Unas frases demoledoras
En este blog, hablábamos ayer de tres dominicos que, con la aprobación de su superior, se apartaban de la doctrina católica en puntos esenciales y animaban a las parroquias holandesas a avanzar por el camino del cisma y de la desobediencia a sus obispos. Parece ser que, ante esta situación, fueron los propios fieles los que se quejaron en un número significativo a los obispos, hasta que estos acudieron a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Por desgracia, si bien se trata de un caso de especial gravedad, no es algo aislado. En este blog, hemos comentado múltiples casos similares: sacerdotes que consideran que el cristianismo y otras religiones son equivalentes, supuestos expertos en moral que defienden las mayores inmoralidades, párrocos que sustituyen la fe de la Iglesia por sus propias ideas confusas y políticamente correctas o catequistas que reducen el cristianismo al compromiso social o a la moral. Muchas veces son los propios laicos los que se rebelan contra estas situaciones y presentan sus quejas a sacerdotes y obispos.