La importancia de tratar el tema del Lefebvrismo
Recientemente el padre José María Iraburu culminó su serie de post donde trata la cuestión del lefebvrismo y del filo-lefebvrismo. Una serie que en opinión de quien esto escribe, es una referencia obligada en lo que al tema se refiere, por lo cual con permiso previo del autor la he compaginado en un pequeño libro que se encuentra disponible para descarga en formato PDF:
Filo-lefebvrianos, por José María Iraburu – Descarga los 7 artículos en formato PDF
Algo que definitivamente me llamó la atención, es que en la abundante serie de comentarios que los post recibieron, se repetía de manera insistente y casi machacona la pregunta de por qué era necesario tratar el tema si había muchos de mayor importancia. Otras preguntas iban orientadas a la oportunidad o momento de la publicación de los artículos. ¿Por qué precisamente ahora? ¿Por qué no hace dos años? ¿Por qué no el que está por venir? ¿No es inconveniente por ser un momento crucial en las conversaciones con la fraternidad?. Unos dejaban volar su imaginación alucinando complots maquiavélicos para atacar a los lefebvristas y otros rasgaban sus vestiduras afirmando que un post en este momento podría “arruinar” las conversaciones con la fraternidad.
No pretendo especular sobre las razones por las cuales algún blogger decide tratar algún tema en particular (Generalmente nos enteramos de que tenía proyectado escribir algo cuando publica y no antes). Pero si me parece oportuno reflexionar sobre las razones por la cuales a mi si me parece importante tratar este tema.
Síntomas de una enfermedad
Hace unos cuantos años fui testigo vía correo electrónico una acalorada discusión entre dos amigos católicos. Hasta ese momento habían sido buenos amigos; pero sorpresivamente uno de ellos acusaba al otro de caer en “sedevacantismo”. No llegué a leer todo el debate pero era cierto que la parte acusada había rechazando abiertamente el Concilio Vaticano II. Y si digo rechazado al Concilio es porque recuerdo claramente que no se trataba de una controversia teológica sobre la forma de interpretar algún texto en particular, sino del Concilio mismo: los textos conciliares los había calificado de heréticos y contradictorios con el Magisterio anterior.
En esa ocasión no le di mucha importancia. No hacía falta tampoco tratar el asunto, pues ¿Qué había que tratar? Se trataba de un Concilio Ecuménico, por lo que cualquier apología para defender su validez ante personas que se profesaban católicas me parecía una obviedad.
En lo sucesivo recuerdo que varios amigos apologetas me comentaron haber tenido discusiones similares, y en todas esas ocasiones pensé lo mismo: Bastaría recordarles que es un Concilio Ecuménico y caso cerrado.
Mucho más urgentes y de una magnitud muy superior son los errores del protestantismo, que día a día contaminan y sacan de la Iglesia a tantos católicos poco formados. Combatir los errores del protestantismo ayuda incluso combatir los errores del progresismo, porque este básicamente comparte en mayor o menor grado alguna ideología protestante, por lo que la vacuna contra uno sirve en cierto modo para el otro.
Saltan las alarmas
Pero mi indiferencia a la cuestión lefebvriana cambió a comienzos del año 2010 cuando publiqué un artículo donde el padre José Antonio Fortea hacía una apología al Concilio Vaticano II, post que coloqué realmente como un complemento mientras tomaba el tiempo para escribir algo mi propia cosecha. Al post en cuestión surgieron en diversos sitios un cúmulo de reacciones agresivas y hostiles contra el sacerdote, que iban desde simplemente llamarle “ignorante” hasta insinuar que estaba “poseso”.
Esta inusual agresividad no me pareció normal, sobre todo cuando se trataba de una inocua apología de un Concilio Ecuménico. En aquella ocasión decidí hacer un post con un título algo provocador que sirviera así de una especie de “termómetro” que me permitiera evaluar la magnitud del problema:
Y al mismo tiempo compartir una breve apología del tema:
Y a cada uno de esos post se evidenciaban en los comentarios los síntomas de la misma enfermedad que no era en el fondo sino el mismo problema que aquejaba el protestantismo:
Después de todo, tanto protestantes como lefebvristas intentan imponer el propio juicio al del Magisterio, y terminan adoleciendo en mayor o menor grado de una comprensión imperfecta de la Tradición que rechaza el armónico desarrollo de la doctrina cristiana:
A este respecto comenta el conocido apologeta Dave Armstrong en su libro “Meditaciones sobre el tradicionalismo”:
“Los “Tradicionalistas” [lefebvristas] son más cismáticos y culpables que Lutero y Calvino, en algunos aspectos, porque, como católicos conocen mejor los dogmas tanto de la infalibilidad papal y conciliar, de los cuales hay mucha más certeza ahora que en 1521 - el primero de ellos se definió en 1870… Lutero, por lo tanto, podía disentir con fuerza de la tradición católica aunque técnicamente no desobedecer un dogma definido. Los “Tradicionalistas” no tienen tales excusas (y que es tenue, incluso en el caso de Lutero).
…
Los “tradicionalistas” [lefebvristas] no suelen pensar de forma muy diferente de Martín Lutero en la Dieta de Worms en 1521. Todos los ingredientes primarios están presentes: la duda constante, la creencia de que la Iglesia puede realmente ser encerrado en un cautiverio Babilónico, el despreciar la autoridad, desobediencia a los superiores, un escepticismo casi cínico, un escepticismo pesimista en la promesa de Dios para proteger a su iglesia de error, hiper-racionalismo, una mentalidad sectaria y cuasi-cismática, adopción selectiva de la autoridad y decretos del Magisterio, con el criterio final de una opinión privada. Este no es el espíritu católico. ¿Por qué incluso tienen carácter vinculante en absoluto, si la gente se niega a reconocerlo, y viven constantemente bajo ella? Ese nunca fue el plan de Dios” .
Enfermedad extendida
Preocupaba también observar que el problema no se limitaba a un conjunto de comentaristas refunfuñones que aparecían en algunos blogs en posts relacionados al CVII. La problemática se estaba extendiendo a numerosos sitios Webs católicos, al punto que recibí correos de varios lectores preocupados respecto a cómo esta ideología estaba siendo difundida en el foro católico más importante de la Web por algunos de sus moderadores. Habían llegado al extremo de referirse a Roma como “Babilonia”, e intentaban de manera ya ni siquiera solapada de transmitir una imagen del Papa como un gobernante pusilánime y nefasto:
El padre Julio Meinvielle y su hipótesis del “Papa pusilánime”
Foros de Catholic.net - ¿Roma es la Nueva Babilonia?
Carta abierta a la nueva dirección de Catholic.net
Ante un problema de esta magnitud quedarse de brazos cruzados hubiese sido una enorme negligencia. Es cierto que hay otros problemas mucho más graves, pero la existencia de un problema mayor nunca debe ser excusa para no tratar otro que según todos sus síntomas pica y se extiende. De esto también advierte Dave Armstrong:
“Considero la influencia tradicionalista [lefebvrista] tan peligrosa como el modernismo (aunque obviamente no en número de adherentes), sino incluso más, porque muchos tradicionalistas [lefebvristas] están recubiertos de una apariencia de ortodoxia, y aparecen como devotos católicos llenos de fe (sinceramente, lo concedo), y aún así sin embargo ellos esparcen el veneno de la desobediencia a la autoridad de la Iglesia, de la misma manera que Lutero y todos los cismáticos y herejes de la historia. El hecho de que estos tradicionalistas puedan aparecer como católicos perfectamente ortodoxos, hace de ellos mucho más peligrosos, ya que todo error tiene un elemento de verdad en él con el propósito de engañar a los ingenuos y desinformados (hablo en sentido de la guerra diabólica espiritual, no de los motivos personales de consciencia). Muchos católicos pueden fácilmente comprender la locura y la insipidez de tonterías modernistas pero no pueden tan rápidamente discernir los errores de los “tradicionalistas”, los cuales son mucho más sutiles, complejos y ambiguos”
Ejemplos los vemos a diario: Si aparece algún “teólogo” negando la divinidad de Cristo, apoyando el aborto, el matrimonio gay, negando la infalibilidad Papal, no hace falta un doctorado en teología para saber que no anda bien, pero si vemos a otros citando encíclicas y documentos eclesiales al dedillo (de la misma manera que hacen los protestantes con la Biblia) quizá no podremos detectar donde se encuentra el error con la misma facilidad que en los casos anteriores. En conversaciones que he tenido con amigos católicos que ha sido expuestos a esta ideología, aún estando bien formados, he tenido que detenerme a explicarles por qué Roma no es “Babilonia” ni ha perdido la fe ni es la sede del anticristo. Pero en cambio estoy 100% seguro que no tendría que invertir un minuto de tiempo explicándoles por qué en la Santa Misa no se debe jugar football.
Urgía un antídoto
En este contexto, no hace falta explicar la necesidad de tratar el asunto. Urgía tocar todos aquellos puntos donde con machacona insistencia los lefebvristas y filo-lefebvristas arremeten contra el Magisterio apuntando a la hermenéutica de la ruptura. Algunos de esos puntos que en su momento traté son:
¿Qué debemos entender por libertad religiosa según el Magisterio de la Iglesia Católica?
El Ecumenismo y el Concilio Vaticano II
Es aquí donde los artículos del padre Iraburu no han podido ser más oportunos y considero eran realmente necesarios. Por supuesto, que no todas las medicinas suelen ser del agrado del que la toma; algunas veces tienen un sabor amargo, otras veces, como en el caso de algunas vacunas, producen algún tipo de “calentura”, pero aún así es necesario tomarlas.
Era de esperar también que algunos se sintieran aludidos o retratados, aunque lo que se cuestione no es la persona sino la ideología. En cuyo caso si es así deben tomar en cuenta que si ellos abogan para sí el derecho de criticar duramente al Papa, los obispos y concilios, deben estar dispuestos también a recibir críticas, máximo si son constructivas.
Para finalizar reitero mi recomendación a descargar el breve libro que he armado con las intervenciones del blog del padre Iraburu sobre el tema, al mismo tiempo de volver a poner sobre la palestra el resto de post donde he tratado el asunto.
APENDICE al respecto de la Tradición
1. La Religión Demostrada: “Nadie es libre para explicar a su manera la Sagrada Escritura y la TRADICIÓN; debemos someternos a la Iglesia DOCENTE, establecida para decirnos lo que debemos creer y lo que debemos obrar. … Por lo demás las razón demuestra la necesidad de una regla VIVA para dar a los fieles la noción de las verdades que hay que creer y de los deberes que hay que practicar…Era pues menester un juez VIVO, un interprete autentico para fijar el sentido de la revelación divina y condenar los errores. Por ese motivo el Gobernador Supremo de la Iglesia y los obispos EN COMUNIÓN con el son los UNICOS interpretes legítimos e infalibles de las Escrituras y de la TRADICIÓN, la única regla de la fe y de la moral.” (La Religión Demostrada, Pág. 449, P.A Hillaire, edición Mons. Agustín Piaggo, 1944, Barcelona, Nihil Obstat, Imprimatur.)
2. Cardenal Ratzinger (Carta a Lefebvre,1983): “…habla usted de “afirmaciones o expresiones del Concilio que son contrarias al Magisterio oficial de la Iglesia". Además usted enumera tres textos conciliares “incompatibles”, a su modo de ver, con el Magisterio pasado, añadiendo incluso “etc."… No puede afirmar la incompatibilidad de los textos conciliares - que son textos Magisteriales - con el Magisterio pasado y la Tradición. Le es posible decir que personalmente, no ve esta compatibilidad, y en consecuencia puede pedir a la Sede Apostólica explicaciones. Pero si afirma la imposibilidad de tales explicaciones, se opone profundamente a la estructura fundamental de la fe católica. Sólo es auténtica y tiene autoridad la interpretación del Magisterio, que es el intérprete de sus propios textos: ya que los textos conciliares no son los escritos de tal o cual experto; son documentos del Magisterio.” (Cardenal José Ratzinger, 1983)3. S.S Pablo VI (carta a Lefebvre, 1976): “Este es el asunto esencial…Cristo le ha dado la suprema autoridad de SU Iglesia a Pedro y al Colegio apostólico, esto es al Papa y al colegio de Obispos una cum Capite. Por su naturaleza “el encargo de enseñar y gobernar no puede ser ejercitado excepto en comunión jerárquica con la cabeza del Colegio y con sus miembros” (Constitución Lumen Gentium, 21; cf. también 25). A fortiori, un solo obispo sin misión canónica no tiene en actu expedito ad agendum, la facultad de decidir en general lo que es regla de fe o determinar lo que es Tradición.”
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60 comentarios
Comentario del blogger: Completamente de acuerdo.
Precisamente para eso había puesto entre corchetes la palabra "lefebvristas" luego de la palabra "tradicionalista" en los comentarios que reproduje del libro de Dave Armstrong, porque aunque él no lo escribe, en el contexto y sus propias explicaciones se deduce que el habla de tradicionalismo lefebvrista y no de cualquiera de las distintas formas de tradicionalismo.
Porque desde luego que los católicos somos los más incautos.
Hoy me he cruzado con algunos testigos de Jehová (que eran un par de mujeres mayores) y ¡no veas todo lo que sabían!
En mi Parroquia van por lo menos 60 mujeres de esa misma edad que no saben nada más allá de que Cristo está presente en la Eucaristía y las cuatro devociones varias.
¿Por qué los Católicos "no estudiamos" nuestra Fe? Si es que no la conocemos... ¡Si yo ya terminé las Catequesis y la Confirmación y cada día descubro cosas nuevas y maravillosas!
¡A ver si se soluciona alguna vez!
Comentario del blogger: Es cierto Francisco
Sobre todo en latinoamérica ocurre que los protestantes suelen manejar la Biblia mejor que el católico de a pie. Hay que trabajar en eso, todos juntos.
El progresismo es la desobediencia hipócrita, el lefebrismo es la desobediencia desafiante.
El progresismo diezmó la fe popular fomentando la apostasía de masas. El lefebrismo se ensaña con el "resto" que resiste a contracorriente.
El progresismo provoca escándalos que fomentan en muchos reacciones de piedad y adhesión filial a la Iglesia y al Pontífice. El lefebrismo, cubierto de ropajes de ortodoxia, desvía esa adhesión volviéndola en contra.
No es para nada extraño que en momentos en que el progresismo decae por inexorable fatalismo biológico, el lefebrismo recrudece. Es que Satanás no descansa.
Hasta ahora no me había dado cuenta de eso de que los tradigruñones citan documentos eclesiales como los protes la Biblia.
Y el resumen ese de "un escepticismo casi cínico, un escepticismo pesimista en la promesa de Dios para proteger a su iglesia de error, hiper-racionalismo, una mentalidad sectaria y cuasi-cismática" está muy bien abreviado.
Yo añadiría que son un herbicida para al extensión de la fe y su conversión: atan fardos tan pesados que nadie puede desatarlos excepto en su secta.
Y su cultura de la sospecha es enfermiza... todos hemos sufrido abusos litúrgicos o doctrinales, malos predicadores, etc... pero sin caer en el quejío sistemático.
Entre hoy y ayer se han publicado 2 artículos en ForumLIbertas hablando de la importancia del entusiasmo para evangelizar... Me extraña que aún no hayan ido a comentar que el entusiasmo es pecado, que Knox escribió contra él, que el aburrimiento es garantía de salvación, jajaja...
Comentario del blogger: De acuerdo con la mayor parte de su comentario, excepto con el término de secta para aplicarlo a los lefebvristas. Inclusive si llegaran a consumar un cisma el término no podría aplicárseles, porque serían iglesias en sentido propio.
Cuando se iniciaron las conversaciones se nos pidió moderación de juicio para estos hermanos separados por su voluntad. Muchos adherimos a esta exhortación, pero mucha agua ha corrido desde entonces como para que ya no nos queden dudas de que la "dura cerviz" de estos recalcitrantes está matando inexorablemente la esperanza de su pleno reingreso.
¡Excelente!
Espero que no empiecen con la andanada de insultos.
También me parece aventurado, por no decir arrogante en su más etimológico sentido, que el P. Iraburu por un lado y los lefebvristas chillones por el otro (eso sí, provocados por el primero) se enzarcen en una discusión sobre un tema que el Santo Padre ha confiado a expertos y cuya resolución inminente está, por así decirlo, sub judice.
Comentario del blogger: Pero sucede que mientras avanzan las discusiones los lefebvristas y filo-lefebvristas continúan esparciendo sus errores. Por supuesto que si mientras avanzan las conversaciones ellos se abstuvieran de seguir difundiendo su ideología, no habría mucha necesidad ni urgencia de tratar estos temas, pero como esto no ha ocurrido ni al parecer ocurrirá, por lo cual no es muy sensato hacerse de la vista gorda y mucho menos esperar que los demás lo hagan.
Eran necesarias tales aclaraciones y puntos sobre las "íes", porque también en algunas cabeceras de esta misma página se notaba un dejo proclive al lefebvrismo.
Fue notoriamente valiente y válido el aporte del P. Iraburu, desenmascarando sofismas a granel, demostrando con textos de esta corriente, claramente ofensivos para con el próximo beato Juan Pablo II,anclados únicamente en sus puntos de vista y sin atender a la integridad de las motivaciones que se les oponía. Desviando constantemente la atención del tema principal, denigrando a sus oponentes, en fin tanto la labor del P. Iraburu como la suya, son bienvenidas para todos los que confiamos que "non praevalebunt" contra los que obedecen a Benedicto XVI.
Comentario del blogger: Muchas gracias por su aportación padre Miguel Antonio.
Y lo siento, aunque a algunos le disguste, esa es la verdad. Seamos conscientes y no tercos, la cosa está sub judice y me parece una falta de respeto, cuanto menos, tratar este asunto en estos momentos. Por muy chillones que estén los lefebvrianos (lo de los "filo-lefebvrianos", como no lo entiendo, no lo pongo).
Comentario del blogger: Además de lo ya explicado a Melo, añado que me consta que los artículos del padre Iraburu han ayudado en este momento a ver el asunto mucho más claramente. Y no tendría yo que explicar que ayudar a sacar a hermanos en la fe del error jamás puede considerarse falta de respecto. Bajo esa óptica no podríamos ni siquiera predicar el evangelio.
Lo desmiente la Enciclica de Pío XII, Mediator Dei, que tanto gustan citar los lefebvristas para atacar las reformas de Pablo VI.
"Por tanto, puesto que la Sagrada Liturgia es ejercida sobre todo por los Sacerdotes en nombre de la Iglesia, su organización, su regulación y su forma no pueden depender más que de la autoridad de la Iglesia."
Mediator Dei, 59
Por esto, sólo el Sumo Pontífice tiene derecho de reconocer y establecer cualquier costumbre del culto, de introducir y aprobar nuevos ritos y de cambiar aquellos que estime deben ser cambiados
Mediator Dei,74
La Liturgia de la época antigua es, sin duda, digna de veneración; pero una costumbre antigua no es, por el solo motivo de su antigüedad, la mejor, sea en sí misma, sea en su relación con los tiempos posteriores y las nuevas condiciones establecidas. También los ritos litúrgicos más recientes son respetables, porque han nacido bajo el influjo del Espíritu Santo, que está con la Iglesia hasta la consumación del mundo[14], y son medios de los cuales se sirve la Esposa Santa de Jesucristo para estimular y procurar la santidad de los hombres.
Mediator Dei, 78
Lo mismo que ningún católico de corazón puede refutar las sentencias de la doctrina cristiana, compuestas y decretadas con gran provecho en épocas recientes por la Iglesia, inspirada y asistida del Espíritu Santo, para volver a las fórmulas de los antiguos Concilios; ni puede rechazar las leyes vigentes para volver a las prescripciones de las antiguas fuentes del Derecho Canónico; así, cuando se trata de la Sagrada Liturgia, no estaría animado de un celo recto e inteligente el que quisiese volver a los antiguos ritos y usos, rechazando las nuevas normas introducidas, por disposición de la Divina Providencia, debido al cambio de las circunstancias.
Mediator Dei, 81
Comentario del blogger: Gracias por el aporte Esteban
Está bueno que aclaremos posiciones.
Comentario del blogger: En el enlace citado no digo ninguna barbaridad del padre Julio Meinvielle, cuestiono su deficiente hipótesis eclesiológica y la aplicación que los sectores cercanos al lefebvrismo le dan para afirmar que el Papa Benedicto XVI es pusilánime y cobarde.
Si se quiere atacar al lefebvrianismo, me parece muy bien, pero ahora está fuera de lugar porque no está a nuestro alcance. Está al alcance de quien debe estar: del Vaticano.
Que alguno quiera colocarse al nivel del Vaticano colocando su "granito de arena" en la destrucción de gran cantidad de fieles que pueden unirse definitivamente a la plena comunión, en lugar de dedicarse a construir: pues que quiere que le diga, que sigo sin verlo claro.
Comentario del blogger: Así como predicar el evangelio es un deber para todo cristiano, lo mismo es sacar del error al hermano que lo necesita. Que Roma esté en conversaciones con la fraternidad para que regresen a la comunión plena no significa que el resto no podamos hablar del tema y menos porque alguien lo vaya a tomar como una falta de respecto, faltaba más.
En lo personal mientras yo siga pensando que el tema necesite ser tratado lo seguiré haciendo, por más que haya quien patalee.
permítame dos cosas respecto a su comentario a mi pregunta a algunos comentaristas de esta bitácora.
1) Personalmente, nunca me gustó demasiado leer al P. Meinvielle y no comparto alguna posición suya, pero para hablar de "deficiente eclesiología" me falta mucho currículum. Y por lo que puedo leer en el margen derecho de esta bitácora, estimo que a Ud. más.
2) "Sectores cercanos" es una expresión demasiado general y, por lo tanto, completamente injusta, por generalización y estereotipificación. En este momento, mientras escribo, cercano a mí tengo a un pródigo y a una libertina, pero eso no me transforma en ello, porque, por diversas razones, coincida ahora en este sitio con ellos. Además, en unos minutos, estaré cercano a una santa en vida. Tampoco creo que la santidad se transmita por cuestión de ubicuidad, cercanía física u ósmosis.
Es totalmente injusto enrostrar al Lefebvrismo lo que "sectores cercanos" digan. Del mismo modo que lo sería enrostrar al Opus Dei lo que "sectores cercanos" han hecho en España durante el franquismo, o a Comunión y Liberación las acciones de algunos funcionarios de Berlusconi (o, peor, del propio Berlusconi por ser "cercano" de los "cercanos" a CeL).
En fin, ¿qué tan "cercano" hay que ser para compartir culpas?
¿Somos culpables acaso de los pecados de nuestros familiares "cercanos"?
Discúlpeme, pero esto suena a temporada de caza de brujas. Todo "cercano" es culpable hasta que se demuestre lo contrario.
Según esta lógica, el P. Meinvielle es "culpable" de haber tenido un discípulo como el P. Sánchez Abelenda, pero nadie le tiene en cuenta al arzobispo Aguer o el mártir Sacheri... o al P. Buela, amigo de Iraburu que, aunque desobediente reiterado, parece que en su caso la "obediencia extrema" iraburiana no obliga.
Comentario del blogger: Estimado Walter
1) No hace falta un doctorado en teología para reconocer una hipótesis eclesiológicamente deficiente que no tiene asidero ni en el Magisterio ni en la Tradición. Usted ha cometido el error de afirmar que yo he dicho "barbaridades" del Padre Julio Meinvielle, lo cual es una calumnia en toda regla, pues jamás me he referido a su persona sino a la hipótesis en cuestión. Espero sinceramente que sea un problema de comprensión de lectura y no un intento doloso de deformar mi argumentación. No le quedaría nada bien.
2) Del contexto de mi afirmación se puede entender perfectamente a quienes me refiero con sectores cercanos al lefebvrismo (filo-lefebvrianos) como aquellos que comparten en mayor o menor medida estas posiciones:
1. Aquellos que creen que la Misa del Novus ordo es o inválida o “objetivamente ofensiva a Dios”
2. Aquellos que creen que el Concilio Vaticano II es cualitativamente diferente de los concilios anteriores, o inválido, o intrínsecamente herético, o un concilio con pensamientos con “ambigüedad modernista” o una corrupción o “evolución” de la doctrina católica dogmática, como opuesta al consistente desarrollo (Newmaniana, Vicenciana o Tomista), tal que no es vinculante a los católicos y puede ser no obedecido.
3. Aquellos que creen que el Vaticano II en sus textos magisteriales es la raíz y causa central de la presente crisis modernista, y no las malas interpretaciones de los mismos.
4. Aquellos que creen que el pontificado de Juan XXIII, Pablo XI y Juan Pablo II son cualitativamente diferentes de sus predecesores, o que ellos conscientemente (o incluso inconscientemente) presiden sobre la destrucción de la tradicional fe católica.
5. Aquellos que creen que el ecumenismo o la noción de libertad religiosa, o la salvación fuera de la Iglesia, propiamente entendida a la luz de la Sagrada Tradición – como promulgada y desarrollada especialmente por el Vaticano II – es una radical innovación no presente en la previamente recibida tradición católica.
6. Aquellos que creen que la Iglesia Católica institucionalmente hablando puede actualmente alejarse de la verdadera fe (defectibilidad). Esto incluye nociones conspiratorias de que la iglesia podría substancial e institucionalmente ser infiltrada por movimientos como la masonería, nuevo orden mundial, secularismo radical o humanismo, elementos protestantes, etc.
7. Aquellos que juegan al cisma, a la desobediencia, al juicio privado en nombre de la “Tradición Católica”, por lo que terminan terminan jugando con la verdadera Tradición y construyendo una pseudo-tradición basada en su propia manera de pensar (las tradiciones humanas que hace referencia la Escritura), inmune a cualquier desarrollo posterior, por decir, a 1958.
No es causalidad que quienes se identifican con estos postulados vean en la hipótesis de Meinvielle una especie de "profecía" que se cumple en los últimos Papas incluyendo al actual, pues al no poder entender algunas de sus acciones, terminan concluyendo que tenemos "un Pontífice que con sus actitudes ambiguas, da pie para mantener el equívoco" pues "produciendo hechos equívocos y aun reprobables, aparece como alentando la subversión y manteniendo la Iglesia gnóstica de la Publicidad" (lo cual se ajusta muy bien a lo que sostienen los lefebvristas).
Comentario del blogger: Si desea llamarme "boludo" o "burro" preferiría a que lo hiciera directamente, y sin seudónimos. Como suele usted decir: "Es más viril".
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Por lo demás te felicito y felicito a nuestro querido y luminoso Padre José María Iraburu.
P. Justo
Comentario del blogger: Mil gracias por el aviso, no me había dado cuenta, ya he editado los comentarios en cuestión.
Mil gracias
Comentario del blogger: Gracias a ti, Maricruz
Comentario del blogger: Luis, voy a hacer el favor de dejarte este comentario. No hay mejor evidencia de la catadura moral de algunos filo-lefebvrianos
En cuanto al post en general, que no había leído y ahora sí lo hice, así como los comentarios, hago mía a modo de síntesis la opinión de Beatriz:
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Comentario de Beatriz
El padre Meinvielle fue una persona muy respetable y tenia derecho a hacer las hipótesis que quiera y uno tiene el derecho de disentir, el problema aquí es que su hipótesis es mal utilizada por ciertos católicos para hacer ataques velados a Benedicto XVI. He ahí el meollo del asunto.
17/07/10 12:01 AM
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Comentario del blogger: Ricardo, el problema no radica en que Walter discrepe de lo dicho por alguno de los comentaristas del blog, sino en atribuir al blogger el decir "barbaridades" en contra de del padre Julio Meinvielle. Lo que que sostiene Beatriz es lo mismo que sostuve yo en ese post.
¡Si aun antes del CVII existieron papas pusilánimes y esto nadie que conozca historia de la Iglesia lo niega!
No dude que le falta chapa para siquiera atinar a juzgar la obra -todo o parte de Menvielle., y no dude tampoco que cuando lea a Castellani -también argnetino-, no podrá coinciir con él.
¡Ni por pienso!
Comentario del blogger: Que han habido y pueden haber Papas pusilánimes es algo que nunca se ha discutido. Queda por ver si usted comparte que Benedicto XVI lo sea.
Y si a los lefebvristas y filolefebvristas no les falta chapa para erigirse jueces del Papa y un Concilio ecuménico, no veo por qué yo no pueda juzgar una hipótesis eclesiológica que no tiene asidero ni en la Tradición ni en el Magisterio y la aplicación que los filo-lefebvristas le dan hoy para atacar a Benedicto XVI. Un poco de coherencia nunca cae mal.
Si ha habido Papas pusilánimes a lo largo de la historia, ¿cuál sería el problema entonces en que alguien pueda considerar al papa actual como uno de ellos? Conste que yo no pienso eso, y por supuesto de tener ese tipo de juicios convendría reservarlos para el ámbito privado; pero la pregunta sigue en pie, porque hace al núcleo de la cuestión debatida tantas veces sobre la papolatría. ¿Acaso no puede considerar un cristiano, de acuerdo a su juicio prudencial, que el papa reinante es un pusilánime? ¿O sólo puede pensarse que los papas son pusilánimes cuando han pasado 100 o 200 años de su reinado?
Comentario del blogger: Estimado Mariano
Es posible y comprensible que haya algunas acciones y gestos del Papa que puedan causar desagrado a algunos de nosotros. No siempre podemos saber por qué el Papa hace lo que hace ni tenemos todos los elementos para hacer un juicio al respecto. Sin embargo, si el evangelio nos llama a sentir siempre bien antes que mal de los demás, mucho más cuando se trata del Vicario de Cristo. (El padre Iraburu lo ha explicado bastante claro en su última entrega en el punto 3).
Hay una notable diferencia entre afirmar un hecho concreto y la posibilidad que ocurra. No es lo mismo que yo diga que es posible que haya un Papa homosexual a que diga que el Papa ES homosexual. De la misma manera no es lo mismo que yo afirme que el Papa actual ES pusilánime, cobarde, nefasto, desastroso y toda la línea de apelativos que he visto aplicarles a quienes comparten la tendencia lefebvrista, a que reconozca la posibilidad real de que un Papa pueda serlo.
Ahora bien ¿Hasta dónde es lícito juicios sobre el Papa? ¿Hasta dónde llega la línea exactamente que no debemos cruzar? Después de todo es doctrina católica definida en números concilios que “La Sede de Pedro no puede ser juzgada por nadie”, “Nadie juzgue a Pedro”, “El Papa no puede ser objeto de juicio”.
Obviamente esto aplica al Papa mientras es Papa, no excluye hacer juicios históricos sobre Papas fallecidos, pero más que dilucidar donde está la línea para ver que tan cerca llego o como juego al equilibrista sobre ella sin caerme (eso se lo dejo a los teólogos) creo que se trata de simple sentido común: No es sensato sembrar desconfianza hacia la persona del Papa Vicario de Cristo en la tierra.
Hace unos meses cuando salió la noticia de que en Lucerna había algunos católicos repartiendo preservativos muchos sentimos indignación porque ante una noticia así es de esperar que el obispo tomara cartas en el asunto. Yo en casos como esos prefiero no emitir juicios a la ligera, sobre todo si no me consta que el obispo del lugar ha hecho realmente algo (puede ser que si hizo no haya salido en las noticias), sin embargo, acto seguido hubo quien sentenció que si Roma no se pronunciaba al respecto era la Nueva Babilonia (No estoy hablando de un sitio lefebvrista sino de un foro católico en un tema abierto por uno de sus moderadores). Y luego se tomó el tema para machacar la idea una y otra vez de que teníamos un Papa “secuestrado” y “pusilánime” al punto que luego cuando tuve oportunidad de hablar con una de las personas influenciadas por estos post me terminó afirmando sin pestañar que Benedicto XVI era un Papa “que consiente un asesinato masivo de almas”
Y así como este el modus operandi se repite: Se parte de una noticia escandalosa –con o sin suficiente información para hacer juicios de la materia- para sembrar desconfianza contra el Papa. Se barniza esto con ejemplos de algunos santos que hicieron críticas puntuales a los Papas de la época para justificar sus ataques hoy (velados y no tan velados) sobre Benedicto XVI.
Es en este contexto donde las hipótesis de Meinvielle son utilizadas por sectores filo-lefebvristas, porque allí se habla de la existencia de un Papa que con sus actitudes ambiguas alienta el error y la subversión y se adapta muy bien a la opinión que tienen de Benedicto XVI.
José Miguel gracias por tu post y por sacarle la máscara a este "luis" que tan cansado nos tiene a todos. Los post tuyos y los del Padre Iraburu son muy oportunos. Algunos motivos:
1) Por razones obvias los progre no se dejan mucho ver por aquí y su prédica seguramente tendría poco o ningún efecto en el 90 % de los lectores de infocatolica.
2) Pero comenzaron a aparecer los lefebristas. Muchas veces aplaudiendo comentarios, pero tambièn destilando odio contra Juan Pablo II, el Concilio, los nuevos movimientos, etc. Generalmente disfrazados de ironías. Dado que parten de posiciones más afines a las de la mayoría de los lectores, el peligro que los infectaran era mayor. Yo mismo me encontré dudando, por instantes, ante ciertos planteos aunque en seguida, como siempre, me aferré a Pedro. Por eso en otro blog de este sitio dije alguna vez que si algunos comentarios (no del blogger impecable) seguían de esa manera debería abstenerme de leerlos, dado que ponían en peligro mi fe.
3) Por tanto ante el intento de copamiento premeditado o no de los filo lefebristas se les hizo saber con caridad que están en la mentira y deben convertirse.
Comentario del blogger: Ha hecho usted bien estimado Dr. Sonnel
Permítame decirle, que en la cuestión lefebvriana, hay en mi opinión, un vacío de información abismal. Aún estando claramente de acuerdo con su artículo, considero insuficientes los 7 del Padre Iraburu, y la docena que pueda haber diseminada en los blogs de infocatólica. Resalto el hecho, de que el Padre Iraburu ya dejó suficientemente claro, que todo lo que tenía que decir sobre la FSSPX y los filolefevbrianos está ya dicho.
En mi opinión, lo que han hecho ustedes, es dar a conocer únicamente la punta de un iceberg: el filolefebvrianismo.
Y es que sorprende ver, a los autodenominados como "verdaderos" católicos, desconectados a su vez de la Iglesia Católica; asistiendo a misas y recibiendo sacramentos cuando no inválidos, ilícitos; e impresiona más el observar como esto mismo es además de manera aparente "peccata minuta" para unos católicos que sin ser teólogos, de forma audaz parecen conocer "encíclicas y documentos eclesiales al dedillo". Si en esto están las bases de una nueva herejía, esta es sofisticada en extremo y la situación sería preocupante.
El estado de alarma, se agudiza aún más, cuando se tienen en cuenta los testimonios de los que precisamente abandonaron la FSSPX al darse cuenta de su error. Y esto no es todo: la falta de caridad, para con estos por parte de los lefebvrianos es brutal; lo que denota un sectarismo agresivo que no tiene nada de cristiano y mucho menos de católico.
Los errores lefebvristas podrían estar, a estas alturas, diseminados entre un sector abultado de católicos tradicionales; no sabemos la amplitud de este problema. Pero de ser esto cierto, se le podría atribuir a esta causa, como una de las razones principales, por las cuales Summorum Pontíficum habría encontrado tantas resistencias por parte de numerosos párrocos y obispos; los cuales, lógicamente se habrían olido el lefevbrismo demandante de cierta feligresía. Por supuesto, todo esto para mayor desmayo de los que estuviesen apegados al Usus Antiquior... y algo que forzosamente habría que investigar.
Los artículos sobre esta materia que ustedes publican son de vital importancia. No vayan a creer que con esta serie puntual se le puede dar carpetazo al asunto.
Fíjense bien y no olviden, el hecho sintomático del gran número de páginas web que se declaran como católicas, y que aún sin denominarse abiertamente como lefebvristas, suscriben las tesis de la FSSPX una por una, en un espacio de tiempo relativamente breve.
Y es que se hace difícil para un católico, el reparar en estos asuntos, porque se dá por supuesta la ortodoxia católica (como bien ustedes indican), precisamente de los que predican lefebvrismo puro, duro y sistemáticamente; eso sí: de forma solapada.
Todo esto apunta a un verdadero Caballo de Troya lefebvriano; peligroso en extremo aún para católicos bien formados.
Con esto le quiero hacer partícipe de la importancia que el tema del lefebvrismo suscita (en este caso el de un lector).
Reciba un cordial saludo, y le ruego que perdone lo largo de mi comentario.
Comentario del blogger: Yo estoy de acuerdo con usted respecto a la necesidad de ahondar el tema. De allí que haya dedicado dos de las secciones de ApologeticaCatolica.org para eso, la cual con el favor de Dios iré enriqueciendo.
Una para el Concilio Vaticano II:
El Concilio Vaticano II - Documentos y artículos relacionados - ApologeticaCatolica.org
Una para el lefebvrismo:
El lefebvrismo - ApologeticaCatolica.org
José Miguel, no dejen de denunciar este error que puede hacer y de hecho hace mucho daño. Creo que está expandiéndose, entre gente ferviente y católica, y eso es triste y peligroso. Más que creo, lo he visto yo misma en círculo de conocidos y amistades. Les ruego sigan echando luz sobre ello. Gracias y un saludo.
Fdo. Una madre de familia
¿No sabrías decirme si existe otro montaje similar con los artículos sobre "Católicos y Política"?
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A.L.:
Enseñaba Santo Tomás de Aquino que toda virtud (en este caso la obediencia y la ortodoxia católicas) tiene dos vicios contrarios, uno que es visiblemente opuesto a esa virtud y otro que en apariencia es muy similar a esa virtud pero que en esencia no puede ser más opuesto.
En nuestro caso, el progresismo es el primer vicio y el lefebrismo es el segundo.
Comentario del blogger: Creo que no existe un montaje similar con los artículos "Católicos y la política" (por lo menos yo no lo he armado). Por supuesto es una excelente idea hacerlo, yo lo tendré en cuenta para cuando tenga más tiempo libre.
Meditando sobre lo que le he escrito en mi mensaje anterior, he encontrado una particularidad que tiene miga, a saber:
En cuanto a OBEDIENCIA, los progres son vicio similar y los lefes son vicio opuesto. Los progres "parecen" obedecer, los lefes en cambio no.
En cuanto a ORTODOXIA, los progres son vicio opuesto y los lefes son vicio similar, ya que "parecen" ser rabiosamente ortodoxos, en cambio los progres no.
Pues así enreda las cosas Satanás cuando quiere confundir a los que Dios permite que confunda.
"Creo que está expandiéndose, entre gente ferviente y católica, y eso es triste y peligroso. Más que creo, lo he visto yo misma en círculo de conocidos y amistades. Les ruego sigan echando luz sobre ello."
Exactamente lo mismo vengo yo observando. Y es que pone los pelos de punta.
Mire usted, esto del rechazo del CVII llevo años escuchándolo, de boca de fervientes católicos. Jamás le dí la importancia que ahora mismo le doy. Y es que por poco que se hurgue, es algo sintomático que estos católicos vean al CVII como la causa de todas las herejías dentro de nuestra Iglesia; que acusen a los que disienten con ellos como juanpablistas; que pongan en duda la validez del las misas por el Novus Ordo, etc.
¿De donde rayos salen estas teologías? De los púlpitos no. Jamás escuche a un sacerdote predicar contra el CVII, o contra el Papa JPII, o contra el Novus Ordo, o contra los encuentros de Asís o contra el "juanpablismo".
Esto necesariamente ha salido de otras fuentes. Y es que uno de los problemas con el lefevbrismo solapado, es que precisamente porque está encubierto, y a fuerza de repetir sus postulados día tras día, mes tras mes y año tras año, sin que prácticamente nada o nadie lo rebata, hace que estos mismos postulados empiecen a hacer mella en las mentes de fervorosos católicos, que terminan por hacerlos suyos.
Esto es lo que tiene el hábito.
Decía San Antonio, que únicamente un mal libro, es suficiente para destruir un convento. Imagínese hoy, en donde no hay un filtro en internet, para detectar precisamente todas estas lecturas perniciosas, cargadas de lefebvrismo encubierto, bajo la apariencia de un catolicismo ortodoxo. Esto es una auténtica bomba de relojería.
Desde luego va a hacer falta mucho más que un puñado de artículos, para arreglar este desaguisado. Esto ha de costar sangre, sudor y lágrimas. Si no al tiempo.
Ah! y que no se entere la progresía católica de todo este asunto, porque entonces apaga y vámonos...
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Exacto. Esa fuente es el lefebrismo. No es casualidad que la mayoría de los filolefebristas que rondan este portal sean argentinos, porque aquí hay un priorato muy fuerte de ese movimiento. Y son muy agresivos. El trabajo de Mons. Williamson, que pasó aquí varios años hasta ser expulsado por el gobierno, se nota y mucho.
Que la Santa Sede esté estudiando un tema no prohibe hablar del mismo. Y tampoco recopilar y ordenar citas de unos y otros.
Así es más fácil que entendamos las anteriores actuaciones, tanto de la Santa Sede como de los filo-lefe.
Hay errores doctrinales más influyentes que otros, pero todos tienen importancia, en la medida en que apartan o pueden apartar a algunas almas de la verdadera fe católica.
Si "un alma vale una diócesis" (como decía Mons. Scalabrini), cuanto más valen los miles de almas lefebvristas y filo-lefebvristas. Cualquier esfuerzo para sacarlos del error es poco.
No es necesario ser un erudito para darse cuenta que es una deficiente eclesiología cuando se divide la Iglesia en DOS: Iglesia de la Publicidad e Iglesia del Silencio.
Aunque el padre Meinvielle explica que cuando habla de la Iglesia de la Publicidad se refiere al "aparato publicitado de la Iglesia", es evidente para cualquiera que hace esa separación de Iglesia de la Publicidad con un Papa pusilánime, y tan solo hay que hacer una simple búsqueda en google para darse cuenta que más de uno considera esa hipótesis como pre-anuncio o palabras proféticas, es una realidad que se puede verificar fácilmente.
Y resulta paradójico que los adalides de la libertad de conciencia y de la crítica a ciertas partes del Concilio Vaticano II, no permitan que nosotros nos mostremos en desacuerdo con la hipótesis de un respetable sacerdote. Se debate sobre las ideas, no sobre las personas.
1) Respecto al P. Meinvielle, me refiero a "barbaridades" dichas acerca de su obra. Por ejemplo, cuando te refieres a "deficiente hipótesis eclesiológica", respecto a un tema que, además de haber sido tratado por los Padres y Doctores de la Iglesia, lo ha sido por numerosos teólogos contemporáneos prestigiosos.
2) ¿Esa enumeración es exhaustiva, taxativa, enunciativa..., una reducción al absurdo...? No conozco a nadie que las sostenga todas. Algunas son directamente herejías.
¿No te estarás armando un muñeco de paja?
Comentario del blogger:
1) Usted escribió: "¿están de acuerdo con las barbaridades que se dicen en el link citado sobre el Padre Julio Meinvielle?", lo cual inequívocamente afirma de manera calumniosa que yo he dicho "barbaridades" de la persona de Julio Meinvielle y no de su obra. Requiere honestidad rectificar, pero si no puede no insistiré, allá usted y su consciencia.
Y calificar una hipótesis eclesiológica como deficiente no es una barbaridad es una opinión, en este caso muy bien fundamentada porque se refiere a una hipótesis completamente ajena y contradictoria con la enseñanza del Magisterio de la Iglesia y a la Tradición. De cualquier modo le repito: Si los lefebvristas creen tener derecho para juzgar y criticar todo un Concilio Ecuménico, el cual es Magisterio de la Iglesia, mucho más yo lo tengo para juzgar una hipótesis que no solo no es Magisterio sino que es contradictoria con su enseñanza.
2) Si no conoce a quienes se identifique con esos enunciados no quiere decir que no los haya.
P.D.: ¿De donde ha sacado que los padres y doctores de la Iglesia han enseñado la hipótesis de Meinvielle? Al parecer no tiene idea de lo que está hablando.
No es necesario traer al P. Meinvielle para sostener o discutir el desgobierno del Papa. Y no es que el Papa tenga que ser necesariamente cobarde o pusilánime, es que tal vez la Iglesia ha llegado a un extremo tal de ingobernabilidad, de tergiversación de los medios, de irreflexión continuada, de cesión de los principios... Tal parece que la figura del Papa se ha convertido en una especie de líder espiritual mediático para los católicos formados que tienen interés en seguirlo, y poco más.
De modo que al contrario que Meinvielle, no creo que exista una gran Iglesia de la publicidad y un pequeño resto fiel marginal, sino una especie de catacumba mediática donde, en medio de la gran infiltración y relativismo mediático, algunos católicos formados y fieles pueden acceder a encíclicas, homilías del Papa, escribir en blogs, etc., y ver que todo está "ok" a diferencia de la realidad diaria en su Parroquia o en su diócesis, pero por eso al mismo tiempo es incapaz de comprender su silencio acerca de los graves problemas internos de la Iglesia.
Por eso seguirán surgiendo legítimos cuestionamientos por el modo en que el Papa por un lado es un guía eficaz en la doctrina, pero por otro parece ajeno al día a día de la Iglesia, en un mundo donde además cualquiera tiene información a dos clicks del ratón, menos parece que el propio Papa.
Da la impresión de que el propio Papa se ve a sí mismo como limitado, por un lado, hacia a fuera, por los medios y la política, como recientemente confesaba en su libro-entrevista; y por otro, hacia a dentro, por temor a reivindicar una figura Autoritaria, que es lo que debería ser, en un mundo que entiende completamente ajeno y hostil a la interferencia de la Iglesia y en una cristiandad descomprometida.
Por eso, a falta del carisma mediático-evangelizador de su predecesor, usa del talante de intelectual que concede entrevistas y escribe libros teológicos, y por lo demás sigue su estilo de Papado consistente en ser artífice de diplomacia político-religiosa, y guía espiritual y moral, señalando, como gran novedad respecto a Juan Pablo II, una gran urgencia de reforma de la Iglesia, pero sin efecto práctico.
Todo ello hace que muchos buenos católicos se desanimen y desesperen al ver sus oraciones por el Santo Padre aparentemente sin fruto alguno.
La posición "objetiva", junto al Santo Padre, es ambigua por no decir nula, ya que no existe posición de la Santa Sede en los asuntos prácticos que destruyen la Iglesia desde dentro cada día, y cuando los hay, son burlados por los temerosos obispos como auténticos toreros.
Comentario del blogger: Es tremendamente injusto decir que el Papa calla respecto a los graves problemas de la Iglesia
Basta echar un ojo al Magisterio moderno, desde Gregorio XVI hasta Pío XII: http://www.gratisdate.org/Magisterio-web/1-magisterio%20por%20fechas-papas-gregorioXVI.htm
Cantidad ingente de encíclicas llenas de condenas y definiciones dogmáticas, duras disciplinas. ¿Qué tenemos de Benedicto XVI? Tres hermosas y filosóficas encíclicas sobre la esperanza y la caridad. Todo perfecto e irreprochable, pero eso no cubre la ausencia, justo en un momento de la Historia en que la Iglesia está más infestada de herejía y podredumbre que nunca.
Como si, cuanto peor está el asunto, más callara la Santa Sede. Es perfectamente comprensible que haya católicos que recen de buena fe porque el Papa sea más que un guía benevolente para el mundo.
El Papa sólo se ha mostrado intransigente con el escándalo de la pederastia en el clero. Y eso cuando ha saltado como una bomba mediática. Y es comprensible y nada criticable, dado el mal añadido que supone para las almas el antitestimonio que supone para la Iglesia.
Pero nos falta el Papa, muchísimo.
Comentario del blogger: Mi percepción del asunto es muy distinta y distinguiría en cada caso:
-Que el Papa no tiene que volver condenar doctrinas que ya han sido condenadas por el Magisterio, aunque si lo considera necesario puede volver a reafirmar (o recordar) la enseñanza (Cosa que si hace el Papa a menudo y cualquiera que lea por ejemplo este portal lo sabe).
-Que el Papa no tiene que tomar medidas disciplinares sobre cada caso particular que ocurre en la Iglesia (haciendo una especie de microgestión), pues para eso está cada obispo.
Un ejemplo: En Religión Digital tenemos a un tal José Arregui escribiendo que la crucifixión de Cristo fue contra la voluntad de Dios, pero San Pablo lo malinterpretó. Yo no espero que Benedicto XVI escriba una encíclica para condenar tamaña tontería.
Otro ejemplo: En el mentado y trillado caso de los preservativos que unos católicos repartieron en Lucerna, no creo que nadie pueda alegar con propiedad que cree que esta bien usarlos solo porque el Papa no salió corriendo a dar coscorrones a aquellos católicos díscolos. La evidencia de que la enseñanza de la Iglesia está clarísima en muchos de estos puntos, es el reciente escándalo que se produjo a raíz de las palabras del Papa respecto a los preservativos en su libro Luz del mundo.
¿Que te gustaría ver al Papa excomulgando a diestra y siniestra?, pues no solo a tí, pero no por eso acuso al Papa de "callar" los problemas de la Iglesia. A muchos de nosotros nos gustaría más celeridad en muchos asuntos que consideramos que urgen, pero de allí a comenzar a despotricar contra el Papa hay mucho trecho.
P.D. Y no nos echemos a morir pensando que hay más herejías que antes. ¿Y si nos hubiese tocado vivir en tiempos en que el arrianismo había dividido el imperio y una cantidad no pequeña de obispos negaban la divinidad de Cristo?. No hablemos de otros períodos de la historia.
En vez de estar criticando al Papa, pon tu grano de arena, es mucho mejor
Entiendo que para Ud. el P. Meinvielle haya sido simplemente un sudaca, pero está hablando de alguien que debatía de igual a igual con Jacques Maritain, Etienne Gilson, Cornelio Fabro, Jean Madiran, Charles de Koninck, Mons. Montini (antes de ser Pablo VI), etc. Antes de criticarlo a la ligera, habría que hacer un pequeño ejercicio de humildad...
Comentario del blogger: En vez de rectificar persevera en la calumnia: En ningún momento he afirmado que el padre Julio Meinvielle sea lefebvrista, ni se puede entender en nada de lo escrito que para mí sea un “sudaca” (lo cual sería una sandez siendo que yo soy de Venezuela).
Una cosa es verle recurrir a la falacia de autoridad, pretendiendo hacer intocable una hipótesis eclesiológica so pretexto de que fue enunciada por un prestigioso sacerdote (obviamente porque no puede fundamentarla con el Magisterio y la Tradición) y otra seguir tolerando calumnias que no son más sino una burda falacia de muñeco de paja. ¿Quiere saber que si es una estupidez? Venir y decir que yo he dicho que el p. Meinvielle es lefebvrista cuando cualquier lector puede ir al enlace citado y ver que es falso. ¿Quiere otra?, venir a decir la hipótesis de Meinvielle ha sido tratada por los Padres y Doctores de la Iglesia sin citar uno solo a ver si nos tragamos el cuento.
Ya he tenido suficiente paciencia con usted, le agradezco vaya con sus calumnias a otro lado.
La Iglesia ideal es irrealizable en la tierra.
Así como el Señor recorrió el camino humillante de la cruz asociado a pecadores, traidores y criminales, del mismo modo el camino de la Iglesia es un camino de anonadamiento y humillación, del que no se puede apartar tampoco el pecado.
El Señor Jesús lo tuvo que vivir: un apóstol (Judas) que estaba más preocupado por la bolsa de dinero (Jn. 12, 5) que por otra cosa y que después lo traicionó. Otros dos apóstoles (los hijos de Zebedeo) preocupados por el puesto que ocuparían en el reino de los cielos (y querían los puestos más altos: a la derecha y a la izquierda del Señor) y mandan a la madre de emisaria (porque no tienen el valor de hacerlo ellos) a preguntarle a Jesús (Mt. 20, 17-28). El apóstol elegido como piedra (Pedro) lo negó tres veces. Nada nuevo bajo el sol. El discípulo no es mayor que su maestro. Si Jesús lo tuvo que vivir y sufrir, nosotros también. El camino de la Iglesia, nuestro camino, está plagado de gracia y pecado hasta que Jesús regrese y todo sea perfecto. Antes, no.
Pero lo cierto es que la Iglesia no se ha apartado de la verdad. Nosotros los católicos veneramos la palabra de Dios y creemos en ella, y El ha dicho: "he rogado por ti".
No obstante me queda una duda en cuanto a que si la "Iglesia de la Publicidad" ha sido considerada efectivamente por el P. Meivielle como "otra Iglesia" o bien hay aquí una expresión poco feliz. O aún si resultara que el P. Meinvielle se ha equivocado en este punto, igualmente encuentro útil hablar de una "iglesia" (en minúsculas) "de la Publicidad". Porque es real que al gran público lo que le venden por "iglesia" es una burda caricatura, en la cual creen también muchísimos que engrosan las estadísticas como confesos "católicos", incluso muchos practicantes. Y podemos estar llegando al absurdo en nuestros agitados días de que la mayoría de los nominalmente ´"católicos", o sea los bautizados, crean que la Iglesia a la que pertenecen, la Unica y Santa, es la de "la Publicidad" y no la real. La confusión que causa esto (que ha favorecido, por ejemplo, la difusión del "espíritu" distorsionador del CVII) es tremenda.
Es por eso que, dejando al margen la inaceptable idea de las "dos Iglesias" al modo en el la interpreta el lefebrismo, me parecería que manejar la la existencia de una "iglesia de la Publicidad" como una IMAGEN impuesta a las mayorías, (católicas y no) responde a la realidad. Es una "iglesia" llena de pederastras, equivocada con Galileo, sanguinaria durante la inquisición, tiránica al evangelizar por la fuerza, codiciosa de poder y dinero, discriminatoria con las mujeres, con los judíos y con los homosexuales, anacrónica con el celibato, etc.
Esto tendría su importancia pastoral. Es lógico que un "católico" que crea que pertenece a la "iglesia de la Publicidad" se va a sentir acomplejado y falto de argumentos para hacer apologética, lo que puede llevarlo a desear abandonar su poertenencia, como hacen habitualmente los jóvenes, aún los formados de manera aceptable. Además, en un ambiente donde se haya impuesto esta imagen acerca de la "iglesia" será casi imposible evangelizar.
Comentario del blogger: Que hayan sectores interesados por vender una imagen falsa de la Iglesia no lo dudo, el problema lo veo yo:
Primero: en que los sectores filo-lefebvristas identifican esta “iglesia de la publicidad” como aquella donde se agrupan aquellos que no son fieles, mientras que en la iglesia de la promesa incluyen a los que sí lo son (Ellos por supuesto se ubican en la esta y a los demás en la otra). En el fondo es muy similar a la ideología donatista donde la Iglesia de los mártires se consideraba la verdadera Iglesia tildando al resto de falsos cristianos, o al protestantismo con su visión de iglesia “invisible” porque esta iglesia de la promesa ciertamente también lo sería. Por supuesto la Iglesia no es así, sino que es UNA, en donde hay trigo y hay cizaña mezclados incluso en cada uno de nosotros, pues todos somos pecadores, de allí que la Iglesia conformada por todos los bautizados sea visible.
Segundo: En atribuir al Papa el papel de alguien cómplice de quienes distorsionan esta imagen produciendo deliberadamente hechos “equívocos”, “reprobables” y “alentando a la subversión”. Toda una calumnia hacia Benedicto XVI.
Y otra consecuencia es que cualquiera se anima a llamarse "católico" porque ¡vaya", yo seré malo, malísimo, pero a esa "pinturita" que venden los medios yo puedo darles lecciones de moralidad.
Lo que yo quiero decir es que podría haber una interpretación válida de la tal "iglesia de la Publicidad", perfectamente ortodoxa y que podría ser útil a la hora de asumir los desafíos pastorales. Los cuales deberían contemplar entre sus objetivos el de desmantelar de alguna manera este tinglado perverso que se ha hecho lugar común en el imaginario colectivo, especialmente gracias al gramcismo que impregna nuestra cultura.
No solo los Arreguis, Kungs y Masiás, como escándalos sonantes, sino en el día a día, se aprecia en los eclesiásticos doctrinas muy sui generis, basada en lecturas del Concilio en parte continuistas, pero también llenas de microrupturas de diversa índole que por los años se han dejado agrietar e infiltrar y ante lo que estamos tan acostumbrados todos, en el día a día, con el pasotismo episcopal de por medio. Ellos, con el Papa a la cabeza, aunque éste como en una posición de bandera blanca, son los responsables, no tú, ni yo. Es lo que hay.
Comentario del blogger: Que hay sacerdotes heterodoxos es cierto, como también lo es que siempre los han habido. Son una minoría ruidosa que hacen mucho daño, pero eso también es una ocasión para aquellos de probada virtud puedan reafirmar la sana doctrina. Ya lo decía San Pablo en 1 Cor 11,18-19.
A esta situación tenemos dos modos de reaccionar: la de los santos y padres de la Iglesia, que en su combate con la herejía se mantuvieron firmes junto a la barca de Pedro, o la de los lefebvristas con su actitud cismática.
Y todos somos responsables en mayor y menor grado de la situación de la Iglesia, por eso yo en este blog tengo muchos artículos defendiendo la ortodoxia católica, y en ninguno de ellos he necesitado denostar al Papa.
El problema con la hipótesis de Meinvielle es que presenta a un Papa pusilánime que está coludido con ese aparato de publicidad por temor o vaya a uno a saber por qué.
Yo no subestimo el poder de la masonería, tiene metidas sus sucias manos en todos lados y cuanto daría por meterlas en la Iglesia Católica (si es que ya no las tiene) pero nunca llegará al Papa, porque eso significaría que Cristo mintió cuando dijo "he orado por ti". A lo mucho un anti-Papa pero a los anti-Papas se les despide con una patada ya sabemos dónde, así que no deberíamos desconfiar ni preocuparnos.
Nos llaman neocons, aunque no entiendo eso de neo-conservadores ¿acaso existen antiguos conservadores? porque si nos llaman conservadores suena demasiado bien, no levanta sospecha, es preferible un término peyorativo. Y nos juzgan sin conocernos exactamente. Somos semi-progres o progres de baja potencia porque no nos rasgamos las vestiduras porque Juan Pablo II besó el Corán, hecho que como a mí, a varios no les gusta, que consideramos un error pero sabemos distinguir entre un error pre-meditado y uno que no lo es. ¿Quién ha dicho que los santos no se equivocan?
Saludos
Tus posts son muy claros y nos ayudan a desenmascarar a los lobos, que solo tienen una idea dividir, confundir y destruir.
Solo hay que ver como te atacan personalmente.
Ya lo dijo el Señor "cuidado con los falsos profetas que se presentan con apariencia de piedad".
Que Dios te bendiga y te fortalesca para llevar a cabo la buena batalla, por la fe que ha sido dada a los santos, como ya la estás llevando a cabo.
Un saludo.
Comentario del blogger: Gracias Pablo, un saludo para ti también Pablo
Comentario del blogger: Escrito está: De lo que rebosa el corazón habla la boca....
Lo de "neocon" = "progre diluíudo" se explica porque el lefebrismo considera progre a todo lo que no le es obsecuente. Pero como habemos quienes renegamos explícitamente de la progredumbre, no pueden entonces llamarnos progres y de ahí el palabro "neocon": no parecemos progres pero ocultamente lo somos. Aunque no tanto. Lo que no obsta para que nos alcance también su infinito repudio.
¿Te repatea que te rotulen "neo-conservador"? ¿Te escandaliza que te consideren "progre-de-medio-pelo"? ¡Hacete lefe y la tendrás "super-clara", sí señor!
Estas manganetas dialécticas me hacen recordar a las que estilaban los predicadores de la izquierda en mis tiempos de estudiante. Tal cual.
Comentario del blogger: Ya está bueno de la quejadera sobre los obispos y el Papa. Mi blog no es para eso, ni para responder réplicas al infunitum de comentaristas insistiendo machaconamente en lo mismo.
Comentario del blogger: Lo que no es lícito es partir de un caso puntual para generalizar trasladando esa situación a la de la "mayoría". Así que dos cosas:
1) Los desaciertos de unos pocos obispos no justifican la desobediencia y los errores de los lefebvristas
2) Claro que puede quejarse todo lo que quieran, lo mismo que yo puedo controlar que no me llenen el blog de esas quejas, y mucho menos cuando intentan justificar críticas injustas contra el Papa. Así que lo a lo dicho dicho: Ya no más.
2. Si te parecen injustas las críticas, pues lo siento. Estás en tu derecho a admitir comentarios. Pero para que veas que también puedo ser "optimista" respecto al pontificado, remito este artículo donde también se ve la mano dura de un pontífice: http://es.catholic.net/escritoresactuales/825/2862/articulo.php?id=49621
Comentario del blogger: Injusto es calificar el gobierno del Papa de "desgobierno" y de calumniarle diciendo que hace silencio ante los problemas de la Iglesia. Aún así veo una mejoría en tus expresiones, pues por lo menos no dices que es nefasto, un desastre y consentidor de la matanza de almas. Gracias demos a Dios que mientras tengamos vida tenemos tiempo de rectificar.
Artículos como el que colocas son los que hacían falta en la reciente campaña mediática en contra de Juan Pablo II en vísperas de su beatificación.
Gracias demos a Dios que mientras tengamos vida tenemos tiempo de rectificar.
Rectifico de mis prontos que son del amor al Santo Padre según el adagio "quien bien te quiere te hará llorar", pero el problema de fondo sigue estando ahí y no lo veo como calumnias al Papa. Pero tampoco lo he culpado nunca sino que humanamente entiendo su presión y el torpedeo. El desgobierno es por la propia vorágine en la que se encuentra la Iglesia, como ya he dicho.
Cuando dije que "consintió" la matanza de Lucerna, usé mal la expresión. Pero un Papa de otrora habría depuesto a toda esa gentuza y la habría excomulgado y mandado a una cartuja en voto de silencio durante cinco años para volver a la Iglesia, en lugar de NADA.
Pero bueno, no espero que cambies de modo de pensar, al menos te agradezco que me permitas expresar el mío, que en nada quiere ser desleal u ofensivo al Papa, sino sencillamente distinto.
Comentario del blogger: Yo, como no se que medidas se tomaron o si se tomaron, no me aventuro a decir que no se hizo nada. La prudencia a la hora de evitar hacer juicios temerarios es una virtud del cristiano.
A propósito comentar que campan a sus anchas por ej. en algún blog de ReL, en concreto en Desde mi Campanario, de un sacerdote para más disgusto, y no entiendo porqué no lo retiran, a pesar de que se han expresado protestas por ello.
En fin... que Juan Pablo II interceda por nosotros.
Considering the tumultuous pontificate of Paul VI, and the confusing signals he was giving, e.g.: speaking about the "smoke of Satan that had entered the Church," yet refusing to condemn heresies officially; his promulgation of Humanae Vitae (the glory of his pontificate), yet his careful avoidance of proclaiming it ex cathedra; delivering his Credo of the People of God in Piazza San Pietro in 1968, and once again failing to declare it binding on all Catholics; disobeying the strict orders of Pius XII to have no contact with Moscow, and appeasing the Hungarian Communist government by reneging on the solemn promise he had made to Cardinal Mindszenty; his treatment of holy Cardinal Slipyj, who had spent seventeen years in a Gulag, only to be made a virtual prisoner in the Vatican by Paul VI; and finally asking Archbishop Gagnon to investigate possible infiltration in the Vatican, only to refuse him and audience when his work was completed -- all these speak strongly against the beatification of Paolo VI, dubbed in Rome, "Paolo Sesto, Mesto" (Paul VI, the sad one).
http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=9018#formComentario
Le agradezco a Lucrecia porque este artículo es muy necesario en estos tiempos en que existen católicos que dividen la Iglesia en DOS: la Iglesia de la Publicidad y la Iglesia del Silencio con un Papa pusilánime coludido con ese aparato publicitario. Los hechos hablan por sí solos. Este artículo demuestra que Juan Pablo II de pusilánime tenía un rábano.
Nadie es perfecto, la parte humana de la Iglesia no es perfecta, nunca lo ha sido y nunca lo será, por eso es tan necesaria la corrección fraterna, la lucha entre el bien y el mal se da también en su interior, porque está conformada por seres humanos. Solo la parte divina de la Iglesia es perfecta. Pero a pesar de la imperfección humana siempre hay algo bueno que reluce. Esa visión monocromática de personas y acciones no es correcta, hay grises. No reconocer todo lo bueno que ha hecho Juan Pablo II y resaltar únicamente sus fallos (que como ser humano los puede tener porque un Papa no es infalible en todos sus actos), yo lo llamo mezquindad intelectual y hay mucho de eso en todo esto. Una persona intelectualmente honesta reconoce las virtudes, talentos, y buenas acciones del otro sin dejar de observar su imperfección. Personas así es muy difícil encontrar.
Continuando con el tema, hay católicos que tienen metido hasta los huesos la hipótesis de Meinvielle y lo juzgan todo bajo ese prisma: un Papa pusilánime coludido con ese aparato publicitario. Amén de otras profecías que también las tienen metidas hasta los huesos. Con esas anteojeras lo observan todo y lo juzgan todo...lo último que he leído es que hay no sé qué escrito que dice que los neocons (o sea, nosotros, je) vamos a "perseguir" a los tradis.
Por mi parte, yo neocon, no tengo la menor intención de perseguir a nadie, al contrario, deseo la reconciliación entre hermanos que comparten la misma fe y adoran al mismo Señor, a pesar de nuestras imperfecciones.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/beatificacion/Juan/Pablo/II/elpepuopi/20110430elpepiopi_11/Tes
"Mañana, 1 de mayo de 2011, Benedicto XVI beatificará a su predecesor Juan Pablo II. Desde su anuncio, esta beatificación ha causado malestar y sorpresa en importantes sectores de la Iglesia católica. Entiendo el malestar, ya que no pocas de las actuaciones de Juan Pablo II fueron todo menos ejemplares e imitables como se espera de una persona a quien se eleva a los altares y se presenta como modelo de virtudes para los cristianos. Me refiero a su manera autoritaria de conducir la Iglesia, a su rigorismo moral, el trato represivo dado a los teólogos y las teólogas que disentían del Magisterio eclesiástico -muchos de los cuales fueron expulsados de sus cátedras y sus obras sometidas a censura"
- la reinversión de los principios teológicos del VII.
- una vuelta a la forma de Iglesia preconciliar
- Su abandono consciente del espíritu y parte de la letra del Vaticano II
- Su represión y duro castigo a más de 500 teólogos conciliares en todo el ámbito eclesial
- su condena y descalificación de los teólogos y de la Teología de la Liberación
- Su silenciamiento, invisibilización y hasta descalificación de las comunidades cristianas de base y de los mártires y testigos de la iglesia de los pobres
- un desprecio por la autonomía de las iglesias
- Su terca y autoritaria oposición a revisar el posicionamiento doctrinal de la jerarquía eclesiástica sobre la ética sexual
- La imposición sin cisuras ni matices del celibato eclesiástico.
- Su negativa a revisar el papel de la mujer en la Iglesia [léase sacerdocio femenino]
- una revancha antimoderna y anticonciliar
http://www.redescristianas.net/2011/04/30/ante-la-beatificacion-de-juan-pablo-ii-redes-cristianas-muestra-su-preocupacion-y-rechazo/
"1. Al margen de su vida y conciencia personal, descubrimos en su gestión dos principios que no compartimos y que han marcado profundamente a la Iglesia católica: de una parte, la reinversión de los principios teológicos del Vaticano II, sustituyendo la imagen de un Dios cercano, inmanente en la historia y especialmente en la vida de los pobres –imagen heredada directamente de Jesús- por la vieja imagen del Dios lejano, transcendente y vinculado siempre al poder; y de otra, la politización o su estrecha vinculación con los poderes económicos (escándalo financiero de Marcinkus), políticos (colaboración con Brzenzinski, Consejero de Seguridad Nacional de EEUU y artífice de la caída del telón de acero) y mediáticos.
2. El resultado de todo esto es una vuelta a la forma de iglesia preconciliar, cuyas consecuencias éticas y espirituales queremos reflejar en los siguientes aspectos que, a nuestro juicio, van en dirección contraria al estilo de Jesús:
Su abandono consciente del espíritu y parte de la letra del Vaticano II sobre la democratización interna de la Iglesia.
Su represión y duro castigo a más de 500 teólogos conciliares en todo el ámbito eclesial, y, sobre todo, su condena y descalificación de los teólogos y de la Teología de la Liberación, lo que supone un desprecio por la autonomía de las iglesias y una apuesta por la ignorancia y la ausencia de creatividad en la Iglesia.
Su silenciamiento, invisibilización y hasta descalificación de las comunidades cristianas de base y de los mártires y testigos de la iglesia de los pobres. Fue (y sigue siendo) clamoroso el silencio jerárquico sobre monseñor Romero, los mártires de la UCA y tantos otros.
Su terca y autoritaria oposición a revisar el posicionamiento doctrinal de la jerarquía eclesiástica sobre la ética sexual a la luz de los nuevos estudios del Evangelio y de las aportaciones de la ciencia y la historia.
La imposición sin cisuras ni matices del celibato eclesiástico.
Su negativa a revisar el papel de la mujer en la Iglesia.
Su ocultamiento de la pederastia, protegiendo y encumbrando a personajes corruptos como Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, entre otros.
3. A nuestro modo de ver, lo que estos gestos revelan es la vuelta de la institución eclesiástica a la “sociedad perfecta y desigual” que se impuso durante el segundo milenio sobre la imagen de “Iglesia de comunión” que venía desde los orígenes cristianos y con la que intentó enlazar el Vaticano II. Algunos significados de esta vuelta, los expresamos a continuación:
Significan una revancha antimoderna y anticonciliar. La oposición y abandono institucional del “agiornamento” interno de la Iglesia (Vat. II) y el rechazo de la secularización y laicidad de la sociedad civil suponen una vuelta al ensimismamiento y una separación e imposición sobre el mundo, una autocomprensión de la propia Iglesia como maestra de la verdad y depositaria única de la salvación. En suma, un nuevo intento de “recatolización” –con peligro de sectarización- que prolonga indefinidamente el “largo invierno eclesial” del que hablaba el teólogo Rahner."
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14538
Son hermanos separados de diferente pelaje.
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