Y si Cristo no resucitó…
“… vana es nuestra fe” ¿verdad?
No realmente. Esta conocida frase está tomada de la primera carta a los corintios, pero frecuentemente no se cita entera. En su integridad dice:
15:14 Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes.
La diferencia es sutil, pero digna de mantener en mente, porque nos recuerda el estrecho vínculo que existe entre la resurrección de Cristo, y la predicación de los apóstoles, y luego entre esa predicación y la fe que surge en el corazón del cristiano.
No es por mero voluntarismo y credulidad que tenemos fe, sino porque hemos acogido el mensaje de los apóstoles, y ese evangelio no ha llegado hasta nosotros porque algún predicador decidió que Jesús tenía un discurso que valía la pena difundir, sino porque los apóstoles fueron enviados a predicar la resurrección. Y si no ha resucitado, entonces todo lo demás “se cae".
Que el Papa Francisco haya tenido que recordarnos la solidez de esta doctrina es preocupante, porque implica que algunos bautizados seriamente ponen en duda este milagro fundamental (nunca mejor dicho) de nuestra fe.
Personalmente, nunca he entendido que un cristiano cuestione la resurrección. ¿Acaso hay algún defecto en el poder de Dios que le impida volver a la vida a un ser humano? “Es que Dios no actúa así –responden–, como si fuera un mago de feria que hace pequeños milagros". El problema es que quien opina así, ha perdido completamente la fe. Puede que sea deísta (que para creer en un primer motor no se necesita fe, basta con la razón) pero ciertamente no es cristiano, pues es evidente que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, no tiene ningún problema en hablar desde una zarza ardiente, derribar murallas y resucitar a los muertos, de hecho lo hace con cierta frecuencia, tanto antes como después de la crucifixión.
Este pequeño versículo igualmente deja como mentirosos a todos los que hablan de una resurrección de Cristo meramente simbólica, o que ocurriría en nuestro corazón, al escuchar su mensaje. ¡Tonterías! San Pablo está llamando al orden a los cristianos de Tesalónica que habían puesto en duda que todas las personas debían resucitar para el mundo futuro, como lo hacían los saduceos, y si recordamos las disputas que NSJC mantuvo con este grupo en los evangelios, es evidente que estamos hablando de una resurrección bastante carnal.
Recordemos el trozo completo:
12 Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan?
13 ¡Si no hay resurrección, Cristo no resucitó!
14 Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes.
15 Incluso, seríamos falsos testigos de Dios, porque atestiguamos que él resucitó a Jesucristo, lo que es imposible, si los muertos no resucitan.
16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
17 Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados.
18 en consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre.
19 Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima.
Es una cadena lógica y clara de razonamientos que sólo permiten una conclusión: los cristianos que no creen en la resurrección y ponen su esperanza en Cristo sólo para esta vida, son los hombres más miserables, pues permanecen en su pecado, y dignos de nuestra lástima.
17 comentarios
en consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre".
En ese caso que plantea san Pablo, si Cristo no resucitó, ¿Dios no existe o es la fe en Jesucristo la que resulta inútil mientras que permanece la fe en Dios Padre y en el Espíritu Santo? Es decir, ¿es vana la fe en Cristo o en toda la Trinidad divina?
¿Qué pecados nos han de ser perdonados si nuestra fe es vana? ¿Contra quién hemos pecado?
¿Por qué son los hombres más miserables si creyeron en el amor de la Trinidad, se sintieron movidos por su gracia y repartieron el amor que Jesús les predicó?
Sintieron hasta su muerte que Dios estaba con ellos.
Espero que ahora me entiendan cuando digo que NO ES VERDAD que si Jesús no hubiera resucitado VANA SERÍA NUESTRA FE Y NUESTRA ESPERANZA.
Por ejemplo... ¿Cambiaría en algo el deber de ayudar al prójimo? ¿tal vez, el de proteger a los más débiles?
Señores, por favor... lo que Jesús nos transmitió no fue tan sólo un conjunto de reglas (que nos imponemos) con la esperanza de alcanzar una recompensa (lo que sólo sería egoísmo) o de evitar un castigo (lo que sólo sería hipocresía... o precaución), sino unos principios y unos valores que uno debe exigirse a sí mismo en nombre de determinada concepción del bien y del mal, de lo admisible y de lo inadmisible, de nuestra humanidad, de uno mismo.
Siguen sin entenderlo (a Él). Sólo les interesa el caramelo. Vamos, la inmortalidad... cuando son incapaces de saber que hacer o de no aburrirse una tarde de domingo lluviosa.
: )
De coña.
: )
Y si uno no cree en la resurrección de Jesús, entonces puede, tal vez, admirar a Jesús como se admira al Che Guevara o a Chávez, aunque ello exija como condición, en mi opinión, algún problema ocular importante, pero para eso no es necesario cometer el despropósito de decir que uno es cristiano.
Es cierto que el lenguaje es convencional, pero de todos modos conviene guardar el sentido usual de los términos, porque si no no nos entendemos (a menos que se quiera eso). "Cristiano" es el que cree que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, para eso, consultar el voto del 99 % de los bautizados de todos los tiempos.
Y si no, hay tantas opciones que a lo mejor cuadran con nuestra sensibilidad: el budismo, el mazdeísmo, la filatelia, etc.
Son miserables los que no creen en la resurrección, y dignos de lástima, porque todos sus esfuerzos serán devorados por la muerte, y no representan un bien mayor que el de quien decide servir a los dioses paganos.
@ Anónimo: Si Cristo vino a enseñarnos principios y valores ¿en qué sería diferente de Sócrates, Moisés, Mahoma o el Che? Ellos fueron grandes maestros a los que los hombre siguen porque encarnaron la dedicación a principios y a una forma de vida superior.
Todo eso es bueno y podemos acogerlo, pero NSJC ¿es uno más de ellos? Si permaneció muerto, la respuesta es sí, y puedes seguir al que más te guste. En cambio, si resucitó sólo en él pondremos nuestra fe.
Lo que no comparto es que debiéramos tener conciencia de nuestros pecados salvo a través de la ley natural, pero como podríamos ser ateos, no necesitaríamos el perdón de los pecados. Yo no estaría seguro de que el Ché, Hitler, Stalin y muchos políticos hispanos hayan sido conscientes de que no se debe robar ni matar.
Cristo resucitó, pero aunque no hubiese resucitado habría ahorrado, como ahorra, mucha crueldad entre los hombres y nos hubiese mucha bondad o como debiésemos llamarla.
Bruno Moreno escribió sobre la vida de un sacerdote que ejercía su ministerio en varios pueblos y afirmaba que su vida suponía para él una prueba de la existencia de Dios. Acababa diciendo que de no ser así, su vida carecería de sentido. Yo creo que su vida tiene sentido porque resucitó, pero creo humildemente que la vida de este cura y de millones de católicos seguirían teniendo sentido siquiera por el amor que dieron para no encenagar más a la humanidad en el mal. La hipótesis conduce a un absurdo para los que creen en Jesús resucitado porque los cristianos esperamos la gloria de estar con Dios.
Además, la Iglesia católica no rechaza nada de lo que en diversas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Recuérdese a aquel que expulsaba espíritus y lo que dijo Jesús sobre él.
El fin de la vida humana es la gloria de Dios y mejorar el mundo. Se nos examinará de amor. Lo que hacemos o no hacemos a los demás a Cristo lo hacemos o no lo hacemos.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.