23.04.25

Me importan un bledo los valores cristianos y el humanismo cristiano

El mes pasado, leí unas declaraciones de Giorgia Meloni, Presidente del Gobierno italiano, que tuvieron mucho eco en los medios. Me propuse escribir sobre ellas, pero hasta ahora los afanes normales de la vida y los más espirituales de la Semana Santa me lo han impedido. No quiero dejarlas pasar, sin embargo, porque creo que apuntan a una cuestión fundamental:

“Sigo creyendo en Occidente. No como lugar físico, sino como civilización. Una civilización nacida del encuentro entre la filosofía griega, el derecho romano y los valores cristianos”.

Muchos católicos se alegraron cuando se publicaron estas palabras, porque no es frecuente que los políticos mencionen el cristianismo de forma positiva, ni siquiera de refilón. Por eso enseguida difundieron las declaraciones por todas partes, como un ejemplo de lo que debe ser un buen político. Yo también me alegré al leer lo que había dicho Meloni, pero después sentí una gran tristeza.

Leer más... »

21.04.25

Morir en lunes de pascua

El lunes de Pascua es un día bonito para morir. Sin hacerle sombra al Maestro, pero con la esperanza de resucitar corporalmente como Él para la vida eterna. Toda la octava de Pascua, además, es como un solo gran día de celebración, porque la Iglesia sabiamente reconoce que algunas celebraciones son tan importantes que se necesitan más de veinticuatro horas para ellas.

Grande es la alegría de esta fiesta porque sabemos que, aunque seguimos muriendo, la muerte ya no tiene el poder de matar para siempre. La última palabra la tiene la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Desde aquella primera Pascua de Resurrección, los cristianos, como Santa Maravillas, sabemos que “morir ya no es morir, morir se acaba”. Por eso el Apocalipsis puede proclamar: dichosos los que mueren en el Señor.

No obstante, la mayoría de nosotros, incluidos los papas, moriremos con bastantes cosas que purificar en nuestras almas. Eso es lo que significa la palabra purgatorio: purificatorio o limpieza. Lo indicado, pues, es rezar por los que mueren, para que Dios vaya quemando en ellos, con el fuego de su misericordia, todo lo que les impide entrar en el cielo. Recuerdo a un simpático norteamericano que decía: “si a alguien, en mi funeral, se le ocurre decir que ya estoy en el cielo o algo similar, os ruego que le agarréis firmemente de los brazos y le echéis sin contemplaciones a la calle; voy a necesitar muchas oraciones cuando muera”.

Leer más... »

20.04.25

A cambio, solo bendición

Siguiendo la tradición inmemorial de este antiguo y olvidable blog, me alegro de felicitar la Pascua de resurrección a los lectores con unos versos pascuales.

Este año, el soneto es un canto a la maravillosa noche de la vigilia pascual, la noche gloriosa en que Cristo ha vencido a la muerte y del infierno retorna victorioso. Que Dios conceda a todos los lectores y a sus familias sobreabundantes bendiciones de Pascua.

Leer más... »

18.04.25

No hay santo sin cruz

Tenemos unas riquezas inmensas, que no nos merecemos, porque las desaprovechamos como niños malcriados. Una de esas riquezas es la maravillosa poesía religiosa en nuestra lengua, que ya quisieran para sí los demás pueblos de la tierra.

Como demostración, hoy, Viernes Santo, traigo al blog este sabio y precioso poema de Lope de Vega, muy poco conocido por los católicos. Vale, sin duda, por un buen sermón sobre la cruz. Y por un centenar de malos sermones, porque, desgraciadamente, se nos habla muy poco de la cruz, a pesar de que, como dice Lope, sin ella no hay gloria ninguna y su ausencia equivale al eterno llanto.

Si vivimos en una época blandita y hemos olvidado muchas cosas esenciales para un cristiano, dejemos que los cristianos de otras épocas nos las recuerden.

Leer más... »

31.03.25

Prohibido prohibir en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe

En un artículo publicado hace dos días, Alejandro Bermúdez afirmaba que “el Vaticano abre las puertas al cambio de sexo”. Con ello se refería a que el cardenal Víctor Manuel Fernández intentó recientemente convertir en “doctrina” una “controvertida conferencia que dio en Alemania sobre cambio de sexo”.

Desgraciadamente, el artículo describía lo que en efecto ha sucedido. El cardenal Fernández ha publicado como documento oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe una conferencia que pronunció en el país germánico, en la que repetía la doctrina de la Iglesia de que las operaciones del llamado “cambio de sexo” no están permitidas moralmente, pero, como novedad, introducía una excepción: el caso de “fuertes disforias que pueden llevar a una existencia insoportable o incluso al suicidio”. Es decir, cambiarse de sexo es inmoral a no ser que lo desees mucho, mucho, mucho de verdad. Puro sentimentalismo. Como si el hecho de que uno desee mucho pecar hiciera que el pecado fuese menos malo o incluso bueno.

Leer más... »