¿Por qué la Sagrada Familia permaneció en Belén después del Nacimiento?
Jesús nació en una especie de establo, esto se deduce directamente del Evangelio: … y lo acostó en un pesebre,… (Lc 2, 7). Sin embargo, pronto encontraron el cobijo en una casa, según consta en Mt 2, 11 respecto a la adoración de los Magos: Y entrando en la casa,… Los pastores evidentemente adoraron al Mesías en la noche del Nacimiento, según se desprende de las palabras del ángel: … hoy os ha nacido… Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre (Lc 2, 12).
Pero San Lucas, que era tan preciso: Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de Quirino, gobernador de Siria. (Lc 2,2), no habla nada en esos días sobre los Magos de Oriente, aunque refiere a la circuncisión y a la presentación en el Templo.
De las palabras de San Mateo: Jesús nació en Belén, un pueblo de Judea, en tiempo del rey Herodes. Por entonces unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén, preguntando:
Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando: (Dos traducciones de Mt 2, 1), se desprende que los tres sabios llegan a Belén tiempo después del Nacimiento.
¿Pero por qué la Sagrada Familia decide quedarse por todo ese tiempo en Belén? ¿No tenían su casa en Nazaret? Para ellos no había ninguna necesidad de permanecer en Belén ni en Judea. Trabajo, casa, todo estaba en Galilea. Es una incógnita, pero es un hecho de que permanecieron en Judea hasta la persecución de Herodes.
En la obra de Maria Valtorta consta la respuesta. Zacarías, sacerdote y primo de María, insiste en que el futuro Mesías debe permanecer cerca del Templo, porque eso es lo que conviene a su misión.
Ni la Virgen ni San José piensan así, sin embargo, obedecen al sacerdote (¡de la Antigua Alianza!) por lo que el sacerdote es, no por lo que el sacerdote sabe. Toda una lección sobrenatural respecto a la obediencia y la estima que se debe prestar a los sacerdotes.
Pero hay más. Fue Dios quien predispuso la providencia de tal manera que por medio de la obediencia de la ¡Virgen! y San José al sacerdote (en una materia que no era pecado pero en la que evidentemente pensaban de forma diferente), sea más fácil huir hacia Egipto desde Judea que desde Galilea (para ser atendidos por la hospitalaria diáspora judía) en la hora de la matanza de los niños de pecho decretada por Herodes.
Abajo sigue la lectura.
¡Feliz Navidad!