Federico, conocer a Cristo en la sobremesa
Una lectora, Eulalia, que nos regaló ya la , me envía esta otra pequeña historia real de evangelización.
Me ha llamado especialmente la atención de este relato el hecho de que, a diferencia del anterior, transcurre en un ambiente social privilegiado y entre copas de champán. A veces tenemos la idea de que misionero sólo es quien se va a vivir con los más pobres, pero personas necesitadas de Dios existen en todas las clases sociales.