Polémicas matrimoniales (XVI): negar la comunión
Es sabido que la iniciativa de dar la comunión a los católicos divorciados en una nueva unión es una iniciativa fundamentalmente alemana. Su principal promotor es el Cardenal Kasper y otros obispos alemanes, como el Card. Marx, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Mons. Gebhard Fürst de Stuttgart o Mons. Zollitsch de Friburgo, se han mostrado plenamente de acuerdo con ella. Resalto lo de alemanes porque su nacionalidad tiene bastante que ver con el tema de negar a alguien la comunión.
En Alemania, la Iglesia se financia a través de un sistema peculiar. Los ciudadanos se inscriben públicamente en un registro oficial como pertenecientes a una religión particular o a ninguna y, a la hora de hacer la declaración de Hacienda, tienen que pagar un impuesto religioso especial y bastante cuantioso (casi un 10% de los impuestos totales), el llamado Kirchensteuer o “dinero de la Iglesia”, en beneficio de ese grupo religioso. Si uno se declara oficialmente luterano, por ejemplo, paga el impuesto para financiar a la comunión luterana. Lo mismo sucede con los inscritos como católicos, que deben pagar el Kirchensteuer para la financiación de la Iglesia Católica.