pero creo que conviene hacerlo, porque es uno de los dos obispos elegidos por la Conferencia Episcopal del Norte de África para participar en el Sínodo sobre la Familia. La primera opción de los obispos norteafricanos es









