Al que te quite la cartera, dale también el móvil
Quaestio Quodlibetalis 10. Hace dos domingos, fui a misa a la Catedral de Luxemburgo. Es una antigua iglesia de los jesuitas, muy bonita pero también muy reconstruida, supongo que por los destrozos que ocasionaran las guerras mundiales. La homilía fue en dialecto luxemburgués, así que, como imaginarán, no me enteré de nada y empleé el tiempo en contemplar las pinturas y relieves de la catedral.
Me gustó especialmente una representación, de estilo renacentista, de las Bodas de Caná. Cristo y los apóstoles estaban representados con las habituales ropas que asociamos con su tiempo, un manto y una túnica o una simple camisola larga y un cinturón. Sin embargo, los novios de la boda estaban vestidos con las ropas propias del Renacimiento, es decir, del momento en que se pintó el cuadro. Quizá incluso fueran unos novios reales de esa época los que hicieron de modelos para la pintura.
Me encantó ese detalle, porque, para mí, fue un signo de que los hombres de aquella época estaban convencidos de que el Evangelio se cumplía en sus vidas. Les parecía lo más normal del mundo dibujar a Cristo como presente en una boda normal de aquel momento, porque eran conscientes de que realmente estaba presente.
Cuento todo esto porque creo que es un buen prólogo para la cuestión que voy a intentar responder hoy.