¿Qué debemos entender por libertad religiosa según el Magisterio de la Iglesia Católica?
Hace ya algunos meses publiqué mi apología sobre el Concilio Vaticano II. Incluí también una sección dedicada exclusivamente este extraordinario acontecimiento eclesial con la finalidad de tener en un solo lugar sus documentos, noticias relacionadas, artículos apologéticos y de opinión.
Luego de una larga polémica con varios lectores (que resultaron ser menos de los que parecían) ofrecí tratar con más detalle el tema de la libertad religiosa, pero algunos compromisos laborales y estudiantiles me han impedido dedicar el tiempo necesario para analizar el tema con la profundidad que se requiere.
Sin embargo, acabo de leer un antiguo pero excelente artículo del padre Manuel Álvarez de la Torre, quien explica el tema de una manera tan didáctica y clara que no tiene desperdicio. Quiero ahora compartirlo con ustedes, en caso de que no lo hayan leído todavía.
¿Qué debemos entender por libertad religiosa según el Magisterio de la Iglesia Católica?
——————————————————————————————————————
32 comentarios
Pero es revelador el hecho de que hasta el propio autor del artículo tenga que recurrir a una aclaración, o precisión mayor en los textos de la DH, cómo claramente lo hace en los últimos párrafos. Eso es lo que más me preocupa de la DH: que no es precisa, es ambigua. Creo que se requiere urgentemente una intervención pontificia con el más alto rango magisterial posible, a fin de precisar y rectificar -si acaso fuere necesario- la doctrina de la DH.
Comentario del blogger: Mariano, lo que a ti te parece revelador a mi no me lo parece tanto. En los mismos textos de la Escritura encontramos que se ha hecho necesario abundantes aclaraciones de Magisterio que aclaren el sentido de los mismos, para que estos no sean malinterpretados.
Ahora, yo veo altamente improbable una intervención del Magisterio como la que muchos esperan: Y me refiero a "rectificar" los documentos del Concilio Vaticano II, pero aún así si hay quien quiere esperar por eso puede hacerlo. Eso si, conseguir un banquito cómodo no estaría de más...
Eso sí, a llenarse la boca de que se necesitan católicos en política. Pues, no. Lo que se necesita es la política católica, el Reinado social de Nuestro Señor, y no este engendro demo(no)liberal al que llaman democracia y Derechos Humanos.
Saludos cordiales.
Y el que quiera ver que vea y el que no que siga con "la burra al trigo".
Comentario del blogger: Este tipo de comentarios me reafirma en la necesidad de una sana y equilibrada apologética del Vaticano II.
Me imagino que sabe que su posición es radicalmente opuesta a la posición del Papa y del Magisterio de la Iglesia a este respecto.
El artículo no trata bien los siguientes temas:
1.- Contenido del documento: lo doctrinal y lo pastoral. Valor magisterial de sus diversos contenidos.
2.- La tesis del Estado católico (DH, 1) y la libertad de coacción en materia religiosa.
3.- El doble fundamento natural del derecho a la inmunidad de coacción.
4.- Dignidad ontológica y dignidad operativa como diferentes títulos fundantes de derechos subjetivos.
5.- El justo orden público y los límites al derecho de inmunidad de coacción. Nociones de paz pública, moralidad pública y derechos ajenos. Orden público y bien común conformes al orden moral objetivo. Concepción positivista y naturalista del orden público.
6.- La tolerancia en materia religiosa. Su articulación con la libertad de coacción externa.
Saludos.
Comentario del blogger: A mi me parece que trata el tema que se propuso tratar excelentemente bien.
Leyendo el texto de Manuel Alvaréz, se aprecia sobre el tema una visión conciliadora, en la línea de la "hermenéutica de la continuidad" propiciada por Benedicto XVI.
En síntesis estoy de acuerdo con lo expuesto por Manuel Álvarez, incluso en su percepción de que el Concilio Vaticano II ha usado una terminología desafortunada y muy confusa, lo que ha llevado a muchos a unas conclusiones erróneas, magníficamente expuestas por el autor en el párrafo 22 de su escrito.
Ciertamente un Concilio, mucho más si es pastoral, como se definió a sí mismo, tiene la obligación de elaborar unos textos más diáfanos, responsabilidad que incumplió;de que la terminología es confusa, cuanto menos, lo demuestra que el mismo autor tiene que echar mano de la explicación ofrecida por la Comisión Teológica encargada de elaborar el texto; así que de aquellos polvos, estos lodos
¡Cuanto más claros son los textos que el autor nos trae a colación de León XIII o Pío XI, que algunos de la “Dignitatis humanae” del Concilio Vaticano II!
Comentario del blogger: Yo particularmente (y es mi opinión personal) no encuentro nada confusos los textos del Concilio Vaticano II.
1º.- "Este derecho a la libertad religiosa, de que habla el Concilio Vaticano II, es solamente el derecho a la inmunidad de coacción extrínseca (ya física ya moral) en materia religiosa, es decir, el que no se impide a nadie en materia religiosa ni tampoco se le coaccione a ella. Más aún, lo que existe es el deber religioso, y tan obligante que si no lo cumplo me condeno, de abrazar la verdadera religión y pertenecer a la verdadera y única Iglesia de Cristo; pero debo querer esa religión verdadera y esa verdadera y única Iglesia de Cristo con libertad de coacción extrínseca (ya sea física o moral) y con libertad psicológica. Estoy obligado a abrazar la verdadera religión y la verdadera y única Iglesia de Cristo libremente; esto es, con libertad tanto ,psicológica como de coacción extrínseca (ya sea física ya moral) pero no con libertad moral que no existe".
Sin embargo, cómo conciliar este texto con, por ejemplo, la Proposición LXXVIII condenada en el "Syllabus" (1.864):
2º.- "De aquí que laudablemente se ha establecido por la ley en algunos países católicos, que a los extranjeros que vayan allí, les sea lícito tener público ejercicio del culto propio de cada uno.
(Alocución Acerbissimum, 27 septiembre 1852)
En esta segunda proposición (condenada) se considera "ilícito" todo culto no católico en países católicos (dicho de otro modo, se condena que los países católicos consideren lícitos a esos cultos). Pero cualquier jurista sabe que la calificación como ilícito (esto es, contrario a la ley) lleva por definición un aspecto de coacción externa, pues la ley impide, recurriendo incluso a la coacción -policía, multas...-, toda actividad contraria a la ley vigente dentro de un Estado. ¿Cómo conciliar esto con lo señalado por el P. Álvarez: "no se impide a nadie en materia religiosa ni tampoco se le coaccione a ella"?
Sinceramente, no lo veo compatible. Agradecería que me lo aclarasen.
Comentario del blogger: Yo te sugeriría leer el Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a los cardenales, arzobispos, obispos y prelados superiores de la curia romana del año 2005.
Hay una forma de salvar la posible contradicción pero requiere de una argumentación en varios pasos, que trataré resumir a su mínima expresión:
1) No hay libertad de coacción externa contraria al orden público (=paz pública, derechos ajenos, moralidad pública).
2) No hay libertad de coacción contraria a la moralidad pública.
3) La moralidad pública puede incluir la exigencia de evitar las conductas públicas que puedan poner en peligro la verdadera fe de los hombres.
4) Luego, es legítimo prohibir aquellas conductas públicas que puedan poner en peligro la verdadera fe de los hombres, lo que supone que el Estado sea confesional católico e incluya exigencias divino-positivas en la noción jurídica de moralidad pública.
5) Sin embargo, es lícito tolerar las conductas públicas que pongan en peligro la verdadera fe de los hombres, si hay causa proporcionada para hacerlo.
6) En conclusión: en principio, en su función de custodio de la moralidad pública, es lícito que un Estado confesional católico prohíba cualquier conducta pública que lesione la pública moralidad, si esas conductas representan un peligro la verdadera fe de los hombres. Pero también es lícito que el mismo Estado ejerza una prudente tolerancia si hay causa proporcionada.
Lo que acabo de resumirle es una corriente de interpretación de la Dignitatis humanae que salva la continuidad con el Magisterio precedente. Debo aclarar que no es una corriente mayoritaria. Sin embargo, si se sabe leer entre líneas, el Catecismo de la Iglesia católica parece inclinarse por esa corriente de interpretación.
Saludos.
Nota del blogger: No se admiten enlaces a sitios lefebvristas ni contrarios a la fe católica.
Ignoro el enlace que suministró Pedro, pero me gustaría que Ud. respondiera si:
1) considera al Card. Alfredo Ottaviani "lefebvrista" o contrario a la fe católica en alguno de sus escritos; y,
2) en base a qué argumentos.
Muchas gracias.
Comentario del blogger: Sr. Martin, le sugiero afine su comprensión de lectura. Lea despacio mi comentario si es necesario un par de veces y luego contéstese usted mismo la pregunta de si de alguna parte de mi comentario puede entenderse que yo pienso que el Card. Ottaviani es "lefebvrista"
Le sugiero también revise el reglamento.
Comentario del blogger: luis, Wesley, Aclarateur, Observateur o cualquiera que sea la personalidad de turno. Unas aclaraciones puntuales, ya que veo que no ha comprendido lo que dejé claro en pasados post:
1) Cuando expulso un comentarista del blog, a menos que tenga justas razones para cambiar de opinión, no le vuelvo a aceptar comentarios.
2) Cuando expulso a un comentarista no lo hago por cobardía -como afirma- sino porque este comentarista o viola reiteradamente el reglamento, o recurre a artimañas poco éticas (como ha sido su caso al perseverar no solo en enviar insultos a mi persona, sino en utilizar diferentes pseudónimos para fingir ser una multitud de personas).
3) Si como dice, igual va a seguir "dándose el gusto de escribir", ya es cosa suya. Yo con ignorar los comentarios tengo. Siempre he tenido la dignidad de no ir a donde no soy bienvenido, pero entiendo que no todos pensamos igual.
1. Por exigencias de mínimo rigor y de honestidad intelectual, hay que ir a las fuentes y citar su origen, que puede estar en sitios no católicos.
Le pongo unos ejemplos: si usted quiere citar a san Juan Crisóstomo, y no encuentra traducción en un sitio católico, puede citarlo de un sitio ortodoxo (una de las mejores traducciones de la Divina Liturgia disponibles en internet es de un monasterio ortodoxo); si quiere citar a Rudolph Otto, y a su genial Das Heilige, podría tener que enlazar a un sitio luterano; si se trata de C.S. Lewis, a uno anglicano; si quiere citar el Talmud, tendría que remitir a un sitio judío; y si a Marx, a una web marxista…
Visto el tema que se está debatiendo aquí, es muy probable que Pedro remitiera a una conferencia del Cardenal Ottaviani de 1953. Y que la conferencia se encuentre en un sitio argentino que para usted sería “lefevbrista”. Pero al parecer usted le niega a Pedro la posibilidad de ser intelectualmente riguroso y honesto.
2. Dado que usted se proclama abierto al diálogo y al ecumenismo, y que la Santa Sede trata a la Fraternidad San Pío X como un problema intra-eclesial —no hay cisma, sino desobediencia, dijo el Card. Castrillón—, resulta risible que en tiempos en que hasta los papas citan autores no católicos, remitiendo a las fuentes de rigor, usted censure a quien hace lo mismo.
4. Respecto de Ottaviani, si usted leyera el artículo ignorando el autor, o si alguno pegara fragmentos sin citarlo, apuesto a que usted lo calificaría de “lefebvrista”. No podría actuar de manera muy distinta, dada la superficialidad y rusticidad de su apologética.
Saludos.
PS: Advinanza: ¿quién llamó a la libertad religiosa "delirio"? No vale usar google... :)
Comentario del blogger: Celebro que luego de leer varias veces mi comentario ya no interprete que pienso que el Cardenal Ottaviani es lefebvrista. ¿Ve que leyendo despacio y con calma se entiende mejor?
Le aclaro:
Para cada una unas de las reglas que componen mi pequeño reglamento tengo mis razones, y una de ellas incluye en evitar promocionar innecesariamente sitios contrarios a la fe católica.
Y si yo (el blogger) necesito citar algún recurso que se encuentra en algún sitio no católico, juzgo hasta que punto dicho sitio tiene material contrario a la fe católica y decido si es prudente o no hacerlo. El mismo juicio no lo dejo a los comentaristas, ya que de ser así tendría el blog lleno de enlaces promocionando sitios que no me interesa promocionar. Por tanto, si usted desea citar al propio Papa Benedicto XVI en mi blog, busque un sitio que ni sea lefebvrista ni contrario a la fe católica, de lo contrario no será admitido. ¿No le parece justo? Ya respecto a eso mi reglamento es bien claro.
Respecto al punto dos, creo que una cosa es estar abierto al diálogo ecuménico, y otra estar abierto a promocionar a sitios con contenido contrario a la fe católica.
En mi opinión, si actualmente no se considera al cisma de lefebvre un cisma formal, lo es por lo menos un cisma material. Ya en anteriores ocasiones cité al Papa Juan Pablo II que en la carta apostólica Ecclesia Dei explica claramente:
“Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
3. Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica.. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático (3). Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica (4).
4. La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstolos, "va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad"
...
En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia(8).
Y que haya habido un levantamiento de la excomunión a los cuatro obispos ordenados ilícitamente por Monseñor. Lefebvre no veo que ponga definitivamente fin a este acto cismático. A este respecto rescato un comentario de Daniel en este mismo blog donde aclara:
“El levantamiento de la excomunión a los cuatro obispos ordenados ilícitamente por Mons. Lefebvre no implica de por sí el fin de un cisma. En 1965, Roma y Constantinopla levantaron sus excomuniones mutuas, pero el Cisma de Oriente continúa existiendo...
Si hoy hay o no un cisma tradicionalista es algo que depende de la actitud de fondo de los tradicionalistas, que a veces no resulta muy clara: en definitiva, más allá de cuestiones de detalle, ¿reconocen o no la legítima autoridad del Papa actual, la validez del último Concilio Ecuménico, la validez de la Misa según el actual uso ordinario del rito romano? ¿O creen que la Iglesia en su conjunto, contra la promesa de Cristo a Pedro, ha apostatado y que sólo ellos -un pequeñísimo resto- mantienen la verdad católica?
Los anglicanos tradicionalistas, para volver a entrar a la Iglesia Católica, han aceptado todo el Catecismo de la Iglesia Católica. ¿Estarían dispuestos los tradicionalistas a hacer algo similar?”
Por lo tanto, aunque el Papa haya tenido un gesto de caridad con los lefebvristas levantando su excomunión eso no cambia el problema de fondo y no cambia que los sitios lefebvristas sigan teniendo contenido contrario a la fe católica. Mientras sea así, no admitiré enlaces a sitios lefebvristas.
Respecto al punto 4 bien le haría abstenerse de juicios temerarios.
Respecto al punto 5 me imagino que no necesita usar google para conseguir la respuesta a la adivinanza a quien tiene como fuente a sitios lefebvristas (y que ve necesario citar material que solo puede ser encontrado por esos lares)
1º.- "Por ejemplo, si la libertad de religión se considera como expresión de la incapacidad del hombre de encontrar la verdad y, por consiguiente, se transforma en canonización del relativismo, entonces pasa impropiamente de necesidad social e histórica al nivel metafísico, y así se la priva de su verdadero sentido, con la consecuencia de que no la puede aceptar quien cree que el hombre es capaz de conocer la verdad de Dios y está vinculado a ese conocimiento basándose en la dignidad interior de la verdad".
Por el contrario, algo totalmente diferente es considerar la libertad de religión como una necesidad que deriva de la convivencia humana, más aún, como una consecuencia intrínseca de la verdad que no se puede imponer desde fuera, sino que el hombre la debe hacer suya sólo mediante un proceso de convicción".
Entiendo que Benedicto XVI se refiere a que no puede admitirse nunca el relativismo -puesto que la verdad es Una y, con todas la dificultades que se quiera, es una verdad accesible al hombre- (lo que comparto sin duda), pero que dada la propia contingencia humana (causada -podría añadirse- por la caída de la naturaleza humana en el pecado), el reconocimiento social y universal de esa verdad única es problemática, por lo que se exige "de manera intrínseca" que no se imponga coactivamente, sino con la propia fuerza de su convicción.
Y 2.- "El concilio Vaticano II, con la nueva definición de la relación entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos esenciales del pensamiento moderno, REVISÓ o INCLUSO CORRIGIO ALGUNAS DECISIONES HISTORICAS, pero en esta aparente discontinuidad mantuvo y profundizó su íntima naturaleza y su verdadera identidad.
Benedicto XVI reconoce que hubo de corregirse algunas proposiciones excesivamente rígidas -cómo no pensar en el Syllabus-. Yo creo que es un ejercicio de profunda honestidad el reconocerlo. La esencia de las grandes críticas de los Papas del siglo XIX era la imposición de un relativismo moral, ideológico y político. Los Papas del siglo XX advirtieron que era perfectamente compatible la crítica al relativismo en el terreno moral y religioso con la aceptación de sistemas políticos que profundizasen en una división colaboradora y fecunda -no radical y laicista- de las esferas políticas y eclesiales. En ese sentido quizás sea correcto hablar de una continuidad en lo esencial.
La libertad religiosa, condición para la pacífica convivencia, por Juan Pablo II
Santo Padre: Iglesia no busca privilegios del Estado sino reconocimiento de su identidad y misión
Benedicto XVI: Libertad religiosa implica que poder civil favorezca vida religiosa
La crítica de los papas del siglo XIX a las libertades modernas se refirió a:
- la naturaleza de esos derechos: concebidos como facultades morales de obrar;
- el fundamento: indiferentismo religioso;
- los límites: insuficientes, naturalistas, positivistas;
- el papel del Estado: en relación con la moderación de esas libertades, y sus deberes respecto de la única religión verdadera.
Espero le sirva lo que he mencionado. Es mi último mensaje en éste blog.
Saludos.
Yo estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto en el punto 24:
"24. Por eso el Concilio puso un subtítulo a su Declaración sobre la libertad religiosa...”El derecho de la persona y las comunidades a la libertad social y civil en materia religiosa”. Quizás, pues, sea más preciso decir libertad de coacción extrínseca en materia religiosa que decir libertad religiosa. Puesto que lo que existe es un deber religioso y no una libertad religiosa de profesar la verdadera religión y de pertenecer a la verdadera y única Iglesia de Cristo. Esto lo han defendido siempre los Papas..."
Yo también considero que sería mejor decir "libertad de coacción extrínseca en materia religiosa" en lugar de "libertad religiosa". Así nos evitamos malas interpretaciones por un lado (que no es un deber religioso profesar la religión verdadera), y desconfianza por el otro (infiltración modernista).
Todo sea por la paz y unidad de los fieles.
El lefebvrismo, ¿un cisma que llegó a la herejía?, por P. Carlos Buela
Libertad religiosa: ¿ha cambiado el magisterio?, Por. P. Fernando Pascual, L.C.
Muchas gracias.
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=6534
Aunque tampoco se dice mucho ahí, parece que los motivos de la renuncia son bastante turbios.
De cualquier modo, aunque así fuera eso no resta validez a los argumentos que el padre Buela expone. Lo mismo ocurre con la labor del IVE, creador y fundador de www.apologetica.org, en mi opinión, desde hace más de diez años el mejor sitio de apologética de habla hispana.
Comentario del blogger: Estimado Mariano, revise su comentario y medite sobre él antes de volver a intentar poner un comentario de ese tipo aquí.
Tengo mucha paciencia con los comentaristas, pero todo tiene un límite y no tengo por qué aceptar ataques personales encubiertos con un manto de falsa caridad cristiana.
Al pan pan y al vino vino.
Vaya cosas..
Si se censuran los argumentos de Ottaviani ya a priori, y se califican otros de anticatólicos, la discusión de esta entrada no tiene ningún interés.
Comentario del blogger: Aquí no se ha expulsado a ningún comentarista por ser lefebvrista, ni se han censurado los argumentos del Cardenal Ottaviani, lo que se ha hecho (desde el primer post) es dejar claro que aquí no se admiten enlaces al sitios contrarios a la fe católica (incluidos los sitios lefebvristas).
Si piensa que la conversación no tiene interés, con no participar tiene.
Comentario de blogger: Muchas gracias Cesar.
Comentario del Blogger: Estimado Pedro, me ha parecido muy precisa la forma en que Daniel lo ha explicado, se la reproduzco:
1) El Papa Benedicto XVI ha puesto el diálogo de la Santa Sede con los lefebvristas bajo el control de la Congregación para la Doctrina de la Fe porque los problemas que subsisten entre ellos y la Iglesia son sobre todo de naturaleza doctrinal. De modo que se puede decir con toda seguridad que el lefebvrismo es contrario a muchos aspectos de la doctrina católica actual, o, hablando más lisa y llanamente, contrario a la doctrina católica.
2) Pero es la misma fe católica la que está en juego en el problema lefebvrista, por varias razones:
a) Porque la postura lefebvrista, llevada a sus últimas consecuencias, implica que la Iglesia Católica gobernada por el Papa y los Obispos en comunión con él se ha apartado decisivamente de la verdadera fe cristiana y que ésta subsiste sólo en su pequeño grupo y en otros grupos tradicionalistas similares.
b) Porque la forma de practicar teología de los lefebvristas, apelando al Magisterio pasado contra el Magisterio actual, implica una especie de "libre examen" parecido al de los protestantes. La adhesión al Magisterio vivo de la Iglesia no es una coacción exterior impuesta al teólogo católico, sino que es una dimensión constitutiva, interna y esencial de la teología católica. Quien practica teología rechazando el Magisterio, no hace teología católica. Los lefebvristas practican una especie de "sola Escritura" ampliada, que incluye a la Tradición pasada, pero rechaza a la Tradición actual. Eso es posible tan sólo porque los Papas muertos no pueden desmentir ni sancionar a nadie.
Comentario del blogger: El sitio que enlazó es un sitio lefebvrista, y tiene de contrario a la fe lo que cualquier sitio lefevrista puede tener. Si desea citar al Cardenal Ottaviani busque otra fuente. Y le agradecería que por favor leyera mi reglamento, porque suelo gastar mucho tiempo y esfuerzo explicándolo repetidamente. Los comentaristas deben tener claro que no está sujeto a discusión.
Para terminar, creo que el resumen del lefebvrismo es muy acertado salvo en un pequeño detalle: que la "libre interpretación de la Tradición" se ha dado en realizar por los que debieran haber conservado el sentido original. Su misma entrada sobre la libertad religiosa es un claro ejemplo de cómo se ha interpretado -por un uso del lenguaje ambiguo- malamente la misma, dando a entender que todas las religiones tienen cabida -y la misma cabida- en el espacio público. Y así podemos hablar de muchas otras cosas que no vendrían a cuento. En fin, que si no hubiese habido cambio en el sentido e interpretación del Magisterio no se porque el Papa habla de hermeneutica de continuidad y no de ruptura. Yo ya se que a vd. estas cosas no le convencen y que es perder mi parco tiempo y magras fuerzas en insistir en estos temas, pero como dice S. Pablo, "a tiempo y a destiempo".
Saludos.
Comentario del blogger: Si no pretende invertir tiempo en leer el reglamento, entonces agradeceré no pida invierta mi tiempo explicándole por que lo ha violado.
Respecto al punto dos yo creo que todas las religiones deben tener cabida en el espacio público siempre que no violenten el orden público, aunque eso implique un abuso del derecho, pero derecho al fin. En otras ocasiones lo he dicho: El reinado social de Cristo hay que establecerlo no a base de coacción extrínseca (por medio de la fuerza) sino por medio de una apologética que haya brillar la verdad, sin olvidar que es deber del Estado favorecer la vida religiosa.
Comentario del blogger: Usted fue quien hizo esta pregunta: "Preciso. No creo que haya nada contrario a la fe católica en el sitio que enlacé. Si hay algo, me gustaría saber qué"
Los comentarios están cerrados para esta publicación.