Compaginando los relatos de la resurrección (Parte I)
Entre los comentaristas de la entrada anterior, acerca de la historicidad de los evangelios, vivo interés han provocado las presuntas incoherencias que creen observar los escépticos entre los relatos de la resurrección de NSJC que nos proporcionan los cuatro evangelios canónicos.
Es un tema por demás interesante y desde luego fundamental para la teología cristiana (ya que “si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe” y todo eso), de modo que dedicaremos esta entrada a leer con atención esos relatos, y verificar si existen tales contradicciones.
Un par de “claves” para la interpretación, que nos ayudarán a dilucidar este enigma, son la distinción que debemos hacer entre los evangelios sinópticos y el de San Juan, y el principio de que el silencio no implica contradicción.
La primera clave se refiere a la marcada diferencia que desde un inicio los cristianos notaron entre los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, por una parte, y el de Juan. En efecto, los evangelios sinópticos siguen una estructura similar en cuanto a la secuencia de los hechos, los milagros e incluso las palabras que emplean para relatar los mismos episodios; mientras que el de San Juan parece esmerarse en relatar hechos no contenidos en los otros tres evangelios, consignar otros milagros –a los que llama “signos”—, y en general entregar una perspectiva diferente, mucho más elevada o teológica, de los eventos de la vida de NSJC. A partir de estas observaciones, en general se entiende que el evangelios según San Juan fue el último en ser escrito y que su autor tuvo a la vista el trabajo previo de los otros tres evangelistas.
La segunda clave apunta a tener claro que, para establecer una contradicción, no basta con que un evangelio guarde silencio y no diga nada respecto a un punto sobre el cual otros aportan alguna información. Es cierto que, en algunos casos,el silencio de una persona puede ser interpretado como apoyo (por ejemplo, al asistir a una boda) o rechazo (como cuando un testigo se niega a responder una pregunta directa), pero la conclusión en uno u otro sentido sólo puede fundarse en un contexto previo y debe por lo tanto ir acompañada de un argumento. En general, quien guarda silencio, no dice sí ni no, y por lo tanto esa circunstancia, por sí sola, no puede servir para hablar de una contradicción.
Con esto en mente, vamos a lo nuestro.
¿Quién partió al sepulcro?
Los cuatro evangelios nos hablan de un grupo de mujeres, lo que es relevante como un indicio de credibilidad, porque en la cultura judía de la época, la mujer era considerada inferior al hombre, y no eran admisibles como testigo en un juicio. Los cristianos, al presentar a un grupo de mujeres como las precursoras de la noticia, estaban minando su propio caso (como lo aprovechó el polemista anticristano Celso, en el S. II, al llamar “mujer histérica” a María Magdalena), en circunstancias que habría sido fácil y más conveniente poner a alguno de los apóstoles en calidad de primeros testigos. La claridad e insistencia de los evangelios sobre este punto permite concluir que lo que relatan son hechos directos, tal como ocurrieron y sin intentar mejorar la calidad de las evidencias.
Respecto de quien formaba parte de este grupo, esto es lo que nos dicen los evangelistas:
- Mateo: María Magdalena y la otra María;
- Marcos: María Magdalena, “María la madre de Santiago”, que razonablemente podemos identificar con “la otra María” de Mateo; y Salomé, que aparece en el mismo evangelio, entre las que seguían a Jesús y subieron a Jerusalén con Él;
- Lucas: María Magdalena y Juana, quien a su vez aparece solamente en este evangelio, como una seguidora de Jesús y esposa de un intendente de Herodes;
- Juan: sólo se refiere a María Magdalena.
Algunos han querido ver una contradicción entre lo que relata San Juan y los restantes evangelios, pero incluso en este caso podemos decir con certeza que María Magdalena era parte de un grupo mayor de mujeres que partió al sepulcro. Esto puede no ser evidente a primera vista, pero si leemos con cuidado, vemos que primero María Magdalena dice a los apóstoles “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”, en plural, con lo que queda claro que hablaba por ella misma y por otras personas. Podría pensarse que esta es una mera forma estilística de hablar, pero algunas líneas más abajo, cuando ella llora a solas en el huerto, y le preguntan por qué, responde “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”, en singular. Con ello se establece la diferencia entre una y otra situación.
Tampoco debe sorprendernos que San Juan no se tome el tiempo de nombrar a las otras mujeres que acompañaron a María Magdalena; como decíamos, su relato presupone que el lector conoce alguno o todos de los restantes evangelios.
Respecto al número de mujeres, los evangelistas no han considerado importante consignarlo,pero Lucas menciona tres por su nombre (María Magdalena, María madre de Santiago y Juana) y agrega “y las demás mujeres", de lo que razonablemente se puede concluir que fueron al menos cinco. Es notable que Marcos y Lucas señalen como parte del grupo los nombres de otras mujeres, cuya única otra mención se encuentra en sus respectivos evangelios; seguramente los evangelistas las conocían a ellas personalmente, y quisieron destacarlas. Tal vez hubo más mujeres que también estaban, y no se mencionaron por no ser conocidas de los evangelistas.
¿Cuándo partieron las mujeres al sepulcro?
- Mateo: “Ya para amanecer al primer día de la semana”;
- Marcos: “Muy de madrugada, el primer día después del sábado, en cuanto salió el sol”;
- Lucas: “El primer día de la semana, al amanecer”; y
- Juan: “El día primero de la semana […] muy de madrugada, cuando aún era de noche”.
Aquí no se observa ninguna contradicción, a menos que se la busque entre “al amanecer” y “muy de madrugada, cuando aún era de noche”, pero es evidente que los diversos términos se refieren a la misma hora. También los evangelios son contestes en referirse todos al primer día, después del sábado posterior a la crucifixión.
En la siguiente entrada revisaremos uno de los aspectos que más se suelen discutir hablando de los relatos de la resurrección: la intervención de los ángeles.
20 comentarios
Así que para ti los términos "muy de madrugada cuando aun era de noche" y "al amanecer", evidentemente se refieren a la misma hora... pues vale, como dice el refrán el que no se consuela es porque no quiere.
Pero vamos, es que yo debo ser muy raro pero para mí digamos que la una de la madrugada "cuando aun es de noche", no es lo mismo que por ejemplo las siete "al amanecer".
según el diccionario de la RAE madrugada tiene tres significados:
1. f. amanecer.
2. f. Tiempo posterior a la medianoche y anterior al amanecer.
3. f. Acción de madrugar.
Simplemente tú estás usando la segunda definición y la Biblia usa la primera. Es perfectamente comprensible el sentido y se refiere al periodo de "un poco antes de salir el sol" hasta "cuando el sol aun no terminaba de salir" y por eso se usan expresiones como "aun era de noche", "amanece" y "madrugada".
He leído muchas explicaciones dadas por grupos de católicos a ti y otros críticos de nuestra Fe y quizás lo que voy a decir caerá en saco roto, pero aquí va: para analizar cualquier libro escrito en otra época (no solo la Biblia) hay que entender la cultura y época en que fue escrita, tratar de interpretar el libro sin esta base es, historiográficamente, un grave error.
En el caso en cuestión, para esa época, es extraordinariamente precisa la descripción de a que horas pasó aún mas si comprendemos que los autores humanos de los Evangelios tenían en mente a la comunidad de fieles como los receptores de sus escritos. Todos sabemos que entre amigos y familiares usamos palabras y conceptos perfectamente comprensible para nosotros y nuestros conocidos, aunque "técnicamente y de manera absoluta" puedan tener quizás un sentido un poco diferente, ejemplos sobran, al desvelarnos y acostarnos después de la medianoche aun nos despedimos con un "Hasta mañana", cuando técnicamente es el mismo día.
Probablemente no estarás de acuerdo conmigo, pero seguramente en lo siguiente si lo estás: no existe contradicción en la Biblia en éste punto, la literalidad está presente el primer sentido de las definiciones de la RAE.
encontrar el sentido profundo de sus vidas. Que nuestra Madre, la Santisima Virgen Maria sea su intercesora.
Si dentro de mil años alguien encontrara un cómic de Superman y le diera por creer que refleja hechos y personajes reales, sería absurdo plantear una investigación para averiguar si existieron Smallville o Metrópolis, si los astrónomos de nuestros días tenían conocimiento de la existencia de un planeta llamado Krypton o si existió alguien llamado Clark Kent que encaje en el perfil de Superman.
Sería todo mucho más sencillo, con revisar los superpoderes del ínclito hombre de acero y ver su imposibilidad física ya quedaría claro que no puede tratarse de un relato de hechos verdaderos.
Todo lo demás es no separar el grano de la paja.
Saludos.
Es una broma, de buen rollito al menos por parte mía, pero reconozca que me lo ha puesto a egg. Y no me he podido aguantar. Mea culpa.
En cuanto a la discusión principal, si alguien es taaaan obcecado como para encontrar contradicción en la hora y no puede esperar a la entrada sobre los ángeles, mucho más enjundiosa con toda seguridad, ¿qué se le puede decir? Eso es como intentar convencer de que el agua moja a alguien que se empeña en negarlo. Sí, sé que hay fluidos llamados agua — que no mojan. Justo a eso me refiero.
No es la existencia de Troya lo que resulta increible, son las proezas sobrehumanas de los protagonistas de la Ilíada lo que chirría a la razón.
Incluso en el caso de que se llegara a deducir que Metrópolis o Smallville responden a ciudades que existieron realmente, seguiría siendo igual de increible Superman con sus superpoderes.
Justamente lo que ya dije antes, separar el grano de la paja.
Saludos..
Si se analiza el Nuevo Testamento conociendo el contexto cultural de la época, precisamente lo que se obtiene es que los autores de los evangelios, Hechos y cartas paulinas, no conocían las costumbres palestinas, como se demuestra por la falsesdad de que hubiera la costumbre de liberar un preso por la pascua según la voluntad popular, o que todavía tuviera el sanedrín poder para condenar a muerte por lapidación a un blasfemo (Esteban), o las ideas de Pablo sobre la comunión y la circuncisión, que demuestran que no era un auténtico judío sino un noble idumeo pariente de Herodes.
Muchos decían de los relatos de los misioneros españoles sobre sacrificios humanos de niños en la antigua civilización Inca era una invención, fávulas para dar miedo y justificar los atropeyos de los conquistadores... hasta que la arqueología les ha dado la razón.
Los ateos partís de la firme creencia en que no existen los milagros, y cuando topais con uno os salís por la tangente diciendo que sólo es falta de conocimiento. Sólo aceptais como ciertas las evidencias que os sirven y negais toda aquella que lo contradiga... y como bien sabes, las evidencias no se demuestran, son evidentes.
Con este juego siempre ganais, como comentó un día Susi, como no vais a ganar si sólo valen vuestras cartas?
Aún no he visto a nadie reproducir la Síndone, no es milagroso? Claaaro, sólo nos falta la ciencia que "alguien" ya tenía hace cientos de años. El recurso de siempre (pero sigue sin explicarse).
Y los milagros de Lourdes? Claaaro, totalmente explicables, hay curaciones expontaneas no referidas a Lourdes y perfectamente documentadas (pero eso sigue sin explicarlas).
Por favor, aunque se que tengo una viga en mi ojo (prejuicios), permíteme que te separe esta paja (más prejuicios) de tu grano.
Un saludo en la Fe
Paciencia, ya hablaremos de los ángeles y de quién entró primero al sepulcro, porque desde luego me gustaría saber con qué nos van a salir ahora para justificar que no hay contradicciones entre los evangelios.
Porque según Marcos fueron María Magdalena, María madre de Santiago y Salomé las que entraron al sepulcro y allí vieron a un "joven" (no se manciona a ningún ángel), que les anunció la resurrección.
Según Mateo fueron María Magdalena y otra María, que antes de entrar al sepulcro sintieron un terremoto (que los otros evangelistas se "olvidaron" de mencionar) y un "ángel" bajó del cielo y les invitó a entrar al sepulcro.
Según Lucas María Magdalena, una tal Juana, María madre de Santiago y otras, entraron al sepulcro que estaba vacío y luego se les acercaron dos "varones" (no se les llama ángeles).
Y según Juan, María Magdalena fue sola al sepulcro y vio quitada la piedra de la entrada pero no se atrevió a entrar, fue a buscar a Pedro que además fue acompañado por otro discípulo (supuestamente el propio Juan apóstol/evangelista), y Pedro entró el primero en el sepulcro vacío.
Ahora por favor que me expliquen quién realmente entró primero al sepulcro, si el joven mencionado por Marcos, o María Magdalena y la otra María invitadas por el ángel bajado del cielo de Mateo, o María Magdalena y las otras mujeres a las que luego se unen dos varones según Lucas, o Pedro como dice Juan.
Eso sí, estoy seguro de que alguien es capaz de sostener que al mismo tiempo en el mismo sepulcro el primero en entrar fue Pedro, el joven, María, las otras mujeres y un coro entero de ángeles sin que eso suponga contradicción.
Tú puedes creer o no creer que yo mido 2 metros de alto, pero, lo creas o no lo creas, es POSIBLE que yo tenga esa altura.
Tú puedes creer o no creer que yo mido 10 metros de alto, pero, lo creas o no lo creas, es IMPOSIBLE que yo tenga esa altura.
¿Lo vas pillando?.
No se trata de creer en los milagros, se trata de que alguien demuestre que los milagros existen y ,obviamente, un milagro no es simplemente algo para lo que no se tiene explicación, es algo que se atribuye a una intervención sobrenatural de origen divino.
Pero claro difícil es demostrar la existencia de los milagros si no podéis primero demostrar la existencia de quien los realiza, Dios.
Saludos.
¿Quién entró primero al sepulcro, la Magdalena como dicen los sinópticos o Pedro, como dice Juan?.
Esto es lo que Renzo en la otra entrada llamaba con toda justicia "rizar el rizo".
Como explica Francisco de México con el DRAE en la mano, la palabra española "madrugada" es de lo más confusa, porque significa dos cosas contradictorias: tanto la noche antes de amanecer, sin luz, como el final de la noche, cuando ya hay luz.
"La una de la madrugada" es noche cerrada, en español.
No nos peguemos a las palabras y busquemos los hechos.
No sé si el arameo o el griego son mucho más claros a la hora de medir las fases de la noche y el amanecer. Mi Biblia de Círculo de Lectores en Marcos 16, 1-2, no usa la palabra "madrugada" sino "muy de mañana" y "apenas salido el sol".
Pero antes las mujeres pasan por las tiendas: "compraron sustancias aromáticas para ir a ungirlo" (y sí, las tiendas en un país caluroso de Oriente Medio abren aún de noche, se intenta trabajar antes del calor; y si hace falta se despierta al tendero, que vive en la tienda o junto a ella, no en una lejana ciudad dormitorio).
Parece que el grupo se divide en dos: Juana (que tiene dinero al ser esposa de un administrador de Herodes y es una de las fuentes de Lucas), con María la Madre de Jesús, María Madre de Santiago y María Salomé, se retrasan comprando y no llegan a la tumba hasta que ya es de día.
Pero María Magdalena, impaciente e impulsiva, se adelanta, harta quizá de compras,o buscando llorar a solas. Por eso dice Juan que ella llega "cuando todavía estaba oscuro", mientras las otras llegan ya amanecido.
En Google Books se puede ver el libro de Vittorio Messori "Dicen que ha resucitado" que analiza todos estos fragmentos dela resurrección y sus (aparentes) inconexiones.
En el relato de Juan, por ejemplo, es curioso cuando María deja de hablar en griego para hablar -como debía suceder en los hechos- en arameo: "Rabbuní", dice, y Juan explica "que significa maestro".
Los periodistas hacemos eso para indicar una escena que recordamos textualmente, muy viva. Antonio Robles en su Hª de la Resistencia al Nacionalismo, escrita toda en castellano, a veces introduce diálogos en catalán porque así se dieron textualmente en los hechos reales. Como las palabras de Jesús en la Cruz: "Eloó, Eloí, lamá sabactaní".
Sí, paciencia. Pero solo pudo entrar primero uno de los dos, aunque casi puedo adivinar en tu respuesta...
Magdalena llega la primera sin que el texto diga que entre; las mujeres llegán después y entran, Juan llega después pero no entra inmediatamente; Pedro llega enseguida tras Juan y entra. Y entonces entra Juan.
Lo cierto es que NINGÚN EVANGELIO dice que Magdalena "entrara". Lucas y Marcos dicen que "las mujeres entraron", pero eso no incluye necesariamente a Magdalena, que como vemos por Juan había llegado antes que el resto del grupo... pero Juan no nos dice que ella entrara: más bien parece que Magdalena mira desde la puerta.
Así que el orden de llegada/entrada sería:
- Magdalena llega primero, mira sin entrar, parece que se vuelve a avisar a los apóstoles; parece que en el camino se encuentra y avisa a las mujeres.
- Las mujeres llegan después y entran
- Pedro y Juan, avisados por Magdalena, llegan; Juan llega primero, y mira desde la entrada, pero no entra. Pedro, más viejo y pesado, llega después, él sí entra. Entonces entra Juan [da descripción detallada de la extraña disposición de lienzos y sudario]. "Y vio y creyó", dice Juan de sí mismo.
Toda esta aparente "confusión" es normal y es lo que encontramos cuando tenemos 4 testigos, cuya información se complementa.
Vuelvo al libro de Hª del Nacionalismo; el autor Antonio Robles dice que en cierta caravana reivindicativa que recorrió España con actos públicos un par de semanas yo estuve en ella desde el principio hasta el final. Él lo sabe porque él mismo estuvo en ella: estuvimos los dos juntos.
Pues bien: Robles se equivoca, no estuve en ella desde el principio. Acompañé en el acto de salida desde Barcelona... y en la frontera de Cataluña volví a casa. Tres días después, en Córdoba, me uní a ellos. Me salté los 3 primeros días. Robles es testigo en primerísima línea y aún así se equivoca... se trata de un simple error, un detalle.. ¡cosas de la vida real, no de las ficciones!
Un "escéptico" podría criticar que según el libro en esa caravana había un tal Fulano, muy fan del Español (club de fútbol). Es cierto: estaba allí, y yo lo conozco, estuvimos juntos todos esos días... pero no se llama Fulano, ha pedido que su nombre no salga (el nacionalismo sigue gobernando en Cataluña y toma represalias).
Por eso Lucas a lo mejor menciona a Juana, que Mateo y Marcos, anteriores y en ambientes más israelíes, omiten probablemente para protegerla de represalias. [Como hace Juan con Nicodemo].
Antes de debatir la cuestión ¿nos compartes por favor la fuente de que no era costumbre la liberación del preso?
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